Está en la página 1de 40

La guerra del Pacífico, también denominada guerra del Salitre, fue un conflicto armado

acontecido entre 1879 y 1883 que enfrentó a Chile contra los aliados Bolivia y Perú. La
guerra se desarrolló en el océano Pacífico, en el desierto de Atacama y en las serranías y
valles peruanos.

En febrero de 1878, Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa chilena Compañía


de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (CSFA), en violación del tratado de límites de 1874
que prohibía nuevos impuestos o el aumento de estos. Chile protestó y solicitó someter el
pleito a un arbitraje, pero el Gobierno boliviano, presidido por Hilarión Daza, consideraba
el asunto como interno y sujeto a la jurisdicción de las cortes bolivianas. Chile insistió y
advirtió al Gobierno boliviano que Chile no se consideraría ligado al tratado limítrofe de
1874 si Bolivia no suspendía el impuesto. Por el contrario, el Gobierno boliviano rescindió
la licencia a la compañía chilena, embargó sus bienes y los puso a remate. El día del
remate, el 14 de febrero de 1879, las fuerzas militares chilenas ocuparon la población
boliviana de Antofagasta sin resistencia, una ciudad mayoritariamente habitada por
chilenos, y avanzaron en pocos días hasta el paralelo 23°S. La zona entre el río Loa y el
paralelo 23°S permaneció bajo soberanía boliviana.

El Perú, que había firmado con Bolivia un Tratado de alianza defensiva de carácter secreto,
ordenó preparar sus fuerzas militares y simultáneamente envió un diplomático a Chile para
mediar. Ante el avance chileno en territorio disputado, el 1 de marzo, Bolivia se declaró en
estado de guerra contra Chile. Cuando Perú se negó a permanecer neutral, Chile declaró la
guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879. El 6 de abril, el Perú declaró el casus foederis,
es decir, la entrada en vigor de la alianza secreta con Bolivia.

Aunque el impuesto de los diez centavos y el tratado de 1873 aparecen a primera vista
como los detonantes del conflicto, las causas fundamentales de la guerra fueron profundas y
complejas. Entre ellas los historiadores señalan la vaguedad de las fronteras coloniales, el
interés por el negocio del salitre y la tensión producida por las diferencias entre el progreso
de Chile y la inestabilidad política y económica de los aliados. A ello se añade la
competencia entre Perú y Chile por la hegemonía regional que incluía una alianza con
Bolivia como aliado menor.

Los territorios disputados, así como las zonas aledañas, se ubican en el desierto de
Atacama, y en aquel tiempo tenían acceso expedito solo por mar. En los primeros seis
meses, Chile logró la supremacía naval, indispensable para conquistar las zonas costeras del
desierto. Antes de fines de 1879 ocupó la provincia peruana de Tarapacá y, a comienzos de
1880, la zona de Tacna y Arica, tras lo cual Bolivia abandonó militarmente la guerra.
Luego, en enero de 1881, tras vencer en las batallas de Chorrillos y Miraflores al ejército
peruano, las fuerzas chilenas ocuparon Lima. Después de estas campañas, la guerra entre
Chile y Perú continuó por dos años más entre los remanentes del ejército, guerrillas y
montoneros peruanos contra las fuerzas chilenas de ocupación, hasta la firma del Tratado
de Ancón en 1883, en la que Perú, entre otras cosas, cedió el Departamento de Tarapacá y
le fueron retenidas las provincias de Arica y Tacna.

Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884, que puso fin al
estado de guerra entre ambos países. Por su omisión en el tratado, Bolivia aceptó la anexión
chilena de la franja 23°S-24°S. Bolivia aceptó la ocupación militar chilena de la zona entre
el río Loa y el paralelo 23°S, pero su soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de
Chile en el Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia. En el Tratado de Lima de 1929 Chile
devolvió Tacna al Perú y Arica fue cedida a Chile.

Conflicto limítrofe boliviano-chileno

Artículos principales: Cuestión del Paposo y Corredor de Atacama.

Al iniciarse la época republicana, Chile, Perú, Bolivia y Argentina aceptaban que sus
fronteras debían ser las mismas de la administración colonial, norma conocida como Uti
possidetis iuris. Sin embargo, la administración española nunca había tenido interés en
definir estrictamente límites precisos entre regiones que le pertenecían, por lo que estos
eran a menudo difusos, contradictorios y a menudo sobre territorios desconocidos,
inhabitados o inhabitables por su clima o lejanía.4:11-12 A causa de sus apremiantes
conflictos internos, los primeros límites enunciados en sus constituciones fueron
imprecisos: Chile señaló en 1822 el despoblado de Atacama como límite norte5:157 y
Bolivia consideró desde 1825 la costa en cuestión como perteneciente a la provincia de
Potosí.6:9

A principios de la década de 1840 se descubrieron en Tarapacá y Antofagasta grandes


acumulaciones de guano y salitre, fertilizantes que empezaban a ser muy cotizados en el
mercado mundial. Incidentes y reclamos entre Bolivia y Chile se sucedieron en los años
siguientes, mientras que las diplomacias de ambos países argumentaban respectivamente
sobre los derechos que tenían en la región, exhibiendo documentos coloniales sobre la
jurisdicción de la Audiencia de Charcas o la Capitanía General de Chile.7:206-2074:16

Las tensiones aumentaron a tal punto que el 25 de junio de 1863 la Asamblea Legislativa
boliviana autorizó al ejecutivo declarar la guerra a Chile, aunque solo después de que se
agotaran todos los recursos por la vía diplomática que dieran un resultado favorable a
Bolivia.7:207 Pero el Tratado de alianza defensiva y ofensiva entre Perú y Chile (1865), al
que se adhirieron poco después Bolivia y Ecuador para enfrentarse a España en la guerra
hispano-sudamericana, puso un paréntesis al asunto, considerándose secundaria cualquier
otra disputa que no fuera el enfrentarse al enemigo común.4:17

Tratados de límites de 1866 y 1874

Artículos principales: Tratado de límites entre Bolivia y Chile de 1866 y Tratado de límites
entre Bolivia y Chile de 1874.

Tras la guerra con España, Bolivia y Chile reanudaron las negociaciones y firmaron su
primer tratado limítrofe el 10 de agosto de 1866, que fijó el paralelo 24°S como límite
(norte-sur) y se debían compartir a medias los derechos de exportación de minerales
extraídos entre los paralelos 23°S y 25°S. En 1871, el gobernante boliviano Mariano
Melgarejo, bajo cuyo gobierno se firmó el acuerdo, fue derrocado y reemplazado por
Agustín Morales, quien, siguiendo la corriente de la opinión pública boliviana, consideró
nulos todos los actos del gobierno anterior. Pero como no se podía abrogar unilateralmente
un acuerdo internacional, abrió negociaciones con Chile para revisar el tratado de 1866.8 Se
discutieron diversos aspectos sobre la aplicación del tratado de 1866, como la definición de
"minerales", la inclusión (o exclusión) del rico yacimiento de plata Mineral de Caracoles en
(de) la zona de beneficios mutuos, y las dificultades en Bolivia para transferir el 50 % del
impuesto recaudado en la zona a Chile. El 5 de diciembre de 1872 se firmó el acuerdo
llamado de Corral-Lindsay, que fue aprobado en Chile, pero, por influencia del Perú, que
quería para Bolivia un mejor arreglo, o, en todo caso, intervenir como mediador junto con
Argentina, no fue aprobado en Bolivia.9

Finalmente, Bolivia y Chile firmaron un nuevo tratado de límites el 6 de agosto de 1874,


por el cual Chile renunció al 50 % de los impuestos en el territorio 23°S-24°S a cambio de
la promesa de Bolivia de no incrementar los impuestos a los capitales y negocios chilenos
durante 25 años. La frontera permaneció en el paralelo 24°S.7:216 En esa ocasión, Chile
condonó las deudas bolivianas provenientes de la no transferencia del 50 % del impuesto
recaudado por Bolivia en la zona de beneficios mutuos. En un protocolo adicional firmado
el año 1875, ambos países acordaron, entre otros, someter a arbitraje posibles divergencias
en la aplicación del tratado.

Tratado secreto de alianza entre Perú y Bolivia de 1873

Artículo principal: Tratado de Alianza Defensiva (Perú-Bolivia)

Caricatura publicada en noviembre de 1879 en la revista chilena El Barbero. Daza (a la


izquierda), Prado, y el presidente argentino Avellaneda (con el sombrero de cilindro) se
unen para contrarrestar, infructuosamente, la supremacía militar chilena durante la guerra,
representada por una inmensa bala de cañón que ha puesto el chileno Santa María.

Frente al ímpetu de las inversiones y trabajo chileno en Tarapacá y Antofagasta,7:212 el Perú


sintió amenazada su supremacía en la costa del Pacífico y firmó el 6 de febrero de 1873 un
tratado secreto cuyas intenciones eran, según lo hecho público seis años después, proteger
la integridad y soberanía de los países firmantes. Argentina fue invitada a firmar el pacto,
su gobierno se mostró de acuerdo y solicitó la aprobación del parlamento. Efectivamente, la
Cámara de Diputados en Buenos Aires aprobó la adhesión al pacto10 y agregó una partida
de 6 000 0004:84 pesos fuertes nota 1 al presupuesto para la guerra. Pero Bolivia y Argentina
disputaban la zona de Tarija y no lograron un acuerdo. Argentina propuso entonces a Perú
un tratado Perú-Argentina (sin Bolivia), pero Perú rechazó la oferta.14:2280 Así pasó el año
1873, y a finales de 1874 llegó a Chile la fragata blindada Blanco Encalada que dio la
supremacía naval a Chile. Tanto Perú14:2284;2286 como Argentina no quisieron
comprometerse en un tratado contra Chile. Sin embargo, cuando afloraron nuevamente, en
1875 y 1878, las tensiones fronterizas por la Patagonia, Argentina buscó ingresar al pacto,
pero el Perú diplomáticamente rechazó la iniciativa.6:100 Asimismo, al comienzo de la
guerra, Perú y Bolivia proyectaron ofrecer a Argentina los territorios chilenos desde el 24°S
al 27°S a Argentina a cambio de su ingreso a la guerra contra Chile.156:527-528

Los historiadores consideran que el verdadero objetivo del tratado era imponer a Chile las
fronteras convenientes a Perú, Bolivia y Argentina por medio de un arbitraje obligado de la
alianza mientras Chile fuese militarmente débil, es decir antes de la llegada de las fragatas
blindadas Cochrane y Blanco Encalada. Gonzalo Bulnes lo sumariza sosteniendo que «La
síntesis del tratado secreto es: oportunidad: la condición desarmada de Chile; el pretexto
para producir el conflicto: Bolivia; la ganancia del negocio: Patagonia y el salitre»;4:63 en
palabras de Jorge Basadre, «El Perú defendiendo a Bolivia, a sí mismo y al Derecho, debía
presidir la coalición de todos los Estados interesados para reducir a Chile al límite que
quería sobrepasar»;16 Pedro Yrigoyen lo explica señalando que «perfeccionar la adhesión
de la Argentina al Tratado de alianza Perú-boliviano, antes de que recibiera Chile sus
blindados, a fin de poderle exigir a este país pacíficamente el sometimiento al arbitraje de
sus pretensiones territoriales».17

El historiador peruano Jorge Basadre señala que uno de los motivos del Perú para firmar el
tratado, además de proteger sus salitreras, era el temor en Lima a que Bolivia fuese atraída
por Chile a una alianza contra Perú que ocuparía Tacna y Arica para entregarlos a Bolivia a
cambio de entregar Antofagasta a Chile.7:212

El tratado es en sumo grado controvertido. Algunos historiadores lo consideran legítimo,


defensivo y circunstancial, además de conocido por el espionaje de Chile. Otros
historiadores, por el contrario, lo consideran agresivo, causante de la guerra, y desconocido
para Chile. Las razones de su secreto, la invitación a Argentina y la razón por la cual Perú
no permaneció neutral en circunstancias que Bolivia no había cumplido el acuerdo de 1873
al firmar el tratado de 1874 sin informarle,18:108 son discutidas hasta hoy.19

Monopolio peruano del salitre

Véanse también: Monopolio peruano del salitre y Era del Guano.

