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Los estudios de género en México, en la última década han atravesado por diferentes
momentos y diferentes perspectivas, marcados por el entorno y el momento histórico y el
avance mismo del movimiento feminista. En Chiapas la situación no es distinta, varios han
sido los esfuerzos para incorporar a la investigación académica la perspectiva de género y
esta publicación pretende, a través de las experiencias recogidas de las propias autoras y
de las entrevistas con mujeres de distintos lugares y organizaciones de mujeres.
La investigación recogió información relevante, que brindan elementos que nos permiten
identificar qué prácticas han promovido, de manera exitosa, el avance de la equidad de
género en el estado de Chiapas y cuáles, en el futuro, son los retos que las mujeres
chiapanecas tendrán que afrontar para lograr más y mejores espacios de participación
social, económica y política, para avanzar en la igualdad de oportunidades y, de esta
manera, incidir en el desarrollo y la disminución de la pobreza.
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Como parte del proyecto de investigación “Sistematización de las prácticas de género en Chiapas
para el combate a la pobreza”, se entrevistó a Cecilia Najera que es socia de la cooperativa citada
y actualmente coordina la comisión de educación y dirige el Centro Comunitario de Aprendizaje.
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que la premisa fundamental es que todas y todos somos iguales, situación que se
confronta en los hechos y dista de ser vigente en la realidad.
De esta forma, el artículo está compuesto de tres partes. En primer lugar, se abordarán
algunas consideraciones teóricas, en el marco de la discusión sobre la racionalidad
económica que caracteriza a las empresas, versus la dinámica propia que tienen las
empresas rurales. En segundo lugar, se el surgimiento de la cooperativa Comon Yaj Nop
Tic en el marco de la intervención de Conservación Internacional y cómo está incorpora,
dentro de la cooperativa, la participación de las mujeres productoras.
La tradición del pensamiento económico desde sus primeros pensadores ubica a las
personas como individuos racionales tomadores de decisiones, capaces de elegir siempre
de manera que consiguiera más por menos; el modelo da por supuesto que todo lo que
hacen los individuos tiene sentido en y para el mercado. Es racional quien toma sus
decisiones en términos de costo de oportunidad: cada opción conlleva, de manera
inherente, alguna ganancia y alguna pérdida, considerando a un individuo maximizador de
beneficios, buscando que su elección le dé, de manera racional, el máximo beneficio. De
esta forma, será máximamente racional quien mejor sepa escoger en términos de
oportunidad entre las diversas posibilidades reales que se le ofrecen. De ahí el concepto
de “homos economicus”, que es el que tomador de decisiones, buscando siempre
disminuir el costo de oportunidad (Leriche G., Cristian E., Caloca O., Oscar R., 2005).
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muestra de empresas capitalistas imperfectas, ya que su naturaleza es completamente
distinta y el abordaje de su estudio debe incorporar otros elementos, aún más cuando de
manera deliberada incorporamos el análisis de género.
Las microempresas de las áreas rurales y semirurales tienen una lógica distinta, cuando
son pequeñas empresas que van más allá del autoconsumo, ya que operan en el
mercado tanto nacional e incluso internacional, son proyectos de vida para quien las
fundan, para sus propietarias o propietarios, para los miembros de cada familia y para la
comunidad a la que pertenecen, en donde se involucra la calidad de vida, la felicidad y la
satisfacción que ésta le proporciona a su propietario o propietaria y la confirmación de su
propio autoconcepto.
El cálculo económico para estas unidades son precisos, sus miembros aprenden y
pueden ser manejados en un entorno de incertidumbre y competencia, pero los resultados
tienen otras formas de medirse, las personas por ejemplo aprendieron a moverse, a
entender el entono, porque tienen que embonar con la realidad que los rodea, pero con
una lógica distinta.
2El Instituto Maya, dirigido por el Dr. Armando Bartra tiene una gran trayectoria y experiencia en el
estudio e intervención de con comunidades campesinas.
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como la energía, el trabajo doméstico y el trabajo en general de las mujeres y de los otros
miembros de la familia, en el proceso de producción y reproducción.
En esta situación, hombres y mujeres trabajan para vivir, no para acumular riqueza o
activos, poniendo en un primer plano la existencia y la calidad de vida de los miembros de
la familia y de la comunidad; el consumo final no productivo, que además no se puede
medir porque tiene un componente subjetivo que no comprende el cálculo económico
tradicional, como el excedente o los términos de intercambio aparece como un elemento
importante en la dinámica de estas organizaciones, existe una lógica campesina,
comunitaria, distinta a la que priva en la empresa privada tradicional y que no puede ser
entendida solo a través de los principios de la economía básica tradicional.
En las economías mercantiles las personas compran y venden sus mercancías, por lo que
tiene un valor de cambio, que es el precio, tienen por lo tanto un precio en el mercado. Es
una economía monetaria, pero también de valores de uso, por lo que se debe considerar
otros aspectos fuera del carácter mercantil del intercambio, como es la calidad de vida
que no entra estrictamente en la contabilidad económica, otra es la salud y el cuidado al
interior de la familia, incluso las celebraciones y festejos que forman parte importante de
la vida de muchas comunidades, existe por tanto una relación asimétrica entre cómo
consideramos la lógica de mercado y la lógica de reproducción campesina.
Existen, por otro lado, elementos que no son monetarios, las personas tienen diversos
ingresos que se destinan, por ejemplo a la inversión del negocio y otros de consumo final,
como son las gallinas, árboles frutales, el jardín, la hortaliza, las fiestas, etc. Esto incluso
debe considerar incorporar la concepción de la economía del cuidado. Considerando
todas estas necesidades existen bienes y servicios, para los cuales existe una tasa de
retorno nula, al menos en términos económicos, pero si una satisfacción para la cual no
existe medición. Sobra decir que las familias quedan “tablas” la mayor de las veces, sin
embargo siguen produciendo y esto es fundamental, porque no se apega a la racionalidad
puramente económica, sino al sentido de realización, de comunidad y de identidad.
La producción del grano es aún atractivo en los mercados internacionales, pero los
términos de negocios a lo largo de la cadena del producto han sufrido fuertes
transformaciones y enfrenta nuevos retos. Es así que el objetivo central de este artículo
es, ante todo, mostrar la experiencia de un grupo de cooperativas y en particular de una,
la Comon Yaj Nop Tic, quienes a quince años de su fundación han transitado por un
camino sinuoso de aprendizaje, de grandes éxitos y fracasos que han abonado a su
experiencia y madurez, tanto en el mercado nacional, como internacional. Es pues este un
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intento de repasar la historia a partir de los y las protagonistas y de la participación de las
mujeres tanto en el plano de la propia organización, como de la comunidad a la que
pertenecen.
Los predios o cafetales de los socios de la cooperativa Comon Yaj Nop Tic se localizan en
la zona de amortiguamiento de la reserva del “El Triunfo”, ubicado en el municipio de La
Concordia con alrededor de 6,456 predios dedicados a la producción de café, de los
cuales el 62% cuentan con una extensión de 1 a 5 hectáreas, lo que muestra que la
producción cafetalera, como en el resto del estado, la realizan fundamentalmente
pequeñas y pequeños productores agrícolas (COMCAFE-SOLUCIONES
ESTRATÉGICAS, 2006).
Las cooperativas, a pesar de producir café de excelente calidad, la mayoría de las y los
productores carecen de habilidades técnicas y conocimientos administrativos para operar
en el mercado, más aún en el mercado internacional en donde es demandado el grano.
Es por ello que, para incrementar sus ingresos y la posibilidad de comercializar a otros
mercados han tenido que enfrentar los siguientes retos
Mejorar la tecnología para producción del grano con calidad y sin afectar el costo,
a través de procesos de modernización.
Agregando valor al proceso local, durante la transformación del producto.
Integrando más funciones de la cadena de valor, como la industrialización o la
exportación directa, en lugar de hacerlo a través de comercializadoras, conocida
como transformación funcional (Millar, 2005).
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Los miembros de la copertativa Comon Yaj Nop Tic, no fueron la excepción.
