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INFORME TAMBIÉN DETECTÓ COMPRA DE MEDICAMENTOS CON HASTA 400% DE SOBREPRECIO

Contraloría fiscaliza Hospital de La Florida y exige a dos


médicos que devuelvan $74,5 millones
Por : Catalina Albert y Constanza Pastor en Actualidad y EntrevistasPublicado: 20.02.2018

Los jefes de Pediatría y Pabellones tienen sociedades que fueron contratadas para asesorar las
unidades que ellos mismos dirigen. Uno de ellos debe devolver $52,5 millones y el otro, $22
millones. La Contraloría fiscalizó al hospital y detectó serias irregularidades, como la compra de
medicamentos por trato directo con importante sobreprecio, escaso control de los servicios
prestados por sociedades médicas y graves errores en el registro estadístico de las cirugías: hay
una diferencia de casi 3.000 operaciones entre las cifras que maneja el hospital y las informadas al
Ministerio de Salud (Actualizado).
Dos médicos que ejercen como jefes de las áreas de Pediatría y Pabellones del Hospital de La
Florida están obligados a devolver $74,5 millones, en conjunto, a ese centro asistencial. Así lo
determinó la Contraloría General de la República (CGR) al constatar que las sociedades
profesionales que integran ambos doctores fueron contratadas para prestar asesoría en las
unidades que ellos mismos dirigen. Los informes entregados por las dos empresas, con el detalle
de los trabajos que debían cobrar, eran firmados por estos médicos como representantes de sus
sociedades. La Contraloría indicó que no pueden hacer asesorías para mejorar las mismas
unidades que encabezan, pues es propio de su cargo hacer esa labor con la remuneración que ya
reciben. Además, estimó que resulta imposible establecer si hicieron ese trabajo fuera de los
horarios que deben cumplir como funcionarios (vea el informe).

