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Esfuerzo en el Suelo
Integrantes:
Alviarez carlos
C.I: 18.716.784
Franceschini cesar
C.I:
Rosales alondra
C.I:
Los suelos, como cualquier material, bajo ciertas solicitaciones, se comportarán como
materiales elásticos, pero en muchas veces tendrá deformaciones mayores de las normales,
por lo que será un factor predominante el considerar la plasticidad del suelo. El suelo puede
presentar diversos tipos de fallas tales como: disgregamiento, deslizamiento en líneas de rotura
o fluencia plástica. La resistencia al esfuerzo cortante está representada por la ecuación de
Coulomb.
τ=c+σ0tanϕ
En la que:
La cohesión puede ser definida como la adherencia entre las partículas del suelo debida
a la atracción entre ellas, producidas por sus fuerzas intergranulares. El ángulo de fricción
interna es función de la uniformidad de las partículas del suelo, del tamaño y la forma de los
granos y de la presión normal.
τf=c´+σ´tanϕ´
En la cual los parámetros c´ y φ´ son propiedades del esqueleto del suelo, denominadas
cohesión efectiva y ángulo de fricción efectiva, respectivamente. Puesto que la resistencia al
corte depende de los esfuerzos efectivos del suelo, los análisis de estabilidad se harán
entonces en términos de esfuerzos efectivos. Sin embargo, en ciertas circunstancias el análisis
puede hacerse en términos de esfuerzos totales y por lo tanto, en general, se necesitará
determinar los parámetros de resistencia al corte del suelo en esfuerzos efectivos y en
esfuerzos totales. Es decir, los valores de c´, φ´ y c, φ. Estos se obtienen, a menudo en
ensayos de laboratorio realizados sobre muestras de suelo representativas mediante ensayo
de corte directo (ASTM D-3080-72) o el ensayo de compresión triaxial (ASTM D-2850-70).
Resistencia residual
Se somete a lo que se denomina una compresión triaxial que debería llamarse con
mayor precisión campo cilíndrico de tensiones. La muestra se coloca en una célula que
contiene un fluido a presión, generalmente agua, y se aplica sobre una superficie lateral una
tensión radial σ, igual a la presión que existe dentro de la célula. Por otra parte, un pistón que
atraviesa la parte superior de la célula, permite cargar verticalmente la muestra que de este
modo queda sometida también a una tensión longitudinal σ1.
Estas dos tensiones tienen oblicuidad nula; son pues, las tensiones principales.
Actuando separadamente sobre la presión de la célula y la fuerza transmitida por el pisón
pueden conseguirse una amplia gama de combinaciones tensiónales.
* Ensayos de compresión en los que la tensión longitudinal σ1 es superior a la tensión radial σr.
* Ensayos de estricción en los que σ1<σr.
* Ensayos de tracción o de extensión en los que la tensión longitudinal es una tracción (este
tipo de ensayo requiere de unos dispositivos especiales).
Hay que destacar especialmente el dispositivo de drenaje construido por una piedra
porosa y unas conexiones con el exterior de la célula. Gracias a este dispositivo puede
drenarse la muestra que se está ensayando y medir las variaciones de volumen por la cantidad
de agua expulsada cuando la muestra está saturada; cuando la muestra sólo está parcialmente
saturada, un dispositivo que no está representado en la figura permite igualmente, le medida de
variaciones de volumen (una canalización suplementaria permite recoger en la parte superior el
aire expulsado).
Una de las ventajas más importantes del triaxial reside en la posibilidad de modificar las
condiciones de drenaje de la muestra y medir la presión intersticial. Este aparato presenta, sin
embargo algunas limitaciones. En primer lugar sólo permite la aplicación de campos de
tensiones cilíndricas, lo que impide explorar toda la superficie del material y no se adapta a los
numerosos casos prácticos que implican deformación plana. La principal dificultad experimental
proviene del efecto del zunchado que las dos cabezas ejercen sobre la base de la probeta.
Numerosos investigadores han estudiado este problema y parece que la influencia de este
fenómeno en la resistencia al esfuerzo constante es pequeña cuando la esbeltez de la probeta
es grande. Pero es inexacto afirmar que el aparato triaxial permite ejercer un campo de
esfuerzos uniforme. Bajo cada una de estas cabezas se forma una zona de equilibrio
superabundante y la probeta se deforma como un tonel al ser sometida a compresión.
