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EVALUACIÓN DE LA DEPRESIÓN
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Carmelo Vázquez
Laura Hernangómez
Gonzalo Hervás
Marta Nieto
Facultad de Psicología
Universidad Complutense
28223-Madrid
Tf.: 91-394-3131
Fax: 91-394-3189
e-mail: cvazquez@psi.ucm.es
Estar “deprimido” puede entenderse en tres niveles diferentes y cada uno de ellos
justamente referencia a este nivel sindrómico pues se trata de un conjunto de síntomas con una
gravedad y duración determinadas que puede estar ligado, de modo inespecífico, a trastornos
se deben exclusivamente a otro trastorno o condición (ej.: una reacción de duelo o una idea
delirante que entristece al paciente) y, por tanto, podemos hablar con propiedad de “trastorno
depresivo”.
Cada uno de estos niveles (síntoma, síndrome, trastorno clínico) se corresponde a una
introduce con ellos una aproximación dimensional pues se cuantifica la gravedad o la frecuencia
y de exclusión) para lo que se requiere una entrevista clínica que se adecue a los criterios que se
desee utilizar (habitualmente DSM o CIE). En este último caso, prima una perspectiva
categorial. Esta primera distinción es importante pues con frecuencia se confunden estos tres
niveles cuando, por ejemplo, se emplean cuestionarios para determinar si una persona tiene un
2 Evaluación de la depresión
relevantes que tengan alguna implicación especial sobre la evaluación clínica tanto individual
poner un mayor o menor énfasis en determinados aspectos según el marco teórico explicativo
evaluación de los factores causales (de inicio y de mantenimiento), donde puede haber más
discrepancias entre clínicos de diferentes orientaciones, hemos prestado más atención a aquellos
factores que la investigación clínica y epidemiológica ha demostrado que juegan algún papel
causal en el trastorno.
aspectos desconocidos sobre la edad del primer episodio, duración y riesgo de recurrencia.
Además, la mayoría de los datos disponibles proceden de Europa y Norteamérica y ésta es una
En cualquier caso, y aunque puede haber controversia sobre la consistencia de los datos,
la depresión es un trastorno con una alta prevalencia. En la Tabla 1, se resumen los datos de
diferentes estudios realizados desde la década de 1980 con una metodología común con niveles
de calidad que ya se han convertido en estándar (uso de criterios diagnósticos DSM, entrevistas
tener en cuenta no sólo las cifras de mortalidad y morbilidad sino otros elementos tan
3 Evaluación de la depresión
sustantivos como las muertes prematuras que ocasiona por suicidios y también, aún por encima
de este factor, la discapacidad resultante de padecer este estado, a veces durante años.
vida ajustado por la discapacidad), que se puede entender como un año perdido de "vida sana".
Si se evalúa de este modo, el impacto de los trastornos mentales resulta extraordinario pues
superan a enfermedades como todos los cánceres combinados o incluso las infecciones de VIH
(Murray y López, 1996a, b). Como trastorno específico, la depresión unipolar es la causa
principal de años vividos con discapacidad a nivel mundial (OMS, 2001; Üstün y Kessler,
2002). Estos datos generales han de tenerse en cuenta para sensibilizar al clínico de la
necesidad, a menudo ignorada, de centrar la evaluación de los pacientes depresivos no sólo los
episodios previos y duraciones respectivas. Hay muchos datos epidemiológicos que avalan la
importancia de este análisis retrospectivo. En primer lugar, hace reconocer que la depresión es
un cuadro que, en cierto modo, tiene su propio "curso natural" que, evidentemente, puede
cambiarse o acelerarse con los tratamientos apropiados pero que tanto el terapeuta como el
paciente deben conocer y prever. Este curso “espontáneo” podría explicar, al menos en parte, el
papel activo tan importante que tienen los placebos farmacológicos (Kirsch et al., 2002;
crónicas (Parker, 2000). En segundo lugar, permite identificar cursos complicados y prever
no lo es tanto para cada sujeto, por lo que su conocimiento puede ayudar a prevenir recaídas y
crear expectativas racionales sobre el ritmo de la recuperación. En este sentido, como indica Fox
(2002) sería muy importante investigar en qué momentos de los episodios o interepisodios son
pacientes depresivos presentan episodios de una duración de más de 2 años. No hay diferencias
de sexo en cuanto a la duración de los episodios aunque sí en la edad de comienzo: las mujeres
empiezan antes como promedio. A pesar de esta información, falta conocer otros datos
relevantes como cuáles son los predictores de la duración y si factores como la pobreza guardan
En la evaluación de la depresión conviene valorar su curso pasado. Para realizar esta tarea
se han consensuado una serie de criterios que pueden orientar al clínico y al investigador sobre
el cambio habido en el estado clínico del paciente en los que se combinan tanto elementos
dimensionales como categoriales (ver Tabla 2). En cuanto a la recurrencia, los datos parecen
indicar que un 35% de los pacientes presenta un nuevo episodio de depresión antes de 2 años de
transcurrido el anterior y el 60% antes de pasados 12 años. Además, estas tasas de reaparición
del trastorno son aún mayores en personas de más de 45 años quizás porque los propios
profundo, etc.) - Thase and Holland, 1995-. Aunque no todos los pacientes presentan recaídas
en su vida, el 75% tendrá algún episodio adicional y en el 40% de los casos habrá 3 o más
episodios depresivos (Kessler et al., 1997). Otro dato relevante para el clínico es que
normalmente los primeros episodios suelen tener una duración menor, para después estabilizarse
Aunque como hemos indicado hay un patrón individual bastante estable, hay algunos
recaída y/o recurrencia y es importante que el clínico sea consciente de ellos para evaluar y
los episodios sucesivos parecen cada vez más autónomos o menos ligados a factores estresantes
sensibilización: cantidades cada vez más pequeñas de estresores pueden disparar reacciones de
En cuanto a la edad de aparición de los episodios, los datos epidemiológicos más recientes
están cuestionando lo que se sabía hasta ahora. La edad modal de inicio de depresión mayor se
sitúa entre los 25-35 años pero ha decrecido en las últimas cuatro generaciones (Klerman y
Weissman, 1989). Por otro lado, y de nuevo relevante para la intervención y la prevención,
parece que cuanto más precoz es el inicio, mayor será la probabilidad de recurrencias (Smith y
Weissman, 1992).
paciente puesto que suponen un peor funcionamiento general y una mayor necesidad asistencial.
recaídas, algo en lo que las intervenciones psicológicas pueden tener mayor eficacia que las
personas no busca ayuda durante su primer episodio sino en episodios sucesivos y, por lo tanto,
su estado de funcionamiento suele estar ya muy afectado cuando por fin acuden a consulta por
una depresión.
establecimiento de una óptima alianza terapéutica, con el fin de plantear los objetivos y diseño
del tratamiento;
de la intervención.
Todo ello otorga al proceso de evaluación (ver Muñoz, 2003) una importancia
resumidos en la tabla 4.
