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Reporte de lectura sobre “Pasaporte al siglo XX” del autor Pierre Boulez

El autor hace un recorrido por seis aspectos del lenguaje musical, en estos figuran la
melodía, armonía, ritmo, timbre, material, forma. Su intención es, como el mismo
título hace alusión, dar al escucha un panorama de la música contemporánea. Boulez
dice: “los oyentes no deberían tener dificultades para orientarse puesto que la
creación contemporánea está vinculada a la tradición” (1988).
La tarea de este escrito es dar opinión acerca de las ideas de Boulez, ligado a esto
también detallar y cimentar ideas propias.

Acerca de la melodía, reluce como punto de referencia las Tres canciones japonesas
de Stravinsky. Los poemas japoneses hablan sobre la llegada de la primavera. Boulez
describe la melodía como suspendida, haciendo alusión a un tipo de herencia de
Debussy. La melodía en la primera canción “Akahito” he de concordar, la melodía sí
parece estar suspendida, flotando sobre la armonía, sin embargo al leer el texto del
poema “Tengo flores de color blanco, ven y mira donde crecen en mi jardín. Pero
'cae la nieve, no distingo mis flores de los copos de nieve.” (Gómez 1982). En un
principio me parece sí se encuentra suspendida, sin embargo, avanzando hacia el final
la armonía y la melodía se encuentran casi en una misma idea, las flores siguen siendo
flores, los copos siguen siendo copos, ambos son blancos.
Con el comentario final del párrafo del escrito de Boulez: “forma una línea reducida,
reminiscente de una sensibilidad heredada de Debussy”. Debussy gustaba del arte
japonés (Roy Howat escribe con detalle acerca de eso en su artículo “Debussy,
naturaleza y percepción”) creo que tanto él como Stravinsky tienen influencias, no
considero que sea una herencia, sino más bien una impresión individual del arte
japonés. Me lleva a pensar esto, un comentario de Alfredo Aracil (2005): “Stravinsky
había leído el verano precedente una pequeña antología de poemas japoneses. “La
impresión que causaron en mí –confesó– fue exactamente la misma que la pintura y
los grabados japoneses me producían. La solución gráfica a los problemas de la
perspectiva y el espacio que ese arte mostraba me incitó a encontrar algo parecido
en el ámbito de la música”.
Avanzando al punto donde se habla de la armonía. Boulez la coloca en la
desvinculación de la armonía tradicional, la cual te lleva por un camino conocido de
tensión y reposo, con progresiones y formas propias del periodo clásico, romántico,
basadas en el sistema de armonía funcional. Aunque los principios de “tensión y
reposo” siguen utilizándose, ya no es un camino conocido y ahora funge como un
lenguaje individual de cada compositor. Esa es la armonía del siglo XX, “no percibes
con claridad los reposos, solo sentimos un tensión perpetua y desequilibrio
constante” (Boulez, 1988)
Luciano Berio y Edgard Varèse, son los ejemplos que propone el autor. El lenguaje
de Berio se inclina por un “desorden” con sentido, mientras que Varèse tiende a un
lenguaje no tan alejado del sendero armónico, esto lo propone Pierre.
Me parece que, según la escucha de la obra “Intégrales”, Edgard se desprende de la
correlación melodía-armonía o viceversa, y es el timbre el que toma un papel principal
en su lenguaje musical, la armonía queda a merced de este. Aparece en una edición
del diario español El País, un comentario de Enrique Franco (1983): “Si alguna nota
general puede caracterizar la obra de Varese no es otra que la de un concepto, hecho
principio, de la libertad. Sin ataduras con el pasado ni contra el pasado -que suelen
ser más graves-, Varese hizo su mundo sonoro o, por mejor decir, estableció una
fascinante galaxia en la que tantos y tan diversos cuerpos musicales armonizan su
existencia”. Sin pretensión de presentar una visión romantizada del lenguaje musical
de Edgard, me parece acertado el comentario, puesto que en la armonía de Varese, no
se entretejen como prioridad las alturas, si no los timbres de los cuerpos musicales.
Por su parte Luciano, en su obra “Corale en Sequenza VIII” explora a mí parecer,
dos mundos armónicos, unidos por una nota que pareciera un bajo ostinato con
cambios de ritmo y velocidad.
En cuanto al ritmo, concuerdo con Boulez, la cualidad de la irregularidad del pulso y
la movilidad del tempo. Pienso que si los compositores revolucionaron la
composición musical y el uso de cada uno de sus elementos, el ritmo no podía pasar
desapercibido.
El timbre por su parte, se volvió objeto de exploración, llegando a tomar un papel
principal dentro de la composición del siglo XX. Ligeti permite la ilusión de
inexistentes cimientos melódicos y armónicos, y de esta manera logra que el timbre
tome mayor importancia, y el gran parte del discurso se desarrolle en él; esto según
mi percepción al escuchar “Chamber Concerto for 13 instrumentalists”

