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Universidad Santo Tomás

Facultad de Filosofía y Letras


Espacio curricular: Epistemología y Filosofía de la Ciencia
Alumno: Facundo Rodríguez Castro
Profesor: Edgar Eslava

Trabajo Práctico: Intuición

En el presente trabajo intentaremos dar cuenta de la posibilidad de considerar a la


intuición como evidencia, para ello seguiremos las tres preguntas planteadas en el
artículo sobre Ernest Sosa.

La primera pregunta que se nos presenta es: ¿Qué es una intuición ostensible?

Para empezar, Sosa las encuadra dentro de una matriz clasificatoria de las
Facultades Intelectuales, considerándolas Facultades Intelectuales Generativas
(puesto que se producen a partir de información obtenida usando la facultad
correspondiente bajo determinadas condiciones).

Una definición más completa que da el autor es la siguiente:

“En el momento t, un sujeto S intuye que p si y sólo si:

a) En tS cree que p sin (en ese momento) inferir que p tiene una conclusión, ni
percibir que o, ni hacer introspección de p
b) La proposición es una proposición abstracta.”

Por lo tanto, las creencias dependientes de la intuición son, a la vez, dependientes


del tiempo. Haciendo los cambios en creencias predecibles y naturales. Pero, al
mismo tiempo, esta proposición debe ser abstracta, es decir, que debe poder
abstraerse de cualquier mención particular.

Sosa incluso va más allá y establece que S debe entender completamente la


proposición p.

¿Qué hace a una intuición una fuente de evidencia? ¿Es posible defender la
intuición frente a los modelos epistémicos que la excluyen prima facie como fuente
de evidencia?
A pesar de todo lo dicho, debemos recordar que cualquier tipo de Virtud
Intelectual, es falible, por lo que a lo mayor que podemos aspirar es convertirlas en
confiables. De esta manera, la intuición nos llevaría a “maximizar el superávit de
verdades sobre el número de errores”. La intuición, como evidencia para llegar a
una verdad debe estar acompañada de condiciones adecuadas para obtener esos
resultados.

Sin embargo, encontramos algunos problemas con esta definición. Según Sosa, la
intuición debe tratar sólo de proposiciones abstractas de un determinado tipo, este
tipo de proposición no queda claramente definida, y si efectivamente quedara
definida, no entendemos cómo se puede llegar a una proposición abstracta sin
apoyarse en ningún tipo de experiencia, que parece pertenecerle a la percepción y
no a otras facultades intelectuales. Creemos que Sosa cometió un error al dividir
tan tajantemente las facultades intelectuales cuando en la realidad, consideramos,
estas facultades van ligadas. No es posible considerar proposiciones abstractas
sino tenemos material a partir del cual abstraer.

Otro obstáculo, también señalado en el texto de Eslava, es que, en este modelo,


pueden darse intuiciones de intuiciones llegando a hacer crecer el circulo
justificatorio crecer sin control

Así, no consideramos que el planteo de Sosa nos permita establecer la intuición


como una fuente de evidencia, pero si tenemos en cuenta el planteo de Dancy en
sus capítulos ocho y nueve, encontraremos un valioso aporte por parte del
Coherentismo, puesto que se establece que en un sistema de creencias cada
creencia se justifica en virtud del aporte a la coherencia interna, pero no sólo eso,
sino que también debemos añadir que el Coherentismo parte de determinadas
experiencias. Por lo tanto, esas proposiciones abstractas quedarían mejor
definidas si fueran abstraídas a partir de experiencias determinadas y, al mismo
tiempo quedarían mejor ancladas en determinadas experiencias para ser
justificadas dentro de un sistema que no sólo tenga en cuenta la coherencia
interna sino que además tenga una base experiencial. Además, lograríamos
detener el crecimiento del circulo justificatorio gracias al anclaje experiencial de las
proposiciones tenidas en cuenta por la intuición.

En conclusión, creemos que el problema de la construcción discursiva de la


intuición por parte de Sosa parte del artificio de separar las facultades intelectuales
como si fueran independientes sin poder dar cuenta de cómo se conectan entre sí
y las relaciones que se establecen entre ellas. Cuando Sosa dice: “En el caso de
las facultades generativas, creencias de un tipo particular se producen a partir de
información obtenida usando la facultad correspondiente bajo determinadas
condiciones” (El subrayado es nuestro). Sosa en ningún momento establece de
dónde proviene esa información obtenida a partir de la cual se usa la facultad
correspondiente, en nuestro caso, la intuición. Nada puede surgir de la intuición
misma, porque ello significaría que la intuición es capaz de trabajar sin ningún
material, es decir que la intuición nos llevaría a inclinarnos a creer determinadas
cosas a partir de la nada. Sería más lógico decir que, a partir de la información
obtenida por la percepción y la introspección, la intuición pueda llevarnos a estar
inclinados a creer determinadas proposiciones.

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