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¿Qué es la biodiversidad?

Los biólogos adoptaron el concepto de biodiversidad precisamente para abarcar o


describir las diferentes formas en las que la vida se presenta. Así, la biodiversidad se
define como toda la variedad deformas en las que la vida se expresa a todos niveles en
el planeta, es común que la biodiversidad de un lugar se asocie con el número de
especies animales y vegetales que habitan en él. sin embargo la biodiversidad es mucho
más que eso, pues también abarca las diferencias genéticas entre especies, así como
entre individuos de una misma especie, al igual que los distintos paisajes que se
presentan en un lugar. En resumen, la biodiversidad comprende al menos cuatro niveles
de expresión: los genes, las poblaciones, las especies y los ecosistemas.

La diversidad genética se refiere a las diferencias que se presentan en el material


genético de distintas especies y a las variaciones genéticas entre poblaciones y entre
individuos de una misma especie. Los genes de cada individuo determinan tanto sus
características morfológicas (por ejemplo, el tamaño, el color del pelo, la presencia de
escamas o plumas, el tipo de hojas o la rugosidad de la corteza), como sus rasgos
fisiológicos (por ejemplo, la tasa respiratoria o la tasa fotosintética) y sus patrones
conductuales (como las conductas de cortejo, el cuidado parental y las formas de
forrajeo). Todas estas características, en conjunto, determinan las probabilidades que
tendrá un organismo de sobrevivir y reproducirse en un hábitat particular y en
determinadas condiciones ambientales.

La diversidad de poblaciones se refiere a las diferencias que existen entre los grupos de
organismos de la misma especie que ocupan diferentes localidades. Si estas poblaciones
están aisladas unas de otras, es posible que presenten dinámicas poblacionales
independientes, además de diferencias genéticas entre ellas. Por ejemplo, en la Selva
Lacandona existen varias poblaciones de monos araña, cada una con características
demográficas y genéticas particulares. Los individuos de una población específica
generalmente se aparean con otros individuos de esa misma población, aunque de vez
en cuando haya contacto entre poblaciones y algún mono se aparee con otro de una
población diferente. Este contacto genético entre poblaciones es muy importante, pues
homogeniza en cierta medida la variabilidad genética entre poblaciones y permite que
se mantenga la variabilidad genética global de la especie.

La diversidad de especies, se refiere a la variedad de organismos que forman una


comunidad. En este material de aprendizaje explicamos en sentido estricto, la
diversidad de especies (es decir, la diversidad alfa) tiene dos componentes (la riqueza
de especies y sus abundancias relativas), es común que el término diversidad se use
como sinónimo de riqueza, sobre todo cuando nos referimos a grandes extensiones de
tierra. Así, cuando se habla de este nivel dela biodiversidad de una región del planeta,
sé hace referencia al número de especies que habitan en esa región.

Por último, la diversidad de ecosistemas se refiere a la variedad de sistemas ecológicos


que se presentan en una región. Hay algunas regiones que son poco diversas en este
sentido, pues los ecosistemas que las forman no son muy diferentes entre sí, En
contraste, hay otras regiones, que se presentan ecosistemas muy diversos.

¿Cuántas especies diferentes existen y cuándo


surgieron?

Por muchos años, los organismos vivos se clasificaron únicamente en dos reinos: los
animales (Animalia) y los vegetales (Plantae). En las últimas décadas del siglo XX se
reconoció que esta clasificación era muy artificial y no reflejaba la realidad de la
diversidad de la vida en el planeta. Por esa razón, se propuso agrupar a los organismos
vivos en cinco reinos: Monera (las bacterias), Protista (los organismos unicelulares
eucariontes), Fungi (los hongos), Plantae (las plantas) y Animalia (los animales). Algunos
biólogos piensan que esta nueva clasificación tampoco refleja adecuadamente la
diversidad de la vida, por lo que dividieron al grupo de las bacterias en dos reinos:
Bacteria y Archaea. Los demás grupos se han mantenido como tales, aunque existen
ciertas discrepancias al respecto; por ejemplo, no hay acuerdo sobre la pertinencia de
ubicar a las algas en uno u otro reino.