Considero que como occidente se ha aprendido a manipular el sonido bajo ciertos


estándares estéticos, que en otras culturas no eran considerados. Por ejemplo la
influencia de oriente data desde el siglo XIX, en las artes plásticas Eugène Delacroix
entre otros, pintaron temas orientales, como cierto exotismo. La influencia de otras
culturas, particularmente la oriental, en la música llegó un poco más tarde, cuando el
desarrollo de la evolución musical abrió paso a explorar otros aspectos de la música
que quizá otras culturas ya conocían. Debussy mismo tenía influencias del arte nipón
en algunas de sus obras. La estética japonesa no se preocupa por los cánones que los
occidentales sí se ocupaban, y eso les permite desarrollar una tradición musical donde
destacan aspectos que en la música occidental no, por ejemplo el timbre. Hasta la
filosofía permite desarrollar y explotar otros aspectos de la música, tal es el caso de
John Cage, que como bien es sabido, cultivó y desarrolló un profundo interés por la
filosofía Zen, y esta influencia se ve reflejada en sus composiciones. En cuanto al
ejemplo que propone Pierre, de la obra “Ionisation” de Varese, es un claro ejemplo
del uso del sonido fuera de los cánones de la tradición milenaria occidental, si bien,
no fue inducido por la cultura oriental, queda a libre consideración, que una vez
suprimidos los cánones estético musicales occidentales, es posible una nueva
exploración a otros aspectos antes ignorados o limitados, dando como resultado
música novedosa.
Un comentario en un blog, sobre Varese, dice: “La música de Varèse se basa en un
profundo conocimiento del fenómeno sonoro. Sustituyendo a la nota abstracta el
sonido concreto, Varèse rechazó el temperamento y la estética tonal, considerándolos
arbitrarios. Opinaba, por el contrario, que los ruidos engendrados por la civilización
industrial habían desarrollado nuevas percepciones auditivas que sugerían al
compositor una música también nueva. Supo rechazar los sistemas tradicionales y
recogió principios originales estructurales de diferentes ciencias […]” (Leiter, 2010)
El último aspecto que trata el artículo de Boulez, es la forma. Dice que en el siglo
XX, los compositores llegan a la libertad de esos esquemas rígidos. Si bien es cierto,
que algunos compositores decidieron trazar sus propias formas, muchos otros
utilizaron las formas para su propio beneficio, es decir, ya no estaba la música presa
de los esquemas, ahora se valían del esquema para desarrollar su propio discurso. Sin
embargo, es cierto que en el siglo XX no se crearía música en moldes.

La música en el siglo XX tiende a verse como la ruptura de una tradición de siglos, a


veces tiene una connotación de irreverencia, a algunos de los músicos actuales les
cuesta trabajo apreciarla, en cuestión de gustos, no hay juicio, pero es de esperar que
un músico profesional sepa apreciar esta parte de la evolución musical. Cada periodo
en la tradición de occidente, hay cambios, transformaciones, nuevos métodos y
exploraciones, antes del siglo XX se habían explorado, la armonía, texturas, melodías,
entre otros aspectos de la música, dentro de lo tonal. Pero en el siguiente siglo se
exploraron otros aspectos que habían sido considerados durante varios siglos. No
desechemos la música del siglo XX solo por ser “irreverente” con poca “coherencia”.
En su tiempo Beethoven fue revolucionario, Chopin etc. Abramos nuestra mente para
conocer la música de ese siglo, estemos abiertos a lo que tiene para ofrecernos, la
riqueza de la exploración de distintos aspectos de la música que por siglos fueron
ignorados.
ARACIL, A. (2005): Igor Stravinsky. El viento que nos lleva. Recuperado de
https://alfredoaracil.wordpress.com/tag/igor-stravinsky/
BOULEZ, P. (1988): Pasaporte para el siglo XX.
FRANCO, E. (1983): Edgar Varese, un libertador musical. El País, Madrid, España.
Recuperado de:
https://elpais.com/diario/1983/12/22/cultura/440895602_850215.html
GÓMEZ, A. Carlos (1982): Ciclo Centenario Igor Stravinsky. Madrid, España.
Recuperado de:
https://recursos.march.es/culturales/documentos/conciertos/cc744.pdf
LEITER (2010): Edgar Varese: Ionitation. Recuperado de:
https://leitersblues.com/edgar-varese-ionisation#comments.

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