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SINTOMATOLOGÍA DE LA INFECCIÓN

Periodo de Incubación
El periodo de incubación es el tiempo comprendido entre la exposición a un organismo,
químico o radiación patogénico, y cuando los signos y síntomas aparecen por primera vez.
El periodo puede ser tan corto como algunos minutos, o tan largo como treinta años en el
caso de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

Aunque latencia o periodo de latencia pueden ser sinónimos, a veces se hace una diferencia
entre estos términos y el de periodo de incubación - el periodo entre la infección y el inicio
clínico de la enfermedad - y periodo latente - el tiempo desde la infección hasta que se vuelve
contagiosa - el cual suele ser más corto.

Una persona puede ser portador de una enfermedad, tales como Streptococcus en la garganta,
sin exhibir ningún síntoma. Dependiendo de la enfermedad, una persona puede o no ser
capaz de transmitir la enfermedad a otros durante el periodo de incubación.

 Periodo Prodrómico
Con manifestaciones generales como la fiebre, producida por la acción directa de las
endotoxinas o por la liberación de un pirógeno leucocitario, que se demuestra en la sangre
durante el periodo febril y que actúa a nivel de los centros termorreguladores del hipotálamo.

 Periodo de Invasión
La enfermedad alcanza su completo desarrollo. Además de la fiebre se presenta síntomas
correspondientes a las localizaciones de proceso infeccioso.

 Acme
Es el punto máximo del proceso infeccioso.

 Declinación
Cuando los síntomas comienzan a ceder, lo que puede ocurrir en forma de crisis (pocas
horas) o de lisis (algunos días).
 Periodo de Convalecencia
Se inicia después de la desaparición de los síntomas. Puede haber aun eliminación de los
gérmenes virulentos, como acontece en la tifoidea, representando el convaleciente una fuente
de infección importante.

Modalidades de Acción Patógena


Acción patógena de los microorganismos

 Poder patógeno o patogenicidad


Es la capacidad que poseen los microorganismos para producir enfermedad. Se clasifica
como:
- Patógenos obligados, verdaderos o estrictos: aquellos que en cualquier circunstancia
son capaces de dañar al huésped. Por ejemplo: Neisseria meningitidis, Salmonella,
Shigellas, Mycobacterium tuberculosis, S. pneumoniae, entre otras.
- Patógenos oportunistas: sólo producen enfermedad en situaciones diferentes a las
normales; suelen formar parte de la flora normal o son saprófitos ambientales.
Producen enfermedad cuando ingresan a un sitio normalmente estéril (orina, sangre,
L.C.R.), cuando hay alteraciones del ecosistema bacteriano (alteraciones

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hormonales, tratamientos prolongados con antibióticos) o cuando disminuyen las
defensas del huésped (S.I.D.A., pacientes irradiados, diabetes). Por ejemplo:
Escherichia coli, Klebsiella, Proteus, Staphylococcus epidermidis, Pseudomonas.
- No patógenos: son incapaces de producir infección debido a que no cuentan con
elementos capaces de producir daño en el huésped. Por ejemplo: Lactobacilos lactis
y Bífidobacterium bifidum. (Merino, 2012).

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CAPÍTULO V
MECANISMOS DE LA ACCION PATÓGENA

COLONIZACIÓN: Es la capacidad de llegar a la superficie del huésped por una puerta de


entrada (piel o mucosas), formar o establecer una colonia en el epitelio y resistir la acción
de los sistemas locales de defensa.

Las bacterias patógenas pueden proceder:


Del exterior = llegan al organismo por una puerta de entrada causando infecciones exógenas.
Del propio organismo = son bacterias oportunistas, que integraban la población de la flora
normal, y que por determinados factores alcanzaron la capacidad de producir infecciones
endógenas.

En cualquier caso, para iniciar la infección, los microorganismos deben fijarse o adherirse a
las células y colonizar el epitelio.

PENETRACIÓN: Se denomina así a la capacidad de las bacterias para atravesar la barrera


cutáneo – mucosa, alcanzar los tejidos subyacentes y ponerse en contacto con el medio
interno del huésped, manifestando su acción patógena.

Respecto a este punto, podemos decir que existen:


Ejemplos (Bordetella pertusi, Vibrio cholerae; Corynebacterium diphtheriae)
Bacterias Sin poder de Penetración: Estas bacterias No Precisan atravesar el epitelio para

Expresar su Acción Patógena. Estas se adhieren, se multiplican, colonizan el epitelio donde


liberan una exotoxina soluble que al ser absorbida en la mucosa puede ejercer o una acción
local o general. A través del epitelio intacto, heridas, quemaduras, catéteres, entre otras; las
bacterias atraviesan un epitelio que presente alteraciones anatómicas y funcionales.

Bacterias con capacidad de Penetración Pasiva:

Estas bacterias atraviesan pasivamente el epitelio, ya sea mediante un vector de transmisión.


Ej: artrópodos y otros insectos.

Bacterias con Capacidad de Penetración Activa:

Estas bacterias penetran activamente el epitelio, mediante endocitosis realizada por la célula
huésped. Ej. Escherichia coli, Shigellas, entre otras.

MULTIPLICACIÓN E INVASIÓN

Multiplicación: Hace referencia a la capacidad de reproducirse y alcanzar un número crítico


que les permita para invadir y desarrollar su acción patógena, sorteando los mecanismos
defensivos del huésped. Para ello necesitan obtener del organismo los elementos nutritivos,
necesarios para su crecimiento y reproducción; cuando no los encuentran, no pueden
multiplicarse y por ende no pueden desarrollar la infección o ésta es controlada con mayor
facilidad en un lapso de tiempo breve.

Invasión: Es la Capacidad de favorecer la difusión de la infección bacteriana en el


organismo (ésta se debe a la producción de algunos metabolitos, enzimas y otras sustancias)

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ya sea interfiriendo los mecanismos defensivos del huésped o facilitando la penetración del
microorganismo (Merino, 2012).

RESISTENCIA A LA INFECCIÓN

Debido a la acción agresora de agentes como bacterias, virus, hongos, protozoos, helmintos,
etc., nuestro organismo posee la capacidad de resistir casi todos los tipos de agresiones
mediante mecanismos de resistencia a la infección que pueden clasificarse en dos grandes
grupos:
1. Mecanismos de resistencia inespecíficos (inmunidad innata)
2. Mecanismos de resistencia específicos (inmunidad adquirida) (Algora, 2016).

MECANISMOS DE RESISTENCIA INESPECÍFICOS

Constituyen un formidable conjunto de sistemas que interfieren y nos protegen frente a los
microbios. Estos mecanismos son la primera “barrera” entre los que destacan los elementos
siguientes:

 Flora saprofita normal


Para que un microorganismo pueda establecer un tipo de relación particular con nuestro
organismo, es necesario que acceda al interior o a la superficie. La flora saprofita normal
protege al hospedador de la invasión de los microorganismos patógenos mediante varios
mecanismos:

a. Competición por los mismos nutrientes


b. Competición por los mismos receptores en la célula del hospedador
c. Producción de sustancias tóxicas para otros microorganismos como antibióticos,
bacteriocitas, ácidos grasos volátiles, entre otros.
d. Estímulo continuado del sistema específico de la inmunidad causante de la
aparición de los llamados “anticuerpos naturales” con actividad cruzada frente a
varios microorganismos y del mantenimiento de la expresión de los antígenos de
histocompatibilidad de clase II en los macrófagos y células presentadoras de
antígenos (Algora, 2016).

