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FILOSOFOS

Introducción

Un filósofo es un hombre en busca de sabiduría. Sin embargo, la sabiduría no parece ser


un producto muy abundante; nunca ha habido sobreproducción en esta área. Tal vez por eso,
mientras más escaso es aquello que supuestamente interesa y preocupa al filósofo, más inclinados
nos sentimos a pensar que la sociedad necesita de él desesperadamente.

Desafortunadamente, no existe propiamente eso que llamamos "el filósofo"; ésta es una
abstracción que sólo existe en nuestra mente. Lo que hay son filósofos; y los filósofos, en tanto
que filosofan, están, o parecen estar, en desacuerdo en todo, incluso en los primeros principios de
la filosofía. Cada uno sigue su propio camino. Así, ponen en tela de juicio todo aquello sobre lo que
existe común acuerdo, y sus respuestas son igualmente conflictivas. ¿Qué se puede esperar de
ellos para bien de la sociedad?

Por otra parte, la grandeza de un filósofo y la verdad de su filosofía son valores completamente
independientes. Puede ocurrir que grandes filósofos se encuentren en el error. Por ejemplo, los
historiadores otorgan el honor de ser "los padres del mundo moderno" a dos hombres, el primero
de los cuales fue gran soñador y pobre filósofo, Juan Jacobo Rousseau, y, el segundo, pobre
soñador y gran filósofo, Hegel. Y ha sido justamente Hegel el que ha sumido al mundo moderno en
errores más profundos y fatales que aquellos provenientes de Rousseau.

En todo caso, este sólo hecho pone de manifiesto ante nosotros, sea para bien o para mal,
el poder y la importancia de los filósofos. (Si no recuerdo mal, Esopo dijo lo mismo a propósito de
ese órgano tan valioso: la lengua). Si la mala filosofía es una plaga de la sociedad, ¡qué bendición
debe ser la buena filosofía!.

Filósofos más importantes de la historia

SÓCRATES:

Sócrates (c. 470-c. 399 a.C.), Fue un filósofo griego fundador de la filosofía moral, o axiología que
ha tenido gran peso en la filosofía occidental por su influencia sobre Platón. Nacido en Atenas, hijo
de Sofronisco, un escultor, y de Fenareta, una comadrona, recibió una educación tradicional
enliteratura, música y gimnasia. Más tarde, se familiarizó con la retórica y la dialéctica de los
sofistas, las especulaciones de los filósofos jonios y la culturageneral de la Atenas de Pericles. Al
principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre; realizó un conjunto de estatuas de las tres
Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a.C. Durante la guerra del
Peloponeso contra Esparta, sirvió como soldado de infantería con gran valor en las batallas de
Potidaea en el 432-430 a.C., Delio en el 424 a.C., y Anfípolis en el 422 a.C.
TALES DE MILETO

Tales de Mileto (c. 625-c. 546 a.C.),Fue un filósofo griego nacido en Mileto (Asia Menor). Fue el
fundador de la filosofía griega, y está considerado como uno de los Siete Sabios de Grecia. Tales
llegó a ser famoso por sus conocimientos de astronomía después de predecir el eclipse de sol que
ocurrió el 28 de mayo del 585 a.C. Se dice también que introdujo la geometría en Grecia. Según
Tales, el principio original de todas las cosas es el agua, de la que todo procede y a la que todo
vuelve otra vez. Antes de Tales, las explicaciones del universo eran mitológicas, y su interés por la
sustancia física básica del mundo marca el nacimiento del pensamiento científico. Tales no dejó
escritos; el conocimiento que se tiene de él procede de lo que se cuenta en
la Metafísica de Aristóteles.

PLATÓN

Platón (c. 428-c. 347 a.C.), Fue un filósofo griego, uno de los pensadores más creativos e
influyentes de la filosofía occidental.

Platón nació en el seno de una familia aristocrática en Atenas. Su padre, Aristón, era al parecer,
descendiente de los primeros reyes de Atenas. Perictione, se llamaba su madre.

De joven, Platón tuvo ambiciones políticas pero se desilusionó con los gobernantes de Atenas. Más
tarde se proclamó discípulo de Sócrates, aceptó su filosofía y su forma dialéctica de debate: la
obtención de la verdad mediante preguntas, respuestas y más preguntas.

ARISTÓTELES

Aristóteles (384-322 a.C.),Fue un filósofo y científico griego que comparte junto a Platón y
Sócrates la distinción de ser los filósofos más destacados de la antigüedad. Nacido en Estagira
(Macedonia), hijo de un médico de la corte real, Aristóteles se trasladó a Atenas a los 17 años para
estudiar en la Academia de Platón. Permaneció en esta ciudad unos 20 años, primero como
estudiante y más tarde como maestro.

HERACLITO

Heráclito (c. 540-c. 475 a.C.aproximadamente) de Efeso en Asia Menor.

Nació en Éfeso, una antigua ciudad griega en Asia Menor, que ahora pertenece a Turquía. Debido
a su vida solitaria, y a la oscuridad y misantropía de su filosofía, es llamado algunas veces el
oscuro.

Fue un filósofo griego, quien sostenía que el fuego era el origen primordial de la materia y que el
mundo entero se encontraba en un estado constante decambio. El pensaba que precisamente los
cambios constantes eran los rasgos mas básicos de la naturaleza.
ANAXIMENES

Anaxímenes (c. 570-500 a.C.), Fue un filósofo griego de la naturaleza, el último miembro de
la escuela jónica fundada por el filósofo Tales de Mileto. Nació en Mileto (Jonia), en Asia Menor.
Anaxímenes afirmaba que el aire es el elemento primario al que todas las demás cosas pueden ser
reducidas.

Anaximenes conoció la teoría de Tales de Mileto ¿pero de donde viene el agua?, Anaxímenes
opinaba que el agua tenia que ser aire condensado, pues vemos como el agua surge del aire
cuando llueve . Y cuando el agua se condensa aun mas, se convierte en tierra.

ANAXIMANDRO

Anaximandro (c. 611-c. 547 a.C.),Fue un filósofo, matemático y astrónomo griego, que también
vivió en Mileto.

Nació en Mileto (en la actual Turquía). Discípulo y amigo del filósofo griego Tales de
Mileto, Anaximandro está considerado el descubridor de la oblicuidad de la eclíptica, que es el
ángulo que forman el plano de la eclíptica y el plano del ecuador celeste. También se le considera
introductor del reloj de sol en Grecia y fundador de la cartografía.

PITÁGORAS

Pitágoras (c. 582-c. 500 a.C.), filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en
Platón. Nacido en la isla de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los primeros
filósofos jonios Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido
condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la tiranía de Polícrates. Hacia el 530 a.C. se
instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento con propósitos
religiosos, políticos y filosóficos, conocido como pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce
sólo a través de la obra de sus discípulos.

LA EDAD MEDIA

SAN AGUSTÍN DE HIPONA

San Agustín que vivio del 354 al 430, Fue el más grande de los padres de la Iglesia y uno de los más
eminentes dores de la Iglesia occidental. Agustín nació el 13 de noviembre del año 354 en la
pequeña ciudad de Tagaste,en el norte de África, Numidia (hoy Souk-Ahras, Argelia). Su padre,
Patricio (fallecido hacia el año 371), era un pagano (más tarde convertido al cristianismo), pero su
madre, Mónica, era una devota cristiana que dedicó toda su vida a la conversión de su hijo, siendo
canonizada por la Iglesia católica romana.
Filósofos de izquierda (materialistas)

LUDWIG ANDREAS FEUERBACH (1804-1872)

La filosofía de Feuerbach es el puente que comunica al idealismo absoluto de Hegel con


el materialismo histórico de Marx. Feuerbach nació en Baviera en 1804. Luego de estudiar durante
un año (1823) la teología luterana en Heidelberg, se trasladó a Berlín para estudiar Teología con
Schleiermacher y Filosofía con Hegel. Un año más tarde optó por la Filosofía, disciplina en la que se
doctoró en 1828 en la Universidad de Erlangen.

