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Público
Revista científica Arbitrada
V Etapa
Nº 9
Alejandro Castillo
Director General de Actuación Procesal
Arbitraje: Los artículos publicados en la Revista del Ministerio Público son arbitrados
mediante el Sistema Doble Ciego.
EDITORIAL 5
PRESENTACIÓN 7
LA ODONTOLOGÍA FORENSE 47
Víctor Avidad
INHUMACIONES Y EXHUMACIONES 73
Boris José Bossio Barceló
LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA EN EL MARCO DEL DELITO 83
DEL VERTIDO ILÍCITO
María Rosalba Melillo Paolini
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Editorial
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Presentación
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El Juicio Oral en Venezuela
RESUMEN
ABSTRACT
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En Venezuela, con la entrada en vigencia del Código Orgánico
Procesal Penal (COPP) el 01 de julio de 1999, se adoptó el modelo acu-
satorio como forma de juzgar a los ciudadanos frente a la comisión de
un hecho punible. De esta forma, se dio un paso adelante en el proceso
de reforma del Sistema de Justicia, que persigue la vigencia efectiva de
los derechos de las personas, dejando atrás un sistema inquisitivo.
Y es que con la adopción del Sistema Acusatorio, se inició
en Venezuela una nueva etapa, en la cual se busca el establecimien-
to de la verdad en el marco del Debido Proceso, donde participa
activamente el acusado, pues se aplican a su favor un conjunto de
principios y garantías, tales como la Inmediación, la Oralidad, la Im-
parcialidad y la Participación Ciudadana, para que pueda demostrar
su inocencia, o en caso de condena, la misma sea a través de una sen-
tencia motivada, en la que haya existido Inmediación del juzgador,
Concentración y Participación Ciudadana a través de los escabinos.
Producto del cambio de sistema, el proceso penal venezolano
fue dividido en cuatro fases: Preparatoria, Intermedia, Juicio y Eje-
cución. La primera de ellas constituye la fase de investigación inicial
y está a cargo del Ministerio Público, que puede realizarla por sí mis-
mo o a través de los órganos de policía de investigaciones penales; la
segunda, estará bajo la directriz de los tribunales de Control. Mien-
tras, la tercera de estas fases, la relacionada con el desarrollo del de-
bate entre las partes, será dirigida por el juez de Juicio; y por último,
la Fase de Ejecución, estará a cargo del juez de Ejecución.
Un análisis de la Fase de Juicio debe comenzar por un estudio
adecuado del Derecho Procesal, pues es el que toca más de cerca al
ser humano, ya que el delito es un hecho social. De allí que los sis-
temas de enjuiciamiento penal estén a la par de la historia política y
que guarden perfecta correspondencia con ella.
Si la expresión más vigorosa del poder del Estado es precisa-
mente su poder penal, la afirmación del teórico alemán Ernst Beling
de que el Derecho Penal (material) no le toca al delincuente un solo
pelo, sino que es el Derecho Procesal Penal el que se entiende de
cerca con el hombre de carne y hueso, explica el punto en cuestión.
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Según Julio B. Maier (1999) el Derecho es hijo de la cultu-
ra humana y de las ideas políticas que ésta acuña, y los cambios de
orientación política son más evidentes en el Derecho Procesal Penal.
En este sentido, el artículo 2 de la Constitución de la República Boli-
variana de Venezuela establece:
Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho
y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamien-
to jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad,
la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general,
la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo po-
lítico.
La Oralidad
Nuestro Código adjetivo, el COPP, en su artículo 14, se refiere
al Principio de la Oralidad, señalando que el juicio será oral y pú-
blico, y sólo se apreciarán las pruebas incorporadas en la audiencia.
Alrededor de esta premisa se erige una garantía que persigue lograr
el resguardo de otros principios procesales contemplados en el ya
mencionado Código.
Claus Roxin (2000), destaca que en el juicio oral deben pro-
ducirse las pruebas ofertadas, conforme a los principios de Ora-
lidad e Inmediación, según las reglas de la actividad probatoria y
bajo el control que proporciona la Publicidad, con lo cual se pone
de manifiesto la interconexión existente entre los mencionados
principios.
También, Yesid Ramírez Bastidas (2001: 167-168), señala que
“a ella (oralidad) se le reconoce el valor de asegurar más plenamente
el respeto a las garantías procesales y la mejor realización de los prin-
cipios que las informan”.
La Oralidad se considera como un principio fundamental del
proceso penal, que sirve de base a la Inmediación, Contradicción
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y Publicidad, a través de los cuales el juez, al presenciar el deba-
te probatorio, establecerá la verdad de los hechos. En esta etapa
el juzgador recibirá, percibirá y analizará los medios probatorios
propuestos por las partes y, mediante la certeza que de éstos se ob-
tenga, puede cumplirse con la finalidad del proceso: determinar la
verdad de los hechos.
En este sentido, Frank Vecchionacce, en su ponencia publica-
da por la Universidad Católica Andrés Bello (1998) manifiesta que:
…este principio no consiste tan solo en que los alegatos de las partes,
así como las manifestaciones del acusado y las declaraciones de testi-
gos y peritos, deban hacerse en forma verbal, sino en que también las
determinaciones del tribunal sean dictadas y dadas a conocer verbal-
mente, de modo que nada de lo sustantivo acaecido durante el debate
puede ser reproducido por medios escritos y otros análogos.
La Imparcialidad
Con la Imparcialidad cobra relevancia lo relativo a la sepa-
ración de las funciones de investigar y juzgar. Este es uno de los
principales emblemas del modelo acusatorio que hoy predomina
en la mayoría de los sistemas procesales del mundo, el cual persi-
gue garantizar que a quien le corresponda dirimir una controver-
sia, lo haga apegado a la valoración que realice tanto de los hechos
como de las pruebas y no bajo la influencia de algún tipo de pre-
juicios que pudiera haber obtenido durante el proceso investiga-
tivo, lo que de antemano se constituye en una vulneración para la
presunción de inocencia y otras garantías procesales concebidas a
favor del procesado.
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Lo contrario, acarrearía una vulneración de la potestad juris-
diccional, al convertir al juzgador en parte del conflicto que le co-
rresponderá decidir. Por ello, el legislador ha previsto las causales de
recusación y de inhibición con miras a garantizar la Imparcialidad
desde un punto de vista subjetivo. Es decir, partiendo de que el juz-
gador esté incurso en alguna de dichas causales, no podrá declarar el
derecho de la misma forma en que lo haría otro que no se encuentre
en esa situación de hecho.
La razón de ser de la garantía de Imparcialidad, según Da-
niel Maljar (2006:188) busca “procurar que la decisión de fuerza que
toma el Estado a través del dictado de sentencias sea percibida por
los ciudadanos como un acto de poder legítimo. El juez debe tener
plena libertad para decidir el caso, estando sometido sólo a la ley y a
las constancias probatorias de la causa.”
Una de las formas de garantizar que el juez cumpla con im-
parcialidad su labor, es actuar con estricto apego las funciones pro-
pias que le han sido encomendadas. En este sentido, el Tribunal Su-
premo de Justicia, en Sala Constitucional, por medio de la Sentencia
N° 1806 de fecha 10 de noviembre de 2008, refiere:
La tarea que les corresponde ejecutar a los jueces no es sencilla. Sobre
ella gravitan enormes dificultades. Para afrontar y salir airosos de esas
dificultades, el juez debe estar provisto de una serie diversa de habili-
dades, facultades y conocimientos. De igual forma, debe estar provisto
de unas determinadas cualidades personales. Debe tener el temple y el
carácter necesario para no dejar que lo persuadan razones ajenas a la
naturaleza del asunto debatido, y debe tener la voluntad para tomar las
decisiones que estén conformes con la razón y con su conciencia, para
interpretar la producción normativa garantizando el núcleo esencial
de los derechos fundamentales. (Ferreyra, Raúl: Notas Sobre Derecho
Constitucional y Garantías, Edar, Buenos Aires, pág. 275, 2003).
Al mismo tiempo, debe mostrar sensibilidad ante los requerimientos
de la justicia. En este sentido, le corresponde examinar los intereses
en juego, escrutar los motivos que animan a los contendientes, ubicar
estos intereses y motivos en el plano de los valores que subyacen a la
relación jurídica que les vincula, ponderar estos valores y decidir lo que
más se ajusta al horizonte de sentido en el que tales valores se ubican”.
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Participación Ciudadana
Este importante principio se encuentra plasmado en el segun-
do aparte del artículo 253 de la Constitución de la República Boliva-
riana de Venezuela, que consagra:
El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de
Justicia, los demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Públi-
co, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los o las
auxiliares y funcionarias y funcionarios de justicia, el sistema peniten-
ciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos o ciudada-
nas que participen en la administración de justicia conforme a la
ley y los abogados autorizados o abogadas autorizadas para el ejercicio.
(Negritas nuestras).
Publicidad
En el artículo 257 de la Constitución se contempla de manera
general este principio: “El proceso constituye un instrumento fun-
damental para la realización de la justicia. Las leyes procesales es-
tablecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trá-
mites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público…”
(Negritas nuestras).
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Mientras, que en el artículo 15 del COPP, la publicidad se
encuentra consagrada en forma general: “Publicidad. El juicio oral
tendrá lugar en forma pública”. Y es que una de las características
relevantes del proceso penal venezolano es su Publicidad, la cual está
establecida en el citado artículo del COPP, pues el hecho de ser pú-
blico garantiza su transparencia. Pero, se hace necesario distinguir,
como señala Eric Pérez, entre publicidad inter partes y publicidad
erga omnes.
La primera se refiere al conocimiento que pueden tener las
partes del proceso, Publicidad que encontramos presente en todo
momento durante el desarrollo del mismo. Mientras, la Publicidad
erga omnes o universal viene a concretarse plenamente en la Fase
de Juicio.
Hay, sin embargo, de acuerdo con el artículo 333 del COPP,
ciertas excepciones al Principio de Publicidad, las cuales serían, por
ejemplo, que los hechos debatidos en juicio afecten el pudor o la vida
privada de alguna de las partes; perturbe gravemente la seguridad
del Estado o las buenas costumbres; peligre un secreto oficial, parti-
cular, comercial o industrial; o declare un niño, niña o adolescente y
el tribunal considere inconveniente la publicidad.
Además, la Publicidad controla indirectamente la probidad
de los jueces y hasta de las propias partes. Por ejemplo, a un juez
le será realmente complicado pronunciar una decisión contraria a
todo aquello que haya sido demostrado en el juicio.
Concentración
Este Principio está previsto en el artículo 17 del COPP, que
señala: “Concentración. Iniciado el debate, éste debe concluir en el
mismo día. Si ello no fuere posible, continuará durante el menor nú-
mero de días consecutivos.”
Mientras, que en el artículo 335 del referido Código, la Con-
centración está desarrollada de la siguiente manera: “El tribunal rea-
lizará el debate en un solo día. Si ello no fuere posible, el debate con-
tinuará durante los días consecutivos que fueren necesarios hasta su
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conclusión. Se podrá suspender por un plazo máximo de diez días,
computados continuamente…”
Es importante acotar, que el Principio de Concentración úni-
camente debe concretarse en un juicio oral, pues es imposible que la
Concentración pueda existir en un juicio escrito. Y es que la Con-
centración es un requisito fundamental para que se pueda realizar
un juicio penal de tipo oral. Con la aplicación de este Principio, se
garantiza la presencia de todos los participantes en esta Fase del pro-
ceso. Es decir, que el acusado, defensor, fiscal, acusador y víctima
(cuando sea necesario), testigos, expertos, jueces y escabinos, debe-
rán estar a la hora determinada en el lugar donde se celebra la au-
diencia. En aras de garantizar el presente Principio, se hace hincapié
en que, como lo ha sostenido el Tribunal Supremo de Justicia, los
días deben ser computados en forma continua y no en días hábiles.
Inmediación
Este Principio postula que el juez que ha de pronunciar la
sentencia debe presenciar ininterrumpidamente el debate y estar
presente durante la incorporación de las pruebas que le permitirá
obtener su convencimiento. De esta forma, se presume que éste estu-
vo relación directa con las partes, expertos, testigos y con los objetos
del juicio.
La Inmediación nos indica que no debe existir mediación al-
guna entre el juez y la percepción directa de la prueba. Y la infor-
mación obtenida durante la investigación en ningún sentido se le
otorgará valor probatorio alguno. Para la puesta en práctica de este
Principio, se debe contar con el instrumento de la Oralidad. Asimis-
mo, es necesario para cumplir con la Inmediación, realizar una sola
audiencia en la que estén presentes ininterrumpidamente los juzga-
dores, quienes evaluarán la prueba producida en su presencia.
Si el juez no oye directamente la declaración del testigo, sino
que la lee en un acta, simplemente no está en condiciones -por capaz
que sea- de realizar una verdadera valoración de credibilidad respec-
to a lo dicho por el testigo. En virtud al Principio de Inmediación, el
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juzgador no podrá utilizar como pruebas los simples actos o medios
que se encuentren por escrito. Sino por el contrario, toda prueba o
fuente de prueba, entre otras, testigos y peritos, tienen que estar pre-
sentes en la audiencia para que puedan declarar lo que saben.
Un sistema acusatorio otorga la importancia debida a la In-
mediación del juez con la prueba, razón por la que, incluso, si se
trata de un testigo clave y no aparece en el juicio oral, el fiscal o el
defensor que lo requiera no podrá presentar como prueba la decla-
ración que éste prestó en la Fase de Investigación, porque se realizó
de forma escrita y reservada. La única excepción a esta regla sería la
prueba anticipada, la cual tiene su fundamento en la necesidad y la
urgencia. En este sentido, la Inmediación rige plenamente para el
resto de la actividad probatoria.
En concordancia con lo antes señalado, Maier (2006) nos dice
que la correcta concepción del Principio de Inmediación radica en
el respeto del enfrentamiento de intereses entre las partes. En conse-
cuencia, afirma que:
…la forma de la inmediación es respetar el enfrentamiento de intereses
que se produce en todo juicio, ya sea en un juicio de derecho privado
como también en un juicio de derecho público. La ley legitima a cier-
tas personas como representantes de ciertos intereses o bienes de los
que son portadores, y estas personas son las que comparecen al juicio,
a expresar cada una su verdad, y contraponerla entre ellas en forma
dialéctica
19
Fuentes consultadas
Bibliográficas
▶▶ Binder, A. (1999). Introducción al Derecho Procesal Penal (2da ed.). Buenos Ai-
res: Ad-Hoc.
▶▶ Cafferata, J. (2000). Proceso Penal y Derechos Humanos. Buenos Aires: Del Puerto.
▶▶ Maier, J. (1999). Derecho Procesal Penal. Fundamentos (Tomo I. 2da ed.). Bue-
nos Aires: Del Puerto.
▶▶ Maljar, D. (2006). El Proceso Penal y las Garantías Constitucionales. Editorial Ad-
Hoc. Buenos Aires
▶▶ Novoa, N. (2003) . Actos y Nulidades en el Procedimiento Penal (Tomo I. 3ra ed.).
Medellín: Biblioteca Jurídica Dike.
▶▶ Pérez, E. (2006). Manual de Derecho Procesal Penal. Caracas: Vadell Hermanos
Editores.
▶▶ Picó, J. (1997). Las Garantías Constitucionales del Proceso. Barcelona-España:
José María Bosch Editores.
▶▶ Ramírez Bastidas, Yesid (2001). El Juicio Oral en Colombia. Editorial Jurídica de
Colombia Ltda.
▶▶ Roxin, C. (2000). Derecho Procesal Penal (Trad. G. Córdova y D. Pastor. 25ª ed.).
Buenos Aires: Del Puerto.
▶▶ Vecchionacce, F. (1998). Primeras Jornadas de Derecho Procesal Penal. Caracas:
Publicaciones UCAB.
Documentales:
▶▶ Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela, N° 39.272, septiembre, 25 de 2009.
▶▶ Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela, N° 36.860, diciembre 31 de 1999.
▶▶ Tribunal Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencia N° 1806, de fecha
10 de noviembre de 2008.
www.tsj.gob.ve
20
Constitucionalidad de la Ley Orgánica
Sobre el Derecho de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia
Adriana Torres
Fiscal Auxiliar del Ministerio Público
Estado Yaracuy
Julibeth Paz
Especialista en Ciencias Penales y Criminológicas
RESUMEN
21
otros. En este sentido lo que el Estado venezolano promueve con la
creación de este tipo de leyes como la Ley Orgánica sobre el Derecho
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es el trato diferenciado
de un determinado grupo social, otorgándoles ventajas, incentivos,
o en general tratamientos más favorables.
ABSTRACT
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INTRODUCCIÓN
El término violencia de género es una expresión nacida en el
año 1995 a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín, ca-
pital de la República Popular China en presencia de la Organización
de las Naciones Unidas, reconociendo desde entonces “la urgente
necesidad de una aplicación universal a la mujer de los derechos y
principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad, integridad y
dignidad de todos los seres humanos”
En Venezuela se promulga por vez primera la Ley sobre la
Violencia contra la Mujer y la Familia en el año 1998, encontrán-
dose nuestro país suscrito al Tratado Internacional denominado
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer, mejor conocido como Convención Be-
lem Do Para, celebrada en Brasil, ampliando cada vez más su ámbito
con constantes reformas legislativas hasta la actualidad, alcanzando
el nombre de Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia, siendo promulgada su última reforma en
el año 2007.
