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PRIMER - INFORME MARCAHUAMACH-Lumbreras02 PDF
PRIMER - INFORME MARCAHUAMACH-Lumbreras02 PDF
El primer paso es definir tanto el objeto mismo del estudio, que es el sitio de
Marcahuamachuco, como su ámbito de impacto turístico, para lograr una
propuesta pertinente, que integre todos los elementos que pudieran incidir en el
éxito del Plan de Manejo. De acuerdo con los Términos de Referencia, el
ámbito del proyecto está constituido por Marcahuamachuco y
complementariamente su entorno, conformado por la ciudad de Huamachuco,
los sitios arqueológicos de Viracochapampa, Cerro Miraflores y Cerro Amaru,
insertos en las micro cuencas de los ríos Grande y Yamobamba, alrededor de
la meseta de Marcahuamachuco.
1
McCown, 1945:228
2
Qaqañan es ahora el nombre de un cerro vecino a Huamachuco, donde quedan aun restos del
viejo camino.
un asentamiento importante y tal vez estaba ya en ruinas. Obviamente, sus
estructuras no respondían a una función de vivienda común y no hay indicios de
que fueran usadas, salvo para disponer de algunos espacios para enterrar a
sus muertos.
Es un complejo dispuesto en la cima de una larga meseta, de casi 4.5 km de
eje oeste-este, rodeada de quebradas de superficie irregular, con evidencias
varias, donde destacan Cerro Viejo, Cerro de los Corrales, Cerro de las Monjas
y Cerro del Castillo, que constituyen unidades singulares de ocupación humana,
con grupos de edificios aglutinados en su cima y laderas, que si bien responden
a diversos momentos constructivos, son producto de un proceso concentrado
en un período de alrededor de 6 siglos de ocupación continua y relativamente
uniforme. Las informaciones cronológicas disponibles, indican su ocupación
plena entre los siglos V y XI de nuestra era, lo que en términos arqueológicos
compromete los siglos finales del período Intermedio Temprano o de los
Desarrollos Regionales y el lapso total del Horizonte Medio o del Imperio Wari.
A esta época también pertenece el vecino Cerro Amaru, que está al sur de la
larga meseta y, de algún modo, forma parte de ella en un nivel más bajo. Si
bien un tanto más alejado, pero en la misma época, se ubica también el notable
sitio de Viracochapampa (Wiraqocha-pampa) que es el tercer componente
monumental de Huamachuco, que al parecer tuvo su época de mayor apogeo
en estos siglos.
El espacio arqueológico más amplio y complejo, que da frente a los valles del
sur y el oeste, es el conocido como "Cerro del Castillo" y que compromete un
área construida de cerca de 2.5 km de largo y 700 m ancho, desde la Puerta del
Este, que está sobre las fuertes pendientes del sureste de la meseta, hasta la
Puerta del Oeste, que da frente al Cerro de las Monjas, que es el segundo
grupo más importante del sitio.
2.1.1. Cerro del Castillo
Es un conjunto cercado, fortificado, con una ancha muralla de defensa que
circunvala la meseta en todos sus lados y que obedeciendo a un patrón
curvilíneo, se adapta a los irregulares perfiles del cerro, protegiendo los bordes
de las laderas del norte, el sur y el Este, donde se apoya en terrazas
escalonadas que se ubican en distintos niveles de las laderas, y por el oeste el
llano ondulante que le separa del Cerro de las Monjas. Dentro de este cercado
amurallado hay diferentes grupos de estructuras visibles y una significativa
cantidad de restos que están aun bajo tierra. Tiene todas las características de
una fortaleza, con instalaciones internas de múltiples formas y funciones.
