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La edad media es el periodo de la historia europea desde el colapso de la

civilización romana en el siglo V EC hasta el periodo del «renacimiento»
(datado ambiguamente entre los siglos XIII y XV EC).
El término y su significado convencional fueron introducidos, con
intencionalidad maliciosa, por los humanistas italianos para definir al periodo de
aproximadamente mil años, de los que se tenía noción de oscuridad e
ignorancia, que separaban su era de renacimiento del mundo antiguo greco-
romano.
Aunque en algunos idiomas, incluyendo el nuestro, la Edad Media está
etiquetada en singular («le moyen age» en francés y «das mittlere Alter» en
alemán), es difícil pensar en la era como algo distinto de las edades en plural.
Esto se debe en parte a los numerosos temas que abarca este largo período de
tiempo, y en parte a las sub-eras cronológicas dentro del periodo.
La «Alta Edad Media» en ocasiones llamada «Edad Oscura», epíteto originado
por motivos anteriormente expuestos. A pesar de ello los estudiosos modernos
que realmente han estudiado el período de tiempo no usarían la etiqueta tan
fácilmente, ya que juzgar el pasado interfiere con una verdadera comprensión
del tiempo y su gente. Sin embargo, e irónicamente, el término es todavía
bastante adecuado por la sencilla razón de que sabemos relativamente poco
acerca de los eventos y la cultura material de esos tiempos.
Se considera, para empezar, la «caída de Roma» y termina en algún momento
del siglo XI. Abarca los reinados de Carlomagno, Alfredo el Grande y los reyes
daneses de Inglaterra; vio las invasiones vikingas, la controversia iconoclasta y
el nacimiento y rápida expansión del islam en el norte de África y España. A lo
largo de estos siglos, el cristianismo se extendió por gran parte de Europa y el
papado se convirtió en una entidad política poderosa.
El periodo está tan poco definido que se confunde y difícilmente se diferencia
de la antigüedad tardía. Es una especie de puente que une el mundo antiguo y
el medieval a la vez que consigue diferenciarse de ambos.
La vida fue muy dura en la Edad Media. Muy pocas personas podían leer o
escribir. Su falta de conocimiento a menudo los conducía a creencias
supersticiosas. La gente pensaba que el destino gobernaba su existencia; por
lo tanto, había poca esperanza para la mejora su condición. Durante los años
del Imperio Romano, los pobres estaban protegidos por los soldados del
emperador. Cuando el imperio cayó, no había leyes para protegerlos, por lo
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que recurrieron a los señores para mantener la paz y actuar en su nombre.

Esta disposición a ser gobernada por los señores llevó a los comienzos del
feudalismo. Algunos campesinos eran libres, pero la mayoría se convirtieron en
siervos de un señor. Esto significaba que estaban atados a la tierra del señor y
pagaban una renta muy alta al señor.
La «Plena Edad Media» es el período de tiempo que parece tipificar mejor la
Edad Media. Por lo general, a partir del siglo XI, algunos académicos lo
terminan en 1300 y otros lo extienden por otros 150 años. Incluso limitándola a
sólo 300 años, la Plena Edad Media vio acontecimientos tan significativos como
las conquistas normandas en Gran Bretaña y Sicilia, las primeras cruzadas, la
querella de las investiduras y el inicio de la economía feudal. Para fines del
siglo XI, casi todos los rincones de Europa se habían cristianizado (con la
notable excepción de gran parte de España), y el papado, ya establecido como
una fuerza política, estaba en constante lucha con los gobiernos seculares y en
alianza con otros.
Este período es a menudo en lo que pensamos cuando alguien menciona la
«Civilización Medieval». A veces se le conoce como el «florecimiento» de la
sociedad medieval, gracias a un renacimiento intelectual en el siglo XII, por
filósofos notables como Pierre Abélard y Tomás de Aquino, y al establecimiento
de universidades como las de París, Oxford y Bolonia. Hubo una explosión de
construcción de castillos de piedra y la construcción de algunas de las
catedrales más magníficas de Europa.
En términos de cultura material y estructura política, la Plena Edad Media vio lo
que hoy llamamos feudalismo establecerse firmemente en todas partes de
Europa; El comercio de artículos de lujo, así como los alimentos básicos,
floreció; Se les otorgó a las ciudades cartas de privilegio y los señores feudales
las aplicaron con prontitud, y una población bien alimentada estaba empezando
a florecer. A finales del siglo XIII, Europa se encontraba en una cumbre
económica y cultural, al borde de una recesión.
La «Baja Edad Media» se puede caracterizar como una transformación del
mundo medieval a la modernidad temprana. A menudo se considera que
comienza en 1300, aunque algunos estudiosos consideran el comienzo del fin
desde mediados hasta finales del siglo XV. Una vez más, la fecha final es
discutible, desde 1500 hasta 1650.
Los eventos catastróficos e impresionantes del siglo XIV incluyen la guerra de
los cien años, la peste negra, el papado de Aviñón, el renacimiento italiano y la
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guerra de los campesinos alemanes. El siglo XV vio arder a Juana de Arco en

la hoguera, la caída de Constantinopla ante los turcos, los moros fueron
expulsados de España, así como los judíos fueron expulsados de varios
lugares de Europa, la guerra de las rosas y el viaje de colón a América. El siglo
XVI fue destruido por la reforma protestante y bendecido por el nacimiento de
Cervantes y Shakespeare. El siglo XVII, raramente incluido en la era medieval,
vio el gran incendio de Londres, una oleada de cazas de brujas y la guerra de
los treinta años.
Aunque la hambruna y la enfermedad siempre habían estado presentes, la
Baja Edad Media vio los resultados horrendos de ambas en abundancia. La
Peste Negra, precedida por el hambre y la superpoblación, destruyó al menos
un tercio de Europa y marcó el final de la prosperidad que había caracterizado
la Plena Edad Media. La Iglesia, otrora respetada por la generalidad de la
población, sufrió una reducción de estatus cuando algunos de sus sacerdotes
se negaron a atender a los moribundos durante la plaga y provocaron
resentimiento cuando disfrutaron de enormes ganancias legadas de las
víctimas de la plaga. Cada vez más pueblos y ciudades estaban arrebatando el
control de sus propios gobiernos de las manos del clero o la nobleza que los
había gobernado anteriormente. Y la reducción de la población provocó
cambios económicos y políticos que nunca se revertirían.
La sociedad medieval se había caracterizado por la pertenencia. La nobleza, el
clero, el campesinado, los gremios, todos eran entidades grupales que veían
por el bienestar de sus miembros, pero ponían primero el bienestar de su
propia comunidad en particular. Ahora, como se reflejó en el Renacimiento
italiano, estaba creciendo una nueva consideración por el valor del individuo.
De ninguna manera, la sociedad medieval tardía ni la sociedad moderna
primitiva fueron una cultura de igualdad, pero se habían sembrado las semillas
de la idea de los derechos humanos.

Pensamiento Estético:
Los avances en la Edad Media continuaron allanando el camino para el futuro
desarrollo de la estética como una disciplina separada. Sobre la base de las
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nociones de la antigüedad (sobre todo Platón y Aristóteles) a través de Plotino,

los pensadores medievales extendieron los conceptos anteriores de nuevas
maneras, haciendo contribuciones originales al desarrollo del arte y las teorías
de la belleza.
El arte floreció, pero perteneció a la iglesia, la corte y las instituciones cívicas
especiales. Los artistas practicaban la artesanía o eran eruditos, monjes o
poetas viajeros. Los tratamientos filosóficos del arte se encuentran en el
contexto de la teología y los escritos místicos. Una "estética" medieval existe
en continuidad con sus raíces clásicas. Se basa en la armonía y la proporción,
el amor por el color y la forma, y un sentido profundo de que los símbolos
proyectan un significado más allá de su apariencia individual.
La Edad Media tomo los conceptos estéticos de la Antigüedad clásica: pero
confirió a tales temas un significado nuevo, introduciéndolos en el sentimiento
del hombre, del mundo y de la divinidad típicos de la visión cristiana. Dedujo
otras categorías de la tradición bíblica y patrística, pero se preocupó de
incorporarlas en los marcos filosóficos propuestos por una nueva conciencia
sistemática. Por consiguiente, desarrolló en un plano de indiscutible
originalidad su especulación estética. Se ha observado que, en el fondo, al
hablar de problemas estéticos y al proponer cánones de producción artística la
Antigüedad clásica tenía los ojos en la naturaleza, mientras que, al tratar los
mismos temas, los medievales los tenían en la Antigüedad clásica: buena parte
de la cultura medieval en su totalidad consiste más en un comentario de la
tradición cultural que en una reflexión sobre la realidad.
Es difícil comprender esta distinción entre belleza y utilidad, belleza y bondad,
pulchrum y aptum, decorum y honestum, de las que están llenas las
discusiones escolásticas y las disquisiciones de técnica poética, puesto que los
medievales los conferían de esa forma.
El neoplatonismo continuó siendo influyente en una forma cristianizada a través
de la Edad Media. Se transmitió a través de dos fuentes primarias y una
multitud de influencias y referencias no reconocidas. Las dos fuentes más
importantes fueron los escritos de Agustín de Hipona (354-430) y el monje
sirio del siglo sexto, cuya obra fue interpretada por el discípulo de Pablo
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Dionisio el Areopagita. Agustín incorporó muchos elementos platónicos en su

