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TERAPIA RACIONAL EMOTIVO-CONDUCTUAL.


A. ELLIS

TRANSPARENCIAS 1-2-3.
Guión, Referencias bibliográficas

TRANSPARENCIA 4.

Son muchas y muy distintas las denominadas terapias cognitivas, incluidas en el modelo
cognitivo-conductual. Según Villa y Fernandez Santaella (2004) entre los autores que
han intentado identificar un denominador común a las distintas las terapias
cognitivas, se encuentran Ingram y Scott (1990) que recogen siete supuestos que, según
ellos, comparten todas las terapias cognitivas: 1) las personas responden a
representaciones cognitivas del ambiente más que a los acontecimientos per se; 2) el
aprendizaje está mediado cognitivamente; 3) la cognición media las disfunciones
emocionales y conductuales sin que se afirme una relación lineal en que lo primero sea
la cognición; 4) al menos algunas cogniciones o formas de cognición pueden ser
evaluadas objetivamente; 5) algunas formas de cognición pueden ser modificadas: 6) el
cambio cognitivo puede cambiar los patrones de disfuncionales de las emociones y las
conductas; y 7) los métodos cognitivos y conductuales de cambio terapéutico son
deseables, pudiendo quedar integrados en un modelo cognitivo-conductual común.

De estos supuestos se deduce que el denominador común de las terapias cognitivo-


conductuales sería el reconocimiento de la importancia de las variables cognitivas como
mecanismos causales de la disfunción y, por consiguiente, la orientación de las técnicas
de intervención hacia la modificación de tales variables, aunque las tácticas utilizadas
para alcanzar ese objetivo puedan ser tanto cognitivas como conductuales.

TRANSPARENCIA 5.

El nombre de terapias racionales y de reestructuración cognitiva fue acuñado por


Mahoney y Arknoff (1978) en la clasificación que llevaron a cabo de las distintas
terapias cognitivas existentes en los años sesenta. En esta clasificación identificaron tres
grandes grupos de terapias cognitivas: las racionales y de reestructuración cognitiva, las
dirigidas a entrenar habilidades para afrontar y manejar situaciones, y las terapias de
resolución de problemas. La terapia racional emotiva-conductual de A. Ellis se incluye
dentro de las terapias racionales y de reestructuración cognitiva junto con la terapia
cognitiva de Beck y el entrenamiento en autoinstrucciones de Meichembaum.

A pesar de las diferencias existentes entre estos tres procedimientos, existen


concepciones comunes a todas ellos, entre las que se encuentran: el enfatizar la
importancia de analizar y modificar los patrones de pensamiento disfuncionales del
paciente sustituyéndolos por patrones racionales y adaptativos dado que los humanos
desarrollan conductas desadaptadas y patrones afectivos negativos a través de procesos
cognitivos; y que la tarea del terapeuta es la de un diagnosticador-educador que evaluará
los procesos cognitivos desadaptados y, posteriormente, desarrollará experiencias que
alteraran las cogniciones y los patrones afectivos y de conducta relacionados con ellas.
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TRANSPARENCIA 6.

La TREC fue fundada por Ellis a comienzo de la década de los sesenta. Es la pionera
de las terapias de reestructuración cognitiva y fue conocida hasta 1994 como Terapia
racional-emotiva (TRE). Albert Ellis, modifica su denominación incorporando el
término “conductual”, basándose en que con frecuencia incluye, en sus intervenciones
terapéuticas, técnicas conductuales (Ellis, 1994).
El propio Ellis cuenta cómo, tras formarse en el psicoanálisis, se da cuenta que éste
método terapéutico es poco eficaz para resolver problemas emocionales. La búsqueda
de un tratamiento más adecuado le llevó a elaborar una nueva forma de hacer terapia,
poniendo en práctica métodos racionales que hacían que los clientes cambiaran la
manera que tenían de verse a sí mismos y de considerar sus problemas, encontrando que
estos procedimientos eran claramente más efectivos. En el desarrollo de su terapia
reconoce la influencia de diversos factores entre los que se encuentra su práctica clínica
como psicólogo dedicado al tratamiento de problemas sexuales y de pareja; diversas
corrientes filosóficas tales como el pensamiento de los estoicos, que sostenían que la
perturbación emocional no está directamente provocada por la situación sino por la
interpretación que los sujetos hacen de ella; el psicoanálisis, especialmente las figuras
de Horney y Adler; y las técnicas y el enfoque activo-directivo del movimiento
conductista.

En la base del desarrollo de su teoría se encuentra el supuesto de que las personas


tienen ideas o filosofías de vida irracionales que, aunque inventadas por ellas mismas,
las mantienen dogmáticamente, produciéndoles perturbaciones emocionales y
conductuales. La causa de los problemas psicológicos estaría en la manera que tiene el
sujeto de interpretar su ambiente y sus circunstancias, y las creencias que ha
desarrollado sobre sí mismo, sobre los otros y sobre el mundo en general. El elemento
principal es el sistema de creencias de los sujetos que se caracteriza por patrones de
pensamiento irracional dado que son: 1) falsos, ya que distorsionan la realidad, son
interpretaciones incorrectas de lo que sucede y no se sostienen con la evidencia
disponible; 2) disfuncionales, puesto que dificultan la obtención de metas y producen o
pueden producir patología; y 3) automáticos, dado que el sujeto no conoce su existencia
ni sabe el papel mediador que juegan en todo lo que siente y hace. (Ellis, 1990).

