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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE INGENIERÍA AMBIENTAL

TRABAJO

“EMPRESA Y MEDIO AMBIENTE”

PRESENTADO POR:

WILDER OBLITAS ABANTO


KEVIN SANCHEZ ZELADA

DOCENTE:

JESUS RENATO RUIZ JAUREGUI

CELENDÍN-CAJAMARCA

2017
Contenido
RESUMEN ................................................................................................................... 3

ABSTRAC .................................................................................................................... 4

INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 4

OBJETIVOS ................................................................................................................ 5

CAPITULO I ............................................................................................................ 6

LA RESPUESTA DE LAS EMPRESAS ANTE LA VARIABLE


AMBIENTAL: TIPOLOGÍA Y MOTIVACIONES ............................................................ 6

TIPOLOGÍA ........................................................................................................ 6

Variables explicativas .......................................................................................... 7

La hipótesis de porter .......................................................................................... 9

La ecoeficiencia .................................................................................................. 10

CAPITULO II ............................................................................................................ 11

1. HERRAMIENTAS PARA LA POLÍTICA AMBIENTAL


DE LA EMPRESA CENTRADAS EN EL PROCESO ...................................................... 11

1.1. Política ambiental de la empresa .......................................................... 12

1.2. La auditoría ambiental (ISO 14010) .................................................... 13

1.3. El eco balance .......................................................................................... 14

CAPITULO III........................................................................................................... 15

1. SISTEMAS QUE SE CENTRAN EN EL PRODUCTO


OFRECIDO 15

1.1. El compás ecológico ................................................................................ 16

1.2. La ecoetiqueta .......................................................................................... 17

CAPITULO IV........................................................................................................... 19

1. FONDOS DE INVERSIÓN ÉTICOS AMBIENTALES ......................... 19

I. CONCLUCIONES ............................................................................................ 22

II. BILIOGRAFIA.................................................................................................. 22
RESUMEN
Se han analizado, a lo largo de este capítulo, las principales herramientas con las que
contaría una empresa interesada en adoptar un posicionamiento ambiental positivo. Para
ello, se ha comenzado por pasar revista a los principales motivos que podrían explicar la
introducción de la variable ambiental en las decisiones empresariales. En algunos casos,
es la necesidad de cumplir con la normativa existente para evitar tanto las eventuales
sanciones, como el deterioro de la imagen corporativa de la empresa. En otros, la
búsqueda de la ecoeficiencia para ahorrar costes.

Finalmente, puede ser la presión de los propios clientes o la búsqueda de nuevas


oportunidades de rentabilidad. Una vez adoptada la decisión, las herramientas con las que
contaría la empresa han quedado encuadradas en dos grandes grupos. En el primero, se
han analizado aquellas que hacen referencia al proceso de producción: la política
ambiental de la empresa, los Sistemas de Gestión Ambiental, las auditorías ambientales
y el eco balance. En todas ellas jugaba un papel fundamental la familia de normas ISO
14000. En segundo lugar, se encontraban aquellas herramientas que se dirigen a
garantizar la idoneidad ambiental del producto ofrecido: el Análisis del Ciclo de Vida del
Producto y el eco etiquetas. Finalmente, el lector habrá encontrado una breve referencia
a los fondos éticos y ambientales, instrumento financiero que constituye un incentivo
añadido y externo para la adopción de las medidas anteriores.

Para ilustrar lo anterior, el último epígrafe ha presentado un estudio de las principales


modalidades de adaptación de las empresas a la normativa ambiental en Perú.
ABSTRAC
Throughout this chapter, the main tools used by a company interested in adopting a positive
environmental position have been analyzed. For this, we have begun by reviewing the main
reasons that could explain the introduction of the environmental variable in business decisions.
In some cases, it is the need to comply with existing regulations to avoid both possible sanctions
and the deterioration of the corporate image of the company. In others, the pursuit of eco-
efficiency to save costs.
Finally, it may be the pressure of the customers themselves or the search for new profitability
opportunities. Once the decision was adopted, the tools that the company would have belonged
to two large groups. In the first, we have analyzed those that refer to the production process: the
company's environmental policy, Environmental Management Systems, environmental audits and
the eco-balance. In all of them, the ISO 14000 family of standards played a fundamental role.
Secondly, there were those tools aimed at guaranteeing the environmental suitability of the
product offered: Product Life Cycle Analysis and eco labels. Finally, the reader will have found
a brief reference to the ethical and environmental funds, a financial instrument that constitutes an
added and external incentive for the adoption of the previous measures.
To illustrate the above, the last section has presented a study of the main modalities of adapting
the companies to the environmental regulations in Peru.