Sin embargo, el desviador se calcula a partir del esfuerzo transmitido por el pistón y de
la superficie de la sección recta de la probeta. En esta operación debe considerarse una
superficie media que se determina en función de las variaciones de volumen de la probeta y de
la deformación axial. Esta corrección es indispensable.
Debemos hacer una última observación en relación con la duración de los ensayos.
Está íntimamente ligada a la consolidación de la muestra y la disipación de las presiones
intersticiales. Pero en la naturaleza se observan también movimientos debidos a la fluencia que
duran meses incluso años. Es imposible reproducir en los aparatos triaxiales clásicos
velocidades tan pequeñas y de esta forma no se pueden estudiar determinados fenómenos
importantes como, por ejemplo, la deformación lenta de las capas de agua adsorbida.
La prueba triaxial estándar (es decir, con presión lateral constante y esfuerzo axial
creciente) proporciona una medida del módulo de Young. El modulo disminuye al aumentar el
esfuerzo axial y para el máximo de la curva esfuerzo-deformación el módulo tangente se hace
cero. Cuando se cita valor del módulo de Young de un suelo, se trata generalmente del módulo
secante a partir de un esfuerzo desviador nulo hasta un esfuerzo desviador igual a ½ ó 1/3 del
esfuerzo desviador máximo. Esta es una gama habitual de esfuerzos de trabajo en los
problemas de cimentaciones reales, ya que en estos casos se suele adoptar un factor de
seguridad de dos o tres.
E= σ01+2K03
Los conceptos de la teoría de la elasticidad sólo son aplicables con carácter aproximado
a los suelos. Sin embargo, la influencia sobre los módulos es más marcada. Es difícil estimar
valores del módulo con gran precisión, siendo necesarios datos de laboratorio para cada suelo
en particular, siempre que se requiera una estimación precisa.
Como el módulo depende de la relación de vacíos y es difícil obtener muestras inalteradas de
suelos granulares, resulta extremadamente difícil medir el módulo de estos suelos con
precisión.
En general se pueden llevar a cabo dos tipos de pruebas, a saber: pruebas “rápidas” y
pruebas “lentas”. En las primeras se permite que el espécimen de prueba se consolide bajo una
presión hidrostática y después se aplica la carga axial a una velocidad tal que no puede
registrarse consolidación apreciable hasta el momento de la falla. Estas pruebas rápidas en las
cuales no se permite que la muestra se consolide antes de añadir el incremento siguiente.
Generalmente para cada prueba se realizan entre tres o cuatro especímenes bajo presiones
confinantes distintas. La representación de los resultados en un diagrama de Mohr está
constituida por una serie de círculos, cuya envolvente permite obtener los parámetros del
material estudiado. Las pruebas consolidadas-no drenadas se realizan generalmente saturando
previamente la muestra: se reproduce en esta forma la inmersión de la estructura o del estrato
estudiado. La saturación permite que la segunda etapa de la prueba se desarrolle a volumen
constante, y facilita eventualmente la medición de las presiones de poro. Este estado se logra
aplicando una contrapresión al fluido intersticial de material, con el fin de comprimir o disolver el
aire no disuelto.
El equipo empleado para las pruebas triaxiales debe adaptarse al tipo de material
ensayado y a la finalidad de las pruebas.
Las cámaras usuales se han descrito anteriormente. Como fluido confinante para las
pruebas triaxiales se emplea comúnmente agua. El pedestal y el cabezal de la probeta son de
material más ligero y no corrosivo, como la lucita. Aunque las piezas de lucita absorben una
cantidad importante de agua, son satisfactorias a condición de saturarlas previamente en agua
destilada. Para pruebas drenadas, es recomendable emplear discos porosos incrustados en el
pedestal y el cabezal para permitir un montaje satisfactorio de la probeta. El sello de la
membrana se hará con una liga de hule.
El espécimen se aísla del fluido confinante con una membrana de hule, a cual debe ser
prácticamente impermeable y no interferir en forma apreciable con la resistencia de la probeta.
Para pruebas de corta duración, las membranas comerciales, cuyo espesor varía de 0.008 cm
(para suelos blandos) y 0.025 cm (para arenas o arcillas arenosas), son generalmente
satisfactorias. En pruebas de larga duración, es imposible evitar que se presenten fugas a
través de la membrana, pero pueden reducirse sobreponiendo dos membranas.
