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Joan Manuel Serrat


(Barcelona, 1943) Cantautor español. Hijo de una familia obrera que vivía en el
barrio barcelonés del Poble Sec (a lo que alude su apodo El noi del Poble Sec), se
graduó como perito agrónomo, profesión que nunca llegaría a ejercer. Su primera
presentación en público como cantautor tuvo lugar en 1965, en Radio Barcelona;
ese mismo año entró a formar parte del grupo Els Setze Jutges. Dos años después
editaría su primer álbum, con el sello Edigsa.

Joan Manuel Serrat

Serrat fue uno de los iniciadores de la Nova Cançó catalana, generación de


cantautores contestatarios que reivindicaron el uso del catalán durante la dictadura
del general Francisco Franco y que componían sus letras al modo poético e intimista
de sus inspiradores de la chanson francesa. Pero Joan Manuel, hijo de padre catalán
y madre aragonesa, pronto empezó a cantar también en castellano, y eso lo hizo
candidato a representar a España en el festival de Eurovisión de 1968. Serrat
decidió finalmente no participar si no podía hacerlo en catalán, y la canción
preparada para él, La, la, la, acabó siendo interpretada por Massiel, que ganó el
festival. Por aquella renuncia estuvo vetado en la televisión y en las emisoras de
radio estatales durante casi diez años.
Pese a todo, la calidad de sus composiciones (que en adelante alternarían con toda
naturalidad el catalán y el castellano) se impuso a las presiones políticas,
consiguiendo convertir infinidad de temas en emblemáticos de toda una generación.
Esta etapa musical es, sin duda, la más fértil de un Joan Manuel que sabe retratar a
la perfección paisajes y sentimiento, hasta el punto de que álbumes
como Mediterráneo (editado en abril de 1971) le llevaron a estar presente en media
Europa y en toda Sudamérica. La censura volvió a dejar fuera el tema Edurne (cuya
letra cuenta una historia referida a la represión franquista en Euskadi) y en 1975
hubo de autoexiliarse en México a raíz de unas manifestaciones contra el régimen
franquista.
Regresó tras la muerte de Franco y, en plena transición política, Serrat adquirió un
tono más intimista y nostálgico (En tránsito, 1981), conservando intacto su prestigio
y, desde luego, el reconocimiento internacional en álbumes como Sincerament
teu (1987), en el que colaboraron figuras de la música brasileña. Ello no le impidió
comprometerse activamente con las campañas del Partido Socialista Obrero Español
(PSOE). Nunca ajeno al clima social, editó en 1992 el LP Utopía, en el que, de un
modo maduro, lejos del tono panfletario de los cantautores de finales de los
sesenta, volvió a la carga contra los tópicos utilizados por los poderes políticos y
económicos, temática que ya había abordado en El Sur también existe (1985).

Jorge de la Torre (Córdoba (Argentina), 1875 - Buenos Aires, 1953) fue un abogado y
político argentino, que ejerció como Ministro de Justicia e Instrucción Pública de su país
entre 1936 y 1938.

Era hijo de Calixto de la Torre, que había sido Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación (Argentina), y estudió derecho en la Universidad de Buenos Aires; posteriormente
hizo una larga carrera como abogado privado y como funcionario judicial, llegando a ser
secretario de la Corte Suprema. En el año 1936 fue nombrado Ministro de Justicia e
Instrucción Pública de la Nación, aunque sus gestiones estuvieron más orientadas al plano
educativo que al judicial. Durante su gestión se hicieron avances en el sentido de
generalizar la enseñanza secundaria para los hijos de obreros y empleados, aunque
centrada en la enseñanza técnica.1

Rompió con el esquema tradicional de monopolio estatal de la educación técnica y de los


docentes, al habilitar a una serie de escuelas normales privadas extender títulos de
maestras.2 Fue el autor de un decreto que prohibía los centros de estudiantes en las
escuelas secundarias, autorizando únicamente clubes colegiales, que sólo podían
desempeñar actividades culturales y deportivas, que estuvo vigente durante casi 50
años.3 Fue también el responsable de desatar una persecución política contra los
miembros del Partido Comunista, a quienes expulsó de sus cargos en la justicia y la
educación; entre los expulsados estuvieron el psicólogo Aníbal Ponce4 y el profesor de
medicina legal Gregorio Bermann.5

Medardo Ángel Silva


(Guayaquil, 1899-1919) Poeta ecuatoriano. De formación realmente autodidacta y
origen humilde, ejerció como maestro de escuela; quizá su condición de mulato
influyó en el pesimismo que llenó su vida, en una sociedad todavía lejana del
sentimiento humano de la comprensión y la convivencia. No se ha podido concretar
si lo impulsó al suicidio un desengaño amoroso o si murió a manos de un rival por
celos.
Medardo Ángel Silva

La obra de Silva se contiene en dos volúmenes: El árbol del bien y del mal, que él
mismo editó en 1917, y Poesías escogidas, una selección que Gonzalo
Zaldumbide publicó en 1926 en París. Fue también autor de prosas poéticas y de
una pequeña novela titulada María Jesús. Medardo Ángel Silva fue el menor y acaso
el más importante poeta de la generación del novecientos que introdujo el
modernismo en la literatura ecuatoriana.
Poeta del dolor, del "spleen", del amor imposible, del hastío de vivir, dejó algunas
de las más bellas páginas de la literatura ecuatoriana. Estuvo, como sus
compañeros de generación (Arturo Borja, Humberto Fierro, Ernesto Noboa y
Caamaño) bajo la influencia directa de los simbolistas franceses, especialmente
de Verlaine y Baudelaire. Padeció el "mal del tedio", y toda su obra, de gran pureza
formal, es un canto de amor a la muerte.

Guillermo Cabrera Infante

Escritor cubano

Nació el 22 de abril de 1929 en Gibara, provincia


de Oriente.

Hijo mayor del periodista Guillermo Cabrera y de


Zoila Infante, comunistas que llegaron a ser perseguidos y
encarcelados.

Desde el año 1941 vivió en La Habana.

Participó desde muy joven en la vida cultural cubana y en 1959 ya era


conocido por sus críticas de cine publicadas en la revista Carteles y
por algunos cuentos que aparecieron en revistas como Ciclón.

Cursó estudios de medicina, aunque abandonó para trabajar como


redactor de la revista Bohemia. Dos años después, y a causa de un
relato en la revista, fue encarcelado. En años sucesivos no pudo
firmar sus trabajos con su nombre y tuvo que utilizar el seudónimo
de G. Caín.

Fue director de Lunes de revolución, el suplemento cultural del


periódico del mismo nombre, que era el órgano de expresión
del movimiento 26 de julio de Fidel Castro. Fue fundador de
la Cinemateca de Cuba además de agregado cultural en Bélgica,
pero en 1965, al año siguiente de ganar el Premio Biblioteca Breve,
rompió con el régimen castrista. Desde entonces vive en Europa,
primero en Madrid, donde fue expulsado por la policía franquista, y
después en Londres.

Su primer volumen de relatos, fue En la paz como en la


guerra (1960). La novela Tres tristes tigres (1967) le confirmó
como uno de los narradores en español más destacados.
Posteriormente escribió O (1975) y Exorcismos de estilo (1976), La
Habana para un infante difunto (1979),Holy
Smoke (1985), Delito por bailar el chachachá (1995), Ella
cantaba boleros (1996) y Cine o sardina (1997) donde reúne sus
textos sobre cine escritos en Londres.

En 1997, obtuvo el Premio Cervantes, que otorga el Ministerio


español de Educación y Cultura.
Guillermo Cabrera Infante falleció el 21 de febrero de 2005 en
el Hospital Chelsea and Westminster en Londres a consecuencia
de una septicemia, derivada de numerosos problemas de salud que
lo aquejaban. Fue ingresado en el centro médico tras romperse una
cadera al caerse accidentalmente en su domicilio de Londres, donde
residía desde hacía casi cuarenta años

osé María Eguren


(Lima, 1874 - 1942) Poeta peruano. Junto con César Vallejo, es la más destacada
figura de la lírica peruana del siglo XX. Toda su vida se desarrolló entre la capital y
algunas haciendas aledañas. A partir de 1897 estableció su hogar en el balneario de
Barranco; entre 1931 y 1940 trabajó en la biblioteca del Ministerio de Educación
Pública. Eguren gustaba de caminar a campo traviesa, observando los insectos y las
aves, trazando apuntes para sus óleos y acuarelas, o echando mano a una cámara
de su invención que tomaba fotos ovaladas de tamaño diminuto (poco más de un
centímetro).