TRANSPARENCIA 7.

La TREC ilustra esta premisa básica a través del esquema A-B-C. Este esquema
representa las reacciones emocionales y conductuales de los individuos, partiendo de la
teoría central de que las cosas que ocurren no son las que producen las perturbaciones,
sino que éstas se generan por la interpretación que las personas tienen sobre ellas.
Siguiendo este esquema: los acontecimientos (A) no causan los problemas emocionales
y de conducta que tienen los sujetos (C), sino que estos son causados por las creencias
(B) que subyacen a las interpretaciones sobre A que hacen los sujetos, aunque se tienda
a pensar que A causa C porque le sigue inmediatamente y de forma directa.

TRANSPARENCIA 8

Uno de los aspectos básicos de la TREC es la distinción entre creencias racionales e


irracionales. Aunque ambas se describen como cogniciones evaluativas propias de cada
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persona, las creencias racionales son probabilísticas, preferenciales o relativas y se


expresan en términos de deseos y gustos: “me gustaría”, “preferiría” “no me gustaría”,
etc. Cuando las personas no consiguen lo que desean, los sentimientos negativos de
displacer o insatisfacción que generan (tales como preocupación, tristeza o disgusto) no
impiden el logro de nuevos objetivos o propósitos. Las creencias irracionales, por el
contrario, son dogmáticas o absolutas y se expresan en términos de obligación,
necesidad imperiosa o exigencia: “tengo que”, “debo de”, “estoy obligado”, etc. Su no
consecución provoca emociones negativas inapropiadas (depresión, culpa, ira, ansiedad,
miedo) que interfieren en la consecución de objetivos y generan alteraciones de la
conducta tales como aislamiento, conductas de evitación o de escape, abuso de
sustancias tóxicas, etc. (Ellis, 1982).

TRANSPARENCIA 9.

Las ideas irracionales, independientemente de las peculiaridades de cada sujeto, se


pueden agrupar en un número reducido de categorías que conformarían las ideas
irracionales básicas. Entre ellas estarían las siguientes: 1) tengo que ser amado y tener
la aprobación de todas las personas importantes de mi entorno; 2) si soy una persona
valiosa, tengo que ser siempre competente, suficiente y capaz para conseguir todo lo
que me propongo; 3) las personas malas, infames o inmorales, deben ser culpabilizadas
y castigadas por sus malas acciones; 4) es horrible y catastrófico que las cosas no
salgan, no sean, o no vayan, como yo quiero o deseo; 5) las desgracias humanas se
originan por causas externas y no puedo hacer nada o casi nada para evitar o controlar la
pena y el sufrimiento que me producen; 6) si puede pasar algo peligroso o terrible, debo
sentirme muy preocupado o asustado y pensar constantemente en la posibilidad de que
ocurra; 7) es más fácil evitar que enfrentarme a las responsabilidades y los problemas de
la vida; 8) debo depender de personas más fuertes y poderosas en quien confiar y
apoyarme; 9) las cosas que me ocurrieron en el pasado, son determinantes de mi
conducta actual y futura porque siempre me influirán de manera definitiva y me
volverán a ocurrir; 10) debo asumir y preocuparme mucho y constantemente por los
problemas de los demás, como si fueran los míos; 11) cada problema tiene una solución
acertada y perfecta y es horrible y catastrófico no encontrarla.

TRANSPARENCIA 10.

Estas ideas irracionales fundamentales contienen tres nociones básicas en las que los
individuos hacen peticiones de carácter absoluto a sí mismos, a los otros y al mundo:
1) tengo que actuar bien y tengo que ganar la aprobación por mi forma de actuar; 2)
todas las personas deben actuar de forma agradable, considerada y justa conmigo; si no
lo hacen, son despreciables y malos y merecen ser castigados; 3) las condiciones de la
vida deben ser buenas y fáciles para que pueda conseguir prácticamente todo lo que
quiero sin mucho esfuerzo e incomodidad.

TRANSPARENCIA 11.

Estas exigencias absolutas y dogmáticas generan distorsiones cognitivas, que se


relacionan de forma interdependiente con las creencias irracionales, y entre las que se
encuentran: 1) resaltar en exceso lo negativo de un acontecimiento; 2) exagerar lo
insoportable de una situación; y 3) condenar a las personas, o al mundo en general, si
no proporcionan al individuo lo que éste cree que merece (Dryden y Ellis, 2001).
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Estas demandas absolutas generan en el sujeto una tensión emocional que da lugar a
dos tipos de perturbaciones psicológicas: la ansiedad del yo y la ansiedad
perturbadora. La ansiedad del yo se produce cuando se altera la imagen de uno mismo;
cuando el individuo se autocondena por no satisfacer las peticiones absolutas que se
hace a sí mismo (‘tengo que actuar bien y tengo que ganar la aprobación por mi forma
de actuar’). Por ejemplo, las autoevaluaciones negativas tales como ‘si fallo o me
desaprueban, significa que no soy valioso’, generan tensión emocional debido a que el
sujeto se siente amenazado. Esto puede llevarle a evitar las situaciones donde el fracaso
o la desaprobación puede ocurrir y a la aparición de problemas tales como el desarrollar
un comportamiento no asertivo debido al miedo a lo que los demás puedan pensar. La
ansiedad perturbadora tiene lugar cuando no se satisfacen las peticiones dogmáticas
que crean bienestar y condiciones de vida cómoda. Este tipo de ansiedad es provocada
por las demandas que el individuo dirige a los otros (‘todos deben tratarme siempre
bien, de forma agradable y considerada’) o al mundo (‘las condiciones de la vida deben
ser buenas y fáciles para que pueda conseguir prácticamente todo lo que quiero sin
mucho esfuerzo e incomodidad’). Esta ansiedad implica: baja tolerancia a la frustración,
producida por las demandas que no suceden y el catastrofismo asociado, y baja
tolerancia al malestar, debido a las experiencias físicas o psicológicas de malestar y al
catastrofismo asociado cuando el sujeto lo padece.

