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Las referencias que el autor de esta carta hace al contraponer la teoría geocéntrica
ptolemaica (hacia el año 150) con la heliocéntrica copernicana (1543) llevan a pensar
que el autor del mismo tiene que ser un científico italiano Galileo Galilei. Este
representa junto al alemán Kepler y al inglés Isaac Newton el paradigma de la
revolución científica que tuvo lugar en Europa durante el s. XVII, este hecho supuso la
destrucción de las bases tradicionales del saber (Aristóteles, Ptolomeo, Plinio,
Galeno,etc) en las que hasta entonces se había basado el conocimiento científico en
Europa y que habían permanecido prácticamente inamovibles por espacio de casi 2000
años. La iglesia había aceptado de forma dogmática la ciencia heredada del mundo
clásico, y hasta la época de Copérnico, nadie se había atrevido a criticar seriamente los
conocimientos que la tradición había transmitido siglo tras siglo. Estos fue algo que no
todo el mundo aceptó y la rama más conservadora del pensamiento eclesiástico( los
jesuitas, dominicos, los cardenales y el propio Papa ) se negaron a aceptar nuevas
teorías que cuestionaban todo el saber existente hasta entonces y que incluso parecían ir
contra las Sagradas Escrituras. Debido a eso, se opusieron a aceptar los nuevos
descubrimientos que Galileo había llevado a cabo a partir de 1610 con la utilización del
telescopio que se había inventado en Holanda pocos años antes. Con este instrumento,
el genio de Pissa demostró que la teoría de Copérnico era cierta, la Tierra no era el
centro del universo y los sabios de la Antigüedad estaban equivocados en muchos de sus
planteamientos. Galileo, hombre tozudo y de fuerte carácter se enfrentó de forma
virulenta con quienes lo criticaban, los “científicos” eclesiásticos, pero estos apelaron al
Papa y a la Inquisición, denunciando a Galileo por hereje y llevándolo a juicio en el
transcurso del cual, amenazado con la tortura y la muerte, el viejo astrónomo
recordando la ejecución en la hoguera de Giordano Bruno, decidió adjurar de ss teorías
y reconocer su error, aunque según la tradición en un gesto de cabezonería pronunció
tras su renuncia las palabras: “ eppur si muove”, “y sin embargo se mueve”, como la
prueba de que en el fondo no estaba dispuesto a renunciar a la verdad que la
demostración empírica de los hechos le ofrecía. En esta lucha entre ciencia y religión,
entre empirismo y teología, entre el método inductivo y el deductivo, Galileo llevó
siempre las de perder ante el poder de los formidables adversarios con los que se
enfrentaba, de ahí que buscase aliados por todas partes como los que en esta carta se
muestra, pues fue dirigida a la gran duquesa de Toscana, señora del territorio en el que
había nacido y vivido, solicitándole su apoyo en el enfrentamiento que estaba llevando a
cabo contra sus enemigos que pretendían rebatir sus acertadas especulaciones. El juicio
a Galileo supuso un ejemplo más, quizás de los últimos, en las que las fuerzas del
oscurantismo, de la irracionalidad y censura se imponían otra vez al conocimiento
basado en la investigación y en hechos demostrados de manera irrefutable. En la
siguiente centuria el pensamiento ilustrado de apoyaría en este y en otros ejemplos
parecidos(el propio G Bruno, M SERVET o R Bacon) para denunciar la presión que la
censura eclesiástica y la Inquisición habían llevado a cabo sobre la libertad de
pensamiento y sobre el avance científico de la humanidad, apoyado en el estudio
riguroso y sistemático de las leyes que rigen el mundo natural. Con Galileo y otros
científicos del s XVII Europa sentaba las bases de su desarrollo en siglo posteriores.