En el centro de este complejo -en la cima del cerro- está el edificio principal,
conocido como "El Castillo", en cuyo entorno están las demás unidades
arquitectónicas. En lo inmediato, le rodean 6 unidades, que se definen por tener
como base estructural unos recintos en forma de galerías, asociados a patios
rectangulares, a las que Theodore McCown ha descrito como A, B, C, D, E, F y
G. Todas ellas se caracterizan por su organización ortogonal. En un segundo
nivel del entorno, que es más bajo, hay grupos de recintos menores, agrupados
dentro de un patrón circular, asociados a los bordes delimitados por la muralla
de circunvalación. Entre ellos, destaca uno muy importante, en el extremo
oriental, donde un doble muro circular encierra un grupo de "Torres
Rectangulares" y que está cerca de la puerta oriental de acceso y en la cresta
donde acaba la meseta, que desciende hacia el Este, con varias estructuras
escalonadas, complementarias a la muralla de defensa y desde donde el
complejo de Marcahuamachuco se conecta con Cerro Amaru, que está a un
nivel más bajo pero dentro del mismo macizo. Desde este punto se domina el
paisaje del Río Grande de Huamachuco, cuyas aguas corren a algo más de 500
ms de desnivel.
Portada Este
Casas pequeñas Casas
de occidente pequeñas
EL B
G CASTILLO
Colina 1 Torres
Rectangulares
F A
Colina 2 C
E
2
3
En el Quechua-Chanca, de Ayacucho, "Marka" es "Piso superior de una casa usado como
depósito" (Diccionario Quechua-Ayacucho-Chanca, de Clodoaldo Soto Ruiz, Instituto de Estudios
Peruanos, Lima, 1976); en el del Cusco, Marka es: "Depósito construido en la parte alta de la
habitación" (Dicc. Quechua Cuzco-Collao, de Antonio Cusihuaman G., IEP, 1976); en el quechua
Wanka no se registra la palabra (Dicc. Quechua Junín-Huanca, de Rodolfo Cerrón Palomino,
IEP, 1976); en el quechua Waylash, Marka es: "Pueblo, Comunidad, región, comarca" (Dicc.
Quechua Ancash-Huaylas, de Gary Parker y Amadeo Chávez, IEP, 1976). En las variantes de
Cajamarca-Cañaris (de Félix Quesada) y de San Martín (M.Park, N. Weber y V. Cenepo), no
aparece registrada la palabra. Garcilaso de la Vega ("Comentarios Reales de los Incas", Libro V,
cap. XXVII), al referirse a la zona Chanca, dice que "Marca, en la lengua de aquellas provincias,
quiere decir fortaleza". De cualquiera de estas acepciones debe derivarse el nombre "Marca
Huamachuco", pues a la par que un extenso poblado, tiene también muchos edificios de tipo
"marka-wasi", de 2 y 3 pisos.
Fig. 3. Plano de los recintos asociados a las Galerías B, C y A. (según McCown, 1945: fig.8)
2.1.1.2. La Galería A está bastante bien conservada en relación al resto; con
sus paredes altas, dispuestas sobre una evidencia equivalente a la que aloja al
Castillo. El eje principal se orienta en dirección NE-SW y su planta no logra ser
plenamente rectangular, porque su extremo NE es algo oblicuo. Mide 55 ms de
largo y 6.8 m de ancho, por 7 metros de altura (conocida). Un muro central, que
tiene 1 m de ancho y 2.5 m de alto, divide la galería en dos segmentos en su
eje mayor, que forman unos pasajes muy angostos, de menos de 3 ms de
ancho cada uno. En la segunda planta, en el muro oriental, a 1.5 m encima del
retallo, hay cuatro hornacinas de 70 por 70 cms de lado y 25 cm de
profundidad.
La galería tiene dos entradas por el muro oriental, que dan a un patio, y otras
dos en el lado noreste, que estaban bloqueadas con un muro delgado. En el
muro Oeste, hay tres vanos, que dan salida a una terraza de unos 5 ms de
ancho y que está unos 4 ms encima del nivel del suelo que continúa al oeste.