INTRODUCCIÓN
La empresa juega un papel clave en la problemática ambiental. Como agente situado entre
el mercado de bienes y servicios (finales, intermedios y de producción) por un lado, los
mercados de insumos productivos. Por otro, organiza el proceso de producción y
distribución en función de las demandas de los consumidores y productores, sobre los que
también intenta influir. De esta forma, se constituye en un puente fundamental entre el
mundo de la economía y el mundo de la biosfera, ya que es ella la que en gran medida
toma los recursos naturales y ambientales de la misma para, valorizarlos
económicamente, introduciéndoles en el mundo del mercado.

También es ella quien, conjuntamente con los consumidores, devuelve a la biosfera los
residuos y la entropía que deterioran su capacidad de seguir cumpliendo sus funciones.

OBJETIVOS
 Analizar los sistemas de gestión ambiental.
 Conocer las principales herramientas para una buena política
ambiental.
 Establecer los posicionamiento ambiental de una empresa.
CAPITULO I
LA RESPUESTA DE LAS EMPRESAS
ANTE LA VARIABLE AMBIENTAL: TIPOLOGÍA
Y MOTIVACIONES
Conviene comenzar este epígrafe por recordar lo que es obvio: no todas las empresas
perciben de la misma forma lo que la demanda social por una mejora de la calidad
ambiental significa, y lo que para ellas representa. Las empresas no reaccionan de la
misma manera ante la creciente importancia que la sociedad otorga a las consecuencias
que sobre el medio ambiente tiene su actividad, y el intento consiguiente de minimizar
sus aspectos más negativos.

TIPOLOGÍA
Constituye un lugar común en la literatura clasificar a las empresas, de acuerdo a su
percepción de esta nueva variable y la actitud adoptada frente a ella, con ayuda de la
siguiente tipología (Fundación Entorno, 2001):

 Negativas. En este grupo se encuentran aquellas empresas que consideran la


preocupación con respecto al medio ambiente, y las medidas que genera, como
un elemento de distorsión que dificulta sus operaciones convencionales,
reduciendo la obtención de beneficios. «La empresa cree que el medio ambiente
supone una amenaza para sus resultados económicos y considera que los
problemas medioambientales son agrandados por los grupos ecologistas y los
medios de comunicación». Ludevid (2000), siguiendo a Welford (1996) las
caracteriza como «ostras» o «resistentes».
 Pasiva-indiferente. En este segundo caso, el medio ambiente no es una variable
relevante para la empresa, aunque de vez en cuando se ve obligada a tomar algún
tipo de medidas forzada por la situación: «los problemas ambientales no
preocupan de manera especial a la empresa y sólo actúa frente a ellos cuando se
ve obligada a hacerlo». Serían las «why me?» (¿por qué yo?) y las «lagarto»
(conscientes de los retos ambientales pero incapaces de hacerles frente).
 Reactiva. En este tercer grupo se encuentran aquellas empresas que se ven
directamente afectadas por la normativa ambiental, debido al hecho de pertenecer
a un sector sensible, por ejemplo, pero que no adoptan un comportamiento
particularmente activo al respecto. «Este tipo de empresa actúa a favor del medio
ambiente fundamentalmente para cumplir la legislación aplicable y responder a
las demandas de las Administraciones competentes.» Empresas «pensativas».
 Proactiva. A diferencia del grupo anterior, en este caso la empresa integra la
variable ambiental en sus procedimientos de gestión, bien sea para adelantarse a
los acontecimientos, bien para explotar lo que percibe como ventajas de mercado.
«Empresa que participa activamente en los asuntos medioambientales y
promueve la aplicación de técnicas de prevención y sistemas de gestión.»
Empresas «anticipativas».
 Líder. Finalmente, en el otro extremo del espectro, se encuentran aquellas
empresas que ven la preocupación social con respecto al medio ambiente como
una oportunidad de potenciar su propia línea de negocios. «La empresa ha sido,
es y pretende seguir siendo pionera en su sector en la aplicación de técnicas de
prevención medioambiental, sistemas de gestión y otro tipo de soluciones.»

