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RESUMEN. Este texto analiza los modelos de ABSTRACT. This text analyzes the models of
intelectual propuestos por Foucault y Rorty. intellectual proposed by Foucault and Rorty.
Dos modelos que renuncian a continuar los These two models resign to keep following
patrones del intelectual clásico y optan por the classical pattern of the intellectual and opt
soluciones totalmente opuestas. El intelectual for completely opposite solutions. The spe-
específico, propuesto por Foucault, hace de cific intellectual proposed by Foucault makes
su labor una tarea crítica que supone un nue- of his work a critical task that becomes a new
vo modo de pensar las relaciones entre filoso- way of thinking the relations between philo-
fía y política, mientras que el intelectual iró- sophy and politics, while the ironical intellec-
nico propuesto por Rorty conduce la tarea tual proposed by Rorty drives his intellectual
intelectual hacia una deserción, hacia la supe- activity towards desertion, towards the philo-
ditación de la filosofía a la democracia. Dos sophical subordination to democracy. Two
modos, pues, de concebir la práctica filosófi- ways, then, to understand practical philoso-
ca en nuestro presente que nos llevan hacia la phy in our present time which drive us to-
pregunta por la crítica en democracia. wards the question of criticism in democracy.
Palabras clave: Foucault, Rorty, intelectual, Key words: Foucault, Rorty, intellectual, criti-
crítica, democracia. cal task, democracy.
lectual específico. El gesto del diagnósti- para apuntalar las reformas mediante la
co 10 entendido como una particular mi- problematización de las causas y las con-
rada sobre el presente es aquel régimen secuencias. La cuestión misma del pre-
de mirada orientado a hacer visibles los sente, como horizonte único en el que se
problemas inmediatos que competen a la inscribían las luchas, es dejada de lado y
problemática concreta. Se trata de una considerada parte de un movimiento tras-
mirada estratégica, empeñada en sacar a cendental. El análisis de las condiciones
la luz las líneas mayores de los proble- de posibilidad del presente que nos daría
mas inmediatos, los peligros, las formas la clave para conocer positivamente el lu-
de actuación que, en virtud de su saber gar exacto de las reivindicaciones y el pa-
específico, el intelectual juzga conve- pel de las reformas dentro de un sistema
nientes en la coyuntura. Existe un cierto institucional o de poder entra, para Rorty,
aire pragmático en la consideración de un en conflicto con la posibilidad de una ac-
intelectual de este tipo, en la apertura de ción política pragmática. La acción polí-
la figura de un diagnosticador que se en- tica pragmática se encuentra únicamente
cargaría de analizar el presente con gesto orientada a mejorar la sociedad, pero no
de bisturí, intentando hallar la explica- la sociedad presente, sino la sociedad fu-
ción de los síntomas que se muestran, en tura. Se trata de contribuir, mediante una
su irrupción, desordenados, contingentes campaña específica y pragmática, al fo-
y azarosos. Hallar la coherencia de los mento de la utopía liberal. El campo de
síntomas en el cuerpo de un diagnóstico juego del intelectual queda, pues, restrin-
es la tarea pragmática del intelectual es- gido y se anula la posibilidad de un análi-
pecífico. Pragmática porque no se trata sis del presente como parte de una estra-
de orientar teóricamente los síntomas tegia política:
sociales hacia una explicación racional Si queremos que el discurso de los inte-
como se realizaba en la política de los lectuales del próximo siglo sea interesante y
movimientos denunciada por Rorty, sino diferente, podemos intentar olvidarnos del
de otra cosa: entender los síntomas como posmodernismo y los movimientos y aferrar-
una estrategia política del presente contra nos a las campañas. Esto significaría [...] dejar
de preguntarnos por la cuestión que, como
la cual es posible oponer otra estrategia, Foucault señaló agudamente, dominó el pen-
con el único fin pragmático de desarticu- samiento político de Kant: la cuestión acerca
lar a la primera. El fin no es otro que la del significado del «hoy» [...] Significaría li-
lucha concreta. Sin embargo, la tarea de mitar las preguntas sobre el hoy a los intentos
diagnóstico no se identifica con la políti- empíricos de predecir el futuro [...] Es un ale-
ca de campañas defendida por Rorty. jamiento de la pregunta trascendental «¿Cuá-
Puesto que el diagnóstico implica una ta- les son las condiciones de posibilidad de este
rea ontológica y crítica que, al contrario momento histórico?», y el acercamiento a la
pregunta pragmática: «¿cuáles son las condi-
que las campañas, no tiene por objetivo el ciones causales para remplazar la actualidad
futuro cercano, sino que comienza y se por una mejor actualidad futura?» 11
agota en el presente.
Para Rorty es necesario renunciar a 4. Cómo modificar el presente
un análisis del presente que busque ele-
mentos causales a la hora de comprender Las campañas, en tanto único medio de
lo que nos pasa. Ya no se trata, como en acción política de los intelectuales, res-
el caso del intelectual específico, de ana- ponden a una acción sectorial y específi-
lizar el presente para apuntalar las resis- ca basada en reivindicaciones concretas
tencias, ni siquiera de analizar el presente que es realizada sin el apoyo de ninguna
rea de otro sesgo, quizás contrario: asu- producciones de poder. Que carecen de
mir el presente como territorio propio y voz porque, precisamente, los vencidos
enfocar las propias acciones hacia su me- carecen de palabra. Así, la principal inno-
jora. Y la mejora del presente, para Rorty vación que supone la labor crítica del in-
identificado con el presente liberal, no es telectual específico frente a la tarea del
otra cosa que caminar hacia la consecu- intelectual clásico es la renuncia a tomar
ción de la utopía liberal a través de las re- la palabra en lugar del otro y, en cambio,
formas sectoriales y útiles que promue- la donación de dicha palabra a los silen-
van dicho camino. Así, la crítica y el re- ciados. Esta toma de palabra, para Fou-
formismo serán dos de las características cault, es una intervención social inédita,
principales de las dos figuras de intelec- pues supone la intromisión en el campo
tual que aquí venimos tratando. Dos ca- de juego político de un discurso que no
racterísticas que representan el rechazo al está reglado por las grandes construccio-
sueño platónico del filósofo rey, el del nes teóricas del intelectual clásico, de la
abandono de la figura clásica que marca- política o de las instituciones. Con ello,
ba la dirección de las luchas, de los pro- la crítica que lleva a cabo el intelectual se
blemas y sostenía en sus hombros el peso nos muestra como una tarea de diagnósti-
de la representación de las voces silen- co crítica en tanto el material del cual es-
ciadas. tán construidas las luchas en las cuales
El intelectual específico foucaultia- intervenir es el de la misma resistencia.
no, en tanto intelectual resistente, man- Y, por otro lado, la intervención es crítica
tiene con la crítica una relación estrecha. en la medida en que rompe con los usos y
No es posible desanudar la crítica de la costumbres tradicionales del intelectual
tarea de resistencia, de la persecución del y pretende una toma de palabra directa de
poder en su ejercicio. Con ello, es nece- los implicados. Toma de palabra en la
sario definir el modo en que el intelectual cual el papel del intelectual específico no
es sino un mediador a través de sus cono-
específico asume la tarea crítica no sólo
cimientos específicos.
para cubrir debidamente el espacio teóri-
co de dicho intelectual, sino también para 5. La función crítica del intelectual
observar el aumento de la disimetría con
el intelectual irónico rortyano. La crítica Concebida así la tarea del intelectual es-
es asumida por el intelectual específico a pecífico como crítica, la tarea del intelec-
través de dos elementos principales: la tual rortyano resulta claramente antagó-
subversión y la donación de palabra. A nica. Pese a que el intelectual irónico
través de estas dos características, el inte- comparta la crítica al intelectual sartrea-
lectual específico desarrollará su labor no, pese a que su condición de portavoz
crítica de acuerdo con un nuevo modelo: de los desfavorecidos sea desarmada y
por un lado, diagnosticará el presente a evidenciada como problemática, pese a
través de un análisis ontológico del mis- que también comparta el gusto por la sec-
mo. Por otro, a través de dicho análisis, torialidad, por la especificidad rechazan-
paticipará en las luchas específicas. do las grandes cuestiones y las grandes
Se trata de constatar la indignidad de empresas y optando por elementos claros
hablar por los otros, de nunca hablar en y específicos, por luchas concretas y deli-
nombre de nadie. Nunca hablar por los mitadas, el intelectual irónico no asume
otros significará prestar la voz a aquéllos las características críticas del intelectual
que carecen de ella. Que carecen de voz específico. Ya hemos analizado de qué
debido a ciertos flujos de poder, a ciertas modo para Rorty las campañas son re-
fractarias a un análisis del presente. Con trata de penetrar hasta las realidades que están
ello, la tarea de diagnóstico desaparece bajo las apariencias [...] las únicas críticas de
del horizonte de tareas del intelectual. las instituciones existentes que realmente
cuentan serán reformistas [...] Pensar de esta
Sin diagnóstico que vincule la subversión manera significaría deshacerse de la esperan-
a un elemento causal del presente, dicha za de evitar la complicidad con las institucio-
subversión aparece como una irrupción nes presentes e imaginar qué podríamos obte-
contingente y hostil al entramado cultu- ner, mediante una serie de pasos concretos, de
ral, una afrenta al espacio público que ga- una institución presente para llegar a otra algo
rantiza la convivencia de territorios pri- mejor 12.