José María Eguren

A pesar de su voluntario apartamiento de la vida pública, gozó de la admiración y


afecto de hombres de la talla de Manuel González Prada, Abraham
Valdelomar y José Carlos Mariátegui, entre otros. Ellos lo instaron a publicar sus
poemas, considerados como la muestra más honda y depurada de la estética
simbolista en lengua española. Pese a pertenecer cronológicamente a la generación
modernista de José Santos Chocano, la aparición del poemario Simbólicas (1911) de
Eguren es tomada como un hito en la superación del modernismo, ya que actúa
como la fundación de la poesía contemporánea del Perú, instaurando una tradición
todavía viva y vigente en la actualidad.
A este primer libro le siguieron La canción de las figuras (1916) y otras dos
colecciones de poemas, Sombra y Rondinelas, que fueron publicadas por vez
primera en Poesías (1929). La obra poética de José María Eguren refleja su
búsqueda de trascendencia y su nostalgia de mundos perdidos o extraños. El poeta
enriqueció el lenguaje con regionalismos, arcaísmos, neologismos y palabras
inventadas; en sus últimas poesías se inscribió en el mundo de las vanguardias
europeas en lo referente al uso de la metáfora y la imaginería del sueño.
Hacia 1930, Eguren empezó a escribir breves piezas en prosa, los llamados Motivos
estéticos, de intención poética y filosófica; estos «motivos», aparecidos en diversas
revistas durante la década de los treinta, fueron recogidos póstumamente en un
volumen, en 1959.
Artista versátil, José María Eguren también se dedicó a la pintura y la fotografía. Sus
acuarelas revelan la influencia de los impresionistas franceses y los prerrafaelitas
ingleses. Aunque no se dedicó a la música, ésta fue muy importante como referente
cultural. Siguiendo la estela de los simbolistas franceses, escribió que «la música es
la más metafísica, la menos pesada, de las artes». En su obra aparecen timbales,
violines, pianos, acordeones, flautas, tambores; algunos de sus poemas se
titularon Lied, en referencia a las piezas de Robert Schumann, y sus compositores
preferidos (Beethoven o Mendelssohn) también aparecen en sus estrofas.

Nicolás Guillén
(Camagüey, 1902 - La Habana, 1989) Poeta cubano. Por su obra ligada a las
tradiciones afrocubanas, es considerado el máximo representante de la llamada
«poesía negra» centroamericana y una de las principales figuras de la cultura de la
isla. Nicolas Guillén cursó un año de derecho en La Habana, antes de abandonar la
universidad y volver a su ciudad, donde trabajó como tipógrafo y se dedicó al
periodismo en la redacción de El Camagüeyano, en cuyas páginas inició también su
actividad literaria.
Nicolás Guillén

A partir de 1925 Nicolas Guillén se instaló en la capital, donde participó activamente


en la vida cultural y política de protesta, lo que le supuso breves arrestos y períodos
de exilio en varias ocasiones. En 1937, cuando había publicado ya sus primeros tres
libros, ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado por su amigo y también
poeta Rubén Martínez Villena, y participó en el célebre Congreso por la Defensa de
la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció
a Pablo Neruda, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Octavio Paz, y su obra
alcanzó difusión europea.
A su regreso a Cuba, Nicolas Guillén dirigió la revista Mediodía y participó de los
movimientos de vanguardia en las tribunas de Gaceta del Caribe y Revista Avance.
Pasó luego años de exilio, viajando por Sudamérica, y en 1956 recibió el Premio
Lenin de la Unión Soviética. El triunfo en 1959 de la revolución liderada por Fidel
Castro y el Che Guevara le permitió regresar a la isla, donde desempeñó distintos
cargos (como la presidencia de la Unión de Escritores, desde 1961) y misiones
diplomáticas de relieve.
La obra poética de Nicolas Guillén

La actividad literaria de Nicolás Guillén se inició en el posmodernismo, aunque


pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples
vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada «poesía
negra», tendencia surgida en torno a 1930 en las Antillas.

Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática


del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y
servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una
fonética afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral
folclórica.
Álvaro Yunque
(La Plata, 1889 - Tandil, 1982) Escritor argentino. Aunque su verdadero nombre era
el de Arístides Gandolfi Herrero, firmó sus obras con el pseudónimo literario de
Álvaro Yunque, con el que fue conocido dentro y fuera de su país natal. Humanista
fecundo y polifacético, está considerado como una de las voces más significativas de
la intelectualidad progresista argentina del siglo XX.

Álvaro Yunque en una imagen de 1965

Nacido en el seno de una familia acomodada -era hijo del milanés Adán Gandolfi y
de la ciudadana argentina Angelina Herrero Palacios, nieta de un coronel rosista-,
fue el mayor de ocho hermanos. En 1896, cuando el pequeño Arístides contaba siete
años de edad, la familia Gandolfi-Herrero se afincó en Buenos Aires. En 1901
ingresó en el Colegio Nacional Central y siete años después Arístides Gandolfi
Herrero se matriculó en la Universidad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos
Aires para cursar estudios superiores de Arquitectura. Pero en 1913, cuando estaba
a punto de licenciarse como arquitecto, abandonó sus estudios de arquitectura para
consagrarse de lleno al periodismo y al cultivo de la creación literaria.

Desde comienzos de la década de los años veinte, Arístides Gandolfi ejerció como
uno de los más bulliciosos animadores de la vida cultural bonaerense. Adscrito
primero a la denominada "Generación del 22", pasó luego a convertirse en una de
las figuras centrales del "Grupo Boedo", un colectivo de escritores que, desde los
planteamientos estéticos del realismo y la ideología izquierdista, propugnaba que el
arte había de cumplir una función social, en contra de los postulados de otros
grupos argentinos contemporáneos. Como Álvaro Yunque difundió sus primeros
poemas y relatos a través de la editorial de la revista Claridad. Simultáneamente,
participaba de un modo activo en el periodismo progresista, con frecuentes y
polémicas colaboraciones en los principales rotativos y revistas de la izquierda
argentina.

Hacia 1940, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a interesarse


vivamente por el pasado histórico argentino, al tiempo que hacía pública su activa
militancia antifascista. La dirección del rotativo El Patriota le condujo a la cárcel y al
destierro, por lo que convivió en Montevideo con numerosos exiliados argentinos.

Entre 1961 y 1975, Álvaro Yunque continuó escribiendo nuevos poemarios, relatos y
estudios históricos que, publicados junto a otras reediciones de sus obras
anteriores, le convirtieron en uno de los autores más prolíficos de la Literatura
argentina. Pero sus posiciones políticas y su reivindicaciones sociales no eran del
agrado de los dirigentes de la dictadura militar implantada en Argentina en la
década de los setenta, por lo que en 1977 sus nuevas obras fueron censuradas y se
prohibió la difusión de sus antiguos escritos, muchos de los cuales fueron echados a
la hoguera. Discretamente recluido en la ciudad de Tandil, murió a comienzos de
1982, aún en pleno período dictatorial, cuando contaba noventa y dos años de edad.

LEONARDO DA VINCI
Considerado el paradigma del homo universalis, del sabio renacentista versado en
todos los ámbitos del conocimiento humano, Leonardo da Vinci (1452-1519)
incursionó en campos tan variados como la aerodinámica, la hidráulica, la anatomía,
la botánica, la pintura, la escultura y la arquitectura, entre otros. Sus
investigaciones científicas fueron, en gran medida, olvidadas y minusvaloradas por
sus contemporáneos; su producción pictórica, en cambio, fue de inmediato
reconocida como la de un maestro capaz de materializar el ideal de belleza en obras
de turbadora sugestión y delicada poesía.
Recreación de un retrato de Leonardo

En el plano artístico, Leonardo conforma, junto con Miguel Ángel y Rafael, la tríada
de los grandes maestros del Cinquecento, y, pese a la parquedad de su obra, la
historia de la pintura lo cuenta entre sus mayores genios. Por los demás, es posible
que de la poderosa fascinación que suscitan sus obras maestras (con La Gioconda a
la cabeza) proceda aquella otra fascinación en torno a su figura que no ha cesado de
crecer con los siglos, alimentada por los múltiples enigmas que envuelven su
biografía, algunos de ellos triviales, como la escritura de derecha a izquierda, y
otros ciertamente inquietantes, como aquellas visionarias invenciones cinco siglos
adelantadas a su tiempo.
Juventud y descubrimientos técnicos

Leonardo nació en 1452 en la villa toscana de Vinci, hijo natural de una campesina,
Caterina (que se casó poco después con un artesano de la región), y de Ser Piero,
un rico notario florentino. Italia era entonces un mosaico de ciudades-estado como
Florencia, pequeñas repúblicas como Venecia y feudos bajo el poder de los príncipes
o el papa. El Imperio romano de Oriente cayó en 1453 ante los turcos y apenas
sobrevivía aún, muy reducido, el Sacro Imperio Romano Germánico; era una época
violenta en la que, sin embargo, el esplendor de las cortes no tenía límites.

