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Mujeres y Micro Empresas Rurales: entre la tradición y modernidad.

Dra. Magda Jan Argüello

Los estudios de género en México, en la última década han atravesado por diferentes
momentos y diferentes perspectivas, marcados por el entorno y el momento histórico y el
avance mismo del movimiento feminista. En Chiapas la situación no es distinta, varios han
sido los esfuerzos para incorporar a la investigación académica la perspectiva de género y
esta publicación pretende, a través de las experiencias recogidas de las propias autoras y
de las entrevistas con mujeres de distintos lugares y organizaciones de mujeres.

La investigación recogió información relevante, que brindan elementos que nos permiten
identificar qué prácticas han promovido, de manera exitosa, el avance de la equidad de
género en el estado de Chiapas y cuáles, en el futuro, son los retos que las mujeres
chiapanecas tendrán que afrontar para lograr más y mejores espacios de participación
social, económica y política, para avanzar en la igualdad de oportunidades y, de esta
manera, incidir en el desarrollo y la disminución de la pobreza.

El camino no ha sido sencillo para las actoras de estas historias en su búsqueda de


mayor equidad, ni para nosotras como académicas en la ardua tarea de teorizar y buscar
nuevas paradigmas que muestren las buenas prácticas que contribuyen a que las mujeres
en Chiapas logren el empoderamiento, entendido este como tomar el papel de
protagonistas, de actoras, con base en su posibilidad de elección, desarrollo pleno de
competencias y conciencia de ciudadanía (Sen, Amartya, Kliksberg, Bernardo; 2007; 54).

A partir de este trabajo, han aparecido algunas publicaciones producto de la experiencia


vivida de las propias mujeres, que construyen día a día el ideal soñado, no sin enfrentar la
inequidad que caracteriza a nuestra sociedad (Laguna, M.; Becerril, N.; Hernández, S.;
Jan M. E.; Quesada, E. ,2009). Además de tomar estas experiencias para aportar a la
construcción de la teoría feminista y sus nuevos derroteros.

En este marco, este artículo aporta información de la experiencia de las mujeres


cafetaleras de la organización Comon Yaj Nop Tic de la comunidad de Nuevo Paraíso, en
el municipio de la Concordia, su actuar, sus logros y limitaciones y de cómo enfrentan en
un mundo de implacable competencia de mercado, al lado de sus compañeros varones de
la organización. Es decir, se buscó describir, a través de la entrevista de una de las socias
de la organización1, cómo estos grupos de mujeres viven en un mundo económico que no
distingue diferencias de género y en donde la “soberanía del consumidor” determina,
según la teoría económica clásica, el comportamiento del mercado y en donde se supone

1
Como parte del proyecto de investigación “Sistematización de las prácticas de género en Chiapas
para el combate a la pobreza”, se entrevistó a Cecilia Najera que es socia de la cooperativa citada
y actualmente coordina la comisión de educación y dirige el Centro Comunitario de Aprendizaje.

1
que la premisa fundamental es que todas y todos somos iguales, situación que se
confronta en los hechos y dista de ser vigente en la realidad.

De esta forma, el artículo está compuesto de tres partes. En primer lugar, se abordarán
algunas consideraciones teóricas, en el marco de la discusión sobre la racionalidad
económica que caracteriza a las empresas, versus la dinámica propia que tienen las
empresas rurales. En segundo lugar, se el surgimiento de la cooperativa Comon Yaj Nop
Tic en el marco de la intervención de Conservación Internacional y cómo está incorpora,
dentro de la cooperativa, la participación de las mujeres productoras.

En tercer lugar, analizaremos la participación de las mujeres dentro de la cooperativa y las


percepciones que las mujeres tienen con relación a los beneficios aportados, así como
sus principales retos, oportunidades y propuestas para fortalecer su papel en la actividad
de la cafeticultura.

Finalmente, realizaremos una conclusión considerando las limitantes de las participación


de las mujeres en este tipo de espacios, la narración de esta experiencia ha sido
considerada como una Buena Práctica de Género, porque las mujeres que participan en
la cooperativa han sido capaces de ocupar un lugar dentro de una actividad económica
muy importante como es la cafeticultura y han logrado ocupar posiciones dentro de la
organización compuesta por hombres y mujeres, y que tienen un significado político
fundamental en el camino de la visibilidad de las mujeres que les permite ocupar
espacios tradicionalmente considerados masculinos.

1. De la racionalidad económica a la dinámica propia

La tradición del pensamiento económico desde sus primeros pensadores ubica a las
personas como individuos racionales tomadores de decisiones, capaces de elegir siempre
de manera que consiguiera más por menos; el modelo da por supuesto que todo lo que
hacen los individuos tiene sentido en y para el mercado. Es racional quien toma sus
decisiones en términos de costo de oportunidad: cada opción conlleva, de manera
inherente, alguna ganancia y alguna pérdida, considerando a un individuo maximizador de
beneficios, buscando que su elección le dé, de manera racional, el máximo beneficio. De
esta forma, será máximamente racional quien mejor sepa escoger en términos de
oportunidad entre las diversas posibilidades reales que se le ofrecen. De ahí el concepto
de “homos economicus”, que es el que tomador de decisiones, buscando siempre
disminuir el costo de oportunidad (Leriche G., Cristian E., Caloca O., Oscar R., 2005).

