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POR UNA HIGIENE Y SALUD MENTALES DE LA MUCHACHADA

ANTIOQUEÑA

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA REMINGTON

Pensar y actuar en favor de la proyección familiar, social, académica,


profesional y laboral de la juventud antioqueña son propósitos loables que implican
esfuerzos conjuntos de inversión en órdenes que van de lo asistencial, en cuanto
acompañamiento afectivo de las aspiraciones de la vida del espíritu, a lo económico,
como oferta efectiva de oportunidades reales de la vida activa.

Pero, entre la alarma y la preocupación, se torna un tanto significativo el


hecho de ser convocados a plantear frente al lugar y el papel de esta franja
poblacional del departamento en el presente y futuro próximo no sin antes invitarse
a cometer una especie de montaje del escenario, de levantamiento del terreno, que
indique, utilizando monedas corrientes de las ciencias de la salud, bien desde el
diagnóstico semiológico, bien desde el tratamiento paliativo, la situación al
momento de las dinámicas de los jóvenes paisas.

En la línea metodológica del examinar, razonar y proponer, desde la


Corporación Universitaria Remington, venimos a considerar que el gran debate,
donde ha de manifestarse el poder de las ideas, por el que clama y reclama la
juventud antioqueña es el de continuo aplazado sobre el estado de su higiene y salud
mentales, y esto no desde una perspectiva siquiátrica, sino desde un horizonte casi
que en exclusivo social.

En la estimativa de la División de Población, de la Organización de Naciones


Unidas, el 36% de los habitantes del planeta son jóvenes, es decir, tienen un rango
de edad comprendida entre los 14 y los 26 años. De conformidad con los datos
preliminares, del 2 de noviembre de 2018, del Censo Nacional de Población y
Vivienda, en Colombia a esta categoría pertenece el 28,8% de sus habitantes,
mientras que el guarismo para el departamento de Antioquia tiene un equivalente
del 25.3%. Se trata de una masa poblacional tan amplia como vulnerable.
¿Vulnerable a qué? De modo preferente al consumo de sustancias sicoactivas y
bebidas alcohólicas. Sin referir estadísticas, porque lo evidente no precisa de
cuantificación, la mirada, aun la más superficial, que examina el estado actual de la
juventud antioqueña lleva a inferir la necesidad de una intervención urgente en estas
prácticas juveniles que, contrariando las demandas de una adecuada ecología
mental, hacen que en la dromológica intensidad del hoy se dilapide la riqueza que,
inclusive, consume el patrimonio del mañana.

Haciendo eco de los tres objetivos generales de la Estrategia Mundial para la


salud de la mujer, el niño y el adolescente (2016-2030), de la Organización Mundial
de la Salud, sobrevivir, prosperar y transformar, nuestro razonamiento apunta a que
el gran combate, que ha de instalar en el gran debate, es el que tiene que librarse de
cara a una visibilización del estado oculto de la salud mental de los jóvenes
antioqueños dadas las indebidas prácticas de higiene mental derivadas de la
frecuencia en el uso y consumo de sustancias sicoactivas y bebidas alcohólicas.
Nuestros jóvenes han de sobrevivir a este drama, porque están llamados a prosperar
y, sobre todo y ante todo, a transformar el presente en proyección al futuro. Aunque
la vida es hoy (carpe diem), la vida no termina hoy.

Una agresiva política pública de intervención de todos los actores


comprometidos con el presente y el futuro próximo del departamento, encaminada
a intervenir en los hábitos de higiene y en las condiciones de salud mentales de la
muchachada antioqueña, es nuestra propuesta. Una política pública que, partiendo
del reconocimiento del problema, conduzca a brindar un tratamiento eficaz tanto
preventivo como correctivo, nunca punitivo. En Antioquia existe una sola juventud,
no pueden coexistir juventudes paralelas: unas sanas, otras enfermas, unas
incluidas, otras excluidas, unas convocadas, otras ignoradas… La una y misma
juventud antioqueña ha de sobrevivir para prosperar y transformar. Lo propio de la
juventud es la acometividad en la libertad, una libertad que en Antioquia, solo en
Antioquia, es olorosa, porque es la libertad que perfuma las montañas de esta tierra.

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