La colocación de la membrana debe hacerse con mucho cuidado para evitar que quede
arrugada o que dañe a la probeta.
Para presiones confinantes bajas, los manómetros de mercurio son los más precisos,
son imprácticos para presiones altas; los manómetros de carátula de precisión son
generalmente preferibles. Para pruebas de larga duración, es necesario disponer de un sistema
de control de la presión confinante.
La saturación de la probeta debe realizarse con agua desairada. Para evitar que el agua
de saturación disuelva cantidades excesivas de aire durante la prueba, es conveniente tomar
ciertas precauciones. El contacto agua-aire debe reducirse a un mínimo interponiendo un
líquido adecuado o un diafragma entre ambos; por otra parte, es recomendable colocar un tubo
relativamente largo entre la bureta y el espécimen.
En caso de emplear control de carga, aplicar un incremento cada minuto. Los primeros
deben ser aproximadamente 10% de la carga de falla estimada y reducirse a la mitad o a la
cuarta parte de este valor al acercarse a la falla. Dibujar una gráfica cargas aplicadas-lecturas
del micrómetro conforme se obtienen los datos, para vigilar el desarrollo de la prueba y decidir
si la magnitud de los incrementos es adecuada. Las lecturas deben hacerce inmediatamente
antes de aplicar cada incremento sucesivo.
Materiales.
Deformímetro
Método
8. manera que la platina superior apenas haga contacto con el espécimen. Se coloca en cero el
indicador de deformación. 3.2 Se aplica la carga de tal manera que se produzca una
deformación axial a razón de 0,05 plg/min. 3.3 Se registran los valores de carga, deformación y
tiempo, del anillo de deformaciones y del anillo de cargas (0,0001”) a intervalos suficientes para
definir la curva esfuerzo-deformación. 3.4 Se continúa aplicando carga hasta que los valores de
carga decrezcan al aumentar la deformación o hasta que se alcance una deformación igual a
0,2. 3.5 Finalmente, se confecciona un croquis de la probeta posterior al ensayo.
acomodación de la probeta enuno de sus extremos o en ambos, que podrían no haber quedado
perfectamenteperpendiculares al eje. En resumen los resultados muestran un comportamiento
que se aleja un poco delcomportamiento típico de un suelo arcilloso, ya que el esfuerzo de
rotura es bastante alto encomparación a otros suelos, a pesar de mantener bajas
deformaciones, es por esto que
13. concluimos que la rotura del suelo es de tipo frágil, tesis que queda avalada por las
grietascasi verticales que se produjeron al final, y que se veían claramente luego de terminar
elensayo (ver fotografías). La resistencia del suelo o esfuerzo de compresión último es 3,37
kg/cm2, valor quesegún la clasificación de Terzaghi mostrada en la sección Apoyo Teórico
corresponde a unsuelo de consistencia muy firme. También podemos obtener una
aproximación de laresistencia al corte, simplemente diviendo este valor por 2, con lo que
obtenemos 1,69kg/cm2 de resistencia al corte.
Los parámetros de resistencia al corte del suelo son muy utilizados en el análisis de
problemas geotécnicos que impliquen fenómenos de interacción suelo-estructura. Sin embargo
el estudio de parámetros de cortante en interfaces suelo - estructura ha sido poco estudiada,
siendo la aproximación más común el uso de correlaciones en el ángulo de fricción de estos
para el diseño en obras de ingeniería. Como ejemplo, para el diseño de muros de contención,
se acostumbra tomar el ángulo de fricción como 𝛿=12 ∅ 𝑜23 ∅ sin llegar a un análisis verídico
de este factor.
La resistencia al corte de una masa de suelo está definida como la resistencia interna
por área unitaria que la masa de suelo ofrece para resistir la falla por los esfuerzos y el
deslizamiento a lo largo de cualquier plano dentro de éste.