La cooperativa Comon Yaj Nop Tic que significa “lo estamos pensando”, en idioma tzeltal,
es una organización indígena – campesina de aproximadamente 200 miembros
organizados a través de un presidente, tesorero, secretario y la máxima autoridad que es
la asamblea de delegados, en su mayoría ex trabajadores migrantes de la zona Altos del
estado de Chiapas, que se empleaban en las fincas de la región, es por ello que cada uno
es conocedor profundo de la producción de café
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para las mujeres. Sus miembros suelen tener bajos niveles de escolaridad y carecen de
experiencia en administración de negocios, situación que causa una gran dependencia
hacia los servicios del personal técnico que el gobierno o de algunas ONG´s brindan para
atenderlos de manera subsidiaria.
Sin embargo, el costo de tomar el rol de proveedores de servicios era sumamente alto.
Tomó un largo tiempo organizar las reuniones, las actividades que algunas veces tuvieron
que ser repetidas porque no todos los productores asistían y los viajes de los miembros a
las mismas tomaba tiempo. Buscando evitar la dependencia de largo plazo, Conservación
Internacional incluyó de tiempo completo a un equipo de técnicos para la atención de las
cooperativas, con la denominación Aires de Cambio, quienes eran los únicos proveedores
de servicios en la región.
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tortillas y preparar la comida de los trabajadores, si tienen jornaleros, o la del resto de la
familia y luego ir al campo para que junto con los demás se participe en la pisca del café.
Muchas mujeres, durante la jornada agrícola, tienen que llevar a sus hijos grandes o
pequeños ya que carecen de asistencia para su cuidado por lo que los traen cargando en
la espalda o ayudan en las labores del campo, esta práctica está generalizada en las
plantaciones de café de todo el estado, incluso en los cultivos de las cooperativas.
La Comon Yaj Nop Tic es una cooperativa mixta en la que permea la posibilidad de
participación de sus mujeres, tanto de las productoras solas, como las esposas de los
productores. Ellas, al igual que su compañeros varones han buscado resolver los mismos
problemas, en un primer momento la que es muy compleja tratándose de la producción
cafetalera, ya que tienen problemas de producción por lo que, al igual que todos los
productores han sufrido el impacto del cambio climático, baja en su producción y
amenazas de nuevas plagas. En el plano de la comercialización los cambios en los
precios internacionales y la posibilidad de generar mejores ingresos de sus familias a
través del reconocimiento de la calidad de su café que se lo da, además de la ubicación
de sus predios en la Reserva del El Triunfo, las certificaciones tanto de producción
orgánica, como de comercio justo. Junto con sus compañeros varones también entran en
las negociaciones para el financiamiento para las actividades culturales, como para la
comercialización.
Parte del éxito de esta organización mixta es que el café que producen tiene atributos que
el mercado reconoce, como es el hecho de conservar el medio ambiente y las prácticas
de comercio justo. En los procesos de toma de decisiones, ya sea para evaluar los
caminos que decidan tomar o las rectificaciones que hacen año con año participan en las
asambleas de la organización, así como de los beneficios de éstas.
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La Comon Yaj Nop Tic tiene más de diez año de existir y la incorporación de las mujeres
ha sido un proceso lento y paulatino, incluso no intencional, para pensar que incluyen un
proceso de transversalización de la perspectiva de género, de manera consciente y
deliberada. Tanto hombres como mujeres, de manera más bien intuitiva han aprendido
que el incorporar a sus parejas o sus compañeras productoras, les trae beneficios en dos
sentidos; el primero, es por el hecho de que la participación de ellas incrementa el ingreso
de la familia; segundo, la participación de las mujeres es reconocido como un elemento
negociador en mercados en donde la organización ha logrado tener acceso, ya que la
certificación de comercio justo, así como a las buenas prácticas que arriba se señalan,
declaran abiertamente que las organizaciones de evitar y prevenir cualquier tipo de
explotación contra niños y mujeres.