La lucha contra la violencia de género se ha convertido en una
prioridad de las instituciones venezolanas, en virtud de la estricta
contabilidad de las cifras de este tipo de violencia en todas sus fases,
así como la cantidad de recepción de denuncias interpuestas.
Para ello se ha hecho necesario el uso de encuestas con el fin
de reflejar el fenómeno en toda su extensión, junto a la elaboración
de informes y estudios por parte de organismos públicos y privados,
lo que culminó con la aprobación de la misma como parte de la po-
lítica criminal practicada por el Estado en base al Poder Ciudadano
del cual forma parte el Ministerio Público, siendo su característica
principal en representar el interés general siempre garante de los de-
rechos y las garantías constitucionales.
Por todo lo expuesto se hizo necesario analizar como repre-
sentantes del Ministerio Público los valores que la conforman, así
como el Principio de Colaboración Interestatal, siendo en este tipo
de violencia de género donde se observa a diario la colaboración en-
23
tre los órganos que forman el poder público para la realización de
los fines del Estado; en este caso la Ley Orgánica sobre el Derecho de
las Mujeres a una Vida Libre de Violencia faculta a distintos órganos
del Estado para aperturar el procedimiento de los distintos delitos
previstos y sancionados en ella.
Es así entonces como una vez iniciados estos procedimientos,
se aplica el Principio de Oficialidad que rige al Ministerio Público
con el ejercicio de la acción penal.
VIOLENCIA DE GÉNERO
La violencia de género es conocida como aquellos actos que
atentan contra la integridad física, psicológica y patrimonial de una
mujer, siempre y cuando el sujeto activo sea un hombre, salvo en
algunos de los delitos previstos y sancionados en la Ley Orgánica
sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
No cabe duda que para conseguir una justicia saludable, plena
de equidad, que abarque las perspectivas de toda la sociedad y del
propio Estado, debe existir el Debido Proceso, siendo su rol que es-
tos ciudadanos tengan la confianza en las acciones legales, como un
derecho garantista e independiente, brindando proporcionalidad e
iguales posibilidades de actuar y contradecir ante un órgano juris-
diccional, el cual debe ser siempre imparcial, por ser este último otro
principio consagrado dentro del Debido Proceso.
El rol del Debido Proceso se encuentra consagrado en los
artículos 49 y 51 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, el cual debe prevalecer en todo estado y grado del
proceso por comprender fundamentalmente tres manifestaciones
desde un punto de vista general, el cual es válido para ambas partes
en conflicto: el primero de ellos el derecho a acceder a un órgano
judicial competente para pronunciarse sobre los derechos o inte-
reses implicados en un conflicto; el segundo de ellos el derecho
de gozar de ciertas garantías durante el proceso y por último, el
derecho a obtener una sentencia sobre el fondo o mérito de la con-
troversia planteada.
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En tal sentido, es importante destacar que la violencia de gé-
nero es un problema cultural que debe ser disminuido y por qué no,
excluido de la sociedad venezolana, y una de las maneras de conse-
guirlo es dando respuestas directas, imparciales y transparentes a las
víctimas sometidas a éstas, no observando al hombre como parte
del problema, sino como parte de la solución, relacionándolos en
forma directa con las estrategias de prevención e intervención a tra-
vés del Ius Puniendi del Estado venezolano, comprometiendo tanto
el hombre como a la mujer a que comprendan su función dentro de
la sociedad y su responsabilidad en la eliminación de la violencia.
Basado en las premisas anteriores, el Debido Proceso vulnera-
do en los conflictos de competencia, abarca de igual manera, como se
señaló anteriormente, el Principio de Presunción de Inocencia, el cual
es reconocido por importantes acuerdos internacionales como en el
artículo 11.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
(1948) disponiendo lo siguiente: “Toda persona acusada de un delito
tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras que no se prue-
be su culpabilidad conforme a la ley y en juicio público en el que se
hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”.
De igual manera el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas
del 16 de diciembre de 1966, establece en su artículo 14 numeral 2 que:
“Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley”.
En este sentido cabe analizar entonces que en Venezuela
como bien es sabido rige como principio constitucional la igualdad
ante la ley de conformidad con lo establecido en el artículo 21 de
nuestra Carta Magna, en relación a que “…No se permitirán discri-
minaciones…”, pero es el caso que la Ley Orgánica sobre el Derecho
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia viola, siendo quienes
escriben mujeres, de forma flagrante los derechos de los hombres
que conforman la sociedad venezolana, no sólo con respecto a la
discriminación en el sexo, sino también en la tutela judicial efectiva
de la cual todos gozamos.
25
Ello en virtud de que a pesar de que ninguna norma debe es-
tar en contrario a una norma constitucional, recordando la Pirámide
de Kelsen, los fundamentos en los que se basa esta Ley Orgánica la
convierten en inconstitucional, motivo por el cual se hace necesaria
una reforma en cuanto al inicio de estos procedimientos con una
visión objetiva que procure siempre la correcta interpretación de la
ley con preeminencia de la justicia.
Es de pleno conocimiento que si bien es cierto que la ya citada
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer, mejor conocida como Convención Belem
Do Para (1994) tiene jerarquía constitucional de conformidad con
lo establecido en el artículo 23 de nuestra Carta Magna por tratarse
de un Tratado Internacional, no es menos cierto que viola la Cons-
titución de la República por no necesitar nada más que el dicho de
la mujer víctima para la aplicación de las medidas de seguridad es-
tablecidas en la Ley.
Así mismo la referida Ley nace para reconocer el respeto
irrestricto de todos los derechos de la mujer como “…Condiciones
indispensables para su desarrollo individual y para la creación de
una sociedad más justa, solidaria y pacífica…”, por lo cual conside-
ramos que con ella no se está creando una sociedad venezolana bajo
estos parámetros, por no ser un secreto que la cultura de nuestro
país, y así lo observamos en la práctica como operadores de justicia,
no es precisamente una cultura transparente y correcta, que, aunque
sea difícil de aceptar es nuestra realidad, y lo que se ha puesto en
práctica con esta Ley es que sea un arma de manipulación para quizá
cumplir algunos caprichos de pareja, dejando de lado lo que debería
prevalecer como uno de los fines del Estado, la protección de la fa-
milia como núcleo esencial, lo que se conseguiría con una correcta
aplicación de la Ley de Violencia de Género.
Una de las críticas es que la realidad es que existe y siempre
ha existido violencia entre los seres humanos. Esta Ley Orgánica
señala que muchas mujeres de América “…Viven en violencia, sin
distinción de raza, clase, religión, edad o cualquier otra condición
26
siendo una situación generalizada; pero resulta incoherente pensar
que se está legislando esta violencia basada en la misma discrimi-
nación inconstitucional, por cuanto tanto el hombre como la mujer
son iguales ante la ley, siendo esta igualdad un principio universal
del Derecho, el cual bajo ningún concepto puede desvirtuarse para
proteger a un “débil jurídico” más que a los propios miembros de la
familia venezolana.
Así mismo es objeto de crítica en el presente artículo científi-
co junto a esta discriminación, la excesiva tipificación de delitos que
dicha Ley contempla, viéndose vulnerado el hombre que actúe en
contra de una mujer por estar incurso en cualquier conducta con-
siderada ilegítima. Por lo tanto además de la discriminación entre
hombre y mujer, es la exageración en la que la misma se basa.
Por las observaciones antes expuestas se considera a través del
presente estudio, que no existen condiciones mínimas legales a cum-
plir para denunciar, es decir, cualquier mujer que se considere vul-
nerada psicológica o físicamente acude ante los órganos autorizados
para tramitar este tipo de delitos y denuncia, algunas veces sin pre-
sentar la fundamentación necesaria, a un supuesto agresor, el cual es
citado de forma inmediata, sin que medie ni siquiera una promoción
de pruebas, para ser advertido por la autoridad de ley y coaccionado
a cumplir las medidas impuestas, sin saber en principio, si este sujeto
tiene o no relación alguna con los hechos denunciados.
En este sentido, el hombre se ve vulnerado frente al Estado, a
pesar de que la propia Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y más allá aún la Convención Interamericana de Dere-
chos Humanos, prevé la no discriminación bajo ningún concepto.
En todo caso, el Estado a través de su Ius Puniendi debe velar por el
respeto y las garantías de todos los ciudadanos venezolanos e incluso
de todas las personas que se encuentren en el territorio nacional.
Es así entonces como no sólo la Ley Orgánica sobre el Dere-
cho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia colide con el ar-
tículo 21 de la Constitución de la República, sino también con la
propia naturaleza jurídica del Estado venezolano como uno de sus
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principios fundamentales al constituirse en un “Estado democrá-
tico y social de Derecho y de Justicia”, propugnando como valores
superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida,
la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y el pluralismo político.
La finalidad de esta acción in comento no es otra cosa que
compensar jurídicamente a grupos marginados económica, social o
culturalmente con la finalidad de que puedan superar la inferioridad
real en la que se encuentran, considerando que no es una invención
la manoseada frase: “La pobreza tiene cara de mujer”, agregándole
incluso como aporte en el presente informe que incluso tiene “cara
de niño tostado”, en virtud de considerar que son víctimas del sol in-
clemente mientras se desplazan por las calles de una ciudad incierta
pidiendo limosna u buscando algún desecho para alimentarse.
Así mismo la de “mujer indígena” que anda también por calles
inciertas con dos o tres hijos a cuestas, uno de los cuales guinda de
su pecho succionando el alimento del cual ella carece, o esa adoles-
cente cuyo cuerpo apenas muestra protuberancias de mujer y que ya
en su vientre lleva una vida que depende de una niñez robada, cuya
vida está en riesgo no solo por un embarazo a tan temprana edad,
sino también por la existencia del riesgo de un aborto realizado en
deplorables condiciones humanas.
Todas estas son consecuencias de un sistema político que
tiene unos intereses definidos, por cuanto la pobreza y la exclusión
siempre desfavorece a unos cuantos, es por ello que las políticas de
Estado en estos ámbitos, como lo son las de la niñez, los indígenas,
las mujeres y los discapacitados, son las destinadas a mejorar sus
condiciones de vida, las cuales en ninguna forma pueden conside-
rarse inconstitucionales, en virtud de que las mismas van de la mano
con los tratados sobre derechos humanos suscritos por la República.
En ese sentido nuestra legislación va a tono con la realidad so-
cio política que vive el país, con las exigencias de una población cada
vez más enterada de sus derechos y deberes, una comunidad cada
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vez más involucrada con su cotidianidad social, política, económica
y educativa, razón por la cual es imprescindible la aplicación de la
Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, pero enfocada a la familia como valor principal de toda
sociedad.
Esta Ley Orgánica que eleva las penas para las agresio-
nes machistas, no establece que todo varón es un maltratador nato,
ni que toda mujer es susceptible de ser agredida u ocupa una posi-
ción subordinada dentro de la relación de pareja o en la sociedad y
así lo entiende nuestra legislación. El fin buscado por esta Ley no es
otro que castigar con mayor dureza los casos en los que el agresor ac-
túa conforme a una pauta cultural y se aprovecha de la desigualdad
en el ámbito de la pareja.
Desde ese momento se puede considerar que Venezuela es
un país enfrentado a la violencia de género, a cuya erradicación se
dedican importantes recursos económicos y legales. Optamos por-
que la ley venezolana sea integral y que no se limite a contemplar el
castigo de los maltratadores y la ayuda o protección a las víctimas,
sino que su fin sea ser una ley ambiciosa que pretenda combatir esta
violencia desde todos los ángulos posibles. No sólo con la creación
de tribunales especializados, junto a las casas de protección, a la im-
plementación de medidas educativas y al combate del uso sexista del
cuerpo de las mujeres en la publicidad, en fin optamos conforme a la
misión, visión y a los valores del Ministerio Público a una completa
batería de medidas que buscan incidir en todos los ámbitos posibles
incidiendo de manera directa en forma positiva sobre todas las fa-
milias venezolanas.
29
CONCLUSIÓN
En base a las políticas desarrolladas en el presente trabajo
científico se trata de crear conciencia para una alianza más fuerte
entre hombres y mujeres por la base principal de la familia y ob-
tener beneficios para una mejor calidad de vida y mejores relacio-
nes para los hombres, las mujeres, los niños y las comunidades, con
una justicia apegada a derecho, expedita, imparcial y sin dilaciones
indebidas, al reconocer que la violencia por razones de género está
relacionada con el desarrollo de la masculinidad en nuestra socie-
dad, determinando las fallas del sistema respecto a los conflictos de
competencia existentes por los motivos antes expuestos
Se logró observar en el desarrollo del mismo, que la Ley Or-
gánica ha tenido muchas críticas, entre ellas sin duda las dirigidas
a señalar la inconstitucionalidad por discriminar a los hombres. Al
respecto considero que se trata de una discriminación positiva, lo
cual no es muy habitual en materia penal, pero que evidentemente
supone una quiebra momentánea del principio de igualdad, quiebra
que se produce y se acepta porque lo que se persigue es un objetivo
superior, en este caso acabar con la violencia contra las mujeres y
en este sentido los debates sobre el tema se han incrementado en
forma importante y en consecuencia considero que cada uno de los
peldaños que se suba en el camino hacia la igualdad entre hombres y
mujeres tienen una dimensión global, ocurra donde ocurra.
En conclusión la finalidad de la ley es proteger la vida, la inte-
gridad física, la salud, la libertad y la seguridad de las mujeres y aca-
bar con una lacra que supone un daño mayor en la víctima cuando
el agresor actúa conforme a una pauta cultural, como lo es “la des-
igualdad” generadora de gravísimos daños a las mujeres, sin dejar de
lado la familia, pues todos como víctimas de malos tratos padecen
de una factura extra que atenta contra su dignidad y su integridad
como núcleo esencial.
Por otra parte, es de destacar que en virtud de estar en proceso
la creación de la infraestructura y formación de personal capacitado
y sensible al área en todo el territorio nacional, hasta la fecha no se
30
disponen de tribunales especiales en todos los Estados que consagra
la ley, además de que no existen los refugios para la protección de la
mujer víctima de la violencia, cuyos fines no son sólo proteger a la
familia sino también ofrecerles una educación para la igualdad.
Finalmente se demuestra pues que nuestra sociedad no esca-
pa en modo alguno de estas conductas sexistas y discriminadoras,
por supuesto como toda ley creada por el ser humano es perfecti-
ble. En ese sentido ninguna ley es perfecta y las mismas se deben
ir creando y desarrollando en conjunto con la sociedad o el grupo
humano que regulan, deben evolucionar de acuerdo como vaya
creciendo la sociedad, en concordancia con los valores y necesida-
des humanas; en este sentido los tratos diferenciados a favor de las
mujeres con el fin de corregir desigualdades, de eliminar situacio-
nes discriminatorias, de lograr resultados igualadores y de paliar la
discriminación sufrida por el conjunto social de las mujeres, son
necesarias y constitucionales.
En este sentido cabe destacar lo señalado por la presidenta
de la Fundación para la Prevención de la Violencia Doméstica ha-
cia la Mujer, Adicea Castillo, con respecto a la constitucionalidad
de la Ley in comento la cual señaló que lo que vive Venezuela es un
problema que en vez de cortarlo de raíz, se ramifica, se multiplica
y se reproduce. Para ello entonces la vía es la aplicación de la Ley
por los organismos encargados que funcionen para mejorarla, no
para pervertirla.
Por último la idea no es atacar la ley per se, en virtud de que
esta ya ha sido modificada en varias oportunidades, se trata de apli-
carla bajo una correcta aplicación de la justicia con la objetividad
que debe prevalecer en todas las actuaciones del Estado. Es una
cuestión primero de cultura y de formación de los órganos públicos,
la policía y la sociedad, una vez que se comience aplicar la ley con el
sentido para el cual fue creada, se verá todo lo que se va a modificar,
visto que por su mala aplicación no se pueden corregir las fallas, hay
que observar realmente el terreno a la práctica para proteger la esen-
cial de la sociedad.
31
Fuentes consultadas
Documentales:
▶▶ Asamblea Nacional (2000). Constitución de la República Bolivariana de Vene-
zuela. Gaceta Oficial N° 5.453, Extraordinario, del 24 de marzo de 2000
▶▶ Asamblea Nacional (2007). Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia. Gaceta Oficial Nº 38.668 del 23 de abril de 2007.
▶▶ Organización de Estados Americanos (1994). Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención
Belem Do Para” Brasil.
▶▶ Asamblea General de Naciones Unidas (1948). Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Resolución 217 A (III), París, 10 de diciembre.
▶▶ Asamblea General de Naciones Unidas (1966). Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos. Resolución 2200A (XXI), de 16 de diciembre de 1966.