Sin embargo, estos preceptos de la teoría económica, no siempre se ajustan a la


racionalidad socioeconómica de los pequeños productores rurales, cuya producción se
centra en pequeñas unidades familiares en donde la producción y la reproducción
adquieren una lógica diametralmente distinta a la que priva en las empresas medianas y
grandes localizadas en áreas urbanas, por lo que no podemos considerarlas como la

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muestra de empresas capitalistas imperfectas, ya que su naturaleza es completamente
distinta y el abordaje de su estudio debe incorporar otros elementos, aún más cuando de
manera deliberada incorporamos el análisis de género.

Las microempresas de las áreas rurales y semirurales tienen una lógica distinta, cuando
son pequeñas empresas que van más allá del autoconsumo, ya que operan en el
mercado tanto nacional e incluso internacional, son proyectos de vida para quien las
fundan, para sus propietarias o propietarios, para los miembros de cada familia y para la
comunidad a la que pertenecen, en donde se involucra la calidad de vida, la felicidad y la
satisfacción que ésta le proporciona a su propietario o propietaria y la confirmación de su
propio autoconcepto.

Además, la mayoría de este tipo de empresas, en principio son una extensión de la


familia, desde las labores del hogar o en el campo en donde se mezclan tanto el trabajo
para la producción de bienes y servicios propios, como para el intercambio; además, de
ser diversificada y que completa con cada una de estas actividades el ingreso de la
familia, en donde cada miembro de la familia o del grupo juega un rol determinado.

Generalmente estas empresas, cooperativas la mayoría de ellas, son unidades


conceptualmente difíciles de definir desde el punto de vista meramente económico, por lo
que más bien deben ser comprendidas como unidades socioeconómicas que tienen un
entorno, un proyecto de vida en particular, que incluso puede ser comunal, las redes
sociales, así como las propias concepciones de la comunidad sobre ellas mismas, sus
compañeros, la organización y el entorno va a ser diferente, dependiendo de la
comunidad a la que pertenecen, incluso qué producen y por qué lo producen. En suma
sus antecedentes, su historia y su conformación actual.

Este tipo de organizaciones son proyectos familiares o grupales que requieren de un


acercamiento con otro enfoque. Hay que considerar que hay conceptos subjetivos que se
pueden representarse con modelos conceptuales como el de Alexander Chayanov (1974)
entre otros, y trabajos empíricos2 realizados en torno a esta forma de empresas sociales
y su vínculo con el mercado.

El cálculo económico para estas unidades son precisos, sus miembros aprenden y
pueden ser manejados en un entorno de incertidumbre y competencia, pero los resultados
tienen otras formas de medirse, las personas por ejemplo aprendieron a moverse, a
entender el entono, porque tienen que embonar con la realidad que los rodea, pero con
una lógica distinta.

Hay que considerar la racionalidad empresarial versus la racionalidad de la empresa


social. Además de considerar gastos e ingresos, también hay que considerar otros
ingresos para el consumo de la familia, a veces calificado como consumo improductivo,

2El Instituto Maya, dirigido por el Dr. Armando Bartra tiene una gran trayectoria y experiencia en el
estudio e intervención de con comunidades campesinas.

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como la energía, el trabajo doméstico y el trabajo en general de las mujeres y de los otros
miembros de la familia, en el proceso de producción y reproducción.

En esta situación, hombres y mujeres trabajan para vivir, no para acumular riqueza o
activos, poniendo en un primer plano la existencia y la calidad de vida de los miembros de
la familia y de la comunidad; el consumo final no productivo, que además no se puede
medir porque tiene un componente subjetivo que no comprende el cálculo económico
tradicional, como el excedente o los términos de intercambio aparece como un elemento
importante en la dinámica de estas organizaciones, existe una lógica campesina,
comunitaria, distinta a la que priva en la empresa privada tradicional y que no puede ser
entendida solo a través de los principios de la economía básica tradicional.

En las economías mercantiles las personas compran y venden sus mercancías, por lo que
tiene un valor de cambio, que es el precio, tienen por lo tanto un precio en el mercado. Es
una economía monetaria, pero también de valores de uso, por lo que se debe considerar
otros aspectos fuera del carácter mercantil del intercambio, como es la calidad de vida
que no entra estrictamente en la contabilidad económica, otra es la salud y el cuidado al
interior de la familia, incluso las celebraciones y festejos que forman parte importante de
la vida de muchas comunidades, existe por tanto una relación asimétrica entre cómo
consideramos la lógica de mercado y la lógica de reproducción campesina.

Existen, por otro lado, elementos que no son monetarios, las personas tienen diversos
ingresos que se destinan, por ejemplo a la inversión del negocio y otros de consumo final,
como son las gallinas, árboles frutales, el jardín, la hortaliza, las fiestas, etc. Esto incluso
debe considerar incorporar la concepción de la economía del cuidado. Considerando
todas estas necesidades existen bienes y servicios, para los cuales existe una tasa de
retorno nula, al menos en términos económicos, pero si una satisfacción para la cual no
existe medición. Sobra decir que las familias quedan “tablas” la mayor de las veces, sin
embargo siguen produciendo y esto es fundamental, porque no se apega a la racionalidad
puramente económica, sino al sentido de realización, de comunidad y de identidad.

2. Surgimiento de la cooperativa Comon Yaj Nop Tic.

La producción de café mexicano y en particular el chiapaneco, aún con la pérdida de


competitividad y la fuerte caída de la producción derivada de años de crisis en los precios
internacionales, se ha reestructurado y sigue siendo de gran importancia socioeconómica
para el estado, ya que de ella depende un gran número de familias.

La producción del grano es aún atractivo en los mercados internacionales, pero los
términos de negocios a lo largo de la cadena del producto han sufrido fuertes
transformaciones y enfrenta nuevos retos. Es así que el objetivo central de este artículo
es, ante todo, mostrar la experiencia de un grupo de cooperativas y en particular de una,
la Comon Yaj Nop Tic, quienes a quince años de su fundación han transitado por un
camino sinuoso de aprendizaje, de grandes éxitos y fracasos que han abonado a su
experiencia y madurez, tanto en el mercado nacional, como internacional. Es pues este un
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intento de repasar la historia a partir de los y las protagonistas y de la participación de las
mujeres tanto en el plano de la propia organización, como de la comunidad a la que
pertenecen.

2.1. Ubicación del proyecto.

Los predios o cafetales de los socios de la cooperativa Comon Yaj Nop Tic se localizan en
la zona de amortiguamiento de la reserva del “El Triunfo”, ubicado en el municipio de La
Concordia con alrededor de 6,456 predios dedicados a la producción de café, de los
cuales el 62% cuentan con una extensión de 1 a 5 hectáreas, lo que muestra que la
producción cafetalera, como en el resto del estado, la realizan fundamentalmente
pequeñas y pequeños productores agrícolas (COMCAFE-SOLUCIONES
ESTRATÉGICAS, 2006).

El municipio de La Concordia tiene una extensión territorial de 1,112.90 km² que


representa el 13.38% de la superficie de la región frailesca y el 1.47% de la superficie
estatal, cuya población asciende a 39,770 habitantes, que representa 17.97% de la
regional y 1.01% de la población estatal; el 51.37% son hombres y 48.63% mujeres. Su
estructura es predominantemente joven, 69% de sus habitantes son menores de 30 años
y la edad mediana es de 18 años (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo
Municipal, 2005).

En el período comprendido de 1990 al 2000, se registró una Tasa Media Anual de


Crecimiento (TMAC) del 1.82%, el indicador en el ámbito regional y estatal fue de 1.96% y
2.06%, respectivamente (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal,
2005).

En el municipio de La Concordia la actividad económica principal es la ganadería


extensiva, pero también se produce maíz, frijol y café, sobre todo en las zonas cercanas a
la reserva de biosfera de El Triunfo. En la producción de café conviven tanto empresas
privadas, fincas privadas, como cooperativas de pequeños productores ejidatarios,
propietarios de 1 a 5 hectáreas.

Las cooperativas, a pesar de producir café de excelente calidad, la mayoría de las y los
productores carecen de habilidades técnicas y conocimientos administrativos para operar
en el mercado, más aún en el mercado internacional en donde es demandado el grano.
Es por ello que, para incrementar sus ingresos y la posibilidad de comercializar a otros
mercados han tenido que enfrentar los siguientes retos

 Mejorar la tecnología para producción del grano con calidad y sin afectar el costo,
a través de procesos de modernización.
 Agregando valor al proceso local, durante la transformación del producto.
 Integrando más funciones de la cadena de valor, como la industrialización o la
exportación directa, en lugar de hacerlo a través de comercializadoras, conocida
como transformación funcional (Millar, 2005).

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Los miembros de la copertativa Comon Yaj Nop Tic, no fueron la excepción.

La cooperativa Comon Yaj Nop Tic que significa “lo estamos pensando”, en idioma tzeltal,
es una organización indígena – campesina de aproximadamente 200 miembros
organizados a través de un presidente, tesorero, secretario y la máxima autoridad que es
la asamblea de delegados, en su mayoría ex trabajadores migrantes de la zona Altos del
estado de Chiapas, que se empleaban en las fincas de la región, es por ello que cada uno
es conocedor profundo de la producción de café

La cooperativa es una organización mixta, en donde comparten hombre y mujeres


productoras las tareas de la misma y cuyo propósito ha sido mejorar las condiciones de
producción, conservar el medio ambiente y negociar mejores condiciones de precio para
su producto.

Este proyecto se conformó por iniciativa de Conservación Internacional, buscando un


proceso de producción sustentable que protegiera la selva y permitiera ingresos dignos
para las y los productores. La primera decisión fue facilitar la exportación directa, a las y
los productores de tres cooperativas establecidas en las cercanías de la reserva de la
Biosfera de El Triunfo. Esta decisión se basó en el interés de los productores de constituir
sus propias organizaciones para competir con los comercializadores privados, quienes
tienen compradores, “coyotes”, que otorgan adelantos para la compra del café en las
localidades, ofreciendo precios muy alejados de los que fija el mercado internacional,
aprovechando la escasa información sobre mercados y sus necesidades de capital,
además de otorgarles préstamos a tasas de interés por arriba de las tasas de mercado,
incurriendo en acciones oportunistas. Ni los productores de manera individual, ni las
cooperativas tenían claro los riesgos y costos que involucra una estrategia de exportación
directa.

La efectividad de las cooperativas de café depende de qué tan competitivas sean en


proveer los servicios requeridos por sus miembros, incluyendo las habilidades de
negociación con los proveedores de servicios de maquila y venta. El mercado está
dispuesto a pagar un premio sobre el precio del grano, pero la extensión de estos pagos
al resto de las y los productores y sus cooperativas, depende de la eficiencia de las
operaciones y de la integridad de sus sistemas internos de control. Como es de esperarse
estos procesos poco o nada incorporan la perspectiva de género, aún cuando existen
productoras que forman parte de las organizaciones y considerando que la temática está
considerada en las políticas del COMCAFE y del Comercio justo3.

