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COMERCIAL I

UNIDAD Nro. III:

1. Contrato de consumo: modalidades especiales (art 1104 al 1110 CCCN.):


Contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales. Contratos
celebrados a distancia. Contratos celebrados utilizando medios electrónicos.
Lugar de cumplimiento y revocación.
2. Cláusulas abusivas (arts. 1117 al 1122 CCCN). normas aplicables. Control
de incorporación. Regla general. Situación Jurídica Abusiva concepto. Límites
a la declaración de abusiva. Control general
3. Ley 24240 de defensa del consumidor: principios generales y análisis .de la
interrelación con la normativa del Código Civil y Comercial de la Nación

ART. 1104: Contratos celebrados fuera de los establecimientos


comerciales. Está comprendido en la categoría de contrato celebrado fuera
de los establecimientos comerciales del proveedor el que resulta de una
oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el domicilio o lugar
de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por medio de
correspondencia, los que resultan de una convocatoria al consumidor o
usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el objetivo de
dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o
se trate de un premio u obsequio.

Relación con la LDC. Fuentes del nuevo texto

Los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales se encuentran


regulados en el art. 32, LDC y su decreto reglamentario, que coexisten con el
artículo que comentamos.

Tipos de contrato incluidos:


a)“el que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el
domicilio o lugar de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por medio de
correspondencia”.

b) " los que resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al


establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el objetivo de dicha
convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de
un premio u obsequio" .

c) Asimismo, se mantiene la vigencia del art. 32 de la LDC y su decreto


reglamentario, que incluye la contratación que resulte de la oferta realizada en el
domicilio de un tercero o en el domicilio particular del oferente (art. 32,decreto
1798/1994).

Alcance de la protección:
El denominador común de los dos supuestos previstos en este artículo es que los
contratos se originan en una acción directa del proveedor, dirigida a motivar al
consumidor a celebrarlos.

El fundamento de la protección especial que confiere este artículo se encuentra


en la posibilidad de que el proveedor sorprenda al consumidor llevándolo a
consumar un acto irreflexivo, genere las circunstancias para aprovecharse de la
debilidad de su voluntad o confusión, o lo someta a presión que el consumidor no
pueda resistir.

El artículo comentado aclara que la protección recae sobre los contratos que
surjan de ofertas o propuestas cuando el texto de la LDC resultaba impreciso al
confundir en su redacción el contrato con la oferta o propuesta que lo origina. Por
otra parte, resulta un acierto que el artículo no límite su alcance a contratos de "
venta" domiciliaria sino que establece una categoría genérica de " contratos fuera
del establecimiento", lo que lo hace más abarcativo incluyendo, además de los
supuestos enumerados, a todos los contratos típicos o atípicos que se celebren
bajo esta modalidad.

Asimismo, el hecho de no incluirse una definición del contrato fuera del


establecimiento, y limitarse a efectuar un listado no taxativo de supuestos "
permitirá incluir cualquier otro supuesto que la dinámica del mercado y el
consumo puedan diseñar para la comercialización" (Nicolau- Hernández).

Por otra parte, en virtud de las razones que fundamentan la protección,


compartimos la opinión de De Lorenzo en el sentido que ésta debe hacerse
extensiva a " contratos con celebración progresiva en los cuales la oferta es
suscripta por el consumidor en su domicilio o fuera del establecimiento y,
posteriormente, es aceptada por el proveedor en su establecimiento comercial”.
En el mismo sentido, deben incluirse los contratos celebrados por el consumidor "
a su solicitud" en su domicilio cuando el objeto de la contratación sea un bien
diverso de aquél por el cual se requirió la visita (De Lorenzo)
Forma: En tanto mantiene su vigencia el art. 32, LDC se mantiene el requisito de
la forma escrita.

ART. 1105: CONTRATOS CELEBRADOS A DISTANCIA:

Contratos celebrados a distancia son aquéllos concluidos entre un


proveedor y un consumidor con el uso exclusivo de medios de
comunicación a distancia, entendiéndose por tales los que pueden ser
utilizados sin la presencia física simultánea de las partes contratantes. En
especial, se consideran los medios postales, electrónicos,
telecomunicaciones, así como servicios de radio, televisión o prensa.

El artículo define como contratos a distancia a los que se celebren utilizando


medios de comunicación que permitan la celebración del contrato sin la presencia
física simultánea de los contratantes. Efectúa a su vez una enumeración no
taxativa de posibles medios.
Genera así una categoría amplia identificada por la utilización de los medios
aludidos sin especificar a qué tipo de contrato se aplica. De esta forma, se supera
la técnica legislativa de la LDC que se refería a un solo tipo de operación (" venta"
por correspondencia).
El fundamento de la protección se basa en la menor información y capacidad de
evaluación que padece quien no tiene contactodirecto con el cocontratante y/o
con los bienes objeto del contrato. En especial, con relación a los contratos
electrónicos que constituyen uno de los posibles contratos a distancia, se sostuvo
que el régimen de protección agravado encuentra su justificación en las
características y problemáticas particulares que presenta este medio de
contratación: desmaterialización del contrato; dificultades para establecer el
momento y lugar de perfeccionamiento del contrato; dificultad para constatar la
identidad o capacidad de las partes; posibles problemas técnicos de la tecnología
utilizada.

1. Forma La LDC nada dispone sobre la forma que debe observarse en estos
contratos.
Entendemos que hubiera resultado conveniente establecer la forma escrita en
virtud de su finalidad tuitiva. Sin perjuicio de dicha omisión, en estos contratos
deberá cumplirse con la información por escrito del derecho de revocar (art.
1112, CCyCom), y con la información por escrito que exige el art. 10, LDC.

2. Contratos entre presentes o entre ausentes El contrato celebrado a distancia


puede considerarse " entre presentes" o " entre ausentes" según las
circunstancias del caso. Ello así, toda vez que el contrato a distancia meritúa la
distancia física entre los contratantes mientras que la distinción entre " ausentes"
y " presentes" se basa en la inmediatez temporal entre oferta y aceptación.

En ambos casos, para determinar el momento del perfeccionamiento del contrato,


se estará a lo dispuesto por el art. 980 CCyCom.
Utilización de medios electrónicos. Siempre que en este Código o en leyes
especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe
entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario contiene un soporte
electrónico u otra tecnología similar.

ARTICULO 1106: UTILIZACION DE MEDIOS ELECTRONICOS

Utilización de medios electrónicos. Siempre que en este Código o en leyes


especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe
entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario contiene un
soporte electrónico u otra tecnología similar.
Metodología: Entendemos que hubiera sido conveniente ubicar este artículo en la
parte general de regulación del contrato de consumo, por tratarse de una regla de
alcance general.
Por su parte, si bien el artículo se refiere a que el contrato " contiene un soporte
electrónico", debe entenderse en cambio que el contrato es contenido en un
soporte electrónico.
Finalidad tuitiva de la forma escrita A priori, la norma establece una solución que
resulta acorde con las necesidades y realidades del tráfico comercial. Ahora bien,
dado que la constancia por escrito del contrato tiene una finalidad tuitiva del
consumidor, deben efectuarse algunas consideraciones sobre lo dispuesto.
En primer término, entendemos que la posibilidad prevista en el artículo que
comentamos debería resultar una alternativa disponible pero no obligatoria para el
consumidor. En casos en que el consumidor pretendiera que la formalidad escrita
se cumpliera mediante un documento en soporte papel, esa debería ser la forma
obligatoria. Existen razones que podrían justificar dicha preferencia; en ocasiones,
los consumidores pueden tener limitado acceso a medios tecnológicos que les
permitan disponer con facilidad de documentos que obren en soporte electrónico u
otra tecnología, ya sea por no tener acceso material a dichos medios tecnológicos,
por no saber utilizarlos, por no estar acostumbrados a hacerlo, etc. Además, el
soporte papel puede contribuir a un análisis más minucioso del contrato y a una
más serena reflexión durante el plazo establecido para ejercer el derecho de
revocación. Por otra parte, el soporte papel, con la correspondiente firma, puede
brindar mayor seguridad en caso de necesidad de iniciar una denuncia o reclamo
judicial por incumplimientos del proveedor.
Estas inquietudes parecen encontrar mejor respuesta en lo previsto para los
contratos bancarios con consumidores o usuarios, para los que se exigen ciertos
recaudos que tienen relación directa con el fin protectorio que persigue la
exigencia de la forma escrita (conf. arts. 1380 y 1386 CCyCom).
Con relación a lo regulado, deben extenderse a estos documentos electrónicos las
exigencias referidas a la información que ha de constar en los contratos escritos
de consumo tomando para ello lo dispuesto en el art. 10 de la LDC.
Para los contratos generados por medios electrónicos, según lo dispuesto por el
art. 288 CCyCom el requisito de la firma se satisface mediante el uso de una firma
digital que asegure indubitablemente la autoría e integridad del instrumento
(destacamos que esta solución es distinta a la que planteaba el Proyecto, que
establecía que el requisito de la firma se satisfacía con cualquier método que
asegurara razonablemente la autoría e inalterabilidad del instrumento).

ARTICULO 1107: INFORMACION SOBRE MEDIOS MELECTRONICOS


Si las partes se valen de técnicas de comunicación electrónica o similares
para la celebración de un contrato de consumo a distancia, el proveedor
debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la
facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente
el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y
para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos.
En caso que las partes se valgan de técnicas de comunicación electrónica o
similar para contratar, el proveedor debe informar:
a)El contenido mínimo del contrato, que es el que surge de lo dispuesto en el art.
1100 del CCyCom, al cual remitimos; b) la facultad de revocar, regulada en el art.
1111 del CCyCom, al cual remitimos; y c) la información relativa a los riesgos del
medio empleado y a quien asume los riesgos: la última parte del artículo, deja
abierta una posibilidad de traslación de riesgos en perjuicio del consumidor que
resulta inconsistente con los fundamentos generales del sistema protectorio. En
efecto, dispone que la información que debe brindarse al consumidor tiene por
objeto que éste tenga absolutamente claro quién asume los riesgos derivados del
empleo de las técnicas de comunicación electrónica utilizadas.
De esta redacción podría entenderse que se podrían trasladar al consumidor
ciertos riesgos atinentes a la modalidad de contratación cuando resulta claro, a la
luz del régimen protectorio, que " las consecuencias del empleo de un medio
riesgoso para la contratación debe estar a cargo de quien toma la iniciativa de su
empleo" , en este caso, el proveedor (Nicolau- Hernández). Entendemos que una
cláusula de traslación del riesgo que implique el empleo de las técnicas de
comunicación electrónica dispuestos por el proveedor, podría ser declarada
abusiva por implicar una limitación a su responsabilidad (remitimos al comentario
al art. 1119). En ese sentido se ha dicho con relación a lo dispuesto por el art. 37,
inc. a) de la LDC q ue mantiene su vigencia que " la ley se inclina por dar un valor
absoluto a [la] confianza creada y por ello declara ineficaz toda cláusula de
aceptación de riesgos"

ARTICULO 1108: OFERTAS POR MEDIOS ELECTRÓNICOS.


Las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener
vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo
el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario. El oferente debe
confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación.
El art. 1108 del CCyCom agrega una regla para el caso en que se omitiera la
fijación del plazo previsto por el art. 7° LDC. Así, salvo que la oferta indique un
plazo de vencimiento, la misma se mantiene vigente en la medida en que el
consumidor pueda acceder a ella.