Ni para la depresión, ni para ningún otro trastorno mental, existen pruebas de laboratorio,
no vamos a tratar aquí en profundidad los criterios diagnósticos vigentes (véase tabla 5) ni cómo
(2002) - las pautas de preguntas diagnósticas necesarias para el diagnóstico de la mayoría de los
ánimo es relativamente inespecífico y por sí sólo no basta para saber si un paciente presenta un
trastorno depresivo. El estado de ánimo deprimido afecta no sólo a la depresión sino que cruza
7 Evaluación de la depresión
estado de ánimo, trastornos de ajuste, abuso de sustancias, etc.) por lo que dicho síntoma debe
evaluarse de modo diferencial. En este caso, apelar a criterios diagnósticos estándar (CIE o
DSM) suele ser lo más habitual y aconsejable. Para llevar a cabo este examen se suelen utilizar
diversos modos de entrevista (Raich, 2003; Muñoz et al., 2002; Vázquez y Jiménez, 2000) que
vez en un mismo capítulo los trastornos del estado de ánimo causados por enfermedades,
causado o no por estas condiciones pues no sólo la evaluación sino el tratamiento pueden
Para este sondeo, se deberían hacer las siguientes preguntas ante la presencia de síntomas
con un probable valor diagnóstico (ej.: tristeza, fatiga, alucinaciones,…) –véase Vázquez y
Muñoz (2002) -:
a) ¿Consultó a un médico sobre (síntoma X)? ¿Le dio algún diagnóstico? ¿Le explicó si
b) ¿Le hizo el médico alguna prueba, test (análisis, placas, etc.) para explorarle cuando se
c) ¿Tomó medicamentos para (síntoma X)? ¿Se los recetó el médico porque pensaba que
d) ¿Se producía (síntoma X) siempre como consecuencia directa de algún fármaco, droga,
o ingesta de alcohol?
8 Evaluación de la depresión
Muchas veces se olvida que para llegar a la conclusión de que una determinada condición
médica es la causa de un síntoma o de un trastorno mental (en este caso una depresión) se
requiere que se cumplan unos criterios básicos (Kathol et al., 1984) pues, de otro modo, se
orgánica;
Otra posibilidad es que no sea la enfermedad médica en sí sino los fármacos que se
administran para ella los que tengan un efecto iatrogénico secundario incrementando o iniciando
un estado de ánimo depresivo, apatía, anergia, o síntomas semejantes (véase Tabla 6). En su
conjunto, es posible que entre un 10% y un 20% de los casos de depresión estén causados por
puede confundirse con otros trastornos psicopatológicos. En algunos casos puede tratarse de dos
problemas paralelos, no explicable uno por el otro, y puede ser necesario hacer un doble
caracterizado por la presencia de diferentes tipos de síntomas que se pueden agrupar en cinco
niveles (véase su descripción en la Tabla 8), siendo importante identificar no sólo su presencia o
(evaluación dimensional), lo cual, nos proporciona una descripción más detallada y real, dando
cuenta además, del grado de malestar y perturbación que éstos tienen en el funcionamiento del
paciente (Bas y Andrés, 1996a). Cabe destacar, que no sólo hemos tenido en cuenta aquellos
síntomas descritos en los sistemas de clasificación al uso, sino también otros síntomas y
riesgo valorado por el terapeuta. El clínico ha de tener claro que el hecho de hablar con el
paciente directa y explícitamente sobre el suicidio no incrementa su riesgo sino que en muchos
casos supone un importante alivio emocional, restando miedos y censuras, al poder hablar en un
contexto seguro de algo que habitualmente no puede tratar con sus personas cercanas y por lo
factores de riesgo asociados al suicidio. Entre estos factores caben destacar la presencia y
paciente tiene para acceder a determinados objetos (ej. armas, objetos punzantes, medicamentos,
etc.) así como la historia de intentos de suicidio previos y la presencia en la historia familiar de
suicidios.
estructuración y la ideación autolítica (siendo de menor gravedad las ideas o deseos de muerte y
grado de apoyo social son variables también determinantes en este aspecto. En el Apéndice
incluimos algunas pautas de entrevista para la evaluación del riesgo de suicidio así como la
determinados factores que se han demostrado asociados con el riesgo de inicio, mantenimiento
y recaída en depresión. En cada caso habrá que considerar el significado que adquieren en la
a) Esquemas disfuncionales
vulnerabilidad con el tipo de criterios que el individuo adopta para determinar su autovalía: unas
rígidos constituyen una predisposición a la depresión. Estas reglas suelen referirse a una
excesiva necesidad de aprobación por parte de otros (Sociotropía) y/o a una exagerada búsqueda
de logros o rendimientos (Autonomía) para valorarse a uno mismo positivamente, si bien cabe
explorar otros esquemas relacionados, por ejemplo, con los límites y normas o con las
relaciones con los demás (véase una revisión en Vázquez, 2003). Dentro de este último grupo se
suele situar el perfeccionismo el cual se define como la combinación de unos altos estándares o
metas de logro, junto con una tendencia a auto-evaluarse de una forma severa o excesivamente
depresivos (así como de otros trastornos mentales, el desarrollo de ideación paranoide), también
al., 1998).
Es un aspecto fundamental por tanto conocer los conceptos de “Yo Real”, “Yo Ideal” y
“Yo Debería” del paciente (cómo se ve, qué le hubiera gustado o le gustaría ser, y cómo piensa
que debería ser su vida respectivamente, cita), la existencia de posibles discrepancias entre
éstos, así como las consecuencias positivas y negativas de mantenerlos. A menudo es mucho
más fácil observar las consecuencias negativas que tiene la autocrítica sobre el estado emocional
del paciente que evaluar los elementos que la mantienen. Sin embargo, comprender este
segundo aspecto es fundamental para la posterior intervención. Se deben tener en cuenta por
tanto las consecuencias negativas que se temen si no se cumplen determinadas reglas -a menudo
más relacionadas con el “Yo Debería”- (reforzamiento negativo: por ejemplo, no perder el
aprecio de seres queridos) como las consecuencias positivas de mantener esos rígidos estándares
-más relacionadas con el “Yo Ideal”- (reforzamiento positivo: por ejemplo, el sentimiento de
Estos elementos deben ser puestos en relación, además, con las descripciones de sus otros
significativos y el valor y coste emocional que podrían suponer cambios en este modo de verse
y ver a los demás. En ocasiones, modificar significados tan nucleares como el autoconcepto o
las reglas sobre las que se sustenta implica modificaciones no deseadas por el paciente en el
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modo de ver a sus personas queridas. Por ejemplo, una persona puede valorar muy
positivamente la sumisión, considerando que su madre “era una santa y siempre supeditaba sus
necesidades a las de los demás”. Si esta persona se critica constantemente por tener necesidades,
Además, estos conceptos cuando son disfuncionales pueden llegar a encubrir emociones
debido a la presencia de las rígidas normas descritas más arriba. Así, el sentimiento de culpa
puede estar mantenido por esquemas sobre otras emociones negativas que no se permite
expresar. Por ejemplo, la emoción de ira o enfado puede ser incompatible con la regla “una
buena persona no se enfada nunca”. Si la persona mantiene tan rígida norma, se sentirá culpable
ante cualquier señal de enfado aunque no llegue a expresarlo. Explorar cuidadosamente este tipo
de significados que a menudo están implícitos en el discurso del paciente es un objetivo de todo
b) Estilo atribucional
La forma en que las personas nos intentamos explicar el porqué suceden los
acontecimientos (negativos y positivos) parece ser otro de los factores por los cuales se puede
explicar por qué, ante similares estresores, algunas personas se deprimen y otras no. En
concreto, la presencia de un estilo atribucional interno, global y estable ante sucesos negativos
(Ej. “No he tenido éxito en esto porque soy un inútil, siempre lo he sido y siempre lo seré”) se
ha visto como un importante predictor de reacciones depresivas ante estresores (Ej. Vázquez y
cols., 2001). La auto-culpación tan típica de la depresión no es sino un caso particular de este
tipo de estilo atribucional, y su exploración y cambio puede ser relevante en muchos casos. De
depresógeno en el cual además de las atribuciones sobre las causas, se incluirían las inferencias
sobre las consecuencias (la tendencia a pensar que el acontecimiento negativo tendrá
13 Evaluación de la depresión
consecuencias desastrosas), y las inferencias acerca de uno mismo (la tendencia a inferir
c) Procesos emocionales
precisamente cómo maneja la persona sus propias emociones: cómo las identifica, cómo las
etiqueta, cómo las afronta, cómo las potencia o las evita, cómo las expresa, etc. La investigación
auto-regulación de emociones negativas (Ej. Taylor, Bagby y Parker, 1997). Estas dimensiones
deben ser valoradas tanto en emociones negativas como en emociones positivas, recordando que
el problema de la persona con trastorno depresivo no es sólo “sentir tristeza” sino también, y
sobre todo, la dificultad para sentir emociones positivas. Así, nos parece relevante en la
evaluación:
cogniciones o conductas que son lo que el paciente deprimido percibe, sin poder relacionarlos
directamente con una emoción o teniendo dificultades para darle un nombre (“me encuentro
mal”, “me duele todo el cuerpo”, “no me puedo mover”, “tengo un vacío que no sé qué es”, “no
2) Conocer cuáles son las distintas reacciones ante estas emociones: intentar negarlas,
constantemente sobre su ánimo triste y las causas y consecuencias que tiene (Nolen-Hoeksema,
Morrow y Fredrickson, 1993), o escapar de esos estados mediante el uso de drogas como el
alcohol son factores que pueden prolongar y aumentar también el estado depresivo.