A pesar de que su padre se casaría cuatro veces, sólo tuvo hijos (once en total, con
los que Leonardo entablaría pleitos por la herencia paterna) en sus dos últimos
matrimonios, por lo que el pequeño Leonardo se crió como hijo único. Su enorme
curiosidad se manifestó tempranamente: ya en la infancia dibujaba animales
mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda observación del
entorno natural en el que creció. Giorgio Vasari, su primer biógrafo, relata cómo el
genio de Leonardo, siendo aún un niño, creó un escudo de Medusa con dragones
que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por sorpresa.
Consciente del talento de su hijo, su padre le permitió ingresar como aprendiz en el
taller de Andrea del Verrocchio. A lo largo de los seis años que el gremio de pintores
prescribía como instrucción antes de ser reconocido como artista libre, Leonardo
aprendió pintura, escultura y técnicas y mecánicas de la creación artística. El primer
trabajo suyo del que se tiene certera noticia fue la construcción de la esfera de
cobre proyectada por Brunelleschi para coronar la iglesia de Santa Maria dei Fiori.
Junto al taller de Verrocchio, además, se encontraba el de Antonio Pollaiuolo, en
donde Leonardo hizo sus primeros estudios de anatomía y, quizá, se inició también
en el conocimiento del latín y el griego.
Joven agraciado y vigoroso, Leonardo había heredado la fuerza física de la estirpe
de su padre; es muy probable que fuera el modelo para la cabeza de San Miguel en
el cuadro de Verrocchio Tobías y el ángel, de finos y bellos rasgos. Por lo demás, su
gran imaginación creativa y la temprana pericia de su pincel no tardaron en superar
a las de su maestro. En el Bautismo de Cristo, por ejemplo, los inspirados ángeles
pintados por Leonardo contrastan con la brusquedad del Bautista hecho por
Verrocchio.

Rafael Alberti
(Puerto de Santa María, 1902 - 1999) Poeta español, miembro de la Generación del
27. Sus padres pertenecían a familias de origen italiano asentadas en la región y
dedicadas al negocio vinícola. Las frecuentes ausencias del padre por razones de
trabajo le permitieron crecer libre de toda tutela, correteando por las dunas y las
salinas a orillas del mar en compañía de su fiel perra Centella.
Rafael Alberti

Aquella infancia despreocupada, abierta al sol y a la luz, comenzó a ensombrecerse


cuando hubo de ingresar en el colegio San Luis Gonzaga de El Puerto, dirigido por
los jesuitas de una forma estrictamente tradicional. Alberti se asfixiaba en las aulas
de aquel establecimiento donde la enseñanza no era algo vivo y estimulante sino un
conjunto de rígidas y monótonas normas a las que había que someterse. Se
interesaba por la historia y el dibujo, pero parecía totalmente negado para las
demás materias y era incapaz de soportar la disciplina del centro.

A las faltas de asistencia siguieron las reprimendas por parte de los profesores y de
su propia familia. Quien muchos años después recibiría el Premio Cervantes de
Literatura no acabó el cuarto año de bachillerato y en 1916 fue expulsado por mala
conducta. En 1917 la familia Alberti se trasladó a Madrid, donde el padre veía la
posibilidad de acrecentar sus negocios. Rafael había decidido seguir su vocación de
pintor, y el descubrimiento del Museo del Prado fue para él decisivo. Los dibujos que
hace en esta época el adolescente Alberti demuestran ya su talento para captar la
estética del vanguardismo más avanzado, hasta el punto de que no tardará en
conseguir que algunas de sus obras sean expuestas, primero en el Salón de Otoño y
luego en el Ateneo de Madrid.

No obstante, cuando la carrera del nuevo artista empieza a despuntar, un


acontecimiento triste le abrirá las puertas de otra forma de creación. Una noche de
1920, ante el cadáver de su padre, Alberti escribió sus primeros versos. El poeta
había despertado y ya nada detendría el torrente de su voz. Una afección pulmonar
le llevó a guardar obligado reposo en un pequeño hotel de la sierra de Guadarrama.
Allí, entre los pinos y los límpidos montes, comenzará a trabajar en lo que luego
será su primer libro, Marinero en tierra, muy influido por los cancioneros musicales
españoles de los siglos XV y XVI. Comprende entonces que los versos le llenan más
que la pintura, y en adelante ya nunca volverá a dudar sobre su auténtica vocación,
aunque muchos años después, ya en el exilio, dedicaría algunos de sus poemarios a
la pintura y a Picasso.
Al descubrimiento de la poesía sigue el encuentro con los poetas. De regreso a
Madrid se rodeará de sus nuevos amigos de la Residencia de Estudiantes. Conoce
a Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Gerardo
Diego, Miguel Hernández y otros jóvenes autores que van a constituir el más
brillante grupo poético del siglo. Cuando en 1925 su Marinero en tierra reciba el
Premio Nacional de Literatura, el que algunos conocidos llamaban "delgado
pintorcillo medio tuberculoso que distrae sus horas haciendo versos" se convierte en
una figura descollante de la lírica.
De aquel grupo de poetas hechizados por el surrealismo, que escribían entre risas
juveniles versos intencionadamente disparatados o sublimes, surgió en 1927 la idea
de rendir homenaje, con ocasión del tricentenario de su muerte, al maestro del
barroco español Luis de Góngora, olvidado por la cultura oficial. Con el entusiasmo
que les caracterizaba organizaron un sinfín de actos que culminaron en el Ateneo de
Sevilla, donde Salinas, Lorca y el propio Alberti, entre otros, recitaron sus poemas
en honor del insigne cordobés. Aquella hermosa iniciativa reforzó sus lazos de
amistad y supuso la definitiva consolidación de la llamada Generación del 27,
protagonista de la segunda edad de oro de la poesía española.

Luis de Góngora y Argote


(Córdoba, España, 1561-id., 1627) Poeta español. Nacido en el seno de una familia
acomodada, estudió en la Universidad de Salamanca. Nombrado racionero en la
catedral de Córdoba, desempeñó varias funciones que le brindaron la posibilidad de
viajar por España. Su vida disipada y sus composiciones profanas le valieron pronto
una amonestación del obispo (1588).

Luis de Góngora
En 1603 se hallaba en la corte, que había sido trasladada a Valladolid, buscando con
afán alguna mejora de su situación económica. En esa época escribió algunas de sus
más ingeniosas letrillas, trabó una fecunda amistad con Pedro Espinosa y se
enfrentó en terrible y célebre enemistad con su gran rival, Francisco de Quevedo.
Instalado definitivamente en la corte a partir de 1617, fue nombrado capellán
de Felipe III, lo cual, como revela su correspondencia, no alivió sus dificultades
económicas, que lo acosarían hasta la muerte.

Aunque en su testamento hace referencia a su «obra en prosa y en verso», no se ha


hallado ningún escrito en prosa, salvo las 124 cartas que conforman su epistolario,
testimonio valiosísimo de su tiempo. A pesar de que no publicó en vida casi ninguna
de sus obras poéticas, éstas corrieron de mano en mano y fueron muy leídas y
comentadas.

En sus primeras composiciones (hacia 1580) se adivina ya la implacable vena


satírica que caracterizará buena parte de su obra posterior. Pero al estilo ligero y
humorístico de esta época se le unirá otro, elegante y culto, que aparece en los
poemas dedicados al sepulcro de El Greco o a la muerte de Rodrigo Calderón. En
la Fábula de Píramo y Tisbe (1617) se producirá la unión perfecta de ambos
registros, que hasta entonces se habían mantenido separados.
Entre 1612 y 1613 compuso los poemas extensos Soledades y la Fábula de Polifemo
y Galatea, ambos de extraordinaria originalidad, tanto temática como formal. Las
críticas llovieron sobre estas dos obras, en parte dirigidas contra las metáforas
extremadamente recargadas, y a veces incluso «indecorosas» para el gusto de la
época. En un rasgo típico del Barroco, pero que también suscitó polémica, Góngora
rompió con todas las distinciones clásicas entre géneros lírico, épico e incluso
satírico. Juan de Jáuregui compuso su Antídotocontra las Soledades y Quevedo lo
atacó con su malicioso poema Quien quisiere ser culto en sólo un día... Sin embargo,
Góngora se felicitaba de la incomprensión con que eran recibidos sus intrincados
poemas extensos: «Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que ésa
es la distinción de los hombres cultos».

