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Universidad del Valle – Sede Caicedonia

Licenciatura en Literatura

Sexto semestre

El Quijote

Kevin Estiver Marín Martínez -1665030

TALLER

PERFIL DEL QUIJOTE

Nombre: Alonso Quijano

Edad: 50 años

Lugar de nacimiento: La Mancha

Ocupación: Mantenimiento y cuidado de su hacienda y su familia

Posición social: Hidalgo

Hobbies: La caza y la lectura

Religión: Católica

Don Alonso Quijano es un hidalgo avanzado en edad, con relativa estabilidad económica
suficiente para sostener a su familia y dedicar los dias de su vejez a oficios de ocio como la
caza o hobbies como la lectura. Don Alonso, al ver que su vida cada vez era más senil y
cotidiana, encuentra un escape que poco a poco se vuelve una adicción: los libros de caballería.
En estos libros, encuentra historias que se contraponen totalmente a su realidad tranquila y
sedentaria, por el contrario, allí conocería historias de hombres que se aventuraban al mundo
detrás de un sueño, una promesa o un ideal. Algo que pronto lo engancharía de tal manera que
él desaparecería del mundo, olvidando sus deberes como señor de la casa para consumirse en
su lectura. Así pues, don Alonso haría de su cotidianidad los libros y de esta forma, adoptaría
las costumbres y creencias de sus personajes, identificándose con ellos al representar eso que
él habría querido ser y no lo que era. Así pues, es que nacería Don Quijote de la Mancha.

El Caballero de la triste figura como también se le conoce, es al parecer encontrado en medio


de todas las páginas que Alonso devoró en su encierro, y al conocerlo, es (en el sentido más
medieval del término) “poseído” por éste, en la medida que al dejar los libros y enfrentar el
mundo, ya no es Alonso Quijano el que sale de su casa sino Don Quijote de la Mancha.
Don Quijote es un caballero armado tal en una venta, la cual, él toma como castillo y al ventero
por rey. Desde allí empezó su viaje como caballero andante con el fin de buscar aventuras y
hacer el bien sobre todas las cosas, aunque la bondad en su tiempo fuera tan valiosa como tener
una espada en el nuestro. Éste, hecho libre de su sobrina y su ama de casa por decisión propia,
se ve también vulnerable a la realidad que huye, ya que el hambre, el cansancio y el dolor, no
son ajenos al cuerpo como lo es la imaginación. Es por esto, que Don Quijote toma conciencia
suficiente para subsistir en el mundo “real” volviendo a su casa por dinero, ropa y un
compañero.

Sancho Panza es un campesino poco inteligente, al cual, un hombre tan leído y versado como
Don quijote fácilmente convencería para que hiciera parte de su fantástica empresa; es éste,
quien acompañaría al caballero andante durante todo su viaje, siendo parte fundamental en las
andanzas del Quijote, ya que, es él quien da fuerza al imaginario Quijotesco en la medida que
es el primer ente y contacto constante con la “realidad” que decide por voluntad propia
internarse en la del Quijote, borrando paulatinamente la propia hasta sumergirse en ese
universo. Así pues, Don Quijote al ir recibiendo palizas de pueblo en pueblo, contando historias
fantásticas de su invención en los lugares que llegaba, llamando la atención por su particular
forma de ser, de vestir, de hablar y teniendo a otro hombre que lo reconoce como gran caballero
y testigo de sus hazañas, se fue haciendo conocido por toda la región ya fuera por su elocuencia
o su locura.

Por otra parte, al armarse caballero es portador de una moral medieval que marca de manera
simbólica todo su viaje, como por ejemplo; el amor cortés por Dulcinea del Toboso, quién,
puede ser tan real como los gigantes con que luchó, pero que de igual forma es a quien tiene
siempre presente como símbolo de fortaleza. Sin embargo, esta fortaleza es corporal en el
sentido de valentía y fuerzas vitales, ya que hay otro tipo de fortaleza subsistente que también
es clave para que Don Quijote mantuviera su convicción y su ideal Quijotesco; y es que a un
caballero nombrado por el rey y la santa iglesia católica, que ha luchado con gigantes y sabe
que la magia existe, es muy difícil de convencerle de algo contrario a lo que él piensa; lo que
a su vez hace de Don Quijote un hombre terco pero valiente, con el cuerpo de un anciano pero
la voluntad de un adolescente, malo en el combate pero bueno con las palabras, con una falta
de sentido común peligrosa pero con un espíritu bondadoso, enamorado, católico y a la vez,
esencia de historias que se seguirán contando hasta el fin de los tiempos.

2. DEFINIR EN QUÉ CONSISTE EL CARACTER DE LA REALIDAD REAL EN EL


QUIJOTE. EJEMPLIFICAR.

