- Sueño No Rem: en esta fase se produce una reactividad a los estímulos progresivamente menor y actividad electroencefalográfica progresivamente más lenta (fase 3 y 4 actividad similar al coma). Además se da una disminución del tono muscular y ausencia de movimientos oculares. En esta fase, si el sujeto despierta no suele recordar el contenido del sueño, siendo la actividad mental más escasa y menos precisa. La mayor cantidad de sueño lento profundo se produce en fase 3 y 4 en el primer tercio de la noche, más abundante en niños. - Sueño Rem: en esta fase se dan movimientos oculares rápidos, es la fase de los sueños, donde hay una relajación muscular casi total. 2. PROCESO EVOLUTIVO DEL SUEÑO Debemos comenzar sabiendo que el niño comienza durmiendo de 5 a 6 periodos al día cuando es bebé, estando uno de estos periodos compuesto de 3 a 4 horas de sueño. Desde ese momento es importante saber que existen diferencias individuales en los hábitos del sueño debido a las características personales del niño o las costumbres de sus padres. Pero sin lugar a duda, el niño debe aprender unas pautas culturales de sueño y vigilia. Por otro lado, debemos saber que existen diferencias entre el patrón de sueño infantil y el de los adultos: ciclos más cortos, más ligero, más despertares. La cantidad de sueño dependerá de la actividad física, la edad, las diferencias fisiológicas y las pautas de higiene del sueño Además de la maduración del SNC, otros factores influyen en el desarrollo del patrón del sueño como son la estimulación excesiva, problemas físicos, estrés familiar y conductas inapropiadas por parte de los padres. Mientras que el sueño es un proceso fisiológico, el proceso de dormir es una conducta aprendida. Al igual que enseñamos al niño el hábito para comer deberemos enseñarle el hábito de dormir. 3. TRASTORNOS PRIMARIOS DEL SUEÑO Los trastornos primarios del sueño son aquellos en cuya etiología no se halla implicada otra enfermedad mental, una enfermedad médica o el consumo de algún tipo de sustancia. Estos trastornos se subdividen en dos: disomnias y parasomnias. DISOMNIAS Para hablar y categorizar de disomnia, debemos saber que, se trata de perturbaciones del sueño debido a una alteración de los mecanismos generadores de los estados de sueño y vigilia o del momento adecuado para dormir o despertar. La alteración del sueño (o la fatiga diurna asociada) provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada, delirium). La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. - Tipos de disomnias o Insomnio infantil Después de 6 meses con el problema, con una ocurrencia de al menos dos veces por semana, el niño necesita 45 minutos para dormir o se despierta por lo menos una vez a la semana sin poder conciliar el sueño a continuación. Las características de este trastorno son: Múltiples despertares nocturnos (de 3 a15) e imposibilidad de conciliar el sueño. Sueño superficial Duración total del sueño menor del habitual para su edad Los síntomas característicos que se presentan en los niños que padecen insomnio son: Irritabilidad, dependencia de la madre, alteración en la secreción de la hormona de crecimiento (a largo plazo), somnolencia diurna excesiva y/o trastornos de comportamiento. La epidemiología de este trastorno es del 30% de los niños. Por otro lado, la etiología podemos decir que es producido por hábitos incorrectos de sueño (en el 98% de los casos), trastornos psicológicos (ansiedad) y en ocasiones alergias a determinados alimentos. También puede deberse a alguna patología orgánica (como otitis) o un trastorno psicopatológico grave (como el autismo). o Narcolepsia Se caracteriza por la presencia de cuatro síntomas: Ataques de sueño, de breve duración facilitadas por situaciones monótonas pero también en situaciones peligrosas. Dura pocos minutos y el paciente se despierta saciado de sueño. Cataplexia, lo cual se trata de la pérdida súbita del tono muscular desencadenada por la emoción; risa, rabia, miedo o sorpresa. Se conserva la conciencia durante el episodio. Alucinaciones hipnagógicas (antes del sueño) o hipnopómpicas (Al despertar). Estas alucinaciones pueden ser de cualquier modalidad sensorial. Parálisis del sueño, lo cual se trata de la incapacidad de moverse en la transición sueño/vigilia, lo que puede verse en personas sanas con privación de sueño o en otras patologías. Debemos tener en cuenta que hay que es la llamada narcolepsia prepuberal, la cual se trata de una presentación monosintomática con ataques de sueño, de larga duración. Sintomatología irritable, deprimida y con trastornos graves del comportamiento. Por otro lado, los síntomas de la narcolepsia son que afecta al rendimiento académico (faltas de concentración y atención) y relaciones sociales. Además, los niños con somnolencia excesiva pueden manifestar irritación o hiperactividad y no expresar su necesidad de dormir. Con respecto a la epidemiología, el inicio tiene lugar en la adolescencia tardía (se documentan casos antes de los 10 años) y la incidencia es baja y no alcanza el 1 por 100. En cuanto a la etiología, la causa no es clara, hay predisposición genética, factores medioambientales y bioquímicos. o Trastornos del sueño relacionados con la respiración El más frecuente es el síndrome de Apnea, caracterizado por episodios de obstrucción parcial (hipoapnea) o total (cese completo de la respiración de al menos 10sg) de las vías aéreas superiores. En este trastorno