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Nº 113 / En la ciudad de Resistencia, Capital de la

Provincia del Chaco, a los treinta y un días del mes


de agosto del año dos mil diez, reunidos en Acuerdo
los señores Jueces de la Sala Segunda en lo Criminal
y Correccional del Superior Tribunal de Justicia,
RICARDO FERNANDO FRANCO y ALBERTO MARIO MODI, quienes
emitirán su voto en ese orden, asistidos por el
Secretario Autorizante MIGUEL ANGEL LUBARY, tomaron
conocimiento del expediente nº 1-17.174/10,
caratulado: "REJALA MIGUEL ANGEL S/ ABUSO SEXUAL
SIMPLE", con el objeto de dictar sentencia conforme
los artículos 472, 462 y ccs. del Código Procesal
Penal.-
Seguidamente la Sala Segunda plantea
las siguientes
C U E S T I O N E S
1°) ¿Es procedente el recurso de
casación interpuesto a fs. 654/657?
2°) ¿Qué pronunciamiento corresponde
dictar?
A LA PRIMERA CUESTIÓN, RICARDO FERNANDO FRANCO dijo:
I- La Cámara Primera en lo Criminal de
esta ciudad, mediante Sentencia Nº 81 del 25 de
noviembre de 2009, condenó a Miguel Angel Rejala como
autor penalmente responsable del delito de Abuso
Sexual simple agravado por ser encargado de la
educación (art. 119, ler. y último párrafos, del
C.P.) a la pena de tres años de prisión de ejecución
condicional (art. 26 del C.P.) y bajo las pautas de
conducta fijadas a tenor del art. 27 bis del C.P. a
las que deberá someterse por igual término que el de
la condena.-
Contra esa decisión, la Defensa del
encartado dedujo recurso extraordinario local el que,
habiendo transitado el íter procesal pertinente y
superada la etapa del art. 470 del ritual, se
encuentra en las condiciones previstas por el art.
472 del mismo cuerpo normativo.-
La protesta recursiva expone que el
Tribunal de grado arbitrariamente desestimó en el
fallo su planteo de insubsistencia de la acción
penal, al computar la declaración de incompetencia de
la Juez Correccional como evidencia de la complejidad
del caso; como así, que se consideró que se estaba
ante un hecho de mayor gravedad con el solo
testimonio de la víctima y se remitió la causa a la
Cámara del Crimen, sin que medie acusación de la
Fiscalía al respecto, lo cual a su juicio vicia de
nulidad dicha resolución.-
Además, acusa que en la sentencia
condenatoria impugnada se ha inobservado la sana
crítica racional, por arbitraria valoración de los
elementos indiciarios tomados para la determinación
del hecho cuya comisión se atribuye a su pupilo
procesal.-
Precisa que el voto mayoritario restó
valor conviccional a los testimonios de María Celeste
Pauluk, María Sol Pauluk, María de los Angeles
Tehodorou y Nara Belén Silva, descartándolos
totalmente por considerarlos contradictorios y sin
embargo, al momento de ponderar las distintas
versiones dadas por la víctima, contrariando el
criterio anterior, dio crédito a la primer
declaración de ésta por ser la más cercana al tiempo
de producción del hecho, parcializando la prueba
arbitrariamente. Agrega, que al respecto tampoco se
podrá decir que la verosimilitud de tales dichos fue
acordada en razón de la inmediación del debate, por
cuanto en dicho acto la menor declaró todo lo
contrario.-
Por ello, solicita se declare la
nulidad de la sentencia que condena a Miguel Angel
Rejala.-
II- Reseñada la labor recursiva
convocante se advierte que, en su primer embate
impugnaticio el recurrente, infructuosamente,
pretende conmover el fallo del tribunal inferior por
el rechazo, a su juicio arbitrario, del planteo de
insubsistencia de la acción penal efectuado por su
parte durante la discusión final.-
Al respecto, en el antecedente
jurisprudencial "Sosa Horacio...", sent. 123/07 con
remisión al caso "Gyldenfeldt...", en lo pertinente