32
Las mujeres como sujeto activo
de los delitos de género:
Un análisis de la Sentencia de la Sala
de Casación Penal N° 134
del 14 de septiembre de 2009
RESUMEN
Sin lugar a dudas, los delitos de género previstos en la Ley Or-
gánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
parten del supuesto que el agresor, en la gran mayoría de los casos
es de género masculino; no obstante, las instituciones que consagran
todo lo relativo a la autoría, participación, complicidad y coautoría
no están exentas de permitir calificar alguna conducta realizada por
una mujer que conjuntamente y previa comunicación con el hombre
participe en algunos de los delitos previstos y sancionados en la Ley.
Ello implica que se podrán emplear las referidas instituciones cuando
existan cada uno de los elementos objetivos y subjetivos para hacer
responsable a una mujer por su participación en la comisión de los
delitos que pretenden su protección, tal como lo refirió la Sentencia
dictada por la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Jus-
ticia N° 134 de 1 de abril de 2009, lo cual exige analizar cada caso
concreto para hacer uso correcto de las formas de participación a las
mujeres y su inclusión en la Ley especial, evitando incurrir en errores
sustantivos de hechos delictivos distintos.
Palabras Claves: derechos, mujer, violencia de género.
ABSTRACT
Undoubtedly gender crimes under the Organic Law on the Right
of Women to a Life Free of Violence assume that the aggressor, in the
vast majority of cases are male, however, institutions devote all matters
relating to authorship, participation in, complicity and co-authorship
33
are not exempt from qualifying permit any conduct by a “woman” that
together and after communication with the man involved in some of the
crimes defined and penalized in the Act This implies that may be used
when there are such institutions each objective and subjective elements
to make a woman responsible for his participation in the commission of
crimes that seek its protection, as noted the ruling of the Board of Crimi-
nal Appeals Supreme Court Justice No. 134, April 1, 2009, which requires
analysis of each case in order to make proper use of the forms of partici-
pation to women and their inclusion in the special law to avoid making
mistakes substantive offenses different.
34
INTRODUCCIÓN
La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante Sentencia N° 134 de 1 de abril de 2009, incluyó a las mujeres
como sujeto activo de los delitos previstos en la Ley Orgánica sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia1, admitiendo
la posibilidad de que una mujer atente contra otra en virtud de los
valores patriarcales imperantes en nuestra sociedad. De modo que, en
lo adelante, podrán ser calificadas y procesadas como responsables en
la comisión de delitos de género, como partícipes, cómplices u otros.
Tal posición podría ser considerada violatoria del Principio
de Legalidad a que hace referencia el artículo 49, cardinal 6 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues un lec-
tor desprevenido pudiera concluir que se incluye a un sujeto activo
distinto al que la Ley menciona como autor, pese a que algunos tipos
penales establecen de forma específica que la acción debe ser come-
tida por un sujeto activo calificado por el sexo (hombre).
Las ideas siguientes, se dedican a determinar si esa Senten-
cia es violatoria al Principio de Legalidad a que hace referencia la
disposición Constitucional; y, en caso contrario, a esbozar los razo-
namientos de su fundamentación dentro del marco jurídico en re-
lación con la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia y adecuarlas a las disposiciones sustantivas
del Código Penal para atribuirle responsabilidad a una mujer y el ca-
rácter que ésta puede poseer en la comisión de los delitos de género.
1 Con las excepciones de los delitos previstos en la Ley Orgánica Sobre los Derechos
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que permite la comisión de las muje-
res, como lo es, la violencia obstétrica, la ofensa de estrados y la violencia laboral
dispone que: “La persona que mediante el establecimiento de requisitos referidos
a sexo, edad, apariencia física, estado civil, condición de madre o no, sometimiento
a exámenes de laboratorio o de otra índole para descartar estado de embarazo,
obstaculice o condicione el acceso, ascenso o la estabilidad en el empleo de las
mujeres, será sancionado con multa de cien (100 U.T.) a mil unidades tributarias
(1.000 U.T.), según la gravedad del hecho. Si se trata de una política de empleo de
una institución pública o empresa del Estado, la sanción se impondrá a la máxima
autoridad de la misma. En el supuesto de empresas privadas, franquicias o empre-
sas transnacionales, la sanción se impondrá a quien ejerza la máxima representa-
ción en el país. La misma sanción se aplicará cuando mediante prácticas adminis-
trativas, engañosas o fraudulentas se afecte el derecho al salario legal y justo de la
trabajadora o el derecho a igual salario por igual trabajo.
35
DE LA SENTENCIA
La Sentencia de la Sala de Casación Penal se originó con oca-
sión de un conflicto negativo de competencia planteado en un juicio
seguido contra una persona del sexo masculino y otra del sexo feme-
nino. Los hechos que inician el proceso por el cual los tribunales se
declaran incompetentes son:
Funcionarios policiales reciben un llamado indicándoles que
una ciudadana en compañía de un bebé de aproximadamente 5 me-
ses se encontraba lesionada, señalando a una pareja de ciudadanos
como los que la agredieron física y verbalmente. Al llegar al lugar se
encontraron con la ciudadana y la pareja de ciudadanos agresores,
vista la situación y el señalamiento, se les indicó a los ciudadanos que
serían objeto de una inspección corporal superficial, procediendo a
la aprehensión de los ciudadanos (hombre y mujer).
La ciudadana agredida manifestó que ella se encontraba en una
reunión familiar, revisó la pañalera y no estaban algunos objetos de su
propiedad, siendo que su ex concubino, de quien tiene 5 meses de sepa-
rada, salió corriendo y se metió a una casa, ésta le solicitó que le entrega-
ra sus cosas, forcejeó con ella y la golpeó fuertemente lanzándola por las
escaleras. En ese momento se encontraba una ciudadana, a quien éste le
dijo: “golpéala tú para yo no verme involucrado”, luego de lo cual la ciuda-
dana se le abalanzó encima, la golpeó y la mordió en un brazo y un seno.
Se presentan a los ciudadanos (mujer y hombre) ante el Juzga-
do Décimo de Primera Instancia en lo Penal en funciones de Con-
trol del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas,
el cual declina la competencia en un Tribunal de Violencia contra la
Mujer en Funciones de Control Audiencia y Medida, de conformi-
dad con el artículo 77 del Código Orgánico Procesal Penal.
El Tribunal de Primera Instancia de Violencia Contra la Mu-
jer en funciones de Control, Audiencia y Medidas del Circuito Ju-
dicial Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas recibió el expediente y dictaminó que a los hechos no les
era aplicable el procedimiento previsto en la Ley Orgánica sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, puesto que
36
los sujetos activos son un hombre y una mujer, es decir, existe una
situación de pluralidad de personas que no permitía establecer una
situación de violencia de género.
De los hechos descritos y de los argumentos utilizados por la
Sala de Casación Penal para dirimir el conflicto negativo de compe-
tencia, se tomará en cuenta únicamente la conclusión a la que llegó
la Sala sobre el aspecto de la participación de la mujer en la comisión
del hecho punible, sin entrar a analizar aspectos procesales sobre el
tribunal competente y nos centraremos en calificar la conducta de
la ciudadana dentro de alguna de las modalidades de “partícipes”
referidas en el Código Penal (Art. 83). Al respecto, la Sala indicó:
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una vida libre de
Violencia, tiene como propósito proteger al género femenino del mal-
trato y la violencia que es ejercida por el hombre agresor, por ser éste
el más fuerte, y la mujer más vulnerable, por lo que el sujeto activo
en la comisión de los delitos previstos en la referida Ley siempre será
uno del género masculino, con modalidades agravadas para el caso de
relaciones parentales y afectivas, y excepcionalmente como sujeto
activo personas del género femenino que hayan sido conminadas
o instigadas a cometer el hecho por personas del género masculino,
de acuerdo al caso en concreto (resaltado añadido).
37
los patrones socioculturales que sostienen la desigualdad de género y
las relaciones de poder sobre las mujeres, para favorecer la construc-
ción de una sociedad democrática, paritaria y protagónica (subrayado
añadido).
38
propósito de la Ley es sancionar las conductas misóginas destinadas
a ocasionar daños graves a las mujeres, por su propia condición fe-
menina, o aquellos actos que internacionalmente han sido denomi-
nados actos femicidas.
39
La Sentencia tampoco es elocuente en cuanto a la especifica-
ción de en cuáles delitos podría ser considerada partícipe una mujer,
pues en cualesquiera de los delitos previstos en la Ley Orgánica so-
bre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia existen
múltiples acciones que deben ser materializadas por una persona del
sexo masculino. Si bien es cierto que la Ley prevé varios delitos que
pueden ser cometidos tanto por hombres como mujeres (como por
ejemplo: la violencia obstétrica, institucional u ofensa de estrados),
proponer la aceptación de partícipes de mujeres en los delitos a que
hace referencia la Ley que las protege, sin especificar la forma, el mo-
mento o las condiciones en que la mujer pueda considerarse victi-
maria de su propio género, genera a lo sumo incertidumbre.
Así, supongamos que una mujer, que es objeto de la violen-
cia sexual a que hace referencia el artículo 43 de la Ley Orgánica
Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
por un hombre, pero otra mujer es quien la sostiene por los bra-
zos, en este caso ¿la mujer-agresora sería también partícipe del
delito?. Estos planteamientos no son dilucidados por la Sentencia
de la Sala de Casación Penal, es decir, ha debido ahondarse en la
concepción de la mujer como partícipe en algunos de los delitos
de género, dado que existen delitos instantáneos, que no podrían
ser realizados por medios de partícipes, como la amenaza por
ejemplo.
Sin embargo, conviene desde esta perspectiva lo dispuesto en
la Sentencia en cuanto a la consideración de la mujer como partícipe
en el delito. Para ello es menester repasar las teorías entre autor y
partícipes, a saber:
Autoría
Es autor quien perpetra o realiza el hecho constitutivo de cada
tipo delictivo.
• El Autor Mediato: aquel que sirve de otro sujeto que no es
autor o que es inimputable o inculpable, en orden a come-
ter con dolo o con culpa un hecho típico dañoso.
40
• El autor inmediato: quien por si mismo perpetra el hecho
constitutivo del tipo delictivo específico.
• La Coautoría: cuando el hecho es realizado por unos per-
petradores que realizan o perpetran el mismo hecho cons-
titutivo, sin embargo no existe ni accesoriedad ya que la
acción no depende del otro autor. Es decir, es un autor, un
perpetrador que realiza el hecho típico conjuntamente con
otro u otros autores, pero no es partícipe y por ende no se
aplican los principios que explican la participación.
Participación
Surge cuando en la realización de un hecho punible intervie-
ne otra u otras personas, además del autor, en calidad de instigador
o de cooperador inmediato o de cómplice, tal y como lo regula los
artículos 83, 84 y 85 del Código Penal venezolano.
La doctrina distingue dos (2) aspectos que deben estar pre-
sentes para considerar que se está en presencia de un partícipe en la
comisión de un hecho delictivo, a saber:
Elemento objetivo
• El primero de ellos, tiene naturaleza objetiva consiste en el
acto de colaboración que realiza el partícipe. La mayoría
de la doctrina considera que el acto del partícipe debe ser
causa o condición de la acción delictiva del autor.
• Dentro de este elemento objetivo se discute si cabe la par-
ticipación por omisión, pues el partícipe debe ostentar una
posición de garante de tal modo que debería estar obliga-
do jurídicamente a impedir la producción del resultado
delictivo.
Elemento subjetivo
• Para que exista participación punible es preciso también
un acuerdo de voluntades entre el autor y los partícipes,
esta confluencia de voluntades no tiene porque ser expresa
y anterior a la comisión del delito, sino puede ser tácita y
simultánea a la ejecución del delito.
41
• Este acuerdo, además, vincula la responsabilidad del partí-
cipe en función de lo que el autor ejecutará y, así, el partíci-
pe responderá sólo de lo que conozca y pacte con el autor
de modo que si el autor se excede, este exceso no será im-
putable al partícipe.
43
Con ello entonces podríamos decir que, ciertamente, es posi-
ble considerar que la mujer podría ser partícipe de los delitos a que
hace referencia la Ley especial, pero específicamente de aquellos
que tienen cabida a la participación, y otros donde entra en juego la
exclusividad de autoría por parte del hombre, ya que como bien se
explicó en párrafos anteriores, existen delitos que no son exclusivos
del sexo masculino aun cuando se trate de delitos de género (además
de los ya señalados: la violencia física y el acoso u hostigamiento, se
puede considerar la inclusión a la mujer para su consumación).
El caso en estudio de la Sentencia constituye la perfecta ade-
cuación de la instigación de un hombre hacia una mujer para la con-
sumación de su hecho delictivo, específicamente la violencia física,
no sólo por cuanto el delito permite la división de sus etapas para la
consumación, a saber, preparación, acción y consumación, que pue-
den ser “auxiliadas” por otro u otra, sino que permite la inclusión de
otro (indistintamente del sexo) para lograr que se consuma su acto.
La violencia física es el delito por excelencia que permite ver
con claridad la participación de una mujer, otro ejemplo sería el del
hombre que espera a su esposa agazapado ordenando a una amiga
(común para la víctima) que la distraiga para él poder acercársele y
justo en el momento que en se le acerca, ella intenta escaparse y la
amiga la detiene por el brazo y el hombre logra golpearla en el rostro.
¿Sería viable considerar que esta amiga no será sancionada cuando
sin su participación no hubiese logrado el hombre golpear a su es-
posa? Vemos el reflejo de un caso que permite visualizar la perfecta
adecuación de los dispositivos amplificadores del tipo para lograr
incluir a la mujer como partícipe del delito de violencia física.
Valdría la pena considerar que iguales circunstancias podrían
verse en un caso de acoso, ejemplo, el hombre está impuesto de me-
didas de protección y seguridad a favor de su ex esposa pero requiere
seguirla y conocer sus pasos; pero para evitar que lo vea la víctima,
envía a seguirla a su hermana o mamá, quienes además están en
amplio conocimiento de las circunstancias que rodean a su hijo y
nuera. Este hecho sería válido (siempre y cuando la conducta de su
44
ex esposo y madre o hermana desestabilice a la mujer) para conside-
rar que son cómplices simples (dependiendo del caso) en el acoso u
hostigamiento.
CONCLUSIÓN
Lo expuesto nos permite concluir que no existen limitaciones
legales-procesales o sustantivas - o doctrinales - nacionales o inter-
nacionales- para considerar que no se puede estar en presencia de
una participación, coautoría, complicidad, cooperador u otro por
parte de una mujer en la comisión de alguno de los delitos previstos
y sancionados en la Ley especial, tales instituciones sustantivas fue-
ron creadas por el legislador para no obviar la participación de las
personas en la trasgresión de bienes jurídicos que el Constituyente
protege y ordena su penalización. Por lo que mal pudiera rechazar-
se la teoría de que las mujeres pueden ser partícipes de los hechos
delictivos establecidos en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, lo cual sería como dejar con-
ductas impunes, y obviar las disposiciones del Código Penal vigentes
que deben ser aplicadas preferentemente ante la ausencia en la Ley
especial, de tales instituciones, por la supletoriedad referida en el ar-
tículo 64 del Código Penal.
45
Fuentes consultadas
Bibliográficas:
▶▶ RODRÍGUEZ MORALES, Alejandro (2001). Derecho Penal. Parte General. Edicio-
nes Líber. Caracas, Venezuela.
▶▶ ARTEAGA SÁNCHEZ, Alberto (1986). Derecho Penal Venezolano. Instituto
de Ciencias Penales y Criminológicas, Ediciones de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas, Universidad Central de Venezuela, Caracas .
▶▶ BURGOS Juan y Ladrón de Guevara (2007). La Violencia de Género. Aspectos
Penales y Procesales. España, Editorial de Sevilla.
▶▶ SALAZAR MARÍN, Mario (2007). Teoría del Delito. Editorial Ibáñez. Bogotá, Co-
lombia.
▶▶ MUÑOZ CONDE, Francisco (2004). Teoría General del Delito. Editorial Temis, 2ª.
Ed., Bogotá, Colombia.
46
La Odontología Forense
Víctor Avidad
Experto Profesional Forense del Ministerio Público
RESUMEN
Con la puesta en vigencia del Código Orgánico Procesal Pe-
nal en Venezuela, las pruebas técnicas y periciales han adquirido una
gran importancia en materia probatoria. Dentro de este espectro
probatorio la Odontología Forense, como ciencia en la identificación
de cadáveres, ha adquirido una enorme trascendencia en la investi-
gación criminal, al poseer un bagaje de elementos que, una vez pro-
cesados, coadyuvan de forma significativa en la justicia y se convierte
en una herramienta de inestimable apoyo en materia criminalística.
El artículo que presentamos caracteriza desde diferentes ángulos re-
lacionados a la Odontología Forense que, desde el peritaje y el aseso-
ramiento en la materia, participa activamente en la investigación de
los casos penales.
ABSTRACT
With the enactment of the Criminal Procedure Code in Venezue-
la, expert’s technical tests have become very important in terms of evi-
dence. Within this evidential spectrum, Forensic dentistry as a science
in the identification of bodies, has gained enormous importance in the
criminal investigation, they possess a wealth of evidence which, once
processed, significantly contribute to justice and becomes an invaluable
support tool in criminology. The paper we present features from different
angles related to the Forensic Dentistry, from the expertise and advice in
the field, actively involved in investigating criminal cases.