suele haber: Presencia de ronquidos reducción de oxihemoglobina y/o hipercapnia. Despertares continuos y somnolencia diurna. Los síntomas que se dan suelen ser somnolencia excesiva diurna, trastornos de conducta; agresividad, hiperactividad, timidez (más frecuente en niños), problemas de aprendizaje, cefaleas matutinas. Sintomatología nocturna; dificultad respiratoria, sueño inquieto, sudoración profusa, pesadillas, terror nocturno y enuresis. Nota. En hipersomnia los padres no tienen claro qué se estima como cantidad normal de sueño. La epidemiología del trastorno es difícil, debido a que hay ausencia de conciencia del problema en la fase inicial, estimándose el 2% en niños de 4-5 años Con respecto a la etiología se puede dar por una hipertrofia de amígdalas, obesidad (rara en niños), trastornos maxilofaciales y trastornos neurológicos. o Trastornos del ritmo circadiano. En especies muy inmaduras en el momento del nacimiento, una parte importante de la ontogénesis del sueño se efectúa en periodo post-natal, y es aquí donde cumple una función importante el ritmo circadiano. Se trata de la perturbación del patrón del sueño por falta de sincronización entre el sistema endógeno circadiano sueño-vigilia y las demandas exógenas relativas al momento y duración del sueño. Los síntomas de este trastorno son sueño frágil, alteraciones de la vigilancia diurna o adormecimiento difícil siendo el sueño correcto una vez instaurado, o un despertar precoz. La epidemiología presenta una prevalencia en adolescentes del 7%. La etiología puede deberse a horarios irregulares del sueño u horarios regulares pero mal adaptados (necesidad de imponer horarios regulares). Además, aunque un ambiente externo con una ritmicidad marcada no es un pre-requisito para el desarrollo de la ritmicidad circadiana en el niño, los sincronizadores externos son importantes para el ajuste. o Disomnias no especificadas Se tratan de quejas de insomnio o hipersomnio que se atribuyen a factores ambientales, somnolencia excesiva debida a deprivación de sueño… PARASOMNIAS En estas se produce la activación de sistemas fisiológicos en momentos inadecuados durante el sueño. Se trata de trastornos episódicos que suceden exclusiva o preferentemente durante el sueño. Estos trastornos son benignos o autolimitados cuando se presentan durante la infancia, sin embargo hay gran consideración patológica si persisten en la vida adulta. - Tipos de parasomnias o Pesadillas Estas ocurren durante sueño MOR o REM, ocurriendo al final del sueño nocturno. El sujeto experimenta ansiedad con discreta actividad autonómica. Puede incorporarse de la cama, y no pierde contacto con la realidad, además no suelen producirse vocalizaciones. Por último, los contenidos del sueño son elaborados. La epidemiología de estos trastornos es de 10-15% en niños de 3-5 años. La etiología suele ser por estados de ansiedad y preocupación, y también se ha relacionado con un patrón de conducta de tipo A. o Terrores nocturnos Estos comienzan súbitamente con un grito de terror, experiencia onírica intensa, activación vegetativa intensa (como sudoración, palidez, taquicardia, taquipnea y dilatación pupilar, manifestaciones motoras). Hay gran dificultad de despertar al paciente y amnesia. Estos terrores nocturnos suelen ocurrir durante la fase III o IV de sueño, es decir, ocurren en el primer tercio de la noche. Se producen altos niveles de ansiedad, intensa actividad autonómica. El sujeto puede incorporarse en la cama, pero no existe contacto con la realidad, produciéndose gritos y vocalizaciones. Los contenidos son poco elaborados. La epidemiología se da en un 8 al 13% en niños de 3 a 5 años. La etiología puede ser por factores psicológicos, consumo de drogas, episodios febriles y retraso madurativo. o Sonambulismo. Suele suceder en el primer tercio de la noche (SUEÑO NREM). Se caracteriza por movimientos corporales que llevan al niño a incorporarse, sentándose en la cama de forma brusca o levantarse y deambular, no acordándose de nada a la mañana siguiente. El sujeto se presenta y caracteriza por ojos abiertos con cierto aspecto vidrioso, deambulación hacia lugares de donde provengan ruidos o luces. Algunos niños intentan salir de la vivienda pero es raro. Los padres pueden detectarlo porque el niño amanece en un lugar diferente. El episodio termina cuando el niño se acuesta de nuevo o se despierta. La epidemiología de este trastorno tiene un inicio en los 4-8 años de edad, teniendo su máxima frecuencia a los 12 años y remitiendo a partir de los 15 años. Del 10-13% de la población experimenta un episodio, pero tan solo un 2-3% de la población tiene más de un episodio. Con respecto a la etiología del trastorno puede deberse a factores genéticos, psicológicos y de retraso madurativo. o Movimientos rítmicos durante el sueño Se trata de golpes en la cabeza o balanceo al comienzo del sueño. se trata de un trastorno que es raro que aparezca después de los 2 años. o Somniloquia Se trata de palabras aisladas o frases cortas que no se suelen recordar. Es un trastorno frecuente e inofensivo o Bruxismo Consiste en chirriar los dientes por contractura excesiva de los maxilares. 4. CONSECUENCIAS DEL MAL SUEÑO - En niños y lactantes: o Llanto fácil o Irritabilidad y malhumor o Falta de atención o Excesiva dependencia o Posibles problemas de crecimiento - En niños de edad escolar: o Fracaso escolar o Inseguridad o Timidez o Problemas del comportamiento.