se concluyó -como también en el sub discussio- que
"...,el examen del caso concreto permite afirmar que
su duración en el trámite no es de los que pueden ser
considerados como absurdamente excesivos para
conducir a su encuadramiento entre aquellos procesos
que descalifiquen el servicio de justicia, como así
también que el criterio que se sustenta como
fundamento -en el caso por el recurrente- no mantiene
coherencia con las pautas rectoras fijadas por la
Corte Suprema en los recordados antecedentes
("Mattei" y Mozzatti") al asignarle una amplitud que
distorsiona sus conceptos,..."; aludiendo sin más a
un supuesto excesivo plazo de duración del proceso (6
años) cuando la penalidad prevista en abstracto para
el delito atribuido (art. 119, ler. y último
párrafos) es de tres (3) años de mínima a diez (10)
años de máxima de reclusión o prisión.-
Así también se puntualizó en sus
fundamentos "Es dable recordar lo señalado por dicho
Tribunal, específicamente en el voto del Dr. Gustavo
Bossert, en un proceso con más de veinte años desde
la comisión del delito de Lesiones Culposas en cuanto
"Si bien la duración razonable de un proceso depende
en gran medida de diversas circunstancias propias de
cada caso, razón por la cual el derecho a obtener un
juicio sin dilaciones indebidas no puede traducirse
en un número de días, meses o años, cabe identificar
algunos factores insoslayables para saber si se ha
conculcado la garantía de obtener un juicio sin
dilaciones indebidas: la duración del retraso, las
razones de la demora, y el perjuicio concreto"
(Amadeo de Roth, Angélica s/Lesiones Culposas A.
556.XXXIII)".-
Al analizar tales factores, resulta
necesario concluir que no se advierte que en el caso
se haya visto conculcada la garantía a obtener un
juicio sin dilaciones indebidas; como tampoco el
impugnante, con la alegación de la frustración del
derecho federal invocado por el mero transcurso del
tiempo, ha logrado y ni siquiera intentado demostrar,
cuáles son los perjuicios que de imposible o tardía
reparación ulterior le acarrea en concreto, todo lo
cual nos lleva a desestimar este aspecto
impugnaticio.-
Ahora bien, el quejoso también dirigió
sus embates recursivos a la sentencia condenatoria
dictada en contra de su defendido y en orden a ello,
cabe examinar el fallo a fin de controlar el
cumplimiento de las condiciones necesarias para su
validez general (CSJN, Fallos 325:1227, in re
"Caric"), aplicando la teoría del máximo rendimiento
(CSJN, Fallos: 328:3399, in re "Casal").-
Al examen integral del pronunciamiento
jurisdiccional en pugna, impuesto por la directriz
jurisprudencial emanada del Máximo Tribunal de la
Nación, se observa que las sentenciantes captaron
diversos medios de convicción para arribar al
resultado condenatorio que motiva el agravio,
estableciendo a través de ellos que está debidamente
acreditado que: "...el 14 de julio de 2004 durante
el horario de clases en el turno de la tarde, el
imputado Miguel Angel Rejala, profesor de la cátedra
de Ciencias Sociales y Naturales del Colegio
Educativo Nº 972 ubicado en Avda. Edison y calle 21
de esta ciudad, luego de quedarse solo con la alumna
Melisa Carla Marianela Contreras García en el
interior de una de las aulas, le levantó la remera
que vestía, manoseándole los pechos y la cola".-
Las probanzas que, concatenadas
racionalmente por la mayoría de los integrantes del
Tribunal de mérito, permitieron establecer la
existencia del hecho supra transcripto, el modo en
que fue cometido y la autoría responsable del
imputado en el mismo son primordialmente el
testimonio de la víctima y los informes del Equipo
Interdisciplinario, ratificados por lo que en el
