Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La sucesión de los reyes visigodos no fue fácil, en ella intervenían una diversidad de
intereses que producían diferentes modos de sucesión: Reyes que asociaban a su hijo o
hijos al trono y que a la muerte del rey le sucedían; Reyes que sucedían al rey su padre
sin previa asociación; Reyes elegidos por la nobleza; conspiración regicida de algún
noble, si era victoriosa, pasaba a ser un rey legítimo1.
Al formarse grandes patrimonios, tanto el rey como la nobleza, podían hacer donaciones
a sus fieles en recompensa por los servicios prestados, de aquí que el “regicidio” y las
“conspiraciones” se sucedían con frecuencia.
- El Aula Regia, era el organismo que más cerca colaboró con los reyes, en la tarea del
gobierno, su origen era los consejos de ancianos (señores) que asesoraban al monarca.
Lo integraban los nobles, algunos vasallos, poco a poco pasaron a formar parte los
obispos.
- La Aristocracia estaba formada por los jefes de las diferentes familias o grupos que
componían los visigodos y por los nombrados por el rey como dux de las diferentes
provincias, poseían fuerza política y social que prevenían (será provenía de) sus
riquezas.
Tras esta introducción, que nos aclara la forma de vida del reino visigodo hispano nos
centraremos ya en el rey visigodo Recaredo, que consideramos como un personaje
histórico, con grandes elogios y ferviente aprobación, cómo el primer rey católico de la
España Visigoda.
De él, todos los cronistas de su época hablaron bien, inclusive el Pontífice Romano
Gregorio I Magno (890-604).
Ante esta visión, es difícil para el historiador, averiguar la verdadera identidad del
"hombre y del monarca" que quieran conocer los lectores. Encontraremos interrogantes
e hipótesis que siendo estas fundadas , pero dignas de crédito.
Recaredo era el primer hijo del rey visigodo Leovigildo y de su primera mujer, que
desconocemos, posteriormente Leovigildo se casó con Goswinta (viuda de Atanagildo).
También existen noticias tardías y de dudosa credibilidad, de que su madre era una
dama católica de estirpe hispano romana3. Su fecha de nacimiento estaría comprendida
entre los años 560-565 antes de que Leovigildo fuera rey.
En el año 573, Leovigildo, asoció al trono como corregente “consortes regni” a sus dos
hijos Hermenegildo y Recaredo.
Hermenegildo fue perdonado pero este hecho, pero más tarde sería arrestado por
orden de su padre y desterrado a Valencia y posteriormente trasladado a Tarragona,
siendo asesinado en Pascua del año 583 por el carcelero Sisberto.
Estos hechos históricos, tuvieron que afectar profundamente a Recaredo que le harían
tomar otra conducta en relación con su padre Leovigildo.
Cuando en el año 585, Gontrán de Borgoña (franco) lanzó una campaña contra la
provincia visigoda de la Narbonence, Recaredo obtuvo un éxito notable, rechazando a
los invasores y demostrando ser un excelente caudillo7.
San Isidoro lo presenta en “La historia de los Godos”8, como la contra figura de su
padre y el reverso de la medalla que fue este. San Isidoro le da los atributos como
amable, atractivo, apacible, delicado, de notable bondad, con gran benevolencia, estas
virtudes influenció en todos que incluso se ganaba el afecto de los malos.
Ya hemos dicho que Recaredo fue hombre de paz, solo se exceptuaron las escaramuzas
fronterizas con los bizantinos, vascones y el rechazar las agresivas incursiones francas
en la provincia de la Narbonense.
Fue un hombre estadista, con ideas claras, capaz de resolver todos los enfrentamientos.
Para él, la paz con los francos, fue unos de sus objetivos políticos primordiales, desde
el comienzo de su reinado.
El rey Recaredo consiguió la unidad religiosa del reino de forma muy distinta de la que
persiguió su padre Leovigildo, aunque este lo había tratado de lograr, pero siguiendo
otros caminos más cruentos.
Planteó al episcopado “gótico arriano”, su acercamiento a la Iglesia, dialogó con los
obispos, según el historiador Juan de Bíclara, Recadero actuaba más por la fuerza de la
razón que por imperativo de mandato, y en el Concilio III de Toledo, el ya católico rey
Recaredo pudo gloriarse de ser el introductor de sus pueblos en la Iglesia Católica y
presentar al Dios Trino y Uno como grandísima ofrenda “la ínclita raza de los godos” y
la muchedumbre infinita de los pueblos suevos10.
El rey restituyó los bienes a la Iglesia, que le habían sido confiscados por sus
predecesores en el trono. Mantuvo cordialidad con la Sede Romana, ocupada por el
papa Gregorio Magno ,ofreció ofrenda al pontífice para la Basílica San Pablo, un cáliz
de oro recubierto de piedras preciosas, y el Papa le correspondió con una carta fechada
en abril de 59111 y con reliquias insignes un “ lignus crucis” y “cadenas “ que llevó en
prisión el apóstol San Pedro12.
Intentó con clarividente instinto político, que el Papa estableciera buenas relaciones con
su pueblo, con el Imperio de Oriente aunque no consiguió que se repitiera el "Tratado
del rey Atanagildo" establecido por este rey con el Emperador Justiniano, alegando el
Papa que el documento del tratado había desaparecido del archivo Imperial13.