Un material falla debido a una combinación crítica del esfuerzo normal y esfuerzo
cortante, la aproximación del esfuerzo cortante sobre, el plano de falla como una función lineal
del esfuerzo normal (Coulomb, 1776). Se escribe como:
𝜏𝑓=𝑐+𝜎 𝑡𝑎𝑛 ∅ Ec. (1)
Donde
c = cohesión
∅= ángulo de fricción interna
La capacidad de carga del suelo no es más que la resistencia que ofrece el suelo a
deformarse, debido a la fuerza de fricción y cohesión entre sus partículas. Por capacidad
portante de un suelo se interpreta el estado tensional límite más allá del cual se produce la falla
por corte del mismo. Esto se puede visualizar por medio del análisis del modelo mecánico
desarrollado por Khristianovich, quien desarrollo una balanza ordinaria, cuyo desplazamiento
está restringido por fricción en las guías de los platillos, de tal forma que si un peso
suficientemente pequeño se coloca en un platillo, la balanza permanece en equilibrio, pues la
fricción en las guías puede neutralizarlo; en cambio, si el peso colocado es mayor que la
capacidad de las guías para desarrollar fricción, se requerirá un peso suplementario en el otro
platillo, para alcanzar el equilibrio. Se entenderá por equilibrio crítico de la balanza, la situación
en la que esta pierde el equilibrio con cualquier incremento de peso en uno de sus platillos.
Los métodos que se utilizan para resolver los problemas de ingeniería civil referentes a la
capacidad de carga del suelo como cimiento se fundamentan en las matemáticas aplicadas y
en la mecánica del medio continuo, contando esta última con dos disciplinas: la teoría de la
elasticidad y la teoría de la plasticidad. El estudio de la capacidad de carga del suelo es
necesario debido a que Las obras de ingeniería civil descansan, de una u otra forma, sobre el
suelo, y muchas de ellas, además, utilizan la tierra como elemento de construcción para
terraplenes, diques y rellenos en general, en consecuencia, su estabilidad y comportamiento
funcional y estético, estará regido por la conducta del material de asiento situado, o por la del
suelo utilizado para conformar los rellenos, y si se sobrepasan los límites de la capacidad
resistente del suelo, o si aún sin llegar a ellos las deformaciones son considerables, se pueden
producir esfuerzos secundarios en los miembros estructurales, quizás no tomados en
consideración en el diseño, productores a su vez de deformaciones importantes, fisuras,
grietas, alabeo o desplomos que pueden producir, en casos extremos, el colapso de la obra o a
su inutilización y abandono.
Las fallas por capacidad se producen cuando el terreno tiene una capacidad de carga
inferior a las cargas impuestas. Este tipo de fallas sucede cuando se construye sobre rellenos
no compactados o con un nivel bajo de compactación, cuando se colocan fundaciones
superficiales en un terreno de baja capacidad de soporte, cuando las fundaciones son pilotes
que no alcanzan terreno firme, entre otros.
Falla local por corte: se produce hinchamiento y asentamiento del suelo. Se forma una cuña
debajo de la cimentación como en la falla general por corte pero las superficies de falla no son
completas.
Teoría de hill: obtiene el mismo valor que la de Prandtl, haciendo notar que si la superficie
del medio semiinfinito no fuese horizontal, la presión límite (qc) toma el valor: qc = 2c (1 + θ). qc
= 2c para θ = 0 qc = (π + 2) c para θ = 90º (superficie horizontal en medio semiinfinito)
Otras teorías:
Meyerhof: toma en cuenta los esfuerzos cortantes desarrollados en el suelo arriba del nivel
de desplante del cimiento, a diferencia de Terzagui que dice que es una sobrecarga
permanente flexible.
Aisladas: Resultan del ensanchamiento del extremo inferior de las columnas o pedestales
en el plano de apoyo del suelo de modo de disminuir la magnitud de presiones de contacto con
éste y asegurar la estabilidad de la superestructura.
Continuas: se conocen como corridas y son las que transmiten al suelo de fundación las
cargas de los muros de concreto, las paredes de mampostería, o una fila de columnas
alineadas próximas entre sí.
Combinadas: Son las que sirven de apoyo a dos columnas muy cercanas, evitando así la
superposición de sus bases aisladas. La forma y dimensiones de la planta debe adaptarse para
que la resultante de sus cargas y momentos de las columnas coincida con el baricentro de la
base, de modo de poder obtener una distribución uniforme de presiones en toda el área de
contacto con el suelo.
Placas de fundación: son las que reciben las cargas de un grupo de columnas y muros. Se
las utiliza cuando el área en planta de las bases aisladas resulta prácticamente la misma que la
superficie del terreno bajo la construcción. Presentan por lo general un espesor considerable y
en algunos casos tienen nervios o vigas de entramado conectando las columnas y los muros,
que cumplen la función de disminuir el espesor de las placas y aumentar la rigidez de la
fundación.