Anticuerpos naturales
Los anticuerpos naturales son anticuerpos específicos frente a determinados
microorganismos presentes en individuos sanos sin historia previa de exposición. Se
producen en respuesta al estímulo producido por los microbios presentes en la flora normal
de las mucosas y que poseen antígenos con reactividad cruzada. Los anticuerpos frente a los
antígenos de los grupos sanguíneos son consecuencia de la colonización por microbios con
antígenos que presentan reactividad cruzada con éstos. Un ejemplo puede ser un individuo
con el grupo sanguíneo B que posee anticuerpos frente al antígeno del grupo A, aunque
jamás haya recibido una transfusión de sangre compatible (Algora, 2016).

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INTEGRIDAD DE PIEL Y MUCOSAS: PAPEL MECÁNICO

Muy pocos microorganismos poseen la capacidad innata de penetrar a través de la piel intacta
(Schistosoma sp.); los demás accederán al medio interno a través de un traumatismo o de un
artrópodo vector. Para comprender el importante papel mecánico que la piel ejerce en la
defensa frente a la infección conviene recordad la facilidad con la que se producen
infecciones tras la rotura de esta barrera a través de heridas.

BARRERA CUTANEOMUCOSA: PAPEL QUÍMICO

La sequedad, ligera acidez y la flora saprofita normal, contribuyen a que la piel sea un
entorno inhóspito para los microorganismos patógenos. La piel inflamada es más permeable
a la humedad y se coloniza con mayor facilidad. Además, los ácidos grasos saturados
(caprílico, undecílico) y no saturados (oleico) liberados a la piel y la constante descamación
de las capas superficiales dificultan todavía más la colonización. Por otra parte, la presencia
en la superficie de la piel de enzimas como la lisozima y la peroxidasa tienen un importante
papel en la defensa inespecífica. Por otra parte, las mucosas están mucho más colonizadas
por microorganismos que la piel, la presencia de esta flora bacteriana simbiótica y comensal
compite con la eventual presencia de bacterias patógenas, dificultando la infección (Algora,
2016).

SISTEMA DE DEFENSA INESPECÍFICOS DEL APARATO RESPIRATORIO

Este es uno de los aparatos más expuestos a la agresión de microorganismos procedentes del
exterior, por ello posee mecanismos de defensa sofisticados. Las partículas inhaladas deben
penetrar por un sistema aerodinámico de filtración del tracto respiratorio superior. El flujo
en esta zona es turbulento y hace que las partículas impacten en la mucosa, siendo atrapadas
por ésta. La mucosa ciliar transportará las partículas hacia el exterior. El reflejo de la tos
contribuye a la expulsión de más del 90% de las sustancias atrapadas en la mucosa
respiratoria en un lapso no mayor a una hora. Además de la protección mecánica, las
secreciones respiratorias contienen sustancias con actividad antimicrobiana (Algora, 2016).

MECANISMOS DE DEFENSA DEL TRACTO GASTROINTESTINAL

El tracto digestivo está protegido por el efecto antimicrobiano de las secreciones gástricas,
pancreáticas, biliares e intestinales. El bajo pH de la secreción gástrica es un mecanismo
importante para la desinfección de los alimentos ingeridos. La perístasis y la continua
descamación del epitelio intestinal disminuyen el recuento bacteriano normal del tracto
digestivo (Algora, 2016).

MECANISMO DE DEFENSA DEL TRACTO GENITOURINARIO

La orina vesical es estéril en condiciones normales. La orina posee sustancias inhibitorias


para diversos microorganismos a lo que contribuye el pH, normalmente ácido, de la misma.
Sin embargo, la orina puede ser un buen medio de cultivo para otros microorganismos. El
flujo de la orina, las longitudes de la uretra entre otros factores impiden que los
microorganismos alcancen la vejiga. La uretra femenina, más corta que la del hombre es uno
de los factores que condicionan que la infección urinaria sea 14 veces más frecuente.

Por su parte, la mucosa vaginal posee un curioso mecanismo de defensa. Bajo la influencia
hormonal, el epitelio vaginal acumula glucógeno. El glucógeno vaginal mantiene la
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población considerable de lactobacilos que acidifican las secreciones y acumulan cantidades
considerables de peróxido de hidrógeno que impiden la colonización (Algora, 2016).

EL SISTEMA DE COMPLEMENTO

Formado por alrededor de 20 proteínas que se activan en cascada. Aunque la activación por
la denominada vía clásica está ligada a los mecanismos de defensa específicos, también
puede ser activado por la superficie de diversos microorganismos por la llamada vía
alternativa.

La activación del complemento puede causar lisis de la célula sobre la que se produce la
activación, pero además es muy importante para la efectividad de la fagocitosis, la
producción de citosinas y la quimio taxis. La mayoría de las bacterias residentes habituales
en el intestino son susceptibles a la lisis por complemento (Algora, 2016).

CÉLULAS DE LA FAGOCITOSIS

Los microorganismos que rebasan todas las barreras anteriores se enfrentan a la acción
protectora de las células especializadas en la fagocitosis, fundamentalmente leucocitos
polimorfonucleares y monocitos que emigran a los focos de inflamación. La fagocitosis es
mucho más eficaz cuando los microorganismos están cubiertos por opsoninas (anticuerpos
y/o complemento). Los microorganismos ingeridos por los fagocitos son destruidos
mediante metabolitos tóxicos del oxígeno y otras sustancias contenidas en sus gránulos.

MECANISMOS DE RESISTENCIA ESPECÍFICOS

Propiedades de la respuesta inmune específica básicamente son:

1. Distinción entre lo propio y lo extraño. Estos mecanismos de distinción son necesarios


para evitar que el sistema inmune responda frente a sus propios antígenos. Esta
respuesta patológica sucede en raras ocasiones, ocasionando las enfermedades
autoinmunes.
2. Memoria inmunológica. Esta propiedad permite que el sistema inmune “recuerde”
haber estado en contacto con el antígeno anterior, respondiendo con eficacia.
3. Especificidad. El contacto con un antígeno da lugar a una respuesta específica, es decir,
una respuesta que reaccionará exclusivamente con este antígeno. Esta especificidad no
siempre es tan exquisita y sabemos que en algunos casos se producen reacciones
cruzadas, es decir, un mismo anticuerpo reacciona con dos antígenos diferentes o un
antígeno puede reaccionar con dos anticuerpos diferentes (Algora, 2016).

VACUNAS

Origen de las vacunas


La viruela fue la primera enfermedad que el ser humano intentó prevenir inoculándose a sí
mismo con otro tipo de enfermedad. Se cree que la inoculación nació en la India o en China
alrededor del 200 AC. En China, a los pacientes que sufrían tipos leves de viruela se les
recogían fragmentos de pústulas secas para molerlas hasta conseguir una mezcla con aspecto
de polvo que luego se le introducía por la nariz, esperando que esto les inmunizara (Algora,
2016).

