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¿Que es la Psicologia?

Es la ciencia que estudia el comportamiento humano y los procesos mentales


de este y los animales. La psicologia representa la empresa de la humanidad
de comprenderse a si misma y ordenar sus propios asuntos de forma racional y
logica.

La psicología y la vida

Todos somos en cierto modo psicólogos. En nuestra vida diaria hacemos lo


que un psicólogo hace en un laboratorio. Observamos a nuestros compañeros
humanos y escuchamos lo que dicen, Observamos cómo reaccionan ante lo
que hacemos. Juntamos toda la información de nuestras observaciones y
establecemos teorías (las personas de baja estatura son agresivas; las mujeres,
nerviosas para manejar; los estudiantes de pelo largo fuman marihuana, etc.).
Luego probamos estas teorías observando si nuestras predicciones son
acertadas o buscamos alguna evidencia para apoyarlas. A menudo nos
equivocamos, aun cuando no lo admitamos fácilmente. Nuestro sentido
común puede ser suficiente en varias situaciones y tareas, pero también nos
puede llevar a falsas conclusiones y hacer inútil nuestro trabajo. Muchas de
nuestras ideas sobre la naturaleza humana, la personalidad o las influencias
culturales pueden no ser más que simples prejuicios o estar basadas en
suposiciones derivadas de nuestra propia naturaleza, personalidad y
educación.
Posiblemente seamos malos observadores de los fenómenos, personas que no
discriminan la información, o también carecer de una adecuada capacidad
para asimilar las ideas complejas, y todo ello nos puede llevar a un mal
empleo de la psicología, es decir, a “psicologisar”.

Resulta fácil tratar de explicar o entender el comportamiento, secundar


argumentos falsos o demasiado simplificados para apoyar nuestras
proposiciones. Decimos, tomando un ejemplo sencillo, que: “La violencia
característica en las familias numerosas y pobres, se debe a las condiciones de
hacinamiento en que viven”. ¿Por qué? Porque todos sabemos que si muchas
ratas son puestas en una jaula pequeña, al final se atacarán unas a otras,
llegando incluso a matar a las más débiles.

La idea es interesante, la inferencia, tentadora, pero los supuestos son


incorrectos. Es cierto que algunas personas pueden reaccionar violentamente y
que otras pueden sentir pánico o inquietud en condiciones de hacinamiento,
pero la mayoría no lo hará. Aun para las que sí lo experimenten, podría haber
muchas razones que explicasen su comportamiento evidentemente típico”.
Las ratas no son iguales a los humanos y éstos no son iguales entre sí. Las
ratas almacenan sus alimentos, algunos gitanos también. ¿Son avaros todos los
gitanos? ¿Matarían a sus hermanos en una caravana con demasiadas personas?
No. Sin embargo, este proceso de simplificar el mundo en que vivimos,
estableciendo analogías entre cosas sin relación alguna, puede dominar todas
nuestras respuestas, incluyendo nuestro estilo de vida.

Cuanto más compleja o desconcertante es una situación, tanto mayor es


nuestro deseo de simplificarla. Los psicólogos se estremecen ante esta
tendencia. Alegan que mientras más complejas sean las situaciones a las
cuales nos enfrentamos, tanto mejor, si es que estamos interesados en la
verdad sobre nosotros y en nuestra forma de comportarnos. Cuanto más
maduros seamos, menos tendremos que simplificar o psicologisar y mejor será
nuestra adaptación a la vida real, lo cual no es sencillo. A esto se debe que los
psicólogos intentan seguir los métodos científicos.

Descifrando los misterios

Hace unos cien años, la idea de adoptar un criterio científico para el estudio de
las personas fue
una emocionante novedad. En aquella época parecía un gran progreso el
descubrir qué tan grande
tenía que ser la diferencia entre dos pesos para que una persona -cualquier
persona- fuera capaz
de discriminar esa diferencia. Luego se descubrió que más o menos sucedía lo
mismo cuando se
juzgaban diferencias en cuanto a la intensidad del volumen, color o longitud
de las líneas. Este fue
un descubrimiento importante: implicaba que el ser humano se comporta en
formas regularmente
repetibles y predecibles, para las cuales resulta apropiado un método
experimental de
investigación.