14 Evaluación de la depresión
desesperanza por poner varios ejemplos, genera automáticamente una mayor complejidad
respuestas rumiativas (Hervás, Hernangómez y Vázquez, 2004). Por otra parte, las reacciones
ante las emociones positivas también son muy importantes, siendo fundamental explorar cuándo
aparecen, por qué terminan y no continúan más tiempo cuando ocurren (en ocasiones, por
esencial que hay que tener en cuenta: si la persona siente que puede confiar en otros, la
capacidad que tiene para transmitirles sus sentimientos y qué uso hace de este apoyo (es muy
Considerando la relevancia del apoyo social en los trastornos depresivos, es obvio que las
contextos. En ocasiones, por ejemplo, puede ser central en el problema una falta de habilidad
para expresar críticas, para iniciar conversaciones, o para pedir ayuda, y eso puede no percibirse
hecho de que un paciente sepa hablar correctamente de sus problemas no implica que pueda
llevar una conversación adecuada sobre aspectos más adaptados socialmente cuando llega el
caso. De hecho, puede ocurrir más bien lo contrario (Sanz y Vázquez, 1995): la incapacidad
15 Evaluación de la depresión
para hablar de cuestiones ajenas a sus problemas y síntomas puede dar lugar o pronunciar el
Otro posible error en este campo sería atribuir los déficit en habilidades al retardo
habilidades pueden ser consecuencia de otros síntomas propios del trastorno, lo más habitual es
que hayan tenido un papel significativo en el origen y/o mantenimiento del problema.
interpersonal del paciente en relación con su entorno cercano. Por ejemplo, comportamientos
sumisos se han relacionado con diversas formas de psicopatología y se ha visto que en personas
deprimidas fomentan círculos viciosos con respecto a fuertes sentimientos de inferioridad (Allan
y Gilbert, 1997). Estrechamente relacionado, recientes investigaciones sitúan a las personas con
estilos dependientes en mayor riesgo de desarrollar sintomatología depresiva ante una situación
estresante (Lakey y Thomson Ross, 1994). En esta dirección, se ha observado además que las
personas que buscan persistentemente en sus allegados una validación sobre su propio valor,
son propensos a las recaídas (Joiner y Metalski, 2001). Por todo ello, puede ser relevante en
ciertos casos una evaluación sobre la forma en que el paciente depresivo se relacionaba antes y
re-aseguración persistente.
e) La identidad “depresiva”
Si bien la depresión es un estado indeseable que ningún ser humano desea, en ocasiones
pueden encontrarse diferentes funciones que puede estar cumpliendo este trastorno a fin de
cubrir o preservar otras necesidades de la persona. Este aspecto debe ser explorado con extremo
cuidado, comprendiendo que, en la mayoría de los casos, no se trata de una manipulación sino
de un “intento de solución” por parte del deprimido o de un beneficio secundario que puede
mantener el cuadro depresivo. Estas funciones deben ser analizadas individualmente en cada
caso, si bien hay algunos aspectos comunes que pueden encontrarse más habitualmente como
16 Evaluación de la depresión
En este último aspecto, una variable muy importante que debe ser valorada para el
puntual o transitorio frente a otros posibles casos en los que suponga un aspecto nuclear en la
visión que el paciente tiene de sí mismo. En este segundo caso, se debe realizar un análisis en
profundidad a fin de conocer las implicaciones positivas y negativas que supone para la persona
“ser un deprimido”, implicaciones que no siempre son accesibles de un modo directo para él
mismo. Por ejemplo, para una persona un rasgo aparentemente positivo como “ser alegre”
puede suponer implícitamente “ser despreocupada”, lo que puede implicar a su vez ser una
egoísta, aspecto que puede ser totalmente contradictorio con su autoconcepto. Es en esa
dilemas implicativos aporta luz a la valoración de estos aspectos (Feixas y Saúl, 2001).
cronificación de los trastornos depresivos. En concreto, es muy importante que la persona sienta
que tiene personas a las que recurrir cuando lo necesita. De igual modo, se deben explorar todos
17 Evaluación de la depresión
los recursos sociales disponibles en el entorno del paciente como fuentes potenciales de apoyo a
Por otra parte, es un hecho probado (Brown y Harris, 1978), y popularmente extendido,
cotidianas que, sin ser agudas, son continuas fuentes de malestar sostenido. Por ello, se deben
explorar:
sucesos negativos asociados a la depresión (Brown, Harris y Eales, 1996): pérdidas de otras
uno mismo o los otros) o incluso del control de la propia vida (deterioro de funciones asociado a
relacional, laboral, económica y de ocio). Es importante tratar este aspecto con detenimiento ya
que no es infrecuente que las personas declaren “no tener nada negativo en su vida” que asocien
con la depresión. Con una exploración más profunda y exhaustiva de su vida cotidiana, es
posible encontrar casos en los que los sucesos negativos son de baja intensidad pero continuos
(por ejemplo, una mala relación de pareja, un trabajo desmotivante, una situación permanente de
acoso laboral o “mobbing” o una complicada situación económica). Otras veces no hay sucesos
claramente negativos pero tampoco hay sucesos positivos o ha habido una pérdida de éstos.