vados. De igual modo, Rorty no aceptará
una crítica basada en la subversión y en la De este modo, la reforma se convier-
donación de palabra que guíe la tarea del te en el horizonte práctico del intelectual
intelectual. El intelectual rortyano, al irónico, sustituyendo la crítica bajo sus
contrario que el intelectual específico, no formas de subversión y de toma de pala-
centrará su actividad en sondear el pre- bra. Concebir una tarea intelectual crítica
sente para detectar las luchas adecuadas y con las instituciones existentes es, supo-
ne, para Rorty un franqueamiento ilegíti-
el modo de contribuir así a la resistencia
mo del espacio público. Recordemos
contra las instituciones.
que, para Rorty, la función del intelectual
El intelectual rortyano basa su carác- es una función pública y, como tal, debe
ter específico y sectorial no en las luchas abandonar las pretensiones privadas de
concretas que prefiguran sublevaciones, autorrealización, los sueños privados de
sino en las campañas. La noción de cam- autonomía, las ideas pertenecientes a los
paña se aleja tanto de la idea clásica de vocabularios últimos sobre el bien. Pala-
movimiento de carácter universal como bras sagradas como revolución, resisten-
de la noción posmoderna y, particular- cia o subversión deben quedar sumidas
mente, foucaultiana de la resistencia. La en el territorio de lo privado. Representan
campaña responde a una intervención una vulneración de la división público y
sectorial basada en reivindicaciones con- privado. El caso de Sartre, del intelectual
cretas que sean susceptibles de mejorar la clásico, era un referente claro, pues supo-
convivencia, esto es, que devengan útiles nía fundamentos que, una vez caídos,
para hacer nuestro sistema democrático rompían la legitimidad del paso de lo pú-
más inclusivo. La idea de la campaña blico a lo privado.
apunta a una serie de actuaciones locales Sin embargo, para Rorty, el caso de
reformistas orientadas a mejorar el fun- Foucault es más grave, pues suple la falta
cionamiento de las instituciones actuales de fundamentos no con la asunción de la
con vistas a un futuro cercano. Si la ac- contingencia, sino con la crítica total al
tuación política del intelectual foucaul- presente fruto de la invasión total de sus
tiano suponía una crítica radical a las ins- ansias de sublimidad privada en el espa-
tituciones que, según Rorty, se encuentra cio público. En contra de estas opciones,
abocada al fracaso absoluto debido a su el intelectual propuesto por Rorty es un
ausencia de una propuesta y un horizon- intelectual que interviene políticamente
te, el intelectual rortyano encuentra en la en la sociedad, esto es, en el espacio pú-
crítica reformista un modo de mejorar el blico. Sin embargo, el carácter de dicha
presente con vistas a un futuro cercano. intervención respeta escrupulosamente la
Sugiero que dejemos de asumir que la división entre lo público y lo privado a
función del intelectual es la crítica radical de través del concepto de reformismo. El re-
las instituciones existentes, una crítica que formismo, tarea si se quiere crítica del in-
Los efectos políticos de los actos del presente realizada con el único objetivo
GIP no se hicieron esperar, y el 5 de di- de transgredirla.
ciembre de 1971 comienza, en Toul, una
serie de violentas revueltas en las cárce- 6. Una nueva y última pasión:
les francesas a causa del estado de las la democracia liberal
prisiones que continuará en gran parte
de Francia 18. Emergía, pues, un movi- Se nos hace ya evidente que el intelectual
miento político sin representación algu- rortyano nos ofrece un tipo de interven-
na, cuya voz no era otra que la voz de los ción social radicalmente distinta de la
detenidos que se erguía contra lo intole- propuesta por Foucault. Rorty propone la
rable de un poder sufrido en el propio redescripción de esta crítica en el ámbito
cuerpo. La función del intelectual espe- de lo privado dejando el espacio público
cífico se nos presenta, ahora, de un como el escenario en el cual desarrollar
modo más complejo: no sólo se trata de una serie de reformas que contribuyan al
realizar trabajos sectoriales que puedan mejoramiento y difusión de nuestra cul-
contribuir a mejorar las condiciones de tura. Rorty concebirá la ciudadanía como
un colectivo determinado que se suble- un marco común, un léxico común ante el
va, sino producir, mediante la puesta en cual, en tanto pertenece el espacio públi-
acto de los saberes específicos, nudos de co, el intelectual debe plegarse. Las re-
resistencia, oposiciones tanto al modo formas tan sólo serán útiles cuando co-
en que se ejerce el poder como a los dis- rrespondan con los intereses de la comu-
cursos y prácticas políticas tradiciona- nidad que las contempla.