teología. En particular, pudo usar el concepto neoplatónico de ser espiritual
para resolver los problemas sobre la existencia del mal y la naturaleza
incorpórea de Dios. En estética, este concepto puso a disposición el
movimiento jerárquico, que encontró la armonía en todo el universo y la belleza
como su objeto. El pseudo-Dionisio presentó partes de los neoplatónicos
anteriores directamente bajo el disfraz de la doctrina cristiana. Los nombres
divinos y una forma de negación dialéctica abrieron la jerarquía a la
especulación. Sin embargo, tanto Agustín como el seudo Dionisio desconfiaban
de la belleza. Era demasiado pagano. A lo largo de la Edad Media, los
escritores cristianos lucharon con los reclamos opuestos de la belleza como el
valor más alto y la tendencia del esteticismo a desconfiar de cualquier cosa que
fuera demasiado sensual. Sólo el misticismo medieval fue capaz de abrazar a
ambos al mismo tiempo.
La concepción cristiana recibió en su origen una considerable influencia del
neoplatonismo, por la idea del Uno-todo, y a la inversa
Los mismos principios de armonía y proporción se aplicaron a todas las artes,
aunque hubo diferencias en la forma en que se aplicaron. Las proporciones
numéricas, sin embargo, fueron las mismas porque los valores matemáticos
son inmutables. Por ejemplo, la Sección Dorada, considerada la proporción
más estéticamente agradable, fue a menudo la base de las proporciones en
arquitectura y pintura. A pesar de que estaban preocupados por la forma, se
debe enfatizar que los medievales no eran defensores de la forma sobre la
función. El propósito del edificio o la pintura era lo más importante para un
artesano a considerar. La forma fue manipulada de tal manera para cumplir con
el propósito del trabajo.
Los científicos medievales, como Roberto Grosseteste, estaban interesados
en descubrir la naturaleza de la luz. El tratado de Grosseteste sobre la
cosmología de la luz combina teorías neoplatónicas de emanación y aspectos
de la cosmología de Aristóteles. Los efectos de la luz se hicieron más
importantes para los artesanos medievales, particularmente en la arquitectura,
y frecuentemente asociaban la luz con sus teorías del color. La luz y el color
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afectaron los pensamientos de los pensadores medievales sobre ciertas

características de la belleza, como el resplandor y la claridad.
Una de las motivaciones para que los filósofos medievales persiguieran la
noción de luz fue desarrollada a partir de la creencia de que Dios es la luz.
La luz es lo que permite que la belleza de los objetos, especialmente su color,
se ilumine para mostrar su belleza al máximo.
La luz ilumina los colores, lo que llevó a los pensadores medievales a construir
teorías sobre el color.
El simbolismo se empleó, primero, como una herramienta para dar significado a
las obras de arte, y, segundo, se usó en un sentido hermenéutico, para
descubrir el significado más profundo de los textos.
El simbolismo tiene connotaciones en el ámbito de la hermenéutica, que se
basa en esta noción de que la belleza en la naturaleza refleja la belleza de
Dios.
Las personas que no tuvieron acceso a la Biblia, debido a las diferencias
culturales o el analfabetismo, todavía podrían recibir la verdad de Dios a través
de la naturaleza, si la buscaran. Por lo tanto, los artistas medievales intentaron
crear arte para aquellos que no tenían acceso literario a la Biblia mediante el
uso de símbolos.