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Tipos de vacunas
Las vacunas pueden estar compuestas de bacterias o virus, ya sean vivos o debilitados, que
han sido criados con tal fin. Las vacunas también pueden contener organismos inactivos o
productos purificados provenientes de aquellos primeros. Hay cuatro tipos tradicionales de
vacunas:
 Inactivadas: microorganismos dañinos que han sido tratadas con productos
químicos o calor y han perdido su peligro. Ejemplos de este tipo son: la gripe, cólera,
peste bubónica y la hepatitis. La mayoría de estas vacunas suelen ser incompletas o
de duración limitada, por lo que es necesaria más de una toma.
 Vivas atenuadas: microorganismos que han sido cultivado expresamente bajo
condiciones en las cuales pierden sus propiedades nocivas. Suelen provocar una
respuesta inmunológica más duradera, y son las más usuales en los adultos. Por
ejemplo: la fiebre amarilla, sarampión o rubeola (también llamada sarampión
alemán) y paperas.
 Toxoides: son componentes tóxicos inactivados procedentes de microorganismos,
en casos donde esos componentes son los que de verdad provocan la enfermedad, en
lugar del propio microorganismo. En este grupo se pueden encontrar el tétanos y la
difteria.
 Subunitarias: más que introducir un microorganismo atenuado o inactivo entero
dentro de un sistema inmune, un fragmento de este puede crear una respuesta
inmunitaria. Un ejemplo característico es la vacuna subunitaria contra la hepatitis B,
que está compuesta solamente por la superficie del virus (superficie formada por
proteínas).

La vacuna viva de la tuberculosis no es la versión contagiosa de esta enfermedad, pero una


variante llamada BCG (Bacilo de Calmette y Guerin, sus descubridores) es usada raramente
en los Estados Unidos.

Hoy día se están desarrollando y probando nuevos tipos de vacunas:

Conjugadas: ciertas bacterias tienen capas externas de polisacáridos que son mínimamente
inmunológicos. Poniendo en contacto estas capas externas con proteínas, el sistema
inmunitario puede ser capaz de reconocer el polisacárido como si fuera un antígeno (un
antígeno puede ser una proteína o un polisacárido). Este proceso es usado en la vacuna
Haemophilus influenzae del tipo B (también conocido como bacilo de Pfeiffer).

Vector recombinante: combinando la fisiología (cuerpo) de un microorganismo dado y el


ADN (contenido) de otro distinto, la inmunidad puede ser creada contra enfermedades que
tengan complicados procesos de infección.

Vacuna de ADN: vacuna de desarrollo reciente, es creada a partir del ADN de un agente
infeccioso. Funciona al insertar ADN de bacterias o virus dentro de células humanas o
animales. Algunas células del sistema inmunitario reconocen la proteína surgida del ADN
extraño y atacan tanto a la propia proteína como a las células afectadas. Dado que estas
células viven largo tiempo, si el agente patógeno (el que crea la infección) que normalmente
produce esas proteínas es encontrado tras un periodo largo, serán atacadas instantáneamente
por el sistema inmunitario. (Baynes & Dominiczak, 2009)
Una ventaja de las vacunas ADN es que son muy fáciles de producir y almacenar. Aunque
en 2006 este tipo de vacuna era aún experimental, presenta resultados esperanzadores.

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Es importante aclarar que, mientras la mayoría de las vacunas son creadas usando
componentes inactivados o atenuados de microorganismos, las vacunas sintéticas están
compuestas en parte o completamente de péptidos, carbohidratos o antígenos. Estas
sintéticas suelen ser consideradas más seguras que las primeras (Algora, 2016).

Desarrollo de la inmunidad
El sistema inmunitario reconoce los agentes de la vacuna como extraños, destruyéndolos y
“recordándolos”. Cuando una versión realmente nociva de la infección llega al organismo,
el sistema inmunitario está ya preparado para responder:
1) Neutralizando al agente infeccioso antes de que pueda entrar en las células del
organismo
2) Reconociendo y destruyendo las células que hayan sido infectadas, antes de que el
agente se pueda multiplicar en gran número.

Las vacunas han contribuido a la erradicación de la viruela, una de las enfermedades más
contagiosas y mortíferas que ha conocido la humanidad. Otras como la rubeola, la polio, el
sarampión, las paperas, la varicela-zoster (virus que puede producir la varicela común y el
herpes zoster) y la fiebre tifoidea son tan comunes como hace un siglo. Dado que la gran
mayoría de la gente está vacunada, es muy difícil que surja un brote y se extienda con
facilidad. Este fenómeno es conocido como "inmunidad colectiva". La polio, que se
transmite sólo entre humanos, ha sido el objetivo de una extensa campaña de erradicación
que ha visto restringida la polio endémica, quedando reducida a ciertas partes de cuatro
países (India, Nigeria, Pakistán y Afganistán). La dificultad de hacer llegar la vacuna a los
niños ha provocado que la fecha de la erradicación se haya prolongado hasta la actualidad
(Algora, 2016).

Definición y generalidades de anticuerpos


Los anticuerpos son globulinas del organismo humano modificadas ante el estímulo de un
antígeno y que tienen la propiedad de reaccionar específicamente con el antígeno que los
produjo.

CLASES DE INMUNOGLOBULINAS HUMANAS

 IgA
La inmunoglobulina A es el anticuerpo principal encontrado en las membranas del tracto
respiratorio y gastrointestinal. Siendo la segunda inmunoglobulina más común en el
cuerpo humano, la IgA también se puede encontrar en las lágrimas, la saliva, moco, y el
calostro. La IgA es una de las inmunoglobulinas más importantes en la inmunidad local.
Las dos subclases de IgA son IgA1 e IgA2.

 IgD
Esta clase de inmunoglobulina está presente en el suero sanguíneo en pequeñas
cantidades. La inmunoglobulina D se puede encontrar en las superficies de células B y
se utiliza como un receptor para el antígeno. Ayuda a anclar a las membranas celulares
con su abundancia de aminoácidos. No está completamente determinado por qué la IgD
se encuentra en el suero, haciendo que sea el anticuerpo menos comprendido.

 IgE
La inmunoglobulina E se puede encontrar protegiendo al cuerpo en las membranas
mucosas y en la piel. Es el anticuerpo menos común que se encuentra en el torrente
sanguíneo, desencadena reacciones alérgicas que se producen cuando se une a las células
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a las que el cuerpo es alérgico. La IgE también funciona durante problemas con parásitos
y la cantidad se mide para determinar si el cuerpo tiene infección parasitaria.

 IgG
Esta clase importante de inmunoglobulinas es la principal defensa del cuerpo contra las
bacterias. Constituye alrededor del 75 % de todas las inmunoglobulinas humanas y es la
única que puede atravesar la placenta para proteger al recién nacido contra las
infecciones. La inmunoglobulina G es la más versátil de todos los anticuerpos porque
puede llevar a cabo funciones de otros tipos de anticuerpos también. Las cuatro subclases
de IgG son IgG1, IgG2, IgG3, IgG4.

 IgM
Estas inmunoglobulinas luchan contra las infecciones de la sangre y ayudan a
desencadenar la producción adicional de la inmunoglobulina G. Al igual que IgD. Estos
anticuerpos están presentes en los linfocitos. De todas las inmunoglobulinas el 10 % son
IgM. Es el primer anticuerpo producido por el feto. Estas inmunoglobulinas están bien
adaptadas para acumular microorganismos y ayudarles a ser eliminados del cuerpo.

Teorías sobre la formación de anticuerpos


Desde que se realizaron las primeras investigaciones en el campo de la inmunología, han
surgido teorías que han tratado de explicar las peculiaridades de la respuesta inmune, tales
como la especificidad y la heterogeneidad de esta respuesta. Estas teorías pueden ser
divididas en dos grupos:
 Teorías instructivas.
 Teorías selectivas.

Las teorías instructivas plantean que el inmunógeno, al ponerse en contacto con la célula
inmunocompetente, la instruye para que forme el anticuerpo específico. Dentro de este grupo
hay dos teorías que tuvieron gran difusión:

 La teoría de la matriz directa.