Los ingresos provenientes de la exportación del guano, que en las décadas anteriores había
sido el sostén de la bonanza económica peruana, comenzaron a caer en la década de 1870.
Consciente de ello, el gobierno de Manuel Pardo y Lavalle creó por ley en 1873 un estanco
del salitre, por el cual las empresas productoras debían regular su producción y los precios
de acuerdo a las políticas del gobierno con el fin de evitar que el guano y el salitre,
peruanos, compitieran. Pero aun antes de entrar en vigor la ley, el gobierno debió retirarla
porque sus costos serían mayores a las ganancias obtenidas.20 En 1875 el mismo gobierno
decidió estatizar todas las empresas salitreras y de esa manera controlar el precio del
salitre.nota 2

El proyecto del gobierno peruano debió enfrentar para ello a la Compañía de Salitres y
Ferrocarriles de Antofagasta (CSFA), una empresa chilena, radicada en Valparaíso, con una
minoría de 34 % de capital británico (Casa Gibbs de Londres) que tras los avatares de la
política interna boliviana había obtenido el 27 de noviembre de 1873 una licencia del
gobierno boliviano para explotar los depósitos de nitrato del Salar del Carmen y Las Salinas
en Antofagasta libre de impuestos por 15 años, además del derecho a construir un
ferrocarril desde Antofagasta al interior.nota 3

Las salitreras operadas por la CSFA en Bolivia impedían al Perú controlar el precio
internacional del nitrato,20:124;1306:137 por lo cual el gobierno peruano trató de hacer valer su
influencia sobre Bolivia para impedir esa competencia. Por medio de un testaferro, Henry
Meiggs, Perú compró las licencias bolivianas de explotación de los recién descubiertos
depósitos de "Toco", al sur del río Loa,6:137 impidió la firma del acuerdo Corral-Lindsay y
quiso impedir la firma del tratado de límites de 187421 (que eximía de impuestos a las
compañías chilenas del salitre) e imponer una mediación de Perú y Argentina para definir
las fronteras de Chile.9 En 1878 el socio británico de la CSFA, que era también encargado
de vender el salitre peruano en Europa, la Casa Gibbs, presionó a la gerencia de la CSFA
para que limitara su producción y advirtió a la gerencia que tendrían dificultades
administrativas en Bolivia por encargo de un gobierno "limítrofe" (the interest of a
neighbouring Government) si no reducían sus expectativas.22:69 En el cenit de la crisis, el 14
de febrero de 1879, se esperaba que el cónsul peruano en Antofagasta sería el mayor postor
en el remate de la CSFA.6:164

Crisis
Impuesto de los 10 centavos

Artículo principal: Impuesto de los 10 centavos

En 1875, el municipio de Antofagasta había intentado imponer un impuesto de 3nota 1


centavos a la CSFA, pero el Consejo de Estado, presidido por Serapio Reyes Ortiz, quien
sería durante la crisis ministro de RR. EE. y posteriormente presidente de Bolivia, había
rechazado el impuesto «por violar el Tratado de Límites de 1874 y la licencia de noviembre
de 1873».6:138-139

En 1878, la asamblea de Bolivia se avocó al estudio de la licencia a la CSFA de noviembre


de 1873, basándose en una interpretación de la ley del 22 de diciembre (que dio lugar a la
licencia de 1873) que entendía que todas las renegociaciones debían ser aprobadas por el
congreso. La empresa sostenía que solo en caso de desavenencia entre el gobierno y la
empresa. Finalmente la Asamblea Nacional Constituyente mediante una ley del 14 de
febrero de 1878 aprobó la licencia a condición de que la compañía pagara un impuesto
mínimo de 10nota 1 centavos por quintal de salitre exportado, en abierta violación al tratado
de límites de 1874 y a la licencia de 1873 en que Bolivia se había comprometido a no subir
ni crear nuevos impuestos en 25 años a las empresas chilenas.23

La CSFA se negó a pagar el impuesto, solicitó y obtuvo la representación del gobierno


chileno, desencadenándose un conflicto diplomático, amén de un conflicto interno en el
gobierno chileno entre algunos de sus miembros que eran accionistas en la CSFA y otros
que tenían intereses invertidos en Bolivia que temían perderlos si el conflicto llegaba a
mayores.

A lo largo de los meses siguientes, el gobierno boliviano, que consideraba el asunto solo
pertinente a los tribunales bolivianos,24:32 se abstuvo de implementar la ley mientras se
discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre, el canciller
chileno envió una nota al gobierno boliviano indicando que el Tratado de 1874 podría
declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile
anteriores a 1866. Aunque ambas partes propusieron la resolución del conflicto por vía de
un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya que
mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que
su legalidad fuese determinada por un árbitro, el gobierno de Bolivia exigía que el blindado
Blanco Encalada y sus fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta.

Rescisión de contrato, cobro de impuestos y ocupación chilena de


Antofagasta

Artículo principal: Ocupación chilena de Antofagasta

El 6 de febrero, aduciendo que la CSFA no había aceptado la nueva ley, el gobierno de


Bolivia rescindió el contrato con la CSFA y ordenó embargar y rematar sus bienes para
cobrar los impuestos generados desde febrero de 1878.6:166-168 Ante esta situación, el
presidente chileno Aníbal Pinto ordenó la ocupación de Antofagasta,6:189 que fue realizada
sin resistencia el 14 de febrero de 1879 por 200 soldados chilenos entre el aplauso de la
población mayoritariamente chilena.25 La guarnición boliviana del lugar ante la
imposibilidad de resistir se retiró al interior.6:190-192

Mediación de Perú, declaraciones de guerra y casus foederis

Artículo principal: Mediación de Lavalle


Véase también: Expulsión de chilenos de Perú y Bolivia en 1879

La medida de fuerza del gobierno chileno inició gestiones diplomáticas en las tres
cancillerías. Sin embargo, la mutua desconfianza aumentaba con los preparativos bélicos en
los tres países, y las demostraciones "patrióticas" en las calles impedían un acercamiento de
las posiciones. En los tres países había fuertes corrientes públicas que pregonaban la guerra
y hacían temer a los mandatarios que si no iban a la guerra serían depuestos por los
partidarios de la guerra. Más todavía, Hilarión Daza, el dictador boliviano, a pesar de ser el
peor preparado para la guerra, decretó una serie de medidas contra residentes chilenos en
Bolivia y sus propiedades.

El 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin de exigirle al


gobierno peruano que cumpliera con el tratado de alianza defensiva de 1873. Las noticias
de la ocupación de Antofagasta llegaron a La Paz el 22 de febrero,6:209 por una carta
enviada por el cónsul boliviano en Tacna. El 26 de febrero, Daza decretó el estado de sitio
en Bolivia.6:210

Perú trató de persuadir al gobierno de La Paz para someterse a un arbitraje con la misión de
José Luis Quiñones,7:230- y ordenó preparar su armada y alistar su ejército24:37 mientras
intentaba obtener de Argentina su ingreso a la alianza o por lo menos barcos de guerra
como empréstito o en compra.26:151 Para mediar en el conflicto, envió a su ministro
plenipotenciario José Antonio de Lavalle a Chile con una oferta de mediación bajo la
condición de que Chile se retirase de Antofagasta, pero sin garantía de que Bolivia
levantaría el embargo de la propiedad o suspendería el impuesto.27 El canciller chileno
inquirió al plenipotenciario peruano sobre la existencia de un "Tratado Secreto" firmado
con Bolivia en 1873. Lavalle, que a más tardar lo conocía desde el inicio de su viaje,
soslayó la pregunta y le indicó que en la comisión diplomática del congreso a la que él
había pertenecido no se había tocado ese tema.

El 1 de marzo, el gobierno de Bolivia emitió un decreto en el que declaró en estado de


guerra, la interrupción del comercio y las comunicaciones con Chile, la expulsión de los
residentes chilenos, el embargo de sus bienes, propiedades e inversiones, y reversión de
toda transferencia de intereses chilenos hecha con posterioridad al 8 de noviembre,6:211-212
cuando el gobierno chileno había advertido de las consecuencias de la no suspensión del
impuesto en cuestión.

El 17 de marzo el ministro plenipotenciario de Chile en Lima exigió al gobierno peruano


una declaración de neutralidad. Tres días más tarde, el presidente peruano reconoció ante el
representante chileno que el tratado secreto existía y que convocaría al congreso peruano
para el 24 de abril a razón de evaluar qué actitud tomar ante Chile y Bolivia.4:148 Ambas
medidas, la mediación y la convocación al congreso, fueron entendidas en Chile como un
ardid peruano para ganar tiempo.26:152

Por otra parte, tras la ocupación de Antofagasta, las fuerzas chilenas habían consolidado la
ocupación de los territorios comprendidos entre los paralelos 23ºS y 24ºS que Chile
consideraba suyos tras la violación del tratado. Luego a consecuencia de la declaración de
guerra de Bolivia se continuó el avance sobre el litoral boliviano hasta la desembocadura
del Río Loa, la frontera sur del Perú. El 21 de marzo fueron ocupados simultáneamente los
puertos de Cobija y Tocopilla, ambos sin resistencia. El 23 de marzo, tuvo lugar el combate
de Calama, en la que los soldados chilenos vencieron a un grupo de milicianos bolivianos
organizados en el sector, y ocuparon dicho poblado. El gobierno chileno consideró este
avance solo como temporal a causa de una necesidad militar y ofreció a las autoridades
civiles bolivianas continuar en sus funciones, lo que fue rechazado.nota 4
El 5 de abril, Chile declaró la guerra a Bolivia y Perú. Al primero por la imposibilidad de
lograr un acuerdo con las autoridades bolivianas y al segundo por no declarar su neutralidad
y considerar la espera de la resolución del congreso peruano como un mero ardid para
prepararse militarmente para una confrontación. El 6 de abril Perú declaró el casus foederis
conforme al tratado de alianza con Bolivia.7:250

Desarrollo de la guerra
Véanse también: Economía de la Guerra del Pacífico, Armas usadas en la Guerra del
Pacífico, Prensa en la Guerra del Pacífico y Prisioneros en la Guerra del Pacífico.

Fuerzas en guerra

Artículos principales: Combatientes al inicio de la Guerra del Pacífico, Ejército de Bolivia


durante la Guerra del Pacífico, Ejército de Chile durante la Guerra del Pacífico y Armada
de Chile durante la Guerra del Pacífico.
Fuerzas de los ejércitos de tierra
Chile Perú Bolivia
En enero 1879, antes de la guerra
2440n 1 5557n 2 1687n 3
En enero 1881, ocupación de Lima
ante Lima: 27 000n 4 Ejér. de Lima: 25-35 000n 5 En Bolivia: ?
n6
en Tarapacá y Antofagasta: 8000 en Arequipa: 13 000n 7
en Chile: 6000n 8 Ejér. del Norte: (unido al de Lima)
1.

 Sater, 2007, p. 58 Table 3


  Sater, 2007, p. 45 Table 1
  Sater, 2007, p. 51 Table 2
  Sater, 2007, p. 263
  Sater, 2007, p. 274
  Sater, 2007, p. 263
  Machuca, Francisco. Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico. p. 341.
8.  Sater, 2007, p. 263

 Diferentes estimaciones por autor son dadas por Valentina Verbal Stockmayer, pág. 153

ArtilleríaF 1
Calibre Cañón Alcance Proyectil
Modelo Cantidad
mm kg m kg
Chile
Cañón de montaña Krupp M1873 L/21 12-16 60 107 2500 2.14
Cañón de campaña Krupp M1867 L/25 ? 78.5 ? 3000 4.3
Cañón de montaña Krupp M1879 L/13 38 75 100 3000 4.5
Cañón de montaña Krupp M1879-80 L/74 24 87 305 4600 1.5
Cañón de campaña Krupp M1880 L/26 29 75 100 4800 4.3
Cañón de campaña Krupp M1873 12 87 450 4800 6.8
Armstrong M1880 (de bronce) 6 66 250 4500 4.1
Modelo 59 Emperador 12 87 ? 323 11.5
Cañón de campaña La Hitte M1858 4 84 ? 342 4035
Cañón de montaña La Hitte M1858 8 86.5 ? 225 4035
Perú
Cañón White (de montaña) 31 55 ? 2500 2.09
Cañón White (de campaña) 49 55 ? 3800 2.09
Cañón Grieve (de acero) 42 60 107 2500 2.14
Bolivia
Cañón de montaña Krupp M1872 L/21 6 60 107 2500 2.14
1.

1. Sater, 2007, p. 64-67

Es opinión entre los historiadores neutrales que ninguno de los beligerantes estaba
preparado para la guerra, ni financiera ni militarmente.24:7 Ningún país tenía un estado
Mayor,24:24 ni suficientes ambulancias,24:89 ni servicio de abastecimiento.24:24 Sus naves de
guerra se encontraban en pésimo estado.24:106 En el caso de Chile, por ejemplo, la dotación
militar efectiva había sido reducida continuamente de 3776 a 2400 soldados desde 1867 a
1879.29:140 y ninguna de las unidades estaba estacionada al norte de Valparaíso, a más de
1700 km de Iquique29:143 y significaban solo el 0,1 % de la población. En la armada de
Chile al final de la guerra, el 53 % de los primeros ingenieros, el 20 % de los segundos
ingenieros y el 8 % de los aprendices eran extranjeros.24:105 El gobierno del Perú había
cesado el pago de la deuda externa y en Bolivia había epidemias y hambre.

Según W. Sater, Chile y Perú llegaron a enlistar temporalmente al 2 % de su población


masculina y Bolivia solo el 1 %.24:21-22 Se debe considerar que ambos ejércitos aliados
profesionales del comienzo de la guerra fueron desbandados tras la batalla de Tacna y
debieron ser reagrupados o formados nuevamente.

Los aliados tenían, a primera vista, algunas ventajas sobre el país del sur. Su población y
sus tropas doblaban a las chilenas en número y el puerto peruano del Callao era con sus
defensas de artillería casi inexpugnable para la flota chilena y ofrecía un refugio seguro a
las naves peruanas. En el Callao una firma inglesa ofrecía los servicios de un dique flotante
para naves de hasta 3000 t lo que permitía complicadas reparaciones de sus barcos, de lo
que hizo uso reparando sus naves antes de la guerra30:119. Quizás fueron estas las razones
por las que la prensa internacional en un comienzo dio por segura la derrota de Chile.313233
La ambivalente actitud argentina y el permanente conflicto araucano ensombrecían las
expectativas chilenas.32:109 Como afirma Basadre sobre la opinión pública de su país:7:240
«Se desconocía entonces el verdadero poder de Chile y las espantosas consecuencias de la
guerra, y se creía, por las gentes poco avisadas, que, como en conjunto, los países aliados
eran más extensos que Chile, lograrían la victoria finalmente.»nota 5 Otros observadores7:253
hicieron un análisis más profundo, que mostraba ventajas chilenas tanto políticas como
militares. Chile tenía desde 1833 un régimen político estable que le había permitido
desarrollar y fortalecer sus instituciones. Entre ellas, su ejército y su armada tenían un
mando formado en una escuela de oficiales,24:44 tropas fogueadas en la guerra de Arauco30
:43
y uniformidad en el armamento (casi todos los fusiles chilenos de infantería, Comblain y
Gras, usaban munición de 11 mm con vaina metálica y poseían bayoneta). La armada de
Chile poseía 2 blindados que eran, por el espesor de sus corazas, casinota 6 imbatibles para la
armada del Perú. Aunque existieron en Chile disputas entre militares y civiles por la
dirección de la estrategia, siempre hubo un primado de lo político por sobre lo militar.36:616
Su abastecimiento desde Europa podía realizarse a través del Estrecho de Magallanes que
solo una vez fue amagado por la Marina del Perú.

En los ejércitos aliados, la falta de dedicación a sus funciones profesionales llevó a una
situación en que se tenían varios tipos de fusiles con munición diferente para cada uno y a
veces sin bayoneta, haciendo más difícil la instrucción de los reclutas, la manutención del
equipo y el municionamiento durante la guerra. (W. Sater lista once tipos diferentes de
fusiles aliados y solo cinco chilenos). La Armada del Perú tenía antes de la guerra una
buena parte de sus tripulaciones formadas por chilenos y tras su expulsión solo pudieron ser
reemplazados por otros extranjeros. Los aliados tampoco poseían una artillería ni caballería
comparable a la chilena. Al contrario del chileno, el abastecimiento aliado pasaba a través
de terceros países, sujetos a la influencia de la diplomacia y la armada de Chile.

A ello se debe agregar que una vez en posesión de los recursos del guano y del salitre de
Tarapacá, Chile percibió ingresos que le permitieron financiar la guerra, los que le faltaron
al Perú y que tras la ocupación de Tacna y Arica, el comercio boliviano hacia y desde el
Pacífico fue controlado por Chile.

Campaña naval

Artículo principal: Campaña naval de la Guerra del Pacífico


Buques capitales de Chile y Perú al comienzo de la guerra24:113-114
Desp. Potencia Velocidad Blindaje Artillería Año de
Barco de guerra
(t.l.) Caballos de vapor (Nudos) (Pulgadas) principal Const.
Chile
Cochrane 3560 3000 9–12.8 hasta 9 6x9 Inch 1874
Blanco Encalada 3560 3000 9–12.8 hasta 9 6x9 Inch 1874
Perú
Huáscar 1130 1200 10–11 4½ 2x300–pounders 1865
Independencia 2004 1500 12–13 4½ 2x150–pounders 1865
W. Sater advierte que hay numerosas diferencias entre los autores sobre los datos técnicos de los buques,
quizás porque se refieren a diferentes momentos.

A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un


terreno tan difícil como el desierto de Atacama, debía ganarse el control de los mares. En
esta campaña solo se enfrentaron las fuerzas navales de Chile y Perú, ya que Bolivia no
contaba con una, y si bien el gobierno de este país intentó recurrir al corso para suplirlo,
esto no prosperó.3738

El poder de la escuadra chilena se basaba en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane y


Blanco Encalada. El resto de la escuadra estaba formada por las corbetas Chacabuco,
O’Higgins, Esmeralda y Abtao, la cañonera Magallanes y la goleta Covadonga, todas ellas
de madera.

Los buques capitales de la escuadra peruana eran la fragata blindada Independencia y el


monitor blindado Huáscar. Completaban la escuadra peruana los monitores fluviales
Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta de madera Unión y la cañonera de madera
Pilcomayo.

Con el objetivo de asfixiar la economía peruana de exportación4:413-414 y forzar la salida del


Callao de la escuadra peruana para dar una batalla en altamar,4:195-197 la escuadra chilena
bloqueó el puerto peruano de Iquique desde el 5 de abril y también bombardeó los
débilmente defendidos puertos de Pabellón de Pica, Huanillos, Mollendo y Pisagua. Sin
embargo, la flota peruana, evitó el combate con unidades chilenas que fueran superiores y
utilizó el espacio y el tiempo dado para una estrategia más audaz de ataque a las líneas de
transporte y a los desguarnecidos puertos chilenos, entre otros. Durante esas operaciones
ocurrió el 12 de abril el combate naval de Chipana, sin un claro vencedor.

El 16 de mayo el grueso de la flota chilena salió de Iquique con dirección al Callao con el
objetivo de batir la flota peruana, dejando a sus dos buques de menor poder para mantener
el bloqueo del puerto. El mismo día, salieron del Callao los dos buques capitales del Perú
rumbo a Arica. Durante la navegación se cruzaron ambas fuerzas sin avistarse y cuando el
alto mando naval peruano se enteró de que solo débiles naves bloqueaban Iquique,
aprovechó la oportunidad inmediatamente y envió a sus buques a romper el bloqueo.

El 21 de mayo, en el combate naval de Iquique, el monitor blindado Huáscar logró hundir a


la corbeta Esmeralda. En el mismo día, la fragata blindada Independencia se enfrentó con
la goleta Covadonga, la que astutamente dirigida logró que su adversario, en su afán de
espolonearla, encallara en el combate naval de Punta Gruesa y que terminó sufriendo el
bombardeo de esta. El resultado de ese día en Iquique y Punta Gruesa caló hondo en ambos
países: en Chile aumentó el fervor patriótico y al Perú, si bien se levantó temporalmente el
bloqueo de Iquique, le costó la pérdida de la unidad más poderosa de su armada.24:137 El 1
de junio, el grueso de la escuadra chilena volvía de su infructuosa expedición al Callao
enterándose de los hechos y restableciendo el bloqueo de Iquique hasta el 2 de agosto.

Pese a la inferioridad técnica en la que ahora se encontraba la marina peruana, el monitor


blindado Huáscar logró con sus correrías mantener en jaque a la escuadra chilena durante 6
meses en las que atacaba sorpresivamente transportes chilenos, hostilizaba sus líneas de
comunicación, bombardeaba instalaciones militares de los puertos y evitaba con su
velocidad a los blindados chilenos, incluso en cierta ocasión intentó torpedearlos, pero sin
éxito. El punto culminante de las correrías del monitor blindado Huáscar fue la captura del
vapor Rímac con el regimiento de caballería Carabineros de Yungay a bordo, el 23 de julio.
La captura causó una crisis en el gobierno chileno que provocó la renuncia del gabinete y
del jefe de la armada de Chile.4:397-400 La corbeta Unión que también participó en estas
correrías para hostilizar a las fuerzas chilenas, fue enviada a Punta Arenas para capturar los
transportes con armas que debían pasar por ese puerto. Zarpó de Arica el 31 de julio, en
pleno invierno, y llegó al lejano lugar el 16 de agosto.4:404 Aunque no logró su objetivo, fue
una demostración de decisión y capacidad de los marinos peruanos.4:403

Tras las reparaciones de caldera y carena de los buques capitales chilenos, la flota chilena
fue organizada en 2 divisiones destinadas solo a la eliminación del Huáscar. El 8 de
octubre, fue capturado el Huáscar en el decisivo combate naval de Angamos. La corbeta
Unión, por su parte, logró escapar de los otros buques chilenos gracias a su mayor
velocidad.

A partir de Angamos, la escuadra chilena pudo convoyar y apoyar al ejército en sus


operaciones en tierra, así como también a hostilizar las costas peruanas y bloquear sus
puertos para impedir el abastecimiento del ejército peruano o la llegada de refuerzos.
Técnica y númericamente disminuída, la escuadra peruana se limitó a abastecer en lo
posible sus fuerzas terrestres evitando enfrentamientos con la flota adversaria. Los intentos
de los agentes del gobierno de adquirir nuevas unidades navales de consideración en el
extranjero fracasaron. Durante este período se producen algunas acciones como la captura
de la cañonera Pilcomayo el 18 de noviembre y algunos enfrentamientos en Arica, tras el
inicio del bloqueo de aquel puerto por buques de la flota chilena el 28 de noviembre y que
se extendió hasta el 7 de junio de 1880, cuando fue ocupada por el ejército chileno.

En la etapa final de la campaña naval, la flota chilena sostuvo un bloqueo en el Callao


iniciado el 10 de abril de 1880. Durante esas operaciones se dieron varios enfrentamientos
menores entre unidades chilenas y peruanas, y también la flota chilena realiza bombardeos
a las defensas del puerto. En estas acciones, los peruanos logran hundir con el uso de
artefactos explosivos y torpedos la goleta Covadonga, el transporte artillado Loa y la
torpedera Janequeo. Pese a esos pequeños triunfos peruanos, la escuadra chilena mantuvo
el bloqueo firmemente y luego, tras las derrotas del ejército peruano en Chorrillos y
Miraflores, ocurridas el 13 y 15 de enero de 1881 respectivamente, donde además algunos
buques de la escuadra apoyaron al ejército chileno atacando las posiciones peruanas
cercanas a la costa, la autoridad naval peruana en el Callao ejecutó el 17 de enero la
destrucción de las baterías y los buques que aun le quedaban a la marina peruana, entre
ellos la corbeta Unión, para evitar su captura por los chilenos.

Durante la campaña de la Breña los buques chilenos transportaron destacamentos y material


de guerra por la costa peruana. En la fase final de esa campaña, en 1883, la torpedera Colo
Colo fue transportada por ferrocarril desde el puerto de Ilo hasta Puno, y de allí lanzada a
las aguas del lago Titicaca para patrullar la zona y evitar el posible uso militar de esta vía
por fuerzas peruanas o bolivianas.

Campañas terrestres

Artículo principal: Campañas terrestres de la Guerra del Pacífico


Foto que muestra al minero de Copiapó Tránsito Díaz, Cabo 2° del Ejército de Chile,
mutilado en el Desembarco de Pisagua. La foto pertenece al Álbum de inválidos de la
guerra del Pacífico, una serie de 130 registros fotográficos ordenados por el gobierno de
Domingo Santa María para demostrar el otorgamiento de pensiones y prótesis a los heridos
de guerra.39 4081 soldados chilenos regresaron inválidos, 10 % del total de la
movilización.nota 7 En el año 2008, 280 mujeres recibían pensión estatal en Chile por ser
hijas o viudas de veteranos de la guerra.40:20;30

Con la extensa costa peruana sin protección naval desde octubre, excepto puntualmente por
su poderosa artillería costera, las fuerzas chilenas pudieron elegir el lugar donde continuar
la guerra. Según Carlos Dellepiane,41:76- existían tres alternativas, la zona de Lima, Arica-
Tacna y Pisagua-Iquique. Lima era el centro político del Perú, pero su ocupación no
garantizaba la rendición. Arica-Tacna era un centro de las comunicaciones con la zona sur,
puerto usado por Bolivia y daba acceso a la zona de Arequipa. Tarapacá, es decir Pisagua-
Iquique, era la fuente de la riqueza peruana, de donde se extraía el guano y el salitre y
donde los aliados habían concentrado sus fuerzas militares. Las zonas de Arica e Iquique
eran, cada una, compartimientos estancos sin acceso expedito por tierra al resto del Perú.42
J. Basadre cita la posibilidad de un desembarco chileno cerca de Lima ya en 1879 y señala
al historiador chileno Wilhelm Ekdahl que hubiera aconsejado abandonar el sur del Perú y
fortalecerse en Lima hasta restablecer el equilibrio naval o encontrar nuevos aliados. Pero,
contradice Basadre, hubiese sido «tremendo y humillante» rendir esas regiones, además de
una pérdida económica enorme y por lo demás inútil, pues Chile se interesaba por los
ingresos salitreros provenientes de Tarapacá, y su ocupación sin resistencia hubiese
significado probablemente el fin de la guerra.43:15 Debe agregarse, por el lado de Chile, que
al comienzo de la guerra, la organización, conocimiento y experiencia estaban todavía lejos
del nivel alcanzado en 1881.
La guerra terrestre puede ser dividida en cuatro campañas, donde las tres primeras llevaron
sucesivamente a la ocupación chilena de las regiones de Tarapacá, Arica-Tacna, y Lima y
la cuarta, la campaña de la Breña, desarticuló la última resistencia peruana. Sin embargo,
existen otros hechos militares de la guerra terrestre que no están necesariamente incluidas
en esas cuatro campañas, como la resistencia boliviana en el litoral, la expedición de Lynch
a la costa norte del Perú y la ocupación de Arequipa, que algunos la consideran aparte.

Concentración de fuerzas aliadas en Tarapacá y Arica

El 7 de marzo, al comienzo de la mediación de Lavalle, salieron los primeros batallones


peruanos desde el Callao (algunos desde Ayacucho) rumbo a Arica, Iquique, Pisagua y
Molle. Algunos se formaron con voluntarios, peruanos y bolivianos, de la zona. En total,
según Dellapiane, quedaron 4452 soldados estacionados en Tarapacá y 4000 en Arica.41:62-
El 30 de abril llegaron a Tacna desde La Paz tras 13 días de marcha 4500 (6000 según
Dellepiane) soldados bolivianos bajo las órdenes de Hilarión Daza para unirse a las fuerzas
peruanas mandadas por el general Juan Buendía y Noriega y tomar el mando del ejército
aliado. Las fuerzas aliadas se distribuyeron en torno a los lugares donde se podía esperar un
desembarco chileno: Iquique-Pisagua (Buendía) y en Arica-Tacna (Daza). También habían
refuerzos, en Arequipa al mando de Lizardo Montero y en el sur de Bolivia al mando de
Narciso Campero, que debían confluir a la costa una vez conocido el lugar del desembarco.
Sin embargo, las fuerzas militares de Montero no fueron movilizados a tiempo. Los últimos
refuerzos, cerca de 1500 hombres, llegaron el 1 de octubre a Iquique.41:67

Resistencia boliviana en el litoral y la división errante de Campero

Tras la resistencia en Calama, el más importante enfrentamiento en el Litoral fue el


combate de Río Grande el 10 de septiembre de 1879.

El 11 de octubre salió de Cotagaita la 5.ª División del ejército boliviano bajo el mando de
Narciso Campero en una penosa marcha falta de pertrechos y municiones con órdenes y
contraórdenes a través del altiplano.6:355-365 (ver desplazamientos en Mapa de
desplazamientos de la 5. división) Un destacamento de esta división avanzó hacia el oeste y
enfrentó a algunos piquetes enemigos en Chiu-Chiu (2 diciembre) y en el combate de
Tambillo (6 diciembre).6:366-367

Campaña de Tarapacá

Artículo principal: Campaña de Tarapacá


Véase también: Desembarco chileno en Pisagua
Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la campaña de Tarapacá, en
noviembre de 1879.

El ejército chileno comenzó la invasión del Perú el 2 de noviembre de 1879 con el


desembarco de 9900 hombres y 880 animales en Pisagua, 550 km al norte de Antofagasta,
en una de los primeros desembarcos anfibios de la era moderna.44:107 Tras la neutralización
de las baterías costeras por la artillería naval los atacantes desembarcaron desde botes de
fondo plano (especialmente construidos) y vencieron a las fuerzas bolivianas y peruanas
que defendían el puerto. Tras la ocupación del puerto y la zona aledaña fue enviada al
interior una avanzada de caballería para obtener información del enemigo. En el trayecto
enfrentó y derrotó una avanzada de caballería aliada el 6 de noviembre en el combate de
Pampa Germania (o Agua Santa). Las fuerzas aliadas se desplegaron para atacar a los
chilenos desde Iquique por el sur, y desde Arica por el norte. Sin embargo, Daza, que
dirigía las fuerzas venidas desde Arica, inexplicablemente, volvió al norte sin entrar en
batalla. Las fuerzas chilenas acampadas en Dolores derrotaron a las aliadas venidas desde
Iquique el 19 de noviembre en la batalla de Dolores (o San Francisco) tras la cual el puerto
de Iquique, bloqueado ahora por tierra y por mar, se entregó sin resistencia el 23 de
noviembre. Posteriormente, una división chilena que avanzó en persecución de los aliados
fue derrotada el 27 de noviembre en la batalla de Tarapacá, un pequeño poblado ubicado en
el interior de la región. Pese al triunfo, los aliados sin refuerzos ni apoyo logístico para
mantener la posición y rechazar nuevos ataques se retiraron a Arica en una penosa marcha.
Con este hecho finalizó la campaña y Chile quedó dueño de la región que había albergado
al 10 % de la población del Perú y le daba a este un ingreso anual de ₤ 28 millones por la
producción de nitrato.45

Situación interna en los países beligerantes hasta la caída de Iquique

Chile tenía un gobierno elegido y estable, pero los desastres de la campaña naval
demostraron que los estrategas de su flota no estaban preparados para la guerra y durante
las campañas terrestres el ejército tendría también problemas de abastecimiento,
ambulancias y mando. Los desaciertos desataron la ira popular y habían obligado al
gobierno a cambiar al «esclerótico»24:137 comandante en jefe de la armada Williams
Rebolledo por Galvarino Riveros y al «avejentado»24:170 comandante en jefe del ejército
Justo Arteaga por Erasmo Escala, quien posteriormente renunciaría por desavenencias con
el ministro de guerra Rafael Sotomayor, quedando al mando del ejército Manuel
Baquedano. En el plano de alianzas, Chile buscaba segregar Bolivia del pacto con Perú.6
:289-295
G. Bulnes escribe: «El objeto de la política boliviana era ahora el mismo de Antes:
conquistar Tacna i Arica para Bolivia, colocar a esta como Estado intermediario entre Chile
i el Perú, creyendo que de esa manera Lima i el Perú entero se someterían a las condiciones
de paz que se les impusieran. Esto se llamaba en el lenguaje convencional de los iniciados
"arreglarse con Bolivia"».46:14nota 8 Asimismo, el gobierno debía negociar con Argentina un
tratado que fijase la frontera e impidiera su entrada en la guerra al lado de Perú y Bolivia.
En el plano técnico, el gobierno de Chile reorganizó el ejército en divisiones, unidades que
pueden vivir y combatir aisladamente, para lo que es necesario que tengan todas las armas
(infantería, artillería, caballería) y los requeridos servicios (intendencia, sanidad, estado
mayor, etc), impidiendo así que el comandante en jefe tuviera que dirigirse, para una
operación cualquiera a cada uno de los jefes de cuerpo.

Tras la ocupación de la zona salitrera de Iquique, el gobierno chileno privatizó las oficinas
que habían sido nacionalizadas por el estado peruano devolviéndolas47 a los tenedores de
bonos peruanos. La alternativa de crear una empresa estatal que gestionara la producción y
venta del nitrato fue desechada por onerosa dado que el estado chileno debía financiar la
guerra y movilizar al frente de guerra una parte importante de su fuerza de trabajo además
de que los acreedores europeos de los bonos peruanos exigían el pronto pago de sus deudas.
En 1879 el estado chileno comenzó a cobrar un impuesto de $0,40 por quintal métrico
(100kg) de salitre exportado y en 1880 el impuesto aumentó a $1,60 por qm.48

Perú y Bolivia habían acordado en el Protocolo de Subsidios que Bolivia debería pagar los
costos de la guerra, lo que provocó resentimientos y temores en Bolivia dado que
hipotecaba los ingresos fiscales bolivianos en circunstancias que allí se veía el envío del
ejército a Tacna como una ayuda de Bolivia a Perú, más aún cuando se supo que no sería
enviado a expulsar a los chilenos de Antofagasta sino que permanecería en Tacna para
proteger la provincia peruana de Tarapacá. Cuando Daza y sus oficiales llegaron a Tacna
pudieron cerciorarse de que la capacidad militar peruana no era la imaginada por ellos y
que su permanencia en el poder estaba en juego si era derrotado el ejército aliado.
Querejazu sugiere que Daza utilizó la oferta chilena de una salida al mar por Tacna y Arica
para presionar al Perú a revisar el Protocolo de Subsidios, lo cual logró.

Se puede solamente especular sobre las verdaderas razones que llevaron a Daza a retirarse a
Bolivia antes de la batalla de Dolores, algunos dicen para conservar intacto su regimiento
de los colorados, la base de su poder político en Bolivia.49 Sin embargo, su vergonzosa
retirada solo aceleró su caída y fue reemplazado por Campero. Querejazu considera que sus
"errores" en la conducción de sus tropas así como las de Campero y su división errante son
una prueba de que Daza había sido comprado por Chile.6:34518:365

Dentro del gobierno de Campero se acentuaron las corrientes partidarias de romper la


alianza con Perú y aceptar la oferta chilena de Tacna y Arica. Aunque esta opción nunca
fue totalmente descartada, la alianza con Perú permaneció e incluso, tras la caída de Tacna
y Arica fue aprobada la creación de los Estados Unidos Perú-Bolivianos, que nunca tuvo
aplicación práctica. Bolivia cooperó con Perú con armas y dinero, pero sus fuerzas en
Oruro nunca intentaron recuperar Antofagasta.

La situación interna en Perú era complicada. Prado, al parecer contra su voluntad, declaró
la guerra a Chile obligado por el tratado alianza de 1873 y por las presiones internas a pesar
de no tener fondos para financiar la guerra y sin crédito internacional debido a las continuas
cesaciones en el pago de la deuda. Para asumir el mando del ejército y dirigir la estrategia
militar, Prado relegó la gestión del gobierno al vicepresidente Luis La Puerta de
Mendoza.43:34- Debido al bloqueo chileno de los principales puertos peruanos de
exportación, los ingresos fiscales peruanos en 1879 (8 078 555 soles) disminuyeron a la
mitad de lo calculado para ese año (15 257 698 soles) y, por el contrario, los gastos fiscales
en guerra aumentaron más del triple (55 050 000 soles). A falta de un sistema tributario
eficaz, Prado debió financiar la guerra con donativos patrióticos, empréstitos, cesación de
pagos de deudas, emisión de más monedas y también en un aumento de los impuestos.43:34-
El desastre político del gobierno puede ser medido en la cantidad de ministros de hacienda
que tuvo su gobierno solo en 1879: Izcue, Quimper, Pazos, Arias, (Piérola rehusó una
oferta), Arenas, otra vez Quimper, Denegri. En el aspecto político-militar se enjuició al
capitán de navío More Ruiz35:220 por la pérdida del buque Independencia y al general
Buendía43:46 por las derrotas en Tarapacá. El 19 de diciembre de 1879, conocida la caída de
Iquique y Pisagua, Prado salió del Perú para, según él, acelerar las compras de material de
guerra en EE. UU. y Europa. La historia ha condenado su salida como una deserción.43:54-56

Tras la partida de Prado, Nicolás de Piérola Villena dio en diciembre un golpe de estado y
asumió como dictador del Perú. Pierola creó el Inti (moneda), renegoció la deuda externa,
reconoció una controvertida deuda peruana a la firma Dreyfus y dividió el ejército del sur
en dos: el primero bajo el mando de Lizardo Montero compuesto por unidades en Tacna y
Arica, el segundo se compuso de las tropas acantonadas en Arequipa (más otras que
llegarían) bajo el mando de Pedro A. del Solar. Muchos historiadores ven razones políticas
en una partición que definitivamente debilitó la defensa de la región.50 Piérola ha sido
criticado por la forma dictatorial de ejercer el poder, por su sectarismo temeroso a posibles
opositores, por su frivolidad en el vestuario y sus decretos pomposos y la falta de control en
los gastos, pero también debe decirse que desplegó un enorme esfuerzo para obtener nuevas
fuentes de financiamiento, modernizar el estado, dar igualdad a los indígenas y renegoció
(sin éxito) la deuda y la consignación del guano peruano.43:100-122 J. Basadre lo critica pero a
su vez considera su labor «un acto de abnegación y hasta de heroísmo, pues instauró su
Dictadura en un país territorialmente invadido, políticamente perturbado, navalmente
desaparecido, militarmente maltrecho, económicamente exangüe y contra el cual se
preparaban a dar sus golpes decisivos los poderosos y arrogantes vencedores en la campaña
marítima y en la campaña de Tarapacá».43:57

Campaña de Tacna y Arica

Artículo principal: Campaña de Tacna y Arica


Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la campaña de Tacna y Arica, de
enero a junio de 1880.

Inmediatamente después de la batalla de Dolores, el ministro de guerra en campaña propuso


al gobierno chileno continuar con un desembarco cerca de Lima para acortar la guerra. Pero
dentro del gobierno se insistió en la realización de la llamada "política boliviana" que
aseguraría la paz futura. Por esa razón, finalmente el gobierno decidió ocupar la región que
es la salida natural de Bolivia al océano.

Tras un desembarco de reconocimiento el 31 de diciembre de 1879 cerca de Tacna y que se


extendió hasta Moquegua, 11 000 soldados chilenos fueron desembarcados desde el 26 de
febrero de 1880 y durante varios días en Punta Coles, cerca de Ilo, sin ser atacados por los
aliados. Paralelamente a esto, se envió una expedición de 2148 soldados a Mollendo, con el
objetivo de destruir la infraestructura del puerto e impedir el abastecimiento de la
guarnición de Arequipa que se hacía desde este lugar.51 Las operaciones en Mollendo
fueron entre el 9 y el 12 de marzo, finalizando con el éxito de sus objetivos pero con
grandes desmanes en el puerto ocasionados por algunos soldados chilenos.52

En el avance chileno, tras el desembarco de sus fuerzas, se sucedieron varios


enfrentamientos. El 22 de marzo se libró la batalla de Los Ángeles, donde las tropas
chilenas derrotaron a una división peruana posicionada en una fuerte defensa natural, y
cortaron con ello las comunicaciones de Tacna y Arica con Arequipa, es decir el resto del
Perú. El 26 de mayo el ejército chileno derrotó a las tropas aliadas en la batalla de Tacna (o
Del Campo de la Alianza). El 7 de junio las últimas tropas aliadas fueron derrotadas en la
batalla de Arica. Tras esta campaña los ejércitos profesionales del Perú y Bolivia dejaron de
existir. Perú debió formar un nuevo ejército24:256 y Bolivia no continuó su participación
militar en la guerra aunque si apoyó al Perú con armas y dinero. Ningún gobierno boliviano
aceptó, durante la guerra, las ofertas chilenas de ocupar Tacna y Arica.

Expedición de Lynch

Artículo principal: Expedición Lynch


Expedición de Lynch a Chimbote, Supe, Paita, Eten e islas de Lobos de septiembre a
octubre de 1880.

Tras la ocupación de Tacna y Arica el gobierno chileno creía que Perú y Bolivia aceptarían
la cesión de Tarapacá y Antofagasta o que por lo menos Bolivia buscaría asegurar una
salida al mar y dejaría la alianza con el Perú. Sin embargo una corriente de la opinión
pública chilena sostenía que la única forma de lograr la paz era la ocupación de Lima. Con
la intención de evitar la continuación de la guerra con una invasión a Lima, el gobierno de
Chile preparó una expedición al norte del Perú que debía demostrar al gobierno de Piérola
su propia incapacidad de continuar la guerra contra Chile. La expedición a Mollendo
realizada entre el 9 y el 12 de marzo tuvo el mismo fin.

El 4 de septiembre zarpó de Arica una expedición de 2200 hombres al mando del capitán de
navío Patricio Lynch, con el fin de imponer cupos de guerra a las ciudades del norte del
Perú y a los ricos hacendados del norte, dañar bienes fiscales y por último impedir el
desembarco y tránsito de armas.

El gobierno de Piérola declaró el pago a Lynch como traición a la patria de tal manera que
los propietarios en Chimbote, Paita, Chiclayo y Lambayeque, quedaron entre dos fuegos a
elegir: la destrucción de sus bienes por Lynch o más tarde por Piérola. Algunos pagaron,
otros no. Como resultado de las contribuciones de guerra se habían logrado reunir 29 050
libras esterlinas, 11 428 pesos de plata, 5000 pesos en papel moneda, algunas barras de oro
y plata y gran cantidad de mercaderías y productos de esas regiones. Lynch capturó además
un envío marítimo para el gobierno peruano, consistente en 7,5 millones de pesos impresos
(billetes y estampillas) proveniente de los Estados Unidos. Durante la expedición, las
fuerzas chilenas encontraron en las haciendas peruanas a cientos de trabajadores chinos culí
en condiciones de semiesclavitud, algunos de los cuales al ser liberados se incorporan
voluntariamente a las fuerzas de Lynch como apoyo logístico, y también en la posterior
campaña de Lima.53 La expedición duró 2 meses y sin la oposición de fuerzas peruanas.46
:553-565

Aunque los historiadores chilenos estiman que la actividad desplegada por Lynch tuvo base
en el Derecho internacional, por ejemplo, Diego Barros Arana cita como base legal de la
acción el artículo 544 del Le droit international codifié de Johann Caspar Bluntschli54:9955 y
Sergio Villalobos invoca los Principios del derecho Internacional de Andrés Bello,26:176
también la consideran dañina para la imagen de Chile; Gonzalo Bulnes escribe: «el glorioso
ejército de Chile se presentaba ante el mundo civilizado como demoledor de injenios de
azúcar, i como destructor de edificios de labranza.»

