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- Me cuesta mucho pensar en mi propia escritura.

Siempre me sorprenden las


lecturas que otros hacen sobre mis textos. Me interesa la idea de jardín; creo que
todo lo que escribo tiene por origen el patio de la casa de mis abuelos maternos.
Siempre que escribo estoy ahí. No sé cómo explicarlo, pero estoy ahí, bajo el
limonero, temiéndole a las abejas.

También me interesa la idea de sospecha. La pregunta, lo que se dice que se dice y


se vuelca como verdad provisoria. La idea de verdad como una versión más, entre
todas las posibles, del mundo.

No sé si tengo algo así como una propuesta. En todo caso, quisiera que mi
propuesta fuese algo en mutación permanente.

Lo que más disfruto son los pequeños sonidos domésticos que se cuelan en las
grabaciones: la música de la intimidad.

No tengo nada de callada, está claro. Me gusta estar afuera, entre las cosas que están
pasando. Alberto Laiseca dice que para escribir más hay que leer más y vivir más. Bueno,
comunicarse es vivir. No me interesa, tampoco, la solemnidad intelectual, la reserva
pensante, el recogimiento cerebral. Ando, vivo, me equivoco, me enfurezco, me
entusiasmo, me desilusiono, amo con todas mis fuerzas. Duermo bien o mal. La sangre no
es agua, dicen. Yo vivo en el tiempo que me toca.

La poesía, a su vez, violenta el lenguaje: fuerza sus bordes, sus normas, sus límites. Prueba
la incompetencia de las leyes para decir el mundo

siento que el periodismo me reserva un lugar en la primera fila del teatro del
mundo. Desde ahí miro y escribo.

- El derecho es coercitivo, la literatura es persuasiva. El derecho es racional, la


literatura es

En el último año de carrera en la Universidad de Buenos Aires los alumnos de abogacía


deben prestar servicios jurídicos gratuitos. A mí me costó mucho superar ese tramo. Los
casos que se nos presentaban eran durísimos y yo me sentía completamente inútil ante
ellos, era desesperante. Lo único que pude hacer con esa desesperación fue escribir un
libro de poesía, Ne bis in idem. Lo cuento acá para responder a esa pregunta; por qué la
poesía. Porque no sé vivir de otra manera. No sé cómo se tolera la violencia del mundo sin
escribirla. Cómo se negocia con la realidad sin procesarla en un texto.
La sangre no es agua
Entrevista a Valeria Tentoni

Por Enrique Winter

http://www.letras.mysite.com/vte281212.html

Pero era muy desordenada para leer, sigo siendo, y manoteaba cualquier cosa.
Mucha basura, hermosa basura.

»Lo último que me cautivó es anteúltimo: el otro día recuperé mi ejemplar Parásitos
del paraíso de Leonard Cohen, lo tenía prestado. Lo releí en un insomnio y volví a
enloquecer de gusto.

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