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Efip 1 Penal Resumen PDF
Efip 1 Penal Resumen PDF
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PENAL I
Principio de legalidad
Este principio se vincula a la función de garantía individual que tiene la ley penal
frente al poder del Estado, y se expresa en su aspecto formal con la máxima
romana "nullum crimen, nulla poena sine lege”
Este aforismo consagra a la ley penal previa como única fuente del derecho penal.
Este principio no es sólo una exigencia de seguridad jurídica sino además una
garantía política, limitadora de la ley penal.
El art. 18 de la CN consagra esta garantía penal cuando reza: “Ningún habitante
de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho
del proceso...”
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
↓
Art. 18 de la CN “ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley
anterior al hecho del proceso...”
↓
Garantías derivadas del principio de legalidad
1) Garantía “criminal” exige que el delito se encuentre determinado por una ley
(nullum crimen sine lege)
2) Garantía “penal” requiere que la ley señale la pena que corresponde al hecho
(nulla poena sine lege)
3) Garantía “jurisdiccional o judicial” exige que la existencia del delito y la
imposición de la pena se determinen por medio de una sentencia judicial y
según un procedimiento legalmente establecido
4) Garantía “de ejecución” requiere que el cumplimiento de la pena o medida de
seguridad se sujete a una disposición legal
Se hace la aclaración que, estas mismas garantías también deben exigirse para
la imposición de medidas de seguridad.
Con relación a la ley reguladora del hecho ilícito y su sanción debe cumplir los
requisitos de:
2 cuestiones:
- Facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo (art. 99 inc. 2° CN).
- Problema de las leyes penales en blanco y tipos penales abiertos.
Principio de reserva
Principio consagrado por el 2° párrafo del art. 19 CN que reza: “Ningún habitante
de la Nación será obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que
ella no prohíbe”
Se trata de una garantía individual que debe estar claramente trazada, lo que se
logra mediante la enumeración taxativa por la ley, de los hechos punibles y de las
penas pertinentes, estableciendo de manera tal, un catalogo legal de delitos y
penas absolutamente circunscripto = numerus clausus
Principio de subsidiariedad
Principio de proporcionalidad
Este principio limitará la especie y medida de la pena a aplicar a cada caso concreto.
Principio de lesividad
Este principio configura la base del derecho penal liberal (art. 19 CN).
Principio de acción–exterioridad
de autor.
Principio de privacidad
Este principio consagra una zona de intimidad, que no puede ser amenazada ni
lesionada por el poder estatal.
Esta garantía tiene su fuente en lo preceptuado por la primer parte del art. 19 de
la CN que expresa: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo
ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados”.
Principio de culpabilidad
Principio de judicialidad
Tribunales Judiciales
A su vez, la realización judicial de la ley penal, exige, de conformidad a lo
prescripto por el art. 18 de la CN:
- un juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso,
- este juicio debe observar las formas sustanciales de acusación, defensa,
prueba y sentencia dictada por jueces naturales del imputado,
- inviolabilidad de la defensa de la persona y sus derechos.
A los efectos procesales, esta garantía se aplica cuando hay concurrencia de las
tres identidades, a saber:
• persona
• causa y
• objeto
Principio de humanidad:
En nuestros días, se observa una evolución del sistema de penas, apuntada a
una progresiva sustitución de las penas privativas de la libertad por otras menos
lesivas. De igual manera se advierte la tendencia a la despenalización de ciertas
conductas antes punibles, como así también, la atenuación, en algunos casos, de
la gravedad de la pena prevista para ciertos delitos, incluso, se busca disminuir
los límites máximos de las penas privativas de la libertad
Principio de personalidad:
Este principio, que impide castigar a alguien por un hecho ajeno, esto es,
producido por otro, es una consecuencia del principio de culpabilidad. Esta
garantía, excluye toda posibilidad de extender formas de responsabilidad penal
a grupos sociales en conjunto, o a afirma la posibilidad de imponer penas sobre
personas no individuales.
Principio de resocialización
Este principio reclama al derecho penal que se evite toda marginación de los
condenados, en virtud de la exigencia democrática de que sea posible la
participación de todos los ciudadanos en la vida social.
Es preferible, en la medida de lo posible, que las penas no impliquen la
separación del individuo de la sociedad. Pero, cuando la privación de la libertad
sea inevitable, habrá que configurarla de tal forma que evite, en lo posible, sus
efectos desocializadores, fomentando la comunicación con el exterior, y
facilitando una adecuada reincorporación del recluso a la vida en libertad.
La finalidad de la ejecución de las penas privativas de la libertad es la
resociabilización. No obstante, esta no puede estar orientada a imponer un
cambio en el sujeto, en su personalidad y en sus convicciones, a fin de obligarlo
a adoptar el sistema de valores que el Estado tiene por mejor.
Concepto analítico.
El injusto personal.
finalismo Welzel:
Toda realización de una conducta típica es antinormativa, pero no siempre es
antijurídica,
pues en el ordenamiento jurídico también existen preceptos permisivos que
autorizan la conducta típica, siendo en este caso la conducta, conforme a
derecho. Por ello, antijuridicidad es la contradicción de una realización típica
con el orden jurídico en su conjunto, y no sólo con una norma aislada. Sólo
existe una antijuridicidad unitaria. Todas las materias de prohibición (reguladas
en los diversos sectores del derecho), son antijurídicas para todo el orden
jurídico. No es el tipo, sino su realización, lo antijurídico. No hay tipos
antijurídicos, sino realizaciones antijurídicas del tipo.