47
48
Introducción
En todo proceso, la prueba juega un papel determinante, y en
el caso específico del proceso penal, las pruebas técnicas tienen cada
día mayor valor toda vez que ellas implican un cambio radical en la
actividad probatoria que se desarrolla en dicho proceso.
En Venezuela, con la entrada en vigencia del proceso penal acu-
satorio previsto en el Código Orgánico Procesal Penal, comenzaron
los primeros pasos para darle a las pruebas de carácter técnico la rele-
vancia que las caracteriza, ya que el sistema inquisitivo, anteriormente
establecido, no permitía la libertad probatoria que ahora trae consigo el
proceso acusatorio, de allí que en la actualidad, la actividad probatoria
descansa en una multiplicidad de pruebas, donde las técnicas periciales
juegan un papel preponderante, y ha sido la Criminalística la que ha
permitido la incorporación de técnicas que ayudan a la provisión de
elementos de prueba, y gracias a ella se involucran en la investigación
criminal y en el proceso penal, ciencias que antes era impensable que
pudiesen ayudar al esclarecimiento de hechos de naturaleza criminal.
Una de esas ciencias, es la Odontología Forense, la cual reviste
gran importancia desde el punto de vista de la investigación crimi-
nal y por supuesto dentro del proceso, ya que contribuye de manera
indubitable a obtener la identidad de un cadáver que se encuentra
en avanzado estado de descomposición, esqueletización o carboni-
zación, pero también en aquellos casos en que se requiere identifi-
car restos humanos en calamidades públicas, accidentes aéreos o de
tránsito, o cuando se requiere identificar a una persona involucrada
en un hecho de naturaleza criminal y el sospechoso ha dejado mar-
cas de su dentadura, bien en la piel de la víctima, alimentos o en
otros lugares. De allí que la labor del odontólogo forense sea de gran
relevancia, tanto en la fase de investigación, como en la de juicio,
puesto que su testimonio sobre las experticias realizadas, ayudarán
al tribunal a tomar la decisión que corresponda al caso en concreto.
El ordenamiento jurídico y ético de la Odontología en Vene-
zuela, en su artículo 74 señala: “La Odontología Forense se caracte-
riza por la prestación de servicios encaminados a la realización del
49
peritaje y el asesoramiento odonto-forense, en todos aquellos aspec-
tos que interesen a la administración de justicia en general”.
Y el artículo 75 del mencionado ordenamiento expresa: “Los
Odontólogos Forenses son asesores de la administración de justicia,
en todos los casos y actuaciones en que sea necesaria su interven-
ción; ésta se ceñirá a lo dispuesto por las leyes sobre la materia”
La Odontología como ciencia aplicada al campo legal permite
que los métodos y técnicas de la misma, sean utilizados en ámbitos
variados de la Medicina Forense, particularmente en las prácticas de
identificación de cadáveres, así como en la rama del Derecho Penal
en general.
Para realizar tal labor la Odontología Forense debe cumplir
con las normativas legales establecidas en nuestro ordenamiento
jurídico, tales como: el Código Penal de Venezuela, el Código de
Deontología Médica, el Código Civil de Venezuela, el Reglamento
de Cementerio, Inhumaciones y Exhumaciones, el Código de Ins-
trucción Médico Forense; así como lo relativo a las normas espe-
ciales que se refieren a la materia en estudio tipificadas en el Código
Orgánico Procesal Penal, entre otros.
De lo anteriormente expuesto, se procederá a continuación,
a exponer con mayor detalle la utilidad de la Odontología Forense
en aquellos delitos que violan los derechos humanos y atentan con-
tra la integridad física, particularmente en el caso de la desaparición
forzada de personas seguida de la trasgresión del bien jurídico, vida.
51
La identificación odontológica se hace por dos caminos: a través de la
comparación con datos ante mortem, o sea, el cotejo de los datos post
mortem con la información obtenida a través de familiares, amigos o
del propio dentista, y a través de la reconstrucción de parámetros de
gran interés médico-legal, como especie, raza, sexo, edad y factores in-
dividualizantes.
La dentadura debe apuntarse en un odontograma. Hay varios modelos
pero el más utilizado (y más sencillo) es el sistema de dos dígitos de la
FDI (Fédération Dentaire Internacionale)...
53
Ninguna orden o instrucción de una autoridad pública, sea esta civil,
militar o de otra índole, ni estado de emergencia, de excepción o de
restricción de garantías, podrá ser invocada para justificar la desapa-
rición forzada.
La acción penal derivada de este delito y su pena serán imprescripti-
bles, y los responsables de su comisión no podrán gozar de beneficio
alguno, incluidos el indulto y la amnistía...
Se cree que una gran parte de las personas víctimas de tortura no llega
a fallecer, sobreviviendo a las atrocidades físicas y a los malos tratos
infligidos.
Sin embargo, un número significativo de víctimas muere. La investi-
gación forense de que trata este Protocolo Modelo tiene que ver con
estas víctimas mortales, o sea, se refiere a los exámenes forenses post
mortem.
La gran mayoría de estos exámenes forenses no se hacen sobre cadáve-
res recientes o frescos, de personas muertas hace pocas horas, sino sobre
cuerpos en estado de descomposición avanzado o incluso ya casi o to-
talmente esqueletizados. Esto ocurre porque generalmente las entidades
que practican actos que impliquen violaciones de los DDHH intentan
siempre ocultar sus víctimas por un tiempo. En este último punto, se re-
vela también como clave la recuperación adecuada de los cuerpos que se
encuentran inhumados así como los hallados en superficie.
54
Artículo 75º: Los Odontólogos Forenses son asesores de la adminis-
tración de justicia, en todos los casos y actuaciones en que sea nece-
saria su intervención; ésta se ceñirá a lo dispuesto por las leyes sobre
la materia.
Artículo 76º: Las actuaciones de los Odontólogos Forenses, eventual o
episódicamente nombrados para desempeñarse en uno o varios casos,
deberán ceñirse a lo dispuesto en las leyes sobre la materia, a lo seña-
lado en el mandato judicial y, para proceder al examen de una persona
u objeto, se fundamentarán en las reglas de su ciencia y arte, y en los
principios éticos que inspiran y rigen el ejercicio profesional.
Artículo 77º: El Odontólogo deberá ocurrir, con carácter obligatorio,
al llamado de la autoridad judicial que requiere una experticia.
Conclusión
Es la Odontología Forense una disciplina particularmente
importante en el campo de la identificación individual de personas
fallecidas por cualquier razón o circunstancia, pero ha cobrado es-
pecial relevancia en aquellos delitos contra la desaparición forzada
de personas en donde se viola el inalienable derecho a la vida.
55
Fuentes consultadas
Documentales:
▶▶ Asamblea Nacional. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
con Exposición de Motivos. Gaceta Oficial N 5.453, Extraordinario del 24 de
marzo del 2000.
▶▶ Asamblea Nacional. Código Penal de Venezuela. Gaceta Oficial de la Repúbli-
ca Bolivariana de Venezuela Nº 5.494, Extraordinario, Caracas, viernes 20 de
octubre de 2000.
▶▶ Asamblea Nacional. Código Civil de Venezuela, Gaceta Oficial N 2.990, Ex-
traordinario, del 26 de junio de 1982.
▶▶ Ordenamiento Jurídico y Ético de la Odontología en Venezuela. Edición Espe-
cial que incluye la Ley, su Reglamento y el Código de Deontología Odontoló-
gica, 1992.
Electrónicas:
▶▶ www.svodontoforense.org.ve.
▶▶ Buscador Google páginas: odontología forense, odontología forense en Ve-
nezuela, Protocolo Modelo para la investigación forense de casos de violación
de Derechos Humanos, México, DC, 2001; Convenio de Desaparición Forzada
de Personas.
56
La desaparición forzada de personas
es un delito permanente
Giovanni Rionero
Abogado Adjunto V
Dirección de Revisión y Doctrina del Ministerio Público
RESUMEN
ABSTRACT
57
58
En fecha 11 de julio de 2006, la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia venezolano, en Sentencia suscrita por
la Magistrada Blanca Rosa Mármol de León1, adujo literalmente lo
siguiente:
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tablecidos en la sentencia recurrida. Para que proceda la aplicación del
artículo citado se requiere, como ya se ha expresado: 1) Que se hayan
realizado varias violaciones de la misma disposición legal, aun cometi-
das en diferentes fechas; y 2) Que se hayan verificado con actos ejecu-
tivos de la misma resolución. A objeto de saber si han existido varias
infracciones de la misma disposición legal, es menester establecer la
distinción entre pluralidad de actos y pluralidad de acción. El delito
continuado exige pluralidad de acciones; pero la acción única puede
estar constituida por pluralidad de actos. La persona que cada noche se
apodera de una caja de seguridad de las que hay en el correspondiente
local de una institución bancaria, cada vez que la hurta ejecuta una ac-
ción violatoria de la misma disposición legal; pero, si por el contrario,
al entrar a dicho local se apodera en el mismo momento de varias de
las cajas existentes, pertenecientes a diferentes personas, la pluralidad
de actos realizados constituye una sola acción. El delito continuado de-
manda una actividad interrumpida, ligada por el nexo de un mismo
designio delictuoso. La pluralidad de actos realizados en forma ininte-
rrumpida constituye unidad de acción…’. (Sentencia del 19 de octubre
de 1979, Ponencia de la Magistrado Dra. Helena Fierro Herrera).
Por ello, el delito de desaparición forzada de personas, es un delito de
acción instantánea y de efectos permanentes, mientras no aparezca el
sujeto pasivo del delito.
Ahora bien, el legislador en el artículo 181-A, hoy 180 del Código Pe-
nal, estableció el tipo delictivo de desaparición forzada de personas, de
la siguiente forma:
‘…La autoridad pública, sea civil o militar, o cualquier persona al servi-
cio del Estado que ilegítimamente prive de su libertad a una persona, y
se niegue a reconocer la detención o a dar información sobre el destino
o la situación de la persona desaparecida, impidiendo el ejercicio de sus
derechos y garantías constitucionales y legales, será castigado con pena
de quince a veinticinco años de presidio. Con igual pena serán casti-
gados los miembros o integrantes de grupos o asociaciones con fines
terroristas, insurgentes o subversivos, que actuando como miembros
o colaboradores de tales grupos o asociaciones, desaparezcan forzada-
mente a una persona, mediante plagio o secuestro. Quien actúe como
cómplice o encubridor de este delito será sancionado con pena de doce
a dieciocho años de presidio.
El delito establecido en este artículo se considerará continuado
mientras no se establezca el destino o ubicación de la víctima.
Ninguna orden o instrucción de una autoridad pública, sea esta civil,
militar o de otra índole, ni estado de emergencia, de excepción o de
restricción de garantías, podrá ser invocada para justificar la desapa-
rición forzada.
60
La acción penal derivada de este delito y su pena serán imprescripti-
bles, y los responsables de su comisión no podrán gozar de beneficio
alguno, incluidos el indulto y la amnistía.
Si quienes habiendo participado en actos que constituyen desapari-
ciones forzadas, contribuyen a la reaparición con vida de la víctima o
dan voluntariamente informaciones que permitan esclarecer casos de
desaparición forzada, la pena establecida en este artículo les podrá ser
rebajada en sus dos terceras partes…’.
Al respecto, observa la Sala, que de la redacción del artículo transcrito,
surge un error de técnica legislativa, el cual se evidencia en el primer
aparte, cuando el legislador establece, como un supuesto de delito con-
tinuado, lo que en el ámbito jurídico se conoce como efecto permanen-
te de delito, confundiendo así las figuras de delito continuado con los
llamados efectos permanentes de un delito, en este caso, de un delito
instantáneo.
El delito continuado comprende la ejecución de varios actos cometidos
en distintas fechas o momentos, pero dichos actos tienen en común la
misma resolución criminal, y por ello el artículo 99 del Código Penal,
establece:
‘…Se consideran como un solo hecho punible, las varias violaciones
de la misma disposición legal, aunque hayan sido cometidas en dife-
rentes fechas, siempre que se hayan realizado con actos ejecutivos de
la misma resolución, pero se aumentará la pena de una sexta parte a
la mitad…’.
El delito de desaparición forzada de personas, delito contra la liber-
tad, es un delito instantáneo, pero de efectos permanentes, y los efec-
tos no son acciones, por lo tanto, no son varios actos susceptibles de
sanción, y por ello, aplicar dicho delito a actos cometidos bajo la vigencia
de una ley que no los tipificaba como delitos, es violar el principio gene-
ral del derecho penal de no retroactividad de la ley, salvo que sea más
favorable al reo, imputado, acusado o condenado…. (Negrillas nuestras).
2 Tipo penal incorporado en la reforma parcial del Código Penal, publicada en fe-
cha 20 de octubre de 2000, en Gaceta Oficial N° 5.494, Extraordinario, en virtud
de la Disposición Transitoria Tercera de la Constitución de 1999.
62
encubridor de este delito será sancionado con pena de doce a
dieciocho años de presidio.
El delito establecido en este artículo se considerará continuado
mientras no se, establezca el destino o ubicación de la víctima.
Ninguna orden o instrucción de una autoridad pública, sea esta
civil, millar o de otra índole, ni estado de emergencia, de ex-
cepción o de restricción de garantías, podrá ser invocada para
justificar la desaparición forzada.
La acción penal derivada de ese delito y su pena serán impres-
criptibles, y los responsables de su comisión no podrán gozar
de beneficio alguno, incluidos el indulto y la amnistía.
Si quienes habiendo participado en actos que constituyan des-
apariciones forzadas, contribuyen a la reaparición con vida de
la víctima o dan voluntariamente informaciones que permitan
esclarecer casos de desaparición forzada, la pena establecida en
este artículo les podrá ser rebajada en sus dos terceras partes”.
(Subrayado nuestro).
3 Mir Puig, Santiago. Derecho Penal. Parte General. Séptima Edición. España, p.
235.
4 Arteaga Sánchez complementa acertadamente: “...si bien el hecho típico normal-
mente se configura sobre la base de elementos fundamentalmente descriptivos
y objetivos (el caso del homicidio, por ejemplo), muchas veces su misma existen-
cia está condicionada por elementos normativos, esto es, por los elementos que
requieren una valoración jurídica o ético-cultural (como los conceptos de cosa
mueble, documento, ajenidad de la cosa, honor, pudor, honestidad, buenas cos-
tumbres), o por elementos psíquicos o subjetivos (fin de lucro, fin de libertinaje
y en general, fines específicos que se indican en la ley con las expresiones con el
objeto de, con el propósito de... etc.)... son elementos inherentes al hecho típico
y, sin ellos, al hecho mismo objetivo carece de importancia a los efectos penales”.
Arteaga Sánchez, Alberto. Derecho Penal Venezolano. Novena Edición. Editorial
McGraw Hill. Caracas, 2001, p. 159.
5 Mir Puig, Santiago. Derecho Penal..., p. 235.
63
te carga normativa alguna que predetermine su signifi-
cación típica. Pero adicionalmente, en la configuración
delictiva (entiéndase: tipo penal) pueden coexistir “ele-
mentos normativos o valorativos”, los cuales, aducen a
una realidad determinada por una norma jurídica o so-
cial6. El contenido valorativo que los subyace, impone el
examen -eventual- de un conjunto de normas jurídicas
complementarias (y/o realidades sociales preexistentes)
que coadyuvan en la correcta apreciación del contenido
inmanente que los invaden.
Bajo tales premisas, y ahondando en la conducta típica
que merece satisfacerse en virtud del precepto penal in-
vocado, el agente del delito no sólo debe representarse
la privación ilegítima de libertad del afectado, sino que
adicionalmente, debe manifestar una actitud de reticen-
cia o desentendimiento ante la determinación del para-
dero de sujeto pasivo, lo cual, incluso, podría gravitar en
orden al propio reconocimiento de la circunstancia de
su detención.
Consecuencialmente, no sólo la privación (ilegítima) de
libertad del afectado agota el momento consumativo del
hecho punible en cuestión7, sino que es menester que la
autoridad pública (o sujeto al servicio del Estado), “se nie-
gue a reconocer la detención o a dar información sobre el
destino o la situación de la persona desaparecida”, pues lo
cierto es que el injusto descansa en razón de una especial
consideración típica determinada por la desaparición de
un individuo en concreto.
6 Mir Puig además aduce pertinentemente: “Según esta definición, cabe distinguir
entre elementos normativos jurídicos y elementos normativos sociales. Ambos
pueden a su vez, subdividirse en elementos referidos a una valoración (o valora-
tivos) y elementos referidos a un sentido”. Ob. Cit.
7 Pues si sólo se patentizara la privación de libertad del afectado, en manos de
un funcionario público, el tipo penal materializado descansaría en virtud de los
presupuestos típicos del artículo 176 del Código Penal vigente.
