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TEATRO DE TÍTERES

ORIGEN

Muñecos Orientales.

En la historia del teatro oriental han desempeñado los títeres un papel importante. Al
igual que en otras manifestaciones del arte oriental, la traza es más estilizada que
realista y responden a los modos de expresión peculiares de cada país. En los muñecos
de sombra chinos se sintetiza el rico vestuario, el simbolismo y los movimientos
estudiados de teatro nacional. Los muñecos se confeccionan del fino pergamino,
provisto de intrincadas perforaciones y teñido de brillantes colores.

Los javaneses, conocidos ya en el siglo XI, tienen probablemente su origen en el culto


religioso ancestral. Según esta hipótesis la representación revestiría carácter de rito
religioso al que precedían las ofrendas. Los muñecos se hacen de piel de búfalo, que se
perfora y pinta para simular la indumentaria y los rasgos faciales. En las
representaciones, las mujeres, sentadas frente a la pantalla, contemplan las siluetas
oscura, en tanto que los hombres ven por detrás las figuras pintadas accionadas por un
operador que recita los papeles, prepara los efectos sonoros, canta y dirige la música.
Los personajes son remedos estilizados de dioses, héroes, demonios y bufones.

En el Japón, los muñecos estuvieron siempre íntimamente relacionados con los actores
de carne y hueso. Ambas manifestaciones de teatro popular nacen en el siglo XVII y se
copian recíprocamente La revalidad llega a su punto culminante en el siglo XVIII, en
que los actores estudiaban en los muñecos el arte de representar y Chikamatsu, el más
grande comediógrafo nipón, escribe para unos y otros. Entonces se empezaron a idear
elaborados artificios escénicos y complicadísimos muñecos de 90 a 120 cm de altura. Su
manejo se hizo tan difícil que requería no menos de siete años de aprendizaje.

Títeres Europeos Hasta 1800

En Europa resulta difícil separar la historia de los títeres de la de los muñecos movibles,
autómatas, teatros mecánicos y retablos navideños, íntimamente relacionados entre sí.

Un ejemplo de la difusión que alcanzó el arte renacentista italiano nos lo ofrece la


presentación en toda Europa, a cargo de titiriteros ambulantes, de Polichinelas
(Pulcinella), personaje simpático que en Inglaterra se convirtió en Mr. Punch, en
Francia prestó su nombre (Polichinelle) a un personaje teatral anterior derivado del
típico capitán gascón y en España, cubierto con ropaje ligeramente distinto, dio forma a
don Cristóbal Pulichinelo. El equivalente de Polichinela se encuentra en casi todas las
naciones de sólida tradición titiritera. Existen variantes nacionales en Alemania, Rusia,
Checoslovaquia, Java y Turquía. El personaje conserva en todas partes, sin embargo, su
carácter de simpático bribón que triunfa siempre sobre sus enemigos. Buena prueba de
la popularidad que el género adquirió en España la tenemos en el Retablo de Maese
Pedro, del Quijote.
Variantes Del Siglo XIX

La historia de los títeres en el siglo XIX se enriquece con la incorporación de las


tradiciones populares. En 1802 Christoph Winters inaugura en Colonia un teatro de
muñecos de varilla, en que Hammeschen, pícaro campesino, se convirtió en principal
personaje. El ejemplo fue seguido por otras ciudades renanas de suerte que esta clase de
muñecos se hizo típica de la región.

La costumbre de cantar villancicos en las iglesias provenzales frente a los belenes


evolucionó hasta convertir los nacimientos en verdadero espectáculo de muñecos.
Trasladados éstos al exterior de los templos, no tardaron en caer en manos de
emprendedores titiriteros que los convirtieron en lucrativo negocio.

En Bélgica, norte de Francia y sur de Italia, los teatros de títeres entretenían a las clases
trabajadoras con fascinantes aventuras de la Edad de la Caballería. Allí los muñecos, de
gran tamaño, con sus pimpantes armaduras forjadas a mano y sus cascos y penachos, se
comprometían en los interminables combates habidos entre sarracenos y cristianos, tal
como se describe en los romances alusivos a las épicas hazañas de Orlando Furioso y
Carlomango. También se representaban episodios de la guerra de Troya y de la historia
del rey Arturo y sus caballeros. En fin, no faltaba autos de Navidad. Cada región poseía
su personaje peculiar, como Chanchet de Lieja, que vestido a guisa de vulgar campesino
y hablando el dialecto local, se codeaba con los caballeros proporcionando el
consiguiente regocijo a los espectadores. Otros teatros erán de tipo más literario. El
guiñol que George Sand y su hijo Maurice construyeron en Nohant se hizo famoso entre
los literatos de la época por sus agudas y satíricas representaciones.