Arte:
Incluso una persona cualquiera con poca instrucción sobre el arte puede notar
que las pinturas y las tallas de la época medieval tienen relativamente poca
semejanza con las caras y figuras de los restos griegos y romanos.
Esto es en parte porque algunos de las técnicas y métodos de pintura y talla
para conseguir semejanzas con la realidad parecen haberse perdido.
Los santos medievales, a menudo rodeados de aves y peces, o ejércitos de
caballería, se parecen mucho menos a personas y animales reales que a los
bustos de mármol y bajorrelieves que aún se pueden ver en las ruinas de la
antigua Atenas. Esto no quiere decir que el arte de la época medieval fuera
necesariamente inferior. Las pinturas de la época destacan por la vitalidad de
su color y contenido narrativo, y la arquitectura gótica, que no tiene casi nada
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que envidiar de la arquitectura del mundo clásico, está entre los mayores
legados de la humanidad.

Una de las características más notables del arte medieval fue su color vivo. La
mayoría de estas obras de arte tampoco utilizaban la perspectiva y, por lo
tanto, las figuras transmitían emociones claras. La mayoría de los historiadores
del arte también señalan que en estas piezas de arte medieval, las figuras
importantes se mostraron y parecen ser más grandes que las otras figuras que
las rodean.
Y desde hasta el comienzo del renacimiento, la mayoría de las piezas de arte
durante este período fueron creadas principalmente para iglesias. Las artes
fueron hechas para glorificar a Dios en lugar de por atractivo estético. Otra
característica del arte medieval fue su tema, que giraba principalmente
alrededor de la sagrada familia y los santos. Sin embargo, algunas esculturas y
pinturas representan escenas de guerra.
La diferencia entre el arte de finales de la antigüedad y principios del medievo
consistía en los sujetos representados, estos de acuerdo con los requisitos de
las comunidades cristianas primitivas. La forma y el método del arte
permanecieron clásicos durante muchos siglos. Tras la caída del Imperio
Romano, las naciones del norte fueron influenciadas por la civilización romana
e intentaron perpetuarla. En arquitectura, el sistema basilical y el estilo de
pintura de los frescos de las Catacumbas, estuvieron presentes durante mucho
tiempo en el arte medieval.
En Bizancio, capital del imperio romano oriental, se desarrollo un arte con
estilos dedicados y altamente conservadores. La mayoría de estas piezas se
adhirieron a los estilos griegos utilizando una estilización simplificada en las
figuras. Esto se debió meramente a su desdén por la vanidad y sus intentos por
mostrar la naturaleza espiritual de sus súbditos.
El estilo artístico celta se desarrolló en el sur de Alemania y el este de Francia
desde mediados hasta finales del siglo V, y se extendió por toda Europa y las
islas británicas. Se caracteriza por diseños sofisticados, con cierta influencia
clásica. Sin embargo, las formas de plantas y animales fantásticas y
estilizadas, y los patrones geométricos muestran un alto grado de originalidad.
Ejemplos espléndidos del arte de la ornamentación celta son los manuscritos
iluminados como los evangelios de Lindisfarne o el libro de Kells.
El tiempo de Carlomagno marcó un nuevo período en la política y el desarrollo
artístico. Los modelos de arte medieval fueron los proporcionados por la
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península italiana, principalmente de Roma, Ravena, y quizás de Milán y sus