El resultado es que ahora se reconocen seis reinos: Arqueas (o Arqueobacterias),


Bacterias, Protistas, Hongos, Animales y Plantas. La característica distintiva de los reinos
Bacteria y Archaea es que se trata de organismos unicelulares, pero en los que las células
no tienen un núcleo bien definido, ni tampoco organelos, es decir, son procariontes
(Prokaryotae). Los organismos de los demás reinos (protistas, hongos, animales y
plantas) sí poseen un núcleo claramente definido, por lo que se les llama eucariontes
(Eukaryotae).
En una categoría totalmente diferente se ubica todo el grupo de los virus, que no se
consideran organismos vivos en el mismo sentido que los ya mencionados, pues no
tienen vida propia, sino que dependen del aparato bioquímico y estructural de las
células a las que infectan. Por esta razón, los virus no quedan incluidos en estas
clasificaciones.
La vida en la Tierra surgió hace muchísimo tiempo. Se calcula que los primeros seres
vivos aparecieron en nuestro planeta hace unos 3,500 o 4,500 millones de años.
Posiblemente durante los primeros mil millones o 2 mil millones de años sólo había
organismos procariontes. Los primeros fósiles eucariontes unicelulares datan de hace
más de 2,000 millones de años y desde entonces empezaron a proliferar muy
rápidamente. A partir de ellos pronto evolucionaron los eucariontes multicelulares. Los
primeros animales surgieron hace aproximadamente 700 millones de años y
probablemente fueron similares a algunos invertebrados marinos actuales, como las
esponjas, las medusas, los corales suaves y algunos tipos de gusanos. En los registros
fósiles que datan de hace 400 a 500 millones de años ya se reconocen los invertebrados
marinos con exoesqueleto (como los moluscos y los crustáceos), así como algunos
vertebrados y plantas; posteriormente surgieron todos los phyla que existen en la
actualidad.

Los grupos más recientes, como los mamíferos, las aves y las plantas con flor
(angiospermas) aparecieron en el planeta hace unos 200 millones de años, aunque se
diversificaron más intensamente apenas hace unos 60 millones de años. Entre los grupos
más recientes de mamíferos se encuentra el de los homínidos, al que pertenece la
especie humana. Los primeros restos de seres humanos primitivos datan de hace 7
millones de años, aunque las primeras evidencias del hombre moderno datan de hace
sólo 100 mil a 200 mil años. Estas es-calas temporales nos dan una idea del tiempo tan
prolongado que ha transcurrido desde que surgió la vida en el planeta, en contraste con
el poco tiempo que lleva la especie humana en el mismo.

A pesar de su corta existencia, los seres humanos son los organismos que han provocado
las mayores transformaciones sobre la naturaleza y sobre el resto de los seres vivos. Los
biólogos evolutivos consideran que todas las formas de vida que existen actualmente en
nuestro planeta surgieron a partir de ancestros comunes que, con el paso del tiempo,
se fueron diversificando para formar distintos grupos biológicos. Algunos mecanismos
que dieron lugar a esta diversificación fueron: el aislamiento geográfico de poblaciones
de la misma especie (alopa-tría) que a la larga fueron evolucionando en diferentes
direcciones; las divergencias entre poblaciones de la misma especie causadas por
distintas adaptaciones locales a lo largo de gradientes ambientales (parapatría); y
fenómenos genéticos como la duplicación de cromosomas, la cual puede dar lugar a
especies distintas a partir de una misma población en un mismo lugar (simpa-tría). El
conjunto de eventos que llevan a la formación de nuevas especies a partir de ancestros
comunes se conoce como especiación. A lo largo de los últimos 4,500 a 3,500 millones
de años, la especiación ha dado lugar a todas las especies que existen y han existido en
el planeta. Hasta la fecha se han descrito cerca de dos millones de especies, entre
protistas, hongos, plantas y anima-les que viven en nuestro planeta en la actualidad.
Esta gran diversidad de formas de vida es parte de la biodiversidad de la Tierra y, a la
vez, encierra una riqueza extraordinaria de rutas evolutivas independientes que han
desembocado en esta variedad de expresiones. De esta forma, cada una de las especies
que encontramos hoy en nuestro planeta es el representante más reciente de una
largahistoria de aventuras evolutivas.