les. Se trata, en fin, de promover apues-
No nos queda otra alternativa que cam-
tas de politización inéditas y específicas biar el papel que los filósofos compartieron
mediante las cuales se puedan oponer re- con los sacerdotes y los sabios y adoptar una
sistencias al poder. Tales resistencias función social que se parece más a la de un in-
siempre serán parciales y efímeras en la geniero o un abogado. Al contrario de los sa-
medida en que se dan en un presente sin cerdotes y sabios, que podían decidir por sí
recurso a ningún futuro y, por ello mis- mismos sus temas, los filósofos contemporá-
mo, por estar totalmente inscritas en el neos, lo mismo que los ingenieros y aboga-
dos, deben averiguar cuáles son las necesida-
presente, la tarea del intelectual especí- des de los que les encargan su trabajo 19.
fico, para marcar los puntos ciegos en
los cuales inscribir las resistencias, debe En efecto, el papel del intelectual, su
realizar un diagnóstico del presente. función social, viene dado por el sentido
Ello nos remite, de nuevo, a la tarea de en que Rorty entiende la utilidad de las
una ontología del presente. Conocer, intervenciones políticas. Y, dicha utili-
analizar, establecer las condiciones de dad, no viene marcada por la teoría, ni si-
posibilidad a través de las cuales el pre- quiera por el mismo presente, sino por
sente se constituye como tal. Y el esta- aquella comunidad en la cual la figura del
blecimiento de tales condiciones de po- intelectual cobra sentido. Es así como las
sibilidad pasará por evidenciar los pro- reformas del intelectual rortyano conver-
cesos de saber y poder allí dónde se gerán con el ideario político liberal nor-
ejercen, aunque sea bajo otro nombre teamericano y el intelectual rortyano se
(humanidad, reinserción, justicia). Con convertirá, a la postre, en un intelectual
ello, la tarea crítica del intelectual pasa, de la democracia liberal en función de la
como la obra entera de Foucault, por el cual apoyará aquellas campañas refor-
establecimiento de una ontología del mistas concretas que resulten útiles para
sible tal articulación. Sin embargo, era cambiantes e irónicos que toman cada
posible reformular dicha articulación, y juego del mercado y del poder como un
la apertura de las intervenciones políticas nuevo juego irónico que azuza su capaci-
en la filosofía y en la práctica social dad de redescripción y creación, de cam-
como tarea de un intelectual específico bio. El vocabulario último del que renie-
hacían posible un nuevo modo de conver- ga el ironista es el nudo de coherencia
gencia entre la política y la filosofía: una que mantenía la supervivencia de la bata-
filosofía politizada que, como en el caso lla política. Sesgada dicha coherencia,
de Foucault, era expresada trágicamente sustituida por la ironía y la solidaridad, la
bajo la llamada a la resistencia. Con batalla política da paso a la paz política
Rorty, la deconstrucción entre los lazos en el terreno filosófico: a la deserción. El
del binomio filosofía-política nos ofrece intelectual desertor, que quizás pueda
un paso más. A través de la posibilidad también ser contemplado como un inte-
de ofrecer una filosofía marcada y gober- lectual específico liberal, cumple los sue-
nada por una mirada política —interven- ños utópicos liberales de la deserción, li-
ción política en la filosofía— se cumple brando a la política liberal del peso del
la deserción de la filosofía y de la políti- pensamiento y a la filosofía irónica del
ca, no debido a un escepticismo relativis- peso de la política. Enfrentando a la filo-
ta o al llamado postmodernismo rortyano sofía a la tarea de lidiar con su propia de-
—a la inversión de la figura del filóso- serción. Así, la intervención política en la
fo-rey—, sino a la intervención política filosofía rortyana que se cumple con la fi-
liberal consistente en desarmar la poten- gura del intelectual no sólo supone la de-
cia crítica y política de una filosofía que serción de la filosofía, el abandono de la
se encierra en la clandestinidad de lo pri- política y la instauración de la redescrip-
vado, condenada a fomentar la auto- ción irónica, sino el abandono de la con-
creación egoísta y contingente del indivi- testación al presente, la asunción, acrítica
duo mientras observa, confinada, de qué y derrotada, de lo que nos pasa porque,
modo el espacio público es constituido a precisamente, lo que nos pasa excede las
través de una política reducida a simples atribuciones del sujeto, de la crítica y de
campañas de fomento de la utopía liberal. la filosofía. El intelectual ironista, cam-
De este modo, el intelectual deserta biante y caprichoso, construido con con-
de su más antigua pasión, la política, del vicciones contingentes, es la plasma-
mismo modo que deserta de su quehacer ción práctica de la intervención política
filosófico en la medida en que su única rortyana en la filosofía, es decir, es la
tarea pasa por cimentar y apuntalar su ser plasmación práctica de la opción política
irónico privado. El intelectual rortyano se por la democracia, por el poder.