La mayor parte de las cooperativas de café carecen de capacitación básica en cuestiones


administrativas y de negocio, estás han sido formadas en el estado no como entidades de
negocio, sino como entidades legales exentas del pago de impuestos para promover la
solidaridad social y el bienestar de los miembros y sus comunidades, mucho menos que
se consideren aspectos de género que consideren algún tipo de capacitación especial

3 Las certificaciones en comercio justo considera la eliminación de la explotación a niñas y mujeres.

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para las mujeres. Sus miembros suelen tener bajos niveles de escolaridad y carecen de
experiencia en administración de negocios, situación que causa una gran dependencia
hacia los servicios del personal técnico que el gobierno o de algunas ONG´s brindan para
atenderlos de manera subsidiaria.

Por lo anterior, Conservación Internacional inició con la capacitación a los y las


productoras a través de las cooperativas, pero encontró que replicar la capacitación era
difícil y escasa y los niveles de adopción extremadamente bajos. Con un equipo técnico
carente de capacidad para realizar estimaciones de producción, contratos con
compradores y una cantidad insuficiente de café para que ellos pudieran cumplir y
calcular sus necesidades de crédito y alcanzar los estándares mínimos de certificación
orgánica o las mejores prácticas demandadas, los productores fueron expuestos a riesgos
y a tomar obligaciones sin contar con la información completa.

El interés inicial de Conservación Internacional fue la implementación de mejores


prácticas para la producción de café, pero luego cambió su enfoque cuando se dio cuenta
que la mejor opción era proveer entrenamiento y servicios de extensión de manera directa
a los productores para enseñarlas las prácticas que mejoraban la producción y apoyar su
adopción y la obtención de los certificados que se requieren en el mercado internacional
y, por lo tanto, mejores precios.

Sin embargo, el costo de tomar el rol de proveedores de servicios era sumamente alto.
Tomó un largo tiempo organizar las reuniones, las actividades que algunas veces tuvieron
que ser repetidas porque no todos los productores asistían y los viajes de los miembros a
las mismas tomaba tiempo. Buscando evitar la dependencia de largo plazo, Conservación
Internacional incluyó de tiempo completo a un equipo de técnicos para la atención de las
cooperativas, con la denominación Aires de Cambio, quienes eran los únicos proveedores
de servicios en la región.

3. La participación de las mujeres en la Cooperativa.

La organización adoptó lo que en el medio cafetalero se denomina “mejores prácticas”,


reconocidas internacionalmente para incorporar la producción orgánica y de comercio
justo, que contempla explícitamente, como parte de su evaluación el trato incluyente hacia
las mujeres.

Aún cuando en la organización participan productoras de café, en su mayoría está


compuesta por hombres, la participación de las mujeres es relevante, las productoras
participan en las asambleas de socios y socias, pero en la mayoría de los casos no en
puestos de representación importantes al interior de la organización. A pesar que trabajan
igual o más que los hombres, ya que en época de cosecha cuando se intensifica el
trabajo, ellas tienen que levantarse a las cuatro o cinco de la mañana para hacer las

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tortillas y preparar la comida de los trabajadores, si tienen jornaleros, o la del resto de la
familia y luego ir al campo para que junto con los demás se participe en la pisca del café.

Muchas mujeres, durante la jornada agrícola, tienen que llevar a sus hijos grandes o
pequeños ya que carecen de asistencia para su cuidado por lo que los traen cargando en
la espalda o ayudan en las labores del campo, esta práctica está generalizada en las
plantaciones de café de todo el estado, incluso en los cultivos de las cooperativas.

La Comon Yaj Nop Tic es una cooperativa mixta en la que permea la posibilidad de
participación de sus mujeres, tanto de las productoras solas, como las esposas de los
productores. Ellas, al igual que su compañeros varones han buscado resolver los mismos
problemas, en un primer momento la que es muy compleja tratándose de la producción
cafetalera, ya que tienen problemas de producción por lo que, al igual que todos los
productores han sufrido el impacto del cambio climático, baja en su producción y
amenazas de nuevas plagas. En el plano de la comercialización los cambios en los
precios internacionales y la posibilidad de generar mejores ingresos de sus familias a
través del reconocimiento de la calidad de su café que se lo da, además de la ubicación
de sus predios en la Reserva del El Triunfo, las certificaciones tanto de producción
orgánica, como de comercio justo. Junto con sus compañeros varones también entran en
las negociaciones para el financiamiento para las actividades culturales, como para la
comercialización.

Parte del éxito de esta organización mixta es que el café que producen tiene atributos que
el mercado reconoce, como es el hecho de conservar el medio ambiente y las prácticas
de comercio justo. En los procesos de toma de decisiones, ya sea para evaluar los
caminos que decidan tomar o las rectificaciones que hacen año con año participan en las
asambleas de la organización, así como de los beneficios de éstas.

La participación de las mujeres es aceptada básicamente porque las propietarias de los


predios son ellas, ya sea que fueron heredadas por los padres, o por su carácter viudez o
porque la pareja migró a los Estados Unidos o alguna ciudad más grande y su ausencia
provocó el abandono de la tierra como opción de producción.