Conferencia de paz de Arica

Artículo principal: Conferencia de Arica

El 22 de octubre de 1880 delegados de los tres países en guerra se reunieron a bordo del
barco de guerra norteamericano USS Lackawanna (de 1862), anclado frente a Arica, para
una conferencia de paz gestionada por los representantes de los EE. UU. en los países
beligerantes. Chile exigió la cesión de las provincias de Antofagasta y Tarapacá (desde la
quebrada de Camarones al sur), una indemnización de 20 millones de pesos oro, la
desmilitarización de Arica, la abrogación del tratado secreto y la devolución del Rímac así
como de las propiedades embargadas a los ciudadanos chilenos. Los aliados se negaron a
hacer cesiones territoriales y la conferencia fracasó.

Los historiadores han concluido que los gestionadores estadounidenses habían transmitido
las exigencias de los beligerantes de una forma diluída, poco realista, para lograr la reunión,
pero esto causó decepción en los participantes.56:60 El ministro plenipotenciario de EE. UU.
en Bolivia Charles Adams había asegurado a los aliados que en caso de no llegar los
beligerantes a un acuerdo, los EE. UU. impondrían a Chile un arbitraje favorable a los
aliados. Por esa razón para los gobiernos de Campero y Piérola era mejor no entregar los
territorios ocupados y dejar a los EE. UU. imponer la paz sin cesión de territorios.56:59-605746
:447

Tras el rechazo de los países de la alianza a aceptar la entrega de Antofagasta y Tarapacá,


continuó en Chile el debate sobre el camino a seguir para obtener de los aliados un tratado
de paz duradera que reconociera la entrega de Antofagasta y Tarapacá: esperar en Tacna un
cambio de opinión en Lima o La Paz u ocupar Lima. Finalmente se decidió que la
ocupación de Lima era la única alternativa viable.46:430

Campaña de Lima

Artículo principal: Campaña de Lima


Desembarco y marcha de tropas chilenas durante la campaña de Lima, de noviembre de
1880 a enero de 1881. El largo trayecto desde Pisco a Chilca fue hecho solo por la Brigada
Lynch.

Muros calcinados y derruidos de Chorrillos, otrora suntuoso balneario de la aristocracia


limeña, después de la batalla de Chorrillos. La línea de defensa peruana durante la batalla
terminaba en el balneario, que fue cañoneado, incendiado y al final de la batalla se
combatió casa por casa. Después fue saqueado por algunos destacamentos chilenos.43:150

Para la campaña de Lima el ejército chileno fue aumentado en 20 000 plazas y llegó a
enlistar 41 000 hombres en total, distribuidos desde los fortines de la guerra en la
Araucanía, en el sur de Chile, hasta Lurín.24:263 El 19 de noviembre de 1880 el ejército
expedicionario del norte comenzó a desembarcar en Pisco, Paracas, Lurín (artillería) y
Curayaco (22 de diciembre) hasta completar 27 00024:263 soldados, que se concentraron en
Lurin, a 36 km al sur de Lima antes de continuar hacia Lima.

Piérola, que inicialmente esperaba un desembarco chileno al norte de Lima,58:335 tras los
desembarcos entre Pisco y Lurín (al sur de Lima), ordenó preparar dos líneas de defensa
sucesivas al sur de Lima: el ejército de línea debía detener la invasión en Chorrillos. En
caso de fracasar, una segunda línea de defensa constituida por un ejército de reserva
formado por reclutas limeños organizados por gremios, otros traídos de las provincias más
los remanentes de la primera línea y la guarnición del Callao, debía derrotar al
supuestamente debilitado ejército chileno en Miraflores.

La línea principal era la de Chorrillos de aproximadamente 15 km de largo, compuesta de


baterías de artillería, ametralladoras, minas personales, fortificaciones y trincheras para los
defensores, ubicadas sobre elevaciones naturales de la zona (280 m en el Morro Solar y
Monterrico, 170 m en Sta. Teresa y San Juan58:253) escarpadas y arenosas que van desde
Chorrillos por el Morro Solar, Santa Teresa, San Juan, por los cerros de Pamplona hasta
Monterrico Chico. Cerca de Santa Teresa y de San Juan pasaban los caminos que iban
desde Lurín a Lima y serían por lo tanto importantes objetivos del ataque.

La segunda línea de defensa era menos fuerte y consistía en siete reductos fortificados, pero
aislados, que cada 800 m debían impedir la entrada de tropas chilenas a la capital.

En el estado mayor chileno existieron dos planes alternativos para vencer las líneas de
defensa peruanas establecidas en el plano de la costa. El primero era un ataque frontal.
Según Manuel Baquedano, jefe de las fuerzas invasoras, el ataque se haría por terrenos
conocidos y caminos amplios sin grandes exigencias a la disciplina y entrenamiento de la
tropa, se mantendría un lugar seguro en caso de retirada (la Tablada de Lurín), se contaba
con el apoyo de la armada por la izquierda y por último la posibilidad de romper las líneas
peruanas por la extensión de estas. El otro plan, de José Francisco Vergara, el nuevo
ministro de guerra en campaña de Chile, era un ataque envolvente por la derecha, siguiendo
el lecho del río Lurín, por el camino de Manchay hacia el noreste hasta Ate, permitiendo
con esto tomar Lima sin disparar un tiro y luego caer por la espalda a las defensas peruanas.
Ambos planes tenían ventajas y desventajas. El plan de Vergara evitaba el ataque frontal
sangriento del primero, hacía inútiles los atrincheramientos y fuertes peruanos, generaría un
efecto moral negativo en los peruanos y cortaba la línea de retirada peruana hacia la sierra,
pero perdía el apoyo naval y necesitaba una marcha larga por un terreno angosto de
quebradas y desfiladeros susceptibles a sorpresas, un terreno difícil para conducir los
bagajes y la artillería de arrastre, marchar en un terreno sin aguada para abastecer al ejército
y en caso de derrota se les podía cortar la retirada a Lurín. Finalmente, Baquedano y su
estado mayor impusieron el plan de un ataque frontal contra las líneas de defensa
peruanas.58:368;369

Batalla de San Juan y Chorrillos


Artículo principal: Batalla de San Juan y Chorrillos
Martiniano Urriola (con uniforme), quien en 1883 comandó la ocupación de Ayacucho, y
Marcos Maturana (con poncho), jefe del Estado Mayor del Ejército Expedicionario en la
campaña de Lima, observan los cadáveres de los sirvientes de un cañón peruano tras la
batalla de Chorrillos.

A las 16:00 horas del 12 de enero de 1881 las tres divisiones que formaban el ejército
chileno comenzaron a salir por diferentes caminos del campamento de Lurín hacia las
defensas de Chorrillos para enfrentar desde las 5:00 horas del día siguiente a los cuerpos
del ejército peruano comandados por Iglesias (Morro Solar-Santa Teresa), Cáceres (Santa
Teresa-San Juan) y Dávila (San Juan-Monterrico chico). Ante el empuje chileno, las
fuerzas peruanas debieron abandonar San Juan y Santa Teresa a las 9:00 horas36:658-661 para
reorganizarse, algunos en Chorrillos, otros en Morro Solar, donde Lynch había sido
rechazado tempranamente en el intento de desalojar a Iglesias de esa posición. Con los
refuerzos llegados del centro, los chilenos lograron vencer las defensas peruanas del Morro
Solar cerca de las 12:00 del día.36:658-661 La batalla continuó en el balneario de Chorrillos
donde se atrincheraron en casas y azoteas los peruanos desalojados del Morro Solar, Villa,
Santa Teresa y San Juan, apoyados entre otros por un tren blindado enviado desde Lima. A
las 14:00 horas los chilenos habían vencido la primera línea de defensa de Piérola.

Batalla de Miraflores
Artículo principal: Batalla de Miraflores

Tras la derrota peruana de Chorrillos se acordó en el Armisticio de San Juan, una tregua
para fijar condiciones que reestablecieran la paz, pero por causas no aclaradas el 15 de
enero se inició la lucha en la segunda línea de defensa de Miraflores, que comenzó cuando
las fuerzas chilenas todavía no se habían alineado frente a la defensa peruana. Las fuerzas
peruanas hicieron al comienzo bastante presión a una de las divisiones chilenas en la
batalla, pero con la reorganización y contraataque chileno se vieron sobrepasados y fueron
derrotadas.

Crítica

La división de las fuerzas peruanas en dos líneas ha sido criticada. El analista militar y
escritor Francisco Machuca cita a Napoleón Bonaparte: «El general que conserva parte de
sus fuerzas para servirse de ellas al día siguiente esta perdido».58:361 Después de las batallas,
hubo saqueos en Chorrillos por algunos destacamentos chilenos y también en Lima por
soldados peruanos dispersos que luego fueron controlados por la organización de residentes
extranjeros.

Las batallas de Chorrillos y Miraflores han sido las mayores batallas en la historia de
América del Sur, en consideración al número de combatientes: 45 000 en Chorrillos y
25 000 en Miraflores.36:658-661 Se estima el número de soldados muertos entre 11 000 y
14 500 y los heridos en 10 144.24:348-349

Ocupación de Lima y el Callao

La ocupación de Lima por el ejército chileno se inició el 17 de enero, ese mismo día eran
destruidos los fuertes del Callao y las naves peruanas restantes de su marina fueron varadas,
incendiadas o hundidas por orden de la autoridad naval para evitar su captura por fuerzas
chilenas que al día siguiente ocupaban el puerto.59:159 Se restableció el orden en la capital,
en las zonas de ocupación, y se reiniciaron las actividades. Tras el regreso a Chile del
general Baquedano con parte del ejército, asumió brevemente con el cargo de jefe del
ejército de ocupación Cornelio Saavedra y luego fue remplazado, también brevemente, por
Pedro Lagos. Por último, Patricio Lynch quedó a cargo de la plaza y de los territorios
ocupados, de norte a sur de la costa peruana, hasta la finalización de la guerra en 1883. El
contingente del ejército chileno que mantendría la ocupación de parte del territorio peruano,
desde este momento hasta el final de la guerra, variaría entre 9997 a 12 769 hombres
distribuidos en distintos puntos.60:227-230

Situación interna en los países beligerantes luego de la ocupación de Lima

Véase también: Tratado de 1881 entre Argentina y Chile

El 15 de junio de 1881 Domingo Santa María fue elegido presidente de Chile, cargo que
asumió el 18 de septiembre, y el nuevo congreso fue elegido en 1882, como estaba previsto
por la ley.

Por otra parte, Chile con Argentina atravesaba momentos tensos, ya que pese a que este
último país se había declarado neutral al comenzar la guerra, amenazaba entrar a la
contienda para obtener ventajas en sus negociaciones limítrofes con Chile43:1446:443- y era
conocido que permitía en su territorio el transporte de armas para los aliados, ejercía
influencia en Europa y los EE. UU. para detener el avance chileno en la guerra y defendía
una indemnización monetaria para Chile en vez de la cesión de territorios. Además existía
en su población una fuerte corriente de apoyo a la causa aliada con la que alentaba
esperanzas entre los aliados de que podría entrar en la guerra contra Chile.61 El 23 de julio
de 1881, Chile y Argentina firmaron un tratado de límites en que, entre otros, se transaba la
Patagonia oriental por la Patagonia occidental y el Estrecho de Magallanes, poniendo fin a
las posibilidades de que Argentina interviniera en la guerra.
En Bolivia, el vicepresidente de la nación, Aniceto Arce fue desterrado por apoyar una paz
con Chile y el gobierno continuó su apoyo al Perú. En Perú, Nicolás de Piérola, quien
abandonó Lima ante los desastres militares en la defensa de la capital y la posterior
ocupación chilena, trasladó su gobierno en la sierra central, negándose a negociar la paz
con cesión territorial y decidido a proseguir la lucha. Paralelamente a estos sucesos, en
Lima una junta de vecinos notables se reunieron el 12 de marzo de 1881 y eligieron a
Francisco García Calderón como Presidente Provisional de la República estableciendo una
gobierno civil en Perú, llamado también gobierno de La Magdalena, que en un comienzo
fue tolerado implícitamente por Chile en contraposición a la autoridad de Piérola. García
Calderón trató de unificar al país por lo que su gobierno, con la aprobación de las
autoridades chilenas, organizó fuerzas militares que fueron enviadas a la sierra en busca del
reconocimiento a su autoridad, generándose algunos enfrentamientos militares entre los
partidarios de García Calderón y Piérola.62

El gobierno chileno intentó acordar la paz con García Calderón esperando que aceptara,
entre otras cosas, las exigencias de cesión territorial, pero este rechazó esa condición en
particular para terminar la guerra prefiriendo en su lugar una indemnización pecuniaria. El
factor que más influyó en la negación peruana a la cesión fue la política de mediación
estadounidense durante la administración del presidente de los EE. UU. James A. Garfield
(marzo a septiembre de 1881) y su secretario de estado (ministro de RR. EE.) James G.
Blaine, llevada a cabo por su representante en Lima Stephen A. Hurlbut, que alentó a los
políticos peruanos a no suscribir la entrega de Tarapacá, sugiriendo que los Estados Unidos
de América respaldarían a Perú y Bolivia y no permitirían la desmembración territorial del
primero. Además, Hurlbut convenció a Lizardo Montero y a Andrés Cáceres, dos militares
que serían de gran relevancia durante este período de la guerra, para que abandonasen a
Piérola y apoyasen a García Calderón para lograr un frente unido, lo que luego
efectivamente sucedió: Montero fue nombrado vicepresidente y Cáceres segundo
vicepresidente de Calderón, mientras que Piérola al verse aislado políticamente se alejó
(temporalmente) del país. El intervencionismo estadounidense en la guerra se debió en
parte a los negocios privados que llevaron a cabo sus diplomáticos y la presión de algunos
acreedores del Perú.63 Con la muerte del presidente Garfield en septiembre, la toma de
posesión de la presidencia de Chester A. Arthur y su nuevo secretario de estado, Frederick
T. Frelinghuysen y la posterior acusación en el senado norteamericano contra Blaine por
tráfico de influencias llevaron a EE. UU. a firmar con Chile el Protocolo de Viña del Mar64
en que EE. UU., entre otros, acepta el derecho de Chile de anexar Tarapacá como
indemnización de guerra.43:200 Hurlbut murió en Lima y en su reemplazo asumió William
H. Trescot como ministro en Lima. Finalmente, la paz se lograría posteriormente sin la
mediación de los EE. UU., y los intentos estadounidenses por acabar con la guerra solo
habían servido para prolongarla al crear expectativas en los aliados.65:45

El 28 de septiembre Lynch prohibió el ejercicio de autoridades no establecidas por la


ocupación. García Calderón fue detenido el 6 de noviembre y deportado a Chile, pero antes,
el 29 de septiembre, nombró a Lizardo Montero, jefe del ejército del norte en Cajamarca,
como sucesor. Montero instaló su gobierno en aquella ciudad aunque luego se trasladaría a
Huaraz, dejando a Miguel Iglesias como jefe político y militar del norte, y a comienzos de
1882 estableció su sede de gobierno en Arequipa. Chile no reconoció la autoridad de
Montero sobre Perú, pero si lo hizo el gobierno boliviano dirigido por Campero con quien
trabajó para proseguir la guerra, adquiriendo armamento en Europa y Estados Unidos,
organizando un ejército en Arequipa y colaborando hasta cierto punto con las fuerzas que
organizó Cáceres en la sierra central.