En América, los indios utilizaban títeres en las ceremonias religiosas mucho antes de
conocer al hombre blanco. Hoy, los hechiceros realizan ciertos actos de magia
tradicionales; plumas que bailan por sí solas, serpientes que salen de vasijas, etc., En
1524 entre las huestes de Cortés, llegó un hombre que manipula estos muñecos, el
primero de la larga lista de titiriteros que llevarían a aquel continente las distintas clases
de fantoches europeos. Hacia las postrimerías del siglo XVII, Leonardo Godemar erigía
en Perú un guiñol. En 1742 fue presentado Punch en Filadelfia. A finales del siglo
XVIII existían en la ciudad de México cinco teatros permanentes de títeres y uno en
Canadá.

En el siglo actual, tras la decadencia de los teatros de títeres registrada en épocas


anteriores, se inicia su resurgimiento tanto en Europa como en América. Las antiguas
variedades se ven desplazadas por espectáculos de tipo más intelectual que, destinados a
entretener a los amigos de los mismos artistas, ganan creciente popularidad. Los
secretos de la fabricación de esos muñecos, celosamente guardados por los antiguos
titiriteros, se fueron revelando gradualmente. La publicación de libros técnicos sobre la
materia abrió por otra parte nuevos campos a sus posibilidades.

CONCEPTO

Una marioneta o un títere es una figurilla o muñeco que se gobierna de manera que
parezca que su movimiento es autónomo. Se muestran en unos teatrillos llamados
retablo. Su movimiento se efectúa con la ayuda de muelles, cuerdas, guantes, alambres,
hilos, palos y demás utensilios adaptados a cada tipo de marioneta o títere.

Los títeres florecen actualmente en muchas partes del mundo. Aunque ciertos
espectáculos populares, como los basados en los romances caballerescos, están
muriendo y otros tradicionales, como los de los javaneses, han recibido rudo golpe con
la guerra, están siendo rápidamente reemplazados con otras formas de actividad
titiritera.

Una de ellas era la comedia de larga duración tal como la representan los profesionales
de Europa y América. En los clubes nocturnos y el vaudeville son populares los
números de títeres

IMPORTANCIA

Con el desarrollo de la terapéutica ocupacional las marionetas han encontrado una


nueva aplicación en el tratamiento de la psiconeurosis, la tensión muscular y las
fracturas de huesos. Algunos pacientes consiguen eliminar la rigidez de los músculos
confeccionando cuerpos o cabezas de muñecos; otros encuentran estímulo en la
manipulación de éstos. Los trastornos mentales suelen descubrirse por las reacciones
que el paciente evidencia ante un espectáculo de marionetas escrito con fines especiales.

Varias son las organizaciones dedicadas a difundir las excelencias de este medido del
arte y educación. Unima, asociación internacional con sede en Praga, reanudó sus
actividades al concluir la II Guerra mundial. La British Model and Puppet Theatre Guild
y la Educational Pupetry Association orientan y ayudan económicamente a artistas y
educadores intercambiando información y organizando representaciones. En Francia la
Unión Corporative et Nationale des Montreurs de Marionettes, constituye un lazo de
unión entre los artistas profesionales.

ANTECEDENTES PEDAGÓGICAS

El teatro de muñecos, (títeres, marionetas y muñecos gigantes), se ha utilizado desde


tiempos inmemorables en diversos países y múltiples oportunidades como un excelente
apoyo a situaciones pedagógicas difíciles de abordar, debido a la capacidad innata que
este posee para dramatizar en forma amena, artística y educativa , situaciones violentas,
sin las truculencias y sensacionalismos en que pueden caer otras representaciones
dramáticas. El títere es una abstracción del hombre y sus acciones. Estas virtudes
permiten tratar con mayor eficacia problemas tan sensibles como drogadicción y
alcoholismo, violencia Intrafamiliar, o educación sexual, incorporando estos temas a la
discusión y análisis de la familia y la comunidad, gracias a su facilidad para captar una
mayor empatía e identificación de los espectadores con los muñecos-personajes. Es
innegable que el milenario arte de los títeres en sus diversos estilos y técnicas, concita la
atención y simpatías de un público de todas las condiciones sociales y -curiosamente- de
todas las edades, rompiendo con el mito de que están restringidos exclusivamente a los
niños. En nuestro país, es una manifestación artística y cultural que a tenido
históricamente escasa difusión y muy poco apoyo, permaneciendo en el tiempo gracias
al tesón y perseverancia de unos pocos cultores. Si desglosamos el montaje de un
espectáculo de títeres, descubriremos que para producirlo se han involucrado
prácticamente todas las manifestaciones artísticas y diversos oficios. De las Artes
Escenográficas toma la actuación, la música y la danza. De la Narrativa se vale tanto del
drama, como también de la prosa y de la lírica. De las Artes Plásticas se expresa
utilizando la escultura, el dibujo y el color, la artesanía y el diseño de vestuario. De los
oficios toma la carpintería, la electricidad, iluminación, sonido, costura y tantas otras
habilidades que deben cultivar sus realizadores, lo que hace que sea considerada por los
principales teóricos de la Educación a nivel mundial, como el método más completo de
las técnicas audiovisuales para aplicar en las aulas y en las comunicaciones
interpersonales. Por ello es que dentro de las actividades realizadas por la Compañía
Payasíteres están, además de la presentación de espectáculos masivos de títeres, talleres
de creación de muñecos, seminarios, charlas y proyecciones de videos protagonizado
por títeres y marionetas

APLICACIÓN EN EL AULA

Las técnicas didácticas son el entramado organizado por el docente a través de las
cuales pretende cumplir su objetivo. Son mediaciones a final de cuentas. Como
mediaciones, tienen detrás una gran carga simbólica relativa a la historia personal del
docente: su propia formación social, sus valores familiares, su lenguaje y su formación
académica; también forma al docente su propia experiencia de aprendizaje en el aula.

Las técnicas didácticas matizan la práctica docente ya que se encuentran en constante


relación con las características personales y habilidades profesionales del docente, sin
dejar de lado otros elementos como las características del grupo, las condiciones físicas
del aula, el contenido a trabajar y el tiempo.

Las técnicas didácticas forman parte de la didáctica. En este estudio se conciben como
el conjunto de actividades que el maestro estructura para que el alumno construya el
conocimiento, lo transforme, lo problematice, y lo evalúe; además de participar junto
con el alumno en la recuperación de su propio proceso. De este modo las técnicas
didácticas ocupan un lugar medular en el proceso de enseñanza aprendizaje, son las
actividades que el docente planea y realiza para facilitar la construcción del
conocimiento.

 Aprender a montar una pequeña obra de títeres


 El maestro debe tener la capacitación necesaria para afrontar diferentes retos en
el aula y canalizar situaciones con el recurso del títere
 El maestro debe poseer habilidades que capaciten para el desarrollo de diferentes
actividades utilización del títere (sombras) como recurso de animación a la
lectura. Incentivar el reciclaje a través de su transformación plástica y artística.
(construcción de títeres con material de deshecho, instrumentos musicales con
mangueras, vasos, palo de lluvia)
CLASIFICACIÓN DE TÍTERES

Los Muñecos De Sombras:


Son figuras planas, unas opacas, recortadas en cartón, metal o cuero, otras en colores, de
pergamino translúcido, papel aceitado o material plástico. Van provistas de alambres o
finas varillas mediante las cuales se accionan contra una pantalla de papel, tela o
material plástico, iluminada por detrás. La mayoría de estos muñecos se mueven en un
solo plano, aunque pueden entrar en el foco o desaparecer de él con sólo acercarlos o
alejarlos de la pantalla.

Los Guiñoles
Son muñecos accionados a mano. Constan de cabeza y manos acopladas a un vestido
que se adapta como un guante a la mano del operador. El dedo índice de éste se inserta
en un orificio practicado en la cabeza, mientras que el pulgar y el corazón (o el
meñique) se embuten en sendos tubos sujetos a las manos del muñeco. Estos muñecos
pueden disponer de piernas, cuerpos modelados y facciones movibles. Sus movimientos
característicos consisten en recoger y manejar objetos, accionar rápidamente, luchar y
bailar.

El guiñol de mano y varilla:


Puede presentarse con simple ropaje a manera de saco, al igual que los anteriores, o bien
en forma de cuerpo articulado. Las varillas sirven para accionar unos brazos
perfectamente acoplados. En sus movimientos, precisos y diversos, se combinan los
ademanes controlados con las contorsiones y giros característicos de los guiñoles de
mano. El guiñol de varilla se mueve sobre la cabeza del operador mediante una varilla
de metal o madera que atraviesa de arriba a abajo el cuerpo del muñeco. Los brazos y la
cabeza se accionan con ayuda de otras varillas ( con frecuencia de paraguas), solas o
combinadas con hilos. Algunos se componen de un recorte plano dispuesto sobre una
pieza alargada de madera, mientras que otros tienen cuerpos articulados capaces de
realizar movimientos complejos. Estos muñecos sirven perfectamente para la
representación de guiones serios.

Las marionetas:
Son muñecos accionados por hilos que mueve el operador desde la parta superior del
escenario, oculta al público. Pese a haberlas de construcción sencilla, la mayoría
resultan más difíciles de fabricar y manipular que los demás muñecos. Danzan con
primor, desafían las leyes de la gravedad y vuelan por el aire, realizan trucos y
transmutaciones y asumen papeles dramáticos. La forma de los muñecos varía de lo
realista a lo fantástico. Normalmente, su tamaño es de un tercio o un cuarto del cuerpo
humano (el de los animales ofrece aún más variantes), si bien a veces alcanzan tallas
gigantes de 2 o 3 metros. En cuanto a sus proporciones, lo mismo pueden sujetarse a los
cánones naturales que salirse de ellos para conseguir mayor efecto teatral. Como por lo
general se contemplan a cierta distancia, casi siempre poseen facciones simplificadas,
con acentuación de uno o dos rasgos característicos. Los personajes cómicos o
fantásticos suelen presentar facciones y cuerpo muy exagerados.

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