64
En adición a lo suscrito por la Sala Constitucional del Tri-
bunal Supremo de Justicia, en decisión signada en fecha
16 de septiembre de 20048, con ponencia del Magistrado
Iván Rincón Urdaneta, en la cual se apuntó tangencial-
mente que la “privación ilegítima de libertad constituye
el núcleo típico de un ilícito de superior entidad cual es
la desaparición forzada de personas”, debe remarcarse,
insoslayablemente, las circunstancias modales que típica-
mente confluyen con la propia conducta material descrita
en el artículo 180-A del Código Penal vigente, la cual no
se agota -tal y como se apuntó- con la simple privación
de libertad del afectado, sino que depende de la desvincu-
lación y desentendimiento que el agente exteriorice con
respecto a la situación y paradero del desaparecido.
b. La precisión del verbo típico que delimita preceptivamen-
te el delito de desaparición forzada de personas, conduce,
impretermitiblemente, a la determinación de la naturale-
za sistemática del precepto penal refugiado en el artícu-
lo 180-A del Código Penal, ejercicio que, en palabras del
propio Santiago Mir Puig, parte de las modalidades que
adoptan los elementos estructurales que lo componen9.
Tal y como se reprodujo en el acápite inicial del presente
inciso, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, calificó el delito de desaparición forzada de per-
sonas como un delito instantáneo de efectos permanentes
que, incluso, se apartaba (por error de técnica legislativa,
a juicio de la Sala) de la propia referencia preceptiva con-
tenida en el artículo 180-A del Código Penal, por cuanto
se acreditaba normativamente que el “delito establecido
en este artículo se considerará continuado mientras no se
establezca el destino o ubicación de la víctima”.
8 Sentencia N° 2182. Expediente 03-1211.
9 Mir Puig, Santiago. “Derecho Penal. Parte General”. Editorial B de F. Argentina,
2004, p. 225.
65
Ante semejante escenario, quien suscribe parte de una
premisa preliminar sobre la cual descansarán las sub-
siguientes consideraciones: el delito de desaparición
forzada de personas es un delito permanente y no ins-
tantáneo, que debe igualmente diferenciarse de los de-
nominados delitos continuados.
Como el esquema que domina el presente estudio parte de una
visión deductiva con respecto al tratamiento de la hipótesis en
controversia, vale la pena sintetizar en primer orden las digre-
siones aportadas por la doctrina con respecto a la noción con-
ceptual, naturaleza y alcance de los delitos permanentes.
En doctrina nacional, Sosa Chacín, citando al autor ar-
gentino Sebastián Soler, asienta previamente lo siguiente:
Puede hablarse de delito permanente, sólo cuando la acción de
delictiva misma permite, por sus características, que se la pue-
da prolongar voluntariamente en el tiempo, de modo que sea
idénticamente violatoria del derecho en cada uno de sus mo-
mentos. Por ello se dice que existe delito permanente cuando
“todos los momentos de su duración pueden imputarse como
consumación...
Así sucede en las incriminaciones contenidas en los artículos
130 (retuviere), 140 (mantuviere), 141 (privare de la libertad),
146 (retuviere u ocultare)... En todos estos casos, los verbos nos
van indicando que es el delito mismo y no una eventualidad de
él lo que consiste en retener, mantener, no presentarse, nave-
gar, etc. Todas ellas son acciones que, a la vez que constituyen el
delito, pueden concebirse como prolongadas en el tiempo, de
modo que cualquier fragmento de la actividad del sujeto, pos-
terior al momento inicial, constituye también delito bajo el mis-
mo nomen juris: retener, mantener, navegar, no presentarse”10-11.
(Negrillas nuestras y cursivas del escrito).
10 Sosa Chacín, Jorge. Derecho Penal. Tomo Primero. Facultad de Ciencias Jurídicas
y Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Caracas, 1978, p. 361.
11 Los tipos penales invocados en la cita corresponden a la nomenclatura utilizada
en el Código Penal argentino, sin embargo, como se infiere de su simple revisión,
las conductas típicas reprochadas coinciden plenamente con las mismas accio-
nes materiales refugiadas en el Código Penal venezolano.
66
Se llama permanente (Dauerverbrechen) el delito cuyo proceso
ejecutivo, y por lo tanto su estado antijurídico, perdura en el
tiempo. No es que se prolongue, como erróneamente se dice,
más allá de la consumación, sino que continúa consumándose
indefinidamente mientras dure el estado de ilicitud. En poder
del agente está el hacer continuar o cesar esa situación antijurí-
dica; pero, mientras ésta perdure, el delito se reproduce a cada
instante en su esquema constitutivo...12 (Negrillas nuestras).
67
por arbitrio del agente, y no por una simple eventualidad
típica sino por el mantenimiento de un mismo estado de
ilicitud determinada por la detención de afectado.
La privación ilegítima de libertad (como núcleo del tipo
examinado) colige, de suyo, la perduración de una situa-
ción antijurídica, que mientras más se prolongue, deduce
la consumación constante de un mismo ilícito penal; no
se trata, como afirma la Sala de Casación Penal (refirién-
dose al delito de desaparición forzada de personas), de un
delito instantáneo de efectos permanentes, pues en estos
casos, a decir de Manzini, el delito está completamente
agotado, como sucede por ejemplo en el homicidio, en el
delito de lesiones o en el hurto, los cuales deducen una
acción material agotada instantáneamente cuyos efectos
perduran de modo permanente16.
En los delitos permanentes no se mantiene un mero efec-
to del delito sino el estado mismo de su consumación
(ininterrumpida), pues “la continuidad de la acción y del
efecto antijurídico se exige por la ley como un elemento
esencial en la estructuración del tipo”, como ocurre, por
ejemplo, en el delito de privación ilegítima de libertad “el
cual se consuma en el instante mismo en que se secuestra
a la víctima y se sigue consumando en la medida en que se
prolonga la situación antijurídica”17.
No sólo los anteriores asertos imponen reconocer (estruc-
tural y dogmáticamente) al delito de desaparición forzada
de personas como un genuino delito permanente, sino
que en palabras propias de Ricardo Núñez, dicha califica-
16 En los delitos permanentes, en cambio: “se comprende bien que la consumación
del mismo se verifique, pero no se agote, en el momento en que se concretan los
elementos constitutivos del delito y se verifican las condiciones de Punibilidad
del hecho, de manera que la misma se prorroga hasta la cesación de la actividad
(positiva o negativa) del delincuente... ya que en la permanencia de tal estado el
delito o la contravención se mantiene siempre en vía de consumación”. Manzini,
Vincenzo. Tratado de Derecho... pp. 100 y 107.
17 Sosa Chacín, Jorge. Derecho Penal..., p. 363.
68
ción está en función de “su definición legal y no la forma
concreta de realizarse”, lo cual reconduce, necesariamen-
te, al mismo “verbo definidor del delito”18.
Así pues, y redundando en los planteamientos antes de-
fendidos, la privación de libertad condensa el escenario
material y fáctico que caracteriza el delito de desaparición
forzada de personas. En términos del Diccionario de la
Real Academia Española19, la acción de privar suele con-
cebirse como el impedimento de un derecho en cuanto
corresponde a su libre ejercicio o materialización, y a
juicio de Gómez López, privar de libertad a una perso-
na equivale a sustraerla del ejercicio de su libertad loco-
motiva20. Semánticamente, en consecuencia, la privación
ilegítima de libertad sugiere una condición permanente
del ilícito, predeterminada por la restricción de la liber-
tad ambulatoria del afectado, que perdura en el tiempo,
consumando ininterrumpidamente el tipo de injusto en
sujeción a la voluntad del infractor21.
c. Una vez reconocida la desaparición forzada de personas
como un delito permanente, resta por dilucidar los pro-
blemas básicos que encierra la determinación del “tiem-
po de comisión de los delitos” en semejante categoría de
injustos penales. Básicamente, el principio general que
priva en materia de validez temporal de la ley penal, se
sintetiza en la máxima tempus regit actum, la cual sugiere
69
que cuando el suceso delictivo se realiza durante la vigen-
cia de una norma, se aplicará la imperante al instante de
la comisión del comportamiento punible. Sin embargo,
Velásquez Velásquez advierte que “la situación es distinta
cuando se piensa en ciertas figuras delictivas cuya realiza-
ción”, por ejemplo “no se cumple instantáneamente, sino
que es mantenida por el agente durante largo tiempo”,
como ocurre en la estructura de los delitos permanentes22.
Semejante problemática adquiere relevancia si remarca-
mos los asertos sostenidos por la Sala de Casación Penal
del Tribunal Supremo de Justicia, cuando asumió escue-
tamente que el delito de desaparición forzada de personas
era un delito instantáneo pero de efectos permanentes, ti-
pificado a la luz de la Reforma Parcial del Código Penal de
fecha 20 de octubre de 2000, que en modo alguno podía
regular sucesos verificados antes de su entrada en vigen-
cia pues el momento consumativo del delito se agotaba
inmediatamente, y consentir su punición mediante una
norma promulgada con posterioridad, solo deduciría la
violación del principio de irretroactividad de la ley penal.
Lo anterior nunca será censurable si admitimos la natu-
raleza endosada por la Sala de Casación Penal al tipo pe-
nal en examen, pues como bien lo ha referido la doctrina,
“cuando se trata simplemente de la permanencia de los
efectos de un delito instantáneo, el hecho no es punible,
porque la ley anterior no castigaba la acción o la omisión
que ahora constituye delito”23. Sin embargo la Sala desati-
na (como ya vimos) en sus razonamientos dogmáticos.
El delito de desaparición forzada de personas es un delito
permanente, y lo que en realidad persiste y se mantiene
durante todo el desenvolvimiento de la acción material,
70
es precisamente la consumación del mismo ilícito, por
tanto, no son sólo sus efectos los que perduran a futuro,
ni mucho menos las circunstancias colaterales o moda-
les que rodean la conducta típica, sino es precisamente su
agotamiento el que no se satisface mientras el agente no
disponga voluntariamente la cesación del ilícito.
Sobre dicho escenario (entiéndase: el de los delitos perma-
nentes), la disyuntiva se presenta en supuestos en los cuales la
conducta material se inicia cuando no existe dispositivo pe-
nal alguno que proscriba el tipo de injusto y, posteriormente,
por un fenómeno de sucesión de normas, se promulga una
ley que incrimina la conducta reprochada, todavía bajo la
consumación y no agotamiento del hecho punible en refe-
rencia. La doctrina no ha vacilado en admitir la punición de
los delitos permanentes en razón de la nueva ley incrimina-
dora, si la conducta antijurídica persiste para la fecha de su
promulgación24. Así pues, Velásquez Velásquez sostiene que
el tiempo de comisión en supuestos de delitos permanentes
comprende todo el lapso transcurrido desde el instante de la
manifestación de la conducta hasta que cesa de ejecutarse25.
Para Sosa Chacín, por su parte, “si un delito permanente se
inicia bajo la vigencia de una ley que no lo declaraba como
tal delito y la permanencia se prolonga durante la vigencia de
una nueva ley incriminadora, debe ser penado de acuerdo a
la nueva ley, por la simple razón de que se ha cometido bajo
su vigencia”26. Y Arteaga Sánchez, con relación a los delitos
permanentes, sostiene que “si la nueva ley entra en vigencia,
mientras perdura la permanencia o la continuación, se apli-
cará en todo caso esta ley, sea o no más favorable”27.
71
Consecuencialmente, admitida la desaparición forzada de
personas como una arquetípica modalidad de los delitos
permanentes, la admisión de su punición parece insosla-
yable independientemente de que las vicisitudes fácticas
que legitimen su persecución (a propósito de los presu-
puestos típicos que encierra el delito en referencia) se ha-
yan verificado con anterioridad a su expresa consagración
legal en el ordenamiento jurídico-penal venezolano.
La inteligencia de lo anterior es incuestionable si se reco-
noce que el delito permanente se sigue consumando en
la medida que persiste la conducta antijurídica; en el de-
lito de desaparición forzada de personas la privación de
libertad es una consideración fáctica que no se agota ins-
tantáneamente, sino que subsiste y se reproduce mientras
perdura la afectación del desaparecido. La ley aplicable
resultará la vigente, independientemente que el inicio del
ilícito se materialice con anterioridad a su promulgación.
72
Inhumaciones y exhumaciones
RESUMEN
ABSTRACT
73
74
“No hay delincuente que a su paso por el lugar del suceso, y en su (s)
víctimas, que no deje tras de sí una huella, una marca, una señal o
un signo que pueda servir para su identificación”
Locard
1.- INHUMACION
Definición de Inhumación:
La palabra “inhumación” se deriva del Latín Inhumare que sig-
nifica “en tierra” por lo que ha de entenderse la acción de enterrar a un
cadáver en los sitios determinados para tales fines. Aunque desde el
punto de vista histórico, simple ha habido una costumbre muy antigua,
en la cual de acuerdo a las posiciones sociales, el hombre ha tratado de
eternizar en algunos casos o de preparar a estas personalidades hacia
su viaje a la eternidad, como lo revelan las antiguas necrópolis, que son
mudos testigos de esta afirmación, al igual que las pirámides del antiguo
Egipto, construidas como verdaderos monumentos a los faraones.
El uso de los cementerios proviene hasta nuestros tiempos, de
la costumbre heredada del pueblo hebreo al cristiano, ratificada por
la inquisición cuando el tributo a los seres humanos practicantes de
estas corrientes religiosas era ubicado en sitios especiales.
En la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad al
Decreto 115, de fecha de 03 noviembre de 1948 se establece el Regla-
mento de Cementerios Inhumaciones y Exhumaciones, aún vigente,
y se normaliza para proceder al acto de inhumación donde, se hace
necesario el cumplimiento de una serie de requisitos de carácter su-
cesivo e imprescindible:
a. Certificado de defunción.
b. Autorización civil y sanitaria para el enterramiento.
c. Inscripción en el Libro de Defunciones que se encuentra
en los registros civiles.
d. Y posteriormente se genera la llamada “Partida de Defunción”.
El Certificado de Defunción
Es un documento acreditativo el cual es expedido por la pri-
mera autoridad civil (Registro Civil de municipio), de acuerdo con las
75
disposiciones del Ministerio de Salud y Desarrollo Social en materia de
Estadística Sanitaria, que se realiza mediante un instrumento denomi-
nado Estadístico Sanitario, elaborado según criterios de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), el cual contiene datos filiatorios, de ubica-
ción geográfica tanto del domicilio como de la ocurrencia del falleci-
miento, las causas de la muerte, el nombre, dirección y registro sanitario
del médico que lo certifica, constituyendo un instrumento estadístico
sanitario que indica las causas de la muerte de los ciudadanos.
La Partida de Defunción
Documento mediante el cual la autoridad competente certifica
que en el correspondiente libro de Registro de Defunciones de su jurisdic-
ción se encuentra asentada la muerte de una persona, siendo su contenido
concordante con lo expresado en el Art. 477 del Código Civil venezolano,
el cual cobra gran importancia en materia de Derecho Sucesoral.
2.- Exhumaciones
Definición de Exhumación
Etimológicamente se deriva del latín: la palabra ex que significa
fuera y humus, tierra. La operación consiste en extraer un cadáver, su es-
queleto o sus reliquias de su sepultura para llevarla a otra parte o para ser
76
evaluadas por facultativos; esto obedece a ciertas circunstancias contem-
pladas en el RCIE donde se contemplan varios tipos de exhumaciones:
Administrativa
Se efectúa en los cementerios por razones de salubridad o por
vencimiento de la concesión funeraria, tiene razón de ser mayor-
mente por principios de utilidad pública o social.
La criminal
La cual en sí misma está tipificada como un delito, como la
profanación o la sustracción de cadáveres con fines de lucro, la ofen-
sa al cadáver o el sensacionalismo.
La judicial
Es aquella en virtud de la cual se amplía o se practica una au-
topsia, para la comprobación de cualquier delito o sospecha de índole
penal; generalmente se efectúa cuando se establecen criterios en cuanto
a que la evaluación del inhumado, pueda suministrar valiosos aportes
en la investigación judicial y de ella se puedan obtener valiosos indicios
de interés criminalístico y médico legales que coadyuven la investiga-
ción, bien sea ratificándola o como aporte fundamental. Generalmente
responde al hecho de no haber realizado una autopsia, o cuando aún
habiéndola realizado, no aporta los resultados convincentes.
77
No está sujeta este tipo de exhumación a lo contemplado en
el Art. 38 del RCIE, relativo a los lapsos de espera, y por el contrario
sólo pondrá en conocimiento a las autoridades sanitarias respecti-
vas, del lugar y de la hora en la cual ha de realizarse (atendiendo a lo
establecido en el Art. 39 del RCIE; los Arts. 95, 97, 104 del Código de
Instrucción Médico Forense (CIMF) y Art. 217 del Código Orgáni-
co Procesal Penal (COPP). Responde al mandato del juez de control
por la solicitud de las partes, siempre y cuando existan los criterios
convincentes para su realización.
78
c) Peritos expertos.
d) Gerente del cementerio.
e) Familiares solicitantes.
f) Otras personas que el juez considere prudente su asis-
tencia a este acto.
Reflexión final
La profilaxis de una exhumación consiste en la confianza en
los peritos investigadores, producto de una buena inspección ocular
forense (informe del levantamiento del cadáver). La autopsia forense
o médico legal, bien sea realizada en el cadáver en fresco o durante
una exhumación (con autopsia previa o no) es considerada como
una operación compleja que debe permitir ante todo hacer hablar
al cadáver para lograr la reconstrucción de los sucesos y de las cir-
cunstancias que han ocasionado el fallecimiento de esa persona. La
concreta evaluación con todos los integrantes del equipo multidis-
ciplinario de exhumación de todos los elementos biológicos o mate-
riales de interés criminalísticos y médico legales, sin duda arrojarán
resultados objetivos los cuales podrán ser evaluados cuantas veces
sea necesario. Y si hay una comunicación fluida y efectiva entre los
administradores de justicia y los expertos se allanarán los caminos,
que nos llevarán con éxito a culminar la investigación, doblegando
de esta manera la impunidad.