Las tres primeras categorías tienden a adoptar una postura pasiva y más bien negativa
frente a la variable medioambiental, mientras que las dos últimas se caracterizan por una
actitud positiva y activa o proactiva.

Ahora bien, el que las empresas reaccionen de una u otra manera frente a los cambios
introducidos por una mayor conciencia ambiental depende, en gran medida, del carácter
de la fuerza que impulsa el cambio, pero también de las condiciones que permiten a dicha
fuerza manifestarse en mayor o menor medida.

Variables explicativas
El hecho de que las empresas adopten un tipo de actitud u otro frente al medio ambiente
depende, como es natural, de muchas variables. Entre ellas, sin embargo, juega un papel
destacado el tipo de estímulo que propicia la reacción positiva con respecto a sus
relaciones con el medio. En este sentido, existen distintos vectores fundamentales del
cambio:

A. Ahorro de costes: en primer lugar, un posible ahorro de costes de producción, al


mejorar la eficiencia de los procesos productivos, y la utilización de materias
primas y energía. Sin embargo, en ocasiones este ahorro potencial de costes no es
percibido como tal. En efecto, muchas empresas que consideran que la adopción
de medidas de protección del medio ambiente representa un coste de producción
añadido, se sorprenderían al descubrir que, por el contrario, la adopción de algunas
de ellas se traduce en un ahorro sustancial. En ocasiones este ahorro se produce
por un rediseño del proceso de producción que reduce la utilización de materias
primas, agua y energía, así como la producción de residuos
B. Cumplimiento de la normativa: el segundo gran motivo para adoptar una serie
de prácticas de protección del medio ambiente es, evidentemente, la necesidad de
cumplir la normativa al respecto, evitando eventuales sanciones. Conviene
recordar, en este sentido, que el coste que acarrea el incumplimiento de la
normativa ambiental, una vez que la empresa ha sido descubierta y sancionada
por ello, no estriba únicamente en la multa correspondiente. Para muchas
empresas, incomparablemente más importante que esta sanción monetaria, es la
pérdida de imagen corporativa ante clientes y accionistas, que puede traducirse en
una caída del valor de sus acciones y activos, así como en una reducción de su
cuota de mercado. En otras ocasiones, y con una perspectiva más positiva, la
empresa adopta medidas ambientalmente beneficiosas, no sólo para cumplir la
normativa vigente, sino para adelantarse a futuros cambios legislativos en el
sector. Una empresa que anticipa esta posibilidad gozará de un mayor período de
adaptación, con la consiguiente ventaja comparativa frente a eventuales
competidores.

C. Reducción de riesgos La inversión que tiene como objetivo la reducción de


eventuales riesgos ambientales, también puede contemplarse como una decisión
encaminada a reducir los costes de la empresa. Ello es debido a que las compañías
de seguros diseñarán sus pólizas en función de las medidas adoptadas por la
empresa para prevenir estas eventualidades. Asimismo, los bancos, intermediarios
financieros en general, y eventuales inversores, tendrán en cuenta la
vulnerabilidad de la compañía en éste, y otros terrenos, a la hora de decidir sobre
la colocación de sus fondos.

D. En cuarto lugar, la empresa puede verse impelida por la exigencia de sus propios
clientes. Conviene señalar, en este sentido, la existencia de tres fuentes
complementarias de presión
 Por un lado, puede verse empujada a la adopción de medidas correctoras, o
ambientalmente positivas, por la presión de las empresas que contratan con la
afectada, bien sea el suministro de materias primas e insumos productivos, bien
sea el suministro de servicios, y que desean mostrar una imagen respetuosa con el
medio ambiente.

La hipótesis de porter
La idea de que la adopción de una normativa ambiental más estricta puede resultar
beneficiosa para las empresas afectadas, fue introducida por Michael Porter hace ya
bastantes años. En su formulación más sencilla afirma que una normativa ambiental más
exigente (con la condición de que sea eficiente) puede conducir a situaciones
ganadorganador (win-win), en las que tanto el bienestar social como el beneficio privado
neto de las empresas que operen bajo dicha normativa, pueden verse incrementados
(Porter 1991, Porter y van der Linde, 1995). No debe sorprender que una normativa
ambiental más exigente incremente el bienestar social: ésta es la razón por la que se
introduce.