Dado que cada tipo de ansiedad se acompaña de creencias irracionales diferentes, se


hace hincapié en la necesidad de identificar cada tipo de ansiedad, ya que requieren
tratamientos específicos. Así, la ansiedad del yo conlleva creencias relacionadas con
incompetencia o descalificación personal, mientras que son propias de la ansiedad
perturbadora las relacionadas con la no aceptación del malestar y el considerar las
emociones negativas como malas.

En cada cliente se debería indagar y hacer explícitas cuáles son las ideas irracionales
que están operando en su forma de sentir y comportarse, y habría que enseñarle la forma
de abandonarlas o cambiarlas por otras más racionales, ayudándole a sentir y actuar de
manera apropiada y eficaz. Así, podrá conseguir las metas que se propone y aumentar la
autoaceptación y la tolerancia a la frustración y al malestar.

TRANSPARENCIA 12: VIDEO 1

TRANSPARENCIA 13: VIDEO 2

TRANSPARENCIA 14

El procedimiento terapéutico de la TREC consta de cuatro grandes fases, que no


están claramente delimitadas pudiendo, en ocasiones, entremezclarse: 1) evaluación de
los problemas, explicación del esquema A-B-C y del método terapéutico que se va a
seguir; 2) detección de las ideas irracionales y caer en la cuenta de su papel en los
trastornos emocionales y conductuales; 3) debate y cambio de las ideas irracionales; y
4) aprendizaje de una nueva filosofía de vida (Ellis y Grieger, 1990; Grieger, 1990).

En la primera fase, el terapeuta de la TREC averigua el tipo de problemas que


presenta el cliente a través de entrevistas de evaluación. Ellis clasifica los problemas
en dos grandes categorías: externos e internos. Los problemas externos, dependen de
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situaciones ambientales, y se incluirían en ellos: las preocupaciones profesionales, los


problemas específicos de la vida, y las dificultades de relación con personas concretas.
Todos se incluyen, dentro del esquema A-B-C, en A, acontecimientos activadores. Los
problemas internos comprenden los síntomas que presenta el cliente, es decir, las
perturbaciones emocionales y las conductas desadaptadas que manifiestan, tales como
ansiedad, depresión, ira, culpa, aislamiento, adicciones, etc. y estarían incluidas en C,
reacciones o consecuencias. Estos últimos conforman los problemas primarios,
trastornos en los que se centra la TREC.

No es raro encontrar, al realizar la evaluación, lo que Ellis denomina problemas


secundarios, que están formados por los síntomas que tiene el sujeto ante la percepción
de los síntomas primarios. Generalmente, los problemas primarios se solapan con los
secundarios. Esto se puede observar en el ejemplo anteriormente comentado del sujeto
que creía que nadie quería ser su amigo porque no era una persona interesante y no tenía
ningún valor como persona (B) y estas creencias le producían abatimiento y aislamiento
(C= problemas primarios). Al darse cuenta que evita a las personas y se aísla (C que
actúa como nueva A) lo considera una debilidad (nueva B) lo que le hace sentirse
mucho más hundido (nueva C= problemas secundarios). También serían ejemplos de
problemas secundarios la vergüenza, depresión o culpa que pueda sentir un cliente por
sentirse ansioso, deprimido o por sufrir una adicción. Es importante distinguir los
problemas secundarios de los primarios y tratar en primer lugar los secundarios para
posteriormente centrarse en los primarios.

TRANSPARENCIA 15

Caso práctico. Presentación

TRANSPARENCIA 16

Ejercicio 1: Evaluación del problema


Plantilla de Corrección

1- A = Va por la calle, se cruza con un amigo y éste no le saluda (lo que sucedió) y
“no quiere saber nada de mí, le pasa algo conmigo” (la interpretación de lo que
sucedió)
2- B = “pierdo a todos mis amigos; nadie quiere ser amigo mío; no soy una persona
interesante y no tengo nada que ofrecer; no tengo ningún valor ni como amigo ni
como persona” (sus creencias sobre A)
3- C1 = abatimiento y aislamiento (problemas emocionales y de conducta.
Problemas primarios)
C2 = sentirse mucho más hundido (problemas emocionales. Problemas
secundarios)
4- El darse cuenta que está evitando a esa persona y aislándose de los demás (A2,
nuevo acontecimiento activador) y a que cree que es debido su comportamiento
(es débil = B2, nueva creencia)
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TRANSPARENCIA 17.