Uno de ellos -que era una suerte de ventana grande- fue bloqueado como
entrada. Desde esta terraza se aprecian las estructuras que hay entre las
galerías A y B y los edificios que rodean la gran plaza del Castillo, resultando
algo así como una terraza-mirador, donde la vista del conjunto es espectacular.
En el extremo norte de la galería, hay dos pequeñas galerías paralelas, que
están a un nivel más bajo que la principal y todo parece indicar que son parte
de un proyecto de ampliación. Se puede decir que están dispuestas
escalonadamente, pues la del norte es más baja que la que está pegada al
muro norte de la galería. Hay unos 4 ms de desnivel, hasta el suelo. Además,
están en muy malas condiciones de preservación e incompletas, pues su
prolongación hacia el noroeste no existe.
Lo mismo ocurre con los recintos que están en el otro extremo de la galería, al
suroeste, donde hay los restos de un recinto cuadrangular, cuyo muro oeste
está arruinado. Según McCown, este edificio puede ser tanto una vieja
construcción como una adición posterior, pero que no debe considerarse como
parte orgánica de la construcción de la Galería. Pegadas al recinto
cuadrangular has dos pequeñas galerías, una de ellas es el mismo estado que
las del norte, también incompleta. Todos estos recintos agregados generan un
campo abierto, en "U", de nivel más bajo, al oeste de la galería, entre ésta, la
galería B y la Plaza del Castillo.
Vista de la Galería A, con un muro al centro y los retallos en los dos muros laterales, formados
por hileras de piedras salientes sobre las que debían reposar los troncos que sostenían los
"cielos rasos" y que se apoyaban en ellos y posiblemente en el muro central. Hay la evidencia
de un tercer piso o la instalación de un techo, que de estar abierto o parcialmente cubierto,
pudo usarse como tendal o terraza. Al parecer era un edificio con techo a doble agua. El piso de
la "planta baja" debe estar a más de 1 m debajo del actual (Foto LGL)
Finalmente, al Este, hay una serie de estructuras, asociadas a una angosta
galería perpendicular a la Galería A, que se cruza con un galpón paralelo a A,
que estaba dividido en una serie de numerosos cuartos. Ambos delimitan lo que
parece haber sido originalmente un patio rectangular o trapezoidal, que luego
fue cubierto por una red de recintos rectangulares y circulares, cuya
característica general es que sus muros son delgados. Esta área está sobre
una terraza natural que cesa de modo abrupto en unas terrazas agrícolas que
se inician justamente en el punto en que termina la Galería A en su extremo
noreste. McCown dice que en toda ésta es una zona con áreas construidas.
Llaman la atención dos edificios circulares, que J. Topic (2000:192) piensa que
son depósitos del período de ocupación Wari.
Frente a la terraza occidental está la Galería C, aparentemente aislada, con un
eje norte-sur, que tiene una serie de estructuras menores de planta rectangular
y pequeños cuartos cuadrangulares, todo los cuales están integrados con el
complejo de edificios del Castillo.
2.1.1.3. La Galería B es del mismo estilo, aunque no de la misma forma ni
distribución. Está ligeramente al norte de la A y al noroeste de la Gran Plaza
Empedrada del Castillo, generando un conjunto de edificios que encierran una
suerte de extensión a la Gran Plaza hacia el Este, donde está la terraza
occidental de A, teniendo al centro la pequeña Galería C. Si seguimos la
secuencia de ocupación de Marcahuamachuco que han propuesto John y
Theresa Topic, debieron estar en pleno uso durante el período Horizonte Medio
1B y 2A, aunque su habilitación y construcción debió iniciarse a fines del
período Intermedio Temprano, en la fase Purpucala, es decir entre los siglos V
y X.
Se trata de un grupo de edificios que están flanqueados en el Este por una
larga galería bien preservada, del mismo tipo que la de A, pero con algunas
variantes, como la carencia de vanos de acceso u hornacinas visibles. Está
igualmente dividida en dos, por un muro longitudinal de 2.5 m. de alto y los
muros laterales tienen las hileras de piedras salientes que indican la existencia
de otro piso.
En el lado oeste de la galería hubo al parecer una terraza similar a la de A, pero
luego esa área fue ocupada por construcciones agregadas de muros delgados,
similares a las del extremo oriental de A, que incluyen dos cuartos, uno largo y
delgado y otro más pequeño. Ambos en forma de una larga galería. Esta
terraza daba a un patio trapezoidal de más de 50 ms de largo y 30 de ancho,
que estaba cercado por galerías en tres de sus lados y por el lado norte tenía
un murete que le servía de baranda o antepecho de este patio o azotea que, al
igual que su vecino grupo A, estaba encima del nivel del suelo sobre el que se
asentaba el conjunto. De otro lado, en el borde sur de esta azotea, hay restos
de hasta tres pequeñas terrazas ruinosas, donde al parecer había una serie de
recintos a varios niveles, hoy destruidos. En la terraza más baja, al borde sur de
la azotea, se encontró una tumba construida a modo de una cripta que tenía su
entrada cerrada por un losa, pero que había sido saqueada, dejando su relleno
fuera de ella. Su entrada mira al Este y luego de cruzar por un angosto pasaje
de más de un metro de largo, se llega a una cámara de casi 1 m de ancho y 1.5
de largo y 1 m de altura. Según McCown, era parte de la azotea o patio y no un
agregado.
En un nivel más alto hay restos de lo que parece haber sido una galería y,
finalmente, en un tercer nivel hay una galería agregada a lo que debió ser una
terraza, del mismo tipo de todas las otras construcciones tardías; hay también
restos de muros anteriores en esta misma terraza.
Este mismo desnivel se aprecia en el frente sur del conjunto B, donde hay los
restos de un extenso galpón, asociado a un pasaje delimitado por una terraza al
sur. En el resto del conjunto hay evidencias de varios edificios e incluso de una
galería muy mal preservada, que delimita todo el conjunto por el oeste.
2.1.1.4. El Castillo. Desde allí, se accede al área del Castillo, que es el grupo
principal y cuya Gran Plaza empedrada, está a unos 50 metros del Conjunto B.
El muro circular que rodea los recintos que forman el centro del edificio, es una
característica que sólo se repite en el caso de las Torres Rectangulares y,
según enfatiza McCown (1945:235), no tiene conexión con los edificios
circulares del Cerro de las Monjas. En realidad, más que circular, es un muro en
espiral, que protege esta alta plataforma central.
Fig. 4. Plano del "Castillo", en versión rectificada del plano elaborado por McCown (según Topic
y Topic, 2000: fig.20)
El sitio, que está sobre una eminencia visible en toda el área, fue registrado en
un estado ruinoso, muy afectado por una excavación extensiva hecha antes de
1940, que se asocia a una elevación en el centro del edificio, tres metros más
alta que el piso en el que se ubica el resto de elementos arquitectónicos que lo
componen y que está constituida por los desechos de la excavación y
escombros de muros que estaban en este lugar, como parte de una suerte de
plataforma piramidal. McCown practicó allí tres excavaciones prospectivas e
hizo una limpieza de la maleza para poder observar el comportamiento de los
muros, confirmando que había al menos dos períodos constructivos mayores,
con edificaciones tardías hechas con los muros delgados que, en este lugar
eran abundosos. Los Topic (1986, 2000) hicieron una exploración más
intensiva, que muestra el sitio con menos alteraciones que las que registró
McCown, estableciendo, además, que las galerías asociadas a la plaza son
atribuibles a la época Amaru, es decir Wari o del Horizonte Medio (s.VI-X), y
que las galerías del "patio", que está al Este del Castillo, serían de la fase
Purpucala (s.V), en la época de disolución de las formas regionales y la
inserción de Wari.
