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BACH, Johann §ebosfion

CONCIERTO
DE BRANDEMBURGO, núm. 2

El segundo concierto brandemburgués de Bach se adapta a la forma «concerto grosso».


De acuerdo con esta forma, la masa de instrumenfos que constituye el solo se opone al
<<ripieno» integrado por el quinteto de cuerda y el continuo. Como solistas aparecen aquí,
junto al insustituible violin, el oboe, Ia flauta de pico (según Pitrou) y Ia trompeta. Esta dis-
tribución de los concertinos resulfa originatisima, sobre todo si se piensa en la concepción
de la música instrumenfal del siglo XYIII. El hecho de enfrentar cuatro timbres tan opuesto§
entre si, constituye por sí solo un acierto del compositor.

Concretamente la trompeta se encuentra siguen dos compases en los que se inicia


tratada en su registro más agudo (corriente- la labor de los soiistas. A base de este ma-
mente llamado de <<clarín»). Este registro, terial se entabla toda la arquitectura de este
aparte de1 encanto que infunde a los dibu- primer tiempo, en el cual no ha de cesar ya
jos y melodias que aparecen alegremente el constante diálogo entre las dos secciones
estridentes. proporciona al ejecutante la po' del conjunto. Tres veces alternan por espa-
sibilidad de interpretar pasajes cromáticos cio de dos compases el tutti y dos de los
que en la región grave, tanto más con los instrumentos solistas. Sigue el desarrollo en
instrumentos imperfectos de la época de el que se elabora todo el material aportado
Bach, resultaban impracticables. Hoy día la por los diversos instrumentos. Hay que en-
trompeta de pistones ha facilitado la labor carecer. una vez más, la importancia que
del trompetista, que por otra parte no po- adquiere la trompeta ya en este primer tiem-
see ya la habilidad en los labios que reque- po en el que interviene con cali ades ba-
rían los instrumentos de viento primitivos. rrocas.
Algunos musicólogos han lanzado la hipó-
tesis, no demostrada. de que tal vez exis- Andantc: Confiado únicamente a la flau-
tiese una ((trompeta de Bach>> de ámbito ta, oboe, r,iolín y bajo continuo, éstos desa-
más elevado que en las actuales. rrollan una melodía dulce y sosegada en
Débese referir este concierto a los que tonalidad de r¿ menor. De los dos temas
rnuestran una mayor influencia italiana, con- que componen este tiempo. ál violín atac¿
cretamente de Vivaldi, quien no se puede el primero, que reemprenden sucesivamente
olvidar fue uno de los grandes modelos del el oboe y la flauta, mientras el violín pre-
genio autodidacto de Bach. Uno de los me- senta un contrasujeto elaborado sobre la
jores comentaristas de Bach, Spitta, ha creí- base de unos retardos que chocan incesan-
do ver en la elaboración de este concierto temente con las demás voces. Concretamen-
precedentes del estilo ¡omántico alemán en te, estos retardos han sido denominados por
su mejor época los tratadistas como caracteristica de la ma-
nera <<Mannheim» en el arte musical de Bach.
Allegro: Responde fielmente a la forma En la parte central de este movimiento
conccrto gros.so del estilo Vivaldi, por la predomina el contrasujeto, mientras. que el
claridad de sus desarrollos y la simplicidad tema original aparece de nuevo sobresalien-
en la construcción. En los primeros ocho te hacia el sector conclusivo. Ac¿ba este
compases el tutti expone el tema, al que movimiento a trío con la cadencia en ma-
yor, cuyo fa sostenido, aunque conclusivo, distintas sec.ciones de la fuga y alteman en
realiza una especie de suspensión a expen- el sujeto y contrasujeto. AquÍ es donde re-
sas del movimiento siguiente, gue de nuevo salta con mayor fuerza un asp€cto de la ge-
ataca en fa natural. nialidad de Bach, inadvertido frecuentemente
por los comentaristas de su obra. Se trata,
Allegro assai: Realiza una mezcla de for- precisamente, de esta «habilidad» para bus-
mas concertante y fugada original en este car y hallar efectos sonoros con la misma
tipo de composiciones. Loc solist¿s estable- ansiedad y preocupación que los intentaria
cen las distintas voces del fugado en tanto un compo'sitor de nuestros días. Evidente-
el tuui ensambla las diversas piezas del me- mente el éxito de Bach. en este aspecto, es
canismo sonoro. El sujeto irrumpe por la rotundo y así la trompeta, que con tanta
trompeta, que desde sus primeras notas apa- brillantez inicia¡a este tercer movimiento, lo
rece como anuncio de una prometedora rea- incluye ahora en su cadensia terminal ele-
lización musical. vando la tensión de la obra al máximo y
Aparecen, sucesivamente, el oboe, violín sosteniendo en el último aco¡de la dominan-
y flauta, que realizan individualmente las te principal de la tonalidad.

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