 La teoría de la matriz indirecta.

Teoría de la matriz directa. El inmunógeno penetra en la célula productora de anticuerpos


y determina la naturaleza y el emplazamiento de los aminoácidos que formarán parte de la
estructura de los anticuerpos.

Crítica. Después de los avances actuales en el conocimiento del mecanismo de síntesis de


proteínas, esta teoría es insostenible por estar en manifiesta contradicción con los hechos
comprobados acerca de este mecanismo.

Teoría de la matriz indirecta. Opone como explicación la inducción por el inmunógeno de


un sistema enzimático, específico para cada inmunógeno y que sería el responsable de la
síntesis del anticuerpo apropiado; las células hijas, además, tendrían la capacidad de
sintetizar este sistema enzimático.

Crítica. La considerable cantidad de inmunógeno potenciales obligaría a admitir la existencia


de un gran número de genes para codificar el sistema enzimático requerido para cada uno de
los inmunógenos. Además, esta teoría no explica claramente cómo ese sistema enzimático
intervendría en la síntesis de anticuerpo específico.

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 Las teorías selectivas plantean que los inmunógenos seleccionan/interactúa con
receptores específicos sobre determinadas células y esto conduciría a la aparición de
la respuesta inmunitaria.
 La teoría de las cadenas laterales (Erlich): Erlich suponía que en las células del
organismo existían receptores dotados de una afinidad específica para cada
inmunógeno. La fijación de los inmunógenos sobre los receptores determinaría una
intensa producción de estos receptores, los que, elaborados en número elevado, no
podrían permanecer fijos a las células y pasarían a la circulación como anticuerpos.
 Teoría de la selección clonal (Burnet y Jerne): Desarrolla las ideas de Erlich sobre la
función selectiva del inmunógeno en la inducción de la síntesis de anticuerpos. Según
esta teoría, el total de células inmunocompetentes se divide en numerosos clones,
cada uno es específico para un inmunógeno determinado. Cuando un inmunógeno
penetra en el organismo selecciona las células del clon adecuado e interactúa con
ellas, produciendo el proceso de división y diferenciación celular que hemos descrito
anteriormente. Esta teoría da por sentado que las células de un mismo clon producen
anticuerpos idénticos; en apoyo a esto, se ha observado que en los mielomas (tumores
malignos de células plasmáticas) los anticuerpos producidos son de una sola especie
molecular.

De todas las teorías que tratan de explicar la respuesta inmune, la que más satisfactoriamente
lo hace es la teoría de la selección clonal, por lo que esta teoría es hoy en día, ampliamente
aceptada; sin embargo, esto no quiere decir que explique todas las interrogantes que pueden
plantearse acerca de la respuesta inmunitaria, pero hasta el momento no se dispone de nada
mejor. Hasta aquí es comprensible la necesidad del sistema inmunitario para poder conservar
un estado de salud adecuado. Mediante las reacciones antígeno-anticuerpo, complemento o
por la acción de los linfocitos B y T (respuesta inmunológica humoral y celular,
respectivamente), el organismo es capaz de defenderse de agentes extraños que pueden serle
dañinos con lo que evita la aparición de diversas enfermedades.

En resumen, la inmunidad tiene manifestaciones primarias y secundarias, ambas se


distinguen por su período de latencia, tiempo de duración e intensidad de la respuesta. Las
células que intervienen en esta respuesta sufren transformaciones y pasan de los estadios
menos diferenciados, hasta el estadio de célula productora de anticuerpos o de célula
específicamente sensibilizada, en el caso de la respuesta mediada por células. Cuando la
diferenciación se detiene en un estadio intermedio se forman células de memoria. Los
linfocitos T son los encargados de la respuesta mediada por células, y los B de la respuesta
humoral; pueden ser distinguidos uno de otro por medio de marcadores de membrana
plasmática. Ambas poblaciones linfocitarias pueden cooperar en la formación de anticuerpos
para ciertos inmunógenos. Existen varios mecanismos que tratan de explicar el fenómeno de
la cooperación celular; el más aceptado es el que plantea la existencia de mediadores solubles
que ejerzan este efecto.

De las teorías propuestas para explicar la respuesta inmune, existen dos tipos, las instructivas
y las selectivas que son las más aceptadas, y dentro de ellas la selección clonal de Burnet y
Jerne.

Aplicación de las reacciones Antígeno-Anticuerpo en Serología, para el diagnóstico


bacteriano.

Estas reacciones cumplen principalmente dos objetivos:


a) Identificación de microorganismos
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b) Diagnóstico de enfermedades infecciosas

 Reacciones de Aglutinación

Estas reacciones se fundan en la aglutinación que se produce al unir una suspensión


bacteriana que actúa como antígeno con los anticuerpos específicos que se encuentran en el
suero humano. La molécula de anticuerpo por ser bivalente actúa como puente de enlace
entre 2 moléculas adyacentes de antígeno que normalmente se rechazan por poseer
superficies celulares. El título de una reacción de aglutinación está dado por la dilución
máxima del suero capaz de producir aglutinación. Es importante señalar que en las
reacciones de aglutinación es frecuente que se produzca el fenómeno prozona, consiste en
que, en las primeras diluciones del suero, donde hay mayor concentración de anticuerpos
paradójicamente no se produce aglutinación debido a que los anticuerpos suturan
rápidamente los sitios antigénicos de la célula bacteriana y, en consecuencia, no se forman
los puentes moleculares entre los antígenos. Toda reacción de aglutinación está influenciada
por la concentración de sales, también por el pH que debe ser neutro, pues un pH bajo
produce lo que se conoce como aglutinación espontánea o ácida, sin que existan anticuerpos.

 Reacciones de Precipitación.

Se usa en el diagnóstico de la sífilis y se caracterizan por la presencia de un precipitado


perceptible y cuando las partes reaccionantes alcanzan una concentración óptima. Una
reacción de precipitación puede ser inhibida por un exceso de antígeno o anticuerpo.

La reacción de precipitación presenta dos etapas: en la primera etapa se forman los complejos
primarios antígeno-anticuerpo, los cuales no precipitan por su bajo complejo molecular, dura
segundos y es independiente de la temperatura. En la segunda etapa los complejos primarios
se unen entre sí para dar complejos secundarios más voluminosos, los que sí conglomeran y
precipitan; esta etapa dura minutos u horas y el aumento de temperatura la acelera.

La prueba consiste en colocar en una serie de tubos un volumen constante de suero que posee
anticuerpos específicos por un antígeno dado, a los cuales se les añade volúmenes
decrecientes del antígeno adecuado. Por lo regular se forma un precipitado visible en uno de
los tubos de la serie antes que en los demás. El precipitado de este tubo representa el punto
de proporción óptimo entre el antígeno y el anticuerpo, esto es la proporción en la cual ambas
partes reaccionantes se incorporan en el precipitado.

En este tipo de reacción también influye la concentración de sales, el pH, la temperatura y


el tiempo que dure la prueba.

Existen pruebas de Difusión o Precipitación en Agar. Y se funda en la prueba de precipitina


en anillos.

PRUEBA DE PRECIPITINA EN ANILLO

Se aplica superponiendo en un tubo capilar una solución del antígeno sobre el suero que
contiene el anticuerpo. Las dos partes se difunden hasta alcanzar el punto de proporción
óptimo, apareciendo un anillo o disco de precipitina en la zona de separación de las dos
partes reaccionantes, en caso haya identidad.

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METODO DE DIFUSIÓN SENCILLA.