nos presenta como un intelectual deser- Y, a pesar de todo ello, nunca una op-
tor, que vive su propia deserción como un ción por el poder ha sido tan sutil y extra-
modo de acercarse a la utopía liberal y a ña, nunca ha contado con menos presu-
la felicidad que supone cumplir sus pro- puestos, menos fundamentos, nunca ha
pios sueños egoístas de autoperfección. proclamado con mayor énfasis el derribo
Privado de convicciones, de razones y de de toda epistemología, de toda moral
coherencia, la labor del intelectual deser- deontológica, de la tradición. Nunca una
tor se acopla perfectamente a las exigen- opción política por el poder ha convenido
cias de una nueva sociedad globalizada y que la falta de justificación es el mejor
espectacular, cimentada sobre el consu- modo para la conservación y promoción
mo y la volubilidad de los individuos del mismo. Nunca una opción militante
— Il faut défendre la societé, Paris, Ga- RORTY, R., Pragmatismo y política, Bar-
llimard, 1997. celona, Paidós, 1998.
REVEL, J., Michel Foucault. Expériences de — Filosofía y futuro, Barcelona, Gedisa,
la pensée, Paris, Bordas, 2005, p. 135. 2004.
NOTAS
1 Doctor en Filosofía por la Universidad de Barce- por el grupo de la revista Quaderni Rossi, dirigida por
lona y Profesor Asociado de la Facultad de Filosofía R. Panzieri, R. Alquati, M. Tronti y T. Negri. Desde
de la Universidad de Zaragoza. su nacimiento, el GIP estuvo ligado al grupo italiano
2 Y, sin embargo, deberíamos también atender a Soccorso Rosso, fundado por militantes de la extrema
las palabras que Deleuze dedica a Sartre reconociendo izquierda Lotta Continua, manteniendo lazos con los
la labor del intelectual universal en una determinada movimientos izquierdistas italianos del Potere Ope-
época histórica, su entereza moral ante la opresión. raio.
Ver al respecto, Deleuze, La isla desierta y otros tex- 15 Sobre la contestación política general y el con-
tos, Pre-Textos, Valencia, 2005. texto político de Mayo del 68, ver al respecto, G.
3 Foucault, Dits et Écrits, vol. III, Paris, Galli-
Dreyfus-Armand, R. Frank, M. F. Levy, M. Zancari-
mard, 1994, p. 156. ni-Fournel (ed.), Les années 68: le temps de la contes-
4 Foucault, Dits et Écrits, vol. III, op. cit., p. 109.
tation, Paris, Complexe, 2000.
5 Rorty, Pragmatismo y política, Barcelona, Pai- 16 Ph. Artières, L. Quero, M. Zacarini-Fournel
dós, 1998, pp. 68-69. (eds.), Le Groupe d’information sur les prisions.
6 Foucault, Le pouvoir, les valeurs et l’intellectuel.
Archives d’une lutte, 1970-1972, Éditions de l’IMEC,
Interview with M. Foucault by Michael D. Bess, U. Paris, 2003, pp. 133 y ss.
California, Berkeley, 3 noviembre de 1980, San Fran- 17 Foucault, «Préface», en Le Groupe d’infor-
cisco. Archivo del IMEC, Côte D285.
7 Rorty, op. cit., p. 71.
mation sur les prisions. Archives d’une lutte, 1970-
8 Deleuze, Registro sonoro del curso Le Pouvoir,
1972, op. cit., p. 53.
18 Ver al respecto, Ph. Artières, «La prison en
1985-1986, Bibliothèque Nationale de France, Côte:
PDC12-705. procès. Les mutins de Nancy», en Vingtième Siècle.
9 Foucault, Dits et Écrits, vol. IV, Paris, Gallimard, Revue d’histoire, n. 70, Paris, abril-junio 2001,
pp. 57-70.
1994, p. 594.
10 Gesto teorizado por Foucault como «un coup 19 Rorty, Filosofía y futuro, Barcelona, Gedisa,