80
Fuentes consultadas:
Documentales
▶▶ Congreso de los Estados Unidos de Venezuela (1878). Reglamento de Cemen-
terios Inhumaciones y Exhumaciones, Gaceta Oficial N° 1443 de fecha 01 de
agosto.
▶▶ República de Venezuela (1982). Código Civil Venezolano Gaceta Oficial N°
2.990 del 26 de julio.
▶▶ Congreso de los Estados Unidos de Venezuela (1878). Código de Instrucción
Médico Forense, Gaceta Legal, Tomo I, 7 de junio.
▶▶ Asamblea Nacional. República Bolivariana de Venezuela (2006) Código Orgá-
nico Procesal Penal, Gaceta Oficial Nº 38.536 de fecha 04 de octubre.
81
82
La contaminación del agua en el marco
del delito del vertido ilícito
RESUMEN
ABSTRACT
83
84
INTRODUCCIÓN
La contaminación del agua por causa de vertido ilícito, cons-
tituye una de las variadas problemáticas ambientales que preocupa a
la sociedad en esta materia tan sensible desde el punto de vista social.
Si los recursos naturales del planeta fuesen infinitos no exis-
tirían delitos ambientales, pero lamentablemente no es así, y se hace
necesario en consecuencia defenderlos y protegerlos partiendo de
una gestión de manejo integral y sabia de los mismos. Para ello se
debe comenzar con el conocimiento de lo que puede representar o
representa una amenaza para su extinción, con lo cual quedarían
indefensas las generaciones futuras; de allí el compromiso y respon-
sabilidad de la sociedad actual.
Es por ello que, con la entrada en vigencia de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela (1999) al refundarse la Repú-
blica, nace el nuevo Estado democrático, social, de derecho y de justi-
cia, con una nueva visión de lo que representan los recursos naturales
para el bienestar de la sociedad venezolana y la soberanía del país, es
así que se consagran por primera vez tres artículos relativos a los dere-
chos y deberes referidos al ambiente, asumiendo el Estado la respon-
sabilidad de protegerlo y garantizarlo para las generaciones presentes
y futuras, pero con la activa participación de la sociedad.
Es así que, en lo que respecta al recurso hídrico se declaran a
todos los cuerpos de aguas del país como bienes del dominio público,
creadores de riqueza y bienestar social, insustituibles para la vida y el
desarrollo, con lo cual se resalta el enfoque eminentemente social del
mismo. No podría ser de otra manera, ya que es un recurso natural
esencial para todas las formas de vida del planeta, es el núcleo de la in-
terdependencia humana y tan necesario como el aire que respiramos.
En este sentido, con el presente trabajo se pretende dar un
aporte acerca de la contaminación del agua en el marco del vertido
ilícito, señalando la importancia de este vital recurso natural, para
continuar con lo establecido en la Carta Magna, su protección legal
dentro del ordenamiento jurídico venezolano, abordando las parti-
cularidades del delito penal ambiental, para darle entrada al delito
85
de vertido ilícito y cómo se configura la conducta delictual, resal-
tando la dificultad para precisar el nexo causal y la importancia de
la pericia técnica para el éxito del caso en este tipo de delito por ser
eminentemente de carácter técnico-jurídico. Finalmente se presen-
tan las conclusiones, todo ello a fin de optimizar el desempeño de
actuaciones futuras en esta especial materia ambiental.
La investigación se desarrolla bajo un diseño documental de
tipo descriptivo, analítico y conceptual, con el apoyo de la bibliogra-
fía y análisis del contenido, con lo cual se busca establecer un marco
teórico que permita una visión de este delito ambiental con miras
a lograr la eficiencia en la aplicación de la justicia penal ambiental.
El ambiente produce constantes cambios por lo que el De-
recho Penal Ambiental aspira a su vez a producir cambios funda-
mentales, pues el avance de la ciencia y la tecnología incide tanto en
las actividades económicas como en las sociales y pueden generar
daños al ambiente y atentar contra cualquiera de sus componentes,
incluyendo la salud y la vida del ser humano, por lo que tal situación
advierte la necesidad de reexaminar las normas penales ambientales
establecidas en la Ley Penal del Ambiente, pues se impone actuali-
zarlas y adecuarlas a los nuevos tiempos, con miras a lograr la efi-
ciencia en la aplicación de la justicia penal ambiental.
96
CONCLUSIONES
Como ha podido apreciarse, la tipificación del delito de verti-
do ilícito como una de las conductas que contaminan el agua, el cual
es un recurso natural que necesariamente se debe proteger por ser
imprescindible para todas las formas de vida del planeta y además,
frecuente causa de desigualdades sociales en el mundo, la Consti-
tución de la República Bolivariana de Venezuela le imprime un ca-
rácter social al considerar a este recurso hídrico como un bien de
dominio público insustituible para la vida y el desarrollo.
La conducta contaminante del agente se efectúa de forma ac-
tiva mediante la realización de un acto que produce directamente un
daño a las aguas, o bien mediante una acción omisiva al abstenerse
aquél de realizar una conducta que hubiera evitado el vertido. Las
conductas de daño o contaminación ambiental tienen característi-
cas diferentes de la gran mayoría de las conductas criminales, debido
a la dificultad que presentan para precisar el nexo causal.
En materia de delito ambiental, el éxito del caso depende del
resultado de la pericia técnica, debido a la dificultad de la prueba, ya
que ésta tiene un carácter altamente técnico, aunado a su eventual
indeterminación que hace a sus normas abiertas, flexibles, fluidas y
multifactuales, encontrándose mayores limitaciones en la interpre-
tación del análisis de la experticia por parte del juzgador, lo que di-
ficulta la celeridad en la toma de decisiones para impedir que se siga
cometiendo el daño al recurso hídrico.
Es por ello, que las medidas precautelativas de carácter am-
biental establecidas en el artículo 24 de la mencionada Ley, adquie-
ren una especial importancia para proteger al recurso hídrico, pues
tienen por objeto precaver o interrumpir daños al ambiente o a las
personas, evitando de esta forma las consecuencias nocivas de tales
daños, que en algunos casos son irreversibles, mientras paralela-
mente se continúa con el procedimiento penal en específico.
El avance de la ciencia y la tecnología incide tanto en las acti-
vidades económicas como en las sociales que pueden generar daños
al ambiente y atentar contra cualquiera de sus componentes, inclu-
97
yendo la salud y la vida del ser humano, por lo que tal situación ad-
vierte la necesidad de reexaminar las normas penales ambientales
establecidas en la Ley Penal del Ambiente, y demás normativas téc-
nicas, pues se impone actualizarlas y adecuarlas a los nuevos tiem-
pos, con miras a lograr la eficiencia en la aplicación de la justicia
penal ambiental en esta materia tan dinámica, compleja y variada
como lo es la ambiental.
98
FUENTES CONSULTADAS
Bibliográficas
▶▶ Cafferatta, Néstor (2004). Introducción al Derecho Ambiental.1ª edición. Edito-
rial Pnuma. México.
▶▶ Gil, R. (2000). La Protección Penal del Agua. Un análisis de la Ley Penal del Am-
biente. Caracas. Editorial. Livrosca.
▶▶ Martínez Rincones, J. (1998). Protección Penal y Control Social del Ambiente:
El caso venezolano. Memorias del Encuentro Regional celebrado en la Univer-
sidad del Cauca, Popayán en1997, denominado Control Social y Política Crimi-
nal en Medio Ambiente. Cali, Colombia. José M. Borrero Navia editor.
▶▶ Ministerio del Ambiente (2006). Recursos Hídricos de Venezuela. Caracas. Fon-
do Editorial Fundambiente.
▶▶ PNUD (2006). Informe sobre Desarrollo Humano. Nueva York.
▶▶ Prieto, E. (1998). Ecología, Ambiente y Derecho Ecológico, 2da edición, Caracas.
Fondo Editorial USM.
▶▶ Troconis, N. (2005).Tutela Ambiental. Caracas, Editorial Paredes.
Documentales
▶▶ Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela N° 36.860, del 31 de diciembre de
1999.
▶▶ Código Orgánico Procesal Penal (2009). Gaceta Oficial de la República Boli-
variana de Venezuela N° 5.930 Extraordinario, del 04 de septiembre de 2009.
▶▶ Ley Orgánica del Ambiente (2006). Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela N° 5.833, Extraordinario, del 22 de diciembre de 2006.
▶▶ Ley de Aguas (2007). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela
N° 38.595, del 02 de enero de 2007.
▶▶ Ley Penal del Ambiente (1992). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela N° 4.358, del 03 de enero de 1992.
Electrónicas
▶▶ Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Estados Unidos (2009).
El Agua en la República Bolivariana de Venezuela. Una Visión Integral.
99
100
Delitos aeronáuticos.
Investigación de accidentes de aviación
RESUMEN
ABSTRACT
Legally regulate air activity is a major step forward for the safety
and efficiency of aviation. But there is also a series of crimes linked to
this activity are studied in this work, and the nature of the research must
advance justice in air accidents.
101
We also address the interference terms we define as unlawful the
actions, events or attempts, to jeopardize the safety of civil aviation and
air transport, any act that affects the safety, either within the airport
facilities, individuals, teams and all that disturbs the safety of the flight
to form an approximate picture of crimes relating to aviation activity,
which is complemented by the rules to follow in case of air accidents and
the protection of the site Event in order to preserve evidence for the pro-
per administration of justice.
102
REFLEXIONES INICIALES
La aviación civil es una herramienta poderosa para la evolu-
ción de la sociedad moderna; el transporte aéreo, creciente y forta-
lecido, contribuye activamente con el desarrollo económico de mu-
chos países. Por otra parte, más allá de su repercusión económica, la
actividad aeronáutica enriquece el tejido social y cultural, contribu-
yendo al logro de la paz y prosperidad en todo el mundo.
Ante el crecimiento vertiginoso de la actividad aérea, los
Estados han considerado necesario la implementación de normas
jurídicas que la regulen, las cuales reglamentan el ejercicio de su
variada gama de actividades, así como el establecimiento y uso de
las infraestructuras necesarias para su funcionamiento, destinadas
a fines civiles, comerciales o no, y militares. Este conjunto de activi-
dades y circunstancias es lo que da origen a lo que conocemos como
Derecho Aeronáutico, el cual se encuentra vinculado directamente
a la navegación aérea.
Ahora bien, las normas que rigen esta actividad pueden ser,
de origen nacional o interno, esto es, adoptadas unilateralmente
por cada Estado, y de origen internacional, derivadas de acuerdos
bilaterales o multilaterales entre varios Estados o de organizaciones
constituidas por la propia comunidad internacional, como lo es la
Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci).
Las normas internacionales y regulaciones necesarias para la
seguridad, la eficiencia y la regularidad del transporte aéreo, ema-
nan de la Oaci que se distingue por ser un medio de cooperación
en todos los campos de la aviación civil, proporcionando, además,
asistencia técnica a los países que requieran su colaboración; básica-
mente, la función de la Oaci es regularizar el transporte aéreo inter-
nacional para hacerlo seguro, eficaz y eficiente.
Como cualquier otra actividad del quehacer humano, se con-
sidera importante destacar que el desempeño de la actividad aero-
náutica genera responsabilidades jurídicas, de las cuales existen dos
tipos esenciales en el ámbito aeronáutico, la responsabilidad civil y
la responsabilidad penal.
103
En el ámbito civil, la responsabilidad contractual estaría de-
terminada, a título de ejemplo, en el incumplimiento de un contrato
válido, o como sanción prescrita en una cláusula penal dentro del
mismo, para los casos de incumplimiento o demora en el cumpli-
miento; y se estima extracontractual, aquella que es exigible, por
daños y perjuicios, por el acto de otro y sin vinculación con la esti-
pulación contractual. En tanto que, la responsabilidad penal, estaría
determinada por la comisión de alguno o algunos delitos contem-
plados en la Ley de Aeronáutica Civil1 o en las leyes penales, por ser
auténticamente criminal, lleva consigo la imposición de una sanción
o medida de seguridad (Belisario, 2008: 188).
En este análisis del derecho interno, es conveniente tener
presente que el Poder Público Nacional, es la autoridad o gobierno
que se encuentra en todos los niveles de la organización del Estado.
Al respecto, es pertinente señalar que el numeral 26 del artículo
156 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
dispone lo siguiente: “Artículo 156. Es de la competencia del Po-
der Público Nacional: (…) 26. El régimen del transporte nacional,
de la navegación y del transporte aéreo, terrestre, marítimo, fluvial
y lacustre, de carácter nacional; de los puertos, de aeropuertos y su
infraestructura…”
Se desprende de la disposición transcrita, que el régimen inte-
gral de la navegación y transporte aéreo, así como el de los aeropuer-
tos y su infraestructura, es competencia del Poder Público Nacional
y se regirá por la Ley de Aeronáutica Civil y demás disposiciones
normativas, que con arreglo a ella, se dicten. Así observamos cómo,
nuestro texto fundamental y nuestra legislación sobre la materia,
busca salvaguardar la seguridad, defensa y el interés público en este
ámbito, a través de una navegación aérea segura, ordenada y eficien-
te, ejeRCIEndo su soberanía.
A continuación, y en la primera parte de este artículo, se ha-
rán algunas consideraciones generales sobre los delitos aeronáuti-
104
cos, seguidas del análisis del tipo penal de más frecuente ocurrencia,
establecido en nuestra legislación especial sobre la materia, como lo
es el delito de interferencia ilícita. En la segunda parte, se expondrán
los aspectos fundamentales de la investigación de los accidentes de
aviación.
Luego de realizados estos señalamientos, paso a suscribir lo
siguiente:
Circulación aérea • Sujeto Activo: Cualquier persona que conduzca una aeronave.
por zonas distintas • Sujeto Pasivo: El Estado.
a las establecidas
• Acción: Atravesar la frontera por lugares distintos a los
y en aeródromos
establecidos por la autoridad competente, poniendo en
o aeropuertos no
peligro la circulación aérea. / Quien aterrice o despegue de un
autorizados.
aeródromo o aeropuerto distinto al autorizado por la autoridad
Bien jurídico tutelado: competente. / Salvo que ejecute la acción por situaciones
139 La seguridad de la Nación de emergencia.
y la seguridad de la
• Sanción: Prisión de 6 a 8 años.
Aviación Civil.
• Agravante: Si el que conduce la aeronave no cumple con la
orden de aterrizar; la pena se aumentará de un tercio a la mitad.
107
art. Descripción Estructura de la norma
Desviación y obtención • Sujeto Activo: Cualquier persona.
fraudulenta de rutas. • Sujeto Pasivo: El Estado.
• Acción: Desvíe la ruta sin causa justificada o utilice una ruta de
Bien jurídico tutelado: manera fraudulenta. / Obtenga, tramite, otorgue una ruta de
La seguridad del Estado y manera fraudulenta.
142 de la Aviación Civil. • Sanción: Prisión de 6 a 8 años.
• Agravante: Si el desvío injustificado de la ruta persigue un
provecho o causa falsa alarma, la pena será de ocho a diez años
de prisión.
108
art. Descripción Estructura de la norma
Transporte de mercancías • Sujeto Activo: Cualquier persona.
peligrosas. • Sujeto Pasivo: El Estado.
Bien jurídico tutelado: • Acción: Transporte o autorice ilícitamente el transporte de
La seguridad de los mercancías peligrosas.
ciudadanos, bienes y de • Sanción: Prisión de 8 a 10 años.
la Aviación Civil • Agravante: Si son armas, municiones de guerra, gas tóxico,
inflamables, bacteriológicas, químicas o cualquier otra similar,
147 la pena aumentará de un tercio a la mitad. Con la misma pena
será sancionado quien las introduzca en los aeropuertos o las
coloque en su zona perimetral.
Si causa terror o temor a las personas, pone en peligro la
seguridad física, propiedades, infraestructuras, calles de
rodajes y pistas o cualquier otro similar, la pena será de veinte a
veinticinco años de prisión.
109
Ahora bien, a los fines de delimitar nuestro estudio en estas
reflexiones iniciales sobre el tema, analizaremos un tipo penal de
gran ocurrencia en el ámbito aeronáutico, como lo es la interferencia
ilícita, prevista en el artículo 140 de la Ley Aeronáutica venezolana,
que señala:
Artículo 140: “Quien por cualquier medio o acto interfiera ilícitamen-
te la seguridad operacional o de la aviación civil será castigado con pri-
sión de seis a ocho años.”
114
Los accidentes aéreos, son un suceso eventual e inesperado,
que producen un daño o perjuicio en el desarrollo de la navegación
aérea, afectando bienes jurídicos, como lo son: la vida, la propiedad,
la seguridad operacional y de la aviación civil; acontecidos por causa
de los efectos de la naturaleza o por acción humana, trayendo consi-
go consecuencias jurídicas.