Ya había comenzado a trabajar como docente en Erlangen cuando el escándalo generado por una
obra anónima suya (Pensamientos sobre la muerte y la inmortalidad) dio por tierra con su
intención de lograr un nombramiento firme. Esta situación lo llevó a inclinarse por la escritura.

KARL MARX (1818-1883)

Karl Marx se mostraba crítico de toda la filosofía anterior por considerarla meramente
especulativa, teórica y desvinculada de la realidad. Él no pretendía construir otro sistema, otra
escuela filosófica, su objetivo no era teórico sino práctico: transformar la realidad. La suya era una
filosofía de la praxis, de la acción. Su pensamiento se nutría fundamentalmente del de Hegel, de
quien tomó el método dialéctico, y de Feuerbach, de quien heredó el materialismo. Su filosofía,
que recibió luego el nombre de "materialismo dialéctico" o "materialismo histórico", fue la fuente
inspiradora de grandes luchas sociales en todo el mundo y el sustento filosófico-político-
económico de experiencias revolucionarias como las de Rusia, China y Cuba. Marx nació en
Tréveris (Renania, Alemania) en 1818. Si bien su familia era de origen judío, el padre se bautizó en
la Iglesia Luterana e hizo bautizar a su esposa y a sus hijos, cuando Karl tenía seis años.

FRIEDRICH ENGELS (1820-1883)

Filósofo y revolucionario alemán. Amigo y colaborador de Karl Marx, fue coautor con él de obras
fundamentales para el nacimiento del movimiento socialista y comunista, y dirigente político de la
I Internacional y de la Segunda Internacional.

Paso por la Universidad de Berlín (1841-42) se interesó por los movimientos revolucionarios de la
época: se relacionó con los hegelianos de izquierda (Hegel) y con el movimiento de la Joven
Alemania. Su padre lo envió a Manchester a ocuparse de la fábrica de algodón de su propiedad, y
de la experiencia de las penosas relaciones laborales vigentes surgió la obra titulada La situación
de la clase obrera en Inglaterra ("¿Qué será de tantos millones de seres que no poseen
absolutamente nada?"). Por los mismos años publicó en los Anales Franco-Alemanes, de los que
Karl Marx era coeditor, un texto titulado Elementos de una crítica de la Economía Política.
Filósofo de derecha (materialistas)

BRUNO BAUER (1809 - 1882)

Nació en Eisenberg, Sajonia-Altenburg, el 6 de septiembre de 1809 y murió en Rixdorf, Berlín, el 13


de abril de 1882. Fue un filósofo y teólogo alemán.

Bauer fue hijo de un pintor en una fábrica de porcelana. Estudió filosofía y teología en la
Universidad de Berlín. Estudio directamente con Hegel hasta que este murió en 1831. Hegel una
ocasión premio al joven Bruno Bauer con un premio académico por un ensayo filosófico criticando
a Kant.

Filósofos positivistas

JOHN STUART MILL (1806 - 1873)

John Stuart Mill nació en Pentonville (Londres). Fue el mayor de los hijos del filósofo e historiador
escocés James Mill. Mill fue educado por su padre, con el consejo y la ayuda de Jeremy Bentham y
Francis Place. Le dieron una educación extremadamente rigurosa y fue deliberadamente apartado
de los chicos de su misma edad. Su padre, un seguidor de Bentham y un adherente del
asociacionismo, tenía como objetivo explícito el crear un geniointelectual que pudiera continuar la
causa del utilitarismo y su puesta en práctica tras la muerte de Bentham y la suya propia.

HERBERT SPENCER (1820 - 1903)

Nació en Derby el 27 de abril de 1820. Murió en Brighton el 8 de diciembre de 1903. Fue filósofo,
psicólogo y sociólogo británico.

Fundador de la filosofía evolucionista en Gran Bretaña y uno de los más ilustres positivistas de su
país. Ingeniero civil y de formación autodidacta, se interesó tanto por la ciencia como por las
letras. En el año 1848 asumió la dirección de la revista The Economist, órgano
del liberalismo radical de la época. Desde el punto de vista sociológico cabe considerarle como
primer autor que utilizó de forma sistemática los conceptos de estructura y función.

Filósofo de la vida

FRIEDRICH NIETZSCHE (1844 - 1900)

Nietzsche fue un apasionado defensor de la individualidad. Ello lo diferencia de Marx, quien


criticaba a la sociedad moderna pero desde una visión colectivista. Su método genealógico, y
su psicología del resentimiento y la sospecha, hicieron de él un precursor de los psicoanalistas del
siglo XX.

Nietzsche nació en 1844 en la casa parroquial de Röcken (Alemania). Su padre, sus abuelos y sus
bisabuelos eran pastores protestantes. Su padre falleció cuando el pequeño Friedrich tenía cuatro
años de edad. Era un niño ensimismado y de extrema rectitud de conciencia, al punto que sus
amigos lo apodaban "Pequeño Pastor".

MARTIN HEIDEGGER (1889 – 1976)

Nació en Alemania en 1889. Cuando era estudiante secundario en Constanza, el párroco le regaló
la obra de Brentano Sobre los diversos sentidos del ente en Aristóteles, hecho que el
propio Heidegger consideraba como el punto de partida de su camino filosófico. A los veinte años
ingresó en el seminario de los jesuitas en Friburgo, pero a las dos semanas el maestro de novicios
le pidió que abandonara la congregación, según parece porque su salud era endeble. Ingresó
entonces al seminario diocesano de la misma ciudad y estudió Teología en la universidad. Allí
cursó los dos primeros años hasta que, en 1911, dejó la Teología por la Filosofía. Durante la
Primera Guerra se ofreció como voluntario, pero, por problemas de salud, en vez de enviarlo al
frente lo asignaron a la censura de la correspondencia. Entre 1919 y 1923 fue asistente de Husserl
en la Universidad de Friburgo, con quien se inició en el método fenomenológico, que luego haría
suyo.

Filósofo de la fenomenología

MAX SCHELER (1874 - 1928)

Nació en Múnich en 1874. Su madre era judía. Su padre, alemán, se convirtió al judaísmo al
contraer matrimonio. Max se bautizó como católico en el secundario. Estudió en las universidades
de Berlín, Heidelberg y Jena, obteniendo el grado de Doctor en 1897.

En su formación se vio influido por el pensamiento de Dilthey (vitalismo historicista), Nietzsche


(vitalismo irracional) y Eucken (vitalismo espiritualista). Pero la figura decisiva en su formación fue
su maestro, Husserl, con quien trabajó en Göttingen entre los años 1909 y 1913. De Husserl tomó
Scheler la pasión por salir al encuentro de "las cosas mismas" y el método para hacerlo,
la descripción fenomenológica. Scheler aplicó el método a áreas todavía no exploradas por los
fenomenólogos como la vida ética, la vida emocional (sentimientos de simpatía, amor y odio),
la religión, etc.

Filósofo del vitalismo

JOSÉ ORTEGA Y GASSET (1833 – 1955)

Uno de los filósofos españoles de la primera mitad del siglo XX que más influencia ha ejercido
en España y fuera de ella. Con un estilo literario, lleno de metáforas y frases ingeniosas, pretendió
hacer filosofía en un lenguaje próximo al del Quijote, lo que le permitió llegar al público en
general. Nació en Madrid en 1883 en el seno de una familia acomodada de la alta burguesía
madrileña vinculada al periodismo y a la política. Su vida está profundamente ligada al periodismo,
a la política, a las actividades editoriales, y ocupó un lugar muy destacado en la vida intelectual
española durante la primera mitad del siglo XX. Estudió en el Colegio Jesuita de San Estanislao en
Miraflores del Palo (Málaga); inició sus estudios superiores en la jesuita Universidad de Deusto
(Bilbao), y los continuó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central (Madrid),
donde se licenció en 1902.