Consiste en colocar en un tubo de ensayo estrecho un gel de agar conteniendo el suero que
contiene los anticuerpos; a continuación, se superpone el antígeno. Ambas partes
reaccionantes se difunden estando en reposo horas o días. En caso de que haya identidad
antígeno anticuerpo se forma una banda de precipitación el (punto de proporción óptimo).

METODO DE DOBLE DIFUSIÓN.

Consiste en colocar en un tubo de ensayo estrecho un gel de agar conteniendo el suero con
anticuerpos, a continuación, colocamos una capa de agar puro, y finalmente colocamos el
antígeno en solución. Tanto el antígeno como el anticuerpo se difunden a través del gel de
agar puro, formando una banda de precipitación en el "punto de proporción óptima".

REACCION DE FIJACION DEL COMPLEMENTO

Consta de dos sistemas:

Sistema Problema. - Está constituido por el antígeno, por el complemento y por los
anticuerpos presentes.

Sistema Indicador. - Está conformado por eritrocito de carnero y hemolisinas. Una reacción
es positiva cuando el anticuerpo específico que fija el complemento está presente para poder
unirse con el antígeno; por lo tanto, no hay lisis de los glóbulos rojos de carnero añadidos.
Una reacción es negativa cuando no hay el anticuerpo específico que se fije al complemento
y este reacciona contra los eritrocitos de carnero losándolos.

Reacción cuantitativa. - Para ser cuantitativa una reacción de fijación del complemento, se
diluye seriadamente el suero y se lo calienta a 56°C por 30 minutos para destruir todo el
complemento que pudiera existir, luego se añade el suero recientemente obtenido de cobayo,
con una cantidad conocida de complemento, para asegurar el equilibrio entre complemento,
hemolisina, antígeno anticuerpo.

Acción sónica. - Es cuando el neumococo capsular no es fagocitado, pero, si contra su


cápsula actúa un anticuerpo especifico (opsoninas), se produce la fagocitosis (opsonización)
y a la concentración de opsonina en el suero se denomina índice opsónico.

HIPERSENSIBILIDAD Y ALERGIA

La hipersensibilidad clásicamente se refiere a una reacción inmunitaria exacerbada que


produce un cuadro patológico causando trastornos, incomodidad y, a veces, la muerte súbita.
Tiene muchos puntos en común con la autoinmunidad, donde los antígenos son propios. Las
reacciones de hipersensibilidad requieren que el individuo haya sido previamente
sensibilizado; es decir, que haya sido expuesto al menos una vez a los antígenos en cuestión.

La alergia es una reacción inmunitaria a una sustancia generalmente inocua para el anfitrión
y cuyo contacto (por inhalación, ingestión o contacto cutáneo) produce síntomas y signos
característicos. Durante mucho tiempo se ha considerado erróneamente como una reacción
inmunitaria exagerada ante una sustancia, pero la «alergia» es la expresión clínica de la
puesta en marcha de los mecanismos de respuesta inmunitarios normales del organismo

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frente a los posibles invasores, y el único error de la respuesta está en la elección del objetivo
que no constituye una amenaza y no en su exageración.

REACCIONES DE SENSIBILIDAD

Reacciones de hipersensibilidad

Tipo I: Hipersensibilidad inmediata o alergia atópica. - También denominada


hipersensibilidad mediada por IgE (anafiláctica, inmediata o dependiente de reaginas).
Constituyen reacciones inflamatorias de instauración inmediata, aunque a veces semi-
retardada, causada por la liberación masiva de mediadores inflamatorios (histamina, triptasa,
prostaglandinas y leucotrienos) por leucocitos basófilos y mastocitos, como consecuencia de
la unión, por su extremo Fc, de anticuerpos IgE frente a determinados antígenos en la
membrana de dichas células.

El vocablo hipersensibilidad se lo debe usar para describir síntomas y signos clínicos


objetivamente reproducibles e iniciados por la exposición a un estímulo definido a una dosis
tolerada por personas normales. En este ámbito, el que la reacción se pueda reproducir,
denota que se puede demostrar que existe una relación razonable entre la sintomatología y
los factores ambientales, a los cuales el paciente adjudica sus síntomas. Cuando no se puede
revidenciar que existe un mecanismo inmunológico, como en el caso de la hipersensibilidad
a medicamentos como la aspirina, se plantea el uso del término hipersensibilidad no alérgica.
(Talesnik G, 2006)

Tales mediadores son los causantes de las manifestaciones clínicas, las cuales, según la vía
de acceso y el grado de difusión intracorporal del alérgeno, pueden adoptar una forma
localizada - como la rinitis o el asma -, o generalizada - como las reacciones anafilácticas
desencadenadas por medicamentos, picaduras de insectos o ciertos alimentos. Puede tratarse
de proteínas o glucoproteínas que forman parte de productos naturales o de sustancias
químicas de naturaleza hapténica (por ej: la penicilina) que al unirse a una proteína portadora
se convierten en material inmunogénico.

Existen tres tipos de alérgenos según la vía de contacto con el mismo: Pueden ser inhalables
(aeroalérgenos), alérgenos por ingestión (medicamentos, alimentos, etc.) o alérgenos por
inoculación (fármacos y venenos de picaduras de insectos). Los aeroalérgenos son los que
provocan, con mayor frecuencia, alergia atópica de las vías respiratorias (asma y rinitis
alérgica).

El diagnóstico se basa en la detección de la IgE específica, test de provocación y test


intradérmicos. La hipersensibilidad de tipo I se produce en dos etapas contiguas:
sensibilización y desencadenamiento. En la etapa de sensibilización los anticuerpos IgE
producidos en respuesta a un antígeno se unen a receptores de membrana de los mastocitos
y/o basófilos. En la etapa de desencadenamiento, se reconocen, a su vez, dos fases: inicial y
tardía. En la fase inicial, tras una nueva exposición al antígeno, ocurre la unión a los
anticuerpos fijados a las células, lo que provoca la activación y liberación con gran rapidez
de diversos mediadores preformados y de otros sintetizados de novo. La fase tardía, se
desarrolla sin que exista una nueva exposición al antígeno y ocurre entre 2 a 24 horas luego
de la exposición inicial.

Las formas clínicas más frecuentes de enfermedad atópica son: rinitis alérgica, asma
bronquial, dermatitis atópica y urticaria; las manifestaciones clínicas y anatomopatológicas
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varían según la localización anatómica de la reacción de hipersensibilidad. La gravedad de
las manifestaciones depende de la concentración de mastocitos presentes en los distintos
órganos diana, por eso, la piel, la mucosa respiratoria y el tracto digestivo son los órganos
que expresan sintomatología frente a estas reacciones.

ANAFILAXIA

La anafilaxia es una situación clínica grave infradiagnósticada y, por consiguiente, el


tratamiento inmediato correcto con adrenalina no se realiza con la frecuencia deseada.

Definición
Comúnmente se define la anafilaxia como un síndrome clínico de potencial riesgo vital,
caracterizado por su rápida instauración y manifestaciones multisistémicas; este cuadro
clínico se produce como resultado de la acción de los mediadores químicos liberados de
forma súbita por mastocitos o basófilos. Esta liberación puede producirse como
consecuencia de un mecanismo inmunológico IgE mediado (reacción anafiláctica) o un
mecanismo no inmunológico (reacción anafilactoide).