CIMENTACIONES PROFUNDAS: son cimentaciones que se utilizan cuando los estratos
superficiales del suelo no son lo suficientemente resistentes para soportar las cargas impuestas
por la superestructura, evitando los problemas de asentamientos locales excesivos y fallas del
suelo por superar su capacidad portante. Los pilotes son miembros estructurales de gran
esbeltez, con sección transversal circular o poligonal, que penetran en suelos de baja
capacidad portante a fin de transmitir las cargas a niveles más profundos del subsuelo. Se
clasifican en prefabricados y vaciados en sitio.
Consolidación
Compresibilidad
Es que la propiedad que tiene el suelo para de reducir su tamaño ante la aplicación de una
fuerza de compresión. Cuando a un suelo se le aplica una fuerza de compresión, con la
finalidad de reducir su tamaño, lo que en realidad se reduce son los espacios vacíos por
reacomodo de sus partículas, por lo que si se trata de un suelo saturado, la compresión
producida es debida a la expulsión del agua de los vacíos, y como el agua fluye lentamente, es
un proceso diferido con el tiempo. Si por el contrario se trata de un suelo parcialmente
saturado, la compresión producida es debida a la expulsión del aire, por lo que el fenómeno
ocurre de forma casi instantánea, es decir que toma poco tiempo.
Fases de la consolidación
Suelo está totalmente saturado y es homogéneo. Tanto el agua como las partículas de
suelo son incompresibles. La Ley de Darcy aplica para el flujo de agua. La variación de
volumen es unidimensional en la dirección del esfuerzo aplicado. El coeficiente de
permeabilidad en esta dirección permanece constante. La variación de volumen corresponde al
cambio en la relación de vacíos. Hipótesis de la Teoría de Consolidación Unidimensional
Es una gráfica que relaciona el grado de consolidación U(%) con el tiempo(t). En las
ordenas en escala aritmética y en las abscisas en escala aritmética o semilogarítimica,
respectivamente. U(%) es la relación entre la consolidación que ya ha tenido lugar a esa
profundidad y la consolidación total que ha de producirse bajo el incremento de carga impuesto.
La curva es asintótica debido a que llega un punto en que a medida que pasa el tiempo, el
grado de consolidación permanece constante.
Es una curva que establece la relación de presión – relación de vacíos. En las abscisas en
escala natural o logarítmica y en las ordenadas en escala natural. Se obtiene una de cada
prueba de consolidación completa. Generalmente una curva de compresibilidad tiene 3 tramos,
el A es un tramo curvo que comienza en forma casi horizontal y cuya curvatura es progresiva,
alcanzado su máximo en la proximidad de su unión con el tramo B. El tramo B es generalmente
un tramo recto y con él se llega a la etapa final de carga de la prueba de consolidación, al
aplicar el máximo incremento de carga, que corresponde a la máxima presión sobre la muestra.
A partir de ese punto es común someter a la muestra a una segunda etapa, ahora de descarga,
en la que se sujeta al espécimen a cargas decrecientes, dejando un tiempo prudencial hasta
que la velocidad de deformación se reduzca prácticamente a cero; en esta etapa se tiene una
recuperación del espécimen, sabiendo que este nunca llega nuevamente a su relación de
vacíos inicial; el tramo c corresponde a la segunda etapa, con el espécimen llevado a carga
nula. El tramo A se llama tramo de recompresión, el tramo B tramo virgen y el c tramo de
descarga.
El tramo A recibe ese nombre porque en experimentos realizados a muestras a las que se
les ha aplicado ciclos de carga y descarga consecutivos, una vez que culmina la descarga del
primer ciclo y empieza la carga del segundo, a una presión mayor que la máxima alcanzada en
el primer ciclo, el tramo A del segundo ciclo se extiende hasta la máxima presión a la que se
cargó el suelo en el primer ciclo, mientras que el tramo B se define como una prolongación del
tramo virgen del ciclo anterior y el tramo c resulta similar al del primer ciclo. De esto se
concluye que el tramo A se produce cuando a una muestra de suelo se le aplican presiones
que ya ha soportado en épocas anteriores, mientras que el tramo B resulta de aplicar presiones
que la muestra nunca antes ha soportado, de manera que los nombres asignados para cada
tramo es lógico.