Sus dirigentes, al inicio, declaraban que era necesario que las mujeres se capacitaran
aunque manifestaban que debían llevar cursos sobre el cuidado de los hijos, de la salud,
de cocina y algún otro taller para mejorar la condición de las mujeres. Aún cuando se han
mostrado abiertos, el proceso de incorporar los temas de género ha sido lento, ya que la
prioridad para ellos es obtener mejores ingresos y mantener las plantaciones en las
mejores condiciones posibles, ante las constantes amenazas de caídas en los precios,
como de fenómenos naturales como la roya del café y el cambio climático.
Si bien es cierto que “empoderar” a las mujeres significa desarrollar en ellas la posibilidad
de tomar decisiones, autonomía e igualdad de oportunidades, esto no significa que los
caminos siempre sean los mismos, en este caso las experiencias de las mujeres no
necesariamente implicaron confrontación con los hombres, más bien, algunos hombres de
las comunidades se han opuesto a los proyectos de ellas, con una escasa comprensión
de los temas de género y las necesidades de sus compañeras cooperativistas.
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encuentra población Tzeltal y Tzotzil, la mayoría son mestizos, con grado de escolaridad
de primaria mínimo y cuyos hijos han tenido acceso a otro tipo de educación, fuera de la
comunidad y como parte de la organización, en la formación de catadores por ejemplo.
Recientemente, y con la participación de las mujeres, han podido lograr que la SEDESOL
les financie la construcción de un albergue para los hijos e hijas de los miembros de la
cooperativa y que tengan mayores posibilidades de educarse. Estas gestiones, además,
han logrado que obtengan subvenciones para equipar su centro comunitario de
aprendizaje que cuenta con más de 30 alumnas y alumnos inscritos y que en breve
contará con sus primeras graduadas.
Sin embargo, hay espacios que siguen dominando los hombres, Cecilia manifiesta que
“uno de los principales problemas es lo económico, la mayoría las compañeras vivimos –
dice- en comunidades lejanas y nos comentan que no tiene el pasaje para bajar a las
reuniones, también las que tienen hijos e hijas pequeñas y no tienen con quien dejarlas , o
que algunas compañeras tienen más de 60 años, un fracaso es que muchas iniciaron y ya
no quisieron seguir, una debilidad es que algunos compañeros piensan que no podemos
ocupar cargos en la organización, ya que tiene miedo de que la llevemos al fracaso”.
Desde que este proyecto empezó, los socios y socias que en su mayoría han
permanecido a la organización, han aprendido que la disciplina en el trabajo les ha traído
buenos resultados para familias. Sus ingresos se han elevado, su café es reconocido
como uno de los mejores de México, no solo por la ubicación de sus predios, sino también
por el trabajo que realizan para conservar la Selva de El Triunfo.
Paralelamente, las mujeres han tenido acceso a otros recursos, que les permite la
oportunidad de capacitarse y mejorará diferentes ámbitos de sus familias como el acceso
a la educación, a través de los CCA´s, capacitación en la formulación de proyectos para
presentarlo a opciones productivas de la SEDESOL, que ha contribuido a la disminución
de la pobreza, para aumentar su capacidad de gestión, como es el hecho de haber
obtenido fondos para la gestión de un albergue financiado por la SEDESOL y el Fondo
para la Conservación de la Reserva del Triunfo (FONSET), todos estos que les permite la
generación de ingresos propios. Esto sin contar con mayores posibilidades de tomar
decisiones en relación a su propia vida y la de sus hijos.
Si exploramos que tanto se han trasformado las relaciones de género, Cecilia opina
“hemos empezado a cambiar esta situación ya que actualmente yo estoy ocupado un
lugar dentro de la organización como presidenta del Centro Comunitario de Aprendizaje.
Respondiendo con mucho valor y esfuerzo consideramos que de los principales logros
como grupo es el que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, las
mismas prestaciones y atención, sí porque ahora tenemos voz y voto, dentro de la
organización y también en las actuales reuniones hay mayor asistencia de mujeres y más
participación”.