Los naturalistas y biólogos han descrito, hasta ahora, casi dos millones de especies
diferentes de eucariontes (es decir, protistas, hongos, animales y plantas). Este número
no incluye a los organismos de los reinos Bacteria y Archaea, de los que se sospecha que
también son muy diversos. Las especies conocidas se han descrito a partir de
expediciones, estudios e investigaciones de naturalistas y biólogos, durante los cuales
se han recolectado especímenes diversos. Estos últimos pasan a formar parte de
colecciones científicas (como museos y herbarios) y se estudian en detalle para definir a
qué grupo pertenecen.
La actividad de recolección se realiza en todos los países y, en la medida de lo posible,
intenta abarcar todos los ecosistemas existentes. Sin embargo, debemos reconocer que
la recolección de organismos de ciertos grupos taxonómicos (quizá porque nos resultan
particularmente llamativos) es más intensa, como es el caso de los vertebrados y las
plantas con flor; entre los insectos, que constituyen un grupo muy diverso, las mariposas
y los escarabajos son los grupos que han recibido más atención, mientras que de otros
grupos se sabe muy poco. Además, la exploración biológica ha sido insuficiente en
algunos ecosistemas, tanto terrestres (por ejemplo, los bosques húmedos de algunas
regiones montañosas y las cuevas) como acuáticos. (por ejemplo, las profundidades del
mar).

A partir del número de especies que se conocen en la actualida. algunos investigadores


