Está en la página 1de 26

EGIPTO MEDIEVAL

INDICE

1. EGIPTO BIZANTINO (HASTA 642) 2


1.1 Papel de Egipto en el Imperio Bizantino. 2
1.2 Gobierno Bizantino de Egipto. 5
1.3 El avance del Cristianismo. 6

2. DESDE LA CONQUISTA ISLAMICA HASTA 1250 8


2.1 Periodo de gobernadores árabes y turcos (639-868). 9
2.2 La dinastía Tulúnida (868-905). 14
2.3 La dinastía Ikshidies o ijsíes (935-969). 15
2.4 La dinastía Fatimita (969-1171). 16
2.5 La dinastía Ayubita (1171-1250). 18

3. LOS PERIODOS MAMELUCO Y OTOMANO (1250-1800) 20


3.1 La dinastía Mameluca (1250-1517). 20
3.2 Los Otomanos (1517-1798). 24

4. CONCLUSIÓN 25

Egipto medieval
1. EGIPTO BIZANTINO (hasta 642)

1.1 Papel de Egipto en el Imperio Bizantino.

Diocleciano fue el último emperador romano que visitó Egipto, en el 302. A los
10 años de su visita cesó la persecución de los cristianos. El final de la
persecución, y por tanto la vía libre para la implantación del catolicismo, tuvo
tantas connotaciones que es necesario considerar este punto como un hito
muy significativo para la historia de Egipto.

No es fácil de identificar una línea divisoria entre los períodos romano y


bizantino, que divida entre la paz, la cultura, y la prosperidad del Principado
romano y la Dominación bizantina, considerada como edad más oscura que la
anterior según cabe suponer al ser caracterizado el régimen bizantino por una
maquinaria más opresiva del estado, sobre todo en su decadencia y caída.

Los cambios cruciales ocurrieron en la última década del tercer siglo y las
primeras tres décadas del cuarto. Con el final de la persecución de los
cristianos llegó la restauración de las propiedades de la iglesia. En 313 se
introdujo un nuevo sistema de cálculo y cobro de impuestos, con ciclos de 15
años, llamados indicciones, inaugurado retrospectivamente en 312. Otros
importantes cambios administrativos ya habían tenido lugar. En 296 la
separación de la moneda de Egipto de la del resto del imperio había finalizado
cuando la fábrica de monedas de Alejandría dejó de producir sus tetradracmas,
que había sido la base de un sistema monetario cerrado.

Un evento que tuvo enorme efecto en la historia política de Egipto fue la


fundación de Constantinopla el 11 de Mayo de 330. Primero, Constantinopla
se estableció como una capital imperial y el contrapunto oriental a la misma
Roma, socavando así la posición tradicional de Alejandría como la primera
ciudad griego parlante del este. Segundo, desvió los recursos de Egipto lejos
de Roma y el Oeste. De ahora en adelante la parte del sobrante del suministro
egipcio de grano, que llegó a suponer 8,000,000 de artabs (cerca de
300,000,000 litros) de trigo en un edicto del emperador Justiniano de los años
537 o 538, fue a alimentar a la población creciente de Constantinopla. Esto
creó un eslabón importante, político y económico con esta ciudad rompiendo
los tradicionales lazos con Roma. El efecto acumulativo de estos cambios
hizo que Egipto estuviese más imbricado en la estructura del imperio y le dio,
una vez más, un papel preponderante en la historia política del mundo
Mediterráneo.

La importancia que alcanzó Egipto en este período se puede comprobar


viendo el afán que tuvo la Iglesia cristiana en dominar rápidamente las
instituciones religiosas y no religiosas y así adquirir un importante papel en sus
asuntos políticos. Conclusión de esto es que la cabeza de la Iglesia egipcia,
el patriarca de Alejandría, llegó a ser la figura más influyente dentro de Egipto,
así como también la persona que podría dar al clero egipcio una voz poderosa

Egipto medieval 2
que se oyese en los concilios de la Iglesia Oriental. Durante el curso del
siglo cuarto, Egipto se dividió para propósitos administrativos en varias
unidades más pequeñas pero no así el patriarcado, y de esa forma su poder
llegó a pesar más que el de ningún organismo oficial administrativo local.
Sólo los gobernadores eclesiásticos de grupos de provincias (vicarios de
diócesis) tenían un poder parecido pero cuando el patriarca de Alejandría
recibió también la autoridad civil, como aconteció en el caso de Ciro, el último
patriarca bajo las ordenes de Bizancio, entonces el poder que detentaba se
hizo enorme.

La turbulenta historia de Egipto en el período bizantino se puede entender


viendo la infinidad de luchas de los sucesivos patriarcas de Alejandría por
mantener su posición dentro de su patriarcado y fuera, en su relación con
Constantinopla.

Lo que unió a Egipto con el resto del Imperio Oriental eran la manera en que
las autoridades imperiales, cuándo eran suficientemente fuertes, por ejemplo
en el reinado de Justiniano, trataron de controlar la Iglesia egipcia desde
Constantinopla, y al mismo tiempo aseguraban el suministro de alimento a la
capital, pudiendo centrarse en otras guerras que permitían mantener el imperio
intacto. Opuestamente, cuándo eran débiles les impedía controlar esta
iglesia. Para los patriarcas de Alejandría, esto demostraba que era imposible
asegurar la aprobación de las autoridades imperiales en Constantinopla y
mantener al mismo tiempo el apoyo del pueblo llano de Egipto.

Estas dos bases del poder del patriarcado, Constantinopla y el pueblo egipcio,
evidentemente requerían necesidades distintas y el resultado final fue un
distanciamiento social, político y cultural entre Alejandría y el resto de Egipto, y
entre el helenismo y la cultura nativa egipcia, que encontró un nuevo y
poderoso medio de expresión en el cristianismo copto. La separación se hizo
más evidente después de que el Concilio de Calcedonia en 451 estableciera la
doctrina oficial de que Cristo debía ser visto como existente en dos
naturalezas, inseparablemente unidas. La decisión del concilio envió al
cristianismo copto de Egipto (ahora es la Iglesia Copta Ortodoxa) por el
sendero del Monofisismo, que se centró en una firme defensa de la idea de
singularidad de la naturaleza de Cristo.

A pesar del efecto de debilitamiento que produjeron las riñas internas entre
iglesias rivales, y a pesar de las amenazas continuas de las tribus hostiles de
los Blemmíes y Nubades en el sur (hasta su conversión al cristianismo en la
mitad del siglo sexto), los emperadores de Bizancio todavía sentían un gran
respeto por la fuerza que suponía Egipto si fuera adecuadamente dirigida. El
último ejemplo llamativo es el caso del emperador Phocas, un tirano que
gobernó en los años 609 y 610. Nicetas, el general del futuro emperador
Heraclio, se desplazó a Alejandría desde Cirenaica, pensando en usar Egipto
como su base de operaciones y cortar el suministro de grano a Constantinopla.
Rápidamente, en la primavera de 610 la lucha de Nicetas con Bonosus, el
general de Phocas, llegó a su fin al ser vencido este último, y la caída del
tirano fue inminente.

Egipto medieval 3
La dificultad de defender Egipto detentando la base del poder en
Constantinopla queda de manifiesto durante las últimas tres décadas de poder
bizantino. Primero fue el viejo enemigo, los persas, que avanzaron sobre el
Delta de Nilo y capturaron Alejandría. La ocupación total se completó en 619
y continuó hasta el 628, cuándo Persia y Bizancio acordaron un tratado de paz
y los persas se retiraron. Fue una década de hostilidad violenta contra los
cristianos coptos de Egipto. Entre otras medidas opresivas, los persas se dice
que se negaron a permitir la ordenación normal de obispos y que llegaron a
masacrar a centenares de monjes en sus monasterios.