JEAN-PAUL SARTRE

Jean-Paul Sartre fue el principal representante del existencialismo francés. Nació en París en 1905.
En 1924 ingresó en la Escuela Normal Superior. Allí entabló relación con Aron, Hyppolite, Merleau-
Ponty y Paul Nizan, y se graduó en Filosofía en 1927. Ejerció como docente de nivel medio en Le
Havre y en París. Entre 1933 y 1934 se estableció en Berlín, con el fin de estudiar
la fenomenología de Husserl. Durante la Segunda Guerra Mundial se enroló en el ejército y cayó
prisionero de los alemanes (1940 y 1941). Luego de recuperar la libertad, colaboró activamente
con la resistencia francesa, mientras retomaba la labor docente y comenzaba a publicar sus obras
literarias y filosóficas.

Frases célebres de filósofos

 1. ¿Quién es más culpable: el tentador o el tentado? (Willim Shakespeare)

 2. Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces las frutas (Aristóteles)

 3. Tres personas pueden guardar un secreto si dos de ellas están muertas (Benjamín
Franklin)

 4. Esos momentos en que la mujer no se decide a escoger un sombrero o un vestido se


remontan a la época en que tenía que elegir un marido (Sigmund Freud)

 5. La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te


gusta y hacer lo que preferirías no hacer (Mark Twain)

 6. Tengo una mala salud de hierro (Joaquín Sabina)

 7. No me hice vegetariano por mi salud. Lo hice por la salud de los pollos (Isaac Singer)

 8. Para tener buena salud lo haría todo menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme
temprano y ser responsable (Oscar Wilde)

 9. Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del
perro probablemente está demasiado oscuro para leer (Groucho Marx)

 10. Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable (Pitágoras )

 11. El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ha comprendido: la Verdad (Santo
Tomás de Aquino )

 12. De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error (Marco Tulio Cicerón)

 13. El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida (Platón)
 14. No son las cosas las que atormentan a los hombres, sino la opinión que se tiene de
ellas (Epicteto )

 15. Los hombres ofenden antes al que aman, que al que temen (Maquiavelo)

 16. El coraje es resistencia al miedo, dominio del miedo -no ausencia de miedo (Mark
Twain)

 17. "Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su Nombre de labios de


una mujer." (Antonio Machado)

 18. El pesimista es un optimista con experiencia (Francois Turffaut)

 19. La cuestión en la vida no es saber mucho, sino olvidarse de poco (Homero Expósito)

 20. Para ti soy ateo. Para Dios, la oposición (Woody Allen)

 21. No hay nostalgia peor que añorarlo que nunca jamás existió (Joaquín Sabina)

 22. Me gustan los hombres con futuro y las mujeres con pasado (Oscar Wilde)

 23. Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer
(Antonio Machado)

 24. Vos todavía no aprendiste lo que yo ya me olvidé (Miguel Najdorf)

 25. Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo
(Sigmund Freud)

 26. El joven conoce las reglas, pero el viejo se sabe las excepciones (Sigmund Freud)

 27. Las pirámides son el mejor ejemplo de que en cualquier tiempo y lugar los obreros
tienden a trabajar menos cada vez (Sigmund Freud)

 28. La más clara prueba de que existe vida inteligente en otros planetas es que aún no han
venido a visitarnos (Sigmund Freud)

 29. Nuestra juventud es decadente e indisciplinada, los jóvenes ya no escuchan los


consejos de los viejos, el fin de los tiempos está cerca (Anómimo Caldeo, 2000 a.C)

 30. El problema de ser pobre es que te ocupa todo el tiempo (Willem de Kooning)
Demócrito (460 a.C. – 370 a.C.)

Junto con su maestro Leucipo, Demócrito planteó que el misterioso arché era en
realidad una enorme cantidad de átomos, sustancias indivisibles. Así pues, el
Universo no estaba formado de una sola sustancia, sino de millones de partículas
inmutables y diminutas. Demócrito las llamó atomos, literalmente: indivisible.
Además, aportó una interesante idea relacionada con el vacío que había entre los
átomos, de manera que en el Universo sólo existían átomos y vacío, nada más. Y
nada menos. Esta corriente, denominada atomismo, fue la primera visión
mecanicista del Universo.

Diógenes (412 a.C. – 323 a.C.)

Famoso por vivir como un vagabundo, Diógenes consideraba que la pobreza era una virtud, ya que
la verdadera virtud es la supresión de necesidades. Algo sólo al alcance de los más sabios. Él sin
duda era muy sabio: vivía únicamente con un manto, un zurrón y un báculo. Llevó una vida natural
e independiente de los “falsos bienes” de los que gozaba la sociedad convencional. Diógenes
pensaba que los dioses habían dado al hombre una vida fácil, pero que este se encargaba de
complicarla. La filosofía de Diógenes era denunciar lo convencional, liberarse de los deseos y
reducir al mínimo las necesidades. En la actualidad hay un síndrome psiquiátrico que lleva el
nombre de Diógenes, y que hace referencia a personas que sufren aislamiento social
(voluntario), abandono personal y acumulación de basura.

Epicuro (341 a.C. – 270 a.C.)

La idea central de la filosofía epicúrea es que el objetivo de la vida es la tranquilidad y la paz. Como
todo filósofo, confiaba en que la sabiduría era el camino hacia esa paz. A Epicuro le debemos la
lucha contra el miedo. Fue de los primeros en alertar que con miedo no se podía llevar la vida, y
que había que superar el miedo para conseguir el objetivo vital de la tranquilidad de espíritu.
Según Epicuro no había que temer a nada, ni siquiera a la muerte, que identificó como un proceso
que no nos afecta de ninguna manera: no la sentimos, no nos causa daño físico ni daño emocional.
No hay que temer a la muerte, como no hay que temer a nada.

Zenón (333 a.C. – 264 a.C.)

Zenón de Citio no debe confundirse con el filósofo presocrático Zenón de Elea. El Zenón original de
la polis de Citio, en la isla de Chipre, es más importante por haber sido el fundador de la corriente
filosófica del estoicismo. Zenón fue seguidor de las ideas de Diógenes, y por ello creía en vivir una
vida sencilla. Además, defendía dos ideas importantes: que el Universo estaba gobernado por
leyes naturales hechas por un “legislador supremo” y que el hombre no podía hacer nada para
cambiar esa realidad. Aun así, Zenón creía que los individuos tenían libre albedrío para decir qué
tipo de vida llevar, y proponía que lo más adecuado era vivir en armonía con la naturaleza. El
estoicismo tuvo mucha influencia en la sociedad y política del Imperio Romano.
Cicerón (106 a.C. – 43 a.C.)

Con Cicerón llegamos al primer gran filósofo romano. Como vemos en el gráfico G1042018, la
decadencia de las polis griegas y el crecimiento de Roma hizo virar el centro político, cultural y
social desde Atenas hacia la Península itálica. Los años dorados de los pensadores griegos habían
terminado. Cicerón filosofó sobre temas sociales como la amistad, la felicidad, la vejez o la
sabiduría, sobre temas políticos como la autoridad o la dictadura, sobre oratoria y retórica, y
también sobre justicia. Fue uno de los abogados más reconocidos de Roma, y ha pasado a la
historia como un gran escritor, maestro del estilo epistolar, y por haber introducido el
conocimiento de las escuelas de pensamiento helenas en la filosofía romana.

Séneca (4 a.C. – 65 d.C.)

Nacido en Córdoba, capital de la Provincia Bética de la Hispania romana, Séneca fue uno de los
más fervientes seguidores del estoicismo. Además de su importante carrera como político -ocupó
los cargos de senador, ministro, pretor, cuestor… y fue tutor y consejero de Nerón- y escritor -
autor de tragedias como Medea-, Séneca ha pasado a la historia como un influyente moralista,
autor de varios ensayos dedicados a fortalecer psicológicamente a los individuos, a través de
virtudes como la entereza, la voluntad, la fortaleza, la no resignación… etc. Su pensamiento
estoico le llevó a fijarse en la naturaleza y a tratar de controlar las perturbaciones de la vida. La
clave estaba en superar las necesidades materiales y guiarse por la razón. Séneca pretendía ayudar
a cada individuo a encontrarse a sí mismo, paso previo necesario para encontrar la felicidad y la
verdad. “Nadie que viva al margen de la verdad puede ser feliz”, creía. Su pensamiento fue
recuperado por filósofos medievales como San Agustín, o más adelante por otros como Erasmo de
Rotterdam.

Epicteto (55 d.C. – 135 d.C.)

Moralista estoico como Séneca, Epicteto no vivió entre políticos ni Emperadores, sino que pasó
una gran parte de su vida como esclavo. Su filosofía se basa en la práctica, más que en la teoría, y
no dejó obra escrita. Trató de ayudar a la gente a vivir correctamente, y aseguró que la filosofía no
es un fin en sí mismo, sino un medio necesario para aprender a vivir conforme a la naturaleza.

Marco Aurelio (121 d.C. – 180 d.C.)

Pese a ser uno de los Emperadores romanos más famosos y queridos, Marco Aurelio dejó además
una importante obra filosófica. Como buen romano era estoico, y siguió las enseñanzas de Séneca.
Escribió las famosas Meditaciones, una compilación de reflexiones en doce tomos distintos en las
que habla sobre la condición humana, el universo, la moralidad, los valores… Toda la obra está
cargada de melancolía e impotencia por no poder cambiar la irracionalidad con la que actúan los
hombres.

Plotino (204 d.C. – 270 d.C.)


La ciudad de Alejandría era en esos años el mayor centro intelectual del mundo. Allí estudió
Plotino antes de trasladarse a Roma, llevando consigo una nueva corriente: el neoplatonismo, una
variante de la doctrina de Platón. Plotino creía en la reencarnación del alma, y también que ésta
era inmortal. Si Anaxágoras habló del nous o Platón de las Ideas, Plotino señaló al Uno como
fuente indefinible de todas las cosas. Ese Uno se situaba en la parte superior de todo, estaba por
encima de todo, y era una sola cosa. No es difícil imaginar por qué el pensamiento de Plotino fue
muy importante en el desarrollo y afianzamiento del cristianismo, religión que en esos momentos
se estaba arraigando en la sociedad del Imperio Romano.

Anselmo de Canterbury (1033-1109)

Tuvieron que pasar nada más y nada menos que seiscientos años para que el cristianismo diera
otro gran filósofo. Anselmo de Canterbury (canonizado como San Anselmo en el año 1494) se
empeñó en demostrar la existencia de Dios de manera argumentada. Planteó una ingeniosa
manera de conseguirlo. Sólo hace falta aceptar dos premisas (fácilmente aceptables): que Dios, de
existir, es un ser superior a todos los demás, que no hay nada más grande; la otra premisa es que
la existencia es superior a la no existencia, es decir, aquello que existe es más importante que lo
que no existe. Con estas dos ideas se plantea el argumento ontológico de San Anselmo, que se
puede representar de la siguiente manera:

El argumento fue aceptado por destacados filósofos como Descartes o Spinoza, pero también
hubo quienes lo encontraron absurdo, como Santo Tomás de Aquino o Immanuel Kant. Fue de
hecho Kant quien, en 1781, bautizó este planteamiento de San Anselmo como “Argumento
ontológico”. Además, Anselmo de Canterbury es considerado el padre de la escolástica.
Averroes (1126-1198)

Mientras los monjes cristianos seguían la obra de Platón, el juez musulmán Averroes se interesó
por Aristóteles. Averroes es la latinización del nombre árabe de este hombre nacido en Córdoba
en el año 1126. En realidad su nombre era Abū l-WalīdʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd, pero es
mucho más sencillo para nosotros llamarlo Averroes. Fue importante en el contexto del mundo
musulmán, porque trató con empeño de hacer compatibles las enseñanzas del Corán con la
reflexión filosófica. Planteó que el alma estaba dividida en dos partes, una perecedera y otra
eterna, y además coincidió con Aristóteles en que el Universo había existido siempre.

Santo Tomás de Aquino (1224-1274)

El filósofo medieval más importante es Santo Tomás de Aquino. No siguió presupuesto


neoplatónicos como San Agustín o San Anselmo, sino que se dejó influir por el pensamiento de
Aristóteles. Un primer punto interesante en la filosofía de Santo Tomás es la casación entre dos
planteamientos aparentemente irreconciliables: Aristóteles decía que el Universo ha existido
siempre y la Biblia dice que el Universo no ha existido siempre, sino que fue creado por Dios en un
momento preciso. Ante este dilema, Santo Tomás propone que el Universo fue creado por Dios,
pero que éste lo creó eterno. Durante toda su obra, Santo Tomás de Aquino defiende que la razón
humana y la doctrina cristiana no entran nunca en conflicto porque no pueden entrar en conflicto,
no se contradicen porque ambas han sido creadas por un mismo Creador. Además, defendió que
el ser humano adquiere el conocimiento a través de los sentidos. Santo Tomás fue un gran
ejemplo de perseverancia en la búsqueda de la tolerancia entre religión y filosofía, planteando
siempre la posibilidad de que ambas disciplinas no se contradijeran.

Maestro Eckhart (1260-1328)

Seguidor del pensamiento de Santo Tomás, el Maestro Eckhart fue un teólogo alemán muy
controvertido en su época. En sus famosos sermones planteaba que el mundo era eterno o que no
era necesario pedir cosas a Dios. Su estilo místico solo le causó problemas: la implacable
Inquisición lo procesó por herejía. El mismo año de su muerte, en 1328, la Iglesia decretó que la
obra de Eckhart fuera leída en los ambientes universitarios. En 1886 los filósofos alemanes
redescubrieron su pensamiento y en 1992 fue rehabilitado por el Vaticano.

Guillermo de Ockham (1288-1349)

Como su predecesor el Maestro Eckhart, el teólogo inglés Guillermo de Ockham tuvo sus
problemas con la Iglesia. Fue excomulgado por sostener que el papa no tenía autoridad. Mantenía
que los preceptos universales eran abstracciones derivadas de los individuos particulares, y por
ello se le considera precursor del empirismo británico que inició John Locke trescientos años
después. Es famoso por el principio de la Navaja de Ockham, que sostiene que la mejor explicación
posible es siempre la más sencilla.
Filósofos de la Razón (1500 – 1750)

El Medievo fue una larga época de la Historia de la Humanidad llena de oscuridad y tonos grises.
Aunque hemos podido repasar algunos filósofos importantes, como San Agustín o Santo Tomás, lo
cierto es que es la etapa menos brillante en producción intelectual, en comparación con la
Antigüedad o la Edad Moderna. Con la aparición de la imprenta en la década de 1440 se arrojó
algo de luz en un mundo acosado por la peste negra y por el miedo a la ira de Dios. El
Renacimiento abrió la ventana y ventiló el aire cargado de una sociedad medieval que necesitaba
evolucionar. El redescubrimiento de la cultura clásica promovió un importantísimo cambio en la
mentalidad: se pasó del teocentrismo al antropocentrismo. El hombre se ponía en el centro de
todas las cosas, pasaba a ser el protagonista. Este nuevo humanismo afectó al arte, al
pensamiento, pero también a la estructura social y política. Poco a poco se fue superando el
feudalismo medieval y se adoptó una vida urbana basada en el comercio, la economía y la ciencia.
La teología perdió influencia ante el razonamiento renacentista, y la filosofía avanzó hacia una
reflexión puramente secular, libre de la doctrina de la Biblia.

