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LA MUJER SOLDADO, FLORA SANDES (1876-1956)

Nacida un 22 de enero de 1876 en Yorkshire, Inglaterra, Flora Sandes


creció en el seno de una familia de clase media de origen irlandés
siendo la menor de ocho hermanos.
Sus padres Samuel Dickson Sandes y Sophia Julia, educaron a la
pequeña Flora en base a las aspiraciones sociales que podían tener las
mujeres de la época: ser una dama elegante, una buena esposa y
madre.
Educada bajo las directrices de una gobernanta, Flora, se negaba a
aceptar el rol que la sociedad le tenía asignado. Disfrutaba con la
esgrima, montando a caballo y practicando tiro y decía que le gustaría
haber nacido chico para así practicar sin impedimento actividades
entonces consideradas poco femeninas.
Cuando era muy joven aprendió a conducir y desde la adolescencia trabajó como secretaria, en su tiempo
libre Sandes entrenaba con la First Aid Nursing Yeomanry (FANY), fundada en 1907, una organización
paramilitar creada exclusivamente por y para mujeres, que enseñaba primeros auxilios, equitación,
señalización y simulacros de accidentes.

En 1910 integraba el Women’s Sick & Wounded Convoy, una


organización de ayuda en frentes de guerra. Así, el estallido de
la Primera Guerra Mundial la encontró con treinta y ocho años
y la formación suficiente para alistarse como voluntaria. Sin
dudarlo, se enroló en el servicio de ambulancias Saint John y
ocho días después, el 12 de agosto de 1914, sería designada para
integrar el primer convoy británico de ayuda al frente serbio.
Flora Sandes, junto a otras decenas de mujeres, partían a la
guerra.
Instalado el convoy en la ciudad de Kragujevac, que era la base
de las fuerzas serbias que luchaban contra la ofensiva austro-
húngara, Sandes se unió a la Cruz Roja serbia y trabajó en una
ambulancia para el Segundo Regimiento de Infantería del
Ejército serbio. Durante la difícil retirada al mar a través
de Albania, Sandes quedó separada de su unidad, ocasión que
aprovechó para alistarse como soldado en un regimiento serbio.
El serbio, era de los pocos ejércitos en la época que ya permitía
el ingreso de mujeres. Rápidamente fue ascendida a cabo,
desempeñando una carrera militar imparable hasta que fue herida, en el campo de batalla, por una granada
de mano.
Rescatada por un soldado lituano que logró salvar su vida, Flora no pudo volver a combatir. Las lesiones
del ataque la dejaron fuera del campo de batalla, pero no de la guerra.
Su heroicidad fue premiada con una medalla de honor serbia y con el rango de sargento mayor y oficial;
pudiendo regresar a su hogar como una heroína, Flora se quedó en Serbia a cargo de la organización de un
hospital de campaña. La guerra terminó el 1922 para Sandes, cuando fue desmovilizada de la misma.

En 1927 Flora se casó con Yuri Yudenitch, un soldado ruso, y se radicaron en la recién formada Yugoslavia.
Levaron una vida tranquila, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La invasión alemana llevó a
Flora a enfundarse sus botas y su traje de militar para volver a filas.
El control de Yugoslavia, en abril de 1941 por parte de los nazis, no tardó en producirse. Flora, que entonces
tenía sesenta y cinco años y su esposo fueron detenidos por la Gestapo y liberados días después, su esposo,
muy enfermo luego de la liberación, no logró sobrevivir.
La tristeza, la avanzada edad para la guerra, hicieron que Flora retornara a Inglaterra. El 24 de noviembre
de 1956 fallecía en el hospital de East Suffolk a la edad de ochenta años.

Fuentes:
https://www.mujeresenlahistoria.com/2014/10/la-mujer-soldado-flora-sandes-1876-1956.html
https://www.historic-uk.com/HistoryUK/HistoryofBritain/Flora-Sandes/

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