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Para la determinación y decisión de proyectos ellas participan porque dicen “lo mismo que
se exige a los hombres se nos exige a nosotras también y hemos cumplido de igual
manera, por lo que decidimos todos y todas juntas atreves de los delegados de cada
comunidad”. La participación en las diferentes tareas es compartida por las mujeres, pero
aún cuándo en la entrevista no se menciona, en otros talleres describían las obligaciones
que a ellas les correspondían y en donde se denotaba dobles y hasta triples jornadas,
invisibilizadas para ellas mismas, ya que en la temporada de cosecha se tienen que
levantar a las cuatro de la mañana y preparar los alimentos de los jornales y dejar
preparada la comida de los hijos, si ellas tienen que ir al campo a la pisca del café. La
intensidad de estas jornadas, además depende de la capacidad de la mujer en términos
de contar con la capacidad económica de contratar a otros jornaleros agrícolas para llevar
a cabo las tareas del campo. Si esto nos posible generalmente las mujeres, dueñas de
dos hectáreas, levantan su cosecha con la ayuda del resto de los miembros de la familia,
hijos, hermanos, hermanas
Las mujeres sienten que han participado en la mayor parte de las actividades del proyecto
o solamente, aunque hay algunos proyectos en los que no, como por ejemplo el de
trabajo de reforestación. Además que la mayor parte de los liderazgos están
representados por hombres, ellas ya participan en algunos comités, como el de educación
y manejo del Centro Comunitario de Aprendizaje.
Cecilia comenta: “Cuando se toman decisiones, estás son a través de reuniones mensual
de delegados de cada comunidad y por votación para aprobar las decisiones que se
tomen. Si por cada comunidad se nombran 2 delegados y 2 suplentes de delegados,
socios y miembros de la misma comunidad y somos 11 comunidades dentro de la
Comon”.
Actualmente existe una delegada y una suplente de delegado, además sienten que en
estos momentos cuentan con mayor respeto y oportunidad de proyectos, además de la
actividad productiva y amistades fuera de la organización.
Cecilia considera que viven mejor que antes, “porque a través del grupo tenemos
prestaciones y apoyos en el campo, el que podemos utilizar la tecnología de las
computadoras, nos comunicamos y participamos en mejorar a nuestra comunidad”.
Para definir los proyectos han considerado la problemática de la mayoría de las socias,
han incluido a las mujeres más humildes y a las mujeres solas. Han entrado todas las
mujeres, incluso las esposas de los socios y viudas y se tiene mayor consideración a las
más pobres y a las mujeres solas, ya sea porque son viudas, esposas de migrantes que
no han vuelto a la comunidad, y se cuenta con el apoyo de la organización y de
instituciones como el CONCAFE y la SEDESOL y cuando se distribuyen los recursos,
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apoyos o capacitaciones, participan todas y se nombra un comité por cada comunidad de
mujeres para que se encarguen de recibir distribuir los apoyos.
Aunque no se ha dado un significado con una perspectiva más clara de género, porque
como señaló Cecilia: “Para las mujeres participar en la organización ha significado que
mejore nuestra producción, no dejamos de atender a nuestros hijos y en mi caso mi
esposo es parte de la organización, así como mi hermano que ven con buenos ojos que
participe y me alientan a que lo haga”. Sin embargo, los avances en visibilidad social y
participación de las mujeres ha mejorado.
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apoyando con el grupo de mujeres del Centro Comunitario de Aprendizaje en donde nos
dan capacitación”.
Por lo anterior Cecilia explica que no han participado con otras organizaciones de
mujeres, realmente no hemos recibido ningún apoyo de otras organizaciones. Tal como
Cecilia lo señala: “Solo la Comon nos ha apoyado, creo que nos beneficiaría mucho ya
que unidas y sobre todo organizadas tendríamos más fuerza, como grupo de mujeres y
mayores apoyos, en cuanto a participación, nos hemos reunido para algunas pláticas
sobre salud con otras compañeras de organizaciones distintas, y recibimos una invitación
de parte de la COMCAFE a unas reuniones, para grupos de mujeres de organizaciones
de todo el estado, y estamos dispuestas a participar vamos a ir dos representantes”.