juicio expusieron la Licenciada María Silvana Pérez y
la médica psiquiatra Sofía Galvis Chirife.-
De los dichos de la menor, los votos
expresados en el sentido condenatorio solo aceptaron
como verosímiles los referidos a tocamientos y no así
los relacionados al acceso carnal que introdujo en su
relato al inicio del juicio Correccional y que en su
momento motivara la declaración de incompetencia de
esa sede elevando los autos al Tribunal Criminal que
en definitiva se encargó del juzgamiento de la
conducta desplegada en la emergencia por el
encausado.-
Las judicantes, razonablemente
consideraron que de las distintas versiones dadas por
la niña solo había coincidencias sobre aquél aspecto,
relatado -a fs. 15/18- a pocos días de haber ocurrido
el hecho y que hallan sustento en lo afirmado por las
referidas profesionales que la entrevistaron; como
así en lo declarado por la directora de la EGB Nº
972.-
El casacionista cuestiona la
parcialización de dicha prueba testifical, alegando
un arbitrario cambio de criterio de las juzgadoras al
momento de su valoración, por cuanto ante las también
contradictorias versiones de las compañeras de curso
de la presunta víctima, directamente optaron por
desecharlas totalmente.-
Al respecto, no puede soslayarse que,
si la obligación constitucional y legal de motivar la
sentencia impone al Tribunal de mérito -entre otros
recaudos- tomar en consideración todas las pruebas
legalmente incorporadas al juicio y efectuar su
ponderación conforme la sana crítica racional, el
recurso que invoca la infracción a las reglas que la
integran -lógica, psicología, experiencia- debe
también contraponer un análisis de todo el cuadro
convictivo meritado, y en función de éste, a su vez,
evidenciar la decisividad del vicio que denuncia.-
De allí que resulte inconducente una
argumentación impugnativa que se conforme, como en el
caso, sólo con reproches aislados que no atiendan al
completo marco probatorio o que esgrima un defecto
carente de trascendencia en una apreciación integrada
de aquél. En tales supuestos, al no efectuar un
abordaje que agote las distintas premisas que
sostienen la conclusión que causa agravio, la crítica
no alcanza a enervarla y la decisión traspone
incólume el control casatorio.-
Sin perjuicio de ello, en el fallo en
crisis, el voto mayoritario dio valederas razones por
las cuales descartaba, por el principio de la duda,
la eventual existencia de un episodio de acceso
carnal. Ello así, no solo por la falta de
coincidencia entre los sucesivos relatos de la
víctima sino además porque éstos perdían valor
conviccional al ser confrontados con otras pruebas,
como la de la inspección judicial practicada durante
el juicio (fs. 573) donde, el Tribunal, apreció la
imposibilidad de su ocurrencia conforme lo narrado;
como así, que la investigación penal preparatoria no
ordenó oportunamente el examen médico de la zona
genital de la menor a efectos de poder considerar el
contacto sexual atribuido.-
Asimismo, razonablemente concluyó que
no está controvertido que Melisa Contreras estuvo
sola en el aula con el imputado y que él había ido a
buscarla de otro salón donde estaba con otros
compañeros y que una vez solos, Rejala se acercó al
armario donde se hallaba la alumna; a la vez que
coinciden los dichos de ésta en lo relacionado con la
existencia de tocamientos, referidos desde el inicio
del proceso y que surgen además de los informes de
las profesionales que la entrevistaron oportunamente,
en momentos más cercanos al hecho (Lic. Pérez) y
hasta épocas más recientes (Dra. Chirife), quienes en
el debate ratificaron haber detectado en Melisa
indicadores de haber sido víctima de una intromisión