Este desarrollo condujo directamente a los grandes progresos subsecuentes


que tuvieron lugar por
el uso de métodos científicos para tratar de responder a la pregunta: “¿Cómo
nos convertimos en
adultos competentes?”. Todos empezamos como niños indefensos: por lo
menos una parte de la
nueva conducta, adquirida a lo largo del camino del desarrollo hacia la edad
adulta, debe ser
aprendida: ¿cómo opera entonces el proceso del aprendizaje?

La primeras respuestas científicas fueron las del psicólogo ruso Pavlov y las
del psicólogo
norteamericano Thorndike. Ellos demostraron que el aprendizaje se basa en la
recompensa y el
castigo, pero sus descubrimientos fueron más sutiles de lo que sugiere este
enunciado. No
cualquier recompensa, dada en cualquier momento, funciona: debe ser algo
verdaderamente
deseado por el organismo a un nivel biológico y debe llegar rápido
(aproximadamente medio
segundo) después de haber ocurrido la conducta que se debe aprender.

Ahora sabemos que el aprendizaje en realidad es un proceso mucho más


complicado, pero esa
fue la semilla de donde surgió gran parte de la psicología. Un aspecto
importante del trabajo de
Pavlov y Thorndike fue su experimentación con animales. Con otros
innovadores, fueron capaces
de demostrar que el aprendizaje del comportamiento humano se puede
relacionar confiadamente
con el mismo proceso de los animales inferiores. Esto no significa -como
vimos en el ejemplo de
las ratas y los gitanos- que los humanos se comportan como los animales, sino
que ambos
aprenden algunos de sus patrones de conducta de manera similar. En realidad,
los humanos hemos
aprendido mucho acerca de nosotros mismos, al investigar metódicamente
aspectos específicos
del comportamiento animal.

De este modo, a la psicología se le daba el nombre de “ciencia de la


conducta”, o, en forma más
precisa, “ciencia del comportamiento de los organismos”. Pero una definición
más antigua fue la de
“ciencia de la vida mental”. Muchos psicólogos modernos están regresando a
esta definición que
hace de la “conciencia” un concepto central y propicia el estudio de los
sueños, la fantasía, los
recuerdos, los procesos del pensamiento, las sensaciones, etc. -es decir, de
todos los aspectos del
funcionamiento mental.

Los primeros psicólogos, en particular los primeros conductistas, negaban la


importancia de
dichos fenómenos o los veían como tipos especiales de comportamiento.
Argüían que, por
ejemplo, los pensamientos tienen muy poca relación con lo que la persona
piensa, es o hace en
realidad. Un hombre puede considerarse a si mismo como un león, pero ser
visto por sus amigos
como un ratoncito, como un apacible y gentil sujeto con ideas un poco
ridículas. De acuerdo con
los conductistas, lo que hace es lo que en realidad importa a los demás y, a la
larga, a él mismo.
Las acciones dicen más que las palabras.

La psicología como ciencia

Como ciencia moderna, la psicología ha entrado a una etapa excitante, en la


cual un
descubrimiento sigue a Otro. Las técnicas de investigación se han venido
desarrollando firmemente
a lo largo de este siglo y los resultados de muchos experimentos psicológicos
posteriores poseen
una autoridad y una claridad de las que carecían los trabajos iniciales. Estos
resultados, fundidos
en un cuerpo teórico, también se han vuelto más accesibles e inteligibles y,
como tal, pueden ser
de mucha mayor utilidad para cada uno de nosotros.

¿Es la psicología, entonces, una respuesta a nuestros problemas? ¿Explicará


satisfactoriamente
todo nuestro comportamiento? ¿Nos ofrecerá los medios para “curar” la
conducta que calificamos
de “mala”? ¿Abrirá nuestra mente? No es tan sencillo como eso.