Campaña de la Breña

Artículo principal: Campaña de la Breña

La resistencia peruana basada en una guerra de guerrillas fue organizada con tropas
regulares e irregulares por Andrés A. Cáceres41:390 (centro), L. Montero e M. Iglesias
(norte) y P. del Solar (sur)41:389 aunque Dellepiane nombra la relación entre ellos como
tortuosa41:390 debido a sus luchas internas. La breña de los Andes Centrales presenta una
topografía adecuada para las guerrillas, y además existían elementos humanos, aunque sin
entrenamiento y con escaso armamento para una lucha prolongada. Para el ejército invasor,
la región era insalubre (piques y disentería),36:306 desconocida, de difícil acceso y el
suministro debía hacerse por el largo y peligroso camino a Lima, cuya línea de ferrocarril
llegaba solamente hasta Chicla, comprarlo a elevados precios a los lugareños o requisarlo,
lo que exacerbaba aún más la resistencia peruana.

También el factor información jugaba en contra de las tropas chilenas: mientras Cáceres era
informado por la población de cualquier movimiento, número o siquiera intención de los
chilenos, estos a menudo no sabían cuál dirección seguir en la persecución de las fuerzas
peruanas. La guerrilla obligaba a los invasores a dispersar sus fuerzas, volviéndolas
vulnerables a ataques en masa de estas fuerzas irregulares. Las ciudades y poblados de la
región eran ocupados y desocupados por los rebeldes según hubiese o no fuerzas militares
chilenas en ellas evitando así un combate frontal entre ejércitos regulares. De hecho la
primera batalla de Pucará y la batalla final en Huamachuco fueron los únicos
enfrentamientos dirigidos por Cáceres, desde la creación de su ejército. Combates,
escaramuzas, persecuciones y emboscadas fueron la norma de enfrentamiento.

Si bien en la campaña de la Breña hubo varios focos de resistencia liderados por distintos
caudillos peruanos, las operaciones principales de esta etapa de la guerra fueron las
expediciones enviadas a la sierra central de Perú, la mayoría para combatir las fuerzas
organizadas por Cáceres, y la expedición sobre Arequipa para desarticular la última fuerza
peruana de consideración organizada por Montero en esa ciudad.

Expedición de Letelier

Artículo principal: Expedición a Junín de 1881

La primera expedición chilena de importancia a la sierra para combatir la resistencia


peruana fue enviada por el coronel Lagos, jefe del ejército de ocupación en esos momentos,
y encomendada a 700 hombres bajo el mando del teniente coronel Ambrosio Letelier que la
efectuó el 15 de abril de 1881, es decir, apenas tres meses de ocupada Lima. Sus fuerzas
marcharon desde esa capital y ocuparon en forma sucesiva desde Cerro de Pasco (norte)
hasta Huancayo (sur) y desde Chicla (oeste), la última estación del ferrocarril de Lima,
hasta Tarma (este). Todavía no se había formado una resistencia organizada, por eso una
pequeña fuerza pudo ocupar una región tan vasta y dispersar fácilmente a las pocas
agrupaciones armadas. Sus resultados fueron devastadores por los atropellos que Letelier
cometió contra la población de la zona, provocando la rebelión de los campesinos y el
reclamo de los ciudadanos de países neutrales. El contraalmirante Lynch, que remplazó en
mayo a Lagos en su cargo, ordenó el regreso inmediato de la expedición al conocer las
tropelías de Letelier en la zona.

Al emprender Letelier su retorno a Lima, a mediados de junio, ocurrieron varios


enfrentamientos entre destacamentos chilenos y grupos armados organizados. Con su
llegada a Lima el 4 de julio,36:39 Letelier fue sometido a una corte marcial por apropiación
indebida de dineros y enviado a Chile.24:312

Expedición de 1882

Combates en la Sierra durante 1882 (excepto el de San Pablo que ocurrió en el norte).

Soldado chileno Luis Sanjurjo66 con abundantes verrugas "mulares", o enfermedad de


Carrión, contagiado seguramente en una de las quebradas templadas de la cuenca del río
Rímac durante la campaña de la Breña.67

La resistencia militar liderada por Cáceres en las regiones sur y centro andinas se acentuó
luego de la primera expedición chilena a la zona.
El segundo año de ocupación, 1882, el gobierno en Santiago ordenó a Lynch enviar una
expedición de 5000 hombres a la sierra para acabar con el ejército de Cáceres que se
concentraba en Chosica, a las puertas de Lima. El 1 de enero comenzaron a movilizarse las
fuerzas chilenas desde Lima, divididas en dos columnas, bajo el mando de Lynch,
ejecutando un movimiento de tenazas y persecución. Más tarde el coronel José Francisco
Gana Castro tomó el mando para ser sucedido después por el coronel Estanislao del Canto
Arteaga, que continuó las operaciones militares con 2300 hombres en persecución de
Cáceres que se retiraba al interior. El 5 de febrero logró alcanzarlo y darle batalla en el
Primer Combate de Pucará aunque sin resultados concluyentes. Cáceres prosiguió su
retirada hacia Ayacucho para poder reorganizar sus diseminadas fuerzas en ese lugar y
luego lanzar una contraofensiva. El coronel Del Canto por su parte ocupó el valle del
Mantaro distribuyendo sus tropas por toda la zona.

Las tropas chilenas, con la expresa orden de ganarse la buena voluntad de la población
mediante un comportamiento correcto, habían ocupado sucesivamente Tarma, Jauja,
Huancayo hasta Izcuchaca. Pero la contraofensiva de Cáceres en conjunto con los ataques
de las fuerzas irregulares de campesinos, enardecidos por la expedición de Letelier el año
anterior, impidieron cualquier tipo de confraternización entre los chilenos y los pobladores
del valle. El 9 y 10 de julio la guarnición chilena en Concepción fue aniquilada por una
fuerza conjunta de regulares y montoneros peruanos. Debido al hostigamiento del enemigo,
la falta de aprovisionamiento y las enfermedades la fuerza expedicionaria chilena se tuvo
que retirar de la zona bajando a Lima en los primeros días de agosto. La fuerzas chilenas
durante la expedición sufrieron la pérdida de 534 hombres: 154 en combate, 277 por
enfermedad y 103 por deserción (20 % aprox.).36:306 Por su parte, Cáceres sufrió fuertes
perdidas entre muertos en combate y enfermedad y también deserciones, por lo que debió
aumentar sus fuerzas con nuevos reclutas para futuras acciones militares.68

Grito de Montán

Artículo principal: Grito de Montán

Entre tanto, Miguel Iglesias, ex-ministro de defensa de Piérola antes de la caída de Lima, y
que había sido nombrado jefe político y militar del norte peruano tras la ocupación de
Lima, había organizado las fuerzas de ese sector para hacer frente a las expediciones
chilenas. Pero Iglesias, luego del combate de San Pablo el 13 de julio y la posterior
ocupación chilena de varios poblados de la zona, entre ellos Cajamarca el 8 de agosto, llegó
al convencimiento de que la guerra debía ser terminada o que destruiría al Perú. Desde su
punto de vista, era inconcebible que continuara la sangría cuando resultaba evidente que la
derrota peruana era irreversible. Muchos observadores neutrales eran también de la misma
opinión. En Europa y el resto de América se veía con escándalo que la guerra continuara
indefinidamente.

El 31 de agosto, Iglesias lanzó el Grito de Montán exigiendo la paz, aun con cesiones
territoriales, y proclamó su autoridad sobre siete departamentos del norte peruano: Piura,
Cajamarca, Amazonas, Loreto, Lambayeque, La Libertad y Áncash. El 1 de enero de 1883
una Asamblea designó a Iglesias como Presidente Regenerador del Perú. Lynch, aunque
escéptico al comienzo con este suceso, tras la desafortunada experiencia con García
Calderón y luego con Montero, lo apoyó por orden del gobierno chileno. Montero y
Cáceres no reconocían la autoridad de Iglesias, por el contrario, mantenían la idea de seguir
la lucha contra las fuerzas chilenas hasta alcanzar una paz sin cesión territorial. Debido a la
posición tomada por Iglesias frente a la guerra con Chile, se dieron varios enfrentamientos
en el norte peruano entre las tropas organizadas por el gobierno iglesista y fuerzas
opositoras.69

El 3 de mayo el gobierno de Iglesias acordó con Chile, luego de una discusión previa
iniciada por sus respectivos representantes, las bases de la paz definitiva. Iglesias firmó este
convenio posteriormente en Cajamarca.36:420

Expediciones en 1883

Operaciones en 1883

abril-julio

septiembre-noviembre
Mapa a la izquierda, Arriagada persigue a Cáceres hasta Yungay y Cáceres persigue a
Gonzales hasta Huamachuco. Mapa a la derecha, ocupación de Arequipa y Puno por
Velásquez. La ocupación de Ayacucho por Urriola no aparece en los mapas.
Al inicio del tercer año de ocupación, y con la expectativa de firmar la paz, el gobierno en
Santiago ordenó a Lynch enviar una nueva expedición para desbaratar las fuerzas lideradas
por Cáceres, que aún se oponía al acuerdo entre el gobierno chileno y el de Iglesias para
finalizar la guerra. Políticamente, la expedición tendría además la misión de dar a conocer,
explicar y exigir apoyo para el gobierno de Iglesias por lo que también se ordenó tratar
correctamente a la población civil y pagar por los productos recibidos para sostener a las
tropas, aunque se debía ajusticiar a todo regular o irregular peruano de la resistencia
tomado prisionero y también a los oficiales que los dirigían, de los cuales varios habían
sido anteriormente prisioneros en la campaña pasada y al ser liberados habían incumplido
su promesa de no levantarse en armas contra el gobierno de ocupación.

El plan de Lynch era perseguir, encerrar y abatir con dos divisiones a las fuerzas de
Cáceres, que en esos momentos se encontraba en Canta, y si escapaba, realizar una
persecución sostenida empujando al general peruano por el Callejón de Huaylas hacia el
norte donde otra división menor le obligaría así a dar la batalla decisiva, si no era derrotado
antes. El 7 de abril el coronel Juan León García salió de Lima con 1800 hombres para
atacar a las fuerzas de Cáceres que se encontraban en Canta, pero este, enterado del avance
chileno, se retiró hacia Tarma produciéndose solo algunos enfrentamientos entre los
pequeños destacamentos desplegados por ambas fuerzas durante la persecución. Casi
paralelamente a la división de León García, salió a mediados de ese mes de Lima hacia
Lurín el coronel Del Canto con una fuerza de 1500 hombres que tenía la orden de dirigirse
a Chicla para apoyar el despliegue de los destacamentos comandados por el coronel
Martiniano Urriola que estaban despejando el sector de los montoneros que rondaban. En
Chicla se reunieron las tres columnas chilenas el 3 de mayo, y J. León G. tomó algunas
tropas de Del Canto y de Urriola, para continuar la persecución de Cáceres hacia Tarma
pero el jefe peruano se había retirado de ese lugar enfilando hacia el norte el 21 de mayo. El
26 de mayo llegó Del Canto a ese poblado, tomando por orden de Lynch el mando de todas
las fuerzas, que eran 3334 hombres, y prosiguió la persecución de Cáceres pasando por
Palcamayo, Junín, Carhuamayo, San Rafael, Salapampa, Chavinillo y Aguamiro. En este
último lugar llegó el 12 de junio el coronel Marco Aurelio Arriagada, que tomó el mando
de la división y continuó la marcha al norte siguiendo al ejército de Cáceres.