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La determinación de la antijuridicidad:
Dado que la realización típica es antinormativa, y puesto que la violación de una
norma de prohibitiva es antijurídica salvo que opere una norma permisiva, se
desprende que una acción es antijurídica si realiza plenamente el tipo de una
norma prohibitiva, a menos que proceda aplicar una norma permisiva. Una vez
comprobada la realización completa del tipo a través de una conducta, es
posible establecer la antijuridicidad mediante un procedimiento negativo, es
decir, a través de la comprobación de que no existe ninguna norma permisiva.
Esto también sucede en los tipos abiertos, en los que el juez sólo deberá
completar el tipo, luego, la comprobación de la antijuridicidad se hará del mismo
modo que en los tipos cerrados.
El fin que el autor le asignó al hecho, la actitud en que lo cometió, los deberes
que lo obligaban a este respecto; todo esto determina lo injusto del hecho junto
a la eventual lesión del bien jurídico. La antijuridicidad es siempre
desaprobación de un hecho referido a un autor determinado. Lo injusto, es
injusto de la acción referida al autor, constitutivo del "injusto personal". Por ello,
lo injusto de un mismo hecho puede tener diversa gravedad para los diferentes
concurrentes (relacionado con la participación).
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Introducción:
Sostiene Bacigalupo que “[…] Hasta ahora es posible considerar dominante como idea
central del sistema a aquélla según la cual el punto de partida es la distinción
entre el comportamiento de un sujeto, es decir, la acción u omisión, por un lado,
y las reglas jurídicas aplicables al caso por otro lado. Dicho en términos
neokantianos: entre objeto de la valoración y valoración del objeto… la
aplicación de la norma depende de la comprobación de un hecho, una acción o
una omisión y luego de su valoración como típica, antijurídica y culpable” […]”.
Señala el autor que el sistema, entonces, tiene como punto de partida la acción,
y que esta “[…] premisa ha sido compartida tanto por el sistema causal (v.
Liszt/Beling), como por el final (Welzel/Armin Kaufmann) y por el racional
funcionalista (Roxin/Schünemann). Está apoyada en la suposición de que
acción y omisión son especies de un mismo género. Lo que varía en estos tres
sistemas es el método con el que se establece la relación entre la norma y el
objeto. Causalistas y finalistas, desde puntos de vista diferentes, hicieron
depender la configuración de las categorías normativas de consideraciones
prenormativas: la causalidad o la lógica del objeto de las normas. La diferencia
fundamental consistió en la noción del hecho constitutivo del delito: las teorías
causales partían de un hecho natural y la teoría final partía de un hecho
personal humano[…]”.
Ahora bien, a continuación aclara que “[…] en verdad, estas teorías no partían
de la distinción fáctica entre acción y omisión, sino que se veían obligadas a
ello a partir de la comprobación de que el sistema normativo contenía
prohibiciones y mandatos. Si el sistema normativo no estuviera compuesto por
prohibiciones y mandatos, los conceptos de acción y omisión carecerían
totalmente de sentido. La determinación del objeto de las prohibiciones y de los
mandatos, consecuentemente, era un problema generado por el sistema
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Indica Bacigalupo que si bien esta teoría fue rechazada dejó huellas que se
perciben especialmente en tres momentos: en la definición de la acción como
comportamiento evitable, en la moderna teoría del tipo penal de los delitos de
resultado y en los delitos de infracción de deber. Textual “[…] Desde el punto de
vista de la definición de la acción como comportamiento evitable es indiferente
si el sujeto podía evitar causar activamente la muerte de otro (es decir, podía
omitir lo que hizo) o si hubiera podido actuar para evitar la muerte. En ambos
casos lo decisivo es la evitabilidad del suceso […]”.
Los fundadores de este concepto natural o causal de la acción son von Liszt y
Beling, y a su sistema analítico se lo denomina como “sistema clásico del
delito”. Para von Liszt “acción es la producción, reconducible a una voluntad
humana, de una modificación del mundo exterior”. Acción era una conducta
humana que modificaba el mundo exterior. Los elementos de esta teoría eran –
por un lado- la manifestación de voluntad -y por otro- el resultado. El resultado
es -en esencia- el que causa una modificación en mundo exterior, y este a su
vez es causado o proviene de la esa manifestación del sujeto. La vinculación
entre el resultado y la manifestación del sujeto se explica a través del nexo de
causalidad (a modo de causa-efecto). La teoría más representativa de este
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En el caso existe acción debido a que se puede constatar una modificación del mundo
exterior (resultado de muerte), producto reconducible a la voluntad del autor. Este
resultado es causado o proveniente de la esa manifestación del sujeto. Existe entre
resultado y acción un nexo de causalidad evidente (la muerte de la desafortunada
“testigo” es producto de la acción de disparo de Boggie). A la teoría no le preocupa –ni
se pregunta- en este estadio, el porqué de la acción de Boggie, si fue planificada, si fue
intencional o voluntaria, etc. Existe acción, más allá de todo ello, ya que objetivamente
ha emprendido cualquier el movimiento corporal animado por su voluntad. El contenido
esa voluntad –subjetivo- será analizado en el segmento o estadio de la culpabilidad.