Una cuerda de muchos hilos

Existe un sorprendente número de teorías que llevan a la interpretación e


investigación psicológica.
Originalmente algunas fueron formuladas como respuesta a las preguntas que
parecían importantes
en el momento de su concepción o que parecían acordes con las ideas
filosóficas prevalecientes.
Por ejemplo, es posible atribuir la paternidad de las ideas freudianas tanto al
clima social e
intelectual de la Viena victoriana tardía, como a la originalidad del maestro. El
trabajo del gran
psicólogo suizo, Jean Piaget, sobre la inteligencia, puede considerarse
indeleblemente asociado
con la tradición intelectual racionalista europea. La proliferación y amplia
aceptación de las teorías
conductistas se puede hallar en el predominio de las ideas científicas
norteamericanas de la
segunda mitad del siglo XX. Inclusive, el interés tan común por la psicología
oriental coincide con
nuestra fascinación contemporánea por la conciencia del sí mismo.

Sin embargo, la transitoriedad de las condiciones en que se concibe una teoría


no deben afectar la
durabilidad de su validez o utilidad más de lo que, el hecho de que Mozart
haya muerto hace cerca
de 200 años, pueda afectar el significado de Don Giovanni.
Por lo tanto, no es sorprendente que la psicología no sea la disciplina sencilla
que podríamos
desear que fuera. Su patrón ha sido tejido intrincadamente por varias teorías
como las que dan
preponderancia a los procesos cognoscitivos, a las etapas críticas del
desarrollo, a las metas y
aspiraciones futuras, a las expectativas y presiones sociales, a los “impulsos”,
a los fenómenos del
“aquí y ahora” o al hecho de que “así nacimos”, etc.

Con tantas y tan diferentes conjeturas sobre la naturaleza humana, resulta


difícil saber exactamente
qué necesita ser investigado y explicado. Cada teoría no sólo lleva a sus
propias preguntas,
también tiende a mostrar cierta preferencia por una metodología que puede ser
diferente de todas
las demás. Esto puede dar como resultado, y a menudo sucede, que los
hallazgos logrados por un
solo punto de vista sólo sean imperfectamente compatibles, o estén en
completo desacuerdo con
los de otros. El comportamiento, por así decirlo, no es algo que se pueda
entender o definir con la
precisión de, por ejemplo, el funcionamiento de una caja de velocidades
automática o incluso de
una computadora. Sin embargo, la psicología científica nos provee de un
marco de referencia, así
como de muchas claves para la interpretación de la conducta humana.

Por lo cual examinaremos algunas de las áreas centrales de la psicología,


vistas por un psicólogo
cuyo entrenamiento inicial se desarrolló dentro de la escuela conductista y
quien proclama su
importancia en la psicología contemporánea. Este planteamiento tiene como
objeto estudiar las
respuestas observables (actividades, movimientos), las cuales también deberán
ser medibles. Aun
cuando existe un considerable desacuerdo respecto de lo que constituye la
“conducta” en sí
misma, la mayoría de los psicólogos estarán de acuerdo en que la conducta es
lo que.
“visiblemente”, un organismo hace.

Esta Introducción Breve a la Psicología no intentará explorar los límites de la


teoría o la práctica
psicológica donde la explotación y el descubrimiento continúan. Busca
proporcionar el tipo de
mapa que nos muestre los caminos más importantes, los principales puntos de
llegada, así como
las rutas secundarias más útiles para llevarnos por un país grande y poblado,
más que proveemos
del plano a gran escala que se emplearía para encontrar el camino, a pie, a
través de un kilómetro
de terreno boscoso.

En La máquina suave se destaca la importancia del cerebro y de nuestros


sentidos -es una
introducción a la psicología fisiológica y a los misterios de cómo, lo que
llamamos “materia gris”
(localizada en la parte más alta de nuestra cabeza). controla nuestra conducta
y cómo los órganos
sensoriales, los cuales aparentemente nunca fallan -aunque algunas veces si lo
hacen- influyen en
ella.

En Vivimos y aprendemos se explica el proceso del aprendizaje y se


demuestra que es básico en
toda conducta. Sin la capacidad para aprender no podríamos sobrevivir ni
desarrollarnos como
seres humanos.

En El recuerdo y el olvido se explora la forma como almacenamos lo


aprendido. Este capítulo
también ofrece consejos prácticos sobre cómo mejorar la memoria.