La realidad real en el Quijote consiste en que éste, un hombre (dentro de lo literario) “real”, el
cual, luego de un ensimismamiento con los libros de caballería, crea un mundo imaginario que
se vuelve tan fuerte y tan real para él como su propia existencia, hasta tal punto que la propia
realidad se vuelve una mentira. De esta forma, el ingenioso hidalgo, utiliza su ingenio para
explicar su fantasía en la realidad de manera lógica para él. Por ejemplo, en el capítulo XXI
Don Quijote y Sancho se encuentran con una mula montada de un barbero que lleva en su
cabeza una basía como protección para una eventual lluvia, en ese momento, don Quijote lo
vio como a un caballero, el cual, venía en un elegante caballo y con el yelmo de Mambrino en
su cabeza.

El barbero, que tan sin pensarlo ni temerlo vio venir aquella fantasma sobre sí, no tuvo otro remedio para
poder guardarse del golpe de la lanza sino fue el dejarse caer del asno abajo; y no hubo tocado al suelo,
cuando se levantó más ligero que un gamo y comenzó a correr por aquel llano, que no le alcanzara el
viento. Dejóse la bacía en el suelo, con la cual se contentó don Quijote, y dijo que el pagano había andado
discreto y que había imitado al castor, el cual, viéndose acosado de los cazadores, se taraza y harpa con
los dientes15 aquello por lo que él por distinto natural sabe que es perseguido16. Mandó a Sancho que
alzase el yelmo, el cual, tomándola en las manos, dijo:

—Por Dios que la bacía es buena y que vale un real de a ocho como un maravedí.

Y dándosela a su amo se la puso en la cabeza rodeándola a una parte y a otra, buscándole el encaje; y
como no se la hallaba, dijo:

- Sin duda al pagano al que se le forjó esta famosa celada debió de tener grandísima la cabeza; y lo peor
de ella es que le falta la mitad. (Cervantes, 1605)

En lo anterior se puede ver como Don Quijote justifica su fantasía en la realidad,


resignificándola, otorgándole un sentido más legendario y sacro, al llamar a aquella simple
bacía Yelmo de Mambrino, ya que es aquí, donde el concepto de realidad se difumina con
argumentos posibles en las dos realidades para un mismo objeto. De esta forma, es que se
manifiesta el concepto de realidad- real en el Quijote.

3. ¿PORQUE EL QUIJOTE SE RECONOCE EN LO ESCRITO MÁS QUE EN SU


PROPIA HISTORIA? PONGA DOS EJEMPLOS

Don Quijote había creado un mundo fantástico basado en los libros de caballería, en el cual, él
era un caballero y todo lo que implicaba ser uno, esto es, cumplir a cabalidad con la orden de
caballería y por ende, ser ejemplo moral para los demás; fantasía que era una realidad innegable
para él, ya que, al igual que su ideal caballeresco, la moral cristiana de la época en la que el
saber leer implicaba aceptar la obligación de imitar conductas, hacía que Don Quijote basara
su realidad en los artificios fantásticos que veía en los libros. Así pues, es éste un hombre que
se reconoce en lo escrito y esto se puede evidenciar en la parte en que nuestro caballero andante
se pelea con unos mercaderes por la burla que estos hacen a su amada Dulcinea.
Posteriormente, su caballo tropieza y los mercaderes aprovechan para golpearlo, luego de esto,
recuerda una situación similar que le sucedió a un personaje de sus libros y lo que este hizo, de
manera tal, Don Quijote intentó imitarlo

Viendo, pues, que en efecto no podía menearse, acordó de acogerse a su ordinario remedio, que era pensar
en algún paso de sus libros, y trájole su cólera a la memoria aquel de Baldovinos y del marqués de
Mantua, cuando Carloto le dejó herido en la montaña... historia sabida de los niños, no ignorada de los
mozos, celebrada y aun creída de viejos, y con todo esto no más verdadera que los milagros de Mahoma.
Esta, pues, le pareció a él que le venía de molde para el paso en que se hallaba, y así con muestras de
grande sentimiento, se comenzó a volcar por la tierra, y a decir con debilitado aliento lo mismo que dicen
decía el herido caballero del bosque:
¿Donde estáis, señora mía,

que no te duele mi mal?

O no lo sabes, señora,

o eres falsa y desleal.

Y de esta manera fue prosiguiendo el romance hasta aquellos versos que dicen:

Oh noble marqués de Mantua,

mi tío y señor Carnal. (Cervantes 1605)

Por otra parte, esto también se puede evidenciar en la famosa escena de los molinos de viento
a los que él vio como gigantes, teniendo en cuenta que ya desde el inicio del relato había hecho
una comparación del Cid Ruy Diaz con el caballero de la Ardiente Espada “que de solo un
revés había partido por medio a dos fieros y descomunales gigantes” (Cervantes, 1605). Aquí,
Don Quijote se reconoce en lo ya escrito de tal manera que la única forma de demostrar su
valentía a la par del Cid o el caballero de la ardiente espada, era luchando con estos gigantes.
Seguramente si su moral no estuviera basada en los libros de caballería, habría buscado otras
formas d demostrar su valentía.

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