Para un normativista también existiría acción ya que Boggie habría realizado “algo
querido”, sin embargo, el contenido de lo querido –al igual que en el positivismo- se
determinará en el segmento de la culpabilidad. Se podría decir que para ambas teorías
lo fundamental para determinar si hubo o no acción –en este nivel de análisis y en este
caso- sería la observación de las imágenes objetivamente, sin leer el contenido de las
viñetas –lo que podría ser fundamental para determinar la voluntariedad del acto- ni
interpretar lo que “pasaba por la cabeza del autor” al momento del hecho.
Los teóricos del finalismo también señalarían que en el ejemplo existe acción, pero de
manera distinta. Se podría decir que, gracias a su saber causal Boggie previó las
consecuencias de su acción, y por ello, se fijó el objetivo y dirigió planificadamente –
aunque no de forma muy elaborada- su actuación hacia la consecución de esos
objetivos. En este sistema el análisis la acción está incluido el contenido de esa voluntad
que los positivistas-normativistas postergaban en su análisis para el estadio de la
culpabilidad (por ello su tipo es complejo objetivo-subjetivo). En este esquema si es
relevante lo que Boggie “quiso hacer” al momento de disparar su arma contra la víctima,
así como que conocía perfectamente lo que estaba haciendo.
También habría acción para Roxin ya que la conducta de Boggie es evidentemente una
“manifestación de su personalidad”. Para Jakobs la acción de Boggie también sería una
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Para los autores que se enrolan en estas teorías todas las conductas delictivas se
caracterizan como fenómenos sociales. Por ejemplo para Jescheck acción “es todo
comportamiento humano socialmente relevante”, definición que abarcaría la comisión, la
omisión, los delitos dolosos y los culposos. Por “comportamiento” el autor refiere a toda
respuesta del hombre a una exigencia reconocible de una situación, mediante la
realización de una posibilidad de reacción de la que el hombre puede disponer
libremente (libre albedrío). Este comportamiento debe ser “socialmente relevante”, es
decir debe afectar la relación del individuo con su mundo circundante.
Debe tenerse en cuenta que los fundamentos en los que se basan las teorías del delito
estudiadas, no brindan los elementos suficientes a los fines de analizar sistemáticamente
el actuar de una persona jurídica en el ámbito penal. Esto –fundamentalmente- porque
se parte de un concepto de acción propio de la teoría general del hecho ilícito o del
delito, desde la cual la responsabilidad penal no puede ser distinta de la subjetiva.
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posee capacidad de acciona sino que lo hace a través de sus órganos o representantes,
que no posee subjetividad, y por ende no podría actuar con dolo o culpa, y que de
imponérsele una sanción, se la estaría condenado por el actuar de un tercero. Todos
estos inconvenientes pueden ser superados sin mucho esfuerzo.
En nuestro país Baigún ideó un sistema de desde nuestro punto de vista impecable. El
autor señala que “… Toda teoría del delito contribuye a la aplicación de la ley en un caso
concreto pero, al mismo tiempo, debe adecuar su estructura a la función social del
derecho que, en el campo de las personas jurídicas, se enlaza directamente con la
necesidad de corregir la disfuncionalidad de sus comportamientos y neutralizar el daño
social que provoca…”. Promueve la utilización de un nuevo (teoría del delito),
especialmente formulado para las personas jurídicas.
Señala el autor que la persona jurídica no tiene otro modo de actuar sino a través de sus
órganos, siendo las personas físicas o sus representantes “sólo son brazos de un mismo
cuerpo, modos de aparición de la acción institucional”. Delinea de esta forma un
concepto de “acción institucional”, en donde la voluntad dolosa es denominada “voluntad
social dolosa”. El proceso de formación de la decisión no es psicológico como en la
persona física, pues la voluntad social no es patrimonio de las individualidades que
integran el órgano, sino que la génesis de la decisión es estructural y normativa.
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Por su parte, Eugenio Zaffaroni, ha considerado que en el derecho penal “stricto sensu”
las personas jurídicas no tienen capacidad de conducta, desde que el delito que surge
de nuestra ley es una manifestación individual humana: “Si bien hay leyes penales
stricto sensu que sancionan a personas jurídicas, entendemos que tales leyes no hacen
más que conceder facultades administrativas al juez penal, o sea que las sanciones no
son penas ni medidas de seguridad, sino consecuencias administrativas de las
conductas de los órganos de las personas jurídicas”
Concepto
El tipo delictivo no es el hecho punible, sino uno de sus elementos, pues el hecho
punible comprende:
- el hecho como soporte real del delito y,
- todos los caracteres que lo convierten en el presupuesto legal de la aplicación de la
pena.
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• Tipo Garantía
Es el que contiene la totalidad de los presupuestos que condicionan la aplicación de una
pena.
Esta función del tipo, en sentido amplio, deriva del principio de legalidad, que asegura
que sólo los comportamientos descriptos previamente en la ley penal serán sometidos a
castigo.
Este postulado exige al legislador:
• Precisión y uso adecuado del lenguaje en la redacción de la ley penal;
• Incriminación de conductas específicas.
• Afectación de bienes jurídicos.
• Tipo Sistemático:
• Es el que describe la conducta prohibida por la norma.
• Bacigalupo: este tipo se obtiene mediante una delimitación de sus elementos respecto
de los de la antijuridicidad, por ello, la falta de antijuridicidad no excluye la tipicidad,
siendo la tipicidad un indicio de esta última.