Para Arriagada y Cáceres el trayecto significó graves pérdidas. Las fuerzas chilenas
llegaron hasta Yungay el 23 de junio solo para constatar que Cáceres había abandonado la
ciudad. Sin información fidedigna a disposición, la división chilena marchó de vuelta hacia
el sur, creyendo, equivocadamente, perseguir al general peruano. Arriagada, al no
encontrarlo, abandonó la persecución y volvió a Lima el 5 de agosto contabilizando un total
de 732 bajas (21 %) de los cuales hubo 130 muertos por cansancio, 28 desaparecidos y 574
enfermos, sin muertos en combate.36:462 Por su parte, a Cáceres se le habían unido las
fuerzas del coronel Isaac Recavarren en Yungay, y creyendo que Arriagada todavía lo
perseguía, continuaron la marcha hacia el norte para evitar el encumbramiento de Miguel
Iglesias. Previendo ese desarrollo, Lynch que había situado una división en el norte al
mando del coronel Alejandro Gorostiaga con 1000 hombres, le ordenó a este jefe cerrarle el
paso a Cáceres hacia Cajamarca en Huamachuco reforzando además sus fuerzas que
llegaron a contabilizar 1736 hombres.70
El 10 de julio las fuerzas de Gorostiaga derrotaron a las de Cáceres en la batalla de
Huamachuco, con grandes bajas en el ejército de Cáceres, y decepción entre quienes se
oponían a la cesión de territorios. Todo ello consolidó al gobierno de Iglesias, al
convencerse sus detractores de la futilidad de continuar la guerra. Con este triunfo, la
última fuerza peruana de consideración era el ejército de Montero en Arequipa de 550071
hombres, por lo que el mando chileno envió en septiembre hacia esa ciudad una fuerza de
640036:292 hombres al mando del coronel José Velásquez Bórquez para derrotarlos, y,
simultáneamente, se envió una expedición de 1554 hombres al mando del coronel Urriola
para pasar por Jauja y Huancayo, ocupar Ayacucho e impedir que Montero la ocupase y
uniese sus fuerzas en la sierra central con las reducidas fuerzas de Cáceres. El 1 de octubre,
luego de varios enfrentamientos menores con montoneras que fueron dispersadas, Urriola
entró en Ayacucho donde Cáceres se había asentado tras Huamachuco. Cáceres se vio
obligado a retirarse hacia Andahuaylas. Por otra parte, el 29 de octubre, la ciudad de
Arequipa, donde Montero concentraba las últimas esperanzas de resistencia, capituló y fue
ocupada sin resistencia por las fuerzas del coronel Velásquez tras un alzamiento en aquella
ciudad que obligó a Montero y su comitiva a huir hacia Bolivia, alejándose este jefe
peruano en forma definitiva de los acontecimientos de la guerra y trasfiriendo su poder a
Cáceres.36:556 El mando chileno completó la ocupación militar de la línea Mollendo-
Arequipa con la ocupación de Puno, que era, desde el Perú, la puerta de entrada a Bolivia.
En cuanto a Urriola, enterado de la ocupación de Arequipa y ante la falta de suministros se
retiró de Ayacucho el 12 de noviembre, y tras algunos combates menores con las
montoneras durante su regreso, llegó a Lima el 12 del mes siguiente. Algunos poblados de
la sierra central quedaron custodiados por destacamentos chilenos hasta la consolidación de
la paz con Perú a mediados de 1884.36:565-566

El éxito de las operaciones militares chilenas finalizó la resistencia peruana, afianzó el


gobierno de Iglesias para obtener la paz definitiva con Perú y ejerció presión militar sobre
el gobierno boliviano para encaminarlo en la misma dirección.36:559

Fase final de la guerra


Tratado de Ancón y Guerra Civil Peruana

Artículo principal: Tratado de Ancón


Véase también: Guerra Civil Peruana de 1884-1885

El 18 de octubre de 1883, Chile reconoció oficialmente al gobierno de Iglesias sobre Perú y


el 20 de octubre se firmó el Tratado de Ancón, que posteriormente fue aprobado por la
Asamblea Constituyente del Perú. Este acuerdo estableció, entre otras cosas, la cesión
definitiva de la región de Tarapacá a Chile y la ocupación de las provincias de Arica y
Tacna por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo
soberanía de Chile, o si volvían al Perú. El 23 de octubre Lynch se retiró de Lima que fue
ocupada por las fuerzas de Miguel Iglesias,36:525 para asumir el gobierno del Perú. El 4 de
agosto de 1884 las últimas fuerzas expedicionarias chilenas abandonaron el puerto del
Callao y el resto de los territorios ocupados al norte de la línea del río Sama.
La base de la resistencia de Cáceres, que había sido hasta entonces la rebelión de
campesinos e indígenas contra los chilenos, había cambiado y las montoneras luchaban
ahora contra "los blancos", chilenos o peruanos. En junio de 1884 Cáceres aceptó el
Tratado de Ancón, como un «hecho consumado».36:604

Florencia Mallon considera que las verdaderas razones de Cáceres eran que:

Mucho antes que la guerra civil terminara, Cáceres se convenció que para construir una
alianza que lo llevara al palacio presidencial, el tenía que aunar fuerzas con los hacendados
como clase, incluidos aquellos que habían trabajado con los chilenos. La única manera de
hacerlo era dando a los hacendados lo que ellos pedían y reprimir a las guerrillas que
habían hecho posible la campaña de la Breña.72

Después de la guerra, las diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen a una guerra
civil entre los partidarios de ambos líderes, que finalizó luego de varias acciones militares
en 1885 con el triunfo del primero.

Pacto de tregua entre Bolivia y Chile

Artículo principal: Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884

Bolivia desde su retirada de la guerra había tomado una actitud expectativa, pero tras el
acuerdo Perú-Chile de 1883 (Tratado de Ancón) y la movilización de tropas chilenas a su
frontera, firmó el 4 de abril el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884, por el cual,
entre otros, aceptó la ocupación de Antofagasta por Chile y puso fin a las hostilidades, que
solo podrían ser reanudadas con un aviso de un año de anticipación. En el tratado de 1884
no se menciona la franja 24°S-23°S, omisión que en términos diplomáticos significa la
aceptación del estatus quo, es decir, la reivindicación chilena de la franja que Chile había
cedido en 1866 y en 1874. Para zona entre el 23°S y el río Loa, Bolivia solo aceptó la
ocupación militar de hecho, no hubo una cesión, la que ocurriría en el tratado de paz de
1904.

Análisis de la guerra
Estrategia, medios y tecnología militares
Daños provocados por un disparo del Huáscar en la corbeta Abtao durante el segundo
combate naval de Antofagasta. La guerra ocurrió durante una fase de rápidos adelantos
técnicos y los buques participantes tenían blindaje, ametralladoras, propulsión a vapor y
cañones de retrocarga pero también velamen y espolón. De hecho la Esmeralda fue hundida
por el espolón del Huáscar y Prat murió al intentar capturar el blindado peruano por
abordaje.

El control del mar fue esencial para la ocupación de una región desértica accesible casi solo
por la costa: el abastecimiento de agua, alimento, munición, forraje, refuerzos y armas era
más rápido y fácil por mar que a través del desierto o de las montañas. Pero mientras la
armada chilena intentaba bloquear los puertos peruanos, la marina peruana realizó una
estrategia más atrevida, actuando agresiva y dinámicamente contra los puertos y las líneas
de transporte chilenas, demorando 6 meses el comienzo de los desplazamientos militares
chilenos, a pesar de la superioridad numérica de las fuerzas navales de Chile. Tras la
eliminación de los buques capitales del Perú, fue imposible detener los desembarcos
chilenos y los defensores se encontraban a cientos de kilómetros de las ciudades
proveedoras mientras que las tropas chilenas tenían barcos proveedores solo a pocos
kilómetros de la costa.

Las tropas chilenas utilizaron una temprana forma de la guerra anfibia, que combinaba las
fuerzas navales, del ejército, unidades especializadas y lanchas de desembarco de fondo
plano especialmente construidas para ello.73

La estrategia militar chilena enfatizó el ataque preventivo, ofensivo y la combinación de


armas, movilizando y desplegando sus fuerzas antes que sus contendores y llevando la
guerra a los territorios bolivianos y peruanos.74:163 El ejército chileno desembarcó tropas en
lugares determinados para separar a las agrupaciones aliadas y aislarlas de sus ciudades
proveedoras.

Perú y Bolivia presentaron, en tierra, con pocas excepciones, una guerra defensiva,
basándose en lo posible en fortificaciones con artillería y minas.

Tras la ocupación de Lima, la guerra tomó otro cariz, el teatro de guerra fue la sierra
peruana con una considerable densidad de población que daba apoyo, cobijo y
abastecimiento a las guerrillas y montoneras. En cambio las tropas chilenas se encontraban
lejos de sus fuentes de abastecimiento, ya fuesen las ciudades peruanas costeras ocupadas o
sus naves. Más aun, la geografía le era desconocida, difícil de transitar, y expuestos a
emboscadas.

Ambos bandos utilizaron la tecnología militar moderna, tales como artillería y fusiles de
retrocarga, ametralladoras, torpedos, torpederas y buques blindados. Perú utilizó minas
terrestres y Chile lanchas de desembarco. Durante la guerra Perú desarrolló el submarino
Toro que no alcanzó a ser utilizado y fue autohundido. Además, se diseño en Perú un globo
aerostático como arma de observación y como instrumento para el disparo de proyectiles
desde el aire, pero la falta de tiempo y de dinero no hicieron posible concretar el proyecto.43
:129
Para la movilización de tropas a los frentes de batalla, además del uso de la vía naval en
buques de transporte y las marchas a pie, se utilizó el transporte ferroviario que era una
tecnología que ya estaba incorporada por lo menos en Chile y Perú desde mediados del
siglo XIX, permitiendo de este modo movilizar pertrechos y tropas de una forma más
rápida y con mayor comodidad, aunque la línea férrea no siempre llegaba a todos las zonas
donde se desarrollaban las acciones militares. En el caso de Perú, este también utilizó trenes
blindados.

William F. Sater sostiene que las ventajas de las nuevas tecnologías como el fusil de
retrocarga, con estrías, el casquillo metálico, los torpedos, los ferrocarriles y los telégrafos
no fueron utilizados consecuentemente por los beligerantes, en parte por falta de
infraestructura, conocimientos, personal adecuado o por faltas en la estrategia militar.

En la búsqueda de las razones del desenlace, el historiador estadounidense W. Sater postula


que Chile venció a los aliados gracias a su control sobre el estrecho de Magallanes que le
permitía abastecimiento expedito al contrario de los aliados que dependían de terceros
países para transitar sus materiales, a su infraestructura civil y sus instituciones políticas, y
lo más importante, gracias a las cualidades intelectuales y experiencia práctica de su cuerpo
de oficiales. La estabilidad política había permitido formar generaciones de oficiales con,
por lo menos, conocimientos básicos de su oficio.24:353

Sater resalta el valor y la tenacidad de unidades militares aliadas que resistieron hasta más
allá de su deber y la inteligencia de oficiales como Grau y Cáceres.24:354 También es
extraordinariamente severo en calificar a los estrategas chilenos: J. Arteaga como
«senescente»,24:353 E. Escala como «retrógrado obsesivo»,24:353 Baquedano como
«primitivo»,24:353 W. Rebolledo como «hipocondríaco»24:356 y a Simpson como
«alcohólico».24:356

Durante la guerra, el buque estadounidense USS Wachusett (1861) estaba estacionado en el


puerto del Callao bajo las órdenes del capitán Alfred Thayer Mahan para proteger los
intereses de sus conciudadanos. Posteriormente escribió The Influence of Sea Power upon
History una obra que realza la importancia del poder naval en la historia.7576

La guerra fue un hito dramático en la historia de América del Sur y es una de las principales
de finales del siglo XIX, por lo que ha atraído una considerable atención académica.77

Intervención extranjera

Artículo principal: Intervención extranjera en la Guerra del Pacífico


Véase también: Mito de la "ayuda inglesa"

Los intereses comerciales y financieros en la zona estaban de acuerdo en que la guerra no


les era favorable porque por un lado afectaban las vías del comercio y navegación, por otro
lado dificultaban el pago de las deudas de los países beligerantes. Por esa razón siempre
buscaron terminar la guerra.78
Tras la ocupación chilena de Tarapacá, los gobiernos de Perú y Bolivia trataron de
involucrar a los Estados Unidos de América a su favor para impedir la cesión de territorios
a Chile.65:41 El representante boliviano en los EE. UU. ofreció concesiones de guano y
salitre a inversionistas estadounidenses a cambio de una protección contra Chile.79:13165:42
Los grupos de intereses acreedores del Perú, "Credit Industriel" y "Peruvian Company",
ofrecieron al presidente peruano García Calderón pagar la deuda externa peruana y las
reparaciones de guerra a Chile a cambio de los derechos sobre la explotación y comercio
del guano y salitre peruanos. Con la aquiescencia de García Calderón comenzaron a hacer
lobby en los EE. UU. para impedir la cesión de territorios, siendo apoyados por el secretario
de estado estadounidense James G. Blaine.

Por su parte los diplomáticos estadounidenses temían una intervención de las potencias
europeas contraria a su Doctrina Monroe que disminuiría sus expectativas de expansión
económica en Latinoamérica. Sin embargo, también había intereses económicos personales
en el asunto: el representante de EE. UU. en Lima, Stephen A. Hurlbut, aceptó una
propuesta peruana de entregar Chimbote como base naval a los EE. UU. más concesiones
carboníferas, en que estas últimas quedarían a su nombre. En ese momento Hurlbut envió
una carta a Patricio Lynch advirtiéndole que los Estados Unidos de América no permitirían
la cesión de territorios peruanos.79:132 En septiembre de 1881 asumió el poder en los
EE. UU. Chester A. Arthur, que no estaba dispuesto a inmiscuirse de tal manera en los
asuntos sudamericanos.