han realizado extrapolaciones para estimar lo que todavía falta por conocer. Sin
embargo, las cifras que surgen de estas estimaciones son muy variables: desde 5
millones de especies, según las estimaciones más conservadoras, hasta 30 millones, de
acuerdo con los cálculos más audaces. La gran diferencia entre estas dos cifras no es
más que un reflejo de la enorme incertidumbre que todavía tenemos en nuestro cono-
cimiento; sin embargo, señala un hecho indudable: lo que conocemos es todavía una
porción muy pequeña de la gran diversidad de especies que comparten el planeta con
nosotros.
Debe recordarse, además, que el número de especies que viven en el mundo actual no
es más que una pequeña fracción de todas las que han existido en nuestro planeta a lo
largo de miles de millones de años de evolución. Pero, ¿cómo sabemos que hubo tantas
especies si actualmente están extintas? La respuesta está en el registro fósil, en el cual
quedó grabado su paso por la Tierra. En la larga historia de nuestro planeta ha habido
eventos de extinción en masa en repetidas ocasiones. Uno de ellos ocurrió hace
aproximadamente 260 millones de años, al final de la era Paleozoica, cuando
desapareció cerca de 50% de las especies que existían en ese momento en la Tierra, la
mayoría de las cuales eran invertebrados marinos. Otro evento de extinción en masa, el
más reciente, ocurrió hace aproximadamente 65 millones de años (al final del Cretácico)
e implicó la desaparición de todo el grupo de los dinosaurios, entre otros. Algunos
científicos afirman que se avecina otra extinción en masa, de dimensiones similares a
las anteriores, como consecuencia del cambio climático que el ser humano está
provocando en el planeta.
A pesar de que los datos relacionados con la variedad de especies en la Tierra son
impresionantes, no debemos olvidar que el número de especies es sólo uno de los
aspectos de la biodiversidad. Otro aspecto muy importante es la variedad de
ecosistemas que forman los diferentes grupos o especies en conjunto con el medio
ambiente abiótico en el que habitan. Podemos intuir las diferentes expresiones que
adquiere este aspecto de la biodiversidad si pensamos en la gran diversidad de paisajes
que podemos encontrar sobre la Tierra,
Hay paisajes áridos, húmedos, boscosos, rocosos, helados, montañosos, planos,
etcétera. A la vez, entre los paisajes húmedos, por ejemplo, encontramos algunos
caracterizados por su vegetación alta, o vegetación baja, o vegetación densa, o bien,
más rala. En realidad, es imposible encontrar dos paisajes idénticos en este “planeta
azul” en el que vivimos. Los científicos han intentado clasificar la gran diversidad de
comunidades y ecosistemas que existen en la Tierra tomando en cuenta sus
características (como estructura, composición y funcionamiento). Existen clasificaciones
muy diversas, y sin duda todas ellas simplifican la abrumadora variedad de la naturaleza;
sin embargo, una clasificación ampliamente aceptada por su sencillez y aplicabilidad es
la que se basa en el concepto de bioma.
Los biomas terrestres más conocidos son la selva tropical húmeda y la sabana (en climas
de tipo A); el desierto (en climas de tipo B); el bosque templado (en climas de tipo C); el
bosque boreal o taiga (en climas de tipo D); y la tundra (en climas de tipo E). Otras
clasificaciones más detalladas distinguen entre los diferentes tipos de bosques
dependiendo de si son tropicales (selvas) o templados, y de si están formados sólo por
especies de hojas anchas (latifoliadas) o sólo por coníferas, o bien, por una combinación
de latifoliadas y coníferas (bosques mixtos). Los bosques en conjunto representan un
poco más de la mitad de los ecosistemas terrestres, seguidos por los desiertos y los
pastizales; por el contrario, el bioma que ocupa la menor proporción de la superficie
emergida de la Tierra es la tundra, con menos de 5%.
¿Dónde se distribuye la biodiversidad?
La biodiversidad no se distribuye de manera uniforme en el planeta sino que, por el km,
hay algunas regiones que son biológicamente más ricas que otras, tanto por el número
total de especies que albergan, como por la variedad de ecosistemas que las componen.
Una de las formas de observar los patrones de variación global de la biodiversidad es a
través de mapas en los que se dibuja la distribución de diversos grupos taxonómicos. Se
han realizado algunos mapas de este tipo, pero sólo para los grupos biológicos más
conocidos, como los vertebrados y las plantas; de la distribución de muchos
invertebrados se sabe todavía muy poco. A partir de mapas como éstos, se ha logrado
identificar que los bosques tropicales, los cuales se distribuyen a ambos lados del
ecuador, son el tipo de bioma que alberga el mayor número de especies. Se estima que
cerca de 70% de las especies de todo el mundo se encuentran en estos ecosistemas. En
el mar ocurre algo semejante con los arrecifes coralinos, conocidos por albergar una
gran diversidad de muchos grupos biológicos.
El área de distribución de cada especie es uno de sus rasgos importantes y resulta de
gran interés para los biólogos. Existe una gran variación en el tamaño de las áreas de
distribución de las especies; hay especies que viven en áreas geográficas muy extensas,
que ocupan diversos tipos de ecosistemas y que forman poblaciones muy grandes, es
decir, son especies comunes. Un ejemplo de una especie común es el venado cola blanca
que se distribuye casi a todo lo largo del continente americano (con excepción de los
extremos norte y sur), habita en diversos tipos de ecosistemas y forma poblaciones
bastante numerosas (aunque la caza y la reducción de sus áreas naturales de
distribución han provocado su desaparición en algunas regiones). Entre los vertebrados,
las aves son el grupo que presenta especies con mayores áreas de distribución, como
resultado de la alta movilidad que poseen muchas de ellas. En el otro extremo están las
especies raras, las cuales se distribuyen en áreas muy restringidas del planeta; con
frecuencia son específicas de un ecosistema en particular y pueden formar poblaciones
muy reducidas. Un ejemplo de especie rara es la planta Lacandonia schismatica. cuya
distribución está restringida a una peque-ña área de la Selva Lacandona, en Chiapas,
donde tiene una población poco numerosa. Cuando una especie presenta una
distribución restringida sólo a una pequeña región del planeta, se dice que es una
especie endémica de esa región. Por ejemplo, la planta Lacandonia schismatica es
endémica de la Selva Lacandona. Cuando nos referimos al endemismo de una especie,
debemos hacer referencia a la región en la que se distribuye.
Hay lugares en la Tierra que se caracterizan por albergar una gran cantidad de especies
endémicas. Estas regiones se conocen como centros de endemismo. Por lo común, se
trata de áreas que están aisladas geográficamente por barreras montañosas, o porque
están rodeadas total o parcialmente por el mar, como es el caso de las penínsulas y las
islas. Las regiones biogeográficas del Neotrópico y el Afrotrópico son en las que más
especies endémicas existen, aunque Australasia también es notable por su endemismo,
en virtud de su alto nivel de aislamiento geográfico. Por estas razones, la importancia de
cada área del planeta para la conservación de la biodiversidad puede evaluarse tanto en
términos del número de especies diferentes que alberga, como del número de especies
endémicas que posee. Por ejemplo, en México los ecosistemas que presentan la mayor
diversidad de especies son los bosques tropicales húmedos; sin embargo, sus zonas
semiáridas y regiones montañosas son las que tienen un mayor número de especies
endémicas.
Por esta razón es importante contar con reservas ecológicas y áreas protegidas en
diferentes zonas del país. El aspecto de la biodiversidad que tiene que ver con la
variedad de eco-sistemas que existen en nuestro planeta puede representarse en un
mapamundi de los diferentes biomas terrestres. Un tipo de bioma particular, por
ejemplo, un desierto, tiene una fisonomía y un aspecto similar en África y en América.
Sin embargo, las especies que encontramos en uno u otro continente son muy
diferentes, pues representan toda una historia evolutiva asociada a una región
biogeográfica específica. Por ejemplo, en los desiertos de América encontramos cactus
y agaves (que son plantas de dos familias exclusivamente americanas), mientras que en
los desiertos africanos existe una gran diversidad de plantas de la familia Euphorbiaceae,
aunque éstas tienen formas similares a las de los cactus y agaves americanos.

