Está en la página 1de 2

ASOCIACIÓN DE IDEAS SEXUALIDAD FEMENINA

Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica


Profra: Dra. Katia Weissberg

Mujeres valientes, semilla, fruto de la tierra, flor, camino. Mujeres que tenemos acceso,
derecho y libertad de disfrutar una sexualidad plena. No es un mito, no es enigmático, no
es ominoso, no es terrorífico el placer sexual en la mujer. No basta con ser y representar
un papel secundario en las posiciones y roles sociales. El valor, la importancia y el papel
de las mujeres en el mundo no lo determinan un órgano sexual por mucho menospreciado
por los hombres y por las propias mujeres también en una sociedad machista, egoísta,
falocentrica en donde impera el poder de los hombres sobre las mujeres, la posesión de
éstas y su posición a merced de satisfacer sus deseos y necesidades.

En un sueño trabajado en análisis recuerdo como estaba en mi casa en la planta baja con
mi madre y mi abuela (ésta última ya fallecida hace 6 años). Estábamos viendo un
programa de televisión cuando mi abuela me recuerda que mi novio se encontraba en la
parte de “arriba” esperando por mí. Me decía mi abuela: Oye niña bájalo, que grosera y
desatenta eres, ¿Qué no le piensas dar de comer?

En eso recordé que efectivamente me estaba esperando “arriba”, fui por él y le dije que
bajara conmigo y lo senté en la sala. Mi madre y mi abuela ya estaban en la cocina
haciendo algo de comer. Entré a la cocina para ayudarles pero ellas se veían tan
apuradas, concentradas y sincronizadas en cocinar que yo sentía angustia de no saber
qué hacer (porque en la realidad no sé cocinar). Iba de nuevo con mi novio a la sala y me
decía: Ya vas a venir conmigo? Me has dejado ya mucho tiempo solo. Acaba de entrar tu
abuelo (hace 9 años ya fallecido también) y no me dirigió la palabra ni el saludo. Se
“subió” inmediatamente a su cuarto.

Yo no sabía qué hacer, si quedarme a hacerle compañía o ayudar a las mujeres a hacer
la comida. Entré a la cocina y mi abuela enojada me decía que la ayudara a cocinar y yo
le respondía ¡Es que no sé! Ella a su vez me contestó como era de costumbre lo hiciera
respecto a labores domésticas: ¡Eso sí no sabes verdad!

El lugar del hombre y de la mujer. Ellos se encuentran “arriba” y tienen que “bajar” para
que se “relacionen” con nosotras: las mujeres. Tres generaciones que hemos tenido
introyectado en nuestro inconsciente esa posición del hombre y de la mujer, nuestro
“papel” en el hogar. En eso pensaba, es que no sé qué hacer, ¿qué debe hacer una
mujer, como debe ser una mujer? Entre compañía para el hombre, cocinar y labores
domésticas o si tal vez yo quería hacer algo completamente diferente al contexto del
sueño y a la presión social por parte de la familia.

Las sensaciones y representaciones de la vagina a nivel social, institucional desde las


más primarias llámese familia, escuela, instituciones de salud pública, etc. no deberían
concebir al órgano sexual femenino como un tema de exclusión, prohibición, tabú y
censura; por el contrario debería ser incluido en la educación escolar inicial como un tema
de importancia desde su conformación anatómica, aspectos de salud y cuidados, también
respecto al impacto que todos los referentes sociales hacia la vagina se tienen.
Regularmente se representa con un halo de misterio, de “lo que no se puede hablar”
cuando bien se trata o por el contrario con una actitud de menosprecio, de forma vulgar o
para hacer referencia al pene “penetrando” e invadiendo a la vagina, privilegiando la
posición de éste último sobre la primera.

Es común incluso en libros de texto y teorías de la sexualidad escuchar y leer respecto a


actitudes y actividades masturbatorias en niños pero poco se habla de conductas
masturbatorias en niñas, como si el acceso a las sensaciones placenteras de la mujer
estuviera cerrado o simplemente negada su existencia. Esto me recuerda que hoy en día
en algunos países de Asia y África siguen existiendo prácticas de mutilación de clítoris en
niñas pequeñas, esto con fines y justificaciones religiosas supuestamente. Es estos
pueblos y tribus pasa de la castración imaginaría a lo simbólico o real del cuerpo como si
no fuera poco que para todas las mujeres de entrada a nivel social tenemos esta
castración imaginaria. El poder que a lo largo de la historia se les atribuye a las mujeres
en mitos y leyendas es del poder específico de su cuerpo: dar nacimiento, seducir y
fundar el deseo, pero ¿dónde queda el poder de su pensamiento?

También podría gustarte