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 AIRE COMPRIMIDO

El aire comprimido es una energía fiable que ofrece numerosas posibilidades de


utilización. El aire comprimido es un fluido vital para el funcionamiento de la línea de
producción en la medida en que interviene a diferentes niveles: mandos de autómatas,
mandos de válvulas y en todos los circuitos neumáticos.
La naturaleza de la utilización del aire comprimido puede ser:
• Los equipos de producción.
• Los transportadores.
• Ciertos procesos de fabricación que utilizan la densimetría como medio de separación.
Los datos necesarios que hay que disponer son:
• Las necesidades de cada equipo (presión, caudal, puntos críticos).
• Las fichas técnicas de los equipos para dimensionar la red.
Tabla #. Opciones técnicas del aire comprimido.

Fuente: Grupo de investigación.


Las recomendaciones a tener en cuenta:
• Estudio de las disminuciones de presión en función de las pérdidas de carga a lo largo
de las canalizaciones.
• Compresor próximo al lugar de utilización y en un local específico.
• Manómetro a la salida del compresor y manómetro a la salida de los filtros.
• Circuito accesible y limpio.
• Sin «brazos muertos».
• Tomas de aire lejos de fuentes de polución.
• Orificios de aspiración al abrigo de intemperies.
• Trampa al aceite y a la humedad.
• Circuitos limpios y racords estancos.
• En las salas de atmósfera controlada, colectores de escape de aire.
• Instalaciones de emergencia en caso de problema técnico en la red de aire comprimido.

 FLUIDOS FRIGORÍGENOS
La refrigeración consiste en llevar y/o mantener con precisión productos a temperatura
comprendida entre 0 y 10º C. El frío permite:
• Limitar la evolución de los productos.
• Inhibir desarrollos bacterianos.
• Compensar el calentamiento.
La congelación es la bajada de forma ultra-rápida de la temperatura en el corazón del
producto por debajo de la temperatura de congelación (comprendida generalmente entre
–18 y –20º C) para conservarlo durante un tiempo importante. La congelación permite:
• Bloquear la evolución microbiológica.
• Preservar la estructura de los tejidos. Se pueden distinguir dos modos de producción de
frío, que corresponden a niveles de riesgo diferentes:
• La producción en circuito frigorífico sellado en el cual la atmósfera del recinto es
enfriada en un intercambiador sin contacto directo con el fluido frigorífico y conserva
sensiblemente así su composición inicial. Para temperaturas de evaporación inferiores a
6º C se utilizará: Un sistema de expansión directa que ofrece un mejor rendimiento de la
máquina frigorífica para temperaturas muy bajas y una respuesta más rápida de la
regulación.
• Un sistema de agua glicolada si existe riesgo alguno ligado a la presencia de un fluido
frigorígeno o si el equipo de mantenimiento no incluye un frigorista.
• Producción por inyección directa en la cual el agente frigorífico gaseoso previamente
licuado es vaporizado a la atmósfera.
La elección de los fluidos frigorígenos debe hacerse teniendo en cuenta la legislación
concerniente a la utilización de los diferentes fluidos.
Tabla #. Utilización de frío.

Fuente: Grupo de investigación.

Los fluidos que actualmente se utilizan se incluyen en dos grupos:


• Hidrofluorocarburos (HFC).
• Amoníaco.
Entre los HFC los más utilizados son:
• R-134a que es un frigorígeno puro que sustituye al R-12 en todas sus aplicaciones, con
excepción de la utilización de bajas temperaturas (temperaturas inferiores a -20º C),
debido al pobre rendimiento que se obtiene en estas condiciones:
– Es un fluido de alta seguridad, clasificado como A1/A1, es decir, no inflamable aún
con fugas en fase gaseosa.
– No tiene valor potencial de afectación de la capa de ozono (ODP) al ser un fluido sin
cloro, y su contribución al efecto invernadero (GWP) es 0,39.
– Es compatible con todos los materiales utilizados en las instalaciones de refrigeración
y climatización, con excepción de los aceites minerales. Deben utilizarse los
alquibencénicos y, preferentemente, los poliéster.
• R-404a que es una mezcla azeotrópica que sustituye al R-502 en todas las aplicaciones
de utilización de media y baja temperatura (-45º C):
– Es un fluido de alta seguridad, clasificado como A1/A1, es decir no inflamable aún con
fugas en fase gaseosa.
– No tiene valor potencial de afectación de la capa de ozono (ODP) al ser un fluido sin
cloro, y su contribución al efecto invernadero (GWP) es 0,94.
– Es compatible con todos los materiales utilizados en las instalaciones de refrigeración
y climatización, con excepción de los aceites minerales. Deben utilizarse los
alquibencénicos y, preferentemente, los polioléster.
– Tiene un deslizamiento de temperatura de ebullición de 0,7º C. Al ser una mezcla se
debe cargar en las instalaciones en fase líquida.
El amoníaco (R-717) es un producto puro, químicamente neutro frente a los
constituyentes del circuito frigorífico salvo el cobre y sus aleaciones (se debe usar acero
inoxidable):
• No se disuelve en aceite lubricante.
• Es inflamable en concentraciones del 16 al 25% en aire.
• Es un gas sofocante (concentración límite para la exposición humana: 25 ppm).
• Debe ser manejado por profesionales.

 GASES ESPECIALES
Los gases especiales son cada vez más utilizados en el mundo de las industrias
agroalimentarias para resolver múltiples problemas de:
• Conservación.
• Envasado.
• Transformación.
Los principales gases utilizados son el dióxido de carbono (CO2) y el nitrógeno (N2).
Estos gases no presentan riesgos específicos muy restrictivos, las precauciones de
almacenamiento y manipulación generalmente están indicadas en las fichas de seguridad
de los suministradores.
El nitrógeno. es un gas neutro por excelencia, insoluble, inodoro e ininflamable. Bajo
forma líquida se almacena en depósitos a vacío a una temperatura próxima a –196º C. Se
utiliza cada vez más en la industria alimentaria para proteger los productos sensibles a la
oxidación.
El dióxido de carbono. es un gas inodoro, incoloro, ininflamable, químicamente poco
reactivo y soluble en el agua, se utiliza desde hace mucho tiempo en industrias
agroalimentarias tales como las de bebidas gaseosas o las cerveceras. Se almacena en
depósitos a –20º C y 20 bars de presión, el CO2 líquido se expande a la presión
atmosférica y se transforma una parte en vapor y otra parte en nieve a una temperatura de
–78,9º C.

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