La flora y la fauna de cada región del mundo, así como los biomas en los que viven, se
distribuyen en ocho diferentes zonas biogeográficas: Neártica, Neotropical, Paleártica,
Afrotropical, Indo-Malaya, Oceanía, Australasia y Antártica.. Las regiones más extensas
son la Paleártica, la Afrotropical, la Neártica y la Neotropical. Si bien en cada región
biogeográfica están representados varios biomas, es en las regiones Indo-Malaya,
Neotropical y en Oceanía donde predominan los bosques tropicales, mientras que los
pastizales y las sabanas están mejor representados en las regiones Paleártica y
Afrotropical, y las tundras en las regiones Paleártica, Neártica y Antártica. La región
Neotropical es, por mucho, la más diversa del mundo. Esto se debe, en parte, a que los
bosques tropicales —los cuales tienen una alta diversidad de especies— cubren una
proporción muy grande de la superficie de esta región. Sin embargo, la gran variedad de
sus hábitats —que van desde los más secos hasta los más húmedos, desde el nivel del
mar hasta la cimas de los Andes y a través de un intervalo latitudinal muy amplio— y
una historia orográfica muy compleja son factores que también contribuyen a su gran
diversidad. A pesar de que las áreas que ocupan las regiones Paleártica, Afrotropical y
Neártica son mayores que las de la región Neotropical, los números de especies que
aquéllas albergan son considerablemente menor.
Los países megadiversos