Sin duda, una de las características más visibles de Marcahuamachuco está en
la arquitectura monumental que se asocia a muros muy altos y muchos de ellos
con las hileras de piedras salientes que indican la existencia de dos o tres
pisos. Es lo que más llamó la atención de Julio C. Tello (1929: figs. 10 y 11),
pero es también un elemento arquitectónico definitorio del modelo constructivo
que caracteriza a los edificios de Wari, en Ayacucho, y los que se instalaron en
lugares tan lejanos como Pikillaqta en el Cusco. Es un modelo constructivo
basado en la habilitación de recintos largos, con muros que cumplen una
función de ejes arquitectónicos a los que se adosan muros perpendiculares que
cumplen una función de apoyo a tales largos lienzos murales.
Esos muros intermedios, que generalmente se ubican entre dos muros
paralelos, segmentan los pasajes en unidades arquitectónicas menores, a
modo de salones o cuartos contiguos, formando las características "galerías"
que hay en Marcahuamachuco. De allí se deriva un patrón espacial de traza
ortogonal, que aún siendo aldeano, como ocurre en Paracas-Chincha o en
Ayacucho antes de Wari, da la impresión de un patrón urbano planificado, con
recintos rectangulares o trapezoidales. Lo singular de Marcahuamachuco es
que estas galerías aparecen por igual en formas circulares y ortogonales, en
tanto que la tendencia general de ellas es su forma ortogonal. De hecho, la
muralla doble de defensa del sitio, es una de estas "galerías", que en este caso
se adapta a las curvas del perfil de la meseta y adopta líneas curvas en forma
de meandros de diversa envergadura. Lo mismo ocurre con los muros que
circundan al Castillo y de algún modo a las de las Torres Rectangulares, que
siguen el perfil topográfico de la colina en la que se asientan, pero contienen
recintos de planteamiento rectilíneo y se asocian a los galpones y galerías de
planta ortogonal que constituyen los edificios de base del conjunto.
McCown dice que "Las hileras de salientes son un rasgo regular de las viejas
series de paredes. Frecuentemente ellas se presentan en las caras externas de
los muros, donde no hay un lado opuesto; en consecuencia cualquier
explicación que ellas sirvieron siempre como vigas para pisos, parece
completamente insostenible. Es altamente probable que en ciertos casos, como
los de la figura 9...ellas tendrían una calidad puramente decorativa"4. En efecto,
como ocurre en Wari mismo, muchos de estos supuestos retallos, están en un
lado donde no hay un muro paralelo que permita asumir que hubo otro retallo
como para colocar un piso. Es más, hay edificios cuyo ancho exigiría disponer
de troncos de gran tamaño para sostener los pisos previstos. Si imaginamos
que los edificios de 3 pisos responden a los modelos de edificios de vivienda de
dos y tres pisos, comunes en nuestro tiempo y sistema constructivo, la
interpretación de McCown es coherente, pero si corremos traslado a los usos
andinos de los dos o tres pisos5 para fines de almacenaje o depósito, nos será
4
Traducción libre del autor, desde el inglés (McCown, 1945: 235)
5
Ver en Núñez del Prado (2005), el uso actual de las "markas" y las hornacinas o alacenas entre
los Q'ero del Cusco, que desde luego es una costumbre generalizable en toda la sierra peruana.
De ese uso se infiere que si bien los pisos pueden ser resistentes, hechos con troncos y
cubiertos con lechos de paja, tierra y talvez pieles, y con la posibilidad de ser usados como
dormitorios ocasionales, su destino es el de contener materiales de poco peso y, por lo tanto,
posible asumir que es suficiente disponer de un retallo en un muro, dado que la
otra parte de sustento del piso -tipo "altillo"- puede hacerse con la ayuda de
postes en el lado opuesto. Esto, seguramente, puede verificarse mediante
excavaciones arqueológicas que cuiden la identificación de los agujeros de
postes. Estos pisos suelen usarse como tendales y también como anchos
balcones con frente a patios o pasajes abiertos.