La retirada persa apenas anunció el regreso de la paz a Egipto. Los


acontecimientos que se sucedían en Arabia pronto traería cambios de gran
importancia para Egipto. Estos fueron provocados por el viaje del Profeta
Mahoma desde la Meca a Medina y por su declaración en el 632 de una guerra
santa del Islam contra Bizancio. Diez años después, el 29 de septiembre de
642, el general árabe Amr ibn al-Asi era capaz de marchar contra Alejandría, y
llevar a cabo la conquista árabe de todo Egipto, que había comenzado con su
invasión tres años antes, y que finalizó con una capitulación pacífica. La
invasión había sido precedida por varios años de persecución de cristianos
coptos por el calcedonio patriarca de Alejandría, Ciro, y fue él el que según se
dice traicionó a Egipto dejándolo indefenso ante las fuerzas de Islam.

La conquista islámica no fue excesivamente sangrienta. Hubo una lucha


irregular al principio en el Delta oriental, el Fayum se perdió en una batalla en
640, y se produjo una gran confrontación en Heliópolis (ahora un suburbio del
Cairo) en julio del 640 en la que 15,000 árabes se enfrentaron a 20,000
defensores egipcios. El 6 de abril de 641 fue crucial el ataque y captura de la
vieja fortaleza de Trajano en Babilonia, baluarte en la orilla oriental del Nilo,
embrión de lo que luego será El Cairo y que actualmente es parte de lo que se
llama Cairo Viejo. El 14 de septiembre, Ciro, que había sido llamado desde
Egipto 10 meses antes por el emperador Heraclio, volvió con los poderes para
concluir una paz honrosa. Bizancio firmó la pérdida de Egipto el 8 de
noviembre de 641, con la declaración de un armisticio de 11 meses para
permitir la ratificación del tratado de rendición por el emperador y el califa. En
diciembre de 641, barcos pesadamente cargados partieron para llevar la
riqueza de Egipto a sus nuevos amos. Nueve meses después los últimos
restos de fuerzas de Bizancio dejaron Egipto en barcos dirigiéndose a Chipre,
Rodas, y Constantinopla, y Amr ibn al-Asi tomó Alejandría en el nombre del
califa.

La nueva dominación llevada a cabo por el teocrático califato islámico era un


golpe diferente a todo lo que había acontecido en Egipto desde la llegada de
Alejandro Magno casi mil años antes.

1.2 Gobierno Bizantino de Egipto.


Las reformas del comienzo del siglo cuarto habían establecido la base de otros
250 años de la prosperidad relativa en Egipto, con un costo de una rigidez
quizás más grande y un control más opresivo de estado.

Egipto medieval 4
Egipto se subdividió para propósitos administrativos en varias provincias más
pequeñas, y se establecieron poderes civiles y militares separadamente (el
praeses y el dux).

A mediados del siglo sexto el emperador Justiniano se vio obligado a


reconocer el fracaso de esta política y pasó a combinar el poder civil y militar
en las manos del dux con un diputado civil (el praeses) como un contrapeso al
enorme poder de las autoridades de la iglesia.

Toda pretensión de autonomía local se podía dar por desaparecida. La


presencia del ejército era más notable, y su poder e influencia se dejaban
sentir tanto en la vida de las ciudades como en el campo.

Los impuestos quizás no eran tan pesados como lo habían sido antes, pero
eran recaudados despiadadamente, y se establecieron fuertes medidas contra
los que trataban de escapar de sus obligaciones fiscales o legales. Los
propietarios más ricos gozaron de mayor prosperidad, especialmente como
resultado de la oportunidad de comprar la tierra poseída por el estado que
había sido vendida a los pequeños propietarios privados en el comienzo del
siglo cuarto. Los grandes propietarios tenían el poder suficiente como para
ofrecer a sus campesinos arrendatarios un grado significativo de protección
fiscal colectiva contra los agentes del estado, la rapacidad del recaudador de
contribuciones, el burócrata de oficio, o el brutal soldado.

Pero, si la vida del campesino mediano no cambió mucho, el rico llegó a ser
probablemente más rico, y el pobre llegó a ser más pobre. El número de
pobres se hizo mayor pues los campesinos medios fueron empobreciéndose
cada vez más, arrinconados por los terratenientes y la opresión
gubernamental.

Egipto medieval 5
1.3 El avance del Cristianismo.

El avance del Cristianismo tuvo así un caldo de cultivo ideal dentro del
entramado social y cultural del Egipto bizantino y también la estructura política
de poder favorecía su desarrollo.

Trajo la identificación de los egipcios nativos con la Iglesia Copta, que


encontró su medio de expresión en el desarrollo del idioma copto, básicamente
egipcio escrito con alfabeto griego, con la adición de unos pocos caracteres.

La Cristiandad Copta desarrolló también su propio estilo artístico diferenciador,


usando muchos de los motivos de la mitología griega que durante mucho
tiempo les fueron familiares.

Estos motivos coexistieron con representaciones de la Virgen y el Niño y de


otras representaciones cristianas y se expresaron en los estilos decorativos
que deben mucho a sus precedentes griegos y egipcios. Incluso las
representaciones de la Virgen y el Niño son inspiradas en antiguos cultos del
Egipto faraónico, como demuestra la gran similitud con figuras de la diosa Isis
con su hijo Horus.

Aunque el Cristianismo hubiera calado hondo en el pueblo por el 391, el año


en que la práctica de la religión pagana se hizo oficialmente ilegal, es casi
imposible cuantificarlo o trazar una progresión fiable de su crecimiento o
distribución geográfica.

El cristianismo fue acotando lentamente a sus antecesores paganos y


llevándolos al enfrentamiento. Así, en la primera mitad del siglo quinto hubo
un resurgimiento literario pagano, centrado en el pueblo de Panopolis, y hay
evidencia de que monjes fanáticos en este área atacaron los templos paganos
y destruyeron estatuas y textos mágicos.

Fuera de los raros círculos en los cuales las disputas doctrinales se discutían
en términos filosóficos, había una gran masa heterogénea de fanáticos
creyentes. Por ejemplo, tanto los gnosticos, que creían en la redención por el
conocimiento, como los maniqueos, seguidores del profeta persa Mani, se
creían a sí mismos como los auténticos cristianos.

En los niveles más bajos de la sociedad las prácticas mágicas paganas habían
continuado realizándose pero habían sido reconvertidas a un contexto
cristiano.

A mediados del quinto siglo, el suelo fértil de Egipto era dominado por las
grandes iglesias, tal como la gran Iglesia de San Menas, al sur de Alejandría, y
por los monasterios.

La última contribución distintiva de Egipto al desarrollo de la Cristiandad fue


particularmente importante, y fue una prueba más de la fuerza de la lealtad
nativa a la Iglesia monofisita. Los orígenes de comunidades antonianas,

Egipto medieval 6
conocidas así por el nombre del padre fundador del monasticismo, San Antonio
de Egipto (C. 251-356), se basan en el deseo de individuos en congregarse
junto a la persona de un célebre ascético en una ubicación del desierto,
construyendo sus propias celdas, a las que se agregaba una iglesia y un
refectorio, y a continuación se levantaban torres y paredes para encerrar el
conjunto.

Otros monasterios, llamados pacomianos en honor de San Pacomio, el


fundador de monasticismo de los cenobitas, fueron planeados desde el
comienzo como complejos amurallados con dependencias comunales.