3. Cambios vitales. En ocasiones, una potencial fuente de cambios positivos (por ejemplo,
un ascenso laboral, comenzar convivencia con la pareja, el nacimiento del primer hijo, etc.)
tiene a la vez implicaciones negativas que incluso pueden ser difíciles de reconocer por el
18 Evaluación de la depresión
percibidas, etc.).
hipótesis que el clínico formula sobre el caso en cuestión. No se trata pues, de aplicar una
batería completa de pruebas de evaluación (que en el caso de la depresión, por ser éste un
trastorno tan heterogéneo, no existe), sino de evaluar aquella información relevante que permita
verificar o no las hipótesis, dirija la evaluación a otras áreas de interés y permita la toma de
evaluación. Mientras que la entrevista diagnóstica puede ser adecuada en los momentos iniciales
suelen utilizarse en cualquier etapa del proceso terapéutico (evaluación dimensional). Pasamos a
obtener una descripción detallada de cuáles son las manifestaciones clínicas de la depresión,
informantes resulta de gran utilidad para la obtención de información que por diversas razones
Dados los sesgos cognitivos y las rutinas del clínico, el empleo de entrevistas
demostrado ser más útiles que las entrevistas abiertas. Estas entrevistas, proporcionan una
trastornos del estado de ánimo señalaremos algunas de las entrevistas estructuradas más
diseñadas de tal modo que incluso personas no expertas puedan administrarlas (DIS o CIDI),
necesitando juicios clínicos sobre la presencia o no del síntoma y sobre su gravedad (PSE,
SCID, SADS). Una de las típicas limitaciones de estas entrevistas es que no son tan útiles para
apresar aspectos tan importantes como el estilo de interacción personal del paciente, sus
actitudes, la detección de signos no verbales, conducta motora, aspecto personal, todos ellos
diagnóstico.
general, suelen llevar bastante tiempo), una alternativa puede ser el efectuar una entrevista
20 Evaluación de la depresión
semiestructurada que siga los pasos de los criterios diagnósticos. En Muñoz y Vázquez (2002)
el lector puede encontrar una útil guía sistemática para la exploración, mediante preguntas
abiertas durante la entrevista, de síntomas que configuran el cuadro de depresión mayor (así
No siempre resulta fácil obtener información de una persona deprimida. Su frecuente falta
complicada la exploración. Además, hay que tener en cuenta que algunos sesgos cognitivos y
proporcionan. Por ejemplo, puede que empleen términos muy absolutistas para enjuiciar sucesos
pasados o, como hemos demostrado en estudios anteriores, que tiendan a recordar mejor lo
negativo que lo positivo (Matt, Vázquez, y Campbell, 1992), de modo que la información que
nos proporcionan puede estar marcada por ese velo de tristeza y pesimismo. Por todo esto se
adecuen a diferentes normas o estilos del lenguaje de diferentes pacientes. Por ejemplo, puede
ser útil preguntar sobre si ha sentido "depre", "tristón", “sin ganas" (triste, deprimido,
como enfermedad externa ajena al control del paciente (“tengo una depresión”); se consideran
mucho más adecuadas todas las formulaciones que contribuyan a reconceptualizar el trastorno
como algo transitorio relacionado con determinadas variables que el paciente puede modificar o
controlar, aunque sea parcialmente. Por otro lado, y aunque no hay mucha investigación
diagnóstica al respecto, en el caso de los hombres -tanto jóvenes como mayores- puede ser
adecuado insistir en síntomas y quejas somáticas para explorar el estado de ánimo pues, más
que el propio estado de ánimo, esas quejas y también síntomas como irritabilidad, estallidos de
ira, conductas de agresividad y de abuso, y alexitimia suelen ser el motivo de consulta más
21 Evaluación de la depresión
comenzar por preguntas abiertas del tipo "¿Cómo le van las cosas en casa?" o "¿Cómo le van las
cosas en el trabajo?". A continuación deben efectuarse preguntas más específicas que incluso
pueden seguir ordenadamente un esquema diagnóstico como el del DSM-IV (ver Apéndice de
ánimo y en la anhedonia (pérdida de interés y de disfrute sobre actividades que antes resultaban
gratificantes). Si las respuestas a estas dos cuestiones son negativas, es muy poco probable que
se trate de un problema depresivo. De hecho, muchas entrevistas diagnósticas (Ej. DIS, CIDI,
PRIME-MD, etc.) emplean estas dos cuestiones como elementos de prueba para continuar o no
1
b. Evaluación de síntomas y variables asociadas: Escalas y cuestionarios
vital del paciente. Aquí es donde las escalas, sean de observación, autoaplicadas o elaboradas ad
hoc por el propio terapeuta, ofrecen su principal aportación. El antecedente de las escalas
modernas se sitúa en 1961 con la creación de Beck de la escala que lleva su nombre. Beck
elabora una escala con síntomas heterogéneos y muy descriptiva del nivel sintomático. Aparte
de las razones de su éxito fue que, hasta 1978, la escala tuvo una libre circulación, sin editor, lo
1
Existen algunas fuentes interesantes de información sobre instrumentos de evaluación disponibles en
castellano y en otros idiomas. Cabría destacar las recopilaciones de Comeche et al. (1995), Muñoz et al. (2002), y
Gutiérrez et al. (2003) en donde el lector puede encontrar datos psicométricos y en ocasiones la reproducción de los
instrumentos. Otras buenas fuentes de información sobre instrumentos en Psicología Clínica son los manuales de
Buela-Casal et al. (1996) y Bulbena et al. (2000). Igualmente destacable por su utilidad es la página web de la FAES
(http://bipfaes.faes.es/faes/bipfaes/tests/) en donde pueden encontrarse fichas técnicas de muchos instrumentos
clínicos traducidos así como la reproducción de los mismos (también disponible en CD-ROM). En inglés se puede
destacar la recopilación efectuada por la American Psychiatric Association Task Force (2000), la de Isaac et al.
(2002) y, anteriormente, el clásico de Robinson et al. (1991). En el caso específico de la depresión cabe destacar el
libro recopilatorio de instrumentos de Nezu et al. (2000).
22 Evaluación de la depresión
que la convirtió en un instrumento sencillo, gratuito, y de fácil acceso que ha hecho que, en
España, sea la escala psicopatológica más usada en Psicología Clínica (Muñiz y Fernández-
Hermida, 2000). A esta escala la siguieron en 1965 la SDS de Zung. En los últimos 25 años no
algunas revisiones más o menos a fondo de escalas ya publicadas (ej.: la aparición en 1996 del
BDI-II).
muy parecidos (véase una amplia revisión de sus características técnicas y psicométricas en
Vázquez y Jiménez, 2000). Casi todas las escalas y cuestionarios evalúan la gravedad de los
instrumentos suelen diferenciarse entre sí no sólo por la diferente cobertura de síntomas que
ofrecen sino también por los diferentes parámetros de medida que utilizan: intensidad,
frecuencia o duración de los síntomas. Es muy importante señalar que las escalas simplemente
registran lo que es común a todos los pacientes, pero no la información idiosincrásica necesaria
para el tratamiento (Hamilton, 1987). Para esto se necesita recurrir a otros tipos de información
hoc, etc.).
