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| Elección de híbridos

Al momento de la selección de híbridos, es importante tener en cuenta dos criterios


importantes: el destino o uso que se hará del producto, y la zona agroecológica en que se
sembrará.

El sorgo es un cultivo de gran ductilidad, que permite ser utilizado en diversos destinos:
comercialización de grano, consumo animal en silo de grano húmedo, silo de planta
entera, pastoreo directo o diferido, y producción de etanol.

En el mercado de semillas hay un gran portfolio de híbridos comerciales capaces de


satisfacer esta multiplicidad de destinos del producto.

En el caso de la comercialización de grano se utilizan los sorgos graníferos, los cuales


son aptos también para el silo de grano húmedo. Los sorgos doble propósito son aptos
para la producción tanto de granos como para silo de planta entera. Los sorgos sileros
son los más aptos para el silaje, dada su calidad. En el caso del pastoreo directo o
diferido, se utilizan principalmente sorgos como los Sudan Grass y los Fotosensitivos.
Finalmente para la producción de etanol, se utilizan sorgos especialmente desarrollados
con ese fin, con gran contenido de azúcar en tallo.

Además del destino, el otro criterio a considerar al momento de la elección de un híbrido


es el ciclo del mismo, y su capacidad de adaptación al área agroecológica.

Los híbridos poseen diferencias en la extensión de su ciclo, que se caracteriza a partir del
número de días a floración. Los ciclos cortos son aquellos que demandan 55 a 60 días a
floración; los intermedios, de 60 a 70; y los largos, más de 70. Estas diferencias suelen
manifestarse a través de variaciones en términos de humedadde grano par ala misma
fecha de cosecha.

A su vez, la latitud provoca diferencias en el período libre de heladas, por lo que la


longitud de lapso aprovechable por el cultivo también se ve alterada. A razón de esto, en
la zona sur el período es más limitado y es necesario utilizar ciclos más cortos. En la zona
central, se usan tanto ciclos cortos como intermedios y largos. Y en la zona Norte, se
utilizan los ciclos largos.

En el sur también es factible utilizar ciclos intermedios cuando el objetivo es hacer silo de
grano húmedo, que no implica la necesidad de esperar el secado del grano para la
cosecha.

En la región central y norte, se pueden usar ciclos cortos cuando se desea liberar los
lotes temprano para realizar algún cultivo de invierno o en siembras de segunda.
Existen actualmente novedosos híbridos de ciclo ultraprecoces que ofrecen un mayor
margen de maniobras para insertar el cultivo en las rotaciones de todas las zonas
agroecológicas.

En condiciones favorables, los híbridos largos presentan una importante ventaja en


relación al resto en términos de rendimiento y producción de biomasa, las cuales pueden
acentuarse en el caso de baja disponibilidad de nitrógeno.

En zonas con ambientes más secos o deficiencia edafoclimática, los híbridos


recomendados son los de ciclo intermedio o corto, que presentan menores
requerimientos de agua.

| Fecha de siembra

Existe una característica biológica que condiciona absolutamente toda la tecnología de


siembra e implantación del cultivo: el tamaño de la semilla Esta semilla más chica implica
una semilla con menores reservas y nos condiciona a tener menores márgenes de error
que con otros cultivos en esta etapa de siembra e implantación.

Por lo tanto deberemos redoblar los esfuerzos para lograr la correcta implantación del
sorgo, y dicho de otra manera: si hay una etapa del cultivo de sorgo donde debemos
prestar toda la atención es ésta.

Así, sin dudas la implantación del sorgo constituye la etapa más crítica de desarrollo del
cultivo, y si logramos una correcta implantación de nuestro cultivo de sorgo, tenemos
gran parte de nuestro cultivo exitoso asegurado.

Por lo tanto, se necesitan buenas temperaturas, adecuada humedad, un estrecho contacto


semilla-suelo y un estricto control de profundidad de siembra.

En cuanto a las fechas de siembra, lo más adecuado es tomar como referencia la


temperatura del suelo para asegurar una rápida y correcta implantación, regla que rige
para todas las zonas agroecológicas.