La provisión de agua en cisternas, sus propias cocinas, panaderías, prensas


de aceite, talleres, establos, sus propios cementerios, … etcétera y la
propiedad y el cultivo de la tierra colindante dieron a estas comunidades un
gran nivel de independencia, que permitía ofrecer la paz a sus residentes y la
protección contra la opresión del recaudador de contribuciones y la brutalidad
del soldado. Pero no se concluye con esto que estuvieran separados del
contacto con los pueblos y aldeas cercanos sino que muchos de los monjes se
convertían en figuras locales importantes y las iglesias de muchos de estos
monasterios estaban probablemente abiertas al público local para el culto.

El poder económico y social de la Iglesia cristiana en el Valle de Nilo y en el


Delta es de un continuo desarrollo durante los siglos quinto y sexto.

Por el tiempo de la invasión árabe, a mediados del siglo séptimo, la sencilla


propaganda de Islam pareció atractiva y llamó la atención a políticos y
religiosos para ser usada y explotada violentamente contra los sucesivos
patriarcas rivales de la Iglesia cristiana. Pero la llegada de la dominación
árabe no suprimió el cristianismo en Egipto. Algunas áreas permanecieron
profundamente cristianas durante varios siglos más.

Egipto medieval 7
2. DESDE LA CONQUISTA ISLAMICA HASTA 1250
La historia egipcia medieval según muchos textos se abre y se cierra con dos
conquistas extranjeras de Egipto: la invasión árabe dirigida por Amr ibn al-Asi
en 639 y la expedición de Napoleón en 1798 marcan el principio y el fin de una
era.

Vista la Historia desde un contexto puramente egipcio, esta era es considerada


como una época de cambio en la que Egipto abandona los moldes y la
herencia del pasado para abrazar un idioma nuevo y una religión nueva, en
otras palabras, una cultura nueva. No se puede decir que el pasado fuera
inmediata y completamente abandonado, y de hecho muchos aspectos de la
vida egipcia, especialmente la vida rural, continuaron prácticamente sin
cambios, pero en lo que no hay duda es en que la civilización islámica de
Egipto se separó de forma muy notoria del anterior período greco romano.

La historia de Egipto medieval se puede considerar por lo tanto en gran


medida como un estudio de los procesos y evolución de la civilización
islámica, particularmente los procesos de Arabización e Islamización.

Confinar la historia de Egipto a sólo desarrollos internos es distorsionarla


porque, durante toda la época medieval, Egipto fue una parte más de un gran
imperio de enormes dimensiones. Es en este contexto donde la historia de
Egipto debe ser estudiada pues esa historia se puede decir, de forma escueta,
tajante y puede que errónea, que es un compendio de sus intentos de dominar
dicho imperio, unos intentos que ya tuvieron sus paralelismos en la Antigüedad
y también en épocas recientes.

Egipto medieval 8
2.1 Periodo de gobernadores árabes y turcos (639-868).

El envío de una expedición militar a Egipto desde la capital califal de Medina


vino en una segunda fase tras las primeras conquistas árabes.

Las conquistas se habían dirigido contra tierras de las fronteras


septentrionales de Arabia y su naturaleza era de correrías de pillaje para
obtención de botín; a medida estas correrías fueron creciendo en escala e
ímpetu, también fue creciendo resistencia organizada que les opusieron tanto
bizantinos como persas.

Por 635 los árabes se había dado cuenta que para batir esta resistencia
eficientemente, debían comenzar la ocupación sistemática del territorio
enemigo, especialmente Siria, donde el ejército de los bizantinos tenía más
determinación en parar los ataques árabes.

La conquista árabe.

Los árabes derrotaron a los bizantinos y ocuparon las ciudades claves de Siria
y Palestina, y así mismo vencieron al ejército persa en el frente oriental en
Mesopotamia e Iraq.

Obviamente, el siguiente paso debía ser el asegurar Siria contra un posible


ataque lanzado desde la provincia bizantina de Egipto. Más allá de esta
consideración estratégica, los historiadores árabes llaman la atención sobre el
hecho de que Amr ibn al-Asi, el general árabe que luego conquistara Egipto,
había visitado Alejandría en su juventud y tuvo constancia de la enorme
riqueza de Egipto.

A pesar de la enorme ganancia económica que suponía la conquista de Egipto,


el califa Umar, según algunas fuentes, no tenía una especial predisposición en
separar el contingente que iba a formar la expedición de Amr del ejército de
Siria e incluso trató de anular la misión una vez había comenzado; pero Amr,
con o sin el permiso del califa, emprendió la invasión en 639 con un pequeño
ejército de solo unos 4,000 hombres, aunque posteriormente fuera reforzado.

Con una rapidez que parece increíble, las fuerzas bizantinas fueron derrotadas
y se retiraron por completo de Egipto en el año 642. Una última tentativa de
conquistar Alejandría en 645 llevada a cabo por una flota y un ejercito de
Bizancio fue derrotada rápidamente por los árabes.

Se han dado diversas explicaciones para la rapidez con que la conquista se


llevó a cabo, la mayoría de ellas enfatiza la debilidad de la resistencia de los
bizantinos mas que la fuerza árabe. Ciertamente, la división del gobierno y el
ejército bizantinos en unidades provinciales autónomas iba contra la
posibilidad de concentración y coordinación de la respuesta defensiva. Y
aunque solo hay dudosas evidencias de que los coptos dieran la bienvenida a
la invasión árabe en la creencia de que la tolerancia religiosa de los

Egipto medieval 9
musulmanes sería preferible a la represión y ortodoxia impuesta de los
bizantinos, el apoyo copto a sus opresores de Bizancio fue, cuando mas, falto
de entusiasmo .

Comienzos del gobierno árabe.

En Egipto como en Siria, Iraq e Irán, los conquistadores árabes al principio no


hicieron mucho por perturbar el “status quo” que se encontraron; como una
pequeña minoría religiosa y étnica, consideraron ésta la mejor estrategia para
hacer permanente su ocupación.

Los tratados firmados entre Amr y el muqawqis (presumiblemente un título


refiriéndose a Ciro, el arzobispo de Alejandría) aseguraban proteger a la
población nativa a cambio del pago de tributos.

No había tentativas para forzar, ni siquiera para persuadir, a los egipcios para
convertirse al Islam; no solo eso sino que los árabes incluso prometieron
preservar las iglesias cristianas.

Incluso en el ámbito administrativo se mantuvo el sistema bizantino de


impuestos, combinando un impuesto sobre la tierra con otro sobre el censo.
Los impuestos fueron administrados por los coptos, que se encargaban de
todo el proceso recaudatorio excepto el de los niveles más altos. A la mayoría
de los habitantes, la conquista debió de suponerles una diferencia mínima,
porque los gobernantes musulmanes no interferían en sus vidas, al principio
por lo menos, mientras ellos siguieran pagando sus impuestos; en todo caso,
si algo notaron fue mejoría en el aspecto de culto porque la persecución
religiosa bizantina había finalizado.

Además, los árabes se aislaron a sí mismos deliberadamente de la población


nativa, siguiendo un decreto de Umar por el que ningún árabe podría poseer
tierra fuera de la península árabe; esta norma sirvió para prevenir que los
ejércitos tribales árabes y se aseguraba una renta constante fruto de la
agricultura, porque los propietarios anteriores eran mejores granjeros que lo
que podrían ser los nómadas árabes.

Egipto medieval 10
Tal y como fue su norma en otras partes, los conquistadores evitaron escoger
una ciudad ya establecida como podía ser Alejandría para ser su capital; en su
lugar, fundaron un asentamiento militar dividido en secciones tribales. Como
sitio para emplazar esta nueva ciudad, escogieron un lugar estratégico: el
vértice sur del triángulo formado por el Delta de Nilo, en ese tiempo ocupado
por la ciudad fortificada bizantina de Babilonia. Denominaron a esta ciudad
con el nombre de Fustat, que es probablemente una arabización del término
griego para "campamento" y da una indicación de la naturaleza del
asentamiento primitivo. Como otras ciudades basadas en el emplazamiento de
una guarnición fundadas por los árabes en Iraq como Basora y Kufah, Fustat
llegó a ser la principal fuente de arabización en Egipto, puesto que además era
la única ciudad con mayoría árabe en Egipto y por tanto era necesario un
amplio conocimiento del árabe por los habitantes nativos.

