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Elefante Asiático

La distribución del elefante asiático ha ido modificándose con el paso de los años por diversos motivos, casi
todos ellos relacionados con el ser humano como bien mencionamos al inicio. Actualmente se localizan en la
India, Sri Lanka, Bután, Nepal, Camboya, Bangladesh, Vietnam, Malasia, Islas asiáticas como Sumatra y
Borneo (Indonesia), Tailandia, entre otras regiones cercanas.

La fragmentación de su hábitat y el hecho de vivir en la región del mundo con la población humana más
densa, los ha concentrado en un área más pequeña. Anteriormente también alcanzaban el sur de la
cordillera del Himalaya, Iraq, Siria y el borde del río Yangtsé. En la República Popular China solo sobrevive
una pequeña población en la provincia de Yunnan.

En su entorno abundan los bosques húmedos tropicales y subtropicales, así como bosques secos. En los
meses de mayor temperatura se mantienen cerca de ríos y otros cuerpos de agua. Los matorrales,
pastizales, bosques caducifolios y praderas pantanosas también son importantes ecosistemas que
conforman su hábitat.

Elefante Africano

Esta especie se distribuye al sur del desierto del Sahara, así como a lo largo de la cuenca del Congo y en
África occidental, central y oriental. Las poblaciones a lo largo de África están muy fragmentadas. La mayor
cantidad de habitantes se localiza en países como Sudáfrica, Botsuana, Tanzania, Kenia, Zambia y Zimbabue.

Otras naciones que albergan elefantes africanos en menor cantidad son: Nigeria, Ruanda, Sudán, Somalia,
Namibia, Etiopía, Liberia, Senegal, entre otras.

Los elefantes africanos viven en bosques tropicales, praderas, valles de ríos, pantanos y sabanas.

De acuerdo a la subespecie de elefante africano, el entorno varía de forma mínima en cuanto al tipo de
vegetación y fauna. Viven en bosques tropicales y subtropicales, así como en praderas, valles de ríos,
pantanos y sabanas.

Importancia de los elefantes para su hábitat natural

Los elefantes son jardineros naturales de los ecosistemas que ocupan. Ellos proliferan semillas y otorgan un
mantenimiento de la biodiversidad en los ecosistemas que habitan. Al beber agua y al comer, crean canales
y brechas que permiten el paso de líquido y el crecimiento de vegetación que otros animales también
pueden aprovechar.

En siglos anteriores, y no dudamos que actualmente así sea en algunas regiones, los trabajadores agrícolas
creían que si dejaban vivo a un elefante, este se reproduciría a tal magnitud, que su descendencia acabaría
con todos los cultivos y ocuparían toda la extensión de tierra que su enorme tamaño requiere. Esto sin duda,
ha sido un gran problema en términos de conservación.

El aceite de palma es un producto agrícola cuya producción es causante de las peores destrucciones del
hábitat de los elefantes asiáticos, así como de orangutanes, tigres y rinocerontes. Miles de hectáreas de
paradisíacos bosques tropicales, son convertidos en espacios adecuados para plantaciones de palmas con las
que se obtiene el preciado producto. Esto, conlleva a arrasar con vida silvestre endémica, formaciones
naturales, fauna y flora emblemática y todo elemento necesario para el equilibrio ecológico del mundo.

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