Los muros que rodean el Castillo pudieron tener hasta 10 ms de alto, lo que los
hace muy vistosos. El resto de los edificios están generalmente muy afectados
por el intemperismo y las actividades agrícolas, que ahora están limitadas. En el
interior Castillo hay los restos de lo que parece haber sido una secuencia de
galerías angostas paralelas, algunas de las cuales muestran todavía la
evidencia de dos y hasta tres pisos dispuestos de tal modo que todo el conjunto
pareciera una suerte de edificio de departamentos. Una posible interpretación
es que muchos de esos pisos estuvieron destinados a ser almacenes de bienes
de lujo y tal vez también para alojar a personajes especiales asociados o no a
los depósitos. De cualquier modo, las tres o cuatro galerías paralelas, de unos
30 ms de largo, dispuestas con dos o tres pisos cada cual, implican un área de
almacenaje sumamente grande, que equivaldría a unos 270 m2 de área
disponible. Según los registros disponibles sobre almacenes, la ubicación de
plumas, lana, algodón, granos y tubérculos en estos espacios sería lo
característico y desde luego en estupendas condiciones de preservación.
Desde luego, las plantas bajas pudieron albergar un número bastante
significativo de personas, tal vez dedicadas al culto, que es la función que
parece que podría adjudicarse a este "Castillo" con su pirámide al centro.
pueden no requerir una resistencia equivalente a la de los pisos de los edificios modernos o de
origen europeo.
pero no al núcleo del edificio. Este doble muro curvilíneo tiene también un
ingreso desde un pasaje que nace en el "Patio", que es un espacio de planta
irregular que está a unos 3 metros debajo del nivel del castillo. El pasaje
asciende hacia el lado oriental del edificio y sirve de conexión con el entorno a
la Gran Plaza. El extremo oeste del patio, tiene una serie de plataformas en
forma de terrazas, que finalmente acceden a un estrecho pasaje que da acceso
al interior del doble-muro circundante. El límite del patio, en esta sección, son
dos galerías paralelas -que vienen a ser una dividida en dos, como es
frecuente- de las que la que la exterior tiene tres ventanas que miran hacia el
suroeste (no aparecen registradas en el plano de Topic y sí en el de McCown).y
que tuvieron, al parecer, una suerte de cornisas encima, según se infiere de los
restos de piedras salientes que quedan.
Al patio se asocian tres galerías que los Topic atribuyen a una etapa
ligeramente anterior a la instalación de Wari en la región; entre ellas, están las
ya mencionadas, sin vanos de acceso identificados, al suroeste del edificio. La
otra al Este, tiene una portada bien conservada, que le da acceso y que es
parte de un grupo de galerías paralelas de distinto ancho y largo.
Edificio en el Castillo, que muestra los "retallos" formados por hileras de piedras salientes.
Las demás galerías, asociadas a la Gran Plaza Empedrada, serían de la fase
Amaru con su eje NE-SW y que concluyen en una terraza que está encima de
la Gran Plaza. Allí también se aprecian los retallos para la habilitación de pisos
altos. En la galería o galpón que da frente a la Gran Plaza, se hallaron
sepulturas en los muros del recinto, como ocurre en Wari, de las que aparte de
los hoyos que las alojaban, quedan restos óseos. Los nichos que alojaban los
cadáveres, están a 1 m o 1,5 m del piso y separados uno de otro por 2 a 2.5 m.
Al parecer en cada tumba podía haber uno o más esqueletos, tal como los
señala Max Uhle, quien excavó algunas de ellas, encontrando entre dos a ocho
esqueletos (McKown, 1945: 237). En ella no hay retallos y tampoco se conoce
su entrada.