El proceso de arabización, sin embargo, fue lento y gradual. El árabe no


desplazó al griego como idioma oficial del estado hasta el año 706, y aún
entonces el copto continuó siendo usado como idioma hablado en Fustat.

Dada la falta de presión de los conquistadores, la extensión de su religión


debió de ser aún más lenta que la de su idioma.

Se construyó una mezquita en Fustat llevando el nombre de Amr ibn al-Asi, y


cada sección tribal de la ciudad tuvo su propia mezquita más pequeña. La
mezquita de Amr sirvió no sólo como el centro religioso de la ciudad sino
también como el asentamiento para ciertas actividades administrativas y
judiciales.

Aunque Alejandría se mantuviera como ciudad portuaria, Fustat, construida en


una orilla del Nilo, era así mismo un puerto importante y permaneció como tal
hasta el siglo XIV. Amr incrementó el potencial comercial del puerto limpiando
y volviendo a abrir el Canal de Trajano, para que embarques de grano con
destino a Arabia pudieran ser mandados desde Fustat al Mar Rojo por barco,
transporte mucho más rápido que la tradicional caravana.

Egipto medieval 11
Egipto bajo el califato.

Durante más de 200 años, es decir, durante el califato omeya e incluso en el


abbasí, Egipto fue controlado por gobernadores designados por el califa.

Como provincia perteneciente a un imperio, la posición de Egipto era la misma


que ya había sido durante siglos bajo otros gobernantes extranjeros, cuyo
interés principal era proveer a su gobierno central con impuestos y grano
egipcios.

A pesar de la evidencia de que los gobernadores árabes, en general, trataron


de recaudar los impuestos equitativamente teniendo en cuenta las
capacidades de los propietarios para pagar y las variaciones anuales en el
rendimiento agrícola, la resistencia a pagar los impuestos aumentó en el siglo
octavo y a veces acabó en rebeliones en épocas de penuria económica.

Periódicamente, la inquietud religiosa se manifestó en forma de insurrecciones


políticas, especialmente en esas épocas excepcionales cuando un gobernador
abiertamente discriminaba a los coptos obligándoles a la fuerza a llevar ropa
distintiva o, peor, destruyendo su iconos. Aún así, por regla general,
especialmente en tiempo de los omeyas, predominaba la tolerancia, en gran
parte para razones fiscales. Para mantener altas las recaudaciones de
impuestos provenientes de los no musulmanes, los gobernadores árabes
desalentaron la conversión al Islam e incluso requirieron a los que se
convertían para seguir pagando el impuesto de los no musulmanes.

A veces se construían nuevas iglesias cristianas y el gobierno tomaba parte


en la selección de los nuevos patriarcas, lo que demuestra por un lado la
libertad religiosa y por otro el control establecido.

Más que sólo una fuente de grano e impuestos, Egipto llegó a ser también una
base para la expansión árabe-musulmana, tanto por tierra como por mar. Los
antiguos astilleros bizantinos de Alejandría proporcionaron el núcleo de la
armada egipcia, que entre 649 y 669 se unió con la armada de Siria en
expediciones contra Rodas, Chipre, y Sicilia y derrotaron a la armada de
Bizancio en una gran batalla en Fenicia en el año 655.

Por tierra, los ejércitos árabes avanzaron tanto al sur como al oeste.
Muy pronto, en el bienio 651-652 el gobernador de Egipto invadió Nubia e
impuso un tratado que requería a los nubios el pago de un tributo anual y les
exigía que fuese totalmente permitida la práctica del Islam en la provincia.
Las correrías con bases en Egipto contra Africa del norte llevadas a cabo por
los ejércitos árabes comenzaron en 647; en el 670 los árabes había llegado a
establecer una guarnición permanente en Ifriquiya (ahora Tunez), que llamaron
al-Qayrawan (Kairouan), y que desde entonces desplazó a Egipto como base
para la expansión.

Mientras las tropas árabes pasaban por Egipto en su camino hacia las
campañas de Africa del norte, otros eran enviados al Valle de Nilo como base
permanente.

Egipto medieval 12
Además de los contingentes tribales que acompañaban a los nuevos
gobernadores destinados a Egipto, se llevaban más colonos, todos ellos
pertenecientes a las tribus árabes, en un esfuerzo por aumentar la
concentración de musulmanes en la vecindad de Fustat. El asentamiento de
gran número de anárquicas gentes de tribus árabes en Egipto, con lazos y
lealtades tribales con otra parte del imperio, significó que Egipto llegó a estar
enredado de forma muy directa en las disputas políticas por el gobierno
central.

Los conflictos que comenzaron con el asesinato del califa Utman (656)
empezaron en Egipto, donde los hombres de las tribus estaban dolidos por el
favoritismo mostrado por el califa a miembros de su propia familia. Los
levantamientos dirigidos por la secta disidente de los kharijitas (secesionistas)
fueron frecuente a mediados del siglo octavo. En el siglo noveno el mismo
califa Maamun dirigió un ejército de Iraq para acabar con una rebelión que
levantó tanto a los hombres de las tribus árabes como a los coptos; la
represión de los coptos que fue acompañada tras su derrota en 829-830 es
habitualmente citada como un factor determinante a la hora de acelerar la
conversión al Islam.

Las dificultades inherentes en gobernar Egipto desde Bagdad, que además


estaba en un periodo de descontrol, quedan evidentes viendo la agilidad de
movimientos en la asignación de los gobernadores de Egipto; el califa abbasí
Harun ar-Rashid (gobernó entre 786-809), por ejemplo, designó a 24
gobernadores en un periodo de 23 años.

Posiblemente como consecuencia tanto de querer separar del poder a las


tropas tribales y secesionistas como para compensar a las tropas turcas del
gobierno central, el califa comenzó a asigna antes a turcos que a árabes para
el gobierno de Egipto. Pero esta norma no tuvo como resultado una mejora
palpable en la administración de asuntos egipcios hasta 868, cuando en el
reinado de Ahmed ibn Tulun comenzó una fase nueva de la historia egipcia
medieval.

Egipto medieval 13
2.2 La dinastía Tulúnida (868-905).

Aunque por corto espacio de tiempo, la dinastía tulúnida logró el gran éxito de
restaurar en alguna medida la gloria del antiguo Egipto. Por la primera vez
desde los faraones, Egipto llegó a ser autónomo y el montante de sus
riquezas, de sus rentas, permaneció dentro de sus fronteras. Además, Egipto
llegó a ser el centro de un pequeño imperio cuando Ibn Tulun conquistó Siria
en 878-879. Estos desarrollos tienen un cierto paralelismo en otras provincias
del imperio abasida y se puede considerar que eran el resultado directo de la
decadencia del poder califal. Para reforzar sus ejércitos, los califas abasidas
habían comenzado desde principios del siglo noveno a formar contingentes de
tropas con esclavos turcos. Para financiar estas nuevas formaciones militares
y, en particular, para pagar a los comandantes turcos que los dirigían, el califa
comenzó a darles poderes administrativos (iqtaa en árabe generalmente
traducido como "feudo") consistentes en recaudación de impuestos en ciertos
territorios. En 868, Egipto fue otorgado como feudo al general turco Babak,
pero prefiriendo permanecer en Iraq designó a su hijastro, Ahmed ibn Tulun,
como su agente en Egipto. Ibn Tulun estableció rápidamente su propia
autoridad en Egipto apoyándose en un ejército de su propia creación,
suficientemente poderoso como para desafiar al gobierno central de Bagdad y
también embarcarse en guerras de expansión.