Tipo II. Hipersensibilidad por anticuerpos citotóxicos. - Son procesos desencadenados


por anticuerpos circulantes preformados que se unen a una célula diana, fijan complemento
y la lisan como consecuencia de la activación del complemento, se liberan fragmentos
quimio tácticos (como el C5a) que provocan la infiltración de polimorfo nucleares. Ejemplo
de este mecanismo es la enfermedad hemolítica del recién nacido (por incompatibilidad Rh)
y el rechazo hiperagudo de trasplantes.

Tipo III. Hipersensibilidad mediada por inmunocomplejos. - Se produce por depósito de


inmunocomplejos. Los inmunocomplejos son agregados de antígeno, anticuerpos y
complemento que normalmente son retirados de la circulación por fagocitosis directa o por
transporte de los mismos hacia órganos, como el hígado, donde son fagocitados por los
monocitos/macrófagos.

Las reacciones de hipersensibilidad tipo II y III son bastante parecidas; en ambas, los
inmunocomplejos pueden ser IgG o IgM, pero la diferencia fundamental es que el antígeno
de tipo III es soluble y el de tipo II se encuentra en la superficie celular. En todo caso, puesto
que la acción perjudicial del anticuerpo (Ac) requiere su unión con el antígeno (Ag)
formando complejos Ag-Ac, cabe englobar los fenómenos de inmunopatogenicidad mediada
por anticuerpos, bajo la denominación de lesiones o trastornos por complejos inmunes o
inmunocomplejos.

Tipo IV. Reacciones de hipersensibilidad retardada. - Son las reacciones tardías


mediadas por células. El prototipo es la reacción de Mantoux. Tras la administración de
tuberculina a un paciente previamente sensibilizado, aparece la reacción a las 48-72 horas
como una induración en el área de inyección. Ejemplo de patología por hipersensibilidad
tipo IV es el rechazo agudo de los trasplantes, los granulomas y la hipersensibilidad por
contacto.

Las denominadas reacciones de hipersensibilidad retardada constituyen reacciones


inflamatorias debido al reclutamiento y activación de macrófagos por el efecto de las
citosinas liberadas por linfocitos TCD4+ al reconocer al antígeno en asociación con las
moléculas del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) de clase II en la membrana
de las células presentadoras del antígeno (APC). En esta reacción, también denominada
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hipersensibilidad de tipo IV, según la clasificación de Gell y Coombs, no intervienen los
anticuerpos, a diferencia de lo que ocurre con las otras formas de mecanismos inmunes de
lesiones inflamatorias.

Todas estas reacciones inflamatorias o de "hipersensibilidad" tienen en común el hecho de


estar iniciadas por una reacción inmunológica contra un antígeno, y ocurrir en un individuo
sensibilizado (es decir, son el resultado de una re-estimulación antigénica en una persona
que ya ha desarrollado una respuesta inmune celular frente a dicho antígeno) la
hipersensibilidad retardada se manifiesta habitualmente de cinco maneras distintas:

1. Hipersensibilidad retardada frente a antígenos solubles. En general, cuando se efectúan


pruebas cutáneas con antígenos solubles (purificados o no) obtenidos de diversos
agentes infecciosos (bacterias, virus, hongos y protozoos),
2. Hipersensibilidad retardada en las manifestaciones de resistencia general frente a
infecciones.
3. Dermatitis por contacto y reacciones adversas a fármacos en otros órganos. En las
dermatitis por contacto, la reacción de hipersensibilidad retardada se induce por un
compuesto químico reactivo (hapteno) que, tras acoplarse a proteínas epidérmicas, actúa
como un inmunógeno efectivo.

Una respuesta similar ocurre, en ocasiones, con fármacos administrados por otras vías,
desencadenándose lesiones de hipersensibilidad en órganos como riñones, pulmones e
hígado.

4. Reacciones granulomatosas. Los granulomas son lesiones resultantes de agregados de


fagocitos mononucleares activados (principalmente macrófagos), muchos de los cuales
han fagocitado el agente responsable.
5. Rechazo de homoinjertos y reacciones de hipersensibilidad retardada. El trasplante de
células vivas de un individuo a otro de la misma especie (homoinjerto) suele terminar
en la destrucción y el rechazo del injerto.

Las reacciones de hipersensibilidad retardada son características de otro tipo de bacterias,


como el mico bacterias.

Se cree que el estrés exacerba un gran número de enfermedades, siendo alteraciones


dermatológicas en un alto porcentaje. Las células epidérmicas del Langerhans parecen jugar
un papel interesante en las reacciones de hipersensibilidad de la piel.

Mecanismos de reacciones por hipersensibilidad a drogas.


Así como algunas reacciones de hipersensibilidad se adecuan a la clasificación de Gell y
Coombs, otras no se pueden explicar por este contexto, y se definen tres situaciones
especiales:

a. Reacciones pseudo alérgicas. - Las reacciones de hipersensibilidad no


necesariamente envuelven un reconocimiento específico por el sistema
inmunológico, aunque el término genérico de "alergia" es usualmente usado para
describir todas las reacciones de hipersensibilidad. El término "pseudoalergia" puede
ser usado para aquellas reacciones que imitan a las alérgicas clínicamente, pero en
las cuales están envueltos mecanismos inmunológicos no específicos.

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Es importante diferenciar las reacciones pseudoalérgicas de aquellas reacciones
idiosincráticas producidas por intolerancia fármaco-toxicológica en relación con la
predisposición farmacogenética encontrada en unos pocos pacientes.

Estos mecanismos no inmunológicos que activan al sistema del complemento resultan en la


liberación de anafilotóxinas como C3a, C4a y C5a que causan la liberación de histamina y
otros mediadores.

b. Reacciones de hipersensibilidad mediadas por anticuerpos:


Los anticuerpos son los efectores primarios de muchas de las reacciones de
hipersensibilidad a drogas. Esto es particularmente notable en los protocolos de Gell y
Coombs para las reacciones de tipo I, Tipo II y Tipo III. La síntesis de anticuerpos
requiere el reconocimiento específico de antígenos por los linfocitos T.

c. Reacciones de hipersensibilidad mediada por células:


Los linfocitos T juegan un rol principal en la regulación de las respuestas inmunes (T
helper) y son importantes efectores (ej. citotoxicidad mediada por linfocitos T). Estas
células son consideradas como componentes esenciales en la patogénesis de muchas
reacciones de hipersensibilidad a drogas.

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CAPITULO VI
BACTERIAS: BACILOS GRAMPOSITIVOS FORMADORES DE
ESPORAS: ESPECIES DE BACILLUS Y CLOSTRIDIUM
Son bacilos del tipo universales, debido a su capacidad de formar esporas. Pueden vivir
en el ambiente durante varios años. Se tienen dos especies: BACILLUS del tipo aerobio
y CLOSTRIDIUM del tipo anaerobio. Pese a no estar registradas muchas especies y
géneros afines, de estos dos últimos se puede clasificar las más importantes causante de
enfermedades.

Cuadro 4. Bacillus

BACILLUS

B. anthracis Carbunco
Intoxicación alimentaria,
B. cereus infecciones oculares y en
otros sitios
Nota: Genero Bacillus y Clostridium causante de enfermedades más importante

Cuadro 5. Especies de Bacillus

CLOSTRIDIUM

C. tetani Tétanos
C. botulinum Botulismo
C. perfringens Gangrena gaseosa
Colitis
C. difficile
seudomembranosa

Nota: Tipos de Bacillus comunes

Bacilos aerobios: en cadenas, de vida saprofítica, vive en la tierra, agua, aire y


vegetación. (Ej. B. cereus, B. subtilis). Algunos patógenos para los insectos suelen causar
enfermedades en pacientes inmunosuprimidos (Ej. meningitis, endocarditis,
endoftalmitis, conjuntivitis o gastroenteritis aguda).