Una vez categorizados los problemas en internos o externos, primarios o secundarios y


en términos del esquema A-B-C, se le explicará al cliente el método que se va a
seguir en la terapia para resolverlos. Se le expondrá con claridad que se trabajará sobre
las creencias irracionales (B) ya que son las generan los problemas emocionales y
conductuales que presenta (C). Cuando esto esté resuelto se centrarán en los problemas
ambientales (A). En el caso anterior, se centrarían en primer lugar en combatir y
modificar las creencias (nueva B) que genera los problemas secundarios (nueva C), para
posteriormente centrarse en las creencias (B) que generan los síntomas primarios (C) y,
por último abordar A, los problemas en las relaciones interpersonales que presente el
cliente.
Una opción realista que podrían plantear los clientes es que se centrase la terapia en
modificar las interpretaciones incorrectas que se hacen de las situaciones.

Es importante, en esta fase, que el cliente comprenda y asuma que: 1) sus ideas y
creencias tienen un papel fundamental en sus problemas emocionales y de conducta; 2)
aunque sus ideas irracionales hayan sido aprendidas en experiencias tempranas
desagradables, la causa de sus problemas actuales no es la experiencia anteriormente
vivida como negativa, sino el que ahora siga utilizando esas mismas ideas irracionales;
3) para superar sus problemas no existe otro camino que rebatir persistentemente las
creencias irracionales, ya que el conocerlas y saber la influencia que ejercen sobre la
conducta no basta para producir cambios duraderos en los síntomas; y 4) puede y es
conveniente que se acepte a pesar de sus problemas emocionales (Grieger, 1990).

TRANSPARENCIA 18: VIDEO 3

TRANSPARENCIA 19.

En la segunda fase, el terapeuta ayudará al cliente a descubrir sus ideas irracionales y


el papel que juegan en sus problemas emocionales y conductuales, través de un
diálogo didáctico. Mediante preguntas tales como “¿qué pensabas en ese momento o en
esa situación; ¿qué pensabas cuándo hiciste…o sentiste…o te dijeron…?; ¿me estás
contando que eres un fracasado/a y que absolutamente todo lo que te has propuesto en la
vida te ha salido mal? ¿me estás diciendo que una buena madre es aquella capaz de
satisfacer todas las necesidades de sus hijos?”, se le ayuda a darse cuenta de cuáles son
sus pensamientos y creencias irracionales.

TRANSPARENCIA 20

Para discernir las ideas irracionales es necesario buscar entre los pensamientos
automáticos, las afirmaciones imperativas y exigentes que se hace a sí mismo (revisar
sus debería…tengo que…) cuando quiere, debe, necesita o desea de forma absoluta e
imprescindible conseguir algo. También se tiene que analizar la tendencia a ver el
mundo algo deformado y las generalizaciones acerca de lo que ha ocurrido y/o
probablemente ocurrirá y que distorsionan la realidad.
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TRANSPARENCIA 21

Una vez encontradas las exigencias internas, se está en condiciones de descubrir las
formas de pensamiento irracional, revisando las principales formas de irracionalidad:
1) pensar que alguien o algo debería, sería necesario, o tiene que ser distinto de de lo
que es; 2) calificar la situación como horrenda, terrible, horrorosa (tremendismo); 3)
pensar que no es posible sufrir, soportar o tolerar a esa persona o cosa
(insoportabilidad) y afirmar que no debería haber sucedido así; y 4) ante los errores
cometidos, afirmar que el que los comete merece reprobación y puede calificársele de
canalla, pernicioso y despreciable (condenación) (Ellis, 1990a).

Además, el terapeuta solicitará al cliente que, a través de autorregistros practique,


fuera de la consulta, lo aprendido en las sesiones de terapia. Para ello le pedirá que
identifique y registre diariamente los pensamientos irracionales (B) que le aparecen ante
los diversos problemas externos a los que se enfrenta en las distintas situaciones
ambientales (A) y que se dé cuenta del papel mediador que tiene el pensamiento
irracional en las consecuencias emocionales y conductuales negativas que le ocurren (C)
Tabla 1.- Autorregistro de pensamientos y creencias irracionales
Día y Situación Pensamiento irracional Consecuencias emocionales y de conducta
hora (A) (B) (C)

TRANSPARENCIA 22: VIDEO 4

TRANSPARENCIA 23

Ejercicio 2. Detección ideas irracionales.


Plantilla de corrección

1- Una vez establecidos cuáles son los problemas primarios y los problemas
secundarios se deberían tratar en primer lugar los secundarios para
posteriormente centrarse en los primarios.
En este ejemplo, el terapeuta se debería centrar en las ideas irracionales del
sujeto que le llevan a aislarse cada vez más de los demás y le hacen sentirse
mucho más hundido cuando se da cuenta que evita al amigo que no le saludó y
se da cuanta que cada vez está más aislado. Dado que no están explicitadas en el
texto, habría que en primer lugar determinarlas para poder debatirlas.