El primer paso de Ahmed ibn Tulun fue eliminar a sus posibles rivales en
Egipto. Desde fechas muy tempranas la administración de Egipto se había
dividido entre el amir (gobernador militar), designado por el califa, y por el amil
(oficial fiscal), que era designado a veces por el califa, a veces por el
gobernador. Cuándo Ibn Tulun entró Egipto en 868 se encontró la oficina del
amil ocupada por un tal Ibn al-Mudabbir, que durante años había llevado el
control de las finanzas egipcias, enriqueciéndose con ello, y era por tanto
reacio a reconocer la autoridad de Ibn Tulun. Pronto estalló la lucha por el
poder entre el dos, que finalizó cuatro años después con el paso de Ibn al-
Mudabbir a Siria y la suplantación de sus deberes y poderes por Ibn Tulun.
Aún más importante era el disponer de un ejército que sería independiente del
califato y leal a Ibn Tulun. Para construir tal ejército, Ibn Tulun recurrió al
mismo método que los propios califas usaban: la compra de esclavos que
podrían ser entrenados como unidades militares leales a su dueño.

En 877, cuándo Ibn Tulun se negó a pagar la contribución completa de Egipto


para la campaña abbasí contra un levantamiento de esclavos negros en Iraq,
el gobierno del califa, dominado por el hermano del califa al-Muwaffaq, se dio
cuenta de que Egipto ya no estaba bajo el control del imperio califal. Una
expedición enviada por al-Muwaffaq para derrocar a Ibn Tulun del gobierno
tuvo un resonante fracaso. Aprovechando la preocupación del califato con la
rebelión, Ibn Tulun en 878 invadió Siria, donde ocupó las ciudades y fortalezas
principales con sus tropas. Más tarde, dejó constancia de su autonomía en la
emisión de moneda asignando a su nombre la titulatura de califa. Aunque el
regente al-Muwaffaq careciera de recursos para comprometer Ibn Tulun en el
campo de batalla, lo maldijo públicamente en las mezquitas del imperio como
uno de sus medios de venganza.

Egipto medieval 14
Internamente, Ibn Tulun tomó las medidas adecuadas para incrementar la
productividad agrícola egipcia con lo cual aumentaban sus rentas a través de
los impuestos; el inmenso excedente que dejó en el tesoro del estado a su
muerte en 884 es una medida de su éxito. Otra indicación palpable de su
buen hacer para Egipto es una mezquita enorme (todavía en uso) que erigió
en un suburbio de Fustat; ningún edificio comparable en grandiosidad había
sido levantado por los gobernadores que lo precedieron.

Los grandes beneficios que Ibn Tulun había ganado para Egipto usando los
recursos que le proporcionaba el país fueron derrochados por su hijo y
sucesor, Kumaraway. Gastó sumas inmensas en lujos para su residencia y
pagó una fortuna como dote para casarse con una hija del califa al-Mutadid en
895. No obstante, Kumaraway fue capaz de mantener operativos a los
ejércitos egipcios, y los dirigió hasta la victoria en Siria y en Mesopotamia. El
resolvió el conflicto de su padre con el califato con una combinación de armas
y diplomacia, de forma que la autoridad de Kumaraway sobre Egipto, Siria y
Mesopotamia fuera reconocida oficialmente por el califa. Esta aparente fuerza
se evaporó cuándo Kumaraway fue asesinado en 896, no dejando fondos con
los que su heredero, de 14 años, pudiera pagar a las tropas. Tanto Egipto
como Siria cayeron en la anarquía, que duró hasta 905 cuando un ejército del
califa al-Muktafi invadió Egipto y momentáneamente lo volvió a convertir en
una provincia abbasí, controlada por gobernadores mandados desde Bagdad.

2.3 La dinastía Ikshidies o ijsíes (935-969).


Durante 30 años los gobernadores fueron incapaces de restaurar la estabilidad
en Egipto. Durante este tiempo, Egipto era objeto de ataques desde el estado
de Fatimita del norte de Africa y de los pillajes de un ejército interno sin control.
El nombramiento de Muammad ibn Tughj, de la Sogdiana en Asia Central,
como gobernador en 935 llevó a una repetición de los logros de Ibn Tulun; con
duras medidas Muammad estableció su autoridad sobre el tesoro y el ejército,
reafirmó la influencia de Egipto en Siria, y llegó a ganar el gobierno de las
Ciudades Santas de Arabia (La Meca y Medina). Además, fundó una dinastía;
sus hijos heredaron su título sogdiano de príncipe de los ikhshidíes, pero su
autoridad fue usurpada por su tutor, un esclavo abisinio, Kafur, que gobernó
Egipto bajo autoridad califal. Cuando Kafur murió en 968, los ikhshidíes
fueron incapaces de mantener el orden y control sobre el ejército y la
burocracia. Al año siguiente los fatimitas se aprovecharon del desorden en
Egipto para lanzar otro ataque, éste exitoso, que permitió la ocupación del país
por un ejército beréber dirigido por el general fatimita Jawhar.

2.4 La dinastía Fatimita (969-1171).


El establecimiento del califato fatimita en 973 en la recientemente construida
ciudad palacial del Cairo tuvo dramáticas consecuencias para la evolución del

Egipto medieval 15
Islam en Egipto. Políticamente, el régimen fatimita fue una continuación del
tulúnida, estableciéndose en Egipto como un rival independiente del califato
abbasida. De hecho, un objetivo reconocido por los primeros propagandistas
fatimitas debía de ser el lograr el dominio de mundo, erradicando el califato
abbasida en el proceso. Por varias razones no lograron estas metas; no
obstante, como idea del poder fatimita a principios del siglo undécimo, el califa
fatimita podría haber reclamado la soberanía sobre todo el Norte de Africa,
Sicilia, el Hejaz y Yemen en Arabia, y el sur de Siria. Pero el verdadero
control político-militar nunca fue firme salvo en Egipto. La lealtad a los
fatimitas de sus provincias fue parecida a la que antes habían profesado al
régimen abbasí. Aún cuando el estado fatimita cayó en decadencia en el siglo
undécimo y abandonó su visión imperial, Egipto continuó jugando un papel
independiente en el mundo islámico bajo el liderazgo de los generales
armenios que habían llegado a ganar el control de los ejércitos fatimitas.

Islamización. Es difícil estimar los cambios religiosos realizados por la nueva


dinastía salvo a nivel de la elite gubernamental, los cuales tomaron la doctrina
oficial de los chiitas ismailitas, la rama que tenía toda la autoridad inherente a
la línea de Ismail que había sido precedida antes por su padre, el sexto imán
llamado Jafar ibn Muammad, y continuada por su propio hijo, Muammad at-
Tamm. Como creían que el califa fatimita era el único líder legítimo, la
práctica sunnita (Islam ortodoxo) se proscribió teóricamente en sus dominios.
Pero las dificultades para que la minoría ismailita se sobrepusiera a la mayoría
de sunnita significaron que la población musulmana de Egipto permaneciera
predominantemente sunnita durante el período fatimita. Ciertamente no hubo
protestas cuando Saladino, que fundó la dinastía ayubita, devolvió Egipto al
orden sunnita en 1171. Con respecto a los no musulmanes, los fatimitas, como
una notable excepción, fueron conocidos por su tolerancia, hasta el punto de
que los coptos continuaron sirviendo en la burocracia del gobierno. Varios
coptos llegaron a alcanzar el más alto rango administrativo, visir, sin tener que
cambiar su religión. Los judíos también figuraron en puestos prominentes del
gobierno; de hecho, un converso judío al Islam, Ibn Killis, fue el primer visir y
se considera que asentó las bases del sistema administrativo fatimita. Los
cristianos y los judíos incluso lograron sobrevivir al loco califa al-Hakim que
gobernó entre 996 y1021, que ordenó la destrucción de las iglesias cristianas,
incluida la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, y ofreció a los no
musulmanes la elección entre la conversión al Islam o la expulsión del territorio
fatimita. Este período de persecución aceleró indudablemente la tasa de
conversión al Islam, aunque quizás solamente a nivel temporal y superficial.