En La búsqueda de un motivo y La revelación de nuestros sentimientos


volvemos nuestra
mirada hacia las fuerzas, sentimientos y actos que dirigen nuestra conducta.
En “Soy lo que soy” se hecha un vistazo al concepto de la personalidad, así
como a la manera en
que algunos psicólogos “unen todas las piezas”. Descubriremos que la
personalidad significa
mucho más para los psicólogos que una sonrisa abierta y un apretón de manos.
En este capítulo
también se proporcionan ejemplos de cómo los psicólogos empiezan a medir
la personalidad.

En el capítulo denominado Descarrilándose se consideran algunas de las


formas en que las
personas dejan de actuar adecuadamente. Aquí se habla de las enfermedades
psicológicas y de las
esperanzas que las diferentes terapias ofrecen a la persona mentalmente
enferma o que tiene una
conducta mal ajustada.

Finalmente, en Hacia un mundo mejor se analiza brevemente el papel que la


psicología podrá
tener en el mundo del mañana y se pregunta cómo podrá contribuir al
mejoramiento cualitativo de
la raza humana.

La psicología a nuestro servicio

La psicología no se relaciona únicamente con el mundo en general. Se


relaciona con los individuos
dentro de su propio mundo y se puede aplicar a la vida diaria. Pero muchas
personas -quizá la
gran mayoría- simplemente no saben cómo esta ciencia de la mente y la
conducta los puede
ayudar a superar y a enfrentarse a los problemas de la vida. A menudo ello se
debe a la idea de
que el conocimiento psicológico sólo se puede adquirir mediante la lectura de
difíciles textos
académicos.

A continuación se usa el método de pregunta-respuesta para proporcionar una


guía que nos lleve
al fondo de la materia.

¿Cuál es la diferencia entre psicoanalistas, psiquíatras y psicólogos? ¿No son


todos ellos
“médicos encargados de curar la mente”?
El psicoanalista practica y cree en el psicoanálisis, en las teorías y métodos
desarrollados a partir
del trabajo de Sigmund Freud y sus discípulos. Se trata de un método
especifico de tratamiento de
los desórdenes mentales, el cual consiste en investigar y explorar los procesos
inconscientes de la
mente. Las causas de un desorden, como es el caso de los recuerdos
reprimidos de la niñez, son
sacados a la superficie e identificados como parte del proceso terapéutico.
Generalmente, los
psicoanalistas son médicos calificados con un entrenamiento adicional en
técnicas analíticas. Como
parte de su entrenamiento, muchos deben someterse a un análisis personal.

La psiquiatría es una rama específica de la profesión médica, se podría decir


que los psiquíatras
son “los médicos de la mente”. Todos son médicos calificados. La psiquiatría
intenta prevenir,
evaluar y tratar las enfermedades mentales. Como una extensión de la
profesión médica, la
corriente principal de la psiquiatría tiende a considerar la conducta desviada o
anormal como algo
equivalente a lo que solemos llamar “enfermedad mental”. Pero algunos
limitarán este término
“enfermedad” a estados tales como la esquizofrenia. Los métodos de
tratamiento varían de
acuerdo al psiquiatra y a la naturaleza y grado de complejidad de los
problemas del paciente. Los
métodos incluyen la psicoterapia, la farmacoterapia, y menos comúnmente, la
electroterapia.

La principal diferencia entre los psiquíatras y los psicólogos clínicos -aquéllos


que están
entrenados para tratar con las mentes “enfermas”- consiste en que los
primeros tienen la
capacidad de utilizar drogas y electroterapia, además de la psicoterapia, en un
intento por alterar
los patrones de conducta o curar las enfermedades. En cambio, los psicólogos
sólo emplean la
psicoterapia. No obstante, comparado con el psiquiatra, el psicólogo elabora
un espectro de
estudio y experiencia mucho más amplio como base de operaciones. El
psicólogo habrá estudiado
la conducta de los animales y de las personas en sus estados normal y
anormal, esperando
arrojar alguna luz sobre por qué los organismos se comportan como lo hacen
en el “vida real”.

¿ Qué clase de problemas se supone que los psicólogos deben ayudarnos a


resolver?