alrededores. Las antiguas ciudades romanas de las provincias del Rin también
influyeron en el arte. Esto se refleja en los palacios e iglesias del emperador, y
en las obras de escultura. Los componentes del arte de la Edad Media no
evolucionaron de la misma manera. La pintura y la escultura no fueron aliviadas
instantáneamente de su subordinación bizantina, y todavía estaban restringidas
a la decoración de muebles, utensilios y manuscritos.
Por otro lado, la arquitectura medieval avanzó rápidamente. En algunas áreas,
los cambios en el arte que tuvieron lugar en un solo siglo fueron más
importantes que los observables desde la época de Justiniano.
Las tradiciones antiguas comenzaron a desvanecerse en la época de Otto I y, a
mediados del siglo X, se abandonaron las producciones del arte antiguo en
favor de creaciones más independientes. A mediados del siglo X, se
abandonaron las producciones del arte antiguo en favor de creaciones más
independientes.
El arte románico fue uno de los primeros estilos innovadores y coherentes que
se extendió por todo el mundo católico. Fue muy influenciado especialmente
por el arte bizantino que se practicó en el siglo XIII.
Los países europeos que han practicado el arte románico incluyen Italia, el sur
de Francia y España. El objetivo principal del desarrollo del arte románico fue
preservar los eventos bíblicos icónicos que tuvieron lugar y hacer una crónica
de personajes importantes, como los líderes influyentes de la época medieval.
Estas decoraciones románicas fueron creadas comúnmente en las iglesias e
incluyen: Cristo en Majestad, el Juicio Final y escenas de la Vida de Cristo.
El arte gótico surgió durante el período gótico medieval, que duró más de 200
años. Comenzó con los logros arquitectónicos del siglo XII cuando Europa
intentaba avanzar más allá de las edades oscuras hacia una era de confianza,
resplandor y prosperidad.
Se complementó con la solidificación del cristianismo cuando se construyeron
nuevas catedrales e iglesias en el norte de Francia (Chartres, Amiens y Reims).
A diferencia de las formas de arte que lo precedieron, el arte gótico se
caracterizó por un aumento en los rasgos naturalistas. El naturalismo, que fue
utilizado comúnmente por los artistas italianos durante el siglo XIII más tarde,
se convirtió en el estilo de pintura dominante en el continente.
El arte medieval francés cultivaba principalmente dos ramas de la pintura:
iluminación y pintura de vitrales. Inglaterra también las adoptó, mientras que
Alemania siguió con nuevos métodos en la pintura en miniatura y el
perfeccionamiento en el arte de las vidrieras. Sin embargo, las tendencias
decorativas de las miniaturas francesas, con colores brillantes influenciados por
vitrales, no fueron adoptadas en el arte medieval alemán. En cambio estaban
los dibujos a pluma de que condujeron a los grandes grabados en madera y en
cobre.
A finales de la Edad Media, el valor simbólico de un objeto en una obra de arte.
Todavía era lo más importante. Artistas, ladrando al pensamiento cristiano
primitivo, Generalmente se creía que, por poner un ejemplo, había mucho más
en un barco que cuerdas, velas y tablones, podía tener una serie de
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significados. Para llevar significado simbólico, el objeto tenía que ser

reconocible, para parecer real incluso si no era exactamente correcto. Lo más
sencillo era crear un facsímil razonable del objeto.
La Baja Edad Media es el universo de los símbolos. El significado de señales,
gestos y ritos nunca tuvo, probablemente, tanta trascendencia como en los
siglos XIV y XV. Y no hay mejor lugar para exponerlos que la pintura. ¿Es
posible cotejar si lo que aparece en la pintura es lo que se cuenta en los
documentos? ¿Y lo que no está en los textos? Ya avisó el citado Huizinga que
«El retablo sirve de ostentación y suscita la piedad de los fieles; mantiene
despierta la piedad del donante», de modo que no deberemos ver en la pintura
gótica un fiel reflejo de la vida cotidiana bajomedieval, sino mejor un ideal, o en
su caso una denuncia, de esa misma vida.

Podría decirse que el arte medieval en su conjunto estuvo envuelto y guiado

por la religión. Eran tiempos turbulentos y si la fe de las personas los conseguía
hacer más amenos y dotar a su propia vida y acciones de significado a eso iba
a responder el sistema artístico, ya sea por iniciativa de quienes lo producían o
por obligación para con sus contemporáneos. Si bien el arte seguía atado a su
practicidad o funcionalidad didáctica, fue a finales del periodo en que se
comienzan a dar pasos a su formación como disciplina.
En cuanto al aún no desarrollado pensamiento estético, como todo lo demás,
fue relegado por la religión. Sin embargo, desde una perspectiva más optimista
también podría decirse que se fusiono con el ideal religioso que impregnaba el
todo, lo que, si bien impidió su evolución por un largo periodo, también se le
permitió la continuidad que llevaría a la estética a desarrollarse mucho
después.
Las obras legadas nos transmiten una gran devoción y voluntad de
servidumbre para con el dios de las personas y su institución y el esparcimiento
de los valores de la propia religión. Incluso si pecan de egoístas e impositivas,
captan su tiempo de forma única y dejan entrever donde estaba el arte y hacia
donde se dirigía a través de una marcadísima personalidad visual.

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