En comparación con Iraq, Egipto contribuyó relativamente poco a la literatura y


al aprendizaje del árabe durante el período abbasí. Pero los fatimitas
mostraron gran interés en propagar el chiismo ismaelita mediante una red de
misioneros. Esto hizo que Egipto se convirtiera en un importante centro
religioso y cultural. La fundación de la mezquita-universidad de al-Azhar, así
como también de otras academias, llevó eruditos a Egipto de por todas partes
el mundo islámico y estimuló la producción de importantes contribuciones en
Literatura, en Filosofía, y en Ciencias islámicas.

Arabización. La arabización de Egipto fue lenta. La dependencia de tropas


beréberes al comienzo del periodo fatimí pronto fue equilibrada por la

Egipto medieval 16
importación de turcos, sudaneses y contingentes árabes. Los fatimitas usaron
miles de nómadas árabes en la caballería egipcia y, para además estimular la
arabización, asentaron grandes contingentes de estas tribus con apoyos
tribales desde Arabia en el Alto Egipto en contra de los qarmatas enemigos de
los ismailitas en Iraq y Arabia. Por otro lado, los fatimitas redujeron la
población árabe de Egipto a mediados del siglo 11, cuando incitaron a las
tribus de los Banu Hilal y los Banu Sulaym a emigrar de Egipto al vecino reino
beréber de Ifriqiya.

Crecimiento del comercio. Uno los logros más notables en tiempos fatimitas
fue el crecimiento del comercio egipcio, especialmente en Fustat, que había
llegado a ser la ciudad portuaria del Cairo, la capital fatimita. Iraq en el este y
Tunicia en el oeste había llegado a convertirse en prósperos centros de
comercio tanto dentro del propio mundo musulmán como entre los musulmanes
y los imperios cristianos del Oeste. Varios factores contribuyeron a alterar
esta situación en favor de Egipto. El poder centralizado fue declinando en
Iraq, Mesopotamia y Siria durante los siglos noveno y décimo, y de igual forma
el tráfico comercial también fue declinando en estas áreas. En Egipto, sin
embargo, el establecimiento de un gobierno fuerte que pronto controló el Mar
Rojo y mantuvo una fuerte armada en el Mediterráneo oriental, ofreció una
alternativa atractiva para el comercio internacional entre el Oriente y la
cristiandad. Además de lograr tener la estabilidad política esencial para el
comercio, los fatimitas alentaron el comercio con su política de bajas tasas y
su no interferencia en los asuntos de los mercaderes que hacían sus negocios
en Egipto. Estos factores, junto con el incremento de la actividad mercantil
europea en las ciudades italianas, ayudaron a Egipto a convertirse en un
magnífico centro de comercio internacional.

El fin de la dinastía fatimita. El logro fatimita restaurando en Egipto parte de


su antigua gloria fue notable pero breve. La autoridad político-religiosa de los
califas fatimitas fue atacada por levantamientos militares que sólo podían ser
abortados por la fuerza. En 1163 el califa fatimita había sido desplazado de la
lucha por el poder entre el visir y el chambelán, que eran a sí mismo incapaces
de imponerse llegando incluso a tener que buscar ayuda de los sunnitas e
incluso de los ejércitos cruzados de Siria y Palestina. Así comenzó una serie
de invasiones a petición de los oficiales fatimitas, que finalizó en 1169 con la
ocupación de Egipto por un ejército de Siria, uno de cuyos comandantes,
Saladino fue designado visir fatimita. Dos años después, Saladino restauró en
Egipto la lealtad al régimen abasí, abolió el califato fatimita, y estableció la
dinastía ayubita.

2.5 La dinastía Ayubita (1171-1250).


Bajo Saladino y sus descendientes, Egipto se reintegra en el mundo sunnita
del califato Oriental. Verdaderamente, Egipto llegó a ser el adalid del mundo
musulmán contra los cruzados y, como tal, un blanco importante para los
ejércitos cruzados. Pero este fue un proceso gradual que requirió de Saladino

Egipto medieval 17
primero construir un ejército suficientemente fuerte para estabilizar su poder en
Egipto y luego asociarse con Siria y Mesopotamia, bajo su liderazgo, contra los
francos. Al hacer esto reconstruyó el imperio egipcio, que incluyó, además de
las áreas tradicionales, el Yemen, el Hejaz, y con la caída de Jerusalén (1187),
una gran parte de Tierra Santa.

La abolición del califato fatimita y la restitución oficial del Islam sunnita parece
que no causó gran perturbación en Egipto con excepción de un levantamiento
llevado a cabo por la guardia fatimita de palacio, rápidamente sofocado. Esto
viene a atestiguar que el chiismo ismaelita se había limitado solo a los círculos
de poder fatimitas.

Política de Saladino: La anulación por parte de Saladino de toda tasa no


explícitamente sancionada por la ley islámica debió de contribuir a su
popularidad así como también a la estabilidad de su régimen. Para asegurar
la defensa tanto contra los enemigos internos como los externos, reforzó las
fortificaciones de El Cairo construyendo una ciudadela y agrandando las
murallas de la ciudad fatimita.

A pesar del gran potencial militar y los esfuerzos propagandísticos montados


contra los cruzados, Saladino continuó tratando a los cristianos de Egipto con
tolerancia; la Iglesia copta prosperó bajo los ayubitas, y los coptos siguieron
sirviendo al gobierno. Saladino trató también a los cristianos de Jerusalén
con magnanimidad después de su conquista.

Pese a la consternación de los Papas, el comercio entre Egipto y las ciudades


italianas continuó vigoroso, y los egipcios eran capaces de usar las materias
primas proporcionadas por los mercaderes italianos fabricando armas contra
los cruzados.

La administración de Egipto permaneció en manos de la vasta burocracia civil,


pero era supervisada por oficiales militares.

Las luchas del poder. Los ayubitas introdujeron un cambio significativo en el


gobierno de su imperio que fue decisivo para la historia de su mandato en
Egipto. Aunque los ayubitas eran descendientes de los kurdos, Saladino
siguió la práctica turca de asignar las provincias como señoríos a miembros de
su familia. Teóricamente, tal medida aseguraría la lealtad de las provincias al
gobierno central de Egipto por la lealtad de los señores ayubitas a su líder de
familia. En la práctica, sin embargo, la medida hizo que se llegara a luchas en
que cada gobernador usaba su provincia como base desde la que desafiar el
supremo poder ayubita de Egipto.

Los sultanes al-Malik al-Adil (murió en 1218) y al-Malik al-Kamil (murió en


1238) lograron reunir Siria y Egipto bajo su liderazgo. Kamil, especialmente,
fue capaz de explotar los ataques francos, la Quinta Cruzada dirigida contra
Damietta, para reunir sus apoyos familiares en las provincias y así preparar la
defensa de Egipto. No obstante, dada la disensión dentro del imperio ayubita,
era claro el interés del sultán egipcio en alcanzar un arreglo pacífico con los
cruzados; se logró en 1229 con una tregua entre Kamil y el emperador romano
Federico II. El acuerdo estipulaba que Kamil intercambiaba posesiones de

Egipto medieval 18
Jerusalén y otros territorios en Tierra Santa y a cambio recibía garantía de que
Federico apoyaría al sultán contra agresiones de cualquier índole.