El 16 de noviembre pasado, pocos días antes de que se cumpliera el cuarto aniversario del
Hospital de La Florida (HLF), la Contraloría publicó un informe que determinó a cuánto asciende y
cómo se desglosa la deuda de ese centro asistencial. Las obligaciones pendientes y exigibles
fueron calculadas por la CGR en más de $2.400 millones.
Dentro de las irregularidades detectadas por la fiscalización se cuenta la falta de control sobre las
contrataciones de sociedades médicas y fallas de supervisión para acreditar que efectivamente
prestaron los servicios que se les pagaron; la compra de medicamentos por trato directo con 400%
de sobreprecio –y en un caso hasta 600%–, respecto del valor ofrecido por el sistema público de la
Central Nacional de Abastecimiento; diferencias de casi 3.000 cirugías entre las cifras que maneja
el hospital y las informadas al Ministerio de Salud, y 1.381 casos en que no se registró ni el equipo
profesional ni la duración de las intervenciones quirúrgicas.
La observación de la CGR que generó más controversia al interior del hospital fue la que se refiere
a los contratos firmados por su directora, Midori Sawada, y los jefes de Pediatría y de Pabellones,
Blanca MaldonadoValenzuela y Matías Guajardo Beroíza, respectivamente. Estos últimos los
suscribieron como representantes legales de sus sociedades profesionales, para prestar asesoría a
las mismas unidades hospitalarias que ambos dirigen. Así, los médicos Maldonado y Guajardo
quedaron a ambos lados del mesón: como prestadores del servicio y como receptores del mismo.
La CGR estableció que los dos médicos deben devolver el dinero que ganaron sus sociedades por
estos servicios: Maldonado debe reintegrar $52,5 millones y Guajardo, $22 millones. Para ello,
cuentan con un plazo de 60 días desde la recepción del informe por parte del hospital. En el mismo
lapso, las autoridades del HLF pueden presentar sus descargos.
CIPER pidió una entrevista con la dirección del HLF y con los dos médicos involucrados, pero solo
recibió una escueta respuesta por escrito, despachada por la unidad de Comunicaciones del
hospital:
“Esta investigación (de la CGR) no se encuentra terminada; contamos con un plazo de 60 días para
entregar toda la documentación de respaldo y ya se tomaron todas las medidas estipuladas en
dicho informe y todos los respaldos de éstos fueron enviados a Contraloría en el plazo estipulado.
“Dichas observaciones y todos los documentos ya se encuentran en proceso de revisión de
Contraloría.
“Tomaremos todas las medidas que el Organismo Contralor dictamine y sean pertinentes al
finalizar el proceso, el cual se encuentra en curso”.
En las fases previas de esta fiscalización, la Contraloría ha desestimado los descargos presentados
por el hospital en relación a las asesorías prestadas por las sociedades de Guajardo y Maldonado.
CONCURSOS CON SOLO UN OFERENTE
El 19 de abril de 2016 el Hospital de La Florida publicó una licitación para contratar un servicio de
“consultoría en gestión” para su Centro de Responsabilidad de Pabellones. El plazo para recibir
ofertas se inició el 2 de mayo. Se presentó solo una empresa: Servicios Médicos GS Limitada,
representada por el doctor Matías Guajardo Beroíza, jefe del Centro de Responsabilidad de
Pabellones. Ese mismo 2 de mayo la sociedad del doctor Guajardo se ganó la licitación (vea aquí el
historial de la licitación y aquí la adjudicación).
Según el decreto de adjudicación disponible en el sitio de Mercado Público, la sociedad médica de
Guajardo recibiría $24 millones divididos en 12 cuotas mensuales. Las bases del concurso
establecen que deberá entregar “una opinión experta que permita de mejor manera organizar,
controlar y asegurar el oportuno, correcto y coordinado funcionamiento de los pabellones”.
Pocos meses antes, el 26 de octubre de 2015, el HLF había publicado una licitación para contratar
un servicio de “consultoría en gestión” para su Centro de Responsabilidad del Niño (CR Pediátrico).
El plazo para recibir propuestas se inició el 11 de noviembre. A este concurso también llegó solo
una oferta: la de la empresa Servicios Médicos Pediuci SpA, representada por la doctora Blanca
Maldonado Valenzuela, jefa del Centro de Responsabilidad Pediátrica del HLF.
Solo 15 días después de abierto el plazo para recibir las postulaciones, el hospital adjudicó a la
empresa de la doctora Maldonado un contrato de dos años por un total de $84 millones para
asesorar “constante, continua y permanentemente” a la misma unidad que ella dirige. El objetivo
de la asesoría era “responder adecuadamente a la demanda asistencial de todos los pacientes
pediátricos beneficiarios”.
Ambas adjudicaciones, según la información disponible en el sitio web de Mercado Público, están
firmadas por la directora Sawada y tienen una particularidad: como son por menos de 2.000 UTM
(entonces equivalentes casi a $90 millones), no requerían pasar por la revisión de la Contraloría.
En el informe de su investigación, la entidad fiscalizadora impugnó estas contrataciones. Un punto
es lapidario: no se pudo acreditar que los trabajos “hayan sido efectuadas por la empresa
contratada” y no por los doctores Blanca Maldonado y Matías Guajardo en su rol de jefes de sus
respectivas áreas. Por esto, ordenó a ambos profesionales reintegrar $52,5 millones y $22
millones al hospital, respectivamente.
Además, determinó que el hospital estaba contratando a empresas externas para hacer el
trabajo que deberían hacer los doctores Maldonado y Guajardo en sus roles como jefes de
Pediatría y Pabellones. Según la CGR, no se debe contratar a un tercero para que haga las tareas
que “corresponden al ejercicio de sus funciones permanentes, las cuales, por su naturaleza, no
pueden ser desempeñadas por personas naturales o jurídicas ajenas al respectivo servicio público”.
Los convenios firmados por el HLF con las empresas Servicios Médicos Pediuci y Servicios Médicos
GS fueron impugnados por la Contraloría, además, por violar la ley que establece que las
instituciones del Estado no pueden contratar sociedades relacionadas a sus directivos. La CGR los
objetó porque “dichas empresas tienen entre sus socios a funcionarios directivos del HLF”. Y
argumentó que “los contratos celebrados con infracción a la enunciada prohibición serán nulos y
los funcionarios que hayan participado en su celebración incurrirán en la contravención al principio
de probidad administrativa (…), sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que les
corresponda”.
En su respuesta a la Contraloría, la directora Midori Sawada argumentó que el hospital que dirige
“no es un órgano de la Administración del Estado”, sino que un establecimiento asistencial
dependiente del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente (SSMSO), y que “el impedimento
legal se referiría solo a los funcionarios directivos de dicho servicio de salud”. Sawada indicó,
además, que los jefes de los Centros de Responsabilidad del HLF no son “funcionarios directivos”.
La Contraloría refutó los argumentos de Sawada indicando que el Hospital de La Florida, al
pertenecer a la red asistencial del SSMSO, sí es un órgano de la Administración del Estado,
indicando que “las personas que se desempeñan en el HLF tienen el carácter de funcionarios
públicos y se encuentran sujetos” a la ley que prohíbe la contratación de empresas relacionadas.
Además, la CGR detalló que “las labores que deben ejercer los funcionarios que sean designados
como encargados de los centros de responsabilidad, implican el ejercicio de tareas de gestión,
control, supervisión y decisión que corresponden, en su conjunto, al desarrollo de labores de
jefatura, por lo que debe aplicarse a los respectivos servidores la prohibición indicada”.
En su investigación, la CGR encontró un detalle revelador: la falta de supervisión a los contratos
suscritos con sociedades médicas que prestan servicios en el HLF. Esto genera, según el informe,
“la ocurrencia de incorporaciones de profesionales sin notificar al establecimiento asistencial,
superposición de horarios, la falta de documentación para aprobación de pagos, entre otros”.
MEDICAMENTOS CON SOBREPRECIO
En 2016 el Hospital de La Florida compró 64 medicamentos que eran parte de su plan anual de
adquisiciones a través de tratos directos. Eso significa que esos insumos, cuya adquisición debió
estar programada y su necesidad es básica dentro del hospital, no se consiguieron a través de una
licitación –como se debía–, ni a través de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), que
unifica las compras de insumos médicos para el sistema público, ofreciendo precios más
convenientes. Lo hicieron a través de un medio de compra que se reserva para casos
excepcionales, como, por ejemplo, que solo una empresa lo tenga disponible. En esos 64
medicamentos el HLF gastó $225,6 millones.
Varias de estas compras se hicieron además sin presentar argumentos ni documentación que
respaldaran la decisión del HLF. Peor aún, en algunas de ellas, al comprar directamente a
empresas privadas y no a través de la Cenabast, se pagó un importante sobreprecio: solo en la
muestra analizada, la CGR encontró “diferencias de precios unitarios para un mismo fármaco e
igual periodo de compra, las que en algunos casos superaron el 400%”.