en la esfera de lo sexual por parte de un adulto.
Computaron, además, que la Directora del
establecimiento educativo Mirta Graciela Ramírez
aportó al respecto que, al interrogarla sobre lo
sucedido, la alumna le contó que el profesor (Rejala)
en el salón de la Sra. Elena, le tocó los pechos.-
Como se advierte las sentenciantes solo
tomaron por cierto las expresiones vertidas por la
víctima que hallaban sustento en otros elementos de
convicción y en tal sentido, es criterio de esta
Sala que "...nada obsta a que el tribunal de juicio
separe de los aportes testimoniales las partes que
halle dotadas de fuerza de convicción, desechando las
porciones que carezcan de ella, en tanto ninguna
norma procesal consagra la indivisibilidad del
testimonio.-" ("Rojas Horacio...", sent. 45/07).-
Del integral examen casatorio
practicado, surge que, el pronunciamiento en crisis,
presenta suficiente estructura para consolidar y
definir su remate respecto a la autoría y
responsabilidad penal del encartado en el ilícito
atribuido; los elementos de prueba que lo sustentan
son válidos y en los fundamentos que los concatenan
no se exteriorizan los vicios alegados por la parte
recurrente.-
Siendo ello así, para el rechazo de la
arbitrariedad esgrimida por el recurrente, sólo basta
recordar lo expresado por el Máximo Tribunal en el
sentido que en tanto no se "demuestre que los jueces
de la causa han incurrido en un inequívoco
apartamiento del derecho aplicable, en omisiones
sustanciales, o se basen en afirmaciones meramente
dogmáticas, la discrepancia en la interpretación de
los hechos y de las pruebas no sustentan la tacha de
arbitrariedad" (Fallos: 306-1, 766) lo cual no ha
sido comprobado en el caso.-
En tales condiciones, solo cabe
proclamar la validez formal del fallo y ratificar su
legitimidad como acto jurisdiccional, razones por las
que me expido negativamente en esta cuestión. ES MI
VOTO.-
A LA PRIMERA CUESTIÓN, ALBERTO MARIO MODI dijo:
Comparto los fundamentos expuestos por
quien me precede en el voto, razón por la cual me
adhiero a la conclusión a la que arriba. ES MI VOTO.-
A LA SEGUNDA CUESTIÓN, RICARDO FERNANDO FRANCO dijo:
De acuerdo al resultado arribado al
responder a la primera cuestión, corresponde rechazar
el recurso extraordinario local deducido a fs.
654/657, con costas; propiciando se regulen los
honorarios profesionales del Dr. Darío Javier Testi
en la suma de Pesos Un Mil Doscientos Veinte ($
1.220.-) por su labor en esta sede y a cargo de su
defendido, conforme a las disposiciones arancelarias
vigentes (Arts. 4; 7; 11 y 13). ASÍ VOTO.-
A LA SEGUNDA CUESTIÓN, ALBERTO MARIO MODI dijo:
Adhiero a la decisión que propone el
colega en esta cuestión. ES MI VOTO.-
Con lo que se dio por finalizado el
Acuerdo precedente, firmando los señores Magistrados
presentes, todo por ante mi, Secretario que doy fe.-

S E N T E N C I A
Nº 113 / Resistencia, 31 de agosto de 2010.-
AUTOS Y VISTOS:
Los fundamentos del Acuerdo que
antecede, la Sala Segunda en lo Criminal y
Correccional del Superior Tribunal de Justicia,
RESUELVE:
I- Rechazar el recurso extraordinario
local interpuesto a fs. 654/657. Con costas.-
II- Regular los honorarios
profesionales del Dr. Darío Javier Testi en la suma
de Pesos Un Mil Doscientos Veinte ($ 1.220.-) por su
labor en esta sede y a cargo de su defendido,
conforme a las disposiciones arancelarias vigentes
(Arts. 4; 7; 11 y 13).-
III-
Regístrese.Notifíquese.Oportunamente comuníquese a
Caja Forense del Chaco y vuelvan los autos a su
Tribunal.-

RICARDO FERNANDO FRANCO, PRESIDENTE - ALBERTO MARIO MODI,


JUEZ - MIGUEL ANGEL LUBARY, SECRETARIO

- COPIA INFORMÁTICA -

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