El crecimiento de los ejércitos mamelucos. La base del régimen ayubita


residía en su fortaleza militar independiente. Esto explica por qué uno de los
últimos sultanes, al-Malik as-Salih Ayub (murió en 1249), recurrió a aumentar
la compra de esclavos turcos llamados mamelucos, un nombre derivado de la
palabra árabe para esclavo, como medio para fortalecer sus ejércitos. Aunque
las tropas de esclavos ya habían formado parte importante de los ejércitos
egipcios desde tiempos de Ahmed ibn Tulun, su fuerza había sido limitada por
las disensiones raciales entre las distintas unidades de esclavos y por la
presencia de elementos no esclavos en las mismas. Pero después de la
muerte de as-Salih Ayub en el curso de la Sexta Cruzada, en la que los
egipcios vencieron gracias al cuerpo de mamelucos, estos fueron capaces de
explotar su poder en palacio y elevar a un miembro de su grupo al sultanato.
Así fue como se estableció el sultanato mameluco, que duró dos siglos y medio
y llevó a Egipto hasta la cúspide de su evolución en el período medieval.

Egipto medieval 19
3. LOS PERIODOS MAMELUCO Y OTOMANO (1250-1800)

3.1 La dinastía Mameluca (1250-1517).


Durante el período mameluco Egipto llegó a ser el centro político, económico y
cultural de todo el área árabe oriental del mundo musulmán. Como un
símbolo de este poder es el restablecimiento en 1261 por parte de los
mamelucos del califato abásida en El Cairo. Los mongoles le había abolido
cuando invadieron Bagdad en 1258. Aunque el califa no gozara de autoridad
ni poder, el mero hecho de que los mamelucos escogieran El Cairo para
mantener esa institución es una señal de su determinación en dominar el
mundo árabe. Es curioso que los mamelucos, que no eran árabes, que no
eran musulmanes de origen y que muy pocos eran capaces de hablar algo de
árabe, establecieran un régimen que salvó una parte importante del territorio
musulmán de la dominación pagana y estableció la supremacía de Egipto en
toda la cultura árabe.

La vida política. La historia política del estado mameluco es compleja; durante


su reinado de 264 años, no menos de 45 mamelucos llegaron al sultanato, e
incluso, un califa (en 1412) fue instalado brevemente como sultán. Alguna vez
se llegó a título individual a establecer dinastías, como el notable sultán
Qalaun (que gobernó en 1279-90), cuya progenie gobernó Egipto, con dos
cortas interrupciones, hasta 1382. A menudo los mamelucos escogían al hijo
del sultán para suceder a su padre sólo mientras daba tiempo a otro candidato
a acaparar suficiente apoyo para hacerse con el trono para él mismo. En
realidad no existía el principio de legitimidad nada mas que con la fuerza. Sin
el poder militar suficiente un sultán podía esperar ser derrocado en un corto
lapso de tiempo por un mameluco más fuerte.

No obstante, varios sultanes lograron aglutinar las energías del sistema


mameluco para implantar una gran estabilidad interna y poderse embarcar en
conquistas extranjeras. Poco después de la victoria mameluca sobre los
mongoles en Ayn Jalut en 1260, Baybars I se hizo con el poder. El fue el
verdadero fundador del estado mameluco, y se desenvolvió activamente y con
éxito contra las posesiones de los cruzados que quedaban en Palestina y
Siria. Gobernó hasta 1277. Durante el largo reinado de al-Malik an-Nasir
(gobernó en 1293-1341), los mamelucos establecieron una tregua con los
mongoles (1323) después de varias batallas y, a pesar de epidemias de
hambre, los comienzos de la disensión religiosa y de los levantamientos de los
beduinos, se mantuvo la prosperidad económica en Egipto y las relaciones
pacíficas con los poderes extranjeros, tanto musulmanes como cristianos.

Aunque comenzara a declinar política y económicamente después de la


muerte de Nasir en 1341, Egipto continuó dominando el mundo árabe oriental.
Pero el efecto acumulativo de la peste, que barrió Egipto en 1348 y en años
subsiguientes, la victoria de Timur Lang (Timur el cojo) o Tamerlán en Siria, en
1400, y la pérdida del control sobre el comercio indio en beneficio de los
portugueses, junto con la incapacidad de los sultanes para mantener el grueso
de mamelucos bajo su control, hizo que gradualmente disminuyese la fuerza
del estado. Los esfuerzos de un vigoroso sultán como Qait Bay (gobernó en

Egipto medieval 20
1468-96) no fueron suficientes para hacer que Egipto fuese tan fuerte como
para defender su imperio en Siria contra las correrías provenientes de los
estados turcomanos de Anatolia y Azerbaijan y de las campañas de los turcos
otomanos.

Contribuciones a la cultura árabe. En época de los mamelucos, la


arabización de Egipto debió de ser prácticamente completa. El árabe había
sido el idioma de la burocracia ya desde comienzos del siglo octavo y el
idioma de la religión y la cultura aún desde antes. La preponderancia del
árabe como idioma escrito y hablado es atestiguado por el descubrimiento en
la geniza (despensa) de una sinagoga del Cairo de miles de cartas y
documentos, llamados “documentos de Geniza” que están datados entre los
siglos undécimo y decimotercero. Aunque a menudo escrito en caracteres
hebreos, el idioma de la mayor parte de estos documentos es el árabe, con lo
que se prueba que el árabe fue usado también mayoritariamente por los no
musulmanes. El estímulo principal para aprender árabe debió de venir del
deseo de la población en aprender el idioma de la elite gobernante. La
inmigración de tribus árabes durante los primeros siglos de ocupación, y su
mezcla con los habitantes indígenas, también debió de haber contribuido a la
gradual expansión de árabe en Egipto.

La contribución específica de los mamelucos a la cultura árabe, sin embargo,


se centra sobre todo en los logros militares. Derrotando a los mongoles,
permitieron que Siria y Egipto se convirtiesen en refugio para los musulmanes
que huían de la devastación mongola. La extensión de este “refugio” fue
estrechada por subsiguientes ataques contra Siria. En uno de estos ataques
llegó a ser ocupado Damasco (en 1294-95) y Egipto se convirtió en receptor
de refugiados provenientes de Siria así como también de áreas más lejanas al
este. Este desplazamiento accidental de eruditos y artesanos a Egipto no
permite, sin embargo, justificar enteramente el florecimiento de ciertas
actividades culturales bajo los mamelucos.

De la misma forma que sostuvieron el califato como un símbolo visible de su


reclamo legítimo para gobernar todo el territorio del Islam, los mamelucos
cultivaron y promocionaron líderes religiosos cuyas habilidades les eran
necesarias para administrar su imperio y dirigir los sentimientos religiosos de
las masas por cauces tranquilos evitando conflictos. Se recompensó a esos
religiosos que cooperaron con el estado con oficinas del gobierno, como en el
caso de los ulama (eruditos religiosos) o se les dotó de monasterios, como en
el caso de los sufitas (místicos).

Por otro lado, los que se atrevieron a criticar el orden social y moral eran
encarcelados. Tal fue el destino del famoso legislador Ibn Taymiyah que
emigró de Mesopotamia para escapar de los mongoles y fue encarcelado en El
Cairo por los mamelucos y sus funcionarios religiosos por divulgar doctrinas
sediciosas.

La evidencia concreta del estímulo que los mamelucos dieron a la vida cultural
se puede encontrar principalmente en los campos de la Arquitectura y la
Historiografía. Decenas de edificios públicos erigidos bajo su patrocinio se
pueden encontrar todavía en El Cairo e incluyen mezquitas, colegios,
hospitales, monasterios, y caravansares. Sus escritos históricos eran

Egipto medieval 21
igualmente monumentales, en la forma de inmensas crónicas, diccionarios
biográficos y enciclopedias.