Como peculiaridad de este enigmático rey, fue su vida sentimental. Tuvo dos sucesivos
intentos de matrimonio, con princesas francas, no consiguiéndose .El primero de ellos
fue cuando aún era presunto heredero del trono, fue elegida la princesa Riguntha hija
del poderoso monarca franco Chilperico de Neustria y de la reina Fredegunda, esta
unión seria de carácter político, según el historiador Gregorio de Tours, fue complejo
por motivo de “la dote” que debía recibir Riguntha, pero el asesinato del padre de ésta
Chilperico cuando ya había emprendido el viaje, la alteración en Francia, hizo que la
princesa tuviera que volver.
Posteriormente hubo un segundo intento a los cinco años del primero, cuando Recaredo
ya era rey, también con otra princesa franca Clodosinda, hija del rey de Austrasia,
Childeberto y de la reina Brunekhilda, hermana de la infortunada Ingunda, aunque
todos estaban de acuerdo, este segundo proyecto de boda tampoco llego a término
aunque se desconocen las razones del fracaso14.
Aparece una tercera mujer, cuyo nombre es Baddo que fue presentada como reina en el
Concilio III de Toledo, junto a Recaredo profesando la fe católica en el año 58915.
Esto encierra un enigma no aclarado, al parecer Recaredo, había tenido un hijo natural
llamado Liuva II que cumplió los 20 años en 603. Habiendo llegado Recaredo al trono
jurídicamente célibe, se estableció la hipótesis de que Liuva era hijo de Baddo y que al
ser ésta de condición plebeya, había tenido relación de “Friedelebe” cuyo significado
era de enlace germano no canónico o de concubinato estable.
Recaredo contrajo matrimonio católico con Baddo en víspera del Concilio III de
Toledo16 Liuva reino solo dos años, fue depuesto y asesinado en el 603 por una
fracción rebelde de la aristocracia gótica, encabezada por Witerico.
San Isidoro consideraba a Liuva con cualidades pero al ser hijo de plebeya y ser
ilegítimo, aunque posteriormente fue legitimado por el matrimonio de sus padres no fue
suficiente para sanar el asunto. No pudiéndose consolidársela herencia del rey
Leovigildo y de su hijo Recaredo en el trono Toledano.
Al rey Recaredo había que considerarlo como “hombre nuevo” que inició un tiempo
histórico con su línea política propia, sin tener que ver con la sucesión de su padre.
En la celebración del Concilio III de Toledo, hubo un silencio, con lo ocurrido con
Hermenegildo, no rompiéndose con la homilía gratulatoria de San Leandro de Sevilla
(que fue catequista de Hermenegildo)
Se consideró que el pueblo godo había llegado a la Iglesia Católica por su nuevo rey
Recaredo, y siguiendo el camino que éste había trazado al abrazar la fe a poco de ocupar
el trono.
Este reino visigodo toledano, perduró hasta el comienzo del siglo VIII.
Recaredo murió de muerte natural y por dos años, como hemos comentado, le sucedió
su hijo Liuva II, pero ya no tuvo la paz existente de su reinado, con el asesinato de éste
se frustró la conseguida “MONARQUIA VISIGODA CATOLICA DE ESPAÑA”.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1
ORLANDIS, J. Historia del Reino Visigodo Español, Madrid, 2011, 137.
1
CAMPOS, J. Juan de Bíclaro, obispo de Gerona. Su vida y su obra. Madrid, 1960, 97.
1
, ORLANDIS, J. Historia del Reino Visigodo Español, 350.
1
Ibidem, 351.
1
THOMPSON. E.A.: Los Godos en España. Madrid, 1969, 110.
1
Ibidem, 1. Recaredo y los francos, 111-113.
1
Isidoro de Sevilla: Historia de los Godos, Vándalos y Suevos. Edición de C. Rodríguez
Alonso, León, 1975,
1
ORLANDIS, J.: Historia del Reino Visigodo Español, 353.
1
No estudio el Concilio III de Toledo. Se puede ver ORALANDIS, J, RAMOS-LISÓN:
Historia de los Concilios de la España Romana y Visigoda. Pamplona, 1986, Capítulo
II. El Concilio III de Toledo, 197-226. THOMPSON, E. A. Los Godos en España, 2. El
III Concilio de Toledo, 113-121. VIVES, J., MARÍN T., MARTÍNEZ, G.: Concilios
Visigóticos e Hispano-Romanos. Barcelona-Madrid, 1963, 12. Concilio de Toledo III, a.
589, 107-145.
1
THOMPSON, E.A, Los Godos en España, 130.
1
ORLANDIS, J.: Historia del Reino Visigodo Español, 354.
1
Ibidem, 354.
1
Ibidem, 355-356.
1
“Yo, Recaredo, reteniendo de corazón y firmando de palabra, esta santa y verdadera
confesión, la cual idénticamente por todo el orbe de la tierra la confiesa la Iglesia
Católica, la firmé con mi mano derecha con el auxilio de Dios.
Yo, Baddo, reina gloriosa, firmé con mi mano y de todo corazón, esta fe que creí y
admití”. VIVES, J, Concilios Visigóticos, 116
1
ORLANDIS, J.: Historia del Reino Visigodo Español, 356.
1
Ibidem, 358. Vitas sanctorum patrum emeritensium: Vida de los santos Padre
emeritenses, edición de A. MAYA SÁNCHEZ, en Corpus Christianorum. Series
Latina, 116. Turnhout, 1992, 79.
7. BIBLIOGRAFIA.