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SAB
Sab, publicada en 1841 por la escritora cubana Gertrudiz Gómez de Avellaneda y Arteaga,
sólo veintidós años, Avellaneda emigró junto con su familia a España, lugar donde
obras, como una de las mujeres más importantes de la sociedad española de la época.
teatro que son consideradas obras maestras dentro del teatro romántico.
Pese a que Sab fue su primera novela y fue escrita en su juventud bajo una corta trayectoria
visión sobre la esclavitud y el papel de las mujeres en el siglo XIX. Sab, personaje principal
Bellavista. La historia gira en torno a la desenfrenada pasión que siente Sab por la hija
mayor de su patrón: Carlota, quien está prometida a Enrique Otway, un hombre de origen
inglés quien, junto a su padre, sólo ve en ella una fuente de dinero que aseguraría el futuro
de su compañía.
hacen que la lectura sea fluida y muy amena. La descripción de los espacios cerrados es, en
importancia. Estas bellas imágenes no sólo están en la descripción de los espacios, sino
también en la de los personajes y objetos, expresadas muchas veces con metáforas que
Además de sus méritos estéticos, Sab es una protesta social muy diciente. Revela la
posición crítica sociocultural que la autora expresó, no solo en esta novela, sino el múltiples
de sus ensayos. En Sab se desarrolla una analogía, no sin antes pedir unas expresas
disculpas al lector por estos pensamientos “juveniles”, entre la esclavitud del hombre negro
paralelo a la inflexibilidad de las reglas bajo las que vivían los esclavos diariamente, así
como el trato subyagador del marido es de igual forma el trato subyagador que ejerce el
De este trato subyagador del marido, obtenemos información sólo al final de la novela,
cuando, en el último capítulo, se nos revela la desdichada vida que lleva Carlota al lado del
que algún día fuese su más preciado amor. El trato deshumanizante de Enrique, hace que
Carlota se convierta en uno más de sus cuantiosos bienes; en un objeto que no tiene valor
por su condición de ser humano, sino por su mera posesión. La autora en algún punto de la
novela también reflexiona en que el destino de la mujer es aún más triste que el del esclavo,
puesto que el esclavo puede reunir dinero y cambiar de amo, en cambio la mujer está de por
derecho a la palabra y a expresar sus opiniones a través de ella, sus opiniones con respecto
a lo que se ha mencionado anteriormente, tal vez con el propósito de que, por esto mismo,
dichas opiniones fuesen más toleradas por el público en general. También es interesante ver
el rumbo que toma la vida de los dos personajes más pasionales de la obra: Sab y Carlota.
Carlota, por el contrario, vive, pero desdichadamente. Parece ser que el hecho de tener estas
Avellaneda fue una de las pocas escritoras decimonónicas que logró entrar en el canon
literario, conformado evidentemente sólo por hombres, llevando un mensaje distinto del
que proponían los autores canónicos de esta centuria. Esta forma de transgresión, se revela
ante un discurso hegemónico como un alegato en contra del panorama social de la época y
en defensa de la mujer y sus derechos. La importancia de esta clase de textos, más allá de
ha traducido en muchas de las consignas del movimiento feminista moderno. Sin duda
alguna, esta escritora, que más allá de serlo también fue mujer y sintió en carne propia
muchas de las situaciones que critica, encontró en la escritura un medio de liberación: una
liberación ante su época, ante su círculo social, ante los condicionamientos y limitaciones
que tenía por ser mujer; una liberación que sería uno de los primeros pasos para revindicar