También Cecilia menciona que “han buscado apoyar a otras mujeres, con capacitación o
invitándolas a que aprendan a usar las computadoras del CCA, pero por la distancias de
las comunidades no vienen, solo 3 señoras están tomando curso, nos comunicamos con
ellas a través de radio civil y de forma directa a través de su delegado de su comunidad,
que lleva la información y en algunas ocasiones que tienen teléfono, por esta vía”. Es por
esto que fechas recientes han gestionado y logrado la construcción de un albergue en la
comunidad de Nuevo Paraíso, lugar en donde está el CCA y las instalaciones de la
cooperativa, en donde puedan tener un espacio a donde pernoctar, tanto lo hombre, como
las mujeres y los jóvenes que realizan sus actividades en el CCA de la comunidad.
Pero aún con todas estas dificultades han logrado, según opinión de ellas, un sentido de
pertenencia al grupo, al proyecto de la Comon Yaj Nop Tic como cooperativa, a su centro
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de aprendizaje y en general a su comunidad y, en general, una mayor participación de las
mujeres en la organización, en la definición y desarrollo de los proyectos.
Sin embargo, es importante considerar que se debe trabajar con los varones en cuanto a
que consideren la importancia de la equidad y que está debe ser tomada en cuenta en la
representatividad de la cooperativa, ya que las socias aún no tienen una representación
equitativa y reconocida. Esta es una limitante que se observa para la sustentabilidad de
los procesos de las mujeres de la Comon. Porque aún cuando avanzan en logros
concretos como son el comprender los procesos de producción y comercialización del
café, que han tomado la capacitación al igual que sus compañeros varones, muchas de
sus decisiones siguen estando al margen de lo que decidan ellos.
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Comunicación personal, 28 de Agosto, 2007. Realizada en el marco de una investigación más
amplia sobre las cooperativas cafetaleras y los costos de transacción.
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Favorecer la creación de nuevos grupos de mujeres, que reflejen las nuevas necesidades
a raíz de los cambios producidos en las últimas dos décadas. En torno a un nuevo
proyecto productivo, junto con la creación de algún tipo de órgano consultivo de
participación y diálogo con otras instituciones, que incluyan mujeres.
Por todo lo anterior es importante que las acciones dirigidas a apoyar a los productores de
café considere dentro de sus políticas públicas la perspectiva de género, entendiendo
que las mujeres cafetaleras tiene, a diferencia de su compañeros varones, necesidades
particulares que requieren de acciones de intervención que mejoren y faciliten la inserción
de las mujeres al difícil y complejo mundo del café, con base a la experiencia acumulada
a través de muchos años de trabajadoras y productoras del grano.
Una políticas sectorial con perspectiva de género implicaría considerar proyectos mixtos
en producción de producción a mayor escala, además de la capacitación a todas las
organización en los conceptos de género, para que productoras y productores entiendan
que se nace hombre o mujer, pero que se nos enseñó a serlo con los roles que
aprendimos desde la infancia, a representar los roles que finalmente la sociedad, con su
contexto cultural, ideológico y político nos impone. Por lo que hoy es necesario
comprender los roles de los “femenino” y lo “masculino” y que no necesariamente está
conectado con el sexo, que es biológico, sino a la forma en que aprendimos a ser y
hombres y mujeres y, por lo tanto a lo que se nos ha permitido y qué se nos ha prohibido
(Lagarde, Marcela, 1996).
Por otro lado, las políticas sectoriales, en este caso en el mundo del café tendrán que ir
introduciendo nuevos conceptos que incorporen la perspectiva de género, como por
ejemplo la creación de una marca de café o que de los quintales vendidos, como en otros
casos, se descuente algunos centavos que permitan crear una bolsa especial de fondos
para los proyectos de mujeres cafetaleras en materia de salud, educación y participación
política. Así como la creación de una marca de café con símbolos que presenten y
muestren la importancia que tiene en la actividad cafetalera, en la industria y como los
altibajos del sector afectan, finalmente, a las mujeres y sus familias y, además, que
muestre y premia, con un precio especial, los sacrificios y las dobles o terceras jornadas,
que no se reconocen, ni se contabiliza, pero podría ser un reconocimiento para ellas por
estar avanzando y de manera organizada.
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Bibliografía
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