Cálculo de asentamientos
Es la relación entre la tensión capaz de generar una penetración de una placa rígida
(cuadrada de 30,5 cm de lado o circular de 30,5 cm de diámetro) en el terreno de 0,05” (0,127
cm). Generalmente se identifica con la letra k. k = q/y Donde, k = módulo de reacción del suelo
q = tensión aplicada por la placa. y = penetración o asentamiento de la placa
Consiste en medir el número de golpes necesario para que se introduzca una determinada
profundidad una cuchara (cilíndrica y hueca) muy robusta (diámetro exterior de 51 milímetros e
interior de 35 milímetros, lo que supone una relación de áreas superior a 100), que le permite
tomar una muestra en su interior, naturalmente alterada. El peso de la maza y la altura de la
caída libre, están normalizados, siendo de 63'5 kilopondios y 76 centímetros respectivamente.
Procedimientos del Ensayo de Penetración Estándar
Hasta aquí, el ensayo SPT se considera finalizado cuando se alcanza este valor. (Por
ejemplo, si se ha llegado a 50 golpes en 120 mm en el intervalo entre 15 y 30 centímetros, el
resultado debe indicarse como N0 − 15 / 50 en 120 mm, R).
La cuchara SPT suele tener una longitud interior de 60 centímetros, por ello es frecuente
hincar mediante golpeo hasta llegar a esta longitud, por lo que se tiene un resultado adicional
que es el número de golpes N45 − 60 . Proporcionar este valor no está normalizado, no
constituye un resultado del ensayo, solo tiene una función indicativa.
Al ser la cuchara SPT un toma muestras, permite visualizar el terreno donde se ha realizado
la prueba y realizar ensayos de identificación, y en el caso de terreno arcilloso, de obtención de
la humedad natural.
Aplicaciones
Este ensayo SPT es de uso extendido, muy útil en la caracterización de suelos granulares
(arenas o gravas arenosas), donde es difícil obtener muestras inalteradas para los ensayos de
laboratorio.
Por otra parte existen correlaciones en el caso de los terrenos cohesivos, pero al ser un
ensayo prácticamente instantáneo, no se produce la disipación de los incrementos de
presiones intersticiales producidos en estos suelos arcillosos por efecto del golpeo, lo que por
cierto debe influir en el resultado de la prueba.
Por esta razón, los resultados del ensayo SPT (y por extensión, los de todos los
penetrómetros dinámicos) en ensayos cohesivos no son muy fiables para la aplicación de
correlaciones. Actualmente este criterio está cuestionado, siendo cada vez más aceptado que
las pruebas penetrométricas pueden dar resultados igualmente válidos en todo tipo de suelo.
En cualquier caso, al margen de la validez o existencia de correlaciones, el valor del golpeo
obtenido en ensayo de penetración simple es un dato indicativo de la consistencia de un
terreno susceptible de su utilización para la caracterización o el diseño geotécnicos.
Grupos de pilotes
La eficiencia del grupo de pilotes eg es la relación entre la capacidad del grupo Qg, y la
suma de las capacidades de número de pilotes, n, que integran el grupo:
eg = Qg
nQo
Aunque se han deducido muchas fórmulas empíricas para determinar la eficiencia del
grupo de pilotes, ninguna ha demostrado ser verdaderamente valida. En vez de esto, la
eficiencia se debiera evaluar por la capacidad del grupo, usando la definición de la ecuación
(11). La capacidad del grupo aumenta con la separación entre pilotes, mientras que la
capacidad individual del pilote, en arcilla, no aumenta. Si se traza la curva de la eficiencia
teórica contra el esparcimiento, sé vera que la capacidad del grupo es igual a la suma de las
capacidades individuales para el esparcimiento optimo y una eficiencia de 1. El esparcimiento
optimo, So, para pilotes largos en arcilla y la eficiencia del grupo para el esparcimiento optimo
están dados por las siguientes formulas:
So = 1.1 + 0.4n0.4
e= 0.5 + 0.4
(n - 0.9)0.1
La distancia centro a centro de los pilotes, So, típica, es de dos a tres diámetros. Los
ensayos de modelos en arcilla indican que la verdadera eficiencia con el espaciamiento optimo
es algo menor que 1(0.84 a 0.9) y que aumenta lentamente a mayores espaciamientos. Como
al proyectar se usa corrientemente un factor de seguridad de 2, el error que se comente al
considerar que la eficiencia real es 1 con el espaciamiento óptimo, no tiene consecuencias
graves.