Las naciones que albergan la mayor diversidad de especies en el mundo se conocen


como países megadiversos. Para considerar que un país es megadiverso se utilizan varios
criterios. El más sencillo es el hecho de que albergue al menos 5,000 especies de plantas
superiores que sean endémicas de ese país.
Actualmente se reconocen 17 países que cumplen con este criterio y que, por lo tanto,
se consideran megadiversos. Entre ellos destacan Brasil, Indonesia, Colombia y México
En conjunto, esos 17 países albergan entre 66 y 75% de la diversidad de especies del
mundo, a pesar de que ocupan menos de 40% de la superficie del planeta. Estas últimas
cifras ejemplifican otro de los criterios para determinar si un país es megadiverso: si la
proporción de especies que alberga (respecto del número total que se conoce en el
mundo) rebasa la proporción de tierra emergida que poseen (con respecto al área total
de tierra emergida de todo el mundo).
En América Latina existen seis países megadiversos: Brasil, Colombia, Ecuador, México,
Perú y Venezuela. En cuanto a México, sabemos que en las dos terceras partes de su
territorio en las que todavía hay cobertura vegetal natural (aunque no toda en buen
estado de conservación), se presentan prácticamente todos los biomas del mundo
(excepto la tundra) Este hecho contrasta con la escasa diversidad de otros países como
Arabia Saudita que, a pesar de tener más o menos las mismas dimensiones y poseer una
ubicación con una latitud similar a la de México, tiene una diversidad de biomas
considerablemente menor. Se calcula que en los ecosistemas de México habita
alrededor de 10% de las especies que hay en el mundo, a pesar de que el territorio
mexicano representa alrededor de 1% de la superficie emergida del planeta.
México tiene una importancia clave en la biodiversidad mundial. Por ejemplo, ocupa el
primer lugar en el mundo en cuanto al número de especies de reptiles; además, 40% de
las plantas y 66% de los anfibios que viven en México son endémicos del país.
Asimismo, la mitad de las especies de pino, el 40% de los cactus conocidos y casi la
mitad de los encinos del mundo se encuentran en México. Debe recordarse que, además
de las especies ya descritas y cuya distribución se conoce, aún faltan muchas regiones
del territorio nacional por explorar, por lo que el número real de especies que viven en
México debe ser mucho mayor que el que actualmente se conoce. La enorme
biodiversidad que tiene México se debe a su compleja historia geológica, su accidentada
topografía, su gran diversidad de climas y suelos, y su localización entre dos de los
grandes océanos del mundo. Además, por su situación geográfica, en nuestro país
coinciden especies originarias del norte y del sur del continente americano.
Estos factores crean un mosaico muy complejo de condiciones ambientales en el que un
gran número de especies con características de vida, tolerancias y requerimientos muy
diferentes encuentran posibilidades de establecerse y prosperar. La biodiversidad a
todos sus niveles (es decir, diversidad genética, de poblaciones, de especies y de
ecosistemas) provee a la sociedad los bienes y servicios ambientales indispensables para
su desarrollo, sin embargo, es una pena que, como sociedad, no hayamos logrado
todavía concebir a la biodiversidad como parte del patrimonio natural de cada nación
de forma que podamos sentir orgullo por ella. Si pudiéramos apreciar nuestra
biodiversidad, también sentiríamos un gran sentido de responsabilidad en cuanto a su
protección y buen uso.
El empleo que el ser humano hace de la biodiversidad ha llevado a una transformación
profunda de la naturaleza. En muchos casos, la intervención humana ha sido la causa de
la extinción de especies, así como de la pérdida y deterioro de los ecosistemas naturales.
Si no llegamos a comprender la importancia de la biodiversidad, nunca lograremos
valorarla y, mucho menos, conservarla. En la mayoría de los países, la biodiversidad y su
conservación son temas que no tienen una alta prioridad en la agenda de los gobiernos,
ni tampoco de las organizaciones sociales; por desgracia, ni la sociedad ni los gobiernos
le conceden la prioridad que merece. Por eso, es urgente impulsar formas de desarrollo
diferentes que permitan hacer un uso adecuado de la biodiversidad para lograr el
bienestar social, pero sin destruir los recursos naturales que le dan sustento.
Conclusión

En el informe anterior pudimos observar y retacar todo lo que conlleva ala biodiversidad,
y dentro de ella abarcando los puntos más importantes a describir las diferentes formas
en que la vida se presenta tanto como la diversidad genética, diversidad de población y
diversidad ecosistema, Dando a conocer que la vida en la tierra surgió hace muchísimo
tiempo en una distribución de ecosistemas y de las especies de nuestro planeta, dando
a que se conozca en que hace cuanto tiempo aparecieron los primeros seres vivos en
nuestro planeta, la pregunta inicial que siempre nos hacemos es ¿Cuántas especies
existen en el planeta tierra? U pregunta difícil de responder asta el día de hoy, lograr
conocer las especies que ya han sido conocidas que se han descrito a partir de
expediciones y brindando información precisa de nuestro planeta para poder adquirir
más conocimiento dentro de ello.
Anexos

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