Morfología e identificación. - Células típicas miden 1 × 3 a 4 μm, de extremos


cuadrados, dispuestos en cadenas largas. Inmóvil (B. anthracis) movilidad de
‘’amontonamiento’’ (B.cereus), con su espora en el centro.

Cultivo. - Agar sangre. B. anthracis, de colonias redondas, gris o blanco de textura rugosa
y aspecto de “vidrio esmerilado” bajo luz. Este presenta raramente hemolisis con
frecuencia a diferencia del B. cereus y bacilos saprofitos. Disuelven la gelatina y su
crecimiento en cultivos de punción en agar es similar a un abeto invertido.

Crecimiento. - Los bacilos saprofiticos, utilizan fuentes simples de nitrógeno y carbono.


Las esporas son resistentes a cambios ambientales, calor seco, desinfectantes químicos
(por periodos moderados), persisten varios años en tierra seca y en productos de animales

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contaminados con esporas de carbunco. (Ej.: piel, cerdas, pelo, lana, hueso) el mejor
método de esterilización es el autoclave.

BACILLUS ANTHRACIS
Pertenece al género Bacillus, son bacilos grandes, Gram positivos, miden alrededor de 1
a 1,5 µm de ancho por 3 a 10 µm de largo, tiene capacidad de formar esporas. Crecen de
manera óptima en condiciones aeróbicas y no son exigentes desde el punto de vista
metabólico, se desarrollan perfectamente en medios comunes a una temperatura óptima
de incubación de 37 ºC, pudiendo hacerlo en un rango comprendido entre los 25 y 37 ºC.

Patogenicidad.- Son tres formas características de la enfermedad dependiendo de la


puerta de entrada. En la forma cutánea el ingreso de los esporos se produce a través de
heridas o abrasiones en la piel o mucosas. En el hombre, es la más común de todas.
También puede haber el contagio por la ingestión de carnes provenientes de animales
enfermos o alimentos naturales o balanceados contaminados, sobre todo estos últimos,
con harinas de carne o de hueso en su composición, provenientes de animales infectados.

El mayor porcentaje de las infecciones se produce por la ingestión o inhalación de esporos


provenientes de pastos de terrenos contaminados, los que penetran por abrasiones de la
piel y/o mucosas o a través del aparato respiratorio. Después que el microorgnismos
ingresa en el huésped susceptible, los esporos pueden pasar a la forma vegetativa y
localmente multiplicarse o bien ser ingeridos por macrófagos residentes y transportados
al linfonódulo local o regional donde se multiplican, para luego diseminarse a través de
la sangre y linfa por todo el organismo.

Puede encontrarse gran cantidad de bacilos y esporas, aislados o formando cadenas cortas
en tejidos, especialmente en la sangre proveniente de animales infectados, que pueden ser
liberados al exterior por hemorragias a través de las aberturas naturales: orina, saliva,
vómitos, heces, sobre todo con melena, e incluso por leche; sus colonias son grandes,
rugosas, grisáceas y de bordes irregulares. El suelo es el reservorio de esporos, desde
donde se infectan los animales. El ciclo más frecuente para su transmisión es: animal-
suelo-animal, aunque también hay otras formas de contagio como es a través de paja,
estiércol, establos, pesebres y camas.

Luego de lo ocurrido en las “Torres Gemelas” en el año 2001 (Friedlander, 2001) se


utilizaron esporos de este bacilo aerolizados en sistemas de acondicionador de aire o
contaminando correspondencia, debido a la elevada patogenicidad y mortalidad de la
forma inhalatoria, pasando prácticamente desapercibida la sintomatología y
confundiendo la misma con estados gripales, que hace que cuando se instala el
tratamiento si no se está prevenido sobre la posible causa, sea demasiado tarde,
provocando una tasa importante de mortalidad/morbilidad.

La gran variabilidad genética de B. anthracis depende básicamente de las regiones


denominadas VITA. Se conocen, diez serotipos, muchos genotipos y una gran cantidad
de subgenotipos (Pavan, 2011). Estos datos permiten identificar al bacilo presente en un
brote y hacer posible la trazabilidad o modo de diseminación del mismo. El subtipado
molecular del Bacillus anthracis es vital en la determinación, diferenciación e
identificación de las diversas cepas, lo que puede ayudar mucho a la identificación de la
procedencia de los esporos utilizados por el bioterrorismo (Bernagozzi JA, 2016)

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Factores asociados a la patogenicidad de Bacillus anthracis
Este bacilo se caracteriza por su larga permanencia en el suelo, debido a su capacidad de
esporular que, si bien es cierto, no es un factor de patogenicidad directo, pero que está
asociado a los procesos de permanencia en el ambiente y a la capacidad de infección
(Bernagozzi JA, 2016)

Posee factores de patogenicidad principales, descriptos ampliamente hace años, como


son:
- Cápsula, que está constituida por ácido poli-glutámico (PGA), codificado por un
plásmido denominado pXO2 y la toxina específica codificada por otro plásmido
termo sensible, denominado pXO1 (Pavan, 2011). Cumple un rol importante en
la patogenia de la enfermedad, ya que (Pavan, 2011), que es un factor esencial
en la virulencia y es responsable de la permanencia del bacilo en el organismo
para iniciar su acción patógena.
- Esporo que constituye la forma de resistencia de las bacterias, son secretados en
forma independiente, tiene como característica importante, una alta
perdurabilidad en el medio ambiente. Contiene el DNA y los demás elementos
necesarios en forma deshidratada y con capacidad de dar nacimiento a la nueva
célula. La resistencia a agentes injuriantes del esporo se debe a la presencia de la
Corteza. Finas láminas compuestas de peptidoglicano.
- Cobertura. Estructura proteica con capacidad de tamizar y excluir el paso hacia
la parte más profunda del esporo de algunas enzimas y productos químicos.
- Exosporo. Estructura más externa del esporo en forma de saco. El Bacillus
subtilis no posee esta capa. ((Pavan, 2011); (Bernagozzi JA, 2016))

Finalmente, una túnica toxina producida por estas células, que tiene estructura proteica,
codificada por un plásmido termo sensible denominado pXO1. Está constituida por tres
factores antigénicamente diferentes, codificados por genes plasmídicos distintos y
denominados:
- Antígeno protector, PA, (protector antigen) o FP (factor protector)
- Factor edematógeno o FE o EF (edema factor).
- Factor letal o FL o LF (lethal factor).

El Antígeno protector actúa de manera inversa a lo que nombre sugiere, ya que constituye
la llave que permite el ingreso a las células de los otros dos factores cuando se copulan
con él. La asociación de este PA + FL da lugar a la formación de la denominada toxina
letal, TL o LT (lethal toxin).

Cuando se conjuga el PA + FE se produce la denominada toxina edematógena o TE o ET


(edema toxin). Esta unión se produce de manera aleatoria.

El descubrimiento del mecanismo de muerte por la acción de la toxina sobre macrófagos


y sobre células eucarióticas, pone de manifiesto la función del PA como mecanismo
principal de activación, que produce la muerte del individuo y la posterior liberación de
los esporos al medio para reiniciar el ciclo. Son secretados en forma independiente los
tres componentes de la toxina del ántrax, encontrándose libres en las fases líquidas de la
sangre, en la linfa y también en los tejidos. La activación sólo se produce cuando la
fracción PA se une a su receptor específico en la superficie celular o bien, bajo ciertas
condiciones, cuando puede ser clavado en la fase líquida en la que se encuentra. Una vez

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activado el PA une en forma aleatoria sólo a uno de los otros dos factores iniciando la
acción tóxica específica. (Bernagozzi JA, 2016).