2.1.1.5. La Gran Plaza está al Este del complejo. Se inicia a continuación de
una terraza de unos 3.5 m de ancho, anexa a la galería descrita, que está a 2 m
encima de su nivel. En su extremo noroeste, donde dobla la larga terraza, está
la entrada principal a la Gran Plaza que tiene unos 60 metros de lado. Al sur de
la plaza y de la galería de los nichos sepulcrales, hay otra galería, con un eje
oeste-este, que está dividida por un muro central bajo, asociado a las hiladas
que forman retallos y que están en los muros interiores de la galería. Hay dos
entradas a esta galería, desde la plaza, aunque una de ellas está en el extremo
occidental, ligada a un pequeño cuarto que está al costado de la galería de los
nichos sepulcrales. Al lado Este de esta galería meridional hay otra galería y
unos elementos arquitectónicos que completan el borde oriental de la plaza,
donde hay evidencias de galerías y pequeñas estructuras. Una de ellas, al
sureste, parece ser un altar o un elemento litúrgico. McCown excavó una
estructura singular en el ángulo sureste de la plaza, parece una tumba o un
mausoleo.
En el ángulo noreste de la plaza hay un conjunto de estructuras, fuera de la
plaza, que incluyen un recinto circular en el centro, que parece, igualmente, una
sepultura. Están asociados a una cadena de galpones o galerías que forman el
límite noreste de la Gran Plaza.
6
"Castro" es el nombre que se da a los pequeños poblados fortificados que había en la
península ibérica en tiempos del imperio romano. No son "castillos", que son palacios
fortificados, ni sólo "fuertes" que son estructuras más simples y menos estables. Son pequeñas
"fortalezas" para defensa y asentamientos más o menos permanentes.
Manantia
Puer
ta
Puerta
de
Manantial
Fig. 7. Distribución de las castros de los cerros de Los Corrales y de Las Monjas. Nótese que en
Los Corrales hay un castro (e) de las mismas características de los de Las Monjas. La "cadena"
de castros se asocia con una muralla que al parecer se conecta con la del Castillo, con una
puerta que se alinea con la Puerta del Oeste a la que se parece. Se señalan dos puntos de
manantiales (según McCown, 1945, con textos agregados)
Según Uhle y McCown, los edificios de Las Monjas representan "fuertes" más
bien que recintos de culto, como los que les atribuyen popularmente con el
nombre del cerro, como si se tratase de conventos equivalentes a los
"aqllawasi" que mantenían los incas. En efecto, su disposición en cadena, entre
el Cerro de los Corrales -donde también hay una estructura del mismo tipo- y el
Cerro del Castillo, donde está el núcleo principal de ocupación de
Marcahuamachuco, hablan de una instalación fortificada que bien puede
combinar sistemas de defensa con los mágico-religiosos del culto o los de
vivienda. Su forma y composición, así como el agregado de un muro de cierre
de la "cadena" de castros, presentan un panorama muy fuerte de defensa e
ingreso restringido al Castillo.
Las estructuras no son estrictamente circulares y si bien esa es su tendencia,
su forma adquiere contornos elipsoides, aunque en varios segmentos las
curvas se convierten en líneas rectas. A diferencia de las murallas exteriores,
os recintos interiores tienen perfiles ortogonales, como ocurre en el Castillo y en
las Torres Rectangulares. Los seis o tal vez siete "castros" de Las Monjas, no
son de las mismas proporciones, pues mientras que el Castro F tiene un eje
promedio de 22 ms., el E -que es de planta elíptica- tiene un eje mayor por
encima de los 140 ms y el más angosto de más de 60.
Exc.
Castro E
Castro C
Castro B
Castro D Terrenos intermedios
entre los Castros del
Cerro de las Monjas
y del Cº del Castillo
Castro A
50 metros
Fig.9. Los castros del Cerro de las Monjas (a partir de Topic y Lange-Topic, 2000: fig.2)