El historiador estadounidense Kenneth D. Lehmann comenta la política de su país con las


siguientes palabras:«Washington se había inmiscuido en una controversia sin tener una
proposición realista: el anhelo moralizante de los EE. UU. tenía un aire de hipocresía a la
luz de su propia historia, y las amenazas veladas no eran plausibles.»65:45

En cuanto a una intervención de Gran Bretaña en la guerra, el historiador marxista británico


Victor Kiernan, tras un detallado análisis de los documentos del Ministerio de Relaciones
Exteriores de Gran Bretaña (Foreign Office) enfatiza que ese ministerio nunca contempló
intervenir ni intervino activamente en el conflicto, pero en cambio, estaba sumamente
preocupado de no favorecer a algún beligerante dado que tras la guerra de Secesión, los
EE. UU. obtuvieron mediante las Reclamaciones de Alabama una indemnización británica
por la construcción y venta secreta de barcos británicos a los confederados.80

Durante la guerra los beligerantes pudieron comprar armas en Europa y EE. UU. tantas
como pudieran pagar (aunque no en Gran Bretaña) y firmas como la internacional Baring
Brothers no tuvieron escrúpulos en negociar con ambos lados.81:129 82 Por ejemplo el Perú
entre 1879 a 1880 adquirió armas en los EE. UU., Europa, Costa Rica y Panamá, que eran
descargadas en el Caribe panameño, transportadas por tierra al Pacífico y de allí al Perú en
los barcos Talismán, Chalaco, Limeña, Estrella, Enriqueta, y Guadiana.83

Trato a combatientes

Véase también: Culís en la Guerra del Pacífico


Véase también: Derecho internacional humanitario durante la Guerra del Pacífico
El teniente de artillería Solo Zaldívar, con dos soldados, dan sepultura a un grupo de tres
soldados bolivianos muertos en la batalla de Tacna. El promontorio que se ve tras el grupo
está formado por la tierra que ya cubre a otro grupo más numeroso de muertos.

Los tres beligerantes adhirieron a la Convención internacional de la Cruz Roja que protegía
a heridos, prisioneros, refugiados, civiles y otros no combatientes.24:90

Al comienzo de la guerra 30 00084 chilenos fueron expulsados de Perú y Bolivia y sus


propiedades confiscadas; la mayoría de ellos terminaron en puertos, botes y pontones
peruanos a la espera de alguna oportunidad de ser transportados a Chile en barco. Se estima
que 700084 de ellos se enlistaron en los batallones chilenos que salían hacia el norte y su
resentimiento tendría un impacto sobre la guerra.26:160 En Chile, los ciudadanos peruanos y
bolivianos no fueron expulsados.26:162

Los tres ejércitos beligerantes son acusados de cometer saqueos, peruanos y chilenos se
acusan mutuamente de haber rematado tras los combates a soldados enemigos heridos.26:167
El historiador peruano Hugo Pereyra Plasencia opina que:

Hay que tener muy claro que el conflicto no fue un enfrentamiento entre demonios y
ángeles, sino (lo que es muy diferente) entre invasores e invadidos. Los excesos ocurrieron
en ambos bandos. Las atrocidades cometidas por las fuerzas chilenas, además de haber sido
objetivamente más numerosas, tenían su origen y fisonomía en una guerra de agresión y de
invasión, lo que sin duda las hacía pasibles de una condena más contundente. No obstante,
las mujeres muertas durante el exterminio de la guarnición chilena de Concepción, en julio
de 1882, hacen recordar que no hay guerra que no sea cruel ni inhumana, por más
explicaciones que se den a los hechos.85

Dado que la ley internacional no permitía ataques de civiles contra fuerzas de ocupación, el
líder de la resistencia peruana en la Sierra, Andrés Avelino Cáceres, justificaba los
crímenes peruanos contra los prisioneros y enfermos chilenos con el
argumento:«Declarados fuera de la ley, anatema que los excluye hasta del seno de la
humanidad, no se creían obligados a reconocer en sus opresores derechos que se les
negaba.»86

Después de la batalla de Chorrillos murió el oficial de estado mayor Baldomero Dublé


Almeyda cuando intentaba junto a otros oficiales contener los desmanes de algunos
insubordinados chilenos, y las tropelías de Letelier en 1881 fueron condenadas por la
justicia militar.

Más allá de la carnicería en la guerra irregular de la Breña, en que el ejército chileno no


consideraba como soldados regulares a los montoneros y guerrilleros26:167 quienes eran
sometidos a escarmiento y represalias crueles,26:239 y en que las tropas chilenas a veces
cometían abusos contra sus pobladores que desataban venganza tras venganza, en el Perú se
desarrollaba un conflicto étnico y social entre su población indígena,87 los trabajadores
chinos esclavizados en Perú8889 y los blancos y criollos de la clase dominante. El 2 de julio
de 1884 el guerrillero Tomás Laymes y tres de sus hombres fueron ejecutados en Huancayo
por las fuerzas de Cáceres debido a las atrocidades cometidas por las guerrillas contra las
poblaciones peruanas de villorrios y ciudades.87 En Ayacucho, la población indígena se
rebeló contra "los blancos" y en Chincha la población negra se organizó en bandas contra
los dueños de las haciendas de "Larán", "San José" y "Hoja Redonda". Solo el ejército
peruano logró reprimir la revuelta.90 Pero también había tensiones étnicas entre negros y
chinos. En Cañete, 2000 chinos fueron masacrados por negros en las haciendas
"Montalbán" y "Juan de Arona".9124:324

Saqueos y requisiciones

Véase también: Expoliación de bienes culturales peruanos durante la Guerra del Pacífico

Caricatura publicada en la revista chilena El Padre Cobos en 1882. El ministro Balmaceda


lava sus manos en inocencia y ordena al intendente de Santiago, Mackenna, deshacerse del
pesado león peruano. La élite de Santiago observa con placer la llegada de la estatua. El
padre Cobos y un niño negro juegan alrededor de la escena.

Los saqueos y las contribuciones de guerra durante el conflicto han sido olvidados en Chile
pero son fuente de resentimiento en Perú. El historiador chileno Milton Godoy Orellana92
distingue cuatro casos: 1) saqueos en Chorrillos y Miraflores 2) saqueos en Lima cometidos
por peruanos antes de la entrada de las tropas chilenas a la ciudad 3) confiscación de
locomotoras, rieles, imprentas, armas, etc, realizada por el ejército ocupante. Estas
expropiaciones estaban permitidas por las leyes de guerra del siglo XIX. El gobierno chileno
las dirigía a través de la "Oficina Recaudadora de las Contribuciones de Guerra" cuyas
tareas eran hacer inventario, confiscar, registrar y confirmar el envío a Chile tanto como el
destinatario y el remitente. El propósito de la confiscación era obtener la paz. No existe una
lista general de los bienes confiscados, pero muchos de los envíos quedaron registrados en
cartas oficiales y privadas, artículos en periódicos, listas de cargas navieras, etc. 4) la
requisición de bienes culturales peruanos. El desarrollo de las normas internacionales
relacionadas con la protección de los objetos de gran valor cultural se desarrolló en los
siglos XVIII y XIX, pero la idea de proteger los bienes culturales surgió en Europa en el siglo
XVIII.93

El Código Lieber de 1863, que protegía incondicionalmente los objetos de arte en un


conflicto armado (Art. 35), expresamente consentía la utilización de propiedad cultural
como reparación de guerra (Art. 36).94 El historiador chileno Sergio Villalobos señala que
los Estados Unidos de América aceptaron en 1871 la confiscación de obras de arte, pero
que el proyecto de una declaración internacional concerniente a las leyes y costumbres de
guerra de 1874 consideraba que los objetos de arte debían ser protegidos.26:230 En marzo de
1881 el Gobierno de Ocupación requisó 45 000 libros de la Biblioteca Nacional del Perú,26
:230
pero de hecho muchos de ellos fueron vendidos por peruanos en Lima por lo que es
discutido cuantos de los libros quedaron en manos chilenas.

Cuando en marzo de 1881 comenzaron a aparecer los libros, la opinión pública en Chile
comenzó a discutir sobre la legitimidad de la confiscación de libros, óleos, estatuas, etc, o
«robo internacional» como lo describió un periodista del periódico La Época. El 4 de
febrero de 1883 en una sesión de la Cámara de Diputados de Chile, el diputado Augusto
Matte Pérez interpeló al ministro del interior José Manuel Balmaceda sobre los «oprobiosos
y humillantes» cargamentos de bienes culturales peruanos. El diputado Montt exigió la
devolución de los bienes y fue apoyado por sus colegas McClure y Puelma. El ministro
prometió impedir futuras exacciones y repatriar los objetos mencionados en la discusión.
Asimismo, en 1884, Ricardo Palma,95 una vez nombrado director de la Biblioteca Nacional
del Perú, solicitó y obtuvo del presidente Domingo Santa María la devolución de 10 000
libros sustraídos.nota 9 Sergio Villalobos considera que no había justificación para el robo.26
:233

Consecuencias de la guerra
Artículo principal: Consecuencias de la Guerra del Pacífico

Restos humanos de soldados bolivianos, peruanos y chilenos exhumados de tumbas


temporales para ser sepultados definitivamente en el Mausoleo de Tacna en 1910.98

La guerra del Pacífico tuvo una serie de consecuencias económicas, políticas, territoriales y
sociales entre los beligerantes. Hubo cesiones de territorio definitivo y temporalmente, la
pérdida o el acceso de nuevos recursos naturales, cierto grado de resentimiento en los
países vencidos, y además provocó una serie de disputas y reclamaciones futuras entre los
involucrados que serían resueltos con nuevos acuerdos internacionales.

Chile, tras su victoria, tomó posesión no solo de una importante extensión territorial, sino
también de enormes depósitos salitreros, guaneros y cupríferos que beneficiaron
ampliamente la construcción de nuevas obras públicas, como puertos y ferrocarriles y obras
sociales que modernizaron el país, así como también sirvieron para potenciar las fuerzas
armadas, convirtiéndose en una de las más fuertes del continente. Por otra parte, Chile
también con la victoria en la guerra aumentó su influencia política en la región y que se vio
posteriormente reflejada en algunos sucesos como la crisis de Panamá en 1885 con una
demostración de poder.99 Durante los siguientes años, Chile tendría que hacer frente a una
serie de disputas con Bolivia y Perú, pero también con Argentina.

El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre
sintético por los alemanes, durante la Primera Guerra Mundial, y la Gran Depresión en
1930 que pondría fin al auge salitrero.

Para Perú la guerra, además de la pérdida de territorio y sus valiosos recursos naturales,
significó la destrucción de parte de su infraestructura y la ruína de su economía en muchos
aspectos. El período posterior es conocido como la Reconstrucción Nacional durante el cual
se realizaron trabajos de recuperación, pero también cambios políticos y sociales. También
el país debió pasar por grandes divisiones sociales producto de la guerra, por un lado
estaban los campesinos indígenas de la Sierra, y por el otro, los terratenientes. Las
autoridades peruanas de turno debieron someter a esos campesinos para evitar una rebelión
generalizada. Posteriormente, Perú debió saldar con Chile los asuntos pendientes del
Tratado de Ancón, entre ellos, la suerte de Tacna y Arica con el plebiscito previsto, que por
variadas razones no pudo llevarse a la práctica provocando tensiones entre ambos países.
Finalmente, solo en 1929 se logró la firma del Tratado de Lima que resolvió los asuntos
pendientes.100:473

Con respecto a Bolivia, con la anexión chilena de su litoral, perdió su única salida soberana
al océano Pacífico, quedando relegada a una condición de Estado sin litoral, y perdiendo
igualmente los recursos naturales del lugar. Las negociaciones para la firma de un tratado
de paz se prolongaron hasta 1904. Paralelamente a la cuestión del litoral, estaba el asunto
de la Puna de Atacama de 75 000 km². Al finalizar la guerra, Chile consideraba suya esa
zona según el Pacto de Tregua. El Litigio de la Puna de Atacama fue una disputa de límites
entre Chile, Bolivia y Argentina, la cual se resolvió en 1899 mediante un arbitraje
estadounidense que resolvió que una parte menor de la Puna de Atacama quedaba para
Chile y el resto para Argentina.101

Una vez terminada la guerra, surgieron reclamos por los daños causados por la guerra a las
propiedades nacionales de países neutrales. En 1884 se constituyeron los Tribunales
Arbitrales cada uno con tres jueces, uno nombrado por Chile, otro nombrado por el país del
demandante y el último juez nombrado por Brasil, para de esa manera, juzgar sobre
reclamaciones de ciudadanos de Gran Bretaña (118), Italia (440), Francia (89) y Alemania.
El tribunal italiano acogió demandas de ciudadanos belgas y el tribunal alemán de
ciudadanos austriacos y suizos. Ciudadanos españoles se entendieron directamente con el
Estado de Chile y los estadounidenses no se acogieron a la medida en aquel entonces. De
acuerdo a las normas internacionales para aquel entonces vigentes, fueron desatendidos los
casos en que: los extranjeros tenían residencia habitual en los países beligerantes, el lugar
en cuestión había sido zona de combate (el caso de Chorrillos, Arica, Miraflores, Pisagua y
Tacna) y los daños habían sido causados por soldados fuera de la jerarquía (desertores,
perdidos). Solo un 3,6 % de la cantidad demandada fue concedida por los tribunales.26:259-
262
Postguerra
Tratado de paz entre Chile y Bolivia

Artículo principal: Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia

La paz definitiva entre Chile y Bolivia fue sellada con el "Tratado de 1904 entre Chile y
Bolivia", por el cual Bolivia definitivamente reconoce la permanente soberanía chilena
sobre el Departamento del Litoral, con lo que renunció a una salida soberana al Pacífico.
Chile, a su vez, garantizó libre tránsito de bienes bolivianos, exentos de impuestos, entre los
puertos chilenos y Bolivia, además de la construcción del Ferrocarril Arica-La Paz.

Sin embargo, el anhelo boliviano por una salida al mar ha sido origen constante de
tensiones diplomáticas entre Chile y Bolivia, durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI.

Tratado de Lima

Artículo principal: Tratado de Lima

La guerra entre Perú y Chile concluyó con la firma del Tratado de Ancón, mediante el cual
la región de Tarapacá fue cedida a Chile y las provincias de Arica y Tacna quedaron bajo
administración chilena por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si
quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú.

Sin embargo, este nunca pudo llevarse a cabo y no fue hasta 1929 que se firmó el Tratado
de Lima, que contó con la mediación de Estados Unidos, que decidió que gran parte de la
provincia de Tacna fuese devuelta al Perú mientras que Arica y el resto quedara
definitivamente en manos de Chile

También podría gustarte