2- A través de un diálogo didáctico o socrático el terapeuta le hará preguntas del


tipo:
a. ¿Me estás contando que no tienes a nadie que podrías decir que es tu
amigo?
b. ¿Realmente me dices que siempre te han rechazado todas las personas de
tu alrededor?
c. ¿No puedes tomar un café con nadie, porque nadie quiere tomarse un
café contigo?
d. ¿Cuándo te has acercado a saludar a alguien, de forma sistemática y
siempre la gente te ha rechazado?
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e. ¿Realmente crees que no tienes ningún valor como persona? ¿Eres una
persona mala? ¿Siempre deseas que a la gente le vaya mal? ¿No te
importa nadie de las personas de tu alrededor? ¿No te interesas por
ninguna cosa que le pase a ninguno de los que te rodean?
f. ¿Me estas diciendo que no te interesa ninguna cosa? ¿Qué no te importa
tu trabajo? ¿Qué no te interesa ningún tipo de actividad cultural, política,
social o deportiva? ¿Qué no tienes ningún tipo de motivación por
ninguna cosa?
g. ¿Me estás diciendo que todo lo que has propuesto a la gente, en todas las
situaciones y circunstancias, ha fracasado, te ha salido mal?.
De este modo se le ayuda al cliente a darse cuenta de cuáles son sus
pensamientos y creencias irracionales.

3- Estas ideas son irracionales porque son tremendistas (calificar la situación


como horrenda y terrible), insoportables (pensar que no es posible sufrir,
soportar o tolerar esa situación), distorsionadas y dogmáticas; son
generalizaciones a cerca de lo ocurrido. Además, provocan emociones
negativas inapropiadas, en este caso: culpa, ansiedad, abatimiento, que
interfieren con su vida y generan alteraciones no adaptativas de la conducta,
en este caso: aislamiento y conductas de evitación o de escape.
4- Las ideas irracionales generan, en el sujeto, tensión emocional que da lugar a
dos tipos de perturbaciones psicológicas: la ansiedad del yo y la ansiedad
perturbadora. En este caso el sujeto siente ansiedad del yo.
Es ansiedad del yo y no ansiedad perturbadora, dado que sus ideas irracionales
alteran la imagen de si mismo, puesto que el sujeto se autocondena.

5- La ansiedad del yo conlleva creencias relacionadas con incompetencia o


descalificación personal. Esto se hace patente en las autoevaluaciones negativas
del sujeto: “no soy una persona interesante y no tengo nada que ofrecer; no
tengo ningún valor ni como amigo ni como persona”, lo que le conduce al
aislamiento, conducta de evitación con la que el sujeto intenta evitar situaciones
donde se siente amenazado y desaprobado socialmente. Probablemente en este
caso las ideas irracionales del sujeto están relacionadas con la creencia
irracional 1: tengo que ser amado y tener la aprobación de todas las personas
importantes de mi entorno; la 2: si soy una persona valiosa, tengo que ser
siempre competente, suficiente y capaz para conseguir todo lo que me propongo;
la 4: es horrible y catastrófico que las cosas no salgan, no sean, o no vayan,
como yo quiero o deseo; y posiblemente la 9: las cosas que me ocurrieron en el
pasado, son determinantes de mi conducta actual y futura porque siempre me
influirán de manera definitiva y me volverán a ocurrir

6- El terapeuta solicitará al cliente que, a través de un autorregistro practique,


fuera de la consulta, lo aprendido en las sesiones de terapia. Para ello le pedirá
que identifique y registre diariamente los pensamientos irracionales (B) que le
aparecen ante las diversas interacciones sociales a las que se enfrenta en las
distintas situaciones ambientales (A) y que se dé cuenta del papel mediador que
tiene el pensamiento irracional en las consecuencias emocionales y conductuales
negativas que le ocurren (C)
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Autorregistro de pensamientos y creencias irracionales


Día y Situación Pensamiento irracional Consecuencias emocionales y de conducta
hora (A) (B) (C)

TRANSPARENCIA 24

Para debatir y eliminar las ideas irracionales, tercera fase, el terapeuta, mediante
preguntas que susciten la discusión y el debate, ayudará al cliente a cuestionar la
veracidad de sus pensamientos irracionales analizando: 1) los aspectos a favor y en
contra de cada uno de ellos; 2) el tipo de argumentos ilógicos y falsos que está
utilizando para mantenerlos; 3) cómo puede generar creencias racionales que le sirvan
de alternativa; y 4) qué beneficios encontrará al adoptar creencias racionales en lugar de
las irracionales que mantiene, motivándole de esta manera a que adquiera un mayor
grado de compromiso y responsabilidad al hacer suyas las nuevas creencias racionales
que vaya adoptando.

TRANSPARENCIA 25.

Ellis aconseja seguir en este debate, el método hipotético-deductivo y que resume en


cinco reglas: 1) empirismo: aceptar como realidad solo aquellos hechos que pueden ser
observados y comprobados; 2) lógica: aceptar como válidas sólo aquellas proposiciones
que se deriven de forma lógica, sin contradicciones, de otros principios o proposiciones;
3) flexibilidad: disposición a cambiar las ideas y teorías propias en función de nuevos
hechos o nueva información; 4) ausencia de valoración moral: dado que la ciencia no
hace valoraciones sobre la bondad o maldad de los hechos, no se puede condenar o
premiar en términos absolutos y universales por actuar de una u otra forma; y 5)
probabilismo: la ciencia no garantiza con total certeza que se conseguirán
determinados objetivos si se realizan determinadas acciones, sólo se puede establecer la
mayor o menor probabilidad de que eso ocurra (Ellis y Lega, 1993). Para realizar esto,
el terapeuta hará preguntas del tipo: “¿Hay alguna certeza innegable de que ese
pensamiento tuyo sea verdadero?; ¿En qué te basas para decir que si pasa…significará
que eres inútil y despreciable? ¿Es lógico que deduzcas que si pasa…tiene que
ocurrir…?; ¿En qué te basas cuando crees que si actúas de tal manera mereces que te
pase tal cosa?; ¿Trata de probar que es sensato pensar que debemos ser perfectos en
todo?”; ¿Trata de demostrar que si tú haces…mereces que te ocurra…?; ¿En qué te
basas para decir que si tú haces…los demás deben de hacer…?”

