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DOR-WS¡ CATALA \j\V\cet\t~ s.\ COI\5U!

'C'O'·

ll"'\ SOCíol~tLD • .la d-~-\u~


orbl¡s¡s CAPíTULO 1

del COf\SUr:o 1 \os 3R...UfO~ .:::,ocia les .


DESARROLLOS TEÓRICOS DEL" CONSUMO
en la ~im rn~-teofú\'+O(\O de., r::oeccla"'Ci EN EL ANA LISIS SOCIOLOGIS=O
~ .. Textos AbICI1.:tOS .. ~~Ionq
)9q~ " (1" r~:k e \V\+íéb::kx:ó6l)

27-
1. Introducción

Las perspectivas teóricas que dentro de la sociología han tratado el consumo han
sido pocas y las que lo han hecho ha sido a través de incorporar, el consumo, a sus
esquemas interpretativos.
Desde los autores eS~l1cturalistas que entiendetu~L<;'Qnsllmo_como práxis-de
acción sociatR(}r]~~___q:u~ _~_ipdivJ<!1.lº-~~ _expresa., realiza y se comunica con los
otros,-ha~t~-los es~c.iiosos de la estntc.:tura socialque illi:orporan cada vez más los
aspectos propios del campo del consumo; las teorías que se han dedicado al estu-
dio del consumo utilizan e integnm aspectos)' conceptos de relevante hnportan-
cia para la teoría sociológica: La teoría de la acción, la configuración del status-rol,
el ciclo de vida, la asunción de grupos de referencia, la estratificación y la ~n"i1i­
dad social son entre otros conceptos los utilizados por las diferentes posiciones
teóricas y que encuentran relación directa en los comportamientos respecto del
consumo.
En este capítulo mi preocupación radica en establecer unas bases teóricas para
observar qué relación existe entre las desigualdades sociales y su plasmación en el
consumo, en otras palabras, lo que hay que elaborar es un marco teórico que
ayude a estudiar las relaciones entre los cambios en las estructuras sociales y los
cambios en la dinámica del consumo, o dicho de otra manera más sencilla, estu-
diar el sentido social del consumo {Alonso 1995).
Trataré sucesivamente las teorías que son pertinentes para ello. Primero, la teo-
ría económica que ha abordado el fenómeno del consumo sin considerarlo corno
un objeto de estudio en sí - centrada en el ámbito de la producción - siempre
ligando éste a aspectos de renta e ingresos. En segundo lugar, desde el estructura-
lismo se ha elaborado un cuerpo teórico sobre el consumo abordándolo como un
objeto de est1\dio de interés, intentando formulflr explicaciones teóricas respecto

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EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SOCIOLÓGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SOCIOLóGICO

del mismo. En tercer lugar el consumo ha cobrado su mayor importancia con los una posible eliminación del conflicto social, ya que, como consecuencia de un cre-
llamados teóricos de la posmodemidad ya que la cultura del consumo es ele- cimiento continuado y progresivo se llegará, a largo plazo, a una distribución del
mento fundamental de sus proposiciones teóricas. En cuarto lugar, también se ha crecimiento y de la abundancia (cuanto más grande sea el pastel, cuanto más sea el
elaborado una perspectiva teórica que entiende el mundo de la producción y el crecimiento, más nos t0cará recibir en el reparto).
mundo del consumo como un todo, un proceso en.el que ambos ámbitos están A continuación se señalan cuales son las principales bases en que se apoya esta
interconectados. En este capítulo analizo cada una de estas perspectivas y cuales perspectiva teórica y qué limitaciones presenta para estudiar el fenómeno del con-
son sus aportaciones y limitaciones. sumo.

1.1.1. Bases en las que se apoya la teoría económica del consumo


1.1. El consumidor en la teoría económica
El enfoque económico, en el tratamiento del co~sumo, centra toda su atención en
A pesar de que la disciplina por excelencia dedicada al consumo ha sido la econo- el poder adquisitivo y en los gustos personales del comprador. Parte de la premisa
mía que~sta carezca de una teoría amplia constituida y específica del consumo es de que el individuo utiliza en todo momento una racionalidad cuyo fin es aumen-
un hecho ampliamente aceptado. De hecho el consumo no toma peso o relevancia tar el beneficio y reducir costes. Las principales teorías sobre las que se apoyan
en los estudios económicos más que de forma subordinada a la producción. estos principios van desde los que se basan en el principio de la utilidