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Los nervios craneales o pares craneales son los doce pares de nervios periféricos
relacionados con actividades motoras y sensoriales de la cabeza que parten de la base
del cerebro o a nivel del tronco del encéfalo y emergen por los agujeros de la base del
cráneo, distribuyéndose por la cabeza, el cuello, el tórax y el abdomen.
No es estrictamente correcto considerar los nervios olfatorio y óptico (nervios
craneales I y II, respectivamente) como nervios periféricos. En realidad, son
extensiones periféricas de los tractos de fibras neuronales, dado que no hay sinapsis
entre sus órganos sensoriales finales y las entradas en la sustancia del encéfalo.
Los nervios craneales III a XII son verdaderos nervios periféricos porque forman
sinapsis fuera del sistema nervioso central. Estos diez pares de nervios craneales
tienen entradas y salidas superficiales hacia y desde el tronco cerebral. Todos tienen
también sus núcleos en el tronco cerebral, excepto el nervio accesorio (XI) que
presenta una porción de su núcleo en las porciones medulares cervicales superior y
media. Este núcleo se conoce como núcleo espinal del nervio accesorio.
Además de la cabeza, los nervios craneales también ejercen funciones significativas
en el cuello, tórax y abdomen. El nervio glosofaríngeo (IX) aporta fibras sensoriales
y motoras a la faringe y laringe, las cuales se extienden por el cuello. El nervio vago
(X) inerva los órganos de los sistemas digestivo, circulatorio y respiratorio, además
de sus funciones en la cabeza.
El nervio accesorio aporta inervación motora a la faringe y laringe, además de a los
músculos esternocleidomastoideo y trapecio del cuello.
Clasificación funcional
Agrupan así:
1. Duramadre
Además de ser la meninge más externa, la duramadre es la más dura y condensada de las
tres de las que disponemos, y es también la que está más cerca del exterior. Pegada en parte
al cráneo, esta membrana protege al cerebro y ejerce de soporte estructural al conjunto del
sistema nervioso al dividir la cavidad craneana en diferentes celdas.
En la duramadre están la mayor parte de grandes vasos sanguíneos del cerebro, dado que
además de protegerlos, permite que tengan un espacio a través del cual distribuirse y pasar
de una localización a la siguiente. Posteriormente, esos vasos sanguíneos se irán
diversificando en diferentes subdivisiones según profundizan en el encéfalo.
Para saber más acerca de esta capa de las meninges, puedes visitar este
artículo: "Duramadre (cerebro): anatomía y funciones"
2. Aracnoides
Situada en una zona intermedia entre duramadre y piamadre, la aracnoides es una meninge
que recibe su nombre debido a su semejanza morfológica con la tela de una araña, es decir,
su configuración de rejilla. Se trata de la más delicada de las tres meninges, una capa
transparente y no vascularizada pegada a la duramadre.
Es fundamentalmente por esta meninge y el espacio entre aracnoides y piamadre por donde
circula el líquido cefalorraquídeo. Además, es en la aracnoides donde se produce el final del
ciclo de vida del líquido cefalorraquídeo, el cual es devuelto al flujo sanguíneo a través de
las vellosidades o estructuras conocidas como granulaciones aracnoideas en contacto con las
grandes venas que recorren la duramadre.
3. Piamadre
La meninge más interna, flexible y en mayor contacto con las estructuras propias del
sistema nervioso es la piamadre. En esta capa se pueden encontrar numerosos vasos
sanguíneos que irrigan las estructuras del sistema nervioso.
Se trata de una membrana fina que permanece enganchada y se infiltra por las cisuras y
circunvoluciones cerebrales. En la parte de la piamadre en contacto con los ventrículos
cerebrales podemos encontrar los plexos coroideos, estructuras en las que se sintetiza y libera
el líquido cefalorraquídeo que riega el sistema nervioso.
*Espacios entre las meninges
Si bien las meninges están situadas una detrás de la otra, lo cierto es que pueden encontrarse
entre ellas algunos espacios intermedios por los cuales fluye el líquido cefalorraquídeo.
