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Economía verde

Economía verde como aquella que da lugar al mejoramiento del bienestar humano e
igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos
medioambientales y la escases ecológica.

Por lo tanto, el concepto reconoce la inseparabilidad de las 3 vertientes de la


sostenibilidad (la social, la económica y la ambiental) con el objeto de promover las
situaciones en las que se beneficien los 3 aspectos y, cuando las soluciones
intermedias son inevitables, apoyar las decisiones sensatas con la información y datos
adecuados.

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de 2012, que


comúnmente se conoce como la Conferencia Río+20, se adoptó el enfoque de la
economía verde como una herramienta importante para el desarrollo sostenible y la
erradicación de la pobreza. Dados los cambios mundiales que enfrentan los países,
este enfoque representa una oportunidad para que apliquen los tres pilares del
desarrollo sostenible.

La economía verde responde a las crisis mundiales económicas, sociales y financieras


mediante la redistribución del capital natural, social y financiero a los fines de generar
beneficios para el desarrollo económico, la equidad social y la protección del medio
ambiente. Refleja un cambio de paradigma hacia un enfoque holístico donde se valore
la naturaleza y el medio ambiente, el bienestar humano y el desarrollo económico.

La economía verde aplica 3 medidas generales para el progreso:

 Mide el grado de transformación económica en relación con la inversión y el


crecimiento en los sectores verdes.
 Representa el impacto del desarrollo en función de la extracción y el agotamiento
de los recursos.
 La economía verde mide el bienestar de la sociedad según el acceso de la
población a los recursos básicos, la educación, la salud y la seguridad social.

Según el Informe sobre la economía verde de 2011 del PNUMA, se calcula que si se
destinara hasta un 2 % del PIB mundial hasta 2050 a la transformación verde de la
economía mundial, se generaría la misma cantidad de empleo y crecimiento que la
economía marrón y superaría a esta última en el mediano y largo plazo, además de
producir beneficios sociales y ambientales importantes.
Existen diversos enfoques que los países pueden adoptar para hacer la transición
hacia una economía verde. Las herramientas de las que se pueden disponer son los
incentivos fiscales, como las subvenciones verdes y los impuestos sobre las emisiones
de carbono, la regulación de los sectores que consumen muchos recursos y la
inversión pública en investigación y desarrollo para la innovación verde.

De este modo, una economía verde adquirirá distintas facetas según el país y las
medidas que adopte en función de sus propias prioridades nacionales y bienes
naturales. Sin embargo, mediante un marco internacional de normas, mejores
prácticas y agentes se puede informar y ayudar a los países en el camino que tomen.

COMENTARIO

La economía verde es más que el medio ambiente en el ámbito de su aplicación;


podría beneficiar tanto a los países desarrollados y en desarrollo. Siendo el vínculo
para nuevas actividades que creen más empleos que las del sector tradicional,
aumenten la seguridad energética y la eficiencia industrial; así como debería de
reducir la vulnerabilidad de los impactos del cambio climático, la degradación del
océano, la desertificación y la pérdida de la biodiversidad, así como los impactos del
aire local, el suelo y la contaminación del agua.

Cabe resaltar que el crecimiento económico, la creación de empleos y los ingresos


dependen de recursos y sistemas naturales, lo que implica un gran reto para la
humanidad, pues hoy día no se tienen ni los recursos, ni el tiempo para abordar los
desafíos ambientales, sociales y económicos de manera aislada, ellos deben ser
abordados en conjunto de manera integral.

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