• Esta posición se enmarca dentro de la estructura tripartita del delito que se
contrapone a la teoría de los elementos negativos del tipo.
Quienes afirman el valor indiciario del tipo penal sostienen que hay conductas típicas
que no son antijurídicas porque concurre una causa de justificación.
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Del mismo modo que no todo hecho antijurídico es penalmente típico, no todo hecho
penalmente típico es antijurídico.
Vinculante: el delito - tipo al que hacia referencia Beling para las figuras autónomas de
delito de que se trata en cada caso, tenia el significado de un esquema regulador. En
cada caso concreto debía advertirse que no era cualquier antijuridicidad sino la que
correspondía precisamente a ese delito – tipo. Lo mismo sucedía con la culpabilidad.
También es vinculante para las formas delictivas accesorias como la tentativa y la
participación, en las cuales resulta imposible prescindir del concepto tipificante.
Didáctica: la exigencia del tipo implica que los destinatarios de la ley penal deben tener
la posibilidad de conocer previamente a ejecutar una determinada conducta, si la misma
está o no prohibida y amenazada con una pena.
Esta función junto a la pena, sirven para motivar a todas los individuos que integran la
comunidad a abstenerse de realizar el comportamiento prohibido.
(Prevención general)
El tipo complejo
La antijuridicidad
Hemos visto que la teoría del delito funciona como un sistema de filtros, de manera tal
que sólo cuando comprobamos que una categoría se encuentra presente pasamos a
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analizar la próxima.
También hicimos referencia a tres preguntas básicas que debemos hacernos para saber
si nos encontramos frente a un delito:
1) ¿El hecho está prohibido por la norma? A ello lo responde la categoría de la tipicidad.
2) Si el hecho se encontraba prohibido por la norma, en las circunstancias en que se
realizó, ¿Estaba autorizado por algún precepto legal?. A ello lo responde la categoría
antijuridicidad.
3) Si el hecho estaba prohibido por la norma y no se encontraba autorizado por un
precepto legal, el autor, ¿Es responsable de ese hecho?. A ello lo responde la
culpabilidad.
De este modo, al constatar que un hecho es típico sólo hemos comprobado que se ha
violado la norma primaria deducida del tipo. Sin embargo, la violación de esa norma
primaria (que implica la realización del tipo) no es suficiente para establecer la ilicitud del
comportamiento, porque para que exista ilicitud se requiere que la realización del tipo no
se encuentre jurídicamente autorizada.
Ello es así, porque el ordenamiento jurídico no sólo contiene normas prohibitivas, sino
que también existen permisos otorgados por el legislador para realizar un hecho típico.
Resumiendo: Una conducta es típica si con ella se infringe una norma, y será antijurídica
si no está justificada por una causa de justificación.
Entonces, y como una primera aproximación, diremos que una conducta es antijurídica si
no existe una causa de justificación que excluya la antijuridicidad del comportamiento.
Sin embargo, la admisión de una causa de justificación no implica afirmar que la
conducta deba valorarse positivamente, sino sólo que la conducta no es desaprobada
por el ordenamiento jurídico y que es aceptada por éste, pero realizar otros juicios de
valor sobre el hecho excede los cometidos del derecho penal. Así, matar en legítima
defensa justifica el hecho de matar a otro, pero la muerte de una persona por otra sigue
siendo un acontecimiento que no puede valorarse como algo valioso.
Concepto
Cuando se hace referencia a “calidad del hecho”, se está indicando que al hecho típico
se le asigna una cualidad o característica especial: su oposición con el derecho, y ello es
la antijuridicidad misma.
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Unidad de la antijuridicidad
Se postula que ésta unidad resulta necesaria en aras de la armonía del orden jurídico a
los fines de excluir toda posible contradicción; contradicción que podría presentarse si
una conducta es considerada lícita por una rama del derecho, e ilícita por otra.
Ésta postura sostiene que si el derecho posee unidad y congruencia se debe deducir
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que lo ilícito en algún sector del derecho lo será para todo el ámbito del derecho. De este
modo, la ilicitud surgida en cualquier área del derecho (civil, penal, comercial, etc.),
trasciende a todos los restantes. Sin embargo, ello no significa que todo hecho ilícito sea
castigado por todas las ramas del ordenamiento jurídico.
Tal como venimos planteando el tema, el ejemplo nos llevaría a concluir que la ilicitud
del hecho se extiende a todo el orden jurídico. Sin embargo, ese hecho, que como
dijimos es un hecho antijurídico, no genera consecuencias penales. Ello es así, porque
en el derecho penal se exige la tipicidad, y el delito de daños no se encuentra tipificado
en forma culposa en nuestro código penal, que sólo lo prevé en forma dolosa (art. 183).
Por lo tanto, si aplicamos una pena a quien embiste a otro vehículo en forma imprudente,
estaríamos violando el principio de legalidad previsto en el art. 18 de la Constitución
Nacional. De todos modos, la calidad de ilícito del hecho subsiste aunque el derecho
penal no imponga sus graves sanciones.
La categoría de la antijuridicidad penal exige una ilicitud típica, es decir que el hecho,
además de ser ilícito, debe encontrarse receptado en el código penal. No todo lo ilícito
es delictivo, pero todo lo delictivo es ilícito.
Todo ello conduce a ésta postura a sostener que entre tipo y antijuridicidad existe
independencia; puede existir antijuridicidad sin tipo y puede existir tipo sin antijuridicidad
(cuando concurre una causa de justificación).
