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CONCLUSIONES DEL INFORME ORAL PRESENTADO POR LA

APELANTE GLADYS HUACASI ALARCON, en autos sobre

NULIDAD DE ACTO JURIDICO Y OTRO:

1. - Me permito efectuar mi informe oral en

representación de mi patrocinada Gladys Huacasi

Alarcon.

2. – ANTECEDENTES:

La recurrente Ejerciendo el derecho a la tutela

Jurisdiccional, la demandante ha INTERPUESTO DEMANDA DE

NULIDAD DE ACTO JURIDICO Y ACUMULATIVAMENTE EN

FORMA OBJETIVA ACCESORIA NULIDAD DEL DOCUMENTO

QUE LA CONTIENE LA ESCRITURA PUBLICA, CON LA

FINALIDAD de que se declare la nulidad del acto jurídico como

también del documento que la contiene la escritura pública con

respecto del bien inmueble urbano ubicado en La Av. Manco

Capac nº 566 del barrio anexo Mariano Melgar, de esta ciudad

de Juliaca,

3. -SOBRE LA CONTESTACION DE LA DEMANDA.

El demandado contesta en forma negativa alegando que

tiene DERECHO DE PROPIEDAD conforme aparece mediante

escritura de Fecha 24 de Abril de 1998. Según resolución Nº 03

resuelve tener por contestada.


4. -ANÁLISIS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

 La declaración de parte del demandado JULIAN QUISPE

VILLASANTE.

 La declaración de parte del demandante MARIO HUACASI

HUACASI.

DOCUMENTOS:

 Copia Legalizada del Testimonio de la Escritura Pública de

compra y venta Nro. 8275 de fecha 24 de Abril del 1998

realizada ante el Notario Público ALFREDO VASQUEZ

ROMERO.

 Copia legalizada del testimonio de la Escritura Pública Nro.

3502 de fecha 12 de enero de 1996.

En la secuela del proceso no se ha demostrado

fehacientemente, los siguientes hechos:

 Que en la Escritura Pública de compra y venta Nro. 8275 de

fecha 24 de Abril del 1998 realizada ante el Notario Público

ALFREDO VASQUEZ ROMERO adolece de causales de

Nulidad del acto jurídico.

 Que en la Escritura Pública de compra y venta Nro. 8275 de

fecha 24 de Abril del 1998; no se ha establecido que la firma

y huella digital correspondan a mi patrocinada GLADYS

HUACASI ALARCON documento que es materia de Litis.

5. - ANÁLISIS JURÍDICO LEGAL:


Haciendo un análisis jurídico legal, corresponde aplicar las

normas que se detalla:

a. EN ATENCIÓN AL ARTÍCULO 219 inciso 1 DEL

CODIGO CIVIL:

(...) Cuando falta la manifestación de voluntad del agente

(...)

DOCTRINA:

La falta de manifestación de voluntad supone, en

principio, no la nulidad del negocio sino la inexistencia del

mismo, pues sin aquélla resulta imposible que se forme el

supuesto de hecho en el que se resuelve este último (o

sea el negocio).

En general y desde una perspectiva exclusivamente

teórica, la ausencia de manifestación de voluntad supone

la imposibilidad de referir o imputar eficazmente (y para

fines negóciales) dicha manifestación a su pretendido

autor. Por tanto, se tiene falta de manifestación de

voluntad en los siguientes casos:

a) Cuando el sujeto al que se le imputa la declaración (en

virtud de la cual se "celebra" el negocio) carece de

existencia jurídica.
b) Cuando la manifestación de voluntad no ha sido

materialmente efectuada por el sujeto al cual se atribuye

la misma. Esto sucede, por ejemplo, cuando la firma del

sujeto al que se le atribuye la manifestación (escrita) ha

sido falsificada.

c) Cuando la manifestación de voluntad materialmente

efectuada carece de relevancia negocial. Esto sucede en

tres supuestos genéricos, a saber:

En caso de que la manifestación no sea negocial, esto es,

en caso de que la misma no esté dirigida a crear,

modificar, regular o extinguir una reglamentación de

intereses.

En caso de que la manifestación no sea "seria", esto es,

en caso de que la misma no demuestre la existencia de la

intención de su autor de quedar jurídicamente vinculado.

Evidentemente, tal intención debe ser objetiva y

razonablemente perceptible por terceros. La falta de

seriedad se presenta, por ejemplo, cuando el sujeto actúa

con fines didácticos o lúdicos.

En caso de que la manifestación dirigida a concluir un

contrato no "concuerde" con la de la otra parte (disenso).


d) Cuando la manifestación de voluntad ha sido

"arrancada" por la presión física ejercida sobre el sujeto

(vis compulsiva).

Sin perjuicio de lo indicado, es menester destacar que, de

acuerdo con el Código Civil, no en todos los casos en los

que falte manifestación de voluntad el negocio sera nulo.

En efecto, en algunos supuestos (piénsese en los casos en

los que existe violencia física o error obstativo) y por

mandato expreso de la ley, la ausencia de este elemento

únicamente determina la anulabilidad del negocio.

JURISPRUDENCIA

"El acto jurídico es nulo cuando su fin sea ilícito, cuando

falta la manifestación de voluntad de agente y cuando no

revista la forma prevista por la ley"

(Exp. Nº 67592, Gaceta Jurídica N° 44, p. 27C).

b. EN ATENCIÓN AL ARTÍCULO 219 inciso 5 DEL

CODIGO CIVIL:

(...) 5. Cuando adolezca de simulación absoluta. (...)

DOCTRINA:

La simulación es una manifestación concreta de la

apariencia jurídica (intencionalmente creada). El negocio


simulado es aquél que, por decisión de las partes,

aparenta la existencia de una reglamentación negocial

que en realidad no es querida (GALGANO).

La simulación puede ser absoluta o relativa. Es absoluta

cuando las partes, no teniendo intención alguna de

quedar jurídicamente vinculadas, fingen celebrar un

negocio. Es relativa cuando las partes, teniendo la

intención de quedar jurídicamente vinculadas por

determinado negocio, fingen celebrar uno distinto del que

en realidad celebran.

La simulación requiere la presencia de un negocio

simulado y de un acuerdo simulatorio. El primero es el que

está dirigido a crear la situación de apariencia. El segundo

es el que recoge la real voluntad de las partes (de no

quedar vinculadas por negocio alguno o de quedar

vinculadas por un negocio distinto del que aparentan

celebrar).

Se discute si el acuerdo simulatorio tiene o no naturaleza

negocial. Para algunos, dicho acuerdo se limita a dejar

constancia de que las partes son conscientes del carácter

ficticio del negocio celebrado, por lo que aquél tendría la

naturaleza jurídica de una "declaración de ciencia"

(ROMANO). Para otros dicho acuerdo determina la


ineficacia del negocio celebrado, por lo que aquél tendría

la naturaleza jurídica de una "declaración negocial"

(BlANCA).

La simulación no requiere de la presencia de un intento

fraudulento, aunque, en ciertos casos, tal intento

normalmente sea tomado en cuenta por las partes. En

todo caso, la relevancia de dicho intento está

directamente relacionada con la tutela de los intereses de

los terceros y no con la estructura íntima de la simulación.

La simulación no debe ser confundida con la reserva

mental. En efecto, la primera supone que las partes

acuerdan no asumir los efectos que tendría que producir

el negocio aparente, mientras que la segunda supone

mantener en silencio una voluntad contraria a la que se

termina exteriorizando. Por lo tanto, si una de las partes

declara conscientemente algo que en realidad no quiere,

la voluntad declarada debe producir todos sus efectos,

aun si el destinatario de la misma hubiese conocido la

existencia de la reserva.

Como quiera que la simulación requiere de la existencia

de un acuerdo simulatorio, surge la duda de si aquélla

puede afectar también a los negocios unilaterales. La

respuesta tiene que ser afirmativa en todos aquellos


casos en los que exista una "contradeclaración" (que

recoja la voluntad de crear una situación de apariencia)

intercambiada entre el destinatario de la declaración

unilateral y el sujeto que la efectúa.

La norma bajo comentario establece que el negocio que

adolece de simulación absoluta es nulo. La razón que

fundamenta la posición adoptada por dicha norma hay

que encontrarla en la voluntad de las propias partes de no

quedar jurídicamente vinculadas por el negocio aparente

que celebran.

JURISPRUDENCIA

"La nulidad absoluta del acto jurídico opera de pleno

derecho, porque impot1a la inexistencia del acto y no

produce los efectos queridos.

El acto jurídico afectado por anulabilidad produce

ciet1amente el efecto que persigue, habida cuenta que

contiene todos los elementos constitutivos indispensables,

solo por estar afectado por alguno de estos elementos.

Puede ser impugnado, pero subsiste el acto mientras que

judicialmente no se haya declarado su invalidez".

(Cas. Nº 251497Ica, publicada el 30/04/2001. Diálogo con

la Jurisprudencia Nº 32. Mayo 2001. Pág. 309)


c. EN ATENCIÓN AL ARTÍCULO 219 inciso 6 DEL

CODIGO CIVIL:

(...) 6. Cuando no revista la forma prescrita bajo

sanción de nulidad. (...)

DOCTRINA:

La forma no es más que el mecanismo (socialmente

reconocido) de exteriorización de la voluntad o, si se

quiere, el "vehículo" a través del cual se manifiesta el

querer. Por eso, en realidad todos los negocios jurídicos

tienen forma. Lo que ocurre es que en algunos casos el

ordenamiento jurídico les otorga a los particulares la

posibilidad de optar por la forma que consideren más

conveniente, mientras que en otros casos les impone a los

mismos la necesidad de adoptar determinada forma. En el

primer supuesto el negocio tiene forma libre, mientras que

en el segundo el negocio tiene forma impuesta.

Cuando el negocio tiene forma impuesta los particulares

deben observar la misma a efectos de evitar la aplicación

de cierta sanción. Teóricamente, en algunos casos

(formalidad ad probationem) dicha sanción se traduce en la

pérdida de un beneficio de orden probatorio. En otros casos

(formalidad ad solemnitatem), en cambio: la sanción en

cuestión se traduce en la nulidad del negocio.


Desde la entrada en vigencia del Código Procesal Civil, las

formalidades ad probationem carecen de valor, ya que el

artículo 197 de dicho cuerpo legal establece que todos los

medios probatorios son valorados por el juez en forma

conjunta, utilizando su apreciación razonada. De este

modo, pues, las únicas formalidades que actualmente

tienen relevancia jurídica son las ad solemnitate.

Para saber si la formalidad impuesta por la norma es ad

solemnitatem resulta necesario, en aplicación del artículo

144 del Código Civil, que aquélla sancione con nulidad su

inobservancia. En tal sentido, si una norma cualquiera

impone una formalidad determinada y no sanciona con

nulidad su inobservancia (piénsese en el artículo 1429 del

Código Civil), dicha formalidad no tendrá, en realidad,

efecto alguno.

Las partes también pueden imponer una formalidad

determinada aplicable al futuro negocio que celebren.

Cuando aquéllas no establezcan el carácter de la

formalidad prevista, se presumirá, de acuerdo con lo

dispuesto por el artículo 1411 del Código Civil, que la

misma es ad solemnitatem. Por tanto, salvo que alguna de

las partes destruya la presunción indicada, probando que la

formalidad pactada no tenía el carácter de ad


solemnitatem, la inobservancia de ésta determinará la

nulidad del negocio que celebren.

JURISPRUDENCIA

"El acto jurídico es nulo cuando su fin sea ilícito, cuando

falta la manifestación de voluntad de agente y cuando no

revista la forma prevista por la ley"

(Exp. Nº 67592, Gaceta Jurídica N° 44, p. 27C).

"Que el acto jurídico es nulo, además de otras causales,

cuando es contrario a las leyes que interesan al orden

público y a las buenas costumbres tal como lo dispone el

inciso octavo del artículo 219 del Código Civil en

concordancia con el artículo V del Título Preliminar del

mismo Código Sustantivo. Que la anotada causal sustantiva

de nulidad se fundamenta en la limitación de la autonomía

de la voluntad a que los actos jurídicos se celebran

contraviniendo normas imperativas que son la expresión de

orden público; estas nulidades no operan

automáticamente, sino que los jueces tienen la facultad de

declararlas con el sustento de la norma imperativa

contravenida por la autonomía privada; por lo general,

estas nulidades están integradas a las normas prohibitivas

provenientes del conjunto del ordenamiento jurídico".


(Cas. Nº 102196. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 38. Enero

2001. Pág. 246)

d. EN ATENCIÓN AL ARTÍCULO 220 DEL CODIGO CIVIL:

(...) La nulidad a que se refiere el artículo 219 puede ser

alegada por quienes tengan interés o por el Ministerio

Público (...)

DOCTRINA:

La nulidad no requiere ser declarada por el juez, pues la

misma opera de pleno derecho (BONILlNI). Si el negocio es

nulo por aplicación de alguno de los incisos del artículo 219

del Código Civil, las partes no están obligadas a ejecutarlo;

y si lo hubieran hecho, están obligadas a restituir lo que

hubiesen recibido la una de la otra (en aplicación de las

normas que regulan el "pago indebido"). Eventualmente,

sin embargo, a las partes o a ciertos terceros les puede

interesar que el juez reconozca, mediante una sentencia

meramente declaratoria, que el negocio es nulo.

JURISPRUDENCIA

"El acto nulo no es susceptible de confirmación"


(Exp. NS! 24689 La Libertad, Sala Civil de la Corte

Suprema, Hinostroza Minguez, Alberto, Jurisprudencia Civil,

tomo IV; p. 441).

"La nulidad de un acto jurídico puede ser interpuesta por

cualquier persona que tenga interés, esto es, que afecte

directa o indirectamente su derecho, o el de la persona o

grupo de personas que representa, o exista un interés

difuso"

(Cas. ~ 238197 Tacna, El Peruano, 31/01/99, p. 2560).

"Que, el artículo 220 del Código Civil faculta al juzgador a

declarar de oficio la nulidad siempre y cuando ésta resulte

manifiesta, por lo cual, contrario sensu, el juez no tiene esa

facultad cuando tales condiciones no estén presentes,

conforme es de apreciarse del caso de autos".

(Cas. Nº 145696. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 138.

Enero 2001. Pág. 246)

6. - EN CONSECUENCIA SE SOLICITA SE REVOQUE LA

SENTENCIA MATERIA DE IMPUGNACIÓN DECLARANDO

FUNDADA LA DEMANDA POR LAS RAZONES EXPUESTAS.

Juliaca, 25 de noviembre del 2015.


…….………………………………… …………………………………………

NOELIA DORIS NUÑEZ BENIQUE GLADYS HUACASI ALARCON

ABOGADO DNI Nº 02438668

CAP. 1801

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