Ahora bien, no parece tan evidente que esta misma normativa ambiental tenga un impacto
igualmente positivo sobre los costes y beneficios de las empresas afectadas. El motivo,
según Porter, es que una normativa ambiental más exigente introduce incentivos para la
innovación, con el consiguiente impacto positivo sobre la competitividad. La hipótesis de
Porter, si bien es muy atractiva, no deja de estar sujeta a críticas. Se afirmaba, por ejemplo,
que el supuesto implícito en ella (las empresas ignoran las oportunidades de mejorar sus
resultados), es algo ciertamente difícil de comprender cuando se trata de entidades
maximizadoras de beneficio. Sin embargo, en cuanto se toma en cuenta que la
información no siempre es un bien público, y que el acceso a la misma, y a veces su propia
adquisición, es costosa, la aparente contradicción desaparece. A todo lo anterior se añade,
como ya se ha tenido ocasión de apuntar, que la mejor gestión del riesgo ambiental
conduce a menores primas de riesgo, lo que hace disminuir los costes de financiación. Un
mayor flujo de caja y unos menores costes financieros conducen a un incremento del valor
bursátil (algo que podría ser irrelevante para cualquiera, excepto para el propio
accionista).

La información que aparece reflejada en la Figura 10.2 parece mostrar, en cualquier caso,
que no son los países que han adoptado
una legislación ambiental más ambiciosa, los menos competitivos: más bien lo contrario.
Ciertamente, del análisis de una información como la contenida en la tabla no se puede
deducir que una mayor exigencia ambiental traiga consigo una mayor competitividad
(hipótesis de Porter), pero sí que la evidencia empírica existente no la contradice y que,
desde luego, no muestra una relación inversa entre competitividad y exigencia ambiental.

La ecoeficiencia
El objetivo último de la empresa que adopta algún tipo de medida para mejorar su
desempeño ambiental es la ecoeficiencia: producir más con menos deterioro ambiental.
Ahora bien, son distintas las formas en las que una empresa determinada puede
conseguir una mayor ecoeficiencia (Ludevid, 2000, páginas 48 y siguientes):

 Reduciendo su consumo de recursos naturales, materiales y energía, a lo largo de


todo el ciclo de vida del producto. Esto es lo que se conoce como proceso de
desmaterialización de la producción.
 Aumentando, en segundo lugar, el componente renovable, reciclable y
reutilizable de sus insumos y productos: el incremento de la renovabilidad.
 En tercer lugar, disminuyendo su carga contaminante (emisiones, ocupación del
territorio) tanto directa como indirecta (ligada a sus fuentes de
aprovisionamiento): reduciendo su nocividad.
 Finalmente, ampliando el espectro de necesidades cubiertas por el producto o
servicio que ofrece, y su durabilidad, de forma que no sea necesario sustituirlo o
complementarlo con otros productos con tanta frecuencia. Extendiendo, en otras
palabras, el ámbito de cobertura del bien o servicio proporcionado.

Es importante no perder de vista estas cuatro posibilidades, complementarias e


igualmente importantes en la búsqueda de la ecoeficiencia, porque el papel relativo
de cada una de ellas puede ser muy distinto en cada caso concreto. Son pues varios
los campos en los que la empresa puede y debe actuar, en este sentido.

 Introduciendo cambios en el proceso de producción y distribución de bienes y


servicios.
 Introduciendo cambios en el diseño y en la concepción misma del producto o
servicio.

CAPITULO II
1. HERRAMIENTAS PARA LA POLÍTICA AMBIENTAL DE
LA EMPRESA CENTRADAS EN EL PROCESO

Ahora bien, una vez que la empresa ha decidido incorporar la variable medioambiental
en su proceso de decisión y adoptar una postura activa al respecto, ¿con qué tipo de
instrumentos cuenta? Es importante, en este sentido, no perder de vista que, en multitud
de ocasiones, la empresa está interesada no sólo en asumir una serie de medidas que
mejoren su desempeño ambiental (y le supongan un ahorro de costes, por ejemplo)
sino, sobre todo, en que la opinión pública lo sepa y tenga la certeza de que ha sido así
(para mejorar su imagen ante los consumidores, accionistas o la Administración). De
ahí la importancia de los procesos de certificación que deben de acompañar a muchos
de los instrumentos de gestión ambiental que pudiera adoptar la empresa. Estos
instrumentos son de dos tipos:

 En primer lugar se analizarán aquellos que se centran en el proceso de


produc- ción y distribución de bienes y servicios.
 En segundo lugar, se pasará revista a los instrumentos que se dirigen a
garanti- zar el desempeño ambiental del producto ofrecido.
En primer lugar, en efecto, la empresa puede estar interesada en hacer un estudio
de su comportamiento ambiental a lo largo de su proceso de producción y distribución
de bienes y servicios, sea porque desea explorar posibles ahorros de costes, reducir la
posibilidad de tener accidentes que afecten al medio ambiente, cumplir sin sobresaltos
con la normativa (o adelantarse a futuras medidas en este campo) o poderse mostrar
ante sus clientes, en particular, y la opinión pública en general, como un agente com-
prometido y respetuoso con el medio ambiente.
Varias son las posibilidades que se abren ante la empresa en este caso. Las opciones
que tiene ante sí difieren en cuanto a su complejidad y el grado de compromiso que
encierran, así como con respecto al elemento esencial de la propia organización al que
se dirigen.

1.1. Política ambiental de la empresa

El paso más elemental, en este recorrido, es el de la introducción de un sistema sencillo


de política ambiental.
La adopción de una política ambiental de la empresa consiste en la declaración, por
parte de la misma, de su propósito de mejorar su desempeño en el campo del medio
ambiente. Esta declaración ha de contenerse en un documento, suscrito por los máximos
responsables de la dirección (para garantizar la seriedad del compromiso adquirido), en
el que se especifiquen los objetivos que la institución se propone conseguir con respecto
al medio ambiente.
La declaración de la política ambiental de la empresa, en definitiva, tiene un doble
objetivo. En primer lugar, el de hacer conocer a la sociedad, y a una serie de grupos
específicos (clientes, accionistas, comunidad, Administración), que la empresa
adopta una posición de responsabilidad con respecto a los problemas ambientales.
Estos diez principos eran:

— Protección de la biosfera.
— Uso sostenible de los recursos naturales.
— Reducción y eliminación de residuos.
— Conservación de energía y eficiencia energética.
— Reducción de riesgos en el trabajo y para la comunidad.
— Productos y servicios seguros.
— Recuperación medioambiental: reparación de daños.
— Información al público.
— Compromiso de la dirección.
— Verificación e informes públicos.

1.2. La auditoría ambiental (ISO 14010)

Una auditoría es una herramienta que pretende comprobar si una empresa u


organización está haciendo lo que se supone que debería hacer. Una auditoría
ambiental, por tanto, es «una herramienta que comprende una evaluación sistemática,
documentada, periódica y objetiva sobre cómo la organización, ordenamiento y
equipamiento de una empresa cumplen con el objetivo general de contribuir a la
salvaguarda del medio ambiente», según el reglamento original de la Unión Europea.
Como tal, está constituida por una serie de elementos fundamentales:

 El objetivo de la auditoría. Es necesario, en efecto, establecer en primer lugar


el contenido (aspectos a considerar en la realización de la auditoría) y el alcan-
ce (profundidad) del análisis que se va a efectuar.
 Los criterios con respecto a los que se va a evaluar el grado de cumplimiento
de los objetivos fijados con anterioridad. Estos criterios varían en función de los
objetivos propuestos y pueden abarcar, desde el cumplimiento legislativo hasta
el logro de las metas de la política ambiental, pasando por la adecuación del
Sistema de Gestión Ambiental a los requerimientos de la normativa aplicable
(EMAS, ISO 14001).
 Las partes involucradas en la realización de la misma: el auditado (empresa,
compañía o departamento que se somete a la auditoría); el cliente (empresa u
organismo que encarga la realización del trabajo, y que no tiene por qué
coincidir con el anterior); y el equipo auditor.
 El equipo responsable de llevar a cabo la auditoría, que puede ser tanto
individual como colectivo, interno de la empresa o externo. Dado que las
auditorías pueden terminar siendo periódicas, es probable que a la empresa le
resulte finalmente rentable preparar a su propio equipo auditor interno, pero
es funda- mental, en este caso, que no exista ninguna relación entre el
responsable del equipo auditor y el del departamento o departamentos sujetos
a la investigación.

1.3. El eco balance

Una herramienta muy útil en la gestión ambiental de la empresa y, en


concreto, para facilitar el conocimiento de su situación ambiental, es el llamado eco
balance. El eco- balance recoge, de una forma sistemática, el flujo de materias primas,
energía, recursos naturales, residuos y productos en general, que entran y salen de la
empresa, en un período de tiempo determinado. Tal y como puede apreciarse en la
Figura el eco- balances pueden ser de tres tipos:

 De producto. En este caso, el foco de atención se centra en la producción de un


único bien dentro de los que constituyen la oferta de la empresa.
 De proceso. En este segundo caso, el eco balance cubre todo el proceso
productivo de la empresa.
 De la empresa. Finalmente, el eco balance puede abarcar todas las operaciones
de la empresa, y no sólo las relativas específicamente a la producción.