Criterios clasificadores
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Antijuridicidad objetiva
Es el simple choque objetivo del hecho con el derecho, prescindiendo de todo elemento
subjetivo como serían las intenciones del sujeto. Es una concepción positivista.
Este criterio aprecia el hecho en forma independiente de la voluntad del autor, la cual
será analizada en la culpabilidad. Así, se señala que el juicio de antijuridicidad es
objetivo porque se refiere al hecho con independencia de la persona que lo ha ejecutado.
Antijuridicidad subjetiva
Ésta postura parte de la concepción finalista, y sostiene que como el hecho está dirigido
por la conducta del autor, y el núcleo de esa conducta es la acción (que es una acción
final), en el actuar del sujeto existe una intención.
A partir de ello, se razona que la ilicitud es insostenible sin aportes subjetivos, y por ello
la antijuridicidad subjetiva es intención contraria a la norma primaria (no matarás) dirigida
al individuo. Esa intención es manifestada a través del hecho externo.
Antijuridicidad formal
Este criterio sostiene que sólo el derecho positivo mediante la formulación de los tipos y
las reglas de las causas de justificación constituye la fuente de la antijuridicidad. Es
decir, existe antijuridicidad cuando el hecho ha sido cometido contrariando la norma del
tipo (sea comisión u omisión), sin que concurra una causa de justificación.
Antijuridicidad material
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comunidad más daño que utilidad (Sauer); concebir las normas de cultura como
contenido de la norma jurídica (Maier).
A partir de esas premisas es fácil advertir que estas tesis encuentran la materia de la
antijuridicidad en criterios ajenos al derecho positivo, en franca violación al art. 19 de la
C.N., el cual reconoce la autonomía del individuo frente a lo que no esté prohibido o
mandado por las leyes.
Culpabilidad.
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Nuestro código adopta el método mixto: biológico-psicológico (Art. 34 inc. 1º del CP).
Para que pueda decirse que el sujeto es “inculpable” (es decir, que carece de
culpabilidad) se exige:
Presupuestos biológicos.
2) Salud mental el autor goza de salud mental cuando no se encuentra afectado por
ninguno de los estados mencionados en los a, b y c del “presupuesto biológico”. Esta
falta de salud mental le impide al sujeto comprender la criminalidad del acto y la
posibilidad de dirigir sus acciones.
Supuestos:
a) Insuficiencia de las facultades mentales: es entendida como una deficiencia mental u
oligofrenia que impide el desarrollo de esas facultades (imbecilidad, debilidad mental,
etc.). Núñez la explica como la detención, preferentemente intelectual, del desarrollo
psíquico del individuo.
b) Alteración morbosa de las facultades: comprende las enfermedades de la mente que
alteran o transforman las facultades –mentales- ya desarrolladas por el sujeto. Abarca
todo tipo de perturbaciones patológicas de la vida mental.
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Presupuestos psicológicos.
Concepción psicológica.
Positivismo jurídico: teoría muy criticada en la actualidad, y que aún cuenta con
muchos adeptos, tanto en doctrina como en el ámbito del análisis jurisprudencial, y a
decir verdad, mucho más en este último. Debe destacarse que nuestra ciudad era
considerada no hasta hace mucho tiempo como uno de los últimos bastiones del
positivismo. A decir verdad esta teoría se le achacan varios vicios -o si se quiere
defectos- que conllevan todas las teorías que inician lo que se considera una materia
novedosa. Por supuesto, ahora a la distancia, las críticas que pueden hacerse son
muchas. Lo cierto es que antes del positivismo el análisis que se realizaba sobre las
conductas que se consideraban posiblemente delictivas era asistemático y no respetaba
una ilación coherente y estructurada. En el positivismo jurídico todos los elementos
objetivos eran analizados en los segmentos del tipo y la antijuridicidad. Los elementos
subjetivos por su parte eran ubicados en la culpabilidad, y las causales de imputabilidad
eran estudiadas como una especie de paso intermedio entre lo antijurídico y lo culpable.
El dolo y la culpa eran diferentes formas de lo subjetivo, y por lo tanto diferentes formas
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El iter Criminis
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Ø Participación Criminal
. Concepto
Implican una participación criminal no regulable por los artículos 45 y sgtes. del Código
penal , sino por los particulares tipos delictivos, los casos de participación necesaria, en
los cuales la ley requiere la pluralidad del sujeto activo del delito (duelo, asociación ilícita,
rebelión, homicidio por precio o promesa remuneratoria, etc.). También, según lo
dispuesto por el artículo 49, quedan al margen, las personas que, en los delitos cometidos
por la prensa, con o sin propósito criminal, sólo le prestaren al autor del escrito o grabado
la cooperación material necesaria para su publicación, difusión o venta.
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La participación gira alrededor de un hecho común a todos los partícipes en el delito. Por
esto se dice que es accesoria. Esta accesoriedad es real y no personal, pues se refiere al
hecho ejecutado y no a la persona de un ejecutor penalmente responsable.
El hecho común puede ser un delito consumado o tentado. Se puede participar en los
delitos de acción o en los de omisión, en los delitos dolosos y en los culposos también es
posible la participación en los delitos preterintencionales.