Para los pilotes en suelos no cohesivos la capacidad del pilote individual aumenta al
reducirse el espaciamiento, debido al aumento de resistencia del suelo por la compactación. El
espaciamiento optimo, es muy pequeño y tiene una eficiencia mayor que 1 pero no se pueden
hincar los pilotes tan próximos unos de otros. El espaciamiento usual es de 2.5 a 4 diámetros
centro a centro.
Cuando los pilotes son de resistencia por la punta, la base del cimiento imaginario se
supone que está al nivel de las puntas de los pilotes, y los esfuerzos se calculan sobre esa
base. Cuando los pilotes se sustentan por fricción, los esfuerzos por debajo del cimiento se
calculan suponiendo que la carga del grupo entero se introduce en el suelo a una profundidad
que varía entre la mitad y las dos terceras partes de la longitud de los pilotes. La carga se
distribuye a este nivel en el área total que ocupan el grupo de pilotes. El asentamiento de los
estratos de suelo situados debajo de las puntas de los pilotes se calcula partiendo de estos
esfuerzos.
Estos cálculos son aproximados en el mejor de los casos y suelen dar asentamientos
mayores que los observados; sin embargo pueden indicar cuando es probable que se
presenten dificultades debidas a este problema.
La distribución exacta de los esfuerzos para una carga que tenga un ancho apreciable,
aplica muy por debajo de la superficie de un sólido elástico, no ha sido resuelta todavía. Se
pueden calcular los esfuerzos, aproximadamente, por los análisis de Boussinesq o
Wastergaard para cargas superficiales, reduciéndolos después. La base para la reducción es el
análisis de Mindlin, que demuestra que los esfuerzos debidos a la carga en un punto situado
profundamente por debajo de la superficie son, aproximadamente, la mitad de los hallados por
el análisis de Boussinesq.
La saturación del terreno por el agua freática hace que tenga una consistencia blanda o
fluida y, por tanto, una resistencia baja. Permite bajas presiones admisibles (enlace), elevados
asientos, problemas de estabilidad de taludes y fondo de excavaciones.
La presencia del nivel freático se traduce en pequeños caudales de agua hacia las
excavaciones, generalmente a través de fisuras pero sin afectar a taludes moderados o a la
capacidad portante del terreno.
Cabe prestar atención a la zona de fluctuación del nivel freático ya que suele presentar una
menor resistencia. Debe evitarse esta zona en la medida de la posible bien cimentando por
encima o por debajo de la misma. Otro caso peculiar es el de las arcillas expansivas que se
verán menos afectadas si la capa freática se encuentra muy alta y sin variaciones estacionales.
c) Suelos arenosos
Debido a su elevada permeabilidad debe evitarse tener que cimentar bajo el nivel freático.
Si ello resulta imprescindible debe construirse recintos estancos como pantallas de hormigón,
tablestacas, entre otros. Y realizar un rebajamiento del nivel freático. El abatimiento del nivel
freático puede hacerse mediante arquetas de bombeo y well-points.
Las variaciones de la napa freática suelen ser importantes en este tipo de suelos por lo que
se recomienda medir el freático en distintas épocas del año. La cimentación debería
emplazarse siempre que sea posible por encima del nivel máximo para evitar la inmersión
posterior y dar lugar a fenómenos de colapso o asientos bruscos, tanto más bruscos cuanto
más flojo esté en su estado natural.
Conclusión.
Los procesos que se utilizan para resolver los problemas de ingeniería civil referentes a la
capacidad de carga del suelo como cimiento se basan en las matemáticas aplicadas y en la
mecánica del medio continuo, contando esta última con dos métodos: la teoría de la elasticidad
y la teoría de la plasticidad. El estudio de la capacidad de carga del suelo es necesario debido
a que Las obras de ingeniería civil descansan, de una u otra forma, sobre el suelo, y muchas
de ellas, además, utilizan la tierra como elemento de construcción para terraplenes, diques y
rellenos en general, en consecuencia, su estabilidad y comportamiento funcional y estético,
estará regido por la conducta del material de asiento situado, o por la del suelo utilizado para
conformar los rellenos, y si se sobrepasan los límites de la capacidad resistente del suelo, o si
aún sin llegar a ellos las deformaciones son considerables, se pueden producir esfuerzos
secundarios en los miembros estructurales, quizás no tomados en consideración en el diseño,
productores a su vez de deformaciones importantes, fisuras, grietas, alabeo o desplomos que
pueden producir, en casos extremos, el colapso de la obra o a su inutilización y abandono.
