“El trabajo dignifica al ser humano”
“Somos importantes porque Dios no
hace basura”.
Otra forma de transmitir la buena
caligrafía
Nos preparó a las maestras con su puño
y letra varias fichas con algunas frases
para que los estudiantes hicieran copia,
caligrafía con ellas y algunos maestros
ponían en un rótulo la última frase con
una imagen de un niño/a como forma de
importantizar el ser humano.
Una mujer significativa en El Seibo
El Seibo, pueblo humilde y pobre,
elegido por esta misionera para hacer
vida misionera aquí, en el que tuvo retos
amargos que dulcificaba con la oración;
pero también retos muy alegres,
fue muy feliz en este pueblo como
religiosa, dedicó muchos años de su vida a
la alfabetización en la cárcel pública
General Pedro Santana de los reos que no
sabían leer y escribir, fue muy respetada y
valorada por estos presos.
Ayudaba a presos que se le cumplía su
condena y no eran tomado en cuenta
porque no se le escucha ni respetaban su
dignidad de ser humano. Luchaba para
que se le hiciera justicia, nuca se cansó del
trabajo que hacía en favor de los que no
Rueda Hidráulica
tenían voz. Fue una mujer consagrada en
lo que hacía, amó al Seibo y a los seibanos,
se sentía seibana, amó con delirio esta
ASIGNATURA:
escuela El Rosario, abrió su corazón a este
pueblo, tenía muchos amigos/as. Esto es Obras Hidráulicas
simplemente varias líneas en renglones de
SUSTENTANTES:
amor, son muchas páginas que faltan por
completar. Br. Markony Caminero Guerrero
2016-0108
Br. Adrián Alejandro Mercedes
2016-0383
Br. Rubén Rafael Mota Sosa
2016-0518
DOCENTE:
Ing. Gregorio Morillo Rodríguez
La Rueda Hidráulica
Mujer de respeto y amor a la creación
Trini cuidaba y amaba la naturaleza como
parte de la creación de Dios, cuidaba las
plantas con esmero, las plantas que
embellecían el recinto, la mantenía
hermosas, limpiaba las hojas de todas las
plantas que deslumbraban la sala de
espera y la escalera, le removía la tierra
para qué crecieran y su s raíces se
pusieran fuertes y las plantas más
hermosas; daba vida a estos seres vivos,
limpiaba sus tarros. Nos transmitía a Dios
en el estilo de amar las plantas. Ver esas
plantas
es sentir a Trini.
Una maestra de vocación
Se entregó con amor a enseñar sus
estudiantes y los enseñaba bien, los
instruía con autoridad y respeto,
descubría los problemas educativos de
sus estudiantes, les ayudaba a moldear el
carácter, se centraba en la formación
religiosa, social, personal y académica
que se insertaran en la sociedad en otras
escuelas con buena ortografía, buena
caligrafía, buenos lectores, que supieran
mirar más allá, que definieran entre el
bien y el mal, que fueran hombres y
mujeres de bien, que amaran y
perdonaran al prójimo, que amaran a
Dios, que fueran disciplinados dentro y
fuera del centro.
Después de pensionada se dedicó por
completo al cuidado de la biblioteca,
amaba los libros, los cuidaba con
protección y delicadeza, los reparaba, los
despolvaba, daba vida a los libros,
siempre los hacía verse en buen estado.
Sabía profundamente la importancia de
los libros, el estudio como dominica era
una virtud para ella.
Fomentaba las normas de la biblioteca y
el saber investigar en ella. Motivaba los
docentes en la hora de biblioteca para
que motivaran sus estudiantes en la
lectura. En algunas ocasiones decía:
“lean estos libros son muy buenos para
reforzar los valores”.
El principito, Don Quijote de la Mancha,
la vida de Juan Pablo Duarte, esos entre
varios como también unos libros que
tenían hechos de vida cotidiana que
tenían frases como:
“La vagancia sólo engendra vicio”.