La doctrina aeronáutica (Sequera, 2004:572), define el acci-
dente aéreo, como todo hecho relacionado con la utilización de una
aeronave que ocurre dentro del período comprendido entre el mo-
mento en que una persona entra a bordo de la aeronave con inten-
ción de realizar un vuelo, y el momento en que todas las personas
han desembarcado, durante el cual:
1. Cualquier persona sufre lesiones mortales o graves a
consecuencia de hallarse en la aeronave, sobre la mis-
ma, o por contacto directo con ella o con cualquier
cosa sujeta a ella.
2. La aeronave sufre daños de importancia o roturas estruc-
turales que afectan adversamente sus características de
vuelo, y que normalmente exigen una reparación impor-
tante o el cambio del componente afectado.
3. La aeronave desaparece o es totalmente inaccesible.
116
darle continuidad en la noche, serán necesarias reflectores
o linternas, para la búsqueda minuciosa de elementos ma-
teriales probatorios, lámparas o luces intermitentes en las
esquinas y en los accesos al lugar de los hechos para evitar
accidentes.
• Se requiere asegurar la preservación de las evidencias. El
ideal es que cada evidencia, luego de identificarla, regis-
trarla, levantarla correctamente, preservarla con un emba-
laje adecuado, y transportarla con seguridad y prontitud,
sea analizada con los instrumentos apropiados y el perso-
nal idóneo, para que entregue la información que intrínse-
camente posee.
• Evitar que los vehículos utilizados, superpongan huellas so-
bre las que existan en la proximidad del sitio objeto de ins-
pección. Los funcionarios desde el primer momento y hasta
la culminación de la investigación, cuidarán rigurosamente
la intangibilidad del sitio y determinarán: quiénes pueden
ingresar al lugar, previa identificación; dónde se ubicarán los
periodistas que desean cubrir la noticia; coordinación con
otros organismos, ejemplo: Cuerpo de Bomberos; verificar
la presencia de testigos; cuando estemos en presencia de un
cadáver, se efectuará una inspección del mismo, para veri-
ficar el estado en que se encuentra, lograr su plena identi-
ficación; posteriormente, se realizará el levantamiento, con
la finalidad de ser trasladado a la respectiva dependencia
forense, para que se realice la autopsia médico legal.
Otro aspecto fundamental, es la cadena de custodia5, que es la
obligación que tiene el funcionario de cuidar, vigilar y proteger, los
elementos materiales probatorios o evidencia física encontrados en
el lugar de los hechos. Se considera importante destacar, que inte-
gran la cadena de custodia, los funcionarios bajo cuya responsabili-
dad se encuentran los elementos materiales probatorios o evidencia
117
física en el curso del proceso; por consiguiente, todo funcionario
que entregue, reciba, analice muestras o elementos probatorios, for-
ma parte automáticamente de la cadena de custodia.
La cadena de custodia de la evidencia, no es otra cosa que el
curso vigilado que debe seguir la evidencia material, desde que es
legalmente obtenida hasta el cierre definitivo del caso de que se trate
–por lo que permite conocer en cualquier estado del proceso, dónde
se encuentra el elemento material probatorio, quién lo tiene, nombre
del perito, laboratorio donde se efectúa el análisis correspondiente-;
esto quiere decir que debe existir un control absoluto y una obser-
vancia estricta del debido proceso, tanto en la obtención como en el
análisis, la conservación y el traslado de la evidencia física, a fin de
poder acreditar su autenticidad y evitar su manipulación maliciosa,
su pérdida, sustitución, contaminación o deterioro.
En este orden de ideas, la doctrina criminalística señala que
la autenticidad de la evidencia material se garantiza a través de tres
recomendaciones:
1. La adecuada reseña del hallazgo de la evidencia material
en las actas o registros de las inspecciones practicadas a
los lugares de interés criminalístico (lugar de los hechos).
2. El análisis inmediato de la evidencia física hallada por
parte de los expertos o peritos para determinar sus carac-
terísticas individuales a los fines de cumplir con el princi-
pio criminalístico de orientación.
3. El control estricto del acceso a la evidencia material para
evitar manipulaciones inadecuadas.
119
Fuentes consultadas
Bibliográficas:
▶▶ Belisario, Freddy. (2008). Derecho del Transporte Aéreo. Universidad Nacional
Experimental Marítima del Caribe. Editorial Torino.
▶▶ Fernández Carrasquilla, Juan. (1986). Derecho Penal Fundamental. Editorial Te-
mis. Colombia.
▶▶ García P., Ramón. (1993). Pequeño Larousse Ilustrado. Ediciones Larousse.
▶▶ López Calvo, Pedro (2008). Investigación Criminal y Criminalística. Tercera Edi-
ción. Editorial Temis. Colombia.
▶▶ Muñoz Conde, Francisco y García Arán, Mercedes. (2007). Derecho Penal. Parte
General. Editorial Tirant lo Blanch. España.
▶▶ Sequera, Álvaro. (2004). Derecho Aeronáutico. Librería Ediciones del Profesio-
nal LTDA. Colombia.
▶▶ Zaffaroni, Eugenio. (2009). Estructura Básica del Derecho Penal. Editorial Ediar,
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Documentales:
▶▶ Asamblea Nacional. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Gaceta Oficial N° 5.453 Extraordinario, 24 de marzo de 2000.
▶▶ Asamblea Nacional. Código Orgánico Procesal Penal.. Gaceta Oficial N° 5.930
Extraordinario, 4 de septiembre de 2009.
▶▶ Asamblea Nacional. Código Penal Venezolano Gaceta Oficial N° 5.768 Extraor-
dinario, 13 de abril de 2005.
▶▶ Asamblea Nacional. Ley de Aeronáutica Civil Venezolana Gaceta Oficial N°
39.140, 17 de marzo de 2009.
120
Relaciones entre las medidas de los
Consejos de Protección, las medidas
preventivas de la Ley Orgánica sobre
el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre
de Violencia (Losdmvlv) y las decisiones
judiciales en materia de Régimen de Convivencia
RESUMEN
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia es un instrumento jurídico novedoso y de amplio
alcance que contiene los supuestos de violencia a que son sometidas
las mujeres y que históricamente habían quedado impunes, lo cual
se deriva en un atentado contra el derecho a la vida, a la dignidad
humana y a la integridad personal por razones basadas en el género,
que vulneran los derechos humanos de la mitad de la humanidad.
Algunos de los supuestos contenidos en dicha Ley son la violencia
psicológica, acoso u hostigamiento, amenaza, acoso sexual, violencia
laboral y ofensa pública por razones de género; delitos que requieren
una denuncia por parte de las personas legitimadas para formularla
y así dar inicio a la investigación respectiva. Las medidas preventivas,
las de protección, las de seguridad y las medidas cautelares, así como
la explicación en detalle de los diferentes instrumentos jurídicos na-
cionales e internacionales del área en comento, configuran un marco
de detalles que precisamos a continuación.
Palabras claves: derecho a la vida, maltrato a la mujer, vulneración de
derechos.
ABSTRACT
The Organic Law on the Right of Women to a Life Free of Violence
is a new legal instrument and comprehensive containing the causes of
violence they experience and that women historically have gone unpu-
nished, which is derived in an attempt against the right to life, human
121
dignity and personal integrity for reasons based on gender, which viola-
te the human rights of half of humanity. Some of the assumptions con-
tained in the Act are psychological violence, harassment, threats, sexual
harassment, workplace violence and public offense by reason of gender
crimes that require a complaint by the persons entitled to formulate and
so to begin the investigation. Preventive measures for protection, the
safety and precautionary measures, as well as detailed explanation of
the various national and international legal instruments in comment
area, form a framework of information noted below.
122
En esta oportunidad se me ha dado la tarea de desarrollar un
tema cuya repercusión social, reviste importancia dentro del seno de
la familia, toda vez que estableceré un equilibrio entre los Derechos
Humanos de las Mujeres y los Derechos Humanos de los Niños, Ni-
ñas y Adolescentes, cuando dentro del núcleo familiar se suscite una
situación que afecte a la madre en sus derechos por parte de su cón-
yuge, concubino o pareja y por consiguiente sea víctima de violencia
y a su vez éste sea el padre de su hijo o hija, entendiéndose constitu-
cionalmente la importancia de la familia en el desarrollo integral de
las personas1, por su papel fundamental en la crianza de los niños,
niñas y adolescentes, incorporándose en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna)2, las obligacio-
nes generales de la familia e igualdad de género en la crianza de los
niños, niñas y adolescentes, garantizando así que las y los infantes y
adolescentes vivan y se desarrollen en el seno de su familia de origen
y, sobre todo, que no sean separados de ella de forma injusta o arbi-
traria, por ende se indica que dicha separación sólo procede en for-
ma excepcional cuando sea estrictamente necesaria para preservar
su interés superior, mediante la aplicación de una medida de protec-
ción dictada por la autoridad competente (Consejo de Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes) dentro del marco legal establecido.
Asimismo, dicha Ley afianza los deberes y derechos de los pa-
dres y madres en la relación con sus hijos e hijas a la condición de
éstos o éstas como sujetos de derechos que ejercen la ciudadanía,
123
respetando los principios de igualdad de género, así como las nuevas
regulaciones constitucionales sobre las uniones estables de hecho a
tenor de lo previsto en los artículos 76 y 77 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
También la Lopnna, prevé el derecho de los niños, niñas y
adolescentes a mantener relaciones personales y contacto directo
con el padre y la madre. Al efecto, en su artículo 27 que contempla
“todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a mantener,
de forma regular y permanente relaciones personales y contacto
directo con su padre y madre, aún cuando exista separación entre
éstos, salvo que ello sea contrario a su interés superior” (resaltado
nuestro), puntos estos reforzados con la sanción de la novísima Ley
para la Protección de las Familias, la Maternidad y la Paternidad3,
cuyo objeto es establecer desarrollo de sus políticas y mecanismos,
así como promover prácticas responsables ante las mismas y deter-
minar las medidas para prevenir los conflictos y violencia intrafami-
liar, educando para la igualdad, la tolerancia y el respeto mutuo en el
seno familiar, asegurándole a todas y todos sus integrantes una vida
digna y su pleno desarrollo en el marco de una sociedad participati-
va, democrática, solidaria e igualitaria.
Podemos observar como el ordenamiento jurídico venezola-
no se ha adaptado a los compromisos adquiridos en la Convención
de los Derechos del Niño, entendiendo dichos derechos como De-
rechos Humanos. Ahora bien, dentro de esta perspectiva también se
adquirió el compromiso de atender, prevenir, sancionar y erradicar
la violencia contra la mujer, así como la eliminación de toda forma
de violencia que se encuentra establecida en la Convención Intera-
mericana para Prevenir, Sancionar, y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres (Convención Belem do Pará 1994) y la Convención para
la Eliminación de todas Formas de Discriminación contra la Mujer
(1979), conjuntamente con la Declaración de las Naciones Unidas
sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (1993), donde
3 Ley para la Protección de las Familias, La Maternidad y la Paternidad, Gaceta Ofi-
cial Nº 38.773, de fecha 20 de septiembre de 2007.
124
nuestra nación, suscribió y ratificó garantizar el goce y el ejercicio
irrenunciable e interdependiente de los derechos humanos de las
mujeres, así como su derecho al libre desenvolvimiento de la perso-
nalidad, sin ningún tipo de limitaciones; sancionándose así la Losd-
mvlv4, toda vez, que la misma Organización de las Naciones Uni-
das, establece que la violencia contra de la mujer constituye un grave
problema de salud pública, de violación sistemática de sus derechos
humanos y libertades fundamentales, que muestra en forma dramá-
tica, los efectos de la discriminación y subordinación de la mujer por
razones de género en la sociedad.
Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por
el hecho mismo de serlo, por ser consideradas por sus agresores ca-
rentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de
decisión, trayendo como consecuencia un atentado contra el dere-
cho a la vida, a la dignidad humana y a la integridad personal por
razones basadas en el género, que vulneran los derechos humanos
de la mitad de la humanidad.
Necesidad
1. Existencia de la violencia contra la mujer como fenómeno
histórico presente en gran parte de las culturas humanas
4 Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Ga-
ceta Oficial Nº 38.668 del 23 de abril de 2007.
125
sin límite de edad, clase social, raza, ideologías o religión,
en las cuales se sitúa a las mujeres en una posición de infe-
rioridad respecto a los hombres y por lo tanto en una po-
sición de dependencia económica, social, cultural y emo-
cional. Esta desigualdad es construida culturalmente y es
legitimada y reproducida por la propia estructura social.
2. Incremento sustancial de la participación femenina en la
actividad económica.
3. La violencia de género se erige como una de las más gra-
ves violaciones a los derechos humanos y debe ser recono-
cida como un asunto legítimo y un problema de Estado.
Justificación
1. Aumentar la conciencia de que la violencia basada en el
género es un problema de derechos humanos tanto a nivel
local como nacional, regional e internacional.
2. Fortalecer el trabajo local sobre la violencia contra las
mujeres.
3. Crear un nexo claro entre el trabajo local y el trabajo inter-
nacional para terminar con la violencia contra las mujeres.
4. Crear un método para compartir y desarrollar estrategias
nuevas y efectivas.
5. Mostrar la solidaridad de todo el mundo hacia las mujeres
que se organizan contra la violencia hacia ellas.
6. Crear instrumentos para presionar a los gobiernos para
que implementen las promesas hechas para eliminar la
violencia contra las mujeres.
Antecedentes de La Ley
1. Asamblea General de Naciones Unidas, 1993.
• Convención Americana de las Naciones Unidas. Ar-
tículo 24 “…todas las personas son iguales ante la ley.
En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación,
a igual protección de la ley”.
126
• Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
consagra lo siguiente en su artículo 26: “…todas las
personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley. A este res-
pecto, la ley prohibirá toda discriminación y garanti-
zará a todas las personas protección igual y efectiva
contra cualquier discriminación por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión...”
• El Secretario General de las Naciones Unidas en el In-
forme presentado a la Asamblea General en fecha 06
de julio 2006, titulado “Estudio a Fondo sobre Todas
las Formas de Violencia Contra la Mujer”, expresa:
La violencia contra la mujer impide que las mujeres partici-
pen plenamente en sus comunidades en los planos social o
económico. Las mujeres que son tomadas como blanco de
la violencia tienen menos probabilidades de tener empleo,
tienden a estar empleadas en empleos de baja condición y
no es probable que sean promovidas. La violencia sexual
erosiona la seguridad física en las esferas públicas y el riesgo
de dicha violencia puede aumentar cuando las mujeres in-
gresan en la vida pública, limitando su voz política.
127
Preámbulo de la Convención de Belém do Pará:
…la violencia contra la mujer constituye una violación de
los derechos humanos y las libertades fundamentales y
limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento,
goce y ejercicio de tales derechos y libertades…; agregan-
do la Convención que se entenderá Violencia Contra la
Mujer-incluyendo la violencia física, sexual y psicológica-
aquella que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus
agentes, dondequiera que ocurra. (Artículo 2 inciso c.)
Exposición de Motivos
Un gravísimo problema, contra el cual han luchado históricamente las
mujeres en el planeta entero, es la violencia que se ejerce contra ellas
por el solo hecho de serlo. La violencia de género encuentra sus raíces
profundas en la característica patriarcal de las sociedades en las que
prevalecen estructuras de subordinación y discriminación hacia la
mujer que consolidan conceptos y valores que descalifican sistemática-
mente a la mujer, sus actividades y sus opiniones. (...) / La violencia en
contra de la mujer constituye un grave problema de salud pública y de
violación sistemática de sus derechos humanos, que muestra en forma
dramática los efectos de la discriminación y subordinación de la mujer
por razones de sexo en la sociedad.
Naturaleza Jurídica
Indica la Exposición de Motivos de la Ley:
La presente Ley tiene como característica principal su carácter or-
gánico, con la finalidad de que sus disposiciones prevalezcan sobre
otras leyes, ya que desarrolla principios constitucionales en materia
de Derechos Humanos de las mujeres y recoge los tratados interna-
cionales en la materia que la República Bolivariana de Venezuela ha
ratificado.
128
Del objeto de la Ley Orgánica sobre el Derecho
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
Dentro de este contexto, el espíritu del legislador de la Losd-
mvlv es ofrecer exclusiva protección a la mujer, propósito y fin que
quedó establecido en el artículo 1, al establecer:
La presente Ley tiene por objeto garantizar y promover el derecho de
las mujeres a una vida libre de violencia, creando condiciones para pre-
venir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en
cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en
los patrones socioculturales que sostienen la desigualdad de género
y las relaciones de poder sobre las mujeres, para favorecer la cons-
trucción de una sociedad justa democrática, participativa, paritaria y
protagónica. (Resaltado nuestro).
5 Art. 15 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia.
6 Artículos 39,40,41,42,43,44,45,46,47,48,49,50,51,52,53,54,55 y 56 de la Ley Orgá-
nica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
131
Cabe destacar, que los delitos previstos y descritos en la referida
Ley son de acción pública; no obstante, en los supuestos que se refieren
a la violencia psicológica, acoso u hostigamiento, amenaza, acoso sexual,
violencia laboral y ofensa pública por razones de género, se requerirá para
ordenar el inicio de la investigación, la denuncia por parte de las personas
legitimadas para formularla; por tanto en estos casos la denuncia consti-
tuye un requisito de procedibilidad para el ejercicio de la acción penal, de
conformidad con lo establecido en el artículo 95 de la Losdmvlv.