El estilo gongorino es sin duda muy personal, lo cual no es óbice para que sea
considerado como una magnífica muestra del culteranismo barroco. Su lenguaje
destaca por el uso reiterado del cultismo, sea del tipo léxico, sea sintáctico
(acusativo griego o imitación del ablativo absoluto latino). La dificultad que entraña
su lectura se ve acentuada por la profusión de inusitadas hipérboles barrocas,
hiperbatones y desarrollos paralelos, así como por la extraordinaria musicalidad de
las aliteraciones y el léxico colorista y rebuscado.

José de Espronceda
(Almendralejo, España, 1808 - Madrid, 1842) Poeta español. Hijo de una familia
hidalga de fuerte raigambre militar, estudió con Alberto Lista, de quien se convirtió
en aventajado discípulo. Desde muy joven se sintió atraído por la literatura y por la
actividad política, aficiones ambas que definirían su carrera futura.

José de Espronceda

En 1823, y a raíz de la ejecución del general liberal Rafael del Riego, fundó, junto a
Patricio de la Escosura, una sociedad secreta en pro de la libertad cuyos jóvenes
miembros se hacían llamar los Numantinos. La represión política que siguió al trienio
liberal motivó su encierro en un convento de Guadalajara, donde emprendió la
redacción de Don Pelayo, poema épico de corte neoclásico (que quedó inconcluso)
sobre el caudillo astur Don Pelayo, mítico iniciador de la Reconquista.

Tras recobrar la libertad, regresó a Madrid, pero los acontecimientos políticos del
país lo impulsaron a marchar al extranjero. Partió hacia Gibraltar, y de allí pasó a
Lisboa, de donde fue expulsado, por lo que hubo de refugiarse en Londres, por
aquel entonces punto de reunión de los liberales españoles, en cuyas reuniones
participó. En Londres conoció a Teresa Mancha, con quien mantuvo una accidentada
relación sentimental.

Informado de los acontecimientos revolucionarios que se producían en julio de 1830


en París, acudió a la capital francesa y, poco después, formó parte de la frustrada
expedición liberal del coronel Chapalangarra que intentó entrar en España. Durante
su ausencia de Londres, su antigua amante, Teresa, había contraído matrimonio con
un comerciante, por lo que ambos decidieron fugarse juntos. Tras otra breve
estancia en París, en 1833 regresaron a España, donde Espronceda ingresó en el
cuerpo de la Guardia Real. Sus inquietudes políticas, sin embargo, le valieron un
destierro en Cuéllar, en 1834, y posteriormente el traslado a Badajoz. También
debió esconderse tras la llegada al poder del conde de Toreno, contra cuyo gobierno
se rebeló.

Durante sus breves etapas en Madrid, José de Espronceda participó activamente en


la vida literaria de la capital y, a pesar de sus frecuentes encarcelamientos y
destierros, pudo escribir sus primeras obras. El contacto con la poesía romántica
europea (Lord Byron, Walter Scott) influyó en él poderosamente y orientó su propia
producción poética hacia un romanticismo exaltado, pletórico de ritmo, color y
fantasía. En 1834 publicó Sancho Saldaña, una novela histórica, y por las mismas
fechas escribió varias comedias y el drama histórico Blanca de Borbón, editado
póstumamente.
El reconocimiento público, sin embargo, le llegó gracias a su producción lírica,
publicada a partir de entonces en varios diarios y revistas. La aparición de su
ambicioso poema titulado El estudiante de Salamanca en el periódico El Español
(1836) supuso su primer gran éxito; revisitación del mito literario de don Juan, el
héroe se tiñe en esta versión de caracteres románticos y se enfrenta a la sociedad y
a Dios desde una postura de abierta rebeldía. El diablo mundo, el segundo de sus
grandes poemas, constituye una visión épica y moral de la España de su tiempo,
que trasciende a epopeya de la humanidad entera.

Felipe Guamán Poma de Ayala


(Felipe Guamán o Huamán Poma de Ayala; San Cristóbal de Suntuntu, 1534 - Lima,
1615) Cronista peruano. Dedicado a la enseñanza de la lengua castellana a los
indígenas, es autor de una Nueva crónica (c. 1600), compendio de la historia
preincaica del Perú, y de su continuación, Buen gobierno (c. 1615), muestra de las
injusticias que los encomenderos y los funcionarios de la corona infligían a los
indios. Concebida como una monumental carta al rey de España, Felipe II, la obra
está ilustrada con dibujos del mismo autor.

Pizarro y Atahualpa en una ilustración


de la Nueva crónica y buen gobierno
Por las noticias autobiográficas contenidas en Nueva crónica y buen gobierno se
sabe que era hijo de Gusmán (o Huamán) Malqui de Ayala y de Juana Curi Oello,
hija menor del inca Túpac Yupanqui. Descendía por lo tanto de los nobles de
Huánuco, señores de Chinchaysuyo anteriores a los mismos incas. Fue educado por
su hermano mestizo el padre Martín de Ayala, quien debió de iniciarle en los
estudios clásicos, y trabajó probablemente en la administración. Desempeñó cargos
directivos en los hospitales de Cuzco y Huamanga, y estudió al parecer en estas dos
ciudades.
En 1594 o 1595 fue detenido y desterrado por el corregidor de Lucanas, Antonio de
Monroy. De esta suerte el escritor inició una larga serie de viajes que se prolongó
durante unos veinte años y que le permitirían recoger abundante información para
su obra; finalmente, en 1613, volvió a Huamanga e hizo valer sus derechos al
puesto de cacique de la provincia. Atacó además la política del corregidor, por lo que
fue nuevamente expulsado. Se dirigió entonces a Lima, con la intención de
presentar su Nueva crónica al virrey.
Perdido durante siglos, el manuscrito de Nueva crónica y buen gobierno fue
encontrado en 1908 en la Biblioteca Real de Copenhague por Richard Pietschmann,
quien lo presentó a la comunidad científica internacional en 1912. Se cree que hubo
de ser redactado entre 1567 y 1615, y en su mayor parte entre 1612 y 1615. En
1936 fue publicado en edición facsimilar al cuidado de Paul Rivet y con una
introducción escrita por Richard Pietschmann. El arqueólogo y antropólogo
peruano Julio C. Tello ensalzó inmediatamente su importancia incomparable: "No
existe libro alguno escrito en este período que pueda competir con él en riqueza de
información, clarividencia y valentía del autor para enjuiciar los acontecimientos de
su tiempo".
El título de Nueva crónica y buen gobierno resulta claramente expresivo de las
intenciones del autor: nueva alude a que trae una óptica diferente a las de las
crónicas existentes, nunca escritas por indios; y buen gobierno a su afán por
denunciar el mal gobierno del virreinato de esos años, en claro contraste con las
instituciones prehispánicas, pero también con las creencias cristianas y los ideales
utópicos del humanismo europeo.
Su objetivo central es en efecto ofrecer lo que Wachtel llamó la "visión de los
vencidos". Conectado a él, opera el designio de enaltecer lo que realizó en el pasado
el hombre andino y de instar a su participación digna y efectiva en un gobierno
realmente justo y acorde con el mensaje evangélico: sueña con un rey propio para
el Perú, aunque jerárquicamente inferior al rey de España, señor de todo el globo
terráqueo. Poma de Ayala adopta, como Bartolomé de Las Casas, una firme actitud
"indianista" e "incaica", la cual, según advierte Estuardo Núñez, revela un vivo
espíritu de rebelión y de justicia, y constituye una franca defensa de los indígenas.
Presentada como una larguísima carta al rey de España, la Nueva crónica reelabora
el género cronístico hasta extremos no conocidos, con la libertad propia de un
hombre de gran mestizaje de lecturas y creencias como es Felipe Guamán Poma de
Ayala. Consta de más de mil páginas, embellecidas por numerosos e ingenuos
dibujos, interesantes por sus trajes y por la presencia de símbolos y perspectivas
que expresan la cosmovisión andina. Produce la impresión de una síntesis
enciclopédica que buscara hilvanar en un solo texto lo que hacían por separado las
crónicas, los informes, las demandas de justicia, los tratados sobre política y sobre
evangelización, e incluso las utopías al gusto de humanistas.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

En la última década del siglo XIX, Rubén Darío dio a Hispanoamérica la


independencia literaria al inaugurar la primera corriente poética autóctona, el
Modernismo. Mediado el siglo XX, correspondió al colombiano Gabriel García
Márquez situar la narrativa hispanoamericana en la primera línea de la literatura
mundial con la publicación de Cien años de soledad (1967). Obra cumbre del
llamado realismo mágico, la mítica fundación de Macondo por los Buendía y el
devenir de la aldea y de la estirpe de los fundadores hasta su extinción constituye el
núcleo de un relato maravillosamente mágico y poético, tanto por su desbordada
fantasía como por el subyugante estilo de su autor, dotado como pocos de un
prodigioso "don de contar".