Cecilia 4 , nuestra entrevistada, manifiesta: “empezamos a través de la necesidad de


trabajar para mejorar nuestra economía familiar ya que contábamos con un terreno como
herencia de nuestros padres y tener que trabajarlo, pensamos en organizarnos en un
grupo de pequeños productores y productoras como nosotras para lograr mejores
oportunidades, las dificultades que tuvimos que enfrentar en un principio fue, el que a las
mujeres nos aceptaran en un grupo en la cual era en su mayoría de hombres, pero
atreverse a demostrar que podíamos responder en el grupo, ha hecho que nos
comprendamos muy bien”.

4Cecilia es una productora de la cooperativa, su esposo es un catador de la misma y actualmente


ella ocupa la comisión de educación de la cooperativa y realiza las gestiones para la operación del
CCA.

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La Comon Yaj Nop Tic tiene más de diez año de existir y la incorporación de las mujeres
ha sido un proceso lento y paulatino, incluso no intencional, para pensar que incluyen un
proceso de transversalización de la perspectiva de género, de manera consciente y
deliberada. Tanto hombres como mujeres, de manera más bien intuitiva han aprendido
que el incorporar a sus parejas o sus compañeras productoras, les trae beneficios en dos
sentidos; el primero, es por el hecho de que la participación de ellas incrementa el ingreso
de la familia; segundo, la participación de las mujeres es reconocido como un elemento
negociador en mercados en donde la organización ha logrado tener acceso, ya que la
certificación de comercio justo, así como a las buenas prácticas que arriba se señalan,
declaran abiertamente que las organizaciones de evitar y prevenir cualquier tipo de
explotación contra niños y mujeres.

En este sentido, y con acercamiento de los programas del Centro Comunitario de


Aprendizaje (CCA) que la cooperativa auspicia, junto con fondos de la SEDESOL,
empezaron a incorporar capacitación dirigida específicamente a las mujeres, que no
necesariamente tenía que ver con procesos de producción de café o las certificaciones a
las que la organización se ha sometido, sino cursos sobre juego de negocios y
autoestima. La participación ha sido de 50 mujeres algunas pertenecientes a la
cooperativa y otras de la comunidad de Nuevo Paraíso, lugar en donde tiene sus
instalaciones la cooperativa, que además de ser centro de acopio de café, sus espacios
sirven para las asambleas y para la capacitación que reciben.

Sus dirigentes, al inicio, declaraban que era necesario que las mujeres se capacitaran
aunque manifestaban que debían llevar cursos sobre el cuidado de los hijos, de la salud,
de cocina y algún otro taller para mejorar la condición de las mujeres. Aún cuando se han
mostrado abiertos, el proceso de incorporar los temas de género ha sido lento, ya que la
prioridad para ellos es obtener mejores ingresos y mantener las plantaciones en las
mejores condiciones posibles, ante las constantes amenazas de caídas en los precios,
como de fenómenos naturales como la roya del café y el cambio climático.

Si bien es cierto que “empoderar” a las mujeres significa desarrollar en ellas la posibilidad
de tomar decisiones, autonomía e igualdad de oportunidades, esto no significa que los
caminos siempre sean los mismos, en este caso las experiencias de las mujeres no
necesariamente implicaron confrontación con los hombres, más bien, algunos hombres de
las comunidades se han opuesto a los proyectos de ellas, con una escasa comprensión
de los temas de género y las necesidades de sus compañeras cooperativistas.

La riqueza de esta experiencia es que existe la posibilidad que hombres y mujeres


caminen juntos, reconociendo unos a otros, aunque el proceso se sale de la mayor parte
de los estudios que abordan a las organizaciones exclusivas de mujeres, para plantear el
estudio y la profundización de organizaciones cooperativas de hombres y mujeres, qué
buscan ser incluidas y tener mayor participación con sus compañeros varones.

Estas prácticas se han extendido a otras mujeres de la comunidad que no


necesariamente pertenecen a la organización y ello tiene que ver con el carácter no
sectarios de los dirigentes de la cooperativa, que aún cuando entre sus miembros se

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encuentra población Tzeltal y Tzotzil, la mayoría son mestizos, con grado de escolaridad
de primaria mínimo y cuyos hijos han tenido acceso a otro tipo de educación, fuera de la
comunidad y como parte de la organización, en la formación de catadores por ejemplo.

Recientemente, y con la participación de las mujeres, han podido lograr que la SEDESOL
les financie la construcción de un albergue para los hijos e hijas de los miembros de la
cooperativa y que tengan mayores posibilidades de educarse. Estas gestiones, además,
han logrado que obtengan subvenciones para equipar su centro comunitario de
aprendizaje que cuenta con más de 30 alumnas y alumnos inscritos y que en breve
contará con sus primeras graduadas.

4.- Impacto sobre las mujeres y cambios en las relaciones de género.

Sin embargo, hay espacios que siguen dominando los hombres, Cecilia manifiesta que
“uno de los principales problemas es lo económico, la mayoría las compañeras vivimos –
dice- en comunidades lejanas y nos comentan que no tiene el pasaje para bajar a las
reuniones, también las que tienen hijos e hijas pequeñas y no tienen con quien dejarlas , o
que algunas compañeras tienen más de 60 años, un fracaso es que muchas iniciaron y ya
no quisieron seguir, una debilidad es que algunos compañeros piensan que no podemos
ocupar cargos en la organización, ya que tiene miedo de que la llevemos al fracaso”.