Como profesión, la preocupación de la psicología es el bienestar del ser


humano. Presupone que
los seres humanos sanos dan lugar a una sociedad sana, la cual, a su vez, hace
que la vida sea
agradable y provechosa. Para lograr esto, los psicólogos tratan de entender
cómo y por qué las
personas actúan como lo hacen. Existen por lo menos treinta subdivisiones
identificables dentro de
la práctica de la psicología -muchas de ellas ahora se toman como disciplinas
distintas-, cada una
de las cuales ha contribuido de una manera notable y ha mantenido
celosamente sus contribuciones
al campo total de la psicología.

¿Podría yo familiarizarme con lo que hacen los psicólogos?

Todos podemos encontrarnos con algunos de ellos. Los psicólogos trabajan en


las escuelas, en los
servicios de asesoría y orientación; existen los psicólogos infantiles, sociales,
fisiológicos,
experimentales, académicos, industriales, vocacionales, de ingeniería y del
espacio, militares,
psicoterapéuticos y clínicos. Aun más, los psicólogos están interviniendo en la
política, dando
asesoría en cuestiones que van desde la discriminación racial y la violencia en
los medios de
comunicación masiva, hasta las estrategias militares y las condiciones
ambientales de la vida
urbana.

Cada año se llevan a cabo miles de experimentos, en todo el mundo, sobre


asuntos tan variados
como las causas de ser zurdo”, del constante movimiento de los párpados, de
las formas de
persuadir a un adicto a dejar la bebida, el cigarro o las drogas, los patrones de
crianza de los niños
(que los harán convertirse en adultos felices y competentes), de cómo prevenir
las enfermedades
mentales y los desórdenes conductuales, así como la manera de promover una
eficaz vida
cooperativa, etc. -casi cualquier aspecto de la vida puede ser investigado por
los psicólogos y casi
ningún problema está tan alejado de la conducta humana que no pueda ser de
utilidad.

A pesar de tener muchas teorías diferentes y evidentemente conflictivas, y a


pesar también del gran
número de “curanderos” sin entrenamiento y algunas veces peligrosos -que
insisten en usar el
término- la psicología actualmente es una disciplina profesional tan
reconocida como el derecho o
la medicina (y se puede complementar con ambas).

¿Trabajan la mayoría de los psicólogos en las clínicas, con los enfermos


mentales?

Los psicólogos clínicos forman una tercera parte del total de profesionales de
todo el mundo.
Llevan a cabo un largo entrenamiento, tanto teórico como práctico, el cual
culmina en un internado
dentro de algún hospital para obtener el grado de doctor que los capacita para
diagnosticar,
conducir una terapia y dar “consultas” sobre una amplia variedad de aspectos,
variando éstos
desde problemas serios de adaptación, tensiones familiares, conflictos
maritales y problemas
sexuales, hasta retrasos mentales, drogadicción y delincuencia. También caen,
dentro de su
campo, las enfermedades mentales y otros problemas conductuales más serios.
Los psicólogos
clínicos trabajan, por ejemplo, en hospitales para enfermos mentales,
instituciones para ancianos o
para retrasados mentales, así como en centros de rehabilitación o bien en la
práctica privada, quizá
con algún equipo de colegas. En la actualidad, los psicólogos clínicos se están
dedicando en mayor
escala a este tipo de práctica.

¿ Qué hay sobre las especializaciones no-clínicas?

La psicología social es una especialidad importante que estudia al individuo


dentro de su ambiente
natural, social y cultural. A menudo, estos especialistas “observan” el
comportamiento como su
método principal de estudio y examen al investigar las bases psicológicas de
la vida social. La
mayoría de los psicólogos sociales trabajan en instituciones académicas o de
investigación. Otros
colaboran en proyectos de investigación de mercado y de publicidad. Muchos
otros también
aplican sus hallazgos de investigación científica a los problemas prácticos
como, por ejemplo,
cuando enseñan las habilidades sociales a quienes buscan mejorar su
comportamiento
interpersonal.