El eco balance, como es obvio, puede resultar de gran utilidad para identificar los
aspectos ambientales de la empresa, mencionados con anterioridad.
CAPITULO III
1. SISTEMAS QUE SE CENTRAN EN EL PRODUCTO OFRECIDO

En ocasiones, el interés de la empresa se centra en el reconocimiento de que


el producto que ofrece ha sido obtenido con un menor impacto ambiental que los
productos similares de sus competidores. El motivo puede ser doble:

 En primer lugar, porque ha detectado una demanda por parte de los


consumido- res finales en este sentido, y quiere aprovechar las ventajas que
proporciona un posicionamiento favorable en este terreno.
 En segundo lugar, puede ser la empresa a quien suministra su producción la
que se lo exige, porque es ella la que desea que se produzca esta
identificación.

Lo más sencillo, en este caso, sería simplemente anunciar, mediante cualquier sím-
bolo o afirmación fácilmente reconocible, que el producto en cuestión es «ambiental-
mente amigable». Sin embargo, la indefinición con respecto a qué se entiende por ello,
unido sin duda a una cierta picaresca, pueden propiciar la aparición de abusos. Sería el
caso, por ejemplo, de productores que destacan el comportamiento ambiental de sus
productos:

 Mediante afirmaciones particularmente vagas y sin ningún contenido


práctico: productos «ambientalmente seguros», o «amistosos», o
«especialmente formulados para priorizar el medio ambiente» (Hunt y
Johnson, 1996, página 21).
 Recalcando el hecho de que no se emiten determinadas sustancias nocivas,
o no se utilizan determinados insumos que, en cualquier caso, están
prohibidos por la normativa vigente: pinturas que se anuncian «sin plomo»
o aerosoles «libres de CFC».
 Llegando incluso a introducir en su presentación afirmaciones totalmente
peregrinas: como el caso de unos cereales para el desayuno promocionados
como
«Amigables con los delfines» (Starkey, 1998, página 105).

No es de extrañar, por tanto, que ante abusos como los mencionados creciera la
desconfianza de los consumidores, y tanto ellos como las empresas interesadas
demandaran una clarificación y estandarización de los procedimientos conducentes a
identificar aquellos productos realmente favorables desde un punto de vista ambiental.
Dos han sido las herramientas fundamentales desarrolladas con este propósito.

1.1.El compás ecológico

Una alternativa más sencilla al Análisis del Ciclo de Vida del Producto, y que
se mencionará únicamente de pasada, es el llamado compás ecológico. Este
instrumento, diseñado originalmente por Dow Europe, organiza la evolución de los
impactos ambientales de un determinado producto de una forma visualmente muy
atractiva, tal y como puede comprobarse en la Figura 10.6. Establecido un pequeño
grupo de impactos significativos, que actúan como vértices del compás, se traza una
envolvente anual (o semestral, o mensual, de acuerdo a las características del
problema objeto de estudio), que permite visualizar de manera instantánea los
progresos realizados en cada campo (PNUMA, 2000, página 17).
1.2.La ecoetiqueta

Desde el punto de vista de la información al consumidor sobre la bondad de


las características ambientales de un producto, probablemente la forma más expeditiva
de darlas a conocer sea la utilización de algún símbolo o sello que lo distinga de sus
competido- res. Esta es la base de todos los esquemas de ecoetiquetado que, desde la
aparición en
1977 del «ángel azul» en Alemania, han tratado de garantizar al consumidor
el comportamiento ambientalmente menos agresivo de determinados productos,
obviando los posibles abusos a que se aludía más arriba. A partir de ese punto, se ha
venido desarrollando en el ámbito de la Unión Europea un proceso de normalización
que ha desembocado en la aparición, en 1993, de un sistema europeo de etiquetado

ecológico16.
Los elementos que configuran un sistema de ecoetiquetado serían los
siguientes:

 En primer lugar, un grupo de productos que tienen en común el satisfacer


una determinada necesidad: «todos los productos competitivos que sirven un
propó- sito similar y tienen un uso equivalente».
 En segundo lugar, un Análisis del Ciclo de Vida del Producto aplicado al
grupo en su conjunto, para determinar sus principales impactos
ambientales.
 En tercer lugar, una serie de criterios que permitan identificar a los
productos menos agresivos con el medio ambiente, dentro del conjunto de
los analizados: por ejemplo, al 30 por 100 de los productos más favorables
desde el punto de vista ambiental. Estos criterios, recuerde el lector el
problema de la agregación mencionado en el epígrafe anterior, son
establecidos normalmente por una co- misión de expertos que incluye a
representantes del gobierno, las empresas, la comunidad científica, y las
asociaciones ecologistas y de consumidores.

Una vez establecidos los puntos anteriores, un organismo independiente concede el


derecho a utilizar la etiqueta ecológica correspondiente a la empresa que lo solicite para
Alguno de sus productos, y que se encuentre dentro del porcentaje previamente
definido (en la Unión Europea, el 30 por 100 mencionado). Esta concesión tiene una
vigencia temporal finita (normalmente tres años), y ha de ser renovada, si la empresa
así lo de- sea, al término de la misma. La vigencia temporal limitada de la ecoetiqueta
responde al hecho de que, con toda probabilidad, la concesión de la misma a una serie
limitada de productos dentro de un grupo cualquiera supondrá un incentivo para
aquellos que se han quedado fuera. Si esto ocurre, y los excluidos adoptan las medidas
necesarias para cumplir con los criterios establecidos, el 30 por 100 original puede
no tardar en convertirse en un 70 u 80 por 100. El comité certificador, a la vista de la
evolución de los acontecimientos, irá endureciendo los criterios ambientales, elevando
el listón, de forma que en cada momento del tiempo, en promedio, sólo un porcentaje
reducido de productos cumpla con las condiciones necesarias para obtener la
ecoetiqueta.
Dentro del marco de la Unión Europea, la ecoetiqueta no se concede a los
siguientes grupos de productos: alimentos, bebidas, productos farmacéuticos y aparatos
médicos, y productos clasificados como peligrosos, o cuyos procesos de producción
entrañen un daño significativo para las personas o el medio ambiente. Para los demás,
la solicitud de la ecoetiqueta es totalmente voluntaria, y la empresa interesada ha de
hacer frente no sólo a los costes derivados de lograr que su producto cumpla con las
exigencias ambientales establecidas por la norma correspondiente, sino que ha de
añadir a éstos los debidos al organismo certificador: normalmente una tasa común, al
presentar la solicitud, y un porcentaje de las ventas del producto certificado, por el uso
de la eco- etiqueta (una tasa de 500 euros, más un 0,15 por 100 de las ventas del
producto en el caso de concesión de la ecoetiqueta).

CAPITULO IV
1. FONDOS DE INVERSIÓN ÉTICOS
AMBIENTALES

No quisiéramos terminar este breve repaso a los instrumentos que podrían


incentivar la adopción de un posicionamiento más claramente favorable al medio
ambiente por par- te de la empresa, sin hacer mención de una posibilidad que no se
centra ni en el proceso productivo ni en el producto, sino en la empresa como un todo:
los fondos éticos y ambientales.
Los fondos éticos son una de las manifestaciones de la llamada inversión ética, que
estaría compuesta por:

 Las cooperativas de crédito de apoyo a proyectos normalmente


discriminados por la financiación convencional.
 La banca ética, que considera objetivos sociales y ambientales en todas sus
operaciones: por ejemplo, el Grameen Bank de Bangla Desh, el Citizen’s
Bank de Canadá o el Southshore Bank de Chicago.
 Los productos éticos que ofrecen las instituciones financieras
convencionales.
En esta categoría estarían incluidos los denominados fondos éticos.

El origen de estos instrumentos se encuentra en la inquietud de distintos


consumidores y organizaciones con respecto a la colocación de sus ahorros en el
sistema financiero. Estas personas están interesadas en obtener una rentabilidad por los
mismos, pero no a cualquier precio: no desearían que sus ahorros contribuyeran a
financiar empresas cuyo comportamiento no aprueban. Los fondos éticos nacen,
precisamente, para garantizar esto. Los gestores de estos fondos establecen una serie
de requisitos que han de cumplir las empresas para que sus títulos puedan entrar en la
cartera de estos intermediarios financieros: en otras palabras, si no satisface los criterios
éticos de los responsables del fondo, no se adquirirán las acciones de esta compañía
con el dinero depositado por los inversores.
Existen dos grandes categorías de criterios que se utilizan para calificar una
inversión como ética:

 Criterios negativos o excluyentes. Son aquellos indicadores por los cuales se re-
chaza a una empresa para que forme parte de un fondo de inversión concreto,
debido a sus actuaciones contrarias al objetivo que pretende favorecer la
inversión.
 Criterios positivos o incluyentes. Son aquellos que pretenden valorar la
actuación de la empresa con respecto a la contribución real al desarrollo de los
fines del fondo.