Para el Código penal son partícipes en el delito los que han hecho aportes para su
comisión, sea tomando parte en la ejecución, sea determinado a ella o auxiliando o
cooperando en esa tarea. Ha adoptado así el principio causal como punto de partida para
determinar el ámbito de la participación criminal.
a) los que toman parte en la ejecución del hecho (art. 45, primera disposición, primer
supuesto) {autor o autores);
b) los que prestasen al autor o autores un auxilio o cooperación sin los cuales el hecho
no habría podido cometerse (art. 45, primera disposición, segundo supuesto)
(cómplices necesarios)
c) los que hubiesen determinado directamente a otro a cometer el hecho (art. 45,
segunda disposición) {instigadores), y
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d) los que cooperen de cualquier otro modo a la ejecución del hecho y los que presten
una ayuda posterior cumpliendo promesas anteriores al mismo (art. 46) {cómplices no
necesarios)
Sólo los cómplices no necesarios están sometidos a penas menores que las establecidas
para al delito, a saber:
a) si la pena establecida para el delito fuere divisible en razón de tiempo o cantidad, los
cómplices no necesarios serán reprimidos con la pena correspondiente al delito,
disminuida de un tercio a la mitad (art. 46, primera disposición)
c) si el hecho sólo se intentase, la pena del cómplice será la que le correspondería por el
delito con arreglo al artículo 46, disminuida en la forma determinada par a la tentativa (art.
47).
Autoría y complicidad
v Autor
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El autor puede ejecutar por sí mismo el delito con sus manos o valiéndose de cualquier
instrumento [autor directo).
v Autor mediato
No debe confundirse autoría mediata con coautoría. En la primera, hay un solo autor, a
pesar de que en la trama delictiva intervienen dos individuos. Ello ocurre cuando uno de
los intervinientes ejecuta materialmente el delito pero no lo hace sino como instrumento
inculpable del otro interviniente que es el verdadero autor del delito (autor mediato). El
otro, el autor material, es el instrumento humano con que, manejando la voluntad, opera
el autor mediato. La persona se convierte en un instrumento de esta clase cuando, por su
incapacidad delictiva, ignorancia o error no comprende la criminalidad del acto o si la
comprende, se encuentra dominada por fuerza física o moral. Pero cuando se trata de la
fuerza física, la autoría mediata sólo funciona si el instrumento.
Si la autoría mediata presupone que el tercero, por las razones expuestas, obrando como
instrumento del autor mediato, no puede darse cuenta de lo que hace o, si lo hace, actúa
dominado, bajo este aspecto, se puede diferenciar /la autoría mediata de la instigación,
que requiere que el ejecutor del delito sea determinado a cometerlo, lo que supone su
decisión consciente y libre.
La autoría mediata exige, por último, que en el autor concurran las características
personales típicas. Así, en él y no en el tercero deben darse los elementos subjetivos o
las calidades especiales del autor.
La autoría mediata no puede darse en los delitos que sólo pueden perpetrarse
personalmente por el autor (delitos de propia mano).
v Coautoría
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El Código penal , artículo 45, considera coautores del delito a los que toman parte en la
ejecución del hecho38
v Complicidad
a) que auxilian o cooperan con el o los ejecutores del hecho par a que éste se pueda
cometer (art. 45) {cómplices necesarios);
b) los que cooperan de cualquier otro modo a la ejecución del hecho (art.46) (cómplices
no necesarios);
c) los que prestan una ayuda posterior al hecho cumpliendo promesas anteriores a
él(art.46) (cómplices no necesarios).El aporte puede consistir en un auxilio, en una
cooperación o en la prestación de una ayuda prometida.
El auxilio es una contribución prestada al ejecutor del delito para que éste se realice, no
acordada por el cómplice con otro participante.
La cooperación es una contribución prestada al ejecutor del delito para que éste se
realice, acordada con otro partícipe.
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Categorías de cómplices
Los cómplices pueden ser necesarios (art. 45) o no necesarios (art. 46). Los primeros
están sometidos a la escala penal establecida para el autor del delito. Los segundos lo
están a escalas penales más benignas (art. 46).
Son cómplices no necesarios los que cooperan de cualquier otro modo a la ejecución
del hecho y los que prestan una ayuda posterior cumpliendo promesas anteriores al
mismo (art. 46). Estos son partícipes cuya intervención no fue necesaria para que el
hecho sucediera tal como sucedió, porque no contribuyeron con nada cuyo defecto
hubiera variado la ejecución o sus modalidades.
v Instigación
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de los instigados. No hay instigación por culpa. Tampoco existe la cooperación síquica
requerida por la instigación si el autor resulta un instrumento del tercero (autor mediato).
Ø Concurso de Delitos
Concepto
Existe concurso de delitos si una persona ha cometido dos o más delitos no juzgados con
anterioridad. Los delitos ya juzgados no originan un concurso de delitos, sino, en ciertas
condiciones, la reincidencia del condenado. El Código penal comprende el concurso ideal
(formal) (art. 54) y el concurso real (material) (arts. 55 y 56).
Concurso ideal
Concepto
Existe un concurso ideal de delitos si el autor comete un hecho que cae bajo más de una
sanción penal (art. 54). Sanción no significa pena, sino precepto o ley que la impone, vale
decir, el tipo delictivo y la pena respectiva. Presupone que los tipos penales no se excluyen
entre sí en razón de un concurso aparente de leyes penales.
Dos son las características , a saber: la comisión de un hecho por el autor y la pluralidad de
sanciones penales bajo las que cae.