Por otra parte, en virtud de los deberes de información que recaen sobre el
proveedor, el plazo de vencimiento de la oferta debe surgir claramente de sus
términos. En caso que ello no ocurra, entendemos que la vigencia de la oferta solo
podría ser limitada por una comunicación efectuada por un medio similar al
empleado para hacerla conocer, aplicando la misma regla que dispone el art. 7° de
la LDC para su revocación.
La última parte del artículo despierta las discusiones interpretativas clásicas que
se han dado alrededor de los contratos celebrados entre ausentes. En este caso,
cabe preguntarse cuál es el efecto jurídico de la confirmación de la llegada de la
aceptación que se exige al oferente.
Se ha sostenido " que el contrato quedará perfeccionado desde el momento en
que la aceptación haya llegado al oferente por aplicación del art. 980 del Proyecto
y que la confirmación de llegada es una carga al proveedor para evitar situaciones
litigiosas que podrían presentarse en aquellos casos en que, de mala fe, el
oferente negare con posterioridad la recepción de la aceptación" (Nicolau-
Hernández).
Esta interpretación, que entendemos correcta, no explica qué ocurriría en caso de
que el proveedor no cumpla con dicha carga, manteniendo al consumidor en un
estado de incertidumbre. Entendemos que debería diferirse el comienzo del
cálculo del plazo para ejercer el derecho de revocación hasta que se encuentre
cumplida, a fin de incentivar la conducta del proveedor. De esta manera, se
mantendría la coherencia con el sistema diseñado por el art. 980 del CCyCom, sin
afectar al consumidor, quien mantendría su derecho de revocación en tanto el
proveedor no cumpla con la confirmación a su cargo. A su vez, esta solución va en
línea con lo dispuesto en el art. 1111 del CCyCom que sujeta el comienzo del
cómputo del plazo hasta que se informe debidamente al consumidor sobre su
derecho de revocación.

En cuanto al momento en que cobraría eficacia la confirmación enviada por el


proveedor, se ha sostenido que " el aviso de recibo cobrará eficacia a partir de la
entrada del mensaje al sistema de información del destinatario del aviso".

Artículo 1109: LUGAR DE CUMPLIMIENTO.


En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, a
distancia, y con utilización de medios electrónicos o similares, se considera
lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir
la prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos
derivados del contrato. La cláusula de prórroga de jurisdicción se tiene por
no escrita.
Entendemos que hubiera resultado conveniente establecer un criterio más flexible,
como el adoptado por el art. 36 LDC (según texto ley 26.993) para las operaciones
financieras de consumo, que dispone que se podrá iniciar el reclamo en el lugar
del consumo o uso, el del lugar de celebración del contrato, el del domicilio del
consumidor o usuario, el del domicilio del demandado, o el de la citada en
garantía. Esto evitaría situaciones de ambigüedad en casos en que no exista un
lugar físico claramente identificable como de recepción de la prestación, o la
dificultad que podría surgir para el consumidor en contratos cuyas prestaciones se
efectúen lejos de su domicilio (contratos vinculados al turismo).

La regla fijada se complementa con la norma de Derecho Internacional Privado


que surge del art. 2654 del CCyCom. Allí se establece una serie de alternativas
entre las que puede elegir el consumidor para fijar la jurisdicción. Entre otras, se
establece la posibilidad de iniciar el reclamo ante el juez del lugar donde el
consumidor realiza actos necesarios para la celebración del contrato, supuesto de
notable amplitud, que previsiblemente tenga vinculación con el lugar de residencia
del consumidor.
Por otra parte, el artículo limita el foro donde puede ser demandado el consumidor,
estableciendo que sólo puede ser demandado ante los jueces del Estado de su
domicilio.
La última parte del artículo recoge el criterio de la jurisprudencia vigente que veda
las cláusulas de prórroga de jurisdicción.

ARTICULO 1110: Revocación.


En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a
distancia, el consumidor tiene el derecho irrenunciable de revocar la
aceptación dentro de los diez días computados a partir de la celebración del
contrato.
Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar a
correr desde que esta última se produce.
Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el primer día hábil
siguiente.
Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor
durante este período que tengan por resultado la imposibilidad de ejercer el
derecho de revocación se tienen por no escritos.

Tanto la LDC como el CCyCom incrementan la protección frente a las prácticas de


comercialización agresivas y los contratos celebrados a distancia, otorgando
derechos a los consumidores y cargas a los proveedores tendientes a que estos
últimos internalicen las consecuencias negativas que puedan derivarse de las
especiales características de dichas prácticas (remitimos al comentario de los arts.
1104 y 1105).
En ese sentido, para los contratos celebrados fuera del establecimiento comercial
y para los contratos a distancia se prevé el siguiente régimen:
1. El derecho de revocación El consumidor goza de un derecho de revocación, en
virtud del cual:
a) se le concede un plazo de reflexión de 10 días después de haber aceptado una
oferta (art. 1110); b) se le permite revocar el contrato celebrado (art. 1110); c) se
impone al proveedor el deber de informar adecuadamente al consumidor sobre su
facultad de revocar el contrato (art. 1111); y d) se impone al proveedor los costos
generados por la restitución de la cosa en caso de ejercerse el derecho de
revocación (art. 1115).

2. Naturaleza jurídica 2.1. Posiciones doctrinarias Se han generado discusiones


con relación a la naturaleza del derecho de revocación y sus consecuencias
prácticas debido a la falta de regulación específica en la LDC. Entre ellas pueden
destacarse quienes entendían que se trataba de (i) un pacto de displicencia; (ii) un
supuesto de formación progresiva del consentimiento; y (iii) un supuesto
analogable a una venta a satisfacción del comprador sujeta a condición
suspensiva (véase DE LORENZO).
2.2. La reforma del CCyCom El CCyCom efectúa una regulación más exhaustiva
de los supuestos bajo análisis. En efecto, establece con claridad que mientras se
encuentre pendiente de ejercicio el derecho de revocación los riesgos corren por
cuenta del proveedor.
En concreto, se prevé que el proveedor asume:
a) el riesgo de que se produzca la imposibilidad de restituir la prestación objeto del
contrato, salvo que sea imputable al consumidor (art. 1114); y b) la pérdida de
valor de la cosa que provenga de su uso conforme a lo pactado o de su propia
naturaleza por parte del consumidor (art. 1115).
A su vez, impone al proveedor el deber de reembolsar al consumidor los gastos
necesarios y útiles que realizó en la cosa (art. 1115).
Entendemos que a la luz de la regulación descripta, debe interpretarse que el
CCyCom trata a estos contratos como sujetos a condición suspensiva.
Esta conclusión se apoya en cuatro razones centrales:
a) la distribución de riesgos trata al proveedor como un dueño y al consumidor
como un tenedor, lo que permite concluir que no se han producido los efectos
propios del contrato; c) resultaría injusto y contrario a la finalidad tuitiva del
régimen hacer cargar al consumidor los riesgos que implica la técnica de
comercialización adoptada por el proveedor (DE LORENZO); d) ante la duda
sobre si debe tratarse a dichos contratos como sujetos a condición suspensiva o
resolutoria, debe estarse a la solución más favorable menos gravosa para el
consumidor (De Lorenzo); y f) esa es la solución adoptada por el art. 1160,
CCyCom para las ventas " a satisfacción del comprador" , de evidente analogía
con los contratos que aquí comentamos.
Efectos El art. 1113 consagra los efectos ex tunc zanjando las discusiones
existentes con anterioridad a la reforma.