y escalas autoaplicadas. En las primeras, el clínico es quien evalúa la gravedad del sujeto, mientras
que en las segundas es el propio sujeto quien lo hace. Ningún procedimiento es en sí mismo mejor
que el otro y de hecho ofrecen resultados de eficacia similar (Lambert et al., 1986). Las
heteroaplicadas (como la escala de Hamilton) tienen la ventaja de que se pueden aplicar en personas
poco colaboradoras, con dificultades de concentración, o con problemas para entender el lenguaje
escrito. Además, son útiles cuando, por cualquier razón, no se quiere saturar a un sujeto con tests de
papel y lápiz. Asimismo, pueden evaluar mejor que los instrumentos autoaplicados algunos síntomas
de valoración más dificultosa: síntomas somáticos, psicomotores, nivel de «insight», etc. Por el
contrario, las autoaplicadas son muy útiles porque se pueden utilizar de modo repetido, proporcionan
23 Evaluación de la depresión
información sobre la propia visión del paciente, y son fáciles y económicas en general. Uno de los
problemas de los instrumentos heteroaplicados es que pueden tener cabida los sesgos del clínico. Por
ejemplo, puede haber problemas como la presencia de «efectos de halo» por la impresión general
que ofrece el paciente, evitar dar puntuaciones elevadas, inferir inadecuadamente la gravedad de un
síntoma a partir de la gravedad observada en otro, etc. Hamilton (1987) incluso indica sesgos en
función de la experiencia del clínico: los más jóvenes e inexpertos tienden a dar puntuaciones
elevadas de gravedad en las primeras sesiones y luego tienden a dar puntuaciones muy bajas en
sesiones posteriores, por lo que el paciente presenta amplias mejorías un tanto ficticias. En cuanto a
los problemas de las autoaplicadas, pueden ser vulnerables a los típicos sesgos de los tests de papel y
lápiz (sesgos de aquiescencia, deseabilidad social, sesgos de memoria debidos al estado anímico del
sujeto, etc.).
sobre sus características más importantes y sobre los puntos de corte preferibles para determinar la
tablas 9 y 10; también Vázquez y Jiménez, 2000; Bas y Andrés, 1996a,b; Comeche et al., 1995).
teóricas, facilidad de aplicación, tipos de síntomas cubiertos, etc. que por diferencias
fundamentales en su fiabilidad y validez. Por ejemplo, si no se quiere dar mucho peso a los
síntomas físicos, puede ser conveniente el uso del Beck Depression Inventory, BDI (véase Tabla
entonces un instrumento de valoración clínica como el Hamilton Rating Scale puede ser la
prueba de elección. Si se desea cuantificar de un modo muy sencillo y muy poco intrusivo el
estado de ánimo, puede bastar con una escala analógica visual (Sanz, 2001) o empleando
diagnóstico para detectar posibles casos. Por ejemplo, el uso de pruebas sencillas de screening
puede ser importante para efectuar cribados rápidos y eficientes en atención primaria, donde, de
acuerdo con un extenso estudio transcultural en 14 países llevado a cabo por la OMS, se estima
que por término medio un 10% de las personas que acuden a consultas generales de atención
primaria presentan un trastorno depresivo diagnosticable, lo que supone una cifra muy superior
Sartorious, 1995).
casos en que el paciente general presenta historia pasada de depresión, síntomas somáticos
ansiedad generalizada, etc. Este tipo de estrategias, aunque no tiene valor diagnóstico directo, sí
resultan eficaces para descartar con una alta probabilidad aquellos casos en los que no hay
trastorno depresivo. En caso de que el cribado inicial sea positivo, nunca se garantiza la
presencia del trastorno, sino que exige la necesidad de llevar a cabo una exploración y
elección última de los instrumentos y métodos para evaluar el problema dependen, en último
lugar, de la decisión y criterios del clínico acordes con las hipótesis y objetivos planteados sobre
En la tabla 12, indicamos aquellos instrumentos que nos parecen de mayor utilidad para la
identificación de factores de vulnerabilidad asociados a la depresión así como de factores que
pudieran contribuir a su aparición y mantenimiento.
aspectos de interés a evaluar relacionados con la planificación del tratamiento. Las preguntas
que se plantean son simplemente una guía para el terapeuta sobre los aspectos que sería útil
conocer, sin necesidad de hacer todas explícitas (lo que podría llevar a un “interrogatorio”
interminable al paciente).
26 Evaluación de la depresión
5. CASO CLÍNICO.
Listado de problemas:
Intentando concretar un listado de problemas actuales, María plantea como problema
principal que no puede vivir sin él, añadiendo en segundo lugar la incapacidad para
concentrarse y trabajar en este momento y, relacionado con ello, los problemas económicos
empeorados por la situación de ruptura.
28 Evaluación de la depresión
preocupación constante por si contesta bien a las preguntas, sensación de que acude a terapia
para que “le digan lo que tiene que hacer”).
Como recursos positivos, se observa una buena red de apoyo social, a pesar de algunas
dificultades actuales en relación con su estado de ánimo, una alta capacidad de introspección,
que si bien puede influir negativamente en su estilo rumiativo también facilita los autorregistros
solicitados en el período inter-sesiones, y la capacidad de la paciente para reevaluar
positivamente la posibilidad de aprender a vivir “más sola” (“siempre he estado muy pendiente
de los demás, por eso quiero seguir viviendo sola a pesar de las dificultades económicas: es un
reto que tengo que superar”).
La alianza terapéutica establecida es buena, y la motivación para el cambio alta.
Evaluación dimensional:
La paciente completó el cuestionario BDI (Puntuación=31, Depresión grave) para obtener
una línea base de gravedad de síntomas, y varios cuestionarios para valorar variables de
vulnerabilidad: el cuestionario PSI (Sociotropía=115, Alta; Autonomía= 65, Normal) y para
valorar estilos rumiativos el RRS (Puntuación= 63, Alta).
Diagnóstico:
Se diagnostica un Trastorno Depresivo Mayor según los criterios diagnósticos DSM-IV-TR,
debido a que cumple los criterios sintomatológicos de un episodio depresivo mayor a la vez que
se da una alteración grave en el funcionamiento psicosocial (deterioro de las relaciones e
interrupción de la actividad laboral) y se excluyen otros trastornos mentales y biológicos.
Además, haber superado los 2 meses de duración desde el suceso desencadenante, junto con la
intensidad de los síntomas, excluye el diagnóstico de un trastorno de adaptación.
Se dispone de los resultados de una analítica reciente incluyendo datos hormonales, con
resultado negativo para indicadores patológicos. No consume sustancias psicoactivas
(incluyendo alcohol) ni es fumadora.
30 Evaluación de la depresión
caso clínico que presentamos. Los resultados obtenidos en el proceso de evaluación inicial nos
permiten establecer una relación funcional entre los distintos factores que contribuyeron a la
TABLA 13. Esquema del proceso de evaluación empleado en la formulación del caso
emplearse para efectuar una exploración de la depresión dirigida hacia una intervención
psicológica integral. Una evaluación clínica completa de la depresión exige no sólo efectuar un
instrumentos, sino, más importante aún, efectuar una minuciosa lista de problemas y de
circunstancias mantenedoras de los mismos, así como explorar los factores de vulnerabilidad
presentes en la persona. Además, como hemos subrayado en varias ocasiones a lo largo del
texto, la evaluación de la depresión ha de prestar cada vez más atención, especialmente desde
los ámbitos más psiquiátricos, a aspectos específicos de funcionamiento. Más que del alivio de
síntomas hemos de prestar atención a cómo funciona la persona con depresión y cómo ayudar a
resolver esas dificultades (algo no sencillo pues con no poca frecuencia estas dificultades
pueden suponer beneficios o complicadas transacciones con otras personas) –Hagen (en prensa).
enfoque muy limitador de la Psicología Clínica en general. En cualquier caso, estos aspectos
la piedra angular de estos trastornos anímicos y los programas terapéuticos futuros sin duda se
centrarán más decididamente en restituir las fortalezas y placeres que han sido atenuadas por lo
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38 Evaluación de la depresión
% Mediana (rango)
Trastorno Prevalencia Prevalencia entre Prevalencia vital
puntual 6meses y 1 año
Depresión mayor 3.1 (1.5-4.0) 6.5 (2.6-9.8) 16.1 (4.4-18.0)
Hombres = 1.9% Hombres = 5.8%
Mujeres = 3.2 % Mujeres = 9.5%
Distimia 2.1 (1.2-3.9) 3.3 (2.3-4.6) 3.6 (3.1-3.9)
Bipolar 0.9 (0.1-2.3) 1.1 (1.0-1.7) 1.3 (0.6-3.3)
CURSO CARACTERÍSTICAS
Respuesta al tratamiento Reducción de más de un 50% de la gravedad de
síntomas respecto a la Línea Base.
Remisión parcial Síntomas menores pero aún presentes.
Ya no se cumplen criterios diagnósticos.
Han transcurrido menos de 2 meses desde el
último episodio.
Remisión Total Cese de síntomas significativos durante al menos
los 2 meses últimos.
No se cumplen criterios diagnósticos.
Recuperación Remisión mantenida durante >6 meses.
Retorno a funcionamiento normal.
No se cumplen criterios diagnósticos.
Recaída Reaparición de sintomatología depresiva durante
el periodo de remisión.
Recurrencia Aparición de síntomas de un nuevo episodio.
Cronicidad Criterios diagnósticos plenos mantenidos
durante más de 2 años seguidos.
Tabla 2. Definiciones de curso. (Basado en Frank et al., 1991; Thase, 2003; y APA,
2000)
40 Evaluación de la depresión
Enfermedades Fármacos
Hipertiroidismo Betabloqueantes
Hipotiroidismo Carbamacepina
Enfermedad de Cushing Cicloserina
Diabetes Clotimazol
Anemia Anticonceptivos orales
Infecciones víricas Corticoides
Tuberculosis Indometacina
Encefalitis L-Dopa
Monucleosis infecciosa Neurolépticos
Artritis reumatoide Reserpina
Cáncer de la cabeza del páncreas Vincristina
Enfermedad de Parkinson Vitamina D
Demencia senil Fenilbutazona
Algunas intoxicaciones
Tabla 7. Síndromes y trastornos clínicos con los que puede confundirse una depresión
(Basado en Vázquez y Sanz, 1995).
45 Evaluación de la depresión
.
Nivel de análisis CARACTERÍSTICAS
A nivel conductual Falta de autocuidado y aseo personal.
Agitación o retardo psicomotor.
Llanto.
Agresividad verbal y/o física, conductas autolíticas y/o suicidas.
Conductas de evitación ante tareas cotidianas y/o interacciones
sociales.
Estrategias inadecuadas de manejo de emociones (ej. beber
alcohol).
Lenguaje: verbalizaciones constantes sobre sus problemas,
dificultades, y síntomas; ausencia o disminución marcada de
conductas de comunicación.
Esfera corporal: postura decaída, abatida, hombros caídos, voz
apagada, ritmo lento de habla, rostro inexpresivo.
Esfera interpersonal: aislamiento, soledad, pasividad, conductas
sumisas en las relaciones con los demás, búsqueda de validación
externa del propio valor, conflicto y/o deterioro de las relaciones
interpersonales, actividades de ocio reducidas o inexistentes.
A nivel cognitivo Pensamientos automáticos negativos (pensamientos negativos
acerca de sí mismo, de los demás, del futuro).
Creencias disfuncionales (ej. “para ser feliz tengo que hacerlo todo
bien”).
Estilo atribucional disfuncionales (atribuciones causales internas,
globales y estables ante sucesos negativos).
Percepción del grado de responsabilidad en los acontecimientos
alterada: locus de control externo sobre los acontecimientos
negativos, o alta responsabilidad personal (culpa).
Sesgos atencionales y de memoria (atención y abstracción selectiva
hacia aspectos negativos, dificultades en la fase de recuperación de
recuerdos positivos).
Rumiaciones constantes sobre sus síntomas, sus causas o sus
consecuencias.
Alto nivel de focalización atencional en uno mismo (auto-
focalización).
Ideación suicida (deseos, planes...).
Dificultades para tomar decisiones.
Dificultades de concentración y problemas de memoria.
Déficit en habilidades de solución de problemas.
A nivel psicofisiológico Alteraciones del sueño (insomnio o hipersomnia).
Alteraciones en el apetito (excesivo o reducido).
Disminución del deseo sexual.
Molestias físicas.
A nivel emocional y Emociones negativas: tristeza, desamparo, desesperanza, rencor,
motivacional autodesprecio, culpa, frustración, fracaso, vacío, vergüenza,
irritación, aburrimiento, afecto aplanado.
Anhedonia (incapacidad para experimentar emociones positivas).
Ausencia de reactividad ante recompensas/refuerzos.
Abulia (dificultad para iniciar tareas/actividades, disminución del
interés social, del interés por actividades de ocio...etc.).
Anergia, fatiga.
ESTILO Entrevistas estructuradas Escala Heteroaplicada Escala Autoaplicada Escala Autoaplicada Escala Autoaplicada
NÚMERO ÍTEMS Más de 200 preguntas 17 + 4 21 20 20
DURACIÓN 30-120 minutos 20 minutos 15-20 minutos 10-15 minutos 10-15 minutos
ESCALA Síntomas presentes o ausentes Gravedad (0-2; 0-4) Gravedad de síntomas (0-3) Duración (0-3) Frecuencia (0-3)
MARCO Episodios actuales o pasados Última semana (o días) Última semana Última semana Última semana
TEMPORAL
REFERENCIA Endicott (1978) Hamilton (1960, 1967) BDI-I (Beck et al. 1978) Zung (1965) Radloff (1977)
BDI-II (Beck et al. 1996)
VENTAJAS Uso de criterios operativos diagnósticos: Muy utilizada, alta fiabilidad Administración fácil, sensible al Buena validez concurrente con Adecuada para población
SADS Æ RDC interjueces, buena sensibilidad. cambio, muy utilizada, buena otras escalas, sensible a general. Buena consistencia y
DIS Æ DSM discriminación. cambios especificidad
CIDI Æ CIE, DSM
INCONVENIENTES Larga, exige entrenamiento, validez Consistencia no elevada, peso alto a Alta correlación con ansiedad. Baja validez discriminante. Baja sensibilidad
concurrente moderada. síntomas somáticos, poco uso con Centrada demasiado en estado
población no clínica. de ánimo.
PUNTOS DE
CORTE -- 0-6 0-9 20-35 0-15
No depresión -- 7-17 10-18 36-51 --
Ligera -- 18-24 19-29 52-67 --
Media -- 25-52 30-63 68-100 --
Grave
Tabla 9. Características de los instrumentos más usados de evaluación general (categorial y dimensinal) de la depresión. (Adaptado de Vázquez, 1995 y
Vázquez y Jiménez, 2000; Sanz, Perdigón y Vázquez, 2003).
SADS = Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia (Endicott y Spitzer, 1978). SCID = Structured Clinical Interview for DSM-III-R. DIS = Diagnostic
Interview Schedule. CIDI = Composite International Diagnostic Interview. HDRS = Hamilton Rating Scale for Depression. BDI = Beck Depression Inventory.