En general, las fechas de siembra varían entre la primera quincena de Octubre y la


primera quincena de Noviembre, como los momentos más óptimos.

| Densidad y distanciamiento entre hileras

El objetivo para este factor de manejo es combinar el arreglo espacial de las plantas que
nos permita la máxima captación de energía y el mejor aprovechamiento de la oferta de
otros componentes del ambiente, como el agua y los nutrientes, y así alcanzar los más
altos rindes por hectárea esperados en la zona.

Dependiendo de las zonas agroecológicas, y de los tipos y ciclo de los híbridos


seleccionados para la siembra (ciclos cortos o largos, tipo granífero o doble propósito o
forrajero), el consejo es hacer un planteo agresivo logrando a campo las altas
poblaciones para el logro de los máximos rendimientos.

Es importante realizar un ajuste de densidad adecuada para cada ambiente y


emprendimiento productivo, para asegurar el correcto uso de los recursos y evitar
problemas de manejo.

Si la densidad es demasiado baja, el cultivo presentará alto macollaje, lo que puede


generar problemas prácticos, como la aparición de plagas y enfermedades, e
inconvenientes al momento de la cosecha.

Por otra parte, si la densidad es demasiado elevado, el consumo de agua en etapas


tempranas aumentará, lo que puede generar estrés hídrico durante la floración y llenado
de granos en un año seco. Por eso es aconsejable utilizar densidades moderadas.

Actualmente, se considera que la densidad nunca tendría que ser menor a 200.000
plantas por hectárea, excepto en zonas con menor oferta ambiental en donde el mínimo
puede bajar a 180.000 pl/ha, e incluso a 160.000 pl/ha (oferta mínima de condiciones
ambientales).

En cuanto a distancia entre hileras, en general se puede afirmar que no existen mermas
en rendimiento como consecuencia del distanciamiento entre surcos. O sea, el
rendimiento nunca es inferior cuanto más angostos los surcos. La tendencia actual es
sembrar como máximo a 0.52 m entre surcos.

Es así que altas densidades en surcos angostos van a permitir una colonización casi total
del suelo, que permitirá una mejora sustancial en la aireación del mismo al dejar
macroporos producto de la descomposición de las raíces; permitiendo además alcultivo
expresar su máximo potencial de rendimiento.

Además, el aumento de la población de sorgo será favorable para el control de malezas,


dado que una vez que el sorgo cierra su surco, es casi imposible que prosperen malezas
en el entresurco.

Por otra parte, la menor distancia entre surcos permitirá una distribución homogénea del
cultivo sobre la superficie, así como del volumen de rastrojos.

Estos beneficios los capitalizara el cultivo posterior sorgo, dada la cantidad elevada de
nutrientes que deja en el suelo, lo cual se expresará en el rendimiento superior de dicho
cultivo.

| Manejo de suelos

En general los suelos de la región pampeana con aptitud agrícola se adaptan al cultivo del
sorgo, dándose los mayores rendimientos en suelos profundos, sin exceso de sales, con
buen drenaje, sin capas endurecidas, de buena fertilidad y con pH entre 6,2 y 7,8.
Sin embargo, el sorgo se desarrolla tambien en terrenos alcalinos, sobre todo las
variedades azucaradas que exigen la presencia en el suelo de carbonato cálcico, lo que
aumenta el contenido de sacarosa en tallos y hojas.

Es moderadamente tolerante a suelos con alguna salinidad y/o alcalinidad, siendo su


comportamiento, ante esas condiciones mejor que la de otros cultivos como maní, soja y
maíz.

Los principales beneficios de la inclusión del sorgo en las rotaciones de cultivos son
resultantes de la alta cantidad de rastrojo que se obtiene y su lenta descomposición
(relación carbono / nitrógeno). Esto permite, por un lado, contribuir al contenido de
materia orgánica del suelo y, por otro, disminuir las pérdidas de agua del suelo por
evaporación, mejorando la infiltración de agua.

| Condiciones Ambientales

Adaptación del sorgo

El sorgo se adapta en regiones cálidas subhúmedas y semiáridas, donde la precipitación


es limitada. Incluso progresa bien en zonas donde la lluvia no excede los 380 mm.

Las plantas de sorgo pueden atenuar su crecimiento durante un período de sequía y


reanudarlo de nuevo cuando vuelva a disponer de humedad.

Es importante considerar que el sorgo es uno de los cultivos que prospera en altitudes
que van desde los 0-1800m.s.n.m. La temperatura media óptima para su desarrollo es de
16° C. Temperaturas debajo de estos valores no son convenientes, ya que se alarga el
ciclo y baja el rendimiento. La temperatura máxima en que se pueden desarrollar es de
37.5° C.

Además, el sorgo tiene las características de que su sistema radicular es grande, un ritmo
de transpiración eficaz y además tiene algunas características foliares que retardan la
pérdida de agua en las plantas.

Agua

El sorgo tolera mejor la sequía y el exceso de humedad en el suelo que la mayoría de los
cereales, y crece bien bajo una amplia gama de condiciones en el suelo. Además,
responde favorablemente a la irrigación, lográndose excelentes resultados si se encuentra
bajo riego.

Requiere un mínimo de 250 mm durante su ciclo para llegar a producir grano y pueden
obtenerse buenos rendimientos con 350 mm. Pero, para lograr altas producciones, el
requerimiento de agua varía entre 450 a 600 mm, dependiendo del ciclo del híbrido y de
las condiciones ambientales.
Es fundamental que el suelo tenga una adecuada humedad en el momento de la siembra
para lograr una emergencia rápida y homogénea, y con ello una buena implantación del
cultivo. Sin embargo, las mayores exigencias en agua comienzan unos 30 días después
de la emergencia y continúan hasta el llenado de los grano, siendo las etapas más críticas
las de panojamiento y floración, puesto que deficiencias hídricas en estos momentos
producen mermas en los rendimientos.

El sorgo, además, tiene la capacidad de permanecer latente durante un periodo de sequía


y reemprender su crecimiento en periodos favorables, aunque estas situaciones de estrés
modifican su comportamiento.

Temperatura

El sorgo requiere temperaturas altas para su desarrollo normal, siendo por lo tanto más
sensible a las bajas temperaturas que otros cultivos.

Para la germinación necesita una temperatura de suelo no inferior a los 18 ˚C.

El crecimiento de la planta no es verdaderamente activo hasta que se sobrepasan los 15


˚C, situándose el óptimo hacia los 32 ˚C.

Durante la floración requiere una mínima de 16 ˚C, pues por debajo de este nivel se puede
producir esterilidad de las espiguillas y reducir el rendimiento del grano. Por el contrario,
resiste bien el calor, si el suelo es suficientemente fresco no se comprueba corrimiento
de flores con los fuertes calores.

| Tecnologías de Siembra

La siembra de sorgo debe comenzar aproximadamente de 15 a 30 días posterior a lo que


es usual en el maíz de la región correspondiente.

Para programar la siembra, es importante tener en cuenta el ciclo del híbrido a


sembrarse, para tener en cuenta el período comprendido entre la prefloración y la
floración, durante el cual es importante que el cultivo no sufra déficit hídrico o
temperaturas extremas.

Cualquiera sea el sistema de siembra adoptado, se debe considerar el pequeño tamaño de


la semilla de sorgo y que posee menos reservas que otros cereales, como la soja o el
maíz, por lo que debe colocarse en suelo con la correspondiente cantidad de humedad y
en contacto directo con el mismo, para que tenga una rápida germinación y emergencia.

La profundidad de siembra puede variar entre 2 y 10 cms (en casos extremos), pera para
la mayoría de los suelos la profundidad de entre 3 y 6 cms es la ideal para obtener
mejores resultados. La clave para lograr una emergencia exitosa en condiciones de
secano, es sembrar la semilla en suelo húmedo, evitando que la siembra sea demasiado
profunda.
En la siembra de sorgo se utilizan todos los sistemas de labranza, desde el convencional
hasta la siembra directa.

En la siembra convencional, con una cama de siembra preparada con labores previas, se
utiliza preferentemente sembradoras con tolvas de 0,70m entre surcos, con regulación de
profundidad y ruedas tapa surcos. No se deben descartar sembradoras de grano fino,
regulando la distancia entre surcos.

La buena preparación de una cama de siembra producirá un stand de plantas superior y


mejor productividad. Una preparación anticipada, seguida por un período de barbecho,
ayudará a controlar mejor las malezas y a producir una cama de siembra más uniforme.

En el caso de la siembra directa, no se realizan labores previas y el control de malezas se


realiza con tratamientos químicos. Se requieren sembradoras de siembra directa, con
doble disco abre surcos.

Pueden darse las siguientes situaciones:

Siembra sobre soja o maní. Se siembra con las condiciones de temperatura y humedad
requeridas, realizando control de malezas con barbecho químico.

Siembra sobre trigo. Se usan híbridos de ciclo corto. En este sistema de doble cultivo,
se observa mayor deficiencia de nitrógeno, lo que supone mayor necesidad de
fertilización.

| Fertilización

La dinámica de la demanda de nutrientes en el sorgo tiene una marcada característica:


entre 20-30 días luego de la siembra y hasta 10 días antes de la floración el cultivo toma
aproximadamente el 70 % de todos los requerimientos.

Esta particularidad también nos marca como debemos manejarnos para alcanzar altos
niveles de rinde: debemos proveer los nutrientes desde etapas muy tempranas de
desarrollo lo cual puede facilitarnos el manejo practico al incorporar los todos los
fertilizantes en el momento de la siembra. En todo caso es ineludible el análisis de suelos
para maximizar la eficiencia del uso de fertilizantes.

Para favorecer una rápida implantación de cultivo, es fundamental la utilización de


fertilizantes a la siembra que contengan fósforo y nitrógeno según recomendaciones
basadas en análisis de suelos.

Nitrógeno

El Nitrógeno es el nutriente cuya deficiencia es más frecuente en las regiones sorgueras.


Su restitución al suelo se puede regular mediante rotaciones con leguminosas y/o con el
agregado de fertilizantes.

La principal característica del Nitrógeno disponible aportado por el suelo o fertilizante, es


su alta solubilidad en el agua del suelo. Las mayores respuestas a la fertilización
nitrogenada se dan en suelos con coberturas de rastrojo de gramíneas, húmedos y
pobres en materia orgánica y estructura.

En suelos manejados en sistemas de siembra directa el proceso de nitrificación es menor,


por lo que se han observado también muy buenas respuestas a la fertilización
nitrogenada.

Los requerimientos del sorgo son muy bajos en los primeros 20 días posteriores a la
emergencia, pero a partir de los 25 / 35 días, las necesidades de nitrógeno aumentan
mucho.

Deficiencias a partir de ese período afectan no sólo al rendimiento sino también a la


calidad del grano, por disminución del contenido de proteínas.

Si los requerimientos totales de nitrógeno no fueran muy elevados (hasta 50 - 60 kg/Ha),


se puede realizar una sola fertilización al sembrar, a unos 5 cm de profundidad y a un
costado de la semilla, o hasta que el cultivo tenga de 5 a 6 hojas (30/40 cm de altura),
unos 25 días después de la emergencia.

La forma de aplicación variará según el tipo: si el fertilizante es sólido (Urea, Nitrato de


Amonio, Fostafo Diamónico), será incorporado en banda lateral a la hilera. El fertilizante
gaseoso (Amoníaco Anhidro) se inyecta y el líquido (UAN) puede aplicarse en superficie o
inyectarse.

Si las necesidades de fertilización son grandes, conviene realizar un fraccionamiento,


aplicando a la siembra un 30/50 % del total, y el resto al estado de 5 a 6 hojas.

La principal ventaja de la aplicación al estado de 5 a 6 hojas es que se reduce el riesgo de


pérdidas del nutriente, especialmente por lixiviación. Por otro lado, en ese momento se
tiene una mejor visión de la potencialidad del cultivo (stand de plantas, etc).

Es importante tener en cuenta que la respuesta a la aplicación de nitrógeno se ve


afectada por las precipitaciones durante el ciclo del cultivo. Cuando el agua no es
limitante, se logran altas correlaciones entre el nitrógeno del suelo y el rendimiento. En
cambio, en períodos de sequía, existe una dispersión de los resultados logrados.

Fósforo

La mayoría de los suelos de la región donde el cultivo de sorgo tiene mayor difusión,
están medianamente o bien provistos de fósforo. Sin embargo, su progresivo deterioro
físico - químico ha provocado una marcada disminución del fósforo disponible,
ocasionando deficiencias y necesidades de fertilización.
El fósforo es fundamental para un crecimiento vigoroso inicial de las raíces y la parte
aérea de la planta. Por otra parte, es necesario para el almacenamiento y transferencia de
energía en la planta, así como para adelantar la madurez y reducir la humedad del grano a
cosecha.

El sorgo es menos demandante que el maíz en cuanto a los niveles de fósforo necesario
para una buena implantación. Los niveles críticos se encuentran entre 15 y 18 partes por
millón de fósforo (según el método de análisis de BraY). El cultivo absorbe
aproximadamente 4 kilos por cada tonelada de grano producido, de ahí la importancia de
la fertilización fosforada.

Para una adecuada eficiencia, el fertilizante debe aplicarse a la siembra,


cerca de la semilla, preferentemente por debajo y al costado. La aplicación
conjunta de fósforo y nitrógeno, sobre todo amoniacal, mejora la absorción
del primero. Es por ello que los fosfatos amónicos constituyen un excelente
fertilizante, especialmente en sistemas de labranza mínima o siembra directa.

Azufre

El azufre es considerado una limitante para la producción de sorgo en diversas regiones


del país, debido a la disminución de los niveles de materia orgánica de los suelos.

Las recomendaciones de fertilización azufrada para el sorgo son para suelos contenidos
de materia orgánica inferiores a 2,5% (suelos arenosos, lotes con una larga historia
agrícola, sin rotación con gramíneas, etc). También es significativa la aplicación de azufre
cuando el cultivo ha sido fertilizado con nitrógeno y fósforo, que provocan deficiencia de
este nutriente.

| Enfermedades del sorgo

Los sorgos sufren el ataque de enfermedades que perjudican su producción de grano y


forraje, lo que además deteriora su valor nutritivo. Estas enfermedades varían en
importancia, en cada área y de año en año, debido a diferentes condiciones ambientales,
híbridos, prácticas culturales, variación en los organismos causales o a la interacción de
cualquiera de estos factores.

Los hongos de campo invaden los granos antes de cosecha y crecen por lo general sobre
cariopsis con contenido de humedad del 20%. Entre ellos tenemos los que producen
"molding" conocido como enmohecimiento del grano, el hongo invade los tejidos en el
momento de floración, disminuyendo su llenado, y los que originan "weathering" que se
refiere al deterioro que ocurre en los granos entre madurez y cosecha, causando daños
importantes cuando se atrasa la cosecha en períodos de alta humedad relativa.

El control químico de enfermedades es una herramienta promisoria para el cultivo de


sorgo, debiendo profundizarse aún el análisis.
Las más importantes enfermedades son:

- ERGOT O CORNEZUELO (Claviceps africana; Spacelia sorghi). El patógeno ataca


en el momento de la floración (antesis) e infecta a los ovarios. El síntoma externo
más fácil de reconocer es la miel que escurre de las flores afectadas que se
presenta aproximadamente 7 días después que la flor ha sido infectada,
contaminando toda la inflorescencia, tallos y hojas, y cae al suelo. Al secarse,
adquieren un característico color blanco lechoso. La etapa crítica, por
temperatura, comprende de 2 a 3 semanas antes de la floración y hasta una
semana después. Es determinante la elección de una fecha temprana de siembra
para escapar al período crítico por temperatura. La infección solo puede ocurrir si
se presentan tres condiciones a la vez: la floración del sorgo, temperaturas
templadas entre 19 y 21º C y una humedad relativa mayor a 70%.
- CARBÓN DE LA PANOJA (Sphacelotheca reiliana). Produce destrucción de la
panoja. Los sorgos aparecen cubiertos por una membrana gris, que se rompe
para exponer gran cantidad de polvillo de color negro (esporas) y filamentos
largos y delgados de color oscuro, que son los haces vasculares pertenecientes a
la panoja enferma.
- MILDIU LANOSO DEL SORGO (Sclerospora sorghi). Se presenta en forma de
infección sistémica, caracterizada por bandas cloróticas, de color amarillento,
tornándose a rojizas y oscuras hasta llegar a ser necróticas y provocar la ruptura
de éstas, dando a las hojas más viejas un aspecto de "jirones". El Mildiú lanoso,
moho lanoso o moho velloso es una enfermedad considerada dentro de las más
destructivas del cultivo del sorgo.
- MILDIU CABEZA LOCA (Sclerophthora macrospora). Se observa como un
moteado en hojas de plantas jóvenes. Las hojas son gruesas y retorcidas, y se
produce la proliferación de estructuras florales.
- ROYA DE SORGO (Puccinia sorghi). Esta enfermedad suele aparecer en cualquier
etapa de desarrollo pero es más frecuente en las proximidades de la floración, o
cuando inicia la maduración del grano hasta las últimas etapas del cultivo de
sorgo. Los síntomas aparecen inicialmente en formas de ampollas largas,
angostas y elípticas o pústulas dispuestas paralelamente a lo largo del eje del
tallo, hoja y vaina foliar, de color rojizo. La roya debilita y mata a las plántulas
jóvenes, pero con mayor frecuencia hace que disminuya el follaje, el crecimiento
de la raíz y la productividad de las plantas.
- MANCHA GRIS DE LA HOJA (Cercospora sorghi). La enfermedad se presenta a
partir de la etapa de emergencia de la flor entre los 60-70 días después de la
siembra. La lesión típica es rectangular (3x10mm) localizada entre los haces
vasculares; su color es rojizo o púrpura y cuando está esporulando, su centro
toma una tonalidad blanca grisáceo dada por la masa de conidios y conidióforos
del hongo. Las lesiones pueden juntarse hacia lo ancho o largo necrosando parte
considerable del área foliar. Cuando las variedades son muy susceptibles el hongo
daña completamente el follaje, causando muerte de las hojas viejas, que es donde
inicia.
- ANTRACNOSIS (Colletotrichum graminicola). El hongo causa dos enfermedades
en el sorgo: manchas en el follaje conocidas como antracnosis y afección al tallo
y/o inflorescencia conocida como pudrición roja. Las manchas necróticas en las
hojas son irregulares, con puntos negros en su interior.
- TIZON DE LA HOJA (Exserohilum Turcicum). Se trata de la podredumbre de la
semilla, que se presenta en forma de manchas necróticas elípticas en hojas, de
color café. Muchas lesiones pueden conjugarse para destruir grandes áreas de
tejido foliar, dándole a la planta la apariencia de haber sido quemada.
- TIZON DE LA PANOJA (Fusarium moniliforme). En situaciones de humedad y
altas temperaturas, el hongo invade los tejidos de la inflorescencia y puede
destruir algunas flores o la totalidad de la panoja. En condiciones de gran
severidad, el pedúnculo puede quebrarse.
- VIRUS DEL MOSAICO DEL ENANISMO DEL MAÍZ Y SORGO (MDMV). La
infección puede ocurrir en cualquier momento del desarrollo de la planta. Esta
enfermedad es transmitida en forma no persistente por diferentes especies de
pulgones, de los cuales el más importante es el pulgón verde. Los síntomas se
inician entre los tres y cinco días después de que ocurre la infección, y se
caracterizan por la presencia de un mosaico verde claro a amarillo sobre el verde
continuo de la hoja, principalmente en la base de las hojas jóvenes, a medida que
la planta madura el follaje se observa con manchas y anillos necróticos de color
púrpura. Puede ocurrir un enanismo severo, frecuentemente las plantas
infectadas mueren mientras que aquellas que sobreviven son raquíticas y pueden
no producir una panoja normal.

| Plagas del sorgo y su control

Para lograr que el sorgo exprese todo su potencial es importante tener en cuenta todos
los factores que atentan contra su rendimiento, como es el caso de las plagas insectiles.

Los insectos pueden afectar tanto la implantación del cultivo (provocando una
disminución en el número de plantas o una mala distribución temporal o espacial) como
la posemergencia.

Plagas en la implantación

| GUSANO ALAMBRE. Insecto trozador que se desarrolla en suelos sueltos,


principalmente arenosos. Las larvas pueden iniciar su ataque desde el momento de la
siembra, dañando la semilla.

| GUSANO BLANCO. Produce daños de diferente intensidad, que pueden llegar en


algunos casos a la destrucción total del cultivo. Se caracterizan por cortar las plantas a
ras del suelo durante la noche, ya que durante el día permanecen ocultas entre los restos
vegetales o enterrados. Tanto para el control del gusano blanco como del alambre, es
necesario conocer la población de este insecto en el suelo previo a la siembra. Es
importante reconocer que, aunque el curasemillas genera un halo de protección que
expulsa a los insectos impidiendo el ataque, cuando las raíces escapan a la protección se
pueden generar daños severos. Por eso es fundamenta analizar el contexto y evaluar la
posibilidad de retrasar la fecha de siembra junto con el control químico.

| ORUGAS CORTADORAS. De hábito nocturno y gran potencial de daño, provocan


retraso en el crecimiento, lo que resulta en un cultivo desparejo y afecta el rendimiento
potencial de lote. La detección de esta plaga en preemergencia es clave, porque permite
ajustar la tecnología del cultivo, eligiendo los desarrollados para ese fin, y efectuar
aplicaciones. Entre las recomendaciones, es importante utilizar formulaciones acuosas y
grandes volúmenes de agua, aplicando durante la noche para mejorar la eficiencia del
tratamiento.

| HORMIGAS Y TUCURAS. Las hormigas seccionan las plántulas y las trasladan hacia el
hormiguero. Es fundamental recorrer el lote y detectar los ataques, para evitar
aplicaciones en cobertura total. Las tucuras, dado la cantidad de especies, es mejor
reconocerlas cuando el cultivo ha germinado, y recién entonces actuar sobre el problema.
El principio activo Fipronil es el más recomendado.

Plagas de posemergencia

| GUSANO COGOLLERO. Pueden afectar al cultivo durante todo su ciclo. Las larvas
actúan dentro del cogollo, provocando un crecimiento desparejo que luego afectará el
rendimiento. Es fundamental monitorear los lotes, ya que es clave localizar las larvas en
sus primeros estadios. Una vez que se trasladan al cogollo, forman un tapón de aserrín
que impedirá el paso de los productos, reduciendo la eficacia de los tratamiento.

| MOSQUITA DEL SORGO. Esta plaga es una de las que produce mayores pérdidas si no
es controlada oportunamente, afectando el número de granos. La mosquita, de color
anaranjado, pone sus huevos en las flores y sus larvas se alimentan del grano,
impidiendo su desarrollo. Los lotes deben revisarse durante el mediodía, cuando la
mosquita se encuentra en mayor actividad, recomendándose efectuar el control químico
cuando un 20 a 30% de las panojas están en floración y se observan mosquitas. Algunos
de los insecticidas más usados son a base de piretroides. Las siembras tempranas
también contribuyen a reducir la incidencia de la plaga.

| PULGONES. Entre las diversas especies de pulgones, la que más daño produce es el
Pulgón Verde de los cereales. Este insecto puede afectar al sorgo durante un período
prolongado, no sólo por la toxina que inyecta al alimentarse, sino también por la
disminución del área foliar fotosintéticamente activa cuando las poblaciones son
elevadas. Es importante tomar la precaución de revisar el lote para detectar el pulgón
antes de que ocasione daños. Se deben revisar las hojas inferiores, en cuyo envés pueden
observarse pequeñas colonias de pulgón color verde. Si existen condiciones prolongadas
de calor y sequía, puede producirse una infestación rápida y generalizada del lote,
debiendo recurrirse al control químico. Para el manejo de esta plaga es necesario trabajar
en forma integrada el control genético, biológico y químico. En el último caso, es
recomendable el uso de insecticidas sistémicos, por el hábito alimentario de estos
insectos.
| DIATRAEA o BARRENADOR DEL TALLO. Esta plaga puede ocasionar importantes
pérdidas, principalmente en siembras tardías. Las mariposas oviponen sobre el envés de
las hojas y las larvas, que se alimentan primero del tejido de las hojas, perforan luego los
tallos, introduciéndose en su interior y haciendo galerías.
Como consecuencia, las plantas o las panojas se quiebran antes o durante la cosecha.
Las larvas son de color blanquecino o cremoso, con hileras longitudinales de puntos
negros y de cabeza color negro o marrón oscuro. Es fundamental realizar un control de la
misma, ya que el momento oportuno para realizar los tratamientos es la clave del manejo.

| Malezas y su control

Las malezas compiten con el sorgo por la luz, el agua, los nutrientes y el espacio,
generando una importante disminución en el rendimiento del mismo.

El mayor daño por competencia tiene lugar durante los primeros dos meses del cultivo,
con un punto máximo a los 30 días (5 hojas), etapa en la que el crecimiento del sorgo es
lento y la maleza se desarrolla rápidamente. En esos momentos, cuando el sorgo
presenta bajas tasas de producción de biomasas, las malezas ejercen su principal
perjuicio. De acuerdo a este análisis, el sorgo debería estar libre de maleza durante los
primeros 30 días, para que no se vea afectado el llenado de grano ni produzca
inconvenientes en la cosecha.

Las malezas pueden controlarse mediante labores culturales mecánicas, empleando


herbicidas o con ambas a la vez.

Entre las estrategias de manejo se encuentran el aumento de densidad, la disminución de


distancia entre hileras, el manejo de fecha de siembra en función de la emergencia de las
malezas, la utilización de híbridos con mayor habilidad de competencia y el uso
estratégico de fertilizantes.

A pesar de existir estas técnicas, el control con herbicidas sigue siendo lo más efectivo y
lo más utilizado.

El control químico debe comenzar durante el barbecho, cuando se define el éxito de la


implantación y el manejo del agua del suelo. Siempre es más conveniente empezar con el
cultivo limpio.

Entre lo herbicidas más usados en preemergencia se encuentra la Atrazina, que controla


la mayoría de las malezas latifoliadas anuales y algunas gramíneas, como cola de zorro y
pasto colorado. Conviene aplicarlo enseguida después de la siembra, antes de la
emergencia de malezas. Se aplica en cobertura total o en la hilera de siembra.

Los herbicidas de posemergencia son los que se aplican posteriormente a la emergencia


tanto del sorgo como de las malezas de hoja ancha. Los más utilizados son 2,4D, MCPA,
Picloram y Dicamba.
La aplicación en posemergencia debe realizarse cuando el suelo tiene buena humedad y la
temperatura ambiente es mayor a 15°C y menor de 25°C. Las pulverizaciones pueden
iniciarse cuando el sorgo tiene entre 10 y 15cm de altura y hasta 35cms. Pasada esa
altura, y formada la panoja, no es recomendable pulverizar, y debe esperarse a que el
grano tenga consistencia pastosa. Cuando el cultivo está en período

En el control químico de gramíneas, en preemergencia, una de las mejores estrategias es


el uso de S-metocloro, o su mezcla con Atrazina. También puede utilizarse la
Dimetanamida y el Acetoclor con el correspondiente protector.

En el control de gramíneas posemergencia, estos herbicidas no resultan satisfactorios.

| Cosecha

Alrededor de 30 días después de la floración, el grano de sorgo alcanza su madurez


fisiológica y forma una capa negra (abcisión) que corta el movimiento de nutrientes y
agua de la planta al grano.

En este estado el grano tiene entre un 30 y 35 % de humedad y continúa perdiéndola


durante los 25 a 30 días subsiguientes, hasta alcanzar una humedad del 20 al 23%, nivel
que permite iniciar la cosecha, pero no almacenar el grano.

Para ello, se debe bajar el nivel de humedad al 14%. Si se lo deja secar en pié, mientras la
humedad baja del 20 al 14%, se producen pérdidas por diversas causas (diatraea,
malezas, pulgón, causas climáticas, etc).

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