Gabriel García Márquez

El mundo de Macondo, parábola y reflejo de la tortuosa historia de la América


hispana, había sido esbozado previamente en una serie de novelas y colecciones de
cuentos; después de Cien años de soledad, nuevas obras maestras jalonaron su
trayectoria, reconocida con la concesión del Nobel de Literatura en 1982: basta
recordar títulos como El otoño del patriarca(1975), Crónica de una muerte
anunciada (1981) o El amor en los tiempos del cólera (1985).
Como máximo representante del Boom de la literatura hispanoamericana de los
años 60, García Márquez contribuyó decisivamente a la merecida proyección que
finalmente alcanzó la narrativa del continente: el fenómeno editorial
del Boom supuso, en efecto, el descubrimiento internacional de numerosos
novelistas de altísimo nivel apenas conocidos fuera de sus respectivos países.
La infancia mítica
Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena) el 6 de marzo de 1927.
Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues sus padres, el
telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, cuando
el pequeño Gabriel contaba sólo cinco años, a la población de Sucre, en la que don
Gabriel Eligio abrió una farmacia y Luisa Santiaga daría a luz a la mayoría de los
once hijos del matrimonio.

Los abuelos de García Márquez eran dos personajes bien particulares y marcaron el
periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra
de los Mil Días (1899-1902), le contaba a Gabriel infinidad de historias de su
juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su
cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su
cegatona abuela, pasaba los días contando fábulas y leyendas familiares, mientras
organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que
recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y
sobrenatural de la realidad. Entre sus tías, la que más lo marcó fue Francisca, quien
tejió su propio sudario para dar fin a su vida.

Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori
de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se
enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba le
daban ganas de besarla, y sólo por el hecho de verla iba con gusto a la escuela.
Rosa Elena le inculcó la puntualidad y el hábito de escribir directamente en las
cuartillas, sin borrador.

Nicanor Parra
(Nicanor Segundo Parra Sandoval; San Fabián de Alico, 1914 - La Reina, Santiago,
2018) Poeta chileno. Nicanor Parra fue el creador de la llamada «antipoesía»,
tendencia que no ha de entenderse como una negación del género ni de su función
comunicativa, sino como una voluntad de erradicar sacralizaciones y excesos
retóricos en favor de un coloquialismo a menudo mordaz, políticamente
comprometido y, sobre todo, próximo al alma y a la expresión popular. Junto
con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro, es considerado uno de los
grandes poetas chilenos, y ocupa un lugar de honor entre las mejores voces de la
lírica latinoamericana del siglo XX.
Nicanor Parra

Terminó el bachillerato en su población natal y se trasladó a Santiago para


graduarse como profesor de mecánica teórica y matemáticas. Con una beca del
Institute of International Education estuvo durante tres años en la Universidad de
Brown, en Estados Unidos. De vuelta a su país fue nombrado director interino de la
Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile (1948) y un año más tarde, gracias
de nuevo a una beca, esta vez del Consejo Británico, se trasladó hasta Inglaterra,
donde permaneció dos años más.

En 1951 regresó a su país para seguir con su labor docente en la Universidad, hasta
que la Fundación Gugenheim le condujo de nuevo a Estados Unidos con el objeto de
continuar sus estudios en el campo de la física, lo que le supuso una intensa
actividad investigadora que no le impidió desarrollar el ejercicio poético.

Inició su labor literaria en 1937, con la publicación de Cancionero sin nombre,


aunque ya en 1935 había aparecido el cuento Gato en el camino, en La Revista
Nueva. El Cancionero sin nombre fue relegado por el propio autor a su prehistoria
poética, aunque destaca por su estilo antihermético, en el ámbito de una corriente
que propugna el retorno a la claridad expresiva.
De 1954 es Poemas y antipoemas, su obra fundamental, compuesta por tres
partes: Cantos a lo humano, Poemas y Antipoemas. En esta obra abandonó su
poesía hasta entonces simbólica y desesperanzada por otra más folclórica, irónica,
de acentos escandalosos y muy vinculada a la realidad. El libro fue acogido como
una obra revolucionaria en el ámbito de la poesía hispanoamericana de aquellos
años. Sobre todo en Chile, dominado entonces por el tono solemne y grandioso de
Neruda, el coloquialismo del autor significó un profundo cambio e introdujo un
modelo alternativo, abierto a la ironía y el humorismo. La antipoesía planteaba una
reacción contra la función metafísica de la poesía y su sacralización y se adhería a
una línea fundamentalmente antirromántica, comprometida políticamente y
desmitificadora.
A partir de allí se le conoció como el antipoeta por excelencia, lo que tuvo
confirmación en La cueca larga (1958). Esta obra, que alude en su título al ritmo
musical chileno por excelencia, desarrolla el tono antirretórico y popular, abriéndose
a las canciones, también debido a la relación del poeta con su hermana, la célebre
cantautora Violeta Parra.
La década de 1960 fue especialmente activa en cuanto al número de publicaciones
de Parra y brillante por sus aciertos. Versos de salón (1962) cambió el sujeto pasivo
de los antipoemas por un sujeto activo, muy agresivo y delirantemente
enérgico; Discursos, que apareció el mismo año, fue publicado de forma conjunta
con Pablo Neruda. Le siguieron Manifiesto (1963) y Deux Poèmes (1963), en edición
bilingüe en francés y castellano.
Canciones rusas (1967) es más elaborado, y alterna la antipoesía con la
recuperación del lirismo con un neosimbolismo intimista. En 1969 la publicación
de Obra gruesa permitió reunir en un solo volumen la "antipoesía" del autor, con la
incorporación de nuevos textos. Ese mismo año obtuvo el Premio Nacional de
Literatura, que le consagró definitivamente.

Fernando Pessoa
(Lisboa, 1888 - id., 1935) Poeta portugués. Fernando Pessoa pasó su infancia y
juventud en la República de Sudáfrica; cursó estudios de derecho en la Universidad
de El Cabo y regresó a Lisboa en 1905. Inició su obra literaria en inglés, aunque a
partir de 1908 creció su interés por la lengua portuguesa.

Fernando Pessoa

Su obra es una de las más originales de la literatura portuguesa y fue, junto con
Mário de Sá Carneiro, uno de los introductores en su país de los movimientos de
vanguardia. A partir de 1914 proyectó su obra sobre tres heterónimos: Ricardo Reis,
Álvaro de Campos y Alberto Caeiro, para quienes inventó personalidades
divergentes y estilos literarios distintos. Frente a la espontaneidad expresiva y
sensual de Alberto Caeiro, Ricardo Reis trabaja minuciosamente la sintaxis y el
léxico, inspirándose en los arcadistas del siglo XVIII, mientras que Álvaro de
Campos evoluciona desde una estética próxima a la de Walt Whitman hasta unas
preocupaciones metafísicas en la tarea de explicar la vida desde una perspectiva
racional.
Sobre estos desdoblamientos del poeta en varias personalidades reflejó Pessoa sus
distintos yos conflictivos, a la vez que elaboraba su propia obra poética, a veces
experimental, una de las más importantes del siglo XX y que en su mayor parte
permaneció inédita hasta su muerte. Su poesía, que supone un intento por superar
la dualidad entre razón y vida, fue recogida en los volúmenes Obras completas:
I. Poesías, 1942, de Fernando Pessoa; II. Poesías, 1944, de Álvaro de Campos;
III. Poemas, 1946, de Alberto Caeiro; IV. Odas, 1946, de Ricardo Reis;
V. Mensagem, 1945; VI. Poemas dramáticos; VII. y VIII. Poesías inéditas, 1955-
1956.
Su obra ensayística ha sido recogida en Páginas íntimas de
autointerpretación (1966), Páginas de estética y de teoría y crítica literarias (1967)
y Textos filosóficos (1968). En 1982 apareció el Libro del desasosiego, compendio
de apuntes, aforismos, divagaciones y fragmentos del diario que Fernando Pessoa
dejó al morir.