TRANSPARENCIA 26.

También, para demostrar que una creencia es irracional el terapeuta, puede utilizar el
procedimiento de reducción al absurdo, asumiendo la creencia irracional como correcta
y llevándola hasta su extremo lógico, de tal manera que lo ilógico se muestre patente y
lleve a que el cliente vea la necesidad de reformularla.

A lo largo del proceso el cliente va aprendiendo que los pensamientos racionales son
aquellos que expresan preferencias o deseos en términos relativos y probabilísticos,
nunca en términos absolutos y dogmáticos. Como una forma de afianzar el aprendizaje
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y la restructuración cognitiva, también son importantes, en esta fase, los autorregistros


(ver Tabla 2). Ellis los denomina: Formularios de autoayuda de la terapia racional-
emotiva y tienen la forma de un diario con columnas para escribir, de izquierda a
derecha, el día, la hora y la situación (A), el pensamiento irracional (B), las
consecuencias (C), el debate y sustitución por un pensamiento racional (D) y los efectos
de dicha sustitución (E)1.
Tabla 2.- Formulario de autoayuda de la TREC
Día y Situación Pensamiento Consecuencias Refutación y Sentimientos y conductas
hora (A) irracional emocionales y de Creencia racional experimentados con la
(B) conducta eficaz nueva creencia racional
(C) (D) (E)

Se considera importante detectar en esta etapa si el cliente manifiesta resistencias o


miedos para dejar de pensar de la forma que lo hace habitualmente. Grieger (1990)
enumera los miedos más frecuentes: 1) perder la identidad por asumir ideas nuevas que
surgen de otros; 2) volverse frío emocionalmente por pensar racionalmente; 3)
convertirse en mediocre por abandonar las ideas perfeccionistas; 4) perder las
gratificaciones que obtiene con su forma patológica de pensar y actuar. Si se descubre
alguno de estos miedos, se deberá centrar la atención terapéutica en ellos
considerándolos importantes distorsiones cognitivas.

TRANSPARENCIA 27: VIDEO 5

TRANSPARENCIA 28.

La última fase de la terapia, aprender una nueva filosofía de vida, tiene como objetivo
que se arraiguen, de manera permanente y estable, las nuevas creencias racionales que
se han aprendido en la fase anterior. Para ello el terapeuta animará al cliente a que
encuentre la forma de convencerse de la validez y del valor pragmático de lo que ha
aprendido, lo que TREC denomina fortalecer el hábito. Para conseguir este
fortalecimiento el cliente debe, a través de tareas programadas para casa, enfrentarse a
los acontecimientos activadores (A) que susciten ideas irracionales (B) para que las
pueda detectar y darse cuenta de las consecuencias emocionales y de conducta (C) que
les acompañan, debatir esas creencias y fomentar las ideas racionales aprendidas
durante las sesiones anteriores (D), y observar las consecuencias emocionales que estas
nuevas ideas racionales traen consigo (E). También en este momento deberá el cliente
utilizar los autorregistros comentados en la etapa anterior.

TRANSPARENCIA 29.

1
El Formulario de autoayuda de la TREC empleado en las tareas para casa, y elaborado
por el Institute for Racional-Emotive Therapy, se puede encontrar traducido en Lega,
Caballo y Ellis (2002).
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La TREC utiliza en el curso del proceso terapéutico, diversas técnicas cognitivas y