Responsabilidad civil Entendemos que el proveedor, en su carácter de dueño, será


responsable frente a terceros (art. 1758, CCyCom) por el daño causado por la
cosa, sin perjuicio de la responsabilidad concurrente del consumidor en tanto se lo
considere guardián a la luz de dicho artículo.

5. Redacción del artículo y cómputo del plazo Al igual que en el art. 34 de la LDC,
el artículo en comentario consagra el derecho a la revocación y su
irrenunciabilidad. La redacción mantiene la noción de " revocación de la
aceptación" lo que resulta objetable pues lo que se produce es la revocación del
contrato mismo (art. 1077, CCyCom).
En relación con el cómputo del plazo de reflexión, entendemos que existe un error
en la redacción del segundo párrafo, toda vez que su interpretación literal plantea
una solución equivocada por inconsistente con los principios del régimen de
revocación.
Así, la solución brindada por este artículo implica que en caso de que la
aceptación sea posterior a la entrega del bien, el cómputo del plazo comienza a
contarse a partir de dicha entrega (es decir, antes de la aceptación):
Entendemos que esta solución es equivocada porque el plazo comienza a
contarse antes del perfeccionamiento del contrato. Como consecuencia, el plazo
de reflexión se vería disminuido o incluso eliminado si la aceptación se produce
diez días (o más) después de la entrega del bien, lo que es contrario a los
principios que justifican este instituto.
Por ello, debería entenderse que el plazo de reflexión comienza a correr a partir de
lo que suceda último, la entrega o la aceptación (como ya lo prevé el art. 34 de la
LDC).
Por aplicación del art. 6 del CCyCom, el plazo debe computarse como días
corridos.
En virtud del carácter irrenunciable del derecho de revocación, cualquier cláusula
que impida su ejercicio debe tenerse por no escrita. Lo mismo ocurriría con
disposiciones que dificulten el correcto ejercicio de este derecho.
Por último, destacamos que el ejercicio del derecho de revocación no exige
expresión de motivos, por lo que su ejercicio es discrecional del consumidor

ARTICULO 1117: NORMAS APLICABLES:


Normas aplicables. Se aplican en este Capítulo lo dispuesto por las leyes
especiales y los artículos 985, 986, 987 y 988, existan o no cláusulas
generales predispuestas por una de las partes.

Art 985. Requisitos. Las cláusulas generales predispuestas deben ser


comprensibles y autosuficientes.
La redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible.
Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío a textos o
documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o
simultáneamente a la conclusión del contrato.
La presente disposición es aplicable a la contratación telefónica, electrónica o
similares.
Una cláusula general es la que tiene un alcance general y para ser utilizada en todos los
contratos particulares de la misma especie; el caso típico es el del contrato de seguro que
contiene estipulaciones o cláusulas generales aplicables a todos los seguros de la misma
naturaleza (de responsabilidad civil por accidentes de automotores, de robo o destrucción,
etc.), y se utiliza por la compañía aseguradora en todos los contratos que celebra con
cada uno de los asegurados.
Y es predispuesta por que ha sido determinada unilateralmente por una de las partes.
Art. 986. Cláusulas particulares. Las cláusulas particulares son aquellas que,
negociadas individualmente, amplían, limitan, suprimen o interpretan una cláusula
general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y particulares,
prevalecen estas últimas.
Una cláusula particular es aquella que reúne dos condiciones:
ha sido negociada individualmente; o sea que es producto del acuerdo libre de las partes
precedido por la negociación entre ellas; amplía, suprime, limita o interpreta una cláusula
general.
La cláusula particular prevalece sobre la cláusula general, aunque ésta no haya sido
cancelada expresamente. De modo que es cuestión dejada al intérprete juez o árbitro el
determinar si existe tal incompatibilidad o no.
La circunstancia de que la cláusula sea particular y por ende derogatoria de una cláusula
general no asegura su "justicia" , por lo que siempre está sujeta a lo que llamaríamos "
test de abusividad".
Art. 987. Interpretación. Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las
partes se interpretan en sentido contrario a la parte predisponente.
Cuando el contrato revela ambigüedad u oscuridad, debe ser entendido en favor del
adherente a las condiciones predispuestas.
Art. 988. Cláusulas abusivas. En los contratos previstos en esta sección, se deben
tener por no escritas:
a) las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente;
b) las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían
derechos del predisponente que resultan de normas supletorias;
c) las que por su contenido, redacción o presentación, no son razonablemente
previsibles.

ARTICULO 1118: CONTROL DE INCORPORACIÓN.