Es conveniente aclarar que un suelo no tiene una capacidad de carga, si por ello
entendemos que habrá un valor de capacidad de carga para cada tipo de suelo, únicamente.
Para tener un planteamiento adecuado del problema, debemos aceptar que lo que llamamos
Capacidad de Carga de un suelo, es una respuesta que nos dará dicho suelo en relación con el
valor de algunos factores específicos que deberemos tomar en cuenta. Es decir que la
capacidad de carga no es un valor único e invariable de ese suelo, sino que dependerá también
de cómo vayamos a transmitirle dicha carga. Un suelo nos responderá con una capacidad de
carga que se encuentra en función de parámetros tales como la geometría de, por ejemplo, una
cierta zapata de cimentación y su capacidad de carga variará (como lo indicó en su momento y
entre otros investigadores, K. Terzaghi), si dicha zapata es de forma cuadrada, circular o
rectangular, así como también de la profundidad a la cual pretendamos desplantarla.
También podemos aprender de dicho trabajo que el esfuerzo es la fuerza que actúa sobre
un cuerpo para deformarlo. En este sentido, el comportamiento de la materia variará
dependiendo de cómo se aplique esta fuerza. Así, esta puede causar diferentes deformaciones
en los cuerpos: estirarlo (esfuerzo de tracción), aplastarlo (esfuerzo de compresión), doblarlo
(esfuerzo de flexión), cortarlo (esfuerzo cortante o de corte), o retorcerlo (esfuerzo de torsión).
Cada material posee cualidades propias que definen su comportamiento ante la tracción.
Algunas de ellas son: elasticidad, plasticidad, ductilidad, fragilidad.
Carlos Alviarez.
Todos los suelos poseen características diferentes dependiendo de la ubicación en que se
encuentren, para cada tipo de construcción desde una simple casa hasta una gran empresa o
industria se debe tomar en cuenta todos los estudios que se deben realizar y pruebas
necesarias, para obtener el 100% de seguridad viable de la superficie en que se va a construir
(elasticidad, plasticidad, ductilidad y fragilidad).
Cesar Franceschini
Es necesario entender el comportamiento de los suelos, se pueden comportar como materiales
elásticos y muchas veces tendrán deformaciones mayores de las normales, un factor
predominante es considerar la plasticidad del suelo, el suelo puede presentar diversos tipos de
fallas.
Para el estudio de fuerzo cortante esta representada por la ecuación de coulomb donde se
toma la resistencia al corte de suelo, la cohesión del suelo, esfuerzo normal triangular y ángulo
de fricción interno del suelo, la cual se supone que es constante, pero en general para
determinar los parámetros de resistencia de corte de suelo a menudo es por ensayo de
laboratorio o por el ensayo de compresión triaxial, también se puede conocer cómo influyen las
cargas unidimensionales en consolidación de los suelos mediante incrementos de esfuerzos.
se mantiene hasta que el exceso de presión de poros de agua se haya disipado
completamente.
Los parámetros de resistencia al corte del suelo son muy utilizados en el análisis de problemas
geotécnicos que impliquen fenómenos de interacción suelo-estructura. Sin embargo el estudio
de parámetros de cortante en interfaces suelo - estructura ha sido poco estudiada, siendo la
aproximación más común el uso de correlaciones en el ángulo de fricción de estos para el
diseño en obras de ingeniería. Como ejemplo, para el diseño de muros de contención, se
acostumbra tomar el ángulo de fricción
Las fallas por capacidad se producen cuando el terreno tiene una capacidad de carga inferior a
las cargas impuestas. Este tipo de fallas sucede cuando se construye sobre rellenos no
compactados o con un nivel bajo de compactación, cuando se colocan fundaciones
superficiales en un terreno de baja capacidad de soporte, cuando las fundaciones son pilotes
que no alcanzan terreno firme, entre otros.
Alondra Rosales