7 Artículo 9 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia.
132
Requisitos de Procedencia
• La Denuncia:
Las medidas de protección y seguridad proceden una vez
efectuada la denuncia, por la legitimada o el legitimado para
denunciar8, quien puede realizarla de manera oral o escrita9
ante los órganos receptores, los cuales de conformidad con
lo establecido en el artículo 71 de la Losdmvlv son:
1. Ministerio Público.
2. Juzgados de Paz.
3. Prefecturas y jefaturas civiles.
4. División de protección en materia de niño, niña, ado-
lescente, mujer y familia del cuerpo de investigación
con competencia en la materia.
5. Órganos de policía.
6. Unidades de comando fronterizas.
7. Tribunales de municipios en localidades donde no
existan los órganos anteriormente nombrados.
8. Cualquier otro al que se le atribuya esta competencia.
133
En definitiva, dicha denuncia debe enmarcarse dentro del
contexto de un hecho de violencia previsto como tipo en ley espe-
cial, y que efectivamente exista una acción que viole o amenace los
derechos de la mujer.
134
6. Elaborar un informe de aquellas circunstancias que sirvan
al esclarecimiento de los hechos, el cual deberá acompa-
ñar a la denuncia, anexando cualquier otro dato o docu-
mento que sea necesario a juicio del órgano receptor de la
denuncia.
7. Formar el respectivo expediente.
8. En aquellos casos, donde la denuncia no sea presentada
ante el Ministerio Público; el órgano receptor deberá -una
vez cumplidas las atribuciones antes referidas-, notificar
de la denuncia al Ministerio Público y enviar la misma al
fiscal superior de la circunscripción judicial correspon-
diente a los fines que éste remita el expediente a un fiscal
del Ministerio Público para que continúe con la investi-
gación. La práctica de las diligencias de investigación, así
como la formación y remisión del expediente al Ministe-
rio Público no podrá exceder de los quinces días conti-
nuos posteriores a la recepción de la denuncia13.
135
• Prohibir o restringir al presunto agresor el acercamiento a
la mujer agredida.
• Prohibir actos de persecución, intimidación o acoso por
parte del presunto agresor o terceras personas.
• Solicitar medida de arresto transitorio.
• Ordenar el apostamiento policial.
• Retener las armas blancas o de fuego y el permiso de porte.
• Solicitar suspensión de permiso de porte de armas.
• Imponer la obligación de proporcionar el sustento necesa-
rio para garantizar la subsistencia, en caso de que no dis-
ponga medios económicos para ello y exista una relación
de dependencia con el presunto agresor.
• Solicitar ante el juez o jueza competente la suspensión del
régimen al presunto agresor a la residencia donde la mujer
víctima esté albergada junto con sus hijos o hijas.
• Cualquier otra medida necesaria para la protección de
todos los derechos de las mujeres víctimas de violencia y
cualquiera de los integrantes de la familia.
137
que resulte idóneo, incluyendo la presencia de la mujer víctima de
violencia en la audiencia.
Definición
“Las medidas cautelares son aquellas dictadas exclusivamente
por el órgano jurisdiccional cuya naturaleza jurídica es asegurar y ga-
rantizar la comparecencia del imputado/acusado a los actos procesales”.
Las medidas cautelares previstas en el citado artículo 91 están
reservadas a la competencia exclusiva del juez de control audiencia
y medidas o en funciones de juicio si fuere el caso y sólo pueden ser
decretadas previa solicitud del Ministerio Público, estas son:
1. Arresto transitorio del agresor hasta por cuarenta y ocho
(48 horas) que se cumplirá en el establecimiento que el
tribunal acuerde.
2. Orden de prohibición de salida del país del presunto agre-
sor, cuyo término lo fijará el tribunal de acuerdo a la gra-
vedad de los hechos.
3. Prohibición de enajenar y gravar bienes de la comunidad
conyugal o concubinaria.
4. Prohibición para el presunto agresor de residir en el mis-
mo municipio donde la mujer objeto de violencia haya es-
tablecido su nueva residencia, cuando existan evidencias
de persecución por parte de éste.
16 La resolución que ordena el arresto será siempre fundada. El tribunal deberá de-
cidir dentro de las veinticuatro horas siguientes a la solicitud. las medidas cau-
telares al igual que las medidas de protección y seguridad pueden aplicarse en
cualquier etapa del proceso.
138
Allanamiento del lugar donde se cometieron los hechos
5.
de violencia.
6. La fijación de la obligación alimentaria a favor de la mujer
objeto de violencia o del grupo familiar, previa evaluación
socioeconómica de ambas partes.
7. Imponer al presunto agresor la obligación de asistir a un
centro especializado en materia de violencia de género.
8. Cualquier otra necesaria para la protección personal, física,
psicológica y patrimonial de la mujer víctima de violencia.
Es relevante acotar, que el arresto requiere una especial aten-
ción por parte del órgano jurisdiccional, en el sentido que su aplica-
ción atienda a circunstancias comprobadas de urgencia, necesidad y
pertinencia según los acontecimientos propios del caso, con funda-
mento a los principios de afirmación de libertad, proporcionalidad e
interpretación restrictiva17.
En tal sentido, es necesario que el juez haga valer su condi-
ción de garante de la constitucionalidad e intérprete de las nor-
mas que limitan el derecho fundamental de la libertad personal, es
decir, que tanto ésta como el arresto son derechos fundamentales
protegidos por el artículo 44 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
139
Gravedad del delito
Aplicación preferente
Evita la individualización prematura
de medidas menos gravosas
del presunto agresor como imputado
frente a las más gravosas
Naturaleza del órgano que la impone Naturaleza del órgano que la impone
Son impuestas preferentemente por los órganos Son de competencia exclusiva del órgano
receptores de denuncias. jurisdiccional.
Naturaleza Jurídica: Naturaleza Jurídica:
Tiene una naturaleza jurídica preventiva, cuya Al ser reservadas al órgano jurisdiccional tiene
finalidad principal es brindar protección integral a una naturaleza asegurativa, cuya finalidad es
las mujeres víctimas de actos de violencia. garantizar la comparecencia del imputado o
acusado a los actos procesales.
140
Relaciones entre las medidas de los Consejos
de Protección, las medidas preventivas
de la Ley Orgánica sobre el Derecho
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
(Losdmvlv) y las decisiones judiciales
en materia de Régimen de Convivencia
Para poder enfocar las relaciones entre las medidas de los conse-
jos de protección, las medidas preventivas de la Losdmvlv y las decisio-
nes judiciales en materia de régimen de convivencia familiar, debemos
establecer un equilibrio entre los Derechos Humanos de las mujeres y
los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes, toda vez que
el Estado venezolano ha tomado medidas positivas con el propósito de
dar cumplimiento a los pactos y convenios internacionales suscritos y
ratificados tanto para la protección de los niños, niñas y adolescentes
como para la protección de la mujer, materializándose así la Lopnna y
la Losdmvlv; creándose instituciones públicas y privadas para atender
la violencia basada en el género y el problema de la protección de niños
niñas y adolescentes, ya que constituyen una gran prioridad en la vida
cotidiana de las familias y de la sociedad en general.
La disyuntiva en la materialización de ambos ordenamientos
jurídicos ocurre cuando por separado conocen de una problemática
originada en el seno de la familia, que afecta a los sujetos protegidos
de manera especial en cada una de las referidas leyes; es decir, a la
mujer por un lado y por el otro a los niños, niñas y adolescentes. Si
analizamos la naturaleza jurídica de ambas leyes, tienen un enfoque
común, de atención de derechos humanos, relativos a las víctimas
vulnerables, para otorgar la protección debida, con prioridad abso-
luta y tomando en cuenta el interés superior de las y los infantes y
adolescentes, así como conceder la atención, prevención, sanción y
erradicación de la violencia contra las mujeres.
Es necesario establecer mecanismos de coordinación, arti-
culación y de colaboración entre los integrantes del Sistema Rector
Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes
(Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Tribuna-
141
les de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Ministerio Públi-
co, entre otros) y los integrantes de los distintos órganos del Poder
Público llamados a materializar la Losdmvlv, órganos receptores de
denuncias, tribunales especializados en violencia contra la mujer,
Ministerio Público; entre otros)
Por ende, debemos invocar el precepto constitucional de Co-
laboración de los Poderes del Poder Público, previsto en el artículo
136 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
que prevé: “…Cada una de las ramas del Poder Público tiene sus fun-
ciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio cola-
borarán entre sí en la realización de los fines del Estado”. Entendién-
dose que es política del Estado venezolano la protección integral de
los niños, niñas y adolescentes y la atención, prevención, sanción y
erradicación de la violencia basada en el género creando entes rec-
tores para establecer planes nacionales en cada una de sus compe-
tencias, siendo que se acepta la especialidad de las tareas asignadas a
cada una de ellas y se establece constitucionalmente un régimen de
colaboración entre los órganos que van a desarrollarla para la mejor
consecución de los fines generales del Estado.
Por consiguiente, los casos de conflictos dentro del ámbito fa-
miliar que coexisten como problemáticas de violencia intrafamiliar
y de instituciones familiares, donde los sujetos son víctimas vulne-
rables, obedece a que en la práctica los sujetos involucrados en la
dinámica familiar instan acciones por diversas vías jurisdiccionales
regidas por ambos ordenamientos jurídicos supra mencionados, por
ejemplo: El Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
ha dictado una decisión fijando el régimen de convivencia familiar
entre el padre y su hijo o hija y, con posterioridad, cualquiera de los
órganos receptores de denuncias a los que alude la Losdmvlv, dicta
una medida sobre prohibición del acercamiento del padre de aque-
llos o aquellas a la mujer agredida.
Para ilustrar tal supuesto, se describe un caso que conoce una
de las fiscalías del Ministerio Público en el Área Metropolitana de
Caracas, donde se denuncia por acoso, hostigamiento y amenaza,
142
previstos en el artículos 40 y 41 de la Losdmvlv, del cónyuge hacia
la cónyuge, en el cual se procedió a dictar medidas de protección y
seguridad de conformidad con lo previsto en los numerales 5 y 6,
del artículo 87 de la referida Ley que consiste en prohibir o restringir
al presunto agresor el acercamiento a la mujer agredida, así como
prohibirle que por si mismo o por terceras personas realice actos de
persecución, intimidación o acoso a la mujer agredida, la cual fue
ejecutada en presencia de sus niños, por un órgano policial, en un
tiempo establecido mediante sentencia de un juez con competencia,
para favorecer la protección que los niños que estarían disfrutando
de un régimen de convivencia familiar con su padre, el cual fue acor-
dado por ambos progenitores y homologado por dicho juez. Cuan-
do el órgano receptor dictó, dichas medidas, ya existía una sentencia
del Tribunal de Protección, la cual no fue considerada por la repre-
sentación fiscal; bien sea porque el procedimiento no permitió que
la representación del cónyuge le presentara la sentencia por el órga-
no jurisdiccional mencionado ni por el órgano policial ejecutor de
la medida, quien la ejecutó en presencia de los niños que se encon-
traban disfrutando del derecho de convivencia con su progenitor.
De esta manera, el procedimiento se ha debido estructurar de
la siguiente forma:
• El órgano receptor recibe la denuncia, donde la denun-
ciante explicó las forma en que ocurrieron los hechos de
violencia, y al establecer las circunstancias de modo, tiem-
po y lugar, ha debido realizar un abordaje a la víctima, es-
tableciéndole preguntas, tales como: ¿sobre si tenía hijos o
hijas con el presunto agresor? ¿Si los niños o niñas, estuvie-
ron presentes al momento en que ocurrieron los hechos?
¿Cómo era la relación del padre con los niños o las niñas?
¿Si se encontraban separados de hecho o legalmente, y si
habían establecido algún tipo de convivencia familiar?, en-
tre otras preguntas que permiten esclarecer los hechos, sin
que vulnere el derecho de los y las infantes y adolescentes a
tener contacto directo con su padre.
143
• En el momento que la víctima establezca su denuncia, el
órgano receptor, debe tomar en consideración los dere-
chos de los niños, niñas y adolescentes y ponderar con los
derechos de la madre, por ende debe activar el principio de
colaboración de poderes y solicitar información a la Coor-
dinación de los Tribunales de Protección, a los fines de ve-
rificar si existía un acuerdo previo homologado por algún
órgano jurisdiccional, o algún procedimiento previo.
• Igualmente, el órgano receptor debe verificar la aparien-
cia de un hecho delictivo de violencia basada en género,
es decir, la verificación de un hecho o acto que pudiese ser
constitutivo de alguno de los delitos de violencia contra la
mujer, constatar si trasciende a los hijos o hijas, o por el
contrario no han sido afectados
• Para poder dictar las medidas, debe verificarse la existencia
de un peligro concreto para la víctima, el cual tiene como
finalidad su protección integral frente a actos o hechos de
violencia; es decir, que existe un riesgo inminente y debe
constatarse si trasciende a los hijos o hijas.
• Según la gravedad de los hechos, el órgano receptor, debe
considerar la necesidad, la urgencia, la pertinencia y la
proporcionalidad en la aplicación de las medidas, y dictar
una medida de protección, de acuerdo a los parámetros
supra mencionados y en el caso en concreto se debe esta-
blecer el equilibrio sobre los derechos de las mujeres y la de
los infantes y adolescentes.
• Si una de las partes no estuviere conforme con la medi-
da dictada por el órgano receptor de la denuncia, podrá
solicitar su revisión ante el Tribunal de Violencia contra
la Mujer en funciones de Control, Audiencia y Medidas,
el cual requerirá las actuaciones al Ministerio Público o al
órgano receptor correspondiente,
• Asimismo, si una vez recibidas por el fiscal del Ministe-
rio Público, las actuaciones procedentes de otro órgano
144
receptor, éste observare violación de derechos y garantías
constitucionales, procederá de inmediato a solicitar mo-
tivadamente su revisión ante el juez o jueza de Control,
Audiencia y Medidas, a los fines de que se restablezca el
derecho infringido.
• En los casos donde se encuentre o se presuma vulnerado
derechos de los niños, niñas y adolescentes y los de las mu-
jeres, si la urgencia del caso lo amerita, no será requisito
para imponer las medidas el resultado del examen médi-
co correspondiente, pudiendo subsanarse con cualquiera
otro medio probatorio que resulte idóneo.
145
146
Normas para la elaboración
y presentaciónde los artículos
en la Revista del Ministerio Público
4. NORMAS METODOLÓGICAS
4.1. Extensión y formato: Serán de acuerdo a lo mencionado
anteriormente en el punto 1.2.
4.2. Estructura: Título, Introducción, cuerpo del trabajo se-
parado en secciones, capítulos o similares, dependiendo
de la naturaleza de la investigación, Conclusiones, Reco-
mendaciones (si existieran), Anexos (de ser el caso), Refe-
rencias Bibliográficas.
4.3. Imágenes: Las imágenes, tablas y/o gráficas deben estar
debidamente numeradas e identificadas con un titular
descriptivo de su contenido. Igualmente, las abreviatu-
ras y símbolos que se utilicen dentro de ellas deben ser
explicadas.
4.4. Siglas y abreviaturas: La primera vez que se mencione
instituciones, leyes y similares que aparezcan recurrente-
mente en el texto, se debe escribir su nombre completo
y a continuación las siglas entre paréntesis. En adelante
se utilizarán únicamente las siglas para referirse a dichas
instituciones o leyes. Las abreviaturas diferentes a las de
uso común (como etc., i.e., cfr., ibíd.) deben ser explica-
das, bien sea al inicio del texto o en pie de página.
4.5. Citas y referencias bibliográficas: Se realizarán se-
gún las normas del Manual de Estilo APA (consultar
Apéndice).
4.6. Notas al pie: Se utilizarán únicamente para incorporar
información adicional a la exposición (no para colocar los
datos de las obras citadas en el texto).
150
4.7. Recomendaciones a los autores y autoras:
• Mantener la claridad, sencillez y concisión en la ex-
posición escrita.
• Procurar la exactitud en el uso del idioma y en el
lenguaje especializado.
• Utilizar fuentes confiables, de autores reconocidos o
de revistas especializadas, tener en cuenta que este
es uno de los criterios para el arbitraje del artículo
• Evitar las referencias a trabajos no publicados o a
comunicaciones personales, a no ser que sea indis-
pensable.
• Utilizar citas y referencias solo para apoyar ideas o
hallazgos y procurar que su extensión sea la precisa
para lograr el objetivo.
• Estas normas estarán sujetas a revisión permanente
y las modificaciones se publicarán oportunamen-
te, por lo que se recomienda a los interesados estar
atentos a su lectura.
5. CONTACTOS
Información de contacto con la Escuela Nacional de Fiscales del Mi-
nisterio Público:
• Teléfonos: 58 212 - 731.24.24 / 730.42.53 / 730.31.33
• Correo electrónico: santa.palella@mp.gob.ve
151
152
Apéndice
Normas APA para referencias
y citas bibliográficas
156