Desde que este proyecto empezó, los socios y socias que en su mayoría han
permanecido a la organización, han aprendido que la disciplina en el trabajo les ha traído
buenos resultados para familias. Sus ingresos se han elevado, su café es reconocido
como uno de los mejores de México, no solo por la ubicación de sus predios, sino también
por el trabajo que realizan para conservar la Selva de El Triunfo.

Paralelamente, las mujeres han tenido acceso a otros recursos, que les permite la
oportunidad de capacitarse y mejorará diferentes ámbitos de sus familias como el acceso
a la educación, a través de los CCA´s, capacitación en la formulación de proyectos para
presentarlo a opciones productivas de la SEDESOL, que ha contribuido a la disminución
de la pobreza, para aumentar su capacidad de gestión, como es el hecho de haber
obtenido fondos para la gestión de un albergue financiado por la SEDESOL y el Fondo
para la Conservación de la Reserva del Triunfo (FONSET), todos estos que les permite la
generación de ingresos propios. Esto sin contar con mayores posibilidades de tomar
decisiones en relación a su propia vida y la de sus hijos.

Si exploramos que tanto se han trasformado las relaciones de género, Cecilia opina
“hemos empezado a cambiar esta situación ya que actualmente yo estoy ocupado un
lugar dentro de la organización como presidenta del Centro Comunitario de Aprendizaje.
Respondiendo con mucho valor y esfuerzo consideramos que de los principales logros
como grupo es el que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, las
mismas prestaciones y atención, sí porque ahora tenemos voz y voto, dentro de la
organización y también en las actuales reuniones hay mayor asistencia de mujeres y más
participación”.
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Para la determinación y decisión de proyectos ellas participan porque dicen “lo mismo que
se exige a los hombres se nos exige a nosotras también y hemos cumplido de igual
manera, por lo que decidimos todos y todas juntas atreves de los delegados de cada
comunidad”. La participación en las diferentes tareas es compartida por las mujeres, pero
aún cuándo en la entrevista no se menciona, en otros talleres describían las obligaciones
que a ellas les correspondían y en donde se denotaba dobles y hasta triples jornadas,
invisibilizadas para ellas mismas, ya que en la temporada de cosecha se tienen que
levantar a las cuatro de la mañana y preparar los alimentos de los jornales y dejar
preparada la comida de los hijos, si ellas tienen que ir al campo a la pisca del café. La
intensidad de estas jornadas, además depende de la capacidad de la mujer en términos
de contar con la capacidad económica de contratar a otros jornaleros agrícolas para llevar
a cabo las tareas del campo. Si esto nos posible generalmente las mujeres, dueñas de
dos hectáreas, levantan su cosecha con la ayuda del resto de los miembros de la familia,
hijos, hermanos, hermanas

Las mujeres sienten que han participado en la mayor parte de las actividades del proyecto
o solamente, aunque hay algunos proyectos en los que no, como por ejemplo el de
trabajo de reforestación. Además que la mayor parte de los liderazgos están
representados por hombres, ellas ya participan en algunos comités, como el de educación
y manejo del Centro Comunitario de Aprendizaje.

Cecilia comenta: “Cuando se toman decisiones, estás son a través de reuniones mensual
de delegados de cada comunidad y por votación para aprobar las decisiones que se
tomen. Si por cada comunidad se nombran 2 delegados y 2 suplentes de delegados,
socios y miembros de la misma comunidad y somos 11 comunidades dentro de la
Comon”.

Actualmente existe una delegada y una suplente de delegado, además sienten que en
estos momentos cuentan con mayor respeto y oportunidad de proyectos, además de la
actividad productiva y amistades fuera de la organización.

Cecilia considera que viven mejor que antes, “porque a través del grupo tenemos
prestaciones y apoyos en el campo, el que podemos utilizar la tecnología de las
computadoras, nos comunicamos y participamos en mejorar a nuestra comunidad”.

“De los proyectos que hemos trabajado es el de lombricultura y de consumo personal, el


de pollos y hortalizas. Nos han dado el apoyo de que llegue hasta nuestra comunidad,
esto ayuda a la conservación y que no usemos productos químicos que nos enferman”.

Para definir los proyectos han considerado la problemática de la mayoría de las socias,
han incluido a las mujeres más humildes y a las mujeres solas. Han entrado todas las
mujeres, incluso las esposas de los socios y viudas y se tiene mayor consideración a las
más pobres y a las mujeres solas, ya sea porque son viudas, esposas de migrantes que
no han vuelto a la comunidad, y se cuenta con el apoyo de la organización y de
instituciones como el CONCAFE y la SEDESOL y cuando se distribuyen los recursos,
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apoyos o capacitaciones, participan todas y se nombra un comité por cada comunidad de
mujeres para que se encarguen de recibir distribuir los apoyos.

El proyecto colectivo más importante ha sido el de café de conservación y ser la


consolidación de la organización, por lo que los beneficios han sido de diferente índole:
económicos, organizativos, y de autoestima, “por los cursos y actividades en las que
participamos, pero hasta el momento no hemos tenido un proyecto colectivo exclusivo
para mujeres, que sea solo para beneficio personal, que podría ayudarnos mejorar
nuestra alimentación familiar en el que evitamos algunos gastos al aprovechar nuestras
verduras, a sentirnos productivas y que estamos comiendo más saludable y también a
nuestros hijos porque los involucramos en el cuidado de nuestros proyectos”. Señaló
Cecilia. Al mismo tiempo comentó: “Trabajamos más que antes, pero estamos satisfechas
porque, cada vez aprendemos a respetarnos y a hacernos respetar, ya nos escuchan,
aunque las decisiones no las tomamos solo nosotras. La ventaja que tenemos de
participar en el grupo en relación a las mujeres de la comunidad que no están
organizadas es que poco a poco lo van aceptando. Al principio no lo veían muy bien, pero
poco a poco lo van aceptando, porque veo mucha inseguridad en ellas y que dependen
de todo con el marido, en cambio nosotras aunque somas pocas ya se nos va tomando en
cuenta”.