conductuales, además de las entrevistas de evaluación, para detectar los problemas que
presenta el cliente, el entrenamiento en detección de creencias irracionales, las
técnicas de persuasión verbal o debate, para cuestionar y refutar los pensamientos
irracionales y los autorregistros, comentados anteriormente.
Entre las más utilizadas encontramos:
- técnicas emotivas o emotivo-conductuales, entre las que se encuentran la
imaginación racional emotiva y los ejercicios para atacar la vergüenza. La
imaginación racional emotiva se lleva a cabo con el objetivo de practicar la
sustitución de pensamientos irracionales por racionales. El terapeuta pedirá al
sujeto que cierre los ojos e imagine una situación (A) que le genere sentimientos
negativos como ansiedad o depresión y que vaya relatando los pensamientos
que le suscitan (B) y que hacen que comience a sentirse mal (C). A
continuación, y mientras mantiene las imágenes claras, se le pide que debata
esos pensamientos y los sustituya por pensamientos racionales (D) describiendo
los efectos que esta sustitución produce en sus emociones (E).
- Los ejercicios para atacar la vergüenza, se utilizan para ayudar a los sujetos a
practicar el pensamiento racional y aceptar las emociones negativas como
experiencias normales de la vida. Consisten en pedir al cliente que se exponga a
situaciones no peligrosas, física o socialmente (A) que le generan pensamientos
irracionales (B) y sentimientos negativos como vergüenza, temor, tristeza o
repugnancia (C) y que se acepte a sí mismo y la incomodidad que siente (E),
relativizando la situación y el sentimiento y practicando el decirse a sí mismo
pensamientos racionales (D). Ejemplos de este tipo de ejercicios podrían ser: en
el centro de trabajo, ir tarareando una canción; en un sitio conocido, pedir una
consumición y decirles que lo pagarás al día siguiente porque no tienes dinero;
llevar un calcetín de cada color; en una tienda preguntar por algo que tienes
delante, etc. El cliente debe exponerse a la situación y practicar el decirse a sí
mismo: “el que se rían no significa que se rían de mí o que piensen que soy
tonto”; “dado que me conocen y pago siempre, no tienen porqué pensar que soy
un aprovechado o un timador”; “es normal olvidarse, alguna vez, una cosa”;
“todo el mundo tiene despistes”; “es normal preguntar por las cosas que no se
encuentran” etc.
- Con aquellos clientes que tienen dificultades para debatir y cuestionarse los
pensamientos irracionales, debido a sus limitaciones intelectuales, la TREC
recomienda la utilización del entrenamiento en autoinstrucciones. Cliente y
terapeuta elaborarán, a lo largo de las sesiones, una serie de frases racionales
que le sirvan para contrarrestar sus pensamientos irracionales. Se le pedirá al
sujeto que las escriba en fichas, que las lea varias veces al día para
memorizarlas, y que se las diga cada vez que se enfrente a las situaciones que le
generen emociones y/o conductas desadaptadas.

Entre las técnicas conductuales utilizadas se encuentran:


- ensayos de conducta (para favorecer el ensayo de la discusión y la sustitución
de creencias irracionales por racionales)
- el entrenamiento en habilidades sociales para entrenar al sujeto en habilidades
sociales específicas que aparezcan como problemáticas o no aparezcan en el
repertorio del sujeto)
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- exposiciones a las situaciones temidas (para posibilitar debates cognitivos en


aquellas situaciones reales que les provocan miedos intensos. Podrían incluirse
aquí los ejercicios para atacar la vergüenza)
- entrenamiento en resolución de problemas (para ayudar a resolver problemas
específicos en situaciones tales como conflictos maritales, decisiones de
separación marital, cambios en el trabajo, etc.). En general, estos
procedimientos se utilizan para favorecer el debate y el cambio cognitivo en las
situaciones que generan malestar emocional o en las que el sujeto se comporta
de forma inadecuada, ayudando a la consolidación de los nuevos patrones de
pensamiento racional.
- También se recurre al refuerzo y al castigo con el objetivo de animar a los
clientes a asumir la responsabilidad del cambio. En las sesiones de terapia el
cliente establecerá qué tipos de refuerzos o castigos concretos se autoaplicará en
función de la realización o no de determinadas tareas.

TRANSPARENCIA 30: VIDEO 6

TRANSPARENCIA 31: VIDEO 7

TRANSPARENCIA 32.

Con el objetivo de disminuir las exageraciones y la importancia que los clientes


conceden a las cosas, el dramatismo de los acontecimientos de la vida y las exigencias
absolutas que se demanda a sí mismo y a los otros, la TREC utiliza técnicas
humorísticas. Éstas consisten en utilizar todo tipo de recursos humorísticos como los
chistes y las frases ingeniosas, la ironía, el lenguaje exagerado, los juegos de palabras,
etc., que puedan ayudar a desdramatizar, a reírse de uno mismo y a considerar que el
exceso de seriedad y la autocompasión no ayudan a reducir el malestar emocional. Es
importante, cuando se utilicen estas técnicas, que le quede claro al cliente las razones
por las que se utilizan y que el terapeuta se está riendo de sus pensamientos y creencias
irracionales y no de él. Ellis (1990b) describe las ventajas de la utilización del sentido
del humor en la terapia dado que: 1) puede ayudar al cliente a reírse de si mismo y a
aceptarse con sus fallos y vulnerabilidades; 2) clarifica muchos comportamientos
inadecuados de forma agradable; 3) hace desaparecer la excesiva seriedad y la
monotonía de la terapia; 4) le ayuda a distanciarse de sus problemas y a ser más
objetivo; 5) sirve como método distractor de pensamientos inadecuados; y 6) demuestra
al cliente lo importante que es pasárselo bien en la vida.

TRANSPARENCIA 33.

Por último, la TREC considera fundamental el trabajo realizado fuera de las sesiones.
Las tareas que se suelen realizar en casa incluyen tanto actividades cognitivas como
conductuales entre las que se encuentran: autorregistros (para identificar pensamientos
irracionales); formularios de autoayuda (para debatir y sustituir pensamientos
irracionales); exposición a las situaciones que generen emociones negativas (para
practicar el debate y el pensar racionalmente); escuchar y debatir grabaciones (oír o
ver grabaciones de sesiones de terapia con el objetivo de comprender y asumir mejor los
principios de la TREC y poner en práctica o reproducir el debate de ideas irracionales
concretas y formulándose posteriormente pensamientos racionales que puedan servirle
en situaciones concretas); biblioterapia (lecturas específicas que ayuden al sujeto a
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hacer frente a sus problemas); enseñar la TREC a otras personas ayudando a


familiares y amigos a hacer frente a sus problemas, para que el cliente adquiera más
práctica en el uso de argumentos racionales y fortalezca su recién adquirida filosofía
racional.