ZSDS = Zung Self-Rating Depression Scale. CES-D = Center for Epidemiologic Studies-Depression Scale.
47 Evaluación de la depresión
Estado de ánimo: Incluye tristeza, falta de alegría, cualidad distinta del estado de ánimo, lloro, y
variación diurna.
Vegetativos: Incluye trastorno de sueño, cambio en apetito, cambio de peso, pérdida de libido,
estreñimiento y fatiga.
Motores: Incluye agitación, retardo e inquietud motora.
Sociales: Incluye aislamiento e incapacidad de funcionar en el trabajo o en otras tareas.
Cognitivos: Incluye pensamientos de desesperanza e indefensión, de suicidio, de enfermedad, de
culpa, así como falta de conciencia de enfermedad e indecisión.
Ansiedad: Incluye ansiedad psíquica, somática, y fóbica.
Irritabilidad: Incluye tanto hostilidad dirigida hacia uno mismo como hacia los demás.
Tabla 10. Porcentaje con que contribuye a la puntuación teórica total cada tipo de síntoma en
diferentes escalas de depresión. (Vázquez, 1995; Vázquez y Jiménez, 2000).
48 Evaluación de la depresión
Instrumento Descripción
Pleasant Events Schedule (Escala de • Evalúa frecuencia y nivel de agrado de una lista
Sucesos Placenteros) -MacPhyllamy y extensa de actividades.
Lewinsohn, 1982.
Auto-registro: Emociones- • Evalúa la situación, la reacción emocional, y los
Pensamientos pensamientos negativos presentes en la misma.
Cuestionario de Pensamientos • El ATQ-N evalúa 30 pensamientos negativos
Automáticos (Automatic Thoughts automáticos. Evaluación en 5 puntos de la
Área cognitiva
ad hoc (ej. autorregistros) elaboradas medio o tardío) o hipersomnia así como el grado
por el clínico para la evaluación de de interferencia del mismo.
Área
Bothwell, 1976.
-La SASS y la SAS-SR examinan
Escala SF-36 (36-item Short Form específicamente funcionamiento social y familiar así
Health Survey) –Ware y Sherbourne, como el trabajo y la economía.
1993. -The Sheehan Disability Scale es la más
Escala Sheehan de Discapacidad sencilla: el paciente ha evaluar su funcionamiento laboral,
(Sheehan Disability Scale) –Sheehan et social y doméstico.
al., 1996. -La escala SF-36 es internacionalmente usada
cubriendo aspectos globales de funcionamiento debido a
Escala de Auto-evaluación de problemas físicos o emocionales. Como la escala
Adaptación Social (Social Adaptation Sheehan, evalúa aspectos más bien generales y no sólo de
Self-evaluation Scale, SASS) –Bosc et funcionamiento social.
al., 1997.
A nivel emocional-motivacional
Factores de
vulnerabilidad
¾ Estilo sociotrópico
¾ Estilo rumiativo
Precipitante Aislamiento
Síntomas cognitivos,
Pérdida de pareja psicofisiológicos, motivacionales
y afectivos.
Auto-focalización excesiva
APÉNDICE
Carmelo Vázquez
Laura Hernangómez
Gonzalo Hervás
Marta Nieto
Facultad de Psicología
Universidad Complutense
28223-Madrid
-2-
A. TRASTORNOS DEPRESIVOS
TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR
MARCO TEMPORAL Y DE GRAVEDAD: Para cada síntoma que presente el paciente debe
evaluarse su duración (¿Durante cuanto tiempo Vd. ha......? y persistencia (¿Se siente así casi
cada día?). Recuerde que los síntomas configuran un cuadro depresivo mayor si todos han
coincidido en el mismo periodo de 15 días.
NOTA: NO INCLUIR LOS SÍNTOMAS QUE SON CLARAMENTE DEBIDOS A UNA CONDICIÓN MÉDICA, A IDEAS
DELIRANTES NO CONGRUENTES CON EL ESTADO DE ÁNIMO O A ALUCINACIONES.
A1. ESTADO DE ÁNIMO ¿Cómo es su estado de ánimo?
DEPRIMIDO OBSERVABLE ¿Se siente triste, desanimado, o deprimido?
LA MAYOR PARTE DEL DÍA
Si es afirmativo:
NOTA: EN NIÑOS Y ¿Se siente así casi todos los días?
EPISODIO DEPRESIVO MAYOR
A2. DISMINUCIÓN ¿Ha perdido interés por las cosas o disfruta menos de lo acostumbrado con las cosas?
OBERVABLE EN EL INTERÉS Si es afirmativo:
O EL PLACER EN TODAS O ¿Con qué cosas disfruta normalmente? (trabajo, deportes, TV, ir de compras, comer,
CASI TODAS LAS estar con gente, sexo, aficiones, ser felicitado, etc.)
ACTIVIDADES LA MAYOR ¿Con qué disfruta todavía?
PARTE DEL DÍA CASI A ¿En qué ha perdido interés?
DIARIO. ¿Desde cuando ha dejado de disfrutar con las cosas con las que antes disfrutaba?
¿Es así todo el día?
Si es afirmativo:
¿Es así todos los días?
¿Desde cuando ocurre?
A5. AGITACIÓN O Agitación: inquietud motora, imposibilidad de permanecer sentado, tirarse del pelo, frotarse
ENLENTECIMIENTO MOTOR las manos, cruzar las piernas repetidamente, jugar con la ropa o adornos, etc.
OBSERVABLES CASI A ¿Ha estado Vd. más inquieto y con más dificultades para permanecer sentado?
DIARIO
Si es afirmativo:
¿Da vueltas de arriba para abajo?
¿Se han dado cuenta los demás de su inquietud?
Si es afirmativo:
¿Se han dado cuenta los demás de esto o alguien le ha hecho notar esa lentitud?
A6. FATIGA O PÉRDIDA DE ¿Cómo está su nivel de energía?
EPISODIO DEPRESIVO MAYOR
Si es afirmativo:
Preguntar por duración y persistencia
A7. SENTIMIENTOS DE ¿Cómo se siente respecto a Vd. mismo?
INUTILIDAD O DE CULPA ¿Cómo está su autoestima? ¿Siente que vale poco?
EXCESIVOS ¿Se siente culpable de algo o lleno de faltas?
¿Piensa a menudo en estas cosas?
A8. DISMINUCIÓN ¿Tiene más problemas de lo habitual para concentrarse o prestar atención a algo?
OBSERVABLE DE LA Si es afirmativo:
CAPACIDAD PARA PENSAR ¿En qué cosas? ¿Ver TV? ¿Seguir una conversación? ¿Leer?
O CONCENTRARSE, O Preguntar por duración y persistencia
INDECISIÓN, CASI CADA DÍA
¿Le resulta más difícil tomar decisiones sobre las cosas que antes no le costaba trabajo
decidir?
Si es afirmativo:
¿Sobre qué cosas?
Preguntar por duración y persistencia
A9. PENSAMIENTOS ¿Piensa mucho en la muerte (la suya, la de otra persona, o la muerte en general?
RECURRENTES DE MUERTE A veces, cuando uno se siente mal, piensa en hacerse daño o en quitarse la vida. ¿Le ha
(NO SÓLO MIEDO A MORIR), pasado a Vd. esto?