Al significado de la fórmula "un hecho", que representa la base material del concurso ideal, lo
señalan muy claramente los arts. 34, inc. I, 45, 46 y 47 del Código. Cuando el art. 34, se
refiere al "momento del hecho" o cuando los arts. 45 y 46 aluden a la "ejecución del hecho" y
el art. 47 menciona "un hecho menos grave que el cometido por el autor", no puede caber
ninguna duda que se están refiriendo a un hecho previsto y penado como delito en el Libro
Segundo del Código.
Implica que una unidad material (el hecho único) constituye formal o idealmente más de un
delito porque cae bajo más de una sanción penal, es decir, bajo más de una definición
represiva. El concurso ideal no es otra cosa que una cuestión de doble tipicidad de un hecho
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naturalmente único. La razón de esta doble tipicidad es que la conducta del agente, esto es,
lo que ha hecho o dejado de hacer, que ya cae como tal en una sanción penal, debido a una
circunstancia de modo, lugar, tiempo, etc., también cae bajo otra sanción penal. El pariente
de una menor que la accede carnalmente, supuesto que el incesto esté castigado, incurre por
su conducta carnal en la sanción del estupro, pero por la circunstancia de ser pariente de la
víctima, también cae bajo la sanción del incesto. En fin, situaciones, en las cuales accidentes
de tiempo, modo, lugar, personas, etc., que, sin multiplicar materialmente la conducta del
autor de un delito, multiplican la delictuosidad de ella.
Pena aplicable
A los efectos de la pena la unidad de hecho, que implica unidad de culpabilidad15, determina
la unidad de la pena.
El Código penal, que aquí sigue el principio de la absorción, unifica la pena en la pena mayor
conminada para el hecho por la ley.
La mayoría de la pena depende, en primer lugar, de su naturaleza (ver C.P, 5 y 57). Siendo
de la misma naturaleza, es mayor la pena cuya cantidad es superior en su máximo. Si los
máximos son iguales, la mayoría de la pena se determina por el mínimo.
La pena mayor no es sólo la pena establecida para el delito consumado, sino, cuando sea el
caso, la establecida para la tentativa o la complicidad no necesaria.
Concurso real
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Según el artículo 55 del Código penal, existe un concurso real (material) de delitos cuando
concurren varios hechos independientes cometidos por una misma persona. La concurrencia
puede ser simultánea o sucesiva. En el segundo caso existe una reiteración delictiva.
Por hecho se debe entender aquí, como en el concurso ideal, un hecho penalmente típico.
Los hechos son independientes entre sí cuando no están vinculados, como partes, de una
misma empresa delictiva.
Los hechos son concurrentes si, no habiendo condena firme, son imputables al mismo autor.
La sentencia condenatoria firme excluye el concurso de delitos y constituye la base de la
reincidencia (C.P, 50), pero no impide la aplicación de las reglas sobre la penalidad de
concurso real (C. P, 58).
La pena del concurso real varía, pero siempre rige el principio de la pena única.
Si se trata de hechos reprimidos con una misma especie de pena, el artículo 55 establece
una acumulación jurídica o cúmulo jurídico. El máximum de la pena única no puede exceder
del máximum legal de la especie de pena de que se trate. El mínimum de la pena única es el
mínimum mayor de las penas correspondientes a los delitos concurrentes.
Delito continuado
Bajo el epígrafe de "concurso de delitos" el Código Penal prevé y regula de manera expresa
dos casos, a saber: el de un hecho delictivo que genera un concurso ideal de delitos, y el de
varios hechos delictivos que son independientes y que originan un concurso real de delitos.
La concurrencia de varios hechos que no son independientes, excluida del concurso ideal por
la pluralidad de los hechos y del concurso real por la falta de independencia de ellos, y que
legalmente no puede caer nada más que en la sanción legal a la que se adecúa cada uno de
ellos, es lo que en el Código Penal, se debe calificar como un delito continuado.
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Elementos
a) pluralidad de hechos;
A. Pluralidad de hechos. Exige que la misma persona cometa dos o más hechos
discontinuos, incluso en tiempos y lugares distintos. La prolongación discontinua de la
conducta delictiva diferencia el delito continuado del delito permanente, que consiste en
una conducta delictiva continua.
B. Dependencia de los hechos entre sí. Que el agente vincule subjetivamente los distintos
hechos mediante la unidad de su resolución, designio, propósito, intención, voluntad, ánimo o
conciencia delictivos formados de antemano o precedentemente
La unidad propia del delito continuado reside en que el autor prosigue cometiendo el mismo
delito con cada uno de los hechos ejecutados. Esta identidad comisiva sólo es compatible
con hechos que por su homogeneidad material no la desvirtúan o alteran de una manera
esencial y que por su conexidad aparecen vinculados como momentos de una misma
conducta comisiva.
Esta es la condición que le confiere unidad legal a los hechos que materialmente no son
independientes. El sometimiento a una misma sanción depende:
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Concepto: La potestad represiva del Estado se manifiesta bajo la forma de las acciones
penales. Estas son las modalidades del derecho-deber del Estado de aplicarle la pena
establecida por la ley al partícipe de un hecho penalmente típico, antijurídico y culpable.
Ese derecho-deber del Estado {acción penal en sentido material) se diferencia del
derecho de ejercerlo en un proceso {acción penal en sentido formal o procesal). La
regulación de la primera corresponde al legislador nacional. La de la segunda, a los
legisladores locales.
