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El zorro y las uvas

“Había una vez un zorro que caminaba, sediento, por el bosque. Mientras lo hacía
vio en lo alto de la rama de un árbol un racimo de uvas, las cuales deseó al instante
al servirle para refrescarse y apagar su sed. El zorro se acercó al árbol e intentó
alcanzar las uvas, pero estaban demasiado altas. Tras intentarlo una y otra vez sin
conseguirlo, el zorro finalmente se rindió y se alejó. Viendo que un pájaro había visto
todo el proceso se dijo en voz alta que en realidad no quería las uvas, dado aún no
estaban maduras, y que en realidad había cesado el intento de alcanzarlas al
comprobarlo.”
Otra interesante historia corta en forma de fábula que nos enseña que a menudo
nos intentamos convencer a nosotros mismos de no querer algo e incluso llegamos
a despreciar dicho algo por el hecho de que encontramos difícil llegar a alcanzarlo.

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El cojo y el ciego

“Hubo una vez un cojo y un ciego que iban paseando juntos cuando se encontraron
un río, el cual ambos debían cruzar. El cojo le dijo al ciego que él no podría llegar a
la otra orilla, a lo que el ciego respondió que él sí podría pasar pero ante su falta de
visión podría resbalar.
Ante ello, se les ocurrió una gran idea: el hombre ciego sería quien llevaría la marcha
y sostendría a ambos con sus piernas, mientras que el hombre cojo sería los ojos
de ambos y podría guiar a ambos durante el cruce. Subiendo el cojo encima del
ciego, ambos procedieron a cruzar cuidadosamente el río, lográndolo con éxito y
consiguiendo alcanzar la otra orilla sin dificultades.”
Esta pequeña historia, que cuenta con otras variantes (como por ejemplo que en
vez de cruzar un río ambos tienen que escapar de un incendio), nos sirve para
entender la importancia de colaborar y cooperar con los demás, algo que
permite aunar las habilidades de todos para alcanzar un proyecto común.

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