Gustavo Adolfo Bécquer


(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836 - Madrid, 1870) Poeta español.
Junto con Rosalía de Castro, es el máximo representante de la poesía posromántica,
tendencia que tuvo como rasgos distintivos la temática intimista y una aparente
sencillez expresiva, alejada de la retórica vehemencia del romanticismo.

Gustavo Adolfo Bécquer (detalle de un retrato


realizado por su hermano Valeriano, c. 1862)

La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén


Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27,
y la crítica lo juzga el iniciador de la poesía española contemporánea. Pero más que
un gran nombre de la historia literaria, Bécquer es sobre todo un poeta vivo,
popular en todos los sentidos de la palabra, cuyos versos, de conmovida voz y alada
belleza, han gozado y siguen gozando de la predilección de millones de lectores.
Biografía
Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su
adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. En 1854 se trasladó
a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le
sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue
un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir
hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro
extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García
Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de
una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos
biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado
por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos
rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de
sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de
Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo
abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del
poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo
tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la
compañía de su hermano Valeriano, en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso
la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas
literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una
temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde
mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, año en que
obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas
periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en el
semanario El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su
trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir
el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa
fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue
nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó
su hermano como dibujante. El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870,
deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte,
entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de
ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.
La obra de Gustavo Adolfo Bécquer
La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en sus Rimas, que iniciaron la
corriente romántica de poesía intimista inspirada en Heine y opuesta a la retórica y
ampulosidad de los poetas románticos anteriores. La crítica literaria del momento,
sin embargo, no acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer en
los años siguientes.
Las Rimas, tal y como han llegado hasta nosotros, suman un total de ochenta y seis
composiciones. De ellas, setenta y seis se publicaron por vez primera en 1871 a
cargo de los amigos del poeta, que introdujeron algunas correcciones en el texto,
suprimieron algunos poemas y alteraron el orden del manuscrito original (el
llamado Libro de los gorriones, hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid).

Violeta Parra
(San Carlos, Chillán, 1917 - Santiago, 1967) Cantautora y folclorista chilena. Hija de
Nicanor Parra y Clara Sandoval y hermana del poeta Nicanor Parra, realizó sus
primeros estudios en Lautaro y en Chillán, y en 1934 ingresó a la Escuela Normal,
donde permaneció menos de un año. En 1938 se casó con Luis Cereceda, el padre
de sus hijos Ángel e Isabel, que adoptarían el apellido de su madre.

Violeta Parra

Desde pequeña sintió afición por la música y el folclore chilenos; su padre, profesor
de escuela primaria, fue un conocido folclorista de la región. Tras instalarse en
Santiago, Violeta Parra comenzó a actuar con su hermana Hilda en el Dúo Hermanas
Parra. En 1942 ganó el primer premio en un concurso de canto español organizado
en el Teatro Baquedano, y a partir de entonces fue contratada con frecuencia hasta
que partió a Valparaíso, donde encontró su verdadera vocación.

El constante viajar por todo el país le puso en contacto con la realidad social chilena,
plagada de desigualdades económicas. Violeta Parra adoptó una postura política de
militante de izquierdas que le llevó a buscar las raíces de la música popular. En
1952 recorrió los barrios más pobres de Santiago de Chile, las comunidades mineras
y las explotaciones agrarias, recogiendo las canciones anónimas que después
repetiría, ya en 1954, en una serie de programas radiofónicos para Radio Chilena,
emisora que la proyectó al primer plano del folclore nacional. En 1954 recibió el
premio Caupolicán; ese mismo año contrajo matrimonio con Luis Arce, del que
nacieron Carmen Luisa y Rosa Clara. En 1953 había conocido a Pablo Neruda.
A mitad de los años cincuenta realizó un viaje por los países de la Europa socialista
y de regreso, a su paso por Francia, tuvo la oportunidad de plasmar temas del
folklore chileno para el catálogo del sello Le Chant Du Monde. En 1956, ya de
regreso a Chile, grabó el primer álbum de la colección El folclore de Chile, serie que
garantizaría la conservación de multitud de temas populares de autoría anónima.
Fue designada directora del Museo de Arte Popular de la Universidad de Concepción
y retomó sus actuaciones en Radio Chilena.
Pasó los primeros años de la década de 1960 en Europa, donde realizó actuaciones
en diversos países. En 1964 tuvo la oportunidad de organizar una exposición
individual de su obra plástica en el Museo del Louvre, la primera realizada por un
artista latinoamericano. Nuevamente en Santiago, junto con su hermano Nicanor
Parra y sus hijos mayores, animaron la "Peña de los Parra", un nombre de
resonancias legendarias en la música popular de América Latina.

Julio Cortázar
(Bruselas, 1914 - París, 1984) Escritor argentino, una de la grandes figuras del
llamado «boom» de la literatura hispanoamericana, fenómeno editorial que, en la
década de 1960, dio merecida proyección internacional a los narradores del
continente.

Julio Cortázar en 1967

Emparentado con Borges como inteligentísimo cultivador del cuento fantástico, los
relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría metafísica para
indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano, en una búsqueda
de la autenticidad y del sentido profundo de lo real que halló siempre lejos del
encorsetamiento de las creencias, patrones y rutinas establecidas. Su afán
renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros
que se verifica en muchos de sus libros, de entre los cuales la
novela Rayuela (1963), con sus dos posibles órdenes de lectura, sobresale como su
obra maestra.
Biografía
Hijo de un funcionario asignado a la embajada argentina en Bélgica, su nacimiento
coincidió con el inicio de la Primera Guerra Mundial, por lo que sus padres
permanecieron más de lo previsto en Europa. En 1918, a los cuatro años de edad,
Julio Cortázar se desplazó con ellos a Argentina, para radicarse en el suburbio
bonaerense de Banfield.
Tras completar sus estudios primarios, siguió los de magisterio y letras y durante
cinco años fue maestro rural. Pasó más tarde a Buenos Aires, y en 1951 viajó a
París con una beca. Concluida ésta, su trabajo como traductor de la UNESCO le
permitió afincarse definitivamente en la capital francesa. Por entonces Julio Cortázar
ya había publicado en Buenos Aires el poemario Presencia con el seudónimo de
«Julio Denis», el poema dramático Los reyes y la primera de sus series de relatos
breves, Bestiario, en la que se advierte la profunda influencia de Jorge Luis Borges.
En la década de 1960, Julio Cortázar se convirtió en una de las principales figuras
del llamado «boom» de la literatura hispanoamericana y disfrutó del reconocimiento
internacional. Su nombre se colocó al mismo nivel que el de los grandes
protagonistas del «boom»: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, los
mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, los uruguayos Juan Carlos Onetti y Mario
Benedetti o sus compatriotas Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, entre otros. A
diferencia de Borges, Cortázar sumó a su sensibilidad artística su preocupación
social: se identificó con las clases marginadas y estuvo muy cerca de los
movimientos de izquierdas.
En este sentido, su viaje a la Cuba de Fidel Castro en 1962 constituyó una
experiencia decisiva en su vida y el detonante de un radical cambio de actitud que
influiría profundamente en su vida y en su obra: el intelectual introvertido que había
sido hasta entonces devendrá activista político. Merced a su concienciación social y
política, en 1970 se desplazó a Chile para asistir a la ceremonia de toma de
posesión como presidente de Salvador Allende y, más tarde, a Nicaragua para
apoyar al movimiento sandinista. Como personaje público, Julio Cortázar intervino
con firmeza en la defensa de los derechos humanos, y fue uno de los promotores y
miembros más activos del Tribunal Russell.
Como parte de este compromiso escribió numerosos artículos y libros, entre
ellos Dossier Chile: el libro negro, sobre los excesos del régimen del
general Pinochet, y Nicaragua, tan violentamente dulce, testimonio de la lucha
sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza, en el que incluyó el
cuento Apocalipsis en Solentiname y el poema Noticias para viajeros. Tres años
antes de morir adoptó la nacionalidad francesa, aunque sin renunciar a la argentina.
Falleció en París el 12 de febrero de 1984, poco después de enviudar de su segunda
mujer, Carol Dunlop.
Miguel de Unamuno
(Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) Escritor, poeta y filósofo español, principal
exponente de la Generación del 98. Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la
Universidad de Madrid, época durante la cual leyó a Thomas Carlyle, Herbert
Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis Crítica del problema
sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, y poco después accedió a la cátedra
de lengua y literatura griega en la Universidad de Salamanca, en la que desde 1901
fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.

