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Rodolfo Castro
El texto escrito yace inerte e inexpresivo ante nuestros ojos. No hay nada
vivo allí, sólo rasgos apagados, un intento por existir, un libro, las
paredes de arcilla de una olla vacía. El texto escrito es un recipiente. Eso
que no es el libro es la lectura. Leer es caer al vacío, ingresar en ese
espacio por propia voluntad y en ese acto otorgarle al libro su esencia, su
razón de existir: ser leído, ser un sitio habitable.
Imaginemos que quien dice esta frase se está despidiendo para siempre
de un ser querido, en ese caso, el sonido de esas palabras será triste y
fatal. Si en cambio el personaje es un joven ávido de aventuras que se
encuentra a punto de iniciar un viaje largamente planeado, quizá el
sonido de la frase sea imperativo, o agitado. En un tercer supuesto, si ese
mismo personaje es retenido contra su voluntad impidiéndosele partir,
esa frase tendrá un tono angustioso, suplicante o hasta amenazador. Así
como las cifras cambian su valor según su ubicación dentro del número,
las palabras sufren notables transformaciones según el contexto en el
que son dichas.
Alcanzado este punto, el lector en voz alta además tendrá que ponerle a
las palabras el sonido de esos sentimientos. Si lo logra aunque sea
tímidamente, estará creando una atmósfera sonora tangible y habitable,
una experiencia de lectura que abonará el camino para que el que
escucha también se involucre y se sienta atravesado.
Leer en voz alta es hacer que nuestro interior resuene. Es poner en juego
los propios sentimientos y ponerse en sintonía emotiva con el texto y con
los demás participantes de la lectura.
Tomado de:
https://latintainvisible.wordpress.com/2013/08/22/habitar-el-sonido/
Publicado agosto 22, 2013
Sobre el autor:
Rodolfo Castro. Argentino residente en México. Escritor y narrador oral. Autor de dos libros sobre
lectura, La intuición de leer, la intención de narrar y Las otras lecturas, ambos publicados por
Paidós, y de una obra de teatro para niños, en colaboración con Mariana Lecuona, El fin del sueño
(Fernández editores, 2003). Es maestro de lectura en voz alta y narración oral en la Universidad
Pedagógica Nacional y narrador oral para los programas de promoción de la literatura del Instituto
Nacional de Bellas Artes y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Colabora con editoriales,
centros culturales, ferias, festivales, escuelas e instituciones públicas y privadas, brindando
funciones de narración oral, talleres y capacitación para maestros y público en general.
Actualmente recibe el apoyo del Instituto de Cultura de la ciudad de México para promover su
trabajo y sus propuestas en las zonas marginales y de bajos recursos de la ciudad.