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El Poder de Su Palabra
El Poder de Su Palabra
EL PODER DE SU PALABRA
En el libro de los Hechos nos revela el poder del evangelio de una forma
extraordinaria:
**Todo lugar en donde se anunciaba el evangelio era tocado por el poder de
Dios.
**Toda persona que oía del evangelio era quebrantada por la presencia de
Dios.
**Todos los enfermos a quienes se les anunciaba el evangelio eran sanados
por el poder de Dios.
****Esta promesa no fue solo para los apóstoles, ni solamente para los
pastores o líderes de ese tiempo.
Esta promesa era y sigue siendo para toda iglesia que quiera predicar el
evangelio,
para toda iglesia que quiera ser testigo de Jesucristo,
para toda iglesia que reconozca la necesidad de alcanzar al mundo entero
para Cristo.
La calidad y veracidad de nuestro cristianismo radica en vidas llenas del
poder del Espíritu Santo.
No importa cuanta tecnología tenemos, cuan cómodos debamos de sentirnos
para ir y predicar del evangelio de salvación.
II. Encontramos en los cristianos del libro de los Hechos a CREYENTES QUE
ANTEPONÍAN ANTE TODO, SU OBEDIENCIA A DIOS.
**Bien podrían estar preocupados por toda la oposición que les sobrevendría y
cómo la enfrentarían.
**Bien podrían poner como excusa que nadie querría oír el evangelio, porque
eran duros de corazón.
* O Bien podrían haber pensado, “si a Jesús no le hicieron caso, menos a
nosotros...”, “si él no pudo, qué vamos a poder nosotros”.
Nunca leemos en ningún pasaje que los creyentes de la iglesia primitiva
titubearan en cuanto al cumplimiento de la gran comisión.
A diferencia de hoy, tenemos muchos creyentes que titubean, dudan, se
apenan talvez, sienten que necesitan un curso especial, y no necesitamos
cursos especiales cuando somos gente estudiosa de la escritura, que ora y
comparte con Dios, porque lo único que debemos hacer es ir predicar el
evangelio de salvación y cuando no lo hacemos, cuando no cumplimos la gran
comisión que se nos da en Mateo 28.29 ir y predicar el evangelio entonces NO
somos obedientes a Dios.
Para los primeros cristianos, obedecer a Dios no era una opción... ¡era una
prioridad!
Obedecer a Dios no era cuestión de tiempo... ¡era ahora! Para ellos era
tiempo de obedecer a Dios.
No hay tiempo para decidir si obedecemos o no a Dios; la prioridad de todo
creyente es desde un principio, obedecer a Dios.
Pedro y los apóstoles nos impresionan con su respuesta ante el Sanedrín: “Es
necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres” Hechos 5:29
Ellos habían causado mucha conmoción con su presencia sanando y al parecer
nos les convenía a los sacerdotes de ese lugar, y todos conocemos la historia.
El creyente debe estar convencido de esta verdad si quiere vivir en el poder
del evangelio, ya que nadie que no obedece a Dios, puede ser llenado con su
Espíritu.
La obediencia a Dios nos lleva a aceptar a Cristo como Salvador, nos lleva a
consagrarnos, seremos llenos del Espíritu Santo y como consecuencia nos
lleva a vivir en el poder del evangelio.
Usted que ha leído la Biblia, sabe que hay un costo del discipulado.
Vivir en el poder del evangelio, Requiere de consagración total si no quieres
fracasar quiero decirte, no es barato. El precio es bastante alto y requiere
una voluntad completamente rendida al Señor.
AMEN
Rosamaría Segura
ILA
Enero 28 2015