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TUBERCULOSIS PULMONAR

1.- Etiología

Mycobacterium tuberculosis, bacilo ácido-alcohol resistente, aerobio estricto, no esporulado,


inmóvil y no productor de toxinas. En su estructura, presenta gran cantidad de lípidos, ácidos
micólicos (base de la ácido-alcohol resistencia) y un factor de virulencia denominado “cord-
factor.

2.-Patología

Se produce diseminación mediante partículas de aerosol, con lo que, por medio de la


respiración, el germen llega al espacio alveolar, donde presenta replicación bacteriana lenta
(de 14 a 21 días) y posterior diseminación mediante los vasos linfáticos hacia los ganglios
linfáticos regionales. Todo ello da lugar al denominado “complejo primario de Ghon”
(neumonitis más linfangitis más adenitis). Tras el drenaje linfático, el germen alcanza la sangre,
diseminándose por vía hematógena al resto de órganos, donde anida quedando en estado
latente sin replicación. La diseminación hematógena suele ser silente, y se acompaña de
la aparición de hipersensibilidad retardada al microorganismo. Los microorganismos latentes
pueden reactivarse en casos en los que se produce disminución de las defensas
inmunológicas. Esta reactivación puede tener lugar en órganos distintos del pulmón y, si la
disminución de defensas es severa, producir una infección generalizada
denominada “tuberculosis miliar”.

La mayoría de los casos de tuberculosis clínica ocurren en los dos primeros años después de la
primoinfección. El principal sistema defensivo contra la micobacteria tuberculosa es la
inmunidad celular, que se pone de manifesto mediante la prueba de la reactividad cutánea a la
tuberculina. Dicha reactividad cutánea se estudia mediante la prueba del Mantoux,
consistente en la inyección intradérmica de un conjunto de proteínas denominado PPD,
habitualmente en dosis de cinco unidades, pero en otras ocasiones, de 250 unidades. La
prueba se considera positiva cuando la induración medida a las 48 - 72 horas es mayor de 5
milímetros de diámetro o bien 14 milímetros de diámetro, si ha existido vacunación.

Debe tenerse muy presente lo que significa una prueba positiva para la tuberculina. Esta
prueba sólo se traduce en que existe inmunidad cutánea frente a la infección la cual puede ser
adquirida por una infección previa que no presenta sintomatología clínica (persona infectada
pero no enferma) o mediante vacunación.

Al mismo tiempo, hay que recordar que la infección tuberculosa en enfermos con
inmunodeficiencias puede cursar con una prueba de tuberculina negativa (esto es típico en
personas con inmunodeficiencia severa, tales como pacientes con infección por VIH o
tuberculosis miliar o diseminada). En los pacientes mayores de 65 años y en los vacunados con
BCG, existe una menor reactividad a la tuberculina; en estos casos, debe repetirse el Mantoux
a los 7 ó 10días. La primera reacción estimula la inmunidad y sir vede recuerdo para positivizar
la segunda; es el denomina-do “efecto booster o de potenciación

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