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La filosofía de Platón. La verdad está en otra parte.

Platón intenta encontrar una solución al interrogante ¿qué es la realidad? Intentará


encontrar una alternativa a la propuesta de Parménides (todo lo que existe existió siempre
de la misma manera; una propuesta por lo estático e inalterable) y la propuesta de
Heráclito (todo fluye en un constante y permanente cambio; una propuesta por lo
cambiante y alterable)
Lo que hará Platón con la teoría de las Formas es retomar el concepto apuntado por su
maestro (definiciones universales) y convertirlo en fundamento y constituyente último de
la realidad
De esta manera el filósofo muestra que lo aparente y lo sensible son una ficción, y que la
auténtica realidad se puede «ver» solo con la mente y la razón y no con los sentidos
corporales ya que estos en muchas ocasiones nos engañan.
Esto quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo inmutable no es una «materia primaria»
física. Lo que es eterno e inmutable son los modelos arquetípicos los cuales ordenan toda
la realidad. Toda la realidad es una copia imperfecta, ya que está en permanente cambio,
se degrada, se destruye y eventualmente muere, de un molde y forma universal que es
eterno, inmaterial e inmutable. Por ejemplo: ¿Por qué a todos los autos que vemos en
nuestra vida los llamamos autos? Platón responderá que porque son la copia imperfecta de
un único ejemplar, el Auto ideal. Podemos reconocer diferentes modelos de autos, más
grandes, más chicos, blancos, negros, viejos y nuevos porque ellos son la copia de una
Forma de auto que es inalterable e inmutable. No importa las condiciones ni el lugar donde
nos encontremos, siempre reconoceremos un auto cuando estamos frente a uno y no lo
confundiremos con una vaca.
De esta manera Platon desdobla el mundo real en dos: Por un lado el mundo sensible (el
podemos experimentar con nuestros sentidos) y el mundo Ideal o Inteligible (el mundo de
las Formas o Ideas al que sólo accedemos con el ejercicio de nuestra razón).

Cuando en el lenguaje corriente decimos «¡tengo una idea!», damos a esa frase un sentido muy
distinto al que le atribuye Platón. Para nosotros, una idea está en la mente y se construye por
abstracción y generalización: veo humanos, árboles o casas diversas y mi mente elabora la idea de
«hombre», «árbol» o «casa». En la filosofía platónica, el proceso es exactamente el contrario. Una
idea no se tiene en la mente, ni se forma abstrayendo los rasgos genéricos de las cosas, sino que
existe tal cual desde la eternidad. Suponer que existe un mundo de las Ideas permite dar un orden
y un sentido a la diversidad de opiniones y a la multiplicidad de objetos que conocemos mediante
la experiencia de nuestros sentidos.
En el pensamiento anterior a Platón eran los ojos y no la mente lo que configuraba una idea.
Platón transformó profundamente el concepto.

«Idea» acabó designando una «forma interior», el modelo que daba entidad y estructura a la
pluralidad de las cosas.

El núcleo de la teoría platónica de las Ideas consiste en la afirmación de que todo cuanto existe
bajo una forma temporal no es más que un símbolo o una aproximación a algo que realmente
«es»; algo que posee una última realidad suprasensible y que solo el alma, y no cualquiera, sino el
alma más perfecta, puede captar. Para explicar qué es una Idea, Platón usó el concepto de
«paradigma», que se traduce habitualmente como «modelo», porque explica no lo que las cosas
son, sino lo que deberían ser para convertirse en perfectas.
¿qué era lo que a Platón le interesaba averiguar ante
todo?
Resumiendo mucho, podemos decir que a Platón le
interesaba la relación entre lo eterno y lo inalterable, por
un lado, y lo que fluye, por el otro. (¡Es decir,
exactamente igual que a los presocráticos!)
A él le interesa lo que es eterno e inmutable en la
naturaleza y lo que es eterno e inmutable en cuanto a la
moral y la sociedad. De hecho, para Platón, estas son una
misma cosa. Intenta captar una propia «realidad» eterna
e inmutable.
Platón opinaba que todo lo que podemos tocar y sentir
en la naturaleza fluye. Es decir, según él, no existen unas
pocas que no se disuelven. Absolutamente todo lo que
pertenece al mundo de los sentidos está formado por
una materia que se desgasta con el tiempo. Pero, a la
vez, todo está hecho con un eterno e inmutable.
¿Lo entiendes? Ah, ¿no...?
¿Por qué todos los caballos son iguales, Sofía? A lo
mejor piensas que no lo son en absoluto. Pero hay algo
que todos los caballos tienen en común, algo que hace
que nunca tengamos problemas para distinguir un
caballo de cualquier otro animal. El caballo individual
«fluye», claro está. Puede ser viejo, cojo, y, con el tiempo,
se pondrá enfermo y morirá. Pero el «molde de caballo»
es eterno e inmutable.
tienes una serie de piezas del lego y construyes con
ellas un caballo. Luego lo deshaces y vuelves a meter las
piezas en una caja. No puedes esperar que surja un
caballo completamente nuevo con sólo sacudir la caja
que contiene las piezas. ¡Cómo iban a poder las piezas
arreglárselas por su cuenta para volver a convertirse en
caballo! No, eres tú la que tienes que volver a construir
el caballo, Sofía. Y lo logras gracias a una imagen que
tienes en tu cabeza del aspecto del caballo. Es decir: el
caballo de lego está moldeado según un modelo que
queda inalterado de caballo en caballo.

Supongamos que caes al mundo desde el espacio y que


jamás has visto una pastelería. De repente, te topas con
una de aspecto tentador, y ves, sobre un mostrador,
cincuenta pastas idénticas. Supongo que te habrías roto
la cabeza, preguntándote cómo era posible que fueran
todas idénticas. Sin embargo puede ser que alguna de
ellas careciera de algo que tuvieran las demás. Si eran
figuras, puede que a una le faltara un brazo y a otra un
trozo de cabeza, y que una tercera tuviera, a lo mejor, un
bulto en la tripa. Tras pensarlo detenidamente, llegarías,
no obstante, a la conclusión de que todas las pastas
tenían un denominador común. Aunque ninguna fuera
totalmente perfecta, se te ocurriría pensar que deben de
tener un origen común. Te darías cuenta de que todas
las pastas están hechas con el mismo molde. Y hay más
Sofía, hay algo más: ahora tendrás un fuerte deseo de
ver ese molde.
Esto quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo
inmutable no es una «materia primaria» física. Lo que es
eterno e inmutable son los modelos espirituales o
abstractos, a cuya imagen todo está moldeado. Esto
quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo inmutable no
es una «materia primaria» física. Lo que es eterno e
inmutable son los modelos espirituales o abstractos, a
cuya imagen todo está moldeado.

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