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

No podía ser de otra manera: el primer gran filósofo de la Era de la Razón fue un vecino de
Florencia, la capital del conocimiento y la cultura. Nicolás Maquiavelo se aleja de la moralidad
cristiana en su célebre El Príncipe, un libro con el que propone un manual para guiar al gobernante
perfecto. Según Maquiavelo el gobernante debe ser feroz como un león y astuto como un zorro.
La clave del pensamiento de este hábil consejero es que un gobernante no puede verse limitado
por la moralidad, sino que debe hacer todo lo necesario para garantizar su propia gloria y el éxito
del Estado que gobierna. Aun así, nunca debe caer en el error de propiciar que el pueblo le odie.
El príncipe (con esta palabra llama a cualquier gobernante, líder, rey, papa… etc.) debe ser antes
temido que amado, pero nunca odiado. Maquiavelo cree que el fin justifica los medios sólo en el
caso del príncipe. La conducta adecuada para los ciudadanos no es la misma que la que se le debe
exigir al príncipe. Este pensamiento tan desgarradamente frío e insensible ha tenido muchísima
influencia en los líderes del mundo, que han abordado las enseñanzas de Maquiavelo desde el
pragmatismo y el realismo.

Erasmo de Rotterdam (1466-1536)

El pensamiento de Erasmo de Rotterdam refleja las ideas humanistas que empezaban a afianzarse
en Europa durante los primeros años del Renacimiento. Criticó mordazmente la corrupción y las
discusiones doctrinales en el seno de la Iglesia, y defendió que la ignorancia era consustancial al
ser humano. De hecho, sostenía que la ignorancia era fuente de felicidad. El conocimiento podía
ser irónicamente una carga que complicara la vida del hombre. Erasmo llegó a decir que la propia
religión era una forma de ignorancia, ya que se basaba en la fe y no en la razón. Lo que él proponía
era un regreso a las creencias sencillas y sinceras, estableciendo personalmente e individualmente
un vínculo con Dios. Estaba en contra de seguir las creencias establecidas por la Iglesia. No es
difícil entender por qué fue un pensador muy importante para la inminente Reforma que cambió
la historia del cristianismo.
Martín Lutero (1483-1546)

En el año 1517 Martín Lutero se acercó a la puerta de la iglesia de Wittenberg, en el corazón de


Alemania, y clavó un papel. En ese momento cambió la historia de Occidente. En ese papel había
noventa y cinco tesis que pretendían iniciar un debate en el seno de la Iglesia. Fue un hecho
histórico e importantísimo, que partió a la cristiandad en dos mitades: el catolicismo y el
protestantismo. Martín Lutero estaba harto de la corrupción y del funcionamiento de la Iglesia
como institución, y demandó regresar a las enseñanzas originales de la Biblia. Encontró muchos
seguidores. Su filosofía se basaba en ideas revolucionarias que rompían con 1400 años de
tradición cristiana, como por ejemplo que la salvación era un regalo otorgado por la gracia de Dios
(la doctrina del cristianismo oficial defendía que todos los hombres serían salvados), o que la
figura del papa no tenía ningún tipo de relación con Dios. Tampoco creía en el libre albedrío de los
individuos. Su obra fue examinada 400 años después por Max Weber, que relacionó el
pensamiento del protestantismo con el desarrollo del capitalismo.

Francisco de Vitoria (1486-1546)

Considerado como el padre del derecho internacional, el fraile Francisco de Vitoria fue seguidor de
las ideas de Santo Tomás y Aristóteles. Hizo aportaciones en el campo de la economía (creía que el
orden natural permitía la circulación de personas y bienes), en el derecho (rechazó la jerarquía
medieval, creyó en los derechos de los indígenas recién “descubiertos” por los europeos en
América) y en el ámbito de las relaciones internacionales (tratando de convencer de que dichas
relaciones no debían regirse por la fuerza). Fundó la corriente de pensamiento de la Escuela de
Salamanca, muy importante dentro de la escolástica.

Juan Calvino (1509-1564)

Influenciado por las ideas de Erasmo y Lutero, Calvino fue radical a la hora de asegurar que
algunas personas estaban predestinadas a la salvación, y otras predestinadas a la condenación.
Desde su punto de vista, el individuo podía tratar de demostrar que era un elegido de Dios con los
éxitos que alcanzara en vida. Las ideas de Calvino fomentaban el espíritu de empresa burgués. No
fue especialmente tolerante, como muestra la implacable condena al científico Miguel Servet, a
quien Calvino acusó de herejía. Servet fue quemado vivo junto a sus obras. Calvino es el padre
del calvinismo, una corriente dentro del protestantismo.

Bartolomé de las Casas (1484-1566)

Un ejemplo de que los tiempos estaban cambiando con respecto a la oscura Edad Media es la
figura de Bartolomé de las Casas. Este fraile español se preocupó por la dignidad y derechos de los
indígenas, que sufrían el racismo y la violencia de los colonizadores en la recién descubierta
América. Su defensa fue tal que se ganó el apodo de Apóstol de los Indios. Se le considera, junto a
Francisco de Vitoria, fundador del derecho internacional moderno, y también precursor de los
derechos humanos.
Francis Bacon (1561-1626)

Francis Bacon es el iniciador del empirismo británico, una corriente que se basa en la idea de que
todo conocimiento ha de proceder de la experiencia y los sentidos. A esta postura se
sumarán célebres filósofos después de Bacon como Hobbes, Locke o Hume, en contraposición al
racionalismo que defenderán Descartes, Spinoza o Leibniz. Es una lucha filosófica muy importante,
y que tiene su base más profunda en el debate sobre si el ser humano posee o no ideas innatas.
Bacon, Hobbes, Locke y Hume creen que no hay nada en la mente que no haya estado antes en los
sentidos (“Nihil est in intellectu quod non prius fuerit in sensu”), y que la experimentación práctica
es la única manera de llegar a conocer la verdad del mundo. Así promovieron la búsqueda de leyes
naturales, la formulación de teorías, el planteamiento de hipótesis… y bajo esa filosofía hicieron
sus progresos Copérnico (astronomía), Vesalio (anatomía), Pascal (matemáticas) o Newton (física).

Gaileo Galilei (1564-1642)

La Iglesia seguía resistiéndose a esa Era de la Razón, y encarceló a Galileo cuando éste se atrevió a
decir públicamente que la Tierra se movía alrededor del Sol. Galileo fue uno de los mayores
defensores de las tesis de Copérnico, que había planteado la teoría heliocéntrica. Hizo importantes
avances en relación a la mecánica, a la relatividad -como explicamos en este artículo– y a la
astronomía. Creía que la materia era eterna y el Universo infinito. El funcionamiento del mismo se
debía a la causalidad de los átomos, bajo las leyes de la mecánica. Creía que el conocimiento de la
naturaleza debía aproximarse a través de la observación y el experimento.

René Descartes (1596-1650)

A René Descartes le debemos una de las frases más famosas de la historia: “Pienso, luego existo”.
Esta sencilla premisa esconde en realidad una profunda carga filosófica, fruto de un trabajo
reflexivo que tuvo ocupado a Descartes toda su vida: su objetivo fue detectar y comprender la
verdadera realidad del mundo. Desconfiaba de los sentidos, ya que en su opinión engañaban y
distorsionaban la realidad. Aquello que vemos, que tocamos, que sentimos, no tiene porqué ser
necesariamente la realidad. Descartes fue el precursor de la corriente del racionalismo, opuesta al
empirismo de Francis Bacon y basada en que el conocimiento sólo podía adquirirse mediante la
razón, el razonamiento, la reflexión. La metodología que usa Descartes es la duda, y parte de una
única certeza: se puede dudar de todo, de absolutamente todo, pero no de que se está dudando.
La certeza cartesiana es que “soy”, “existo”. No se puede dudar de nuestra propia existencia, que
se demuestra por el simple hecho de que estamos pensando. No se puede pensar si no se existe,
por lo tanto: “Pienso, luego existo”. Partiendo de que existimos, Descartes plantea que entonces sí
que se puede dudar de todo lo demás. No hay certeza en la realidad que nos rodea, y sólo se
puede tratar de entenderla mediante la razón. Además, Descartes defendió la idea de que la
mente y el cuerpo son dos sustancias distintas. Se le considera el padre de la filosofía moderna, y
su obra es tan influyente que los principales filósofos que le siguieron tras su muerte partieron del
pensamiento de Descartes para, o bien seguir por la línea del racionalismo, o bien para refutar sus
premisas.
Baruch Spinoza (1632-1677)

Uno de los grandes filósofos que vinieron después de Descartes fue Spinoza, que se posicionó a
favor del pensamiento cartesiano y realizó profundas reflexiones sobre el concepto de sustancia.
Siguiendo las enseñanzas de Aristóteles, Spinoza otorgó a todos los objetos del mundo dos
cualidades: un cuerpo y una mente, tanto a los hombres, como a los árboles, los pájaros o las
rocas. En el pensamiento de Spinoza, Dios o la Naturaleza son las únicas sustancias que se definen
a sí mismas, y todas las demás están definidas por éstas dos.

Thomas Hobbes (1588-1679)

Influenciado por Francis Bacon y su nuevo método de práctica científica, Thomas Hobbes abrazó el
empirismo y planteó un fisicalismo que defendía que todas las cosas que componían el Universo
eran corpóreas, físicas, tenían un cuerpo. Todas las cosas tienen longitud, anchura y profundidad,
y aquello que no tiene cuerpo no forma parte del Universo. Fue muy duro con el pensamiento
planteado por Descartes y realizó importantes aportaciones a la política con obras como el
famoso Leviatán (1651), donde propone de manera teórica el contrato social entre el Estado y el
pueblo. Se le conoce popularmente por haber recuperado la famosa frase de Plauto: “El hombre
es un lobo para el hombre”. Hobbes desconfiaba de nuestra especie y creía en el egoísmo
intrínseco en el comportamiento humano.

John Locke (1632-1704)

Como buen inglés, Locke fue un defensor del empirismo. Siguió la doctrina de antecesores como
Francis Bacon o Thomas Hobbes y fue un paso más allá, asegurando que la mente nace como una
hoja de papel en blanco, que sólo va llenándose de conocimiento a través del aprendizaje y la
propia experiencia. Según él, los bebés recién nacidos no poseen ningún conocimiento innato,
como defendían los racionalistas. Locke sí admite la capacidad humana de aplicar la razón a la
información que tenemos, pero recordaba que dicha información la obtenemos únicamente a
través de los sentidos. Es por eso que Locke era un gran defensor de la educación como motor de
cambio en las personas. Locke también admitía la posibilidad de que existieran capacidades
innatas, como la percepción o el razonamiento. En su obra encontramos una continua
preocupación por comprender la fuente del conocimiento, como en Ensayo sobre el
entendimiento humano (1690).

Gottfried Leibniz (1646-1716)

La batalla del empirismo vs. racionalismo siguió con Leibniz, que atacó duramente a John Locke
por haber dudado de la existencia de las ideas innatas en el ser humano. Contestando
directamente a Locke, Leibniz publicó Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano (1704),
donde refutaba capítulo por capítulo el Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke. Leibniz
introdujo algo interesante para el debate empirismo vs. racionalismo, ya que si bien defendía que
la razón permitía acceder a todo el conocimiento, añadió un importante “en principio”. Este
añadido deja la afirmación en un: “En principio, la razón permite acceder a todo el conocimiento”.
Leibniz creía que las facultades racionales del hombre eran limitadas, por eso no todo el
conocimiento podía abarcarse mediante la razón. Leibniz es considerado inventor del cálculo
infinitesimal, si bien durante su vida tuvo que defenderse de las acusaciones de plagio que
relacionaban su obra matemática con la de su contemporáneo Isaac Newton.

Isaac Newton (1642-1727)

Más allá de sus importantísimos descubrimientos en los campos de la física y la matemática,


Newton dedicó gran parte de su tiempo a la reflexión sobre asuntos teológicos y filosóficos. De
hecho publicó más páginas de estos temas que sobre ciencia. La influencia de Newton sobre la
filosofía, particularmente sobre las concepciones del materialismo francés del siglo XVIII, fue
enorme. Newton creía en que Dios había dado un primer impulso al movimiento del Universo,
pero rechazaba la idea de la Trinidad, por lo que fue criticado por la Iglesia. Propuso el concepto
“Filosofía natural” para abordar el conocimiento sobre el mundo, partiendo de una base
cristiana. Con Newton se culmina la Revolución Científica.

Filósofos de la Revolución (1750 – 1900)

Conseguida la separación del Estado y la religión durante la Era de la Razón, a partir de 1750
encontramos la Era de la Revolución, que planteaba oposición a ambas instituciones. El
cuestionamiento del poder y las preocupaciones sociopolíticas pasan a ser temas de la filosofía.
Los debates sobre el conocimiento fueron superados y las ideas revolucionarias ocuparon el
tiempo de los filósofos, que dedicaron papel y tinta a reflexionar sobre cuestiones políticas,
sociales y de justicia. En el marco histórico de la Ilustración, los filósofos se apoyan en los métodos
deductivos e inductivos para llegar a conocer la verdad y en la divulgación de conocimiento
científico mediante el “enciclopedismo”. La única manera de arrojar luz e iluminar el mundo era
mediante la razón y la sabiduría, herramientas para derrocar regímenes autoritarios y luchar por
valores republicanos y democráticos. El objetivo de los filósofos en esta etapa fue erradicar la
ignorancia, la superstición y la tiranía. Sus ideas permitieron cambios históricos como la
Revolución Americana o la Revolución Francesa, e inauguraron nuevas corrientes de pensamiento
como el idealismo o el marxismo, de gran influencia en los siglos XIX y XX.

Montesquieu (1689-1755)

El primer gran nombre de estos “Filósofos de la Revolución” es Montesquieu, famoso por haber
propuesto la separación de poderes en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Un modelo que fue
incorporado en la Constitución de los Estados Unidos de América en 1776 y que influyó
enormemente sobre las naciones europeas. Publicando El espíritu de las leyes en 1748,
Montesquieu pretendió argumentar que la monarquía constitucional era el mejor sistema político
para luchar contra el despotismo. Se dejó influenciar por las propuestas que John Locke planteó
en Segundo Tratado sobre el gobierno civil, publicado en 1690.