La sostenibilidad de la organización y su mantenimiento y los fondos conseguidos han


pasado por varias etapas, primero entre la misma sociedad y el deseo de progresar
porque la Comon no tiene asesores, el mayor apoyo es un técnico. Como Cecilia
mencionó: “Se empezó a funcionar como un grupo de trabajo y después nos organizamos
para tener figura legal y así poder bajar proyectos, para poder mantener la que ahora es
la organización”.

Aunque no se ha dado un significado con una perspectiva más clara de género, porque
como señaló Cecilia: “Para las mujeres participar en la organización ha significado que
mejore nuestra producción, no dejamos de atender a nuestros hijos y en mi caso mi
esposo es parte de la organización, así como mi hermano que ven con buenos ojos que
participe y me alientan a que lo haga”. Sin embargo, los avances en visibilidad social y
participación de las mujeres ha mejorado.

5.- Fortalecimiento de capacidades y del capital social.

En relación a la construcción de capacidades y fortalecimiento del capital social, podemos


decir que la colaboración entre las mujeres de la cooperativa, además de las mujeres de
la comunidad, las líderes sienten que son incluyentes con sus compañeras. Al respecto
Cecilia comentó: “nuestro proyecto no es exclusivo de un grupo de mujeres, es mixto, hay
productoras y productores y es apoyado por diferente tipos de instituciones como el
CONCAFE, la SEDESOL y en la parte educativa por el TEC DE MONTERREY, por lo que
como grupo de mujeres aún no tenemos ningún apoyo de organizaciones, solo a través
de Comon que nos han apoyado y a través del TEC DE MONTERREY que nos está

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apoyando con el grupo de mujeres del Centro Comunitario de Aprendizaje en donde nos
dan capacitación”.

Por lo anterior Cecilia explica que no han participado con otras organizaciones de
mujeres, realmente no hemos recibido ningún apoyo de otras organizaciones. Tal como
Cecilia lo señala: “Solo la Comon nos ha apoyado, creo que nos beneficiaría mucho ya
que unidas y sobre todo organizadas tendríamos más fuerza, como grupo de mujeres y
mayores apoyos, en cuanto a participación, nos hemos reunido para algunas pláticas
sobre salud con otras compañeras de organizaciones distintas, y recibimos una invitación
de parte de la COMCAFE a unas reuniones, para grupos de mujeres de organizaciones
de todo el estado, y estamos dispuestas a participar vamos a ir dos representantes”.

En relación al fortalecimiento de capacidades Cecilia afirma: “Siento que conocemos más


nuestros derechos que son precisamente el de la información, el de opinar , el derecho a
ser respetadas, y es algo que ya hemos empezado a poner en práctica, realizamos
reuniones y les damos a conocer empezado a poner en práctica, nos hace falta mayor
participación de las compañeras pues hay algunas comunidades que vienen a las
reuniones y solo los esposos de ellas vienen , queremos ir a visitarlas a su comunidad
para platicar con ellas”.

Considerado la problemática de las mujeres en relación a otros temas, de acuerdo a las


opiniones vertidas por la informante, se dice que en el tema de salud sí han avanzado, de
hecho hay preocupación por recibir más información sobre cáncer de mama y cáncer
cérvico uterino y medidas de prevención. Consideran, además, que de los demás temas a
aún no se han incorporado, pero paulatinamente van incorporando otras problemáticas
como la del medio ambiente, para lo cual programan reuniones generales de mujeres en
el cual se trata el tema y lo van a impartir las señoras que van al curso de mujeres
bilingües. Además que las invitan a que aprendan a usar las computadoras del CCA, que
antes solo estaban consideradas para los jóvenes que asistían a prepanet, pero enfrentan
problemas por la distancias de las comunidades, lo que dificulta que asistan, al menos no
con la frecuencia que se desea. En muchas ocasiones no vienen, aún cuando se les ha
invitado a que aprendan a usar las computadoras pero por la distancias de las
comunidades y su dispersión a veces desanima su participación.

También Cecilia menciona que “han buscado apoyar a otras mujeres, con capacitación o
invitándolas a que aprendan a usar las computadoras del CCA, pero por la distancias de
las comunidades no vienen, solo 3 señoras están tomando curso, nos comunicamos con
ellas a través de radio civil y de forma directa a través de su delegado de su comunidad,
que lleva la información y en algunas ocasiones que tienen teléfono, por esta vía”. Es por
esto que fechas recientes han gestionado y logrado la construcción de un albergue en la
comunidad de Nuevo Paraíso, lugar en donde está el CCA y las instalaciones de la
cooperativa, en donde puedan tener un espacio a donde pernoctar, tanto lo hombre, como
las mujeres y los jóvenes que realizan sus actividades en el CCA de la comunidad.