La Contraloría revisó solo un 5% de los medicamentos adquiridos durante 2016 por el HLF, esto es,
20 órdenes de compra de un total de 435. Solo en esa muestra la CGR detectó nueve
fármacos obtenidos por trato directo, indicando que –de haberlos comprado a Cenabast– el HLF
se habría ahorrado $15,7 millones.
El hospital compró inmunoglobulina humana (usada en pacientes con VIH y bebés prematuros)
con un 673% de diferencia entre el precio pagado y el que ofrecía la central. En el caso de los
anticoagulantes acenocunnarol y acebrón, el sobreprecio alcanzó a 417%. Y en la adquisición de
levotiroxina (para el tratamiento de la tiroides) el gasto en exceso fue de 189%.
La directora Midori Sawada explicó en su respuesta a la Contraloría que desde su inauguración en
2013 el HLF ha tenido una “apertura gradual” al público, lo que ha generado la compra de
medicamentos no programados, impidiendo informar oportunamente a Cenabast para que los
adquiriera. Agregó que la situación se agravó con el “traspaso de pacientes de programas
asistenciales de otros centros de salud de la Red Sur Oriente, sin coordinación previa”, lo que causa
un sobreconsumo e incremento en el uso de “ciertos medicamentos”.
Sawada justificó las compras directas de acenocunnarol y acebrón, porque la versión que estaba
disponible en Cenabast “presentó una alerta de retiro por parte de la Agencia Nacional de
Medicamentos y por parte del Instituto de Salud Pública”. Además, dijo quelos comprimidos
ofrecidos por Cenabast no tenían la ranura que permite fraccionarlos, “siendo incompatible con un
tratamiento adecuado en el manejo de la anticoagulación”.
Sobre la adquisición de hidroxicloroquina a una empresa privada, Sawada explicó que fue porque
“el Laboratorio Chile lo descontinuó”. Y, finalmente, sostuvo que la inmunoglobulina no la
compran a Cenabast porque “el grupo de especialistas clínicos del hospital estableció que el
medicamento intermediado por esa central no cumple con las condiciones mínimas especificadas”.
La respuesta de la Contraloría fue tajante: “La Cenabast ha informado que para las fechas de cada
contratación directa efectuada por el HLF, los respectivos medicamentos se encontraban
disponibles en sus bodegas”.
ERRORES ESTADÍSTICOS
La planilla que registra las intervenciones quirúrgicas practicadas en el HLF es confeccionada por la
Unidad de Gestión del Paciente (UGP) con información extraída de la tabla quirúrgica diaria (que
indica la programación de cirugías de cada jornada) y de los datos que se ingresan al sistema en
línea de Fonasa, entre otras fuentes. Según la Contraloría, esto “genera el riesgo de incurrir en
errores en el proceso de traspaso de los respectivos antecedentes”. Y de hecho así ocurre: la CGR
constató que hay 1.381 casos en que no se registró la duración de las cirugías, y que no existe
información íntegra sobre el equipo médico que participó en cada intervención. La misma
planilla identifica 75 pabellones quirúrgicos en el HLF, cuando en realidad el hospital cuenta con
17.
La CGR también descubrió serias discrepancias entre las cifras de cirugías que maneja el hospital
y las que son enviadas al Minsal. Mientras la base de datos del HLF dice que durante 2016 se
hicieron 14.517 intervenciones, la información enviada al Minsal indica que solo fueron 11.558. Lo
mismo ocurre con el registro de las operaciones suspendidas: el hospital cuenta 1.490, pero al
Minsal le informaron 1.377.
Estas diferencias, indica la CGR, le quitan fiabilidad a la información que el hospital maneja sobre
sus operaciones, dificultando la programación de las cirugías. Además, estos errores estadísticos
afectan la correcta planificación y definición del presupuesto para los periodos futuros.
NOTA DE LA REDACCIÓN:
El miércoles 21 de febrero, al día siguiente de la publicación de este reportaje, el Servicio de Salud
Metropolitano Sur Oriente cesó en sus funciones como directora del Hospital Clínico
Metropolitano de La Florida a la doctora Midori Sawada.

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