Las cláusulas incorporadas a un Contrato de consumo pueden ser
declaradas abusivas aun cuando sean negociadas individualmente o
aprobadas expresamente por el consumidor.
Los artículos comentados vinculan la regulación de los contratos celebrados por
adhesión y los contratos de consumo. Mientras que en los primeros se tiene en
cuenta la forma de prestar el consentimiento adhiriendo a condiciones
predispuestas, en los segundos se tiene en cuenta las características de
vulnerabilidad de uno de los contratantes. De esta forma, pueden existir contratos
celebrados por adhesión en los que no intervengan consumidores, y contratos de
consumo que no sean celebrados por adhesión.
La protección del adherente en contratos con cláusulas predispuestas se deriva de
la aplicación del principio general de buena fe que se proyecta sobre todo el
sistema contractual argentino y ha sido históricamente recogido por la doctrina y
jurisprudencia, incluyendo fallos de la CSJN.
En el CCyCom, la protección a quien adhiere a un contrato con cláusulas
predispuestas se articula en algunas reglas bien definidas. Éstas no ofrecen
complejidades interpretativas y apuntan tanto al control de incorporación tendiente
a que el adherente conozca efectivamente el contenido del contrato como al
control del contenido de dichas cláusulas. En particular, se aplican las reglas que
disponen que las cláusulas generales deben ser comprensibles y autosuficientes y
que su redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible. Asimismo, se
impide la incorporación de documentación por reenvío, si ésta no le es entregada
al contratante adherente al momento de celebrar el contrato (art.985, CCyCom).
A su vez, se incorpora el principio de prevalencia de las cláusulas particulares
entendidas como aquellas que, negociadas individualmente, modifican o
interpretan una cláusula general predispuesta por sobre las generales (art.
986). Por último, se aplica la clásica regla de interpretación contra el
predisponente en caso de ambigüedad (art. 987, CCyCom).
El primer artículo que comentamos establece explícitamente que todas las normas
interpretativas previstas para los contratos celebrados por adhesión serán
aplicables a todos los contratos de consumo, incluso a los negociados.
De esta manera, se efectiviza la protección del consumidor por su posición de
vulnerabilidad sin perjuicio de la forma en que haya prestado el consentimiento.
Así, se posibilita la declaración de abusividad aun de cláusulas negociadas
individualmente, lo que refleja el vicio de nulidad absoluta que afecta a las
cláusulas abusivas, que resultan inconfirmables por afectar el orden público.
Por las mismas razones carecerán de eficacia las cláusulas abusivas " aprobadas
por el consumidor" . Esta disposición procura neutralizar la práctica consistente en
exigir al consumidor la aprobación expresa de cláusulas abusivas como condición
para acceder a un bien o servicio
ARTICULO 1119: REGLA GENERAL.
Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula
que, habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por
efecto provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las
obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor
Metodología Como fue expresado en los Fundamentos del Anteproyecto, existen
dos modelos de regulación de las cláusulas abusivas: (i) el modelo basado en
listas de cláusulas prohibidas por ser consideradas abusivas, y (ii) el modelo
basado en estándares generales a la luz de los cuales se analizarán las cláusulas
para determinar su abusividad. De los mismos fundamentos surge que se resolvió
prescindir de un listado de cláusulas abusivas, ya que si bien se consideraba que
sería saludable contar con su existencia, el listado debería surgir de la legislación
especial. Para ello, se planteó una doble justificación: (i) por una parte, por la
mayor facilidad de actualización de la legislación especial en comparación con el
CCyCom, la que permitirá mantener mejor actualizado el listado, hecho valioso
dado el carácter dinámico de la materia; y (ii) porque resulta aconsejable tener en
cuenta las especificidades de cada sector de la economía para diseñar cláusulas
funcionales a sus necesidades y características.
2. Criterios generales de determinación de cláusulas abusivas En virtud de la
coexistencia entre el artículo que comentamos y el art. 37 de la LDC, que no ha
sido derogado, los criterios generales vigentes para determinar la abusividad de
una cláusula son los siguientes:
2.1. "Desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes,
en perjuicio del consumidor" (art. 1119, CCyCom) El artículo en comentario prevé
un estándar objetivo y general para determinar la abusividad de una cláusula. Para
ello, corresponde evaluar si tiene por objeto o efecto crear un desequilibrio
significativo entre los derechos y obligaciones de las partes en perjuicio del
consumidor, estableciendo así un criterio en línea con el que preveía el art. 37 del
decreto reglamentario, derogado por las Normas Complementarias.
Como surge del artículo comentado, el juez deberá analizar todos los derechos y
obligaciones atribuidos a las partes en el contrato, para poder evaluar en forma
contextualizada la existencia de un desequilibrio en perjuicio del consumidor. Para
analizar si existe este desequilibrio, debe evaluarse qué derechos y obligaciones
hubiera aceptado un contratante razonable y de buena fe en un contrato
negociado libremente y en condiciones de paridad.
Sostienen Nicolau- Hernández que " el desequilibrio debe centrarse en su
incidencia sobre el principio de onerosidad (se traduce en términos de
comparación entre provecho y sacrificio) o de máxima reciprocidad de intereses,
porque las partes confían legítima y recíprocamente en el cumplimiento de las
obligaciones asumidas según un criterio de equivalencia y reciprocidad"
(NicolauHernández).
2.2. "Cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad
por daños" (art. 37, inc. a., LDC) Se entiende que hay desnaturalización cuando "
alteran el equilibrio y la funcionalidad negocial de la relación contractual, que une a
las partes (...) La desnaturalización puede plasmarse de distintas maneras, ya por
vía de ampliación de los derechos (sustanciales o procesales) del predisponerte, o
reduciendo o suprimiendo las cargas u obligaciones del empresario, o reduciendo
o suprimiendo los derechos (sustanciales o procesales) del consumidor o por el
recurso de alongar sus cargas u obligaciones" (Pizarro- Varizat).
3. Cláusulas abusivas específicas Algunos ejemplos de cláusulas abusivas
establecidos en la legislación:

a) " cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor
o amplíen los derechos de la otra parte" (art. 37, inc. b., LDC); b) " cláusulas que
contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba
en perjuicio del consumidor" (art. 37, inc c., LDC); y c) las previstas en los artículos
985 (par. 3°), 988 (inc. a y b), 1109 del CCyCom; art. 36 (último párrafo) y 37 (inc.
a, b, c) LDC; art. 14ley 25065; art. 3° de la Resolución General 6/2003 de la
Inspección General de Justicia de la Nación que regula los Planes de
Capitalización y Ahorro; y las previstas en la Resolución N° 53/03 de la Secretaría
de la Competencia, la Desregulación y la Defensa del Consumidor.

ARTICULO 1120: SITUACIÓN JURÍDICA ABUSIVA.