Puede ser pública, de instancia privada o privada, pero su naturaleza es siempre pública
porque, aunque su ejercicio puede depender de la instancia del particular ofendido por el
delito o pertenecer a éste, el derecho-deber tiene por objeto la aplicación de una pena
pública.
Clases
Acción pública
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puede ser denunciada por cualquier persona capaz, pero únicamente la persona
particularmente ofendida por el delito (el agraviado), puede asumir la calidad de
querellante.
Es una acción pública cuyo ejercicio corresponde al órgano público, pero no de oficio,
sino que sólo corresponde formar causa contra el imputado a instancia (esto es, denuncia
o acusación del agraviado por el delito). Siendo éste incapaz, la instancia corresponde a
su tutor guardador o representante legal. La titularidad de la facultad de instar es
instranferible, pero el titular puede actuar por mandatario.
Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes delitos:
Lesiones leves, sean dolosas o culposas. Sin embargo, en los casos de este inciso se
procederá de oficio cuando mediaren razones de seguridad o interés públicos;
Concurren razones de interés público par a ejercer de oficio la acción por lesiones leves,
cuando su conocimiento y juzgamiento resulta útil, conveniente o necesario para el orden
o bienestar de la comunidad. Por el contrario, median razones de seguridad pública, si por
su naturaleza o circunstancias el hecho resulta sintomático de un peligro potencial para la
incolumidad de las personas o bienes de los terceros en general.
La instancia, que es irretractable, no tiene por objeto persona determinada, sino hechos
determinados y comprende, por lo tanto, a todos los partícipes en ellos. La instancia es
subjetivamente indivisible, pero es objetivamente divisible.
Acción Privada
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Aquellas que en atención a la preponderancia del interés del ofendido o agraviado por el
delito en el castigo o impunidad del hecho, su ejercicio está reservado a él o, siendo
incapaz, a sus guardadores o representantes; o tratándose de calumnias o injurias, a los
sucesores de aquél; o, si la ofendida es una persona colectiva, a sus autoridades
representativas. Las emergentes de los delitos de calumnias e injurias, violación de
secretos, salvo en los casos de concurrencia desleal e incumplimiento de los deberes de
asistencia familiar, cuando la víctima fuere el cónyuge.
A pesar de que el artículo 76 admite que en los casos de delitos de acción privada se
proceda por querella o denuncia, sólo la primera es procesalmente apta par a hacerlo,
pues la segunda no significa ejercicio de la acción, ni liga al denunciante al procedimiento.
Esas causas pueden tener un carácter objetivo, personal o mixto! Son causas objetivas
las que excluyen la punibilidad del delito en sí, como sucede con la amnistía. Son causas
personales las que, como la prescripción, la oblación voluntaria de la multa y la muerte del
imputado, dejando intacta la punibilidad del delito, benefician a los participantes a que se
refieren. Es mixta la causa que, como la renuncia, puede tener un efecto objetivo o
personal según la voluntad del que la haga. La sentencia firme, condenatoria o
absolutoria, no extingue la acción, sino que la agota porque realiza su finalidad propia.
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Amnistía
Prescripción
Se funda en la destrucción por el transcurso del tiempo de los efectos morales del delito
en la sociedad: extingue la alarma social ante el delito y la correlativa exigencia de la
sociedad de que se lo reprima, que es lo que constituye el fundamento político de la pena.
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El tiempo máximo para la prescripción, que corresponde a los delitos cuya pena fuere la
de reclusión o prisión perpetua, es de quince años. El mínimo, que pertenece a los
hechos reprimidos únicamente con inhabilitación temporal, es de un año. La regla general
para los delitos reprimidos con reclusión o prisión temporal, es que la acción se prescribe
una vez transcurrido el máximo de la pena señalada por la ley para el delito, sin que el
término pueda exceder de doce años ni bajar de dos. Es de cinco años, si el hecho está
reprimido únicamente con inhabilitación perpetua; y es de dos años, si la pena es de
multa, cualquiera que sea su cantidad. El término de la prescripción comienza a la
medianoche del día en que se cometió el delito, y el plazo se cuenta con arreglo a las
disposiciones del Código civil. Debe declararse de oficio.
Extingue la acción respecto de los delitos de los delitos de acción privada. La renuncia es
la dimisión por el agraviado u ofendido por el delito a su facultad de iniciar o proseguir el
ejercicio de la acción penal privada. Es irretractable, aunque puede ser condicionada,
opera por sí, sin necesidad de la aceptación del beneficiario. Éste, por consiguiente, no
puede renunciar a sus efectos. Debe ser expresa, salvo si el ofendido hubiere renunciado
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a la acción civil emergente del delito o hubiese hecho convenidos sobre el pago del daño,
caso en el que se tendrá por renunciada la acción criminal privada. No exige formalidades
determinadas, pero si fuera hecha fuera de la causa en una forma no amparada por la fe
pública, para hacerla valer en aquélla, debe ser ratificada.
El efecto activo de la renuncia es personal, pues no perjudica a todos los ofendidos por el
delito, sino sólo al renunciante y a sus herederos. Su efecto pasivo no es objetivo, y
depende del renunciante extenderla a uno o más partícipes en el delito.
Oblación voluntaria
La causal funciona respecto de los delitos reprimidos únicamente con multa; no, si
además media otra pena, alternativa, conjunta, accesoria o complementaria.
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