Los especialistas en psicología educativa trabajan, por lo regular en


conjunción con las
autoridades educativas, en clínicas de orientación para niños o en agencias
gubernamentales con
servicio de psicología escolar. Están facultados para dar consejos o investigar
sobre algún
proyecto para promover una educación más efectiva. Estos proyectos pueden
abarcar temas tales
como el mejor uso de los auxiliares visuales o la manera de promover la
interacción
padre-maestro-alumno. Los psicólogos educativos pueden aplicar sus
conocimientos de varias
maneras: en el entrenamiento de psicólogos escolares, en la orientación a
maestros o trabajadores
sociales, en la asesoría y terapia, así como en el diagnóstico y solución de los
problemas infantiles
en el hogar o en el salón de clase.

¿Puede un psicólogo ayudarme en el trabajo?

Una vez más, sí. Los especialistas en psicología industrial se preocupan por
readaptar al
“elemento humano” a la industria y por encontrar los medios para lograr una
mayor eficiencia.
Llevan a cabo investigaciones sobre todos los aspectos del trabajo: la
satisfacción laboral, la
frecuencia de accidentes, la selección de personal, la productividad, etc.
Pueden organizar
programas de entrenamiento para mejorar la calidad y rendimiento de cada
empleado, desde el
director administrativo hasta el encargado de hacer el aseo.
Los psicólogos en ingeniería son aún más especializados. Estudian la relación
entre personas y
máquinas tomando en cuenta el funcionamiento humano para un mejor diseño
de la maquinaria.
Esto puede variar desde la ayuda en la planeación del tablero de instrumentos
de un jet jumbo
hasta el mejoramiento del diseño de algún accesorio de una bombilla eléctrica.
En esta rama de la
psicología se encontrarán términos como ergonomía (diseñada para adaptarse
a las características
humanas) y bioingeniería (la mejor forma de mezclar hombres y máquinas)
según la rama de que se
trate.

Por lo tanto, ¿la psicología no es sólo una rama del “aprendizaje” o de la


“personalidad”,
sino que comprende todo cuanto hacemos?

Un psicólogo puede desarrollarse en la mayoría de los aspectos de la vida.


Existen, por ejemplo,
psicólogos ocupacionales cuyo objetivo es obtener lo mejor de los recursos
humanos, de una
manera más práctica y eficaz. Los psicólogos experimentales usan métodos
científicos para
investigar la manera como los individuos responden al mundo que los rodea,
pero también en otras
áreas de la psicología se emplea la experimentación (y la comprobación de
hipótesis). Del mismo
modo, los psicólogos fisiológicos tratan de descubrir lo que pueden sobre la
asociación entre los
procesos biológicos mentales (y corporales) y la conducta humana.

Pero, ¿pueden todos realizar su trabajo en la misma forma?

Existen varias tentativas para los psicólogos. Por ejemplo, los neurofisiólogos
originalmente
descubrieron la existencia de áreas especificas del cerebro, las cuales
producen diferentes
emociones como el dolor y el placer. Asimismo, mediante la producción
repetida de efectos
particulares, establecieron la noción de que la conducta humana se halla
controlada por la
actividad del cerebro y las neuronas. Esta forma aparenta ser la mejor para
investigar aspectos
específicos de la conducta humana, tales como el aprendizaje. Sin embargo,
está muy lejos de
explicar efectos más complicados.

El psicoanálisis es completamente distinto. Se trata de un complejo cuerpo


teórico basado en la
observación, pero es especulativo en sus interpretaciones. El psicoanálisis
considera que una gran
variedad de deseos o instintos, enterrados en lo más profundo de nuestro
inconsciente y de los
cuales podemos estar completamente ignorantes, influye (e incluso mueve) la
mayor parte de
nuestra conducta. Los psicoanalistas piensan que el proceso de revelación de
tales sentimientos
inconscientes ayuda al individuo a comprender mejor sus problemas y
coadyuva a un desarrollo y
realización psicológicos.

Al enfoque conductista se le puede describir como una forma intermedia de


los dos métodos
arriba mencionados. Los psicólogos conductistas se hallan entrenados para
observar la conducta
con el fin de comprender la condición humana. Las demás personas pueden
adivinar lo que usted
siente, pero sólo usted tiene la experiencia consciente de sus emociones. Otras
únicamente se
apoyan en lo que usted les cuenta. Como esto a menudo puede ser
desconcertante, los
observadores entrenados usan criterios estandarizados que los ayudan en la
interpretación de la
conducta.