Miguel de Unamuno

Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y


los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la
base de la dialéctica hegeliana, y más tarde acabó buscando en las dispares
intuiciones filosóficas de Herbert Spencer, Sören Kierkegaard, William James y Henri
Bergson, entre otros, vías de salida a su crisis religiosa.
Sin embargo, las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su
pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo
que hubo de recurrir a la literatura, en tanto que expresión de la intimidad, para
resolver algunos aspectos de la realidad de su yo. Esa angustia personal y su idea
básica de entender al hombre como "ente de carne y hueso", y la vida como un fin
en sí mismo, se proyectaron en obras como En torno al casticismo (1895), Mi
religión y otros ensayos (1910), Soliloquios y conversaciones (1911) o Del
sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos (1913).

El primero de los libros fue en realidad un conjunto de cinco ensayos en torno al


"alma castellana", en los que opuso al tradicionalismo la "búsqueda de la tradición
eterna del presente", y defendió el concepto de "intrahistoria" latente en el seno del
pueblo frente al concepto oficial de historia. Según propuso entonces, la solución de
muchos de los males que aquejaban a España era su "europeización".

Sin embargo, estas obras no parecían abarcar, desde su punto de vista, aspectos
íntimos que formaban parte de la realidad vivencial. De aquí que literaturizase su
pensamiento, primero a través de un importante ensayo sobre dos personajes clave
de la literatura universal en la Vida de don Quijote y Sancho (1905), obra en la que,
por otra parte y en flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en
libros anteriores, proponía "españolizar Europa". Al mismo tiempo, apuntó que la
relación entre los dos protagonistas de Don Quijote de la Manchasimbolizaba la
tensión existente entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la unidad
de la vida y la común aspiración a la inmortalidad.

Miguel de Unamuno
(Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) Escritor, poeta y filósofo español, principal
exponente de la Generación del 98. Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la
Universidad de Madrid, época durante la cual leyó a Thomas Carlyle, Herbert
Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis Crítica del problema
sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, y poco después accedió a la cátedra
de lengua y literatura griega en la Universidad de Salamanca, en la que desde 1901
fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.

Miguel de Unamuno

Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y


los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la
base de la dialéctica hegeliana, y más tarde acabó buscando en las dispares
intuiciones filosóficas de Herbert Spencer, Sören Kierkegaard, William James y Henri
Bergson, entre otros, vías de salida a su crisis religiosa.
Sin embargo, las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su
pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo
que hubo de recurrir a la literatura, en tanto que expresión de la intimidad, para
resolver algunos aspectos de la realidad de su yo. Esa angustia personal y su idea
básica de entender al hombre como "ente de carne y hueso", y la vida como un fin
en sí mismo, se proyectaron en obras como En torno al casticismo (1895), Mi
religión y otros ensayos (1910), Soliloquios y conversaciones (1911) o Del
sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos (1913).

El primero de los libros fue en realidad un conjunto de cinco ensayos en torno al


"alma castellana", en los que opuso al tradicionalismo la "búsqueda de la tradición
eterna del presente", y defendió el concepto de "intrahistoria" latente en el seno del
pueblo frente al concepto oficial de historia. Según propuso entonces, la solución de
muchos de los males que aquejaban a España era su "europeización".

Sin embargo, estas obras no parecían abarcar, desde su punto de vista, aspectos
íntimos que formaban parte de la realidad vivencial. De aquí que literaturizase su
pensamiento, primero a través de un importante ensayo sobre dos personajes clave
de la literatura universal en la Vida de don Quijote y Sancho (1905), obra en la que,
por otra parte y en flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en
libros anteriores, proponía "españolizar Europa". Al mismo tiempo, apuntó que la
relación entre los dos protagonistas de Don Quijote de la Manchasimbolizaba la
tensión existente entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la unidad
de la vida y la común aspiración a la inmortalidad.

Bertolt Brecht
(Eugen Berthold Friedrich Brecht; Augsburg, 1898 - Berlín oriental, 1956) Escritor
alemán. Además de ser uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del
siglo XX, cuyas obras buscan siempre la reflexión del espectador, trató también de
fomentar el activismo político con las letras de sus lieder, a los que Kurt Weill puso
la música.
Bertolt Brecht

Comenzó en Múnich sus estudios de literatura y filosofía en 1917, a los que añadiría
posteriormente los de medicina. Durante la Primera Guerra Mundial comenzó a
escribir y publicar sus obras. Desde 1920 frecuentó el mundo artístico de Múnich y
trabajó como dramaturgo y director de escena. En este entorno conoció a Frank
Wedekind, Karl Valentin y Lion Feuchtwanger, con quienes mantuvo siempre un
estrecho contacto.
En 1924 se trasladó a Berlín, donde trabajó como dramaturgo a las órdenes de Max
Reinhardten el Deutsches Theater; posteriormente colaboró también en obras de
carácter colectivo junto con Elisabeth Hauptmann, Erwin Piscator, Kurt Weill, Hans
Eisler y Slatan Dudow, y trabó relaciones con el pintor Georg Grosz. En 1926
comenzó a interesarse con mayor intensidad por el marxismo y estableció un
estrecho contacto con Karl Korsch y Walter Benjamin. Su Dreigroschenoper (Opera
de cuatro cuartos, 1928) obtuvo en 1928 el mayor éxito conocido en la República de
Weimar. En ese año 1928 se casó con la actriz Helene Weigel.
Desde 1930 estrechó sus contactos con el Partido Comunista Alemán. Tres años
más tarde, la ascensión del nazismo forzó su salida del país: el 28 de febrero de
1933, un día después de la quema del Parlamento, Brecht comenzó su camino hacia
el exilio en Svendborg (Dinamarca). Tras una breve temporada en Austria, Suiza y
Francia, marchó a Dinamarca, donde se estableció con su mujer y dos
colaboradoras, Margarethe Steffin y Ruth Berlau. En 1935 viajó a Moscú, Nueva
York y París, donde intervino en el Congreso de Escritores Antifascistas, suscitando
una fuerte polémica.
Iniciada la Segunda Guerra Mundial, y temiendo la ocupación alemana, en 1939 se
marchó a Suecia; en 1940, a Finlandia, país del que tuvo que escapar ante la
llegada de los nazis; y en 1941, a través de la Unión Soviética (vía Vladivostok), a
Santa Monica, en los Estados Unidos, donde permaneció aislado seis años, viviendo
de guiones para Hollywood. En 1947 se llevó a la pantalla Galileo Galilei, con muy
poco éxito. A raíz del estreno de esta película, el Comité de Actividades
Antinorteamericanas le consideró elemento sospechoso y tuvo que marchar a Berlín
Este (1948), donde organizó primero el Deutsches Theater y, posteriormente,
el Theater am Schiffbauerdamm. Antes había pasado por Suiza, donde colaboró
con Max Frisch y Günther Weisenborn.
En Berlín, junto con su esposa Helene Weigel, fundó en 1949 el conocido Berliner
Ensemble, y se dedicó exclusivamente al teatro. Aunque siempre observó con
escepticismo y duras críticas el proceso de restauración política de la República
Federal, tuvo también serios conflictos con la cúpula política de la República
Democrática.
DOLORES VEINTIMILLAS DE GALINDO

Hija de don José Veintimilla y de doña Jerónima Carrión, pertenecía


a una familia aristócrata y recibió una esmerada educación, estudió
en el Colegio Santa María del Socorro y más tarde en el Convento de
Santa Catalina de Siena. Estudió música, sabía tocar el piano y la
vihuela; recibió clases de dibujo y pintura. Empezó a escribir poesías
desde muy joven.

Contrajo matrimonio con el médico colombiano Dr. Sixto Galindo, y


antes de finalizar el año nació su hijo al que llamó Felipe Santiago
José. Poco tiempo después, por razones de la profesión de su
esposo se trasladaron a vivir en Guayaquil, y posteriormente se
radico sola con su hijo en la ciudad de Cuenca. Sola, abandonada y
buscando alivio a su dolor, se refugió en el arte, dedicándose a la
pintura, la música y la poesía.

En abril de 1857 asistió al fusilamiento de un indígena llamado


Tiburcio Peñafiel, acusado de parricidio fue condenado a muerte, la
poetisa siente la tragedia como suya y sale en defensa del indígena
escribiendo un ensayo al que titula “Necrología”, en el cual se
muestra contraria a la pena de muerte.