Existen dos espacios intermedios, uno entre duramadre y aracnoides llamado espacio
subdural y otro entre aracnoides y piamadre, el subaracnoideo.
1. Espacio subdural
Situado entre duramadre y aracnoides el espacio subdural es una muy leve separación entre
estas meninges por el cual circula líquido intersticial, el cual baña y nutre las células de las
diferentes estructuras.
2. Espacio subaracnoideo
Por debajo de la aracnoides en sí y poniendo en contacto aracnoides y piamadre podemos
encontrar el espacio subaracnoideo, a través del cual fluye el líquido cefalorraquídeo. En
algunas zonas del espacio subaracnoideo la separación entre aracnoides y piamadre se
ensancha, formando grandes cisternas cerebrales desde las que se distribuye el líquido
cefalorraquídeo al resto del cerebro.
3. Espacio epidural
Mientras en el encéfalo la capa más externa de la duramadre se encuentra enganchada al
cráneo, dentro de la columna vertebral no ocurre lo mismo: en la médula espinal existe una
pequeña separación entre el hueso y la médula. Dicha separación es la que recibe el nombre
de espacio epidural, encontrándose en ella tejido conectivo y lípidos que protegen la
médula mientras nos desplazamos o cambiamos de posición.
Es en esta localización en la que se inyecta la anestesia epidural en las mujeres que están en
proceso de dar a luz, bloqueando la transmisión de impulsos nerviosos entre médula y la parte
inferior del cuerpo.
De las características más representativas del encéfalo podemos mencionar las siguientes:
Funciones
El encéfalo de los seres humanos se puede dividir en tres partes: prosencéfalo, mesencéfalo
y rombencéfalo.
o El telencéfalo, una corteza cerebral que se encarga del aprendizaje y del lenguaje. El
telencéfalo está integrado por:
o El diencéfalo, una parte del encéfalo ubicada entre el telencéfalo y el mesencéfalo. Está
integrado por:
El epitálamo que contiene la glándula pineal que produce la
melatonina;
El tálamo que controla todas las sensaciones;
El subtálamo, parte que conecta el talamo y el hiportálamo;
El hipotálamo que regula las emociones (Sistema Límbico) y el
control físico.
El rombencéfalo parte del encéfalo cuya función es controlar los movimientos del
cuerpo, la energía muscular y funciones vitales básicas como la circulación, la
respiración, entre otras. Está integrado por dos estructuras:
El encéfalo consta de tres partes más voluminosas: cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo, y
otras más pequeñas. En su interior hay ventrículos cerebrales llenos de líquido
cefalorraquídeo.
El cerebro
Es la parte más importante, está formado por la sustancia gris y la sustancia blanca. Su
superficie no es lisa, sino que tienes unas arrugas o salientes llamadas circunvoluciones; y
unos surcos denominados cisuras, las más notables son llamadas las cisuras de Silvio y de
Rolando. Está dividido incompletamente por una hendidura en dos partes, llamados
hemisferios cerebrales, unidos por el cuerpo calloso. En los hemisferios se distinguen zonas
denominadas lóbulos, que llevan el nombre del hueso en que se encuentran en contacto
El cerebelo
Esta situado detrás del cerebro y es más pequeño, tiene forma de una mariposa con las alas
extendidas. Por fuera tiene sustancia gris y en el interior sustancia blanca, ésta presenta una
forma arborescente por lo que se llama el árbol de la vida. Es el centro coordinador de los
movimientos: Coordina los movimientos de los músculos al caminar y realizar otras
actividades motoras.
El bulbo raquídeo
Es la continuación de la médula que se hace más gruesa al entrar en el cráneo. Regula el
funcionamiento del corazón y de los músculos respiratorios, además de los movimientos de
la masticación, la tos, el estornudo, el vómito ... etc. Por eso una lesión en el bulbo produce
la muerte instantánea por paro cardiorespiratorio irreversible.