A este tipo de planteamiento se le conoce como psicología del estímulo (lo


que se ve)-respuesta
(la reacción al mensaje) o E-R para abreviar. A los conductistas les interesan
más los estímulos y
las respuestas de las personas que lo que ocurre dentro de un solo individuo.
Aun cuando los
enfoques de los analistas y los de los conductistas pueden parecer similares,
vistos
superficialmente, difieren en la aceptación de lo que constituyen sus “datos”,
en la forma de lograr
sus descubrimientos y particularmente en su forma de explicar cómo y por qué
las personas se
comportan de tal o cual manera.
Estos tres enfoques, ¿abarcan todas las posibilidades?

No, existen otros. Tal es el caso de la psicología existencial, la cual sostiene


con optimismo que
las personas son “libres” para elegir y determinar sus acciones y que son
responsables ante si
mismas por cada una de ellas. Una fuerte motivación hacia la “realización
personal” nos lleva
siempre adelante, conforme buscamos desarrollar, de la mejor manera posible,
nuestra
potencialidad en la vida. Y la meta final es la comprensión de dicha
potencialidad. El movimiento
de los grupos de encuentro tiene sus raíces en el existencialismo.

Estos diferentes enfoques, ¿se presentan siempre juntos?

La psicología cognoscitiva combina algunos, si no es que a todos ellos. En


este contexto,
“cognoscitivo” se refiere al proceso por el cual pensamos acerca de las cosas,
las vemos y
sabemos que existen. Los especialistas de esta rama afirman que, así como los
estímulos del
ambiente llaman nuestra atención y alteran nuestra conducta, también
recordamos experiencias
pasadas. Ellos se proponen investigar los procesos mentales responsables de
dichos recuerdos. Al
analizar todo lo anterior, y examinar sus partes componentes, podemos llegar
a comprender más
fácilmente lo que es la conducta.

¿Así, el enfoque de los conductistas y analistas sería, digamos, diferente al de


los
cognoscitivistas, al enfrentarse al mismo problema? ¿Cuál de ellos estaría en
lo correcto?

Los psicólogos de diferentes corrientes pueden abordar toda la variedad de


problemas humanos
con lo mejor de sus propios conocimientos tradicionales. Muchos psicólogos
no siguen una sola
escuela de pensamiento, más bien adaptan sus métodos de aproximación al
tipo de problema que
tratan. A esto se le conoce como psicología ecléctica. En ella, las
suposiciones, teorías y niveles
de análisis y tratamiento se utilizan para adaptarse a la ocasión, más que para
dejar que un criterio
predomine. En términos generales, resulta imposible decir cuál es el correcto.
Uno se puede basar
únicamente en los resultados -y éstos pueden ser “buenos” o “malos”,
dependiendo
completamente de los criterios que el investigador haya adoptado.

¿Cómo encontrar al psicólogo adecuado para sus problemas?

Una regla fundamental sería: asegurarse de que el psicólogo está bien


preparado y tiene un
prestigio legitimo. Una vez establecido esto, siempre es prudente elegir a un
psicólogo con cuya
corriente estemos de acuerdo y a la cual aprobemos. Habremos de asegurarnos
de que sus
conocimientos abarcan el área donde nuestros problemas se pueden localizar y
de que el (la)
psicólogo (a) nos agrada, pues de otra manera habrá muy poca oportunidad de
obtener resultados
productivos.

Pero, si existen tantos tipos de psicólogos, la mayoría desacordes entre sí,


¿cómo puede ser
la psicología una disciplina única y efectiva?

Existe un compromiso preponderante de todos los psicólogos en cuanto a los


métodos
profesionales y los propósitos comunes a todas las ramas -la descripción,
explicación,
comprensión, interpretación, predicción y control. Estas etapas, en el proceso
de comprensión y
desarrollo de la mente y del cuerpo humanos, se aplican continuamente en la
búsqueda del
mejoramiento de la calidad de toda nuestra vida -siendo éste el objetivo final
de la psicología y de
los psicólogos de todo el mundo.

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