Se considera que existe una situación jurídica abusiva cuando el mismo
resultado se alcanza a través de la predisposición de una pluralidad de actos
jurídicos conexos.

1) El concepto de situación jurídica (abusiva) El concepto de "situación jurídica"


resulta una novedosa incorporación del CCyCom. Por esa razón, la definición
precisa del alcance del concepto y su aplicación requerirá de la construcción que
elabore la doctrina y la jurisprudencia.

El concepto se introduce en el CCyCom:

a) en la regulación del abuso del derecho, donde se dispone el deber judicial de "
ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación
jurídica abusiva " (art. 10, último párrafo CCyCom) ; b) en la definición de hecho
jurídico como el acontecimiento que " produce el nacimiento, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas" (art.
257, CCyCom); y c) en la definición de acto jurídico, al que se define como " el
acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas" (art. 259, CCyCom).

El concepto de situación jurídica remite a un estado de cosas creado por una


combinación de hechos o actos jurídicos, a raíz del cual el consumidor queda
ubicado en una determinada posición frente a uno o más proveedores. Es decir,
esa combinación de hechos o actos jurídicos generan un contexto en el que queda
inserto el consumidor. Sostiene Lorenzetti que, " desde el punto de vista jurídico el
término ' situación’, alude a una serie de normas emanadas de la autonomía
privada, en la que se crea una esfera de actuación" . Así, cuando " este contexto
es creado por el autor para desnaturalizar, obstaculizar o impedir el ejercicio de
facultades, hay situación jurídica abusiva" (Lorenzetti, 1995).

2) La tipificación de la situación jurídica abusiva en contratos de consumo:


El artículo que comentamos define la situación jurídica abusiva como el
desequilibrio significativo entre derechos y obligaciones (remitimos al comentario
del art. 1119) que se produce a través de una pluralidad de contratos conexos.

Así, esta figura desborda los límites del análisis del contrato para proyectar la
mirada sobre redes contractuales o negocios que se estructuran sobre la base de
una combinación de contratos que tienen una finalidad meramente instrumental al
logro de dichos negocios (los contratos conexos se encuentran regulados en los
arts. 1073- 1075 del CCyCom). En dichas estructuras, puede ocurrir que el análisis
aislado de cada uno de los contratos en cuestión los muestre como perfectamente
lícitos y no abusivos, pero que de su combinación surja el desequilibrio entre
derechos y obligaciones que la norma intenta neutralizar.

Entendemos que para analizar la existencia del desequilibrio, deberá tenerse


presente cuál fue la finalidad económica perseguida por el consumidor al suscribir
el grupo de contratos conexos y contrastarlo con los derechos y obligaciones que
surgen del cúmulo de contratos. En los casos en que como resultado de la
combinación de los contratos conexos se produzca dicho desequilibrio, o se
desnaturalicen las obligaciones consideradas a la luz de la finalidad económica
perseguida, o se generen vulneraciones a los derechos constitucionales del
consumidor, se considerará la existencia de una situación jurídica abusiva. Ello,
aun si cada uno de los contratos conexos analizados aisladamente, resultaren
lícitos.

3) Acciones judiciales preventivas y reparatorias: En caso de existir una


situación jurídica abusiva, se aplica lo dispuesto por el art. 10 del CCyCom. Como
surge de dicho artículo, la intervención judicial puede ser:
a) de tutela preventiva: ordenando lo necesario para evitar los efectos del acto; o
b) reparatoria: (i) procurando la reposición al estado de hecho anterior, o (ii) fijando
una indemnización.
A su vez, el art. 1122, establece que cuando se prueba una situación jurídica
abusiva derivada de contratos conexos, el juez deberá aplicar lo dispuesto en el
art. 1075.
4. Vías procesales Sobre las posibles vías procesales de protección de derechos
de incidencia colectiva, remitimos al comentario del artículo 1097.

ARTICULO 1121: LÍMITES. NO PUEDEN SER DECLARADAS ABUSIVAS:


a) Las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio
procurado;
b) las que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en
normas legales imperativas.
Sin perjuicio de aclarar que la cuestión sobre el análisis judicial de abusividad de
precios resulta discutida por la doctrina, entendemos que la solución de excluir a
priori y para cualquier supuesto el control de dichas cláusulas resulta desacertada
y regresiva con relación al régimen legal vigente antes de la reforma. Ello por
cuanto genera desprotección a los consumidores, acentuada por la presencia de
prácticas abusivas que se sostienen en un mercado con gran presencia de
conductas anticompetitivas. En virtud de lo previsto en la CN, en los casos en que
las cláusulas relativas a la relación entre precio y el bien procurado impliquen una
afectación al trato equitativo y digno o a los intereses económicos de los
consumidores (especialmente protegidos por el artículo 42 de la CN), prevalecerá
la protección constitucional por sobre la norma en comentario cuya limitación no
debería aplicarse.
1. Libertad de precios y libertad de elección La solución brindada por el CCyCom
se apoya en dos premisas:

a) el precio constituye la prestación principal por lo que es esperable que el


consumidor lo conozca al contratar, y pueda decidir no hacerlo si le parece
inadecuado. Este fundamento es coherente con un sistema que no permite que se
declaren abusivas cláusulas negociadas como la Directiva de la UE. Sin embargo,
dado que el CCyCom permite que se declaren abusivas incluso las cláusulas
negociadas, el argumento pierde sentido para nuestro derecho; y b) la libertad de
precios en mercados competitivos no admite que se establezca que un precio
resulta excesivo resultando además muy dificultoso determinarlo. Este fundamento
exige reflexionar sobre cómo deben tratarse los precios excesivos en casos en
que el consumidor actúe con su libertad de elección condicionada, o cuando sea
víctima de una explotación de su inexperiencia, necesidad o falta de información.
Es decir, cuando no exista competencia o existan distorsiones en los mercados
(por la presencia de carteles u otras prácticas anticompetitivas) o cuando el
consumidor esté obligado a contratar (por mandato legal o por necesidad), o
encuentre serias dificultades para cambiar de proveedor (por falta de información
sobre alternativas, falta de tiempo para realizar los trámites necesarios, alto costo
de salida, etc.), o sea víctima de abusos por parte de su proveedor (en base a la
asimetría de información propia de la relación de consumo).