La vida religiosa. El período mameluco es también importante en la historia


religiosa egipcia. Con notables excepciones, los gobernantes musulmanes de
Egipto nunca habían intervenido contra los cristianos y judíos, sujetos a pagar
impuestos especiales recaudados a cambio de la protección del estado. Tanto
los coptos como los judíos siempre habían servido en la burocracia
musulmana, a veces en posiciones administrativas muy altas. Ni siquiera las
Cruzadas legaron a romper el delicado equilibrio entre musulmanes y
cristianos pues continuó el comercio con las ciudades-estado italianas, y
tampoco hay evidencia de que los cristianos locales tuvieran responsabilidad
en las invasiones cruzadas contra Egipto.

Es cierto que Saladino echó a todos los coptos del aparato burocrático estatal
y les impuso leyes para regular impuestos de lujo, pero estas normas fueron
abandonadas por sus sucesores en un deseo de llegar a alcanzar acuerdos
con los cruzados. Sin embargo con el establecimiento de la dinastía
mameluca parece claro que muchos de los cristianos de Egipto y Siria
cambiaron a peor. Una indicación de este cambio es el aumento de la
producción de escritos anticristianos por teólogos musulmanes. Una razón
posible para el cambio puede haber sido el que se asociara a los cristianos
con el peligro mongol. Como los mongoles usaron auxiliares cristianos en sus
ejércitos, en concreto georgianos y armenios, a menudo se salvaban las
poblaciones cristianas de los pueblos que conquistaban, y sin embargo se
mataba a los musulmanes. También los esfuerzos diplomáticos que apuntaban
a unir a los mongoles con los poderes cristianos europeos, en una cruzada
conjunta contra los musulmanes, podrían haber contribuido a la desconfianza
de los mamelucos contra los cristianos. Pero el descontento no parece
haberse originado tanto entre los gobernantes como entre las masas, y no
parece haber sido desencadenado tanto por la simpatía de los cristianos con
los mongoles como por su papel y posición de privilegio en el estado.

En varias ocasiones el resentimiento popular contra las riquezas coptas y sus


posiciones en el gobierno se manifestaron incluso en demostraciones públicas.
Tanto musulmanes como cristianos recurrieron a los incendios, quemando los
santuarios de los otros, expresando su violenta rivalidad. Bajo tal presión, el
gobierno mameluco acabó llevando a cabo despidos de cristianos de la
burocracia estatal en no menos que nueve ocasiones entre 1279 y 1447, y en
1301 ordenó que todas las iglesias de Egipto fueran cerradas. Como
resultado de estas persecuciones y la destrucción de iglesias, se cree que la
tasa de conversión al Islam se aceleró notablemente y que virtualmente el
copto desapareció salvo como idioma litúrgico. Al final de la dinastía
mameluca, los musulmanes parece ser que llegaron a alcanzar la superioridad
numérica en el censo poblacional análoga a la actual, es decir más de 10 a
uno.

La vida económica. En cuanto al comercio, el período mameluco marca el


apogeo de la historia económica egipcia medieval.

Durante los siglos decimotercero y decimocuarto, es decir, cuando el sultanato


era capaz de mantener el orden en Egipto, el comercio era muy activo con los

Egipto medieval 22
puertos del Mediterráneo, Mar Negro e India. El comercio oriental fue
controlado principalmente por un grupo de mercaderes musulmanes conocidos
como los Karimis mientras que el comercio mediterráneo fue dejado en manos
de comerciantes europeos, a los que los mamelucos concedieron ciertos
privilegios en Alejandría.

Pero en el siglo decimoquinto, sin embargo, la importancia comercial de Egipto


decreció rápidamente como resultado de las pérdidas de población, la mayor
injerencia del gobierno en el comercio, las invasiones beduinas, y la
competencia portuguesa en el comercio con la India.

Egipto medieval 23
3.2 Los Otomanos (1517-1798).

Con la derrota de los mamelucos por los otomanos en 1516-17, la historia


medieval egipcia había terminado de dar un giro de 360 grados, pues Egipto
había vuelto a la posición inicial de ser una provincia gobernada desde
Estambul. Otra vez el país fue explotado como una fuente de impuestos en
beneficio de un gobierno imperial y como base de operaciones para la
expansión territorial. La decadencia económica que había comenzado bajo el
final de los mamelucos continuó, y trajo consigo la decadencia cultural egipcia.

La conquista otomana. Desde la propia conquista, la presencia otomana en


Egipto está entrelazada con facciones mamelucas. No hay duda de que los
otomanos invadieron Siria en 1516 para abortar una incipiente coalición contra
la expansión otomana entre los gafavidas de Persia y los mamelucos de Egipto
y Siria. La antigua enemistad entre otomanos y mamelucos surgió por la
rivalidad en controlar la zona norte de Siria, frontera con los turcomanos.
Después de que los otomanos reforzaran su asentamiento sobre Anatolia
oriental en 1514, era natural que los mamelucos reforzaran sus posiciones en
Siria septentrional y comenzaran a enviar misiones diplomáticas a los
gafavidas. El sultán otomano Selim el Cruel respondido atacando al reforzado
ejército mameluco de Siria, probablemente como un paso preliminar en una
nueva campaña contra los gafavidas.

En 1516, después de que Selim hubiera derrotado a los mamelucos en Marj


Dabiq (al norte de Aleppo), los objetivos otomanos se podían considerar
cubiertos, especialmente porque el sultán mameluco Qansuh al-Ghauri murió
en la batalla. Pero los mamelucos se reagruparon alrededor de un nuevo
sultán en El Cairo, que rehusó aceptar los términos de Selim para un arreglo.
Espoleado por el traidor mameluco Khair Bey, Selim marchó contra Egipto en
1517, derrotó a los mamelucos e instaló a Khair Bey como gobernador
otomano. Khair Bey murió en 1552; le sustituyó un virrey otomano, llamado
valí, con el título de pasha, que fue enviado desde Estambul.

Egipto medieval 24
4. Conclusión

Aquí se puede dar por concluida la Historia Medieval de Egipto en cuanto a los
parámetros que tenemos establecidos desde el punto de vista temporal. El
periodo otomano al comenzar en 1517 ya puede ser considerado como Edad
Moderna, aunque el mínimo desarrollo político, social y cultural que tuvo
Egipto durante siglos después de esta conquista, haga difícil el dar aquí por
finalizada la Edad Media. Se podría decir, y mucha literatura así lo define, que
la Edad Media en Egipto comienza con la conquista árabe y no finaliza hasta
la ocupación francesa en 1798, o incluso mas tarde con el gobierno de
Mohamed Ali. Sin embargo, aquí se ha querido hacer un cierto paralelismo
cronológico con la Edad Media en los países occidentales, en cuanto a su
comienzo y finalización.

En el comienzo de la Edad Media Egipto se encuentra bajo el poder


mediterráneo de Roma y luego de Constantinopla, pero a continuación
aparece una fuerza irresistible desde Arabia. Desde ese momento Egipto está
íntimamente ligado al desarrollo del Islam y existe una clara correlación entre
la historia de este país y la historia de todo el mundo musulmán. Si durante los
periodos romano y bizantino Egipto fue una importante provincia como enorme
fuente de recursos, pero con un claro papel secundario, durante gran parte del
periodo musulmán medieval se convirtió en un centro político, social, cultural y
religioso que servía de referente para todo un vasto imperio que abarcaba
desde el Atlántico hasta el Indico.

Egipto medieval 25

También podría gustarte