Otros factores de virulencia Sideróforos: bacilibactina y petrobactina

La biosíntesis de Sideróforos es un requerimiento adicional para la virulencia. Los


principales sideróforos son la bacilibactina, antes denominada antrabactina, y la
petrobactina, antes antraquelina. Aunque no es indicativa de patogenicidad. La
petrobactina sería el único sideróforo necesario para la virulencia y el crecimiento de B.
anthracis (Hidalgo, 2015). En el momento que la forma vegetativa de Bacillus anthracis
toma contacto con el aire, y en particular con el oxígeno, ocasiona que se formen esporos,
que son los responsables de la supervivencia del patógeno por muchos años, soportando
inclemencias climáticas y permitiendo la transmisión de la enfermedad a huéspedes
susceptibles, incluyendo el hombre.

Carbunco cutáneo

Los esporos penetran a través de la piel, generalmente en sitios donde la misma presenta
soluciones de continuidad. Aquí comienza la germinación del esporo y produciendo
necrosis localizada y edematización de los tejidos blandos. El paso de esporo a forma
germinativa demora alrededor de 1 a 3 horas y es necesario un daño tisular con
disminución de la tensión de oxígeno para el inicio del proceso (Hidalgo, 2015). Por otra
parte, los macrófagos fagocitan esporos, los que son así trasladados a los linfonódulos
locales y regionales. Durante el trayecto, el esporo germina, pasa a forma vegetativa y en
los linfonódulos provoca linfoadenopatía y linfangitis; como consecuencia de ello, se
produce septicemia y comienza la liberación de toxina. Sin embargo, un buen tratamiento
antibiótico aplicado a tiempo puede detener el proceso de liberación de la toxina al
eliminar las formas vegetativas.

Carbunco inhalatorio

Fue descrito por primera vez por Ross en la década de 1950 y, luego, por Abramova en
1993 y Hanna en 1998. Los esporos ingresan al organismo por inhalación, no pueden ser
eliminados por los mecanismos de defensa de la tráquea, los bronquios y los bronquiolos,
alcanzando así los alvéolos debido a su pequeño tamaño, menor a 5 µm. Una vez ubicados
en este lugar, los esporos necesitan ser fagocitados por los macrófagos alveolares para
iniciar la germinación, ya que la tensión de oxígeno del alvéolo impide la misma. Es
posible que, a través de mecanismos de la inmunidad innata, como por ejemplo la proteína
fijadora de manosa, puedan adosarse no sólo a macrófagos sino también a las células
epiteliales del pulmón (Bernagozzi JA, 2016).

Los esporos encuentran las condiciones ideales de microanaerobiosis dentro de las


células, lo que permite que germinen y pasen a células vegetativas y luego salgan de las
células para dirigirse al sistema linfático, pudiendo producir inflamación hemorrágica de
los linfonódulos mediastinales y dar como resultado la formación de edema pulmonar por
bloqueo linfático y derrames pleurales con presencia de Bacillus anthracis o fracciones
del mismo (Hidalgo, 2015). De manera poco frecuente la neumonía focal, hemorrágica y
necrotizante suele presentarse. La muerte del animal puede producirse por septicemia y
la liberación de toxinas un shock séptico. También se han reportado cuadros de meningitis
hemorrágicas como consecuencia de la diseminación hematógena.

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Carbunco digestivo

Puede producirse por la ingestión de esporos de Bacillus anthracis, aunque también se ha


comprobado la posibilidad de infección por la ingesta de formas vegetativas presentes en
animales. Al parecer, la infección por formas vegetativas requiere la incorporación de una
mayor cantidad de bacterias en comparación con la dosis mínima de esporos requeridos.
(Martino, 2005)

Existen dos formas distintas de infección:


- Orofaríngea: a través de úlceras o soluciones de continuidad con adenopatía
regional y edema localizado.
- Abdominal: la puerta de entrada está localizada en la última porción del intestino
delgado y el ciego. Aquí se verifica la aparición de lesiones intestinales
acompañadas de edema de la pared, exudados en la cavidad abdominal y
compromiso de los linfonódulos regionales. Finalmente se produce la muerte por
septicemia.

Signos clínicos
Es variable el período de incubación, dependiendo de la puerta de entrada y de la dosis
infectante. Generalmente es de alrededor de 3 a 7 días, con una fluctuación entre 1 y 14
días (Carmona & de la Calle, 2005).

La forma subaguda de la enfermedad se presenta en casi todas las especies. El animal se


encuentra realizando su vida normal y en pocas horas aparece muerto. Cuadros febriles
con temperaturas superiores a 40-41°C, taquicardia, taquipnea, hematuria y hemorragias
por las aberturas naturales, se presentan en la forma aguda. Un período de incubación más
prolongado puede presentar la forma cutánea con necrosis local y edema, el mismo que
puede generalizarse.

En general las manifestaciones clínicas empiezan con la expulsión de sangre a través de


los orificios corporales, seguidos de la muerte repentina; además, en la piel se forma una
pústula que tiene un periodo de incubación de 4 a 7 días, después se presenta una
inflamación purulenta. Tiene una sintomatología muy parecida al resfriado común o a la
neumonía tóxica. Se acompaña de náuseas, falta de apetito, vómito con sangre, fiebre,
dolor abdominal, y diarrea severa.

Defensas contra las Armas Biológicas

Las siguiente son las indicaciones estándar:


- Respirador o máscara de gas. Los filtros, normalmente están hechos de carbono
activado, deben bloquear partículas más grandes que una micra. También es
aconsejable proteger contra el contacto con heridas abiertas.

- Escudos protectores, o mejor en un cuarto cerrado, aislado con plástico o algún


otro material del impermeable y ventilación con aire filtrado.

- Desinfección. Los desinfectantes tradicionales como formaldehído son eficaces


para superficies.

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- Vacunación. Debe ser para el agente específico. Algunos agentes requieren varias
inoculaciones encima de un periodo extendido antes de inmunidad se confiere.
Para muchos agentes, ninguna vacuna está disponible.

- Antibióticos. Eficaz contra algunos, pero no todos los agentes bacterianos (y no


eficaz contra los virus). Para algunas bacterias susceptibles, la terapia antibiótica
debe empezar después de unas horas de exposición, antes de aparecer los
síntomas.

- Sistemas de descubrimiento. Unidades de campo rudimentarias. Actualmente


disponibles para algunos agentes específicos.

Diagnóstico
Exámenes de inmunofluorescencia, y prueba de ELISA.

Tratamiento
Se recomienda el uso de Ciprofloxacina o Doxiciclina por 4 semanas.

BACILLUS CEREUS

Su infección se ve producida por la ingesta de alimentos infectados, manifestando náusea,


vomito, cólicos abdominales y en ocasiones diarrea, se lo puede encontrar principalmente
en el arroz.

B. cereus también se ha vinculado con infecciones circunscritas e infecciones


generalizadas, incluidas endocarditis, meningitis, osteomielitis y neumonía; la presencia
de un dispositivo médico o el uso de fármacos intravenosos predisponen a estas
infecciones.

Tratamiento
Presenta resistencia a la penicilina y cefalosporinas. Se debe tratar con vancomicina o
Clindamicina con o sin algún aminoglucósido.

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