En estos supuestos la prohibición establecida en la norma deja en situación de


extrema vulnerabilidad al consumidor, excluyendo del régimen de protección al
consumidor casos que son protegidos por otros institutos del CCyCom, como la
lesión (art. 322 CCyCom). El hecho de que en el caso de la lesión pueda
cuestionarse y sancionarse la obtención de una ventaja patrimonial
desproporcionada y sin justificación (lo cual implica analizar el precio y superar las
dificultades probatorias que ello implica mediante el establecimiento de una
presunción en favor de la víctima de la lesión), debilitan aún más las justificaciones
sobre las que se apoya la norma en comentario.

2. Interpretación En virtud del principio de supremacía constitucional y el principio


protectorio, en los casos en que mediante la relación establecida entre el precio y
servicio o producto se afecte el derecho constitucional de los consumidores a
recibir un trato equitativo y digno o a la protección de sus intereses económicos,
debe prevalecer la protección constitucional por sobre la prohibición establecida
por el artículo en comentario. Algunos ejemplos: cuando exista aprovechamiento
de la falta de libertad de elección del consumidor como consecuencia del abuso de
posición dominante del proveedor o de otras conductas anticompetitivas (arts. 10 y
11 CCyCom); cuando el proveedor pueda imponer o modificar el precio en
atención a la falta de información del consumidor; cuando la libertad de elección
del consumidor se vea restringida por la naturaleza de la relación de consumo en
cuestión dificultad o alto costo por rescindir el contrato, sustituir el producto,
cambiar de proveedor ; cuando exista un supuesto como el que prevé el art. 332
que regula la lesión.

En caso de duda sobre el alcance de la exclusión prevista en el artículo que


comentamos, deberá interpretarse que la exclusión no la alcanza y que puede
analizarse su abusividad en virtud del principio protectorio previsto
constitucionalmente. Es decir, toda vez que esta norma restringe el derecho de los
consumidores a analizar una dimensión central de sus relaciones contractuales
que puede producir el desequilibrio prestación al previsto en el art. 1119, la
prohibición deberá analizarse con criterio restrictivo.

3. Inciso b) Entendemos que el segundo inciso resulta redundante. Ello así, toda
vez que si se trata de normas indisponibles para las partes, estas no serán
responsables de su incorporación, que se produce por el propio carácter
imperativo de la norma. En estos casos, la única forma en que podría dejarse sin
efecto la cláusula es cuestionando la constitucionalidad de dicha norma. Si
efectivamente se tratara de una norma inconstitucional, su control no podría
excluirse mediante una provisión del Código Civil.

ARTICULO 1122: CONTROL JUDICIAL.


El control judicial de las cláusulas abusivas se rige, sin perjuicio de lo
dispuesto en la ley especial, por las siguientes reglas:

a) La aprobación administrativa de los contratos o de sus cláusulas no obsta


al control;
b) las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas;
c) si el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe
integrar, si no puede subsistir sin comprometer su finalidad;
d) cuando se prueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos
conexos, el juez debe aplicar lo dispuesto en el artículo 1075.

1. La aprobación administrativa no impide el control judicial La solución contenida


en el inciso a) es correcta toda vez que el acto administrativo de aprobación no
tiene jerarquía normativa para convalidar cláusulas que vulneren derechos
receptados en la LDC o en la CN.

2. Las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas Esta solución es idéntica a


la prevista por el art. 37 de la LDC y ha tenido una frondosa aplicación
jurisprudencial.
La redacción ha recibido críticas de la doctrina, que sostuvo que el " Proyecto
incurre en la misma ambigüedad que la ley especial al declarar que se tiene por no
convenida; en nuestra opinión debió decir que debe ser declarada nula de nulidad
absoluta porque contraría normas de orden público" (Nicolau- Hernández).

En efecto, las cláusulas abusivas son nulas de nulidad absoluta por afectar el
orden público y las consecuencias de dicho carácter son que la " acción es
imprescriptible, irrenunciable, y no es susceptible de confirmación, aunque sí de
integración. Puede ser declarada de oficio o a petición de parte" (Lorenzetti, 2009).

3. Integración del contrato El inciso c) persigue la conservación del contrato. En


efecto, el juez lo integrará si, una vez declarado parcialmente nulo, el contrato no
puede subsistir sin comprometer su finalidad. En este caso el juez se regirá por lo
dispuesto en el art. 389 del CCyCom, que dispone que la integración debe
efectuarse de acuerdo a la naturaleza del acto y a los intereses que
razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes. Para ello, deben
tenerse en cuenta los principios protectorios establecidos por el sistema tuitivo, y
la integración debe efectuarse en el sentido más favorable al consumidor, no
pudiendo agravarse sus cargas. Todo ello por aplicación de lo dispuesto en el art.
1095 del CCyCom.
4. Cláusulas abusivas en contratos conexos El inc. d) prevé la intervención judicial
en caso de presentarse situaciones jurídicas abusivas derivadas de contratos
conexos (remitimos al comentario del art. 1120).
Art. 1075.- Efectos. Según las circunstancias, probada la conexidad, un contratante
puede oponer las excepciones de incumplimiento total, parcial o defectuoso, aún
frente a la inejecución de obligaciones ajenas a su contrato. Atendiendo al principio
de la conservación, la misma regla se aplica cuando la extinción de uno de los
contratos produce la frustración de la finalidad económica común.

LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR (24.240) INTERRELACION CON LA


NORMATIVA DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION.-

Con la reforma constitucional del año 1994, aparece la Ley 24240 de Defensa del
Consumidor destinada a reglamentar los derechos de los consumidores
plasmados en diversos artículos de la mencionada ley, ofreciendo una mayor
protección frente a las conductas anticompetitivas de los mercados afectando sus
intereses económicos, su dignidad y su buena fe al adquirir un bien o contratar un
servicio.
Sin embargo, ello no fue suficiente ya que con el transcurso del tiempo, existía la
necesidad de proteger aún más los derechos de los consumidores, dada la
complejidad de los mercados, los diversos abusos y maltratos de parte de las
empresas proveedoras de servicios, surgiendo en el año 2008 la primera
modificación de la Ley 24240 que fue la Ley 26361, que introduce cambios en la
legislación, incorporándose figuras como el daño punitivo y el daño directo en el
artículo 40 bis, lo que es de importancia ya que proporcionó un cambio sustancial
en la defensa de los consumidores y usuarios.
En la actualidad nuevos proyectos e iniciativas intentan proporcionan más
garantías tendientes a proteger los derechos e intereses económicos de los
consumidores y usuarios, siendo uno de los problemas el suministro de
información a los mismos cuando adquieren un producto o contratan un servicio.
En cuanto a los aspectos más sobresalientes del proyecto de reforma de la Ley
24240 de Defensa del Consumidor son los siguientes:
1-La obligación de informar cuando se distorsiona una imagen.
En este caso se acentúa el proyecto de ley en la importancia de la información al
consumidor establecido en el artículo 4 de la Ley 24240 de Defensa del
Consumidor y en el artículo 42 de la Constitución Nacional, debiendo los
proveedores suministrar en forma clara, cierta y detallada los caracteres
esenciales de los bienes o servicios que contrata el consumidor en las condiciones
de comercialización.
Ello implica que el proveedor tendrá como obligación esencial proveer información
exacta o simétrica a los fines de no producir confusión o distorsión en la imagen
del producto o del servicio que el consumidor pretende contratar.
2-Prohibición de modificar unilateralmente el contrato por parte del
prestador que implique cobro de costos adicionales derivados de
actualización tecnológica.
Esto sugiere que ante posibles fallas de fabricación del producto que adquiere o
del servicio que contrata el consumidor o usuario pueda reclamar a la empresa o
firma que los distribuyo puedan recambiarlos sin costo alguno adicional.
3-Modalidades de compras por correo, por Internet o telefónica.
En este sentido, la reforma intenta incorporar a la Ley 24240 de Defensa del
Consumidor de manera más integral las modalidades que todo consumidor o
usuario efectúa por las vías alternativas mencionadas evitándose posibles abusos
al adquirir un bien o servicio de esta forma.
4-Garantizar el suministro de partes de los productos por el tiempo que se
considera vida útil del producto.
Ello constituye un mejoramiento en cuanto a la posibilidad de que el consumidor o
usuario sufra algún desperfecto en el bien o servicio que contrata, siendo
necesario el certificado de garantía que estipule el plazo de cobertura.
5-Beneficio de litigar sin gastos.
Ello implica reafirmar el carácter de gratuidad que reviste el procedimiento cuando
el consumidor o usuario efectúa un reclamo ya sea en sede administrativa o
judicial siendo el beneficio de litigar sin gastos una herramienta eficaz para la
protección de los consumidores y usuarios.
6-Prohíbe el envío de información publicitaria no deseada.
Ello hace referencia a las posibles confusiones que el consumidor o usuario
pudiera recibir en torno a la información asimétrica (imperfecta) que implica una
publicidad engañosa para el demandante de un bien o servicio.
7-Las empresas prestadoras de servicios deberán contar con oficinas de
atención directa al público.
Esto significa que el consumidor o usuario contarán con oficinas de atención
directa a los fines de poder efectuar reclamos relacionados con el bien o servicio
que adquieren ante posibles inconvenientes que ofrezcan los mismos.
8-La incorporación de la acción de casación en la Ley 24240 de Defensa del
Consumidor.
Ello configura una novedad procesal en este sentido ya que implica en la
sentencia condenar al demandado y que dicho comportamiento no se suceda en
el futuro nuevamente.
Esperemos que en el futuro se concreten dichas reformas a la Ley 24240 de
Defensa del Consumidor a los fines de brindar una mayor protección legal y
jurídica a los mismos evitando los posibles abusos y comportamientos
anticompetitivos de las empresas y oferentes de bienes y servicios.

1. La obligación de informar cuando se distorsiona una imagen.


Según el artículo 4 de la Ley, el proveedor está obligado a suministrar al
consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las
características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las condiciones de
su comercialización. Esto implica que el proveedor debe dar esa información de
forma gratuita y con claridad para que permita la comprensión del consumidor y así
no se produzca producir confusión o distorsión en la imagen del producto o del
servicio.

2. Prohibición de modificar unilateralmente el contrato por parte del prestador


que implique cobro de costos adicionales derivados de actualización
tecnológica.
Ante posibles fallas de fabricación del producto o del servicio que adquiere el
consumidor o usuario puede reclamar a la empresa que los distribuyo y
recambiarlos sin costo adicional alguno.

3. Modalidades de compras por correo, por Internet o telefónica.


Son las modalidades que todo consumidor o usuario debería seguir para comprar
evitándose posibles abusos al adquirir un bien o servicio de esta forma.
4. Garantizar el suministro de partes de los productos por el tiempo que se
considera vida útil del producto.
Hace referencia al certificado de garantía con un determinado plazo de cobertura,
necesario para el consumidor en caso de que sufra algún desperfecto el bien o
servicio que contrata.

5. Beneficio de litigar sin gastos.


Se reafirma que el procedimiento de reclamar por parte del consumidor o usuario,
tanto en sede administrativa como judicial, es de carácter gratuito.

6. Prohíbe el envío de información publicitaria no deseada.


Hace referencia a las posibles confusiones que el consumidor o usuario puede
recibir en torno a la información imperfecta que implica una publicidad engañosa
para el demandante de un bien o servicio.

7. Las empresas prestadoras de servicios deberán contar con oficinas de atención


directa al público.
El consumidor contará con oficinas de atención directa a los fines de poder efectuar
reclamos relacionados con el bien o servicio que adquieren ante posibles
inconvenientes que ofrezcan los mismos.

8. La incorporación de la acción de casación en la Ley 24240 de Defensa del


Consumidor.
Esto implica la sentencia condenar al demandado y que dicho comportamiento no se
suceda en el futuro nuevamente.

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