David Hume (1711-1776)

La eterna disputa del racionalismo vs. empirismo siguió viva en esta época gracias a la filosofía de
David Hume, que se encargó de asestar el golpe final contra el racionalismo. Siguió las tesis de
John Locke y planteó que el conocimiento -que como empirista relacionaba exclusivamente con
los sentidos-, procedía de las ideas y de las impresiones. Sin embargo, como en ocasiones tenemos
ideas que no encuentran el respaldo de nuestras impresiones, Hume añadió que existen dos tipos
de enunciados: “demostrativos” y “probables”, fácilmente confundibles. Los enunciados
demostrativos proceden de la lógica, las ciencias exactas y el razonamiento deductivo, y son
evidentes por sí mismos (“2 +2 = 4”). Por su parte, los enunciados probables hacen referencia a
cuestiones empíricas, que sólo se pueden constatar empíricamente (“Paco está detrás de ese
muro”). Sólo sabremos si es verdaderamente cierto yendo hasta el muro y mirando detrás: ahí
estará Paco. Sin comprobarlo no podremos creerlo. Otro elemento importante en la filosofía de
Hume, que rechaza completamente las “ideas innatas” de las que hablaba Descartes, es el
concepto de “costumbre” o “hábito”, ya que considera que muchas veces nos dejamos guiar por
conocimientos adquiridos por repetición. “El Sol sale todas las mañanas” es una afirmación que
todos apoyamos, pero lo hacemos por costumbre, por hábito, no porque lo hayamos constatado
científicamente. No podemos asegurar que el Sol vaya a salir durante todas las mañanas que
quedan en el futuro. Todo lo que sabemos lo sabemos gracias a nuestros sentidos. Después de
Hume, el debate racionalismo vs. empirismo no volvió a ocupar el protagonismo entre las
cuestiones filosóficas, y los filósofos se centraron en temas como la política, las leyes, el poder, la
autoridad, los derechos, la economía o la sociedad.

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)

La filosofía de Rousseau está muy ligada al movimiento artístico del romanticismo, ya que fue el
primero en romper con la visión bruta y salvaje de la Naturaleza. Hasta entonces había
predominado el pensamiento de Hobbes (“El hombre es un lobo para el hombre”), en lo referente
al papel de la civilización en la transformación de la naturaleza humana original. En ese momento
todos los filósofos consideraban que las artes, la ciencia, las leyes, el Estado, el progreso… eran
elementos que hacían mejor al hombre. Rousseau rompió con esa idea defendiendo que el
hombre natural es menos egoísta y salvaje que el hombre civilizado. Para él, es la sociedad civil la
que induce el estado salvaje, y el conocimiento lo que nos vuelve infelices. “El hombre nace libre”.
Además de este nuevo enfoque que impulso la corriente romántica, Rousseau es importante por
haber publicado El contrato social, obra con la que pone en práctica su teoría y en la que defiende
la libertad del hombre ante la dirección de la aristocracia, la monarquía y la Iglesia. Su idea de que
los ciudadanos controlaran el proceso legislativo fue un gran apoyo intelectual para los
revolucionarios de la Bastilla, que cambiaron la historia del mundo cortando la cabeza al Antiguo
Régimen. El pensamiento de Rousseau influyó mucho en Marx.

Voltaire (1694-1778)

“La superstición hace que el mundo estalle en llamas; la filosofía las apaga” – VoltaireVoltaire fue
un escritor francés que dio muestras de su ingenio en famosas obras como Cándido (1759), y que
planteó una interesante filosofía basada en la duda constante. Creía que no era posible conocer o
descubrir las verdades absolutas, pero que la ciencia era un buen sistema para “alcanzar
acuerdos”. Rechazaba la idea de aceptar lo que afirmara la autoridad (el Estado, la Iglesia…), pero
reconocía que esa era la posición más cómoda. “La duda no es una condición placentera”,
aseguraba, pero era la única postura lógica. Sus ideas fueron muy importantes para la Revolución
Francesa que se inició una década después de su muerte, ya que apostaba por desafiar a toda
autoridad, limitar el gobierno y dar libertad a la expresión de ideas.

Adam Smith (1723-1790)

A menudo considerado el economista más importante de la historia, Adam Smith propuso una
filosofía interesante e introdujo conceptos nuevos. Analizó la conducta humana (utilizó el método
empírico) para concluir que “el hombre es un animal que negocia” y que el mercado libre es la
clave para establecer una sociedad equitativa. Defendió una idea profunda e importante: que la
sociedad se beneficia cuando los individuos buscan un beneficio propio. Acuñó el concepto “mano
invisible” para tratar de explicar que el mercado, mediante las leyes de la oferta y la demanda, se
autorregulaba. En 1776 publicó La riqueza de las naciones, una de las obras más importantes para
el desarrollo de la ciencia económica.

Immanuel Kant (1724-1804)

Con Kant la historia de la filosofía pasa de capítulo. La pelea racionalismo vs. espiricismo se ve
finalmente superada, y normalmente se habla de la filosofía “antes de Kant” y la filosofía “después
de Kant”. En realidad la base de la importancia de este filósofo es sencilla: fue el conciliador entre
las dos corrientes, el primero que argumentó que se podían combinar racionalismo y empirismo.
La doctrina filosófica que fundó Kant, el idealismo, fue abrazada por los filósofos posteriores,
especialmente los alemanes. Su aproximación a la metafísica lo eleva a lo más alto entre los
filósofos de la historia, y su obra Crítica de la razón pura (1781) es considerado el texto más
importante de la filosofía moderna. Tratando de ser breves, podemos decir que Kant llega a la
conclusión de que los humanos tenemos dos características básicas que nos permiten
relacionarnos con la realidad que nos rodea: sensibilidad y entendimiento. Con la sensibilidad
reconocemos las sustancias (Kant habla de ‘sustancia’ para referirse a lo que significa ser algo, de
manera general) y con el entendimiento comprendemos conceptos que no experimentamos,
como el espacio o el tiempo. Realidades complejas que están fuera del alcance sensorial, de la
sensibilidad, pero que sin embargo, como seres humanos somos capaces de percibir y
comprender. Los empiristas criticarían este último punto que plantea Kant, porque para ellos no
hay nada que podamos conocer si no lo podemos percibir u observar, pero Kant defiende que
ningún ser humano es capaz de observar ni experimentar el tiempo, y sin embargo sí lo entienden
y lo comprenden.

Georg Hegel (1770-1831)

Hegel fue el primer gran filósofo del siglo XIX. Muy influenciado por Kant, fue un idealista que
defendió que la realidad no es material, sino espiritual. Es importante por plantear muchas
reflexiones, pero especialmente por introducir el concepto de dialéctica. La dialéctica
hegeliana asegura que “toda noción -o tesis– contiene en sí misma una contradicción –antítesis-,
que únicamente se supera con el surgir de una nueva noción, más rica, llamada síntesis, a partir de
la noción original”.

Arthur Schopenhauer (1788-1860)

Rompiendo la tradición alemana, Schopenhauer no siguió la corriente del idealismo (cuyas figuras
importantes eran Kant y Hegel), y apostó por una nueva concepción de la realidad que nos rodea.
Fue ignorado por el resto de filósofos alemanes y sus ideas se vieron ensombrecidas por las de
Hegel, sin embargo en el campo de la psicología sí fue muy influyente (sobre Freud, por ejemplo).
Schopenhauer recibió influencias del pesimismo y del budismo, y que aseguraba que era imposible
explicar de dónde precedía nuestro conocimiento (como intentaron hacer racionalistas y
empiricistas). Además, defendió una profunda idea: “todo hombre considera los límites de su
propio campo de visión como los límites del mundo”.

Karl Marx (1818-1883)

El pensamiento de Marx es tan importante para la historia que incluso se han creado países
siguiendo las ideas que planteó. No se puede ser más influyente. Ha habido gobiernos, leyes,
sistemas sociales, modelos económicos y Estados basados en lo que Karl Marx escribió. Ningún
otro filósofo ha conseguido tener tanto impacto. Lo primero que aportó este pensador alemán fue
la idea de que todos los cambios que han tenido lugar a lo largo de la historia han sido siempre el
resultado de la lucha entre clases sociales. Esta sencilla idea que hoy tantos aceptan nunca antes
se había propuesto. Nadie había reparado en la importancia de la tensión entre las clases altas y
las clases bajas. Marx sostenía que conociendo el sistema de propiedad de cualquier sociedad a lo
largo de la historia, podíamos comprender las relaciones sociales en dicha época. Además, planteó
reflexiones innovadoras como que el sistema capitalista era financieramente inestable por
naturaleza -lo que lleva a la repetición de crisis económicas periódicas-, o que el desarrollo de la
tecnología llevaría a un aumento del desempleo. Preocupado por dar solución a los problemas que
planteaba el creciente modelo capitalista, Marx propuso un nuevo sistema: el comunismo. El
comunismo se basaba en transformar los medios de producción en propiedad colectiva y en que
cada miembro de la sociedad trabajara según sus capacidades y consumiera según sus
necesidades. Una de las grandes influencias de Marx fue Hegel y su dialéctica, que hablaba de la
manera de conseguir cambios. La puesta en práctica de las ideas de Marx desacreditó durante el
siglo XX a la filosofía de este personaje que, en cualquier caso, es considerado uno de los grandes
pensadores de la historia.

Filósofos del siglo XX

Cuando la Humanidad entró en el siglo XX el marco teórico y filosófico era ya muy distinto. Los
descubrimientos de Charles Darwin, Albert Einstein o Sigmund Freud habían zanjado temas
tradicionales como la reflexión sobre la existencia o la naturaleza del Universo, y los filósofos
empezaron a preocuparse por cuestiones de filosofía política y moral, o por asuntos más concretos
como el análisis lingüístico. Aparecieron nuevas ramas en la Filosofía como el existencialismo -
ahora que se había aceptado un Universo sin Dios-, la fenomenología -que planteaba resolver
todos los problemas atendiendo a la experiencia individual-, o la filosofía analítica. Los
importantes eventos bélicos y políticos del siglo XX hicieron que los filósofos adoptaran posiciones
ideológicas y se situaran en el espectro de la izquierda o del liberalismo. Dios había muerto y la
Filosofía tenía que explorar nuevos horizontes y caminos por los que transitar, en el contexto de la
sociedad más cambiante de la historia.

Nietzsche (1844-1900)

Aunque murió justo en el año 1900, se considera a Nietzsche un


filósofo del mundo moderno. Quiso superar la tradición filosófica platónica de la existencia de dos
mundos, uno físico y otro que sólo se podía conocer mediante el intelecto. Para ello proclamó su
famosa frase: “¡Dios ha muerto!”, tratando de significar que la creencia en valores superiores
había sido superada. Con su concepto del superhombre, Nietzsche se refiere a un hombre nuevo
en la historia, libre de miedos y temores, que genera su propio sistema de valores, ajeno al marco
ético de la Iglesia, de la tradición, la familia o el Estado. El superhombre es aquel capaz de
controlar y al mismo tiempo disfrutar de sus instintos, un hombre que sólo cree en lo que puede
ver, y que por tanto reniega de la religión. Nietzsche defiende, con la idea de que no existen dos
mundos y con la idea del superhombre, que los individuos han de encontrarle el sentido a la vida
terrenal, a la vida presente, a la vida real, y disfrutar cada momento, porque no hay un Más Allá
(cristianismo) o un Mundo de las Ideas (platonismo) que nos aguarde tras nuestra muerte. El
mundo era uno, la vida una sola vez, y había que aprovecharla. La obra más importante de
Nietzsche es Así habló Zaratustra (1885). El superhombre de Nietzche fue apropiado por Hitler
para dar apoyo filosófico al nazismo.

Henri Poincaré (1854-1912)

Gran matemático, Poincaré es reconocido por sus aportaciones a la física y a la topología, pero
también destacó como filósofo de la ciencia. Su pensamiento está en deuda con la filosofía
kantiana, y consideraba que las leyes de la ciencia no atañen al mundo real, sino que constituyen
acuerdos (convenios) arbitrarios que deben servir a la descripción más cómoda y útil de los
correspondientes fenómenos. Esta corriente de pensamiento se denomina convencionalismo.
Poincaré explicaba esta visión con el siguiente ejemplo: “Los axiomas geométricos no son ni juicios
sintéticos a priori ni hechos experimentales; son convenciones”.

Max Weber (1864-1920)

Considerado el padre de la sociología moderna, Max Weber se interesó por la relación entre esta
disciplina y la religión. Influenciado por Marx, reflexionó sobre el efecto de las ideas religiosas en
las actividades económicas y la relación entre la estratificación social y la religión, para lo cual
estudió el pensamiento de Lutero. Su obra más conocida es La ética protestante y el espíritu del
capitalismo, donde podemos imaginar la relación que hace entre el sistema económico capitalista
y la moral protestante. Weber también estudió las diferencias sociológicas entre las sociedades
occidentales y las de Oriente.

Antonio Gramsci (1891-1937)

En el pensamiento del italiano Antonio Gramsci no sólo encontramos uno de los grandes
exponentes de la corriente marxista, sino también un giro en la concepción de lo que es la filosofía
y los propios filósofos. Para Gramsci hay que rechazar la idea de que el filósofo es un ser superior
intelectualmente, y entender que cualquier persona es filósofa, ya que cualquier persona piensa y
reflexiona. Quiere de esta manera unir a intelectuales y masa popular.

Bertrand Russell (1872-1970)

“La moralidad del trabajo es la de los esclavos, y el mundo moderno no necesita esclavitud” –
Bertrand RussellFundador de la escuela analítica dentro de la Filosofía, Bertrand Russell vivió casi
100 años y es uno de los grandes filósofos del siglo XX. El tema principal sobre el que reflexiona
Russell es el trabajo. Habiendo vivido crisis como la del Crack del 29, el filósofo británico concluyó
que el aumento de la carga de trabajo era directamente proporcional a la disminución de la
felicidad. Por ello, Bertrand Russell defendió que había que redefinir la ética del trabajo y avanzar
hacia una sociedad en la que los individuos tuvieran que trabajar menos, para así disfrutar más de
la vida. Quería desmontar la visión que tenemos sobre el trabajo como un deber, una obligación e
incluso una virtud.

Jean-Paul Sartre (1905-1980)

“La existencia precede a la esencia” es una idea profunda y trascendental que propone el filósofo
francés Jean-Paul Sartre. Rompiendo con la tradición que defiende que los seres humanos
estamos aquí por algún motivo, y que somos diferentes a los demás seres, Sartre defiende que no
hay una naturaleza humana universal, que no hay ninguna finalidad en nuestra existencia. Aunque
parece que somos seres destinados a encontrarle una finalidad a nuestra vida, eso no quiere decir
que nuestra vida tenga una finalidad. A partir de esta reflexión Sartre va hilando su ateísmo y su
idea de que lo más importante es la libertad. Es la libertad la que define a los seres humanos, que
son los únicos seres realmente libres de escoger qué ser. Los seres humanos estamos capacitados
para configurarnos a nosotros mismos de manera activa. No existe un Ser Superior que nos haya
creado, y no debemos limitarnos ante nada. No es difícil imaginar que el pensamiento de Sartre
influyó mucho en los estudiantes del Mayo del 68, o que se le considere un “filósofo de la
libertad”.

Michel Foucault (1926-1984)

La aportación más importante de Foucault a la filosofía es la propuesta de hacer “arqueología” y


rastrear el pensamiento a lo largo de la historia, para acabar descubriendo que los términos y las
ideas no pueden entenderse como conceptos universales y constantes. Por ejemplo, las ideas
“hombre” o “naturaleza humana” no han sido siempre definidas de la misma manera (en el siglo
XIX, en el siglo VIII o en el siglo XX). Las condiciones históricas cambian con el paso del tiempo, y
con ellas también los conceptos y el discurso. Partiendo de esta base, Foucault propone que la
idea de “hombre” es una invención reciente y que tiene fecha de caducidad: lo que entendemos
por “hombre” está cerca de cambiar radicalmente.

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