Dentro de estas dos grandes categorías se pueden distinguir cuatro distintos grupos
de criterios:

 Relativos a las relaciones socio laborales y con la comunidad:

• Política socio laboral.


• Condiciones de trabajo.
• Mujeres y situación socio laboral.
• Discapacitados y situación socio laboral.

 Relativos al ambiente:

• Política ambiental.
• Emisiones y residuos.
• Reciclaje y reutilización.

 Campo de actuación:

• Defensa y armamento.
• Tabaco.
• Alcohol.
• Juego.
• Pornografía.
 Otros:

• Transparencia informativa.
• Experimentación con animales.
• Derechos Humanos.

Existen organizaciones especializadas en proporcionar información a las


Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) sobre las características sociales y
ambientales de las empresas, en función de los criterios mencionados, para que éstas

puedan decidir con mayor conocimiento de causa sobre la colocación de sus fondos20.
Los fondos éticos representan, en cualquier caso, la sensibilidad de sus clientes y es
importante señalar, en este sentido, la gran diferencia que puede llegar a existir entre
los criterios utilizados en países como Estados Unidos y Canadá, o en España, el Reino
Unido o Europa. En el primer caso, los criterios más importantes son los de
pornografía, tabaco y alcohol, mientras que en los países europeos los más demandados
socialmente son los derechos humanos, el medio ambiente y la discriminación laboral.

En cualquier caso, y aun cuando se trata de un instrumento muy reciente, en la


medida en que crezca la importancia tanto cuantitativa como cualitativa de estos
fondos éticos y ambientales, mayor será el incentivo que tendrán las empresas en
resultar elegibles, ya que ello redundará no sólo en una mejora de su imagen, sino en
una revalorización de sus activos y el acceso a una mayor liquidez.
I. CONCLUCIONES

 De acuerdo con la hipótesis de Porter, una estricta regulación ambiental aumenta


la eficacia e innovación empresarial, mejorando la competitividad.
 El segundo gran motivo para adoptar una serie de prácticas de protección del
medio ambiente es, evidentemente, la necesidad de cumplir la normativa al
respecto
 El objetivo último de la empresa que adopta algún tipo de medida para mejorar
su desempeño ambiental es la ecoeficiencia
 La implantación de un Sistema de Gestión Ambiental en la empresa, constituye
un paso adicional cualitativamente muy importante, que refuerza notablemente
su compromiso ambiental.
 Una auditoría ambiental, por tanto, es «una herramienta que comprende una
evaluación sistemática, documentada, periódica y objetiva
 Una alternativa más sencilla al Análisis del Ciclo de Vida del Producto, y que se
mencionará únicamente de pasada, es el llamado compás ecológico.

II. BILIOGRAFIA

 Ekins, P. y R. de Groot (2003). «Identifying critical natural capital», Ecological


Economics, 44 (2-3): 159-163.
 Enkerlin, E. C., S. Del Amo y G. Cano (1997). El desarrollo sostenible ¿un
nuevo paradigma?, en Ekerlin et al.
 Estrella, J., R. Manosalvas y J. Mariaca (2002). Guía para el acceso a los
recursos genéticos en el Ecuador, Quito, Instituto Nacional Autónomo de
Investigaciones Agropecuarias, Ministe- rio de Medio Ambiente.
 Ferraro, P. J., T. Uchida, y J. M. Conrad (2005). «Price Premiums for
Ecofriendly Commodities: Are “Green” Markets the Best Way to Protect
Endangered Ecosystems?», Environmental and Resource Economics, 32: 419-
438.
 Gómez, C. M. (1994b). «Desarrollo sostenible y gestión eficiente de los recursos
naturales, en Azqueta, D. y A. Ferreiro (eds.), Análisis económico y gestión de
recursos naturales, Ma- drid, Alianza Editorial, 1994.

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