TRANSPARENCIA 34
Ejercicio 3: Debate y eliminación de ideas irracionales. Plantilla de corrección

1.- Utilizando las reglas del empirismo y la lógica que señala el método hipotético-
deductivo. ¿Que tipo de preguntas harías a la paciente para ayudarle a rebatir su
interpretación sobre que el amigo no le haya saludado? Enumera un par de preguntas
para rebatir su creencia irracional.

- ¿Qué hechos confirman que tu amigo no te saludó porque no quiere saber


nada de ti?¿En qué otras cosas te basas para afirmar que tu amigo no quiere
saber nada de ti? ¿Qué otras cosas ha hecho o ha dicho tu amigo (además de
no saludarte ese día) que te de hagan pensar que le pasa algo contigo? ¿Te ha
manifestado alguna incomodidad o desagrado por algo?

- ¿Qué puede explicar que un amigo no te salude al cruzarse en la calle


contigo? ¿Qué otras explicaciones existen además de que no quiera saludarte?

- Estando con una amiga ¿has escuchado que alguien le ha dicho “te vi el otro
día pero no me saludaste”? ¿Alguna vez alguien te ha comentado que te había
visto y no le habías saludado? ¿Siempre es porque no has querido saludarle?

2.- Ana dice que “no tengo ningún valor ni como amiga ni como persona. ¿Cómo
podrías ayudar a rebatir esta creencia utilizando el empirismo y la lógica?

a) Realizando preguntas tales como:


El que una persona no quiera ser tu amiga ¿significa que tú no tienes valor? ¿qué
significa que alguna persona no quiera ser amiga tuya? ¿es la opinión de los
demás el reflejo de su valía? ¿qué pasa si alguien no quiere ser tu amigo?

b) Pidiendo que Ana enumere algunas situaciones que muestren que ha sido una
buena amiga. Por ejemplo: si se que alguien esté enfermo, llamo para
preocuparme por él; me intereso por la vida de los amigos; doy la enhorabuena
cuando a mis amigos consiguen algún logro; me muestro agradecida cuando mis
amigos tienen algún detalle conmigo; intento ayudar a mis amigos cuando me
piden algo; cuento a mis amigos las cosas que me han gustado y las comparto
con ellos (música, cine).

c) Pidiendo que Ana enumere algunos de sus logros, de las cosas que ha
conseguido a lo largo de su vida. Por ejemplo: calificaciones académicas,
trabajos realizados, sus intereses (el gusto por el cine, o la música, o los viajes),
su valores (solidaridad, compasión, honestidad, etc.)

Es importante que Ana llegue a considerar que no es terrible ni catastrófico que


alguien que considere un amigo no le acepte. Puede ser incómodo o molesto, pero
eso no pone en tela de juicio su valía.
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3.- ¿Cómo haría el terapeuta para que Ana fuera más flexible en sus valoraciones?

Ana estaría más dispuesta a cambiar sus ideas si encuentra alternativas que explique
el comportamiento de su amigo y que no pasan por poner en entredicho su
valoración como persona y como amiga.

A través del autorregistro Ana irá probando nuevas interpretaciones racionales y


comprobará la repercusión de estas en sus sentimientos y conductas.

4.- Como ilustramos en el caso de Ana el probabilismo.

- Cabe la posibilidad de que la interpretación de que su amigo no le haya


saludado es porque efectivamente no quería hacerlo. Esto no es terrible ni
insoportable, puede ser incómodo o molesto.

- No implica merecimiento: del hecho de que Ana se amable y valore a sus


amigos no se deduce que necesariamente tengan que aceptarla y valorarla.
Sólo puede establecer una mayor probabilidad que esto ocurra.

5.- ¿Qué otras técnicas cognitivas y conductuales crees que pueden ser útiles en el
caso de Ana?

a) Entrenamiento en habilidades sociales:


Afrontar la situación: enfrentarse al sujeto, saludarle y observar su
reacción. En el caso de que esta persona conteste al saludo, comentarle el
hecho “el otro día te vi, y no me saludaste”.
b) Entrenamiento en autoinstrucciones.
Hacer un listado de las autoverbalizaciones positivas incompatibles con
las que presenta Ana que utilizará en situaciones en las que emerjan
pensamientos y creencias irracionales. Por ejemplo: si no le saludan,
pensar “quizá no me haya visto”. Cuando surge el pensamiento de “nadie
quiere ser mi amigo”, emplear la autoinstrucción “tengo gente que me
quiere”

6.- ¿Cuándo terminaría el debate con la paciente?


- Cuando sea capaz de cambiar la imagen negativa de sí misma, modificando sus
pensamientos irracionales por otros racionales y haciendo que su sentimiento de valía
personal sea más independiente del juicio y la valoración de los otros.
- Cuando sea capaz de sustituir “tendría que ser mi amigo” por “preferiría que
fuera mi amigo”, admitiendo que es incómodo que no te acepten todas las personas que
valoras pero que no es horrible.

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