Pero aún con todas estas dificultades han logrado, según opinión de ellas, un sentido de
pertenencia al grupo, al proyecto de la Comon Yaj Nop Tic como cooperativa, a su centro

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de aprendizaje y en general a su comunidad y, en general, una mayor participación de las
mujeres en la organización, en la definición y desarrollo de los proyectos.

Sin embargo, es importante considerar que se debe trabajar con los varones en cuanto a
que consideren la importancia de la equidad y que está debe ser tomada en cuenta en la
representatividad de la cooperativa, ya que las socias aún no tienen una representación
equitativa y reconocida. Esta es una limitante que se observa para la sustentabilidad de
los procesos de las mujeres de la Comon. Porque aún cuando avanzan en logros
concretos como son el comprender los procesos de producción y comercialización del
café, que han tomado la capacitación al igual que sus compañeros varones, muchas de
sus decisiones siguen estando al margen de lo que decidan ellos.

La organización avanzará en la medida que la representatividad de las mujeres aumente y


que los hombres acepten paulatinamente que puedan ocupar puestos directivos dentro de
ella, además de reconocerlas plenamente en sus derechos y que son capaces, al igual
que ellos de aprender a negocias, a administrar, a gestionar y presionar cuando de
defender sus intereses se trate.

6.- Conclusiones y sugerencias:

En entrevista con Fernando Mendoza5 , director de comercialización de la CONCAFE, se


señalaba que las Organizaciones de productores como el ISMAM, FIECH, Unión de
Ejidos de San Fernando, Unión de Ejidos de la Selva, entre otras, consideran la
exportación directa como la estrategia óptima para ellos. Sin embargo, mientras se
avanza a lo largo de la cadena de valor los productores se enfrentan a riesgos
significativos y por lo tanto no siempre es la forma de incrementar los ingresos de los
productores, pues puede quedar gran parte de la producción sin ser comercializada. El
tema de género se mantiene de manera marginal, pero se llega a considerar proyectos
para ellas en temas de hortalizas, salud e incluso microcréditos, sin incorporar en realidad
la concepción plena del género y más bien como un elemento que hoy está en la mesa
tanto de las organizaciones internacionales y como parte incluso de los procesos de
certificación a las que están sometidas.

Además, la inexperiencia en los negocios provoca un desconocimiento del adecuado


procesamiento del producto y de los procedimientos de comercialización para el envió y
entregar de café con calidad uniforme y proveer de un servicio de alta calidad para los
compradores internacionales, ya que la mayoría de ellos son pequeños productores, lo
que no les permite realizar contratos competitivos. Aún cuando no es parte de esta
investigación, cabe señalar que muchas cooperativas han sufrido fracturas internas por
inconformidad de sus dirigentes, quien en la medida que van ganando conocimiento y
control de los procesos se alejan de la base misma que los sustenta, los propios
productores, incluso provocando la desaparición o fractura de las organizaciones.

5
Comunicación personal, 28 de Agosto, 2007. Realizada en el marco de una investigación más
amplia sobre las cooperativas cafetaleras y los costos de transacción.

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Favorecer la creación de nuevos grupos de mujeres, que reflejen las nuevas necesidades
a raíz de los cambios producidos en las últimas dos décadas. En torno a un nuevo
proyecto productivo, junto con la creación de algún tipo de órgano consultivo de
participación y diálogo con otras instituciones, que incluyan mujeres.

Por todo lo anterior es importante que las acciones dirigidas a apoyar a los productores de
café considere dentro de sus políticas públicas la perspectiva de género, entendiendo
que las mujeres cafetaleras tiene, a diferencia de su compañeros varones, necesidades
particulares que requieren de acciones de intervención que mejoren y faciliten la inserción
de las mujeres al difícil y complejo mundo del café, con base a la experiencia acumulada
a través de muchos años de trabajadoras y productoras del grano.

Una políticas sectorial con perspectiva de género implicaría considerar proyectos mixtos
en producción de producción a mayor escala, además de la capacitación a todas las
organización en los conceptos de género, para que productoras y productores entiendan
que se nace hombre o mujer, pero que se nos enseñó a serlo con los roles que
aprendimos desde la infancia, a representar los roles que finalmente la sociedad, con su
contexto cultural, ideológico y político nos impone. Por lo que hoy es necesario
comprender los roles de los “femenino” y lo “masculino” y que no necesariamente está
conectado con el sexo, que es biológico, sino a la forma en que aprendimos a ser y
hombres y mujeres y, por lo tanto a lo que se nos ha permitido y qué se nos ha prohibido
(Lagarde, Marcela, 1996).

Por otro lado, las políticas sectoriales, en este caso en el mundo del café tendrán que ir
introduciendo nuevos conceptos que incorporen la perspectiva de género, como por
ejemplo la creación de una marca de café o que de los quintales vendidos, como en otros
casos, se descuente algunos centavos que permitan crear una bolsa especial de fondos
para los proyectos de mujeres cafetaleras en materia de salud, educación y participación
política. Así como la creación de una marca de café con símbolos que presenten y
muestren la importancia que tiene en la actividad cafetalera, en la industria y como los
altibajos del sector afectan, finalmente, a las mujeres y sus familias y, además, que
muestre y premia, con un precio especial, los sacrificios y las dobles o terceras jornadas,
que no se reconocen, ni se contabiliza, pero podría ser un reconocimiento para ellas por
estar avanzando y de manera organizada.

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Bibliografía

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Buenos Aires, Argentina. Nueva Visión. Teoría e investigación en ciencias sociales.

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