A partir de éste escrito el mayor de sus adversarios Fray Vicente


Solano, no dejaría de fustigarla desde el púlpito, él se encargó de
mancillar su honor y su dignidad hasta después de muerta. Todo
esto, junto a las penurias económicas, el abandono de su esposo y
las críticas sociales fueron hundiéndola en una melancolía profunda.

Muerte:

Cansada de sobrevivir se arrancó la vida de su propia mano, como lo


indicó en sus poemas: "Y si a olvidar no alcanzas al ingrato / te
arrancare del pecho corazón". Fue hallada muerta el 23 de mayo de
1857, dejando una nota a su madre pidiéndole perdón y que cuidara a
su hijo.

Así desaparecía tempranamente, con apenas veintisiete años de


vida, una de las más tiernas voces del Romanticismo Hispano. Más
allá de su funesto final, la gran tragedia de Veintimilla fue la poca
preservación que se le dio a su obra, de la que solo quedan
vestigios. Luego de su muerte, la madre de la poetisa intentó
publicar los textos de esta, pero fracasó. Una de las compilaciones
más completas fue publicada en 1861.

Poemas:

Dolores Veintimilla dejó pocas obras, las cuales fueron publicadas


en conjunto por Celiano Monge en Quito después de la muerte de la
poetisa. Entre la prosa sobresalen Fantasía y Recuerdos. Son obras
en las que dialoga con el pasado y en las que culpa al tiempo por
haber dado una temprana muerte a sus ilusiones.

Cómo característica de estilo prefirió el verso rimado y musical, y


que casi no se valió de metáforas u otras imágenes literarias para
plasmar su dolor en sus escritos.

Álvaro Yunque
(La Plata, 1889 - Tandil, 1982) Escritor argentino. Aunque su verdadero nombre era
el de Arístides Gandolfi Herrero, firmó sus obras con el pseudónimo literario de
Álvaro Yunque, con el que fue conocido dentro y fuera de su país natal. Humanista
fecundo y polifacético, está considerado como una de las voces más significativas de
la intelectualidad progresista argentina del siglo XX.
Álvaro Yunque en una imagen de 1965

Nacido en el seno de una familia acomodada -era hijo del milanés Adán Gandolfi y
de la ciudadana argentina Angelina Herrero Palacios, nieta de un coronel rosista-,
fue el mayor de ocho hermanos. En 1896, cuando el pequeño Arístides contaba siete
años de edad, la familia Gandolfi-Herrero se afincó en Buenos Aires. En 1901
ingresó en el Colegio Nacional Central y siete años después Arístides Gandolfi
Herrero se matriculó en la Universidad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos
Aires para cursar estudios superiores de Arquitectura. Pero en 1913, cuando estaba
a punto de licenciarse como arquitecto, abandonó sus estudios de arquitectura para
consagrarse de lleno al periodismo y al cultivo de la creación literaria.

Desde comienzos de la década de los años veinte, Arístides Gandolfi ejerció como
uno de los más bulliciosos animadores de la vida cultural bonaerense. Adscrito
primero a la denominada "Generación del 22", pasó luego a convertirse en una de
las figuras centrales del "Grupo Boedo", un colectivo de escritores que, desde los
planteamientos estéticos del realismo y la ideología izquierdista, propugnaba que el
arte había de cumplir una función social, en contra de los postulados de otros
grupos argentinos contemporáneos. Como Álvaro Yunque difundió sus primeros
poemas y relatos a través de la editorial de la revista Claridad. Simultáneamente,
participaba de un modo activo en el periodismo progresista, con frecuentes y
polémicas colaboraciones en los principales rotativos y revistas de la izquierda
argentina.

Hacia 1940, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a interesarse


vivamente por el pasado histórico argentino, al tiempo que hacía pública su activa
militancia antifascista. La dirección del rotativo El Patriota le condujo a la cárcel y al
destierro, por lo que convivió en Montevideo con numerosos exiliados argentinos.

Entre 1961 y 1975, Álvaro Yunque continuó escribiendo nuevos poemarios, relatos y
estudios históricos que, publicados junto a otras reediciones de sus obras
anteriores, le convirtieron en uno de los autores más prolíficos de la Literatura
argentina. Pero sus posiciones políticas y su reivindicaciones sociales no eran del
agrado de los dirigentes de la dictadura militar implantada en Argentina en la
década de los setenta, por lo que en 1977 sus nuevas obras fueron censuradas y se
prohibió la difusión de sus antiguos escritos, muchos de los cuales fueron echados a
la hoguera. Discretamente recluido en la ciudad de Tandil, murió a comienzos de
1982, aún en pleno período dictatorial, cuando contaba noventa y dos años de edad.

Enrique GARCÍA ASENSIO

GARCÍA ASENSIO, Enrique (Huércal Overa, 1856 - Lorca,


1916). Juez e historiador.
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Nacido en el seno de una familia acomodada dedicada al


comercio, tras sus estudios de primera enseñanza en
Huércal Overa, cursó segunda enseñanza en el Instituto de
Lorca, obteniendo el grado de bachiller en 17-VI-1873. En la
Universidad de Granada se licenció con nota de
sobresaliente (23-VI-1879). Fue nombrado vice-secretario de
la Audiencia de lo criminal de Huércal Overa (4-II a VIII-
1889). Ejerció como profesor del Colegio de 2ª Enseñanza
de la Purísima Concepción de esta villa (30-IX-1891).
Nombrado juez municipal en dos periodos (1893-1897 y
1899- 1902), en este último año ingresó en la carrera judicial,
atendiendo los juzgados de primera instancia de San
Clemente, Vélez Rubio (9-XII-1902 a 13-XI- 1907) y Totana,
siendo nombrado fiscal de la Audiencia de Murcia.
Desempeñó después el cargo de juez de Cieza y fue
ascendido a la categoría de término (14-IV-1914); por último,
se posesionó del juzgado del distrito de San Juan de Murcia
(19-V-1914), sirviendo a continuación el juzgado de Lorca,
en cuyo servicio murió (28-II-1916).

Liberal moderado en el campo político, su participación


en la vida pública huercalense se vio cercenada por sendas
inhabilitaciones como concejal en 1899 y 1907. Ejerció una
notable influencia política y social en la villa, impulsando
proyectos como la construcción del edificio de la Audiencia
de Justicia y fue administrador de la sociedad minera
Nuestra Señora de los Desamparados. También se implicó
en la mejora material y promoción cultural de otras
localidades en las que residió por motivos de su trabajo,
como Vélez Rubio, dónde colaboró con el periódico La
Defensa y trabó una profunda amistad con el historiador
velezano Fernando Palanques Ayén, con el que emprendería
la búsqueda del “sepulcro de Escipión”, que la tradición
popular situaba en las estribaciones del Cabezo de la Jara
(1905) y con el que se intercambiará unos curiosos
periódicos manuscritos, denominados La Rápita y El
Maimón (1907).

Impulsor del periódico de tendencia liberal El


Horizonte (1879-1884) y colaborador de La Voz del Ateneo,
editado por el Ateneo huercalense. Definió el escudo de la
villa de Huércal Overa, aceptado por el Concejo en 1910,
que fue aprobado por la Corona en 1912. Mantuvo una fluida
relación con intelectuales contemporáneos: Francisco Javier
Simonet, Francisco Cáceres Plá, Pedro Díaz Cassou,
Nicolás Acero Abad, José Martínez Tornel, el citado
Fernando Palanques Ayén, Luis de Torres y León, de Morón
de la Frontera (Sevilla).

García Asensio es conocido, fundamentalmente, por ser


el autor de la monumental Historia de la villa de Huércal
Overa y su comarca (1910), editada a su costa en
cuadernillos y compuesta de tres tomos. Labor rigurosa,
paciente y bien redactada que le llevó años de investigación
y sacrificios personales, constituyendo, junto con la Historia
de Vélez Rubio (1909), las dos más documentadas (y casi
únicas) monografías locales de la provincia.

Tras su muerte, dado el intenso cariño que profesaba a


su patria chica, por su expreso deseo, fue sepultado en su
pueblo natal. Los vecinos, en un escrito firmado de forma
masiva, solicitaron al Ayuntamiento que se le dedicara una
calle al querido historiador; el periódico La Voz del
Ateneo inició una campaña en este sentido. En sintonía con
el sentir popular, el pleno (5-X-1916) dio su nombre a la
llamada, hasta entonces, calle de la Iglesia, donde había
nacido.

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