IDEACIÓN SUICIDA, HAYA O Si es afirmativo:
NO PLAN ESPECÍFICO DE ¿Ha pensado en algún modo de hacerlo?
SUICIDIO), O INTENTOS O ¿Lo ha intentado alguna vez?
PLANES DE SUICIDIO
Si es negativo:
¿Desearía estar muerto?
¿Ha deseado a veces no despertarse más al quedarse dormido?
B. LOS SÍNTOMAS NO [HAY QUE DESCARTAR LA PRESENCIA SIMULTÁNEA DE SÍNTOMAS
CUMPLEN LOS CRITERIOS DEPRESIVOS Y MANÍACOS]
PARA UN EPISODIO MIXTO
-4-
SI
NO
¿La depresión ha estado causada por Trastorno del estado de ánimo debido a
fatores médicos? SÍ una condición médica general
NO
¿Ha estado causada la depresión por el Trastorno del estado de ánimo inducido
uso de sustancias, medicación, o tóxicos? SÍ por sustancias
NO
NO
TRASTORNO DEPRESIVO
9-10
10-11
11-12
12-1
1-2
2-3
3-4
4-5
5-6
6-7
7-8
8-9
9-10
10-12
-0-
REFERENCIA
Muñoz, R., Aguilar, S.A. y Guzman, J. (1990). San Francisco General Hospital. Universidad de California, San
Francisco
-2-
En esta hoja se indican una serie de pensamientos que pasan por la cabeza de las personas.
Por favor, lea cada pensamiento e indique con qué frecuencia dicho pensamiento le ha ocurrido
durante la semana pasada.
Lea cada frase atentamente y RODEE CON UN CIRCULO la respuesta más adecuada siguiendo
esta escala:
1=NUNCA
2=ALGUNAS VECES
3=BASTANTE A MENUDO
4=MUY A MENUDO
5=CASI SIEMPRE
NOTA: No deje ninguna línea sin contestar. Si duda, elija el número más aproximado
Este cuestionario consiste en una lista de veinte frases. Por favor, léalas cuidadosamente una a
una antes de contestar. Si la frase describe su opinión DURANTE LAS DOS PASADAS
SEMANAS (incluyendo hoy mismo), escriba una "V" ("Verdadero") en la línea que precede el
comienzo de la frase; si la frase no refleja su opinión, escriba una "F" ("Falso") en la citada línea.
REFERENCIAS:
Beck, A.T., Weissman, A., Lester, D. y Trexler, L. (1974). The measurement of pessimism: The Hopelessness
1. Deseo de vivir
0Moderado a fuerte
1Débil
2Ninguno
2. Deseo de morir
0Ninguno
1Débil
2Moderado a fuerte
3. Razones para vivir/morir
0Las de vivir superan a las de morir
1Más o menos igual
2Las de morir superan a las de vivir
4. Deseo de efectuar un intento activo de suicidio
0Ninguno
1Débil
2Moderado a fuerte
5. Intento pasivo de suicidio
0Tomaría precauciones para salvar la vida
1Dejaría al azar la vida o la muerte (ej.: cruzar sin mirar una calle)
2Evitaría las medidas necesarias para salvar o mantener la vida (ej.: un diabético que cesa de tomar
insulina)
ATENCION: Si todas las respuestas a los Items 4 y 5 son "0", no administrar las Secciones II, III, y IV.
REFERENCIAS:
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negative affect: The PANAS scales. Journal of Personality and Social Psychology, 54, 1063-1070.
2. Sandín, B., Chorot, P., Lastao, L., Joiner, T.E:, Santed, M., y Valiente, R. (1999). The PANAS scales of positive
and negative affect: factor analytic validation and cross-cultural convergence. Psicothema, 11.
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PSI
Nombre................................................................... Fecha....................................
Este inventario contiene una lista de distintas actitudes o creencias que tiene a veces la gente.
Lea cada frase con atención y decida en qué medida está o no de acuerdo.
Para cada frase, señale su respuesta marcando un aspa (X) bajo la columna que mejor describe
su modo de pensar. Dado que cada persona es distinta, no existen respuestas correctas ni erróneas.
Para decidir si una determinada actitud es típica de su modo de ver las cosas, basta con que
tenga presente cómo es usted la mayoría de las veces.
EJEMPLO
Totalmente Bastante Ligeramente Neutral Ligeramente Bastante Totalmente
en en en de de de
desacuerdo desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo acuerdo
La mayoría de las
personas son buenas una
vez que se las conoce
X
Fíjese en el ejemplo anterior. Para mostrar en qué medida una frase describe su actitud, usted
puede marcar cualquier punto desde "totalmente de acuerdo" hasta "totalmente en desacuerdo". En
el ejemplo, la señal colocada en "ligeramente de acuerdo" indica que esta frase es algo típica de las
actitudes de la persona que responde.
REFERENCIAS:
1. Sanz, J. & Vázquez, C. (1993). Adaptación española de la Escala de Actitudes Disfuncionales
(DAS) de Weissman y Beck: Propiedades clínicas y psicométricas. Análisis y Modificación de
Conducta, 19, 707-750. 2.
Sanz, J. y Vázquez, C. (1994). Algunas consideraciones adicionales sobre la Escala de Actitudes
Disfuncionales (DAS) de Weissman y Beck. Análisis y Modificación de Conducta, 20, 669-673.
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Por favor, lea cuidadosamente cada una de las frases que aparecen a
continuación y responda en qué medida le describen. Para contestar, utilice la
siguiente escala:
1 = Muy en Desacuerdo
2 = Bastante en Desacuerdo
3 = Algo en Desacuerdo
4 = Ni en Desacuerdo ni de Acuerdo
5 = Algo de Acuerdo
6 = Bastante de Acuerdo
7 = Muy de Acuerdo
Las personas cuando se sienten mal suelen hacer cosas muy diversas para superar
su estado de ánimo. Queremos saber qué hace Ud. en concreto para superar o afrontar
estas experiencias de tristeza, desánimo, o depresión.
En cada una de las actividades que le vamos a proponer a continuación, señale con
qué frecuencia realiza esas actividades "anti-depresivas" y hasta qué punto le sirven a
Ud. para luchar de modo efectivo contra la depresión.
En esta ocasión le mostramos un ejemplo de una persona que dice que casi
siempre que se siente deprimida se pone a silbar para consolarse, y que hacer eso le
alivia bastante su estado de depresión. Por favor, conteste del mismo modo que en este
ejemplo, poniendo una cruz en las columnas que mejor se acerquen a su caso.
Recuerde que para cada actividad deberá poner dos cruces: una señalando la
frecuencia con que la realiza y otra señalando si le resulta útil para mejorar su estado de
ánimo. Por favor, no olvide responder a TODAS las preguntas.
REFERENCIAS:
Vázquez, C. & Ring, J. (1996). Estrategias de afrontamiento ante la depresión: Un análisis de su
frecuencia y utilidad mediante el «Coping Inventory of Depression» (CID). Psicología Conductual, 4, 9-28.
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Las personas piensan y hacen distintas cosas cuando se sienten tristes, deprimidas o abatidas.
Por favor lee cada una de las frases a continuación y rodea con un círculo si nunca, algunas
veces, a menudo o siempre piensas o actúas de esa manera cuando estás abatido, triste o
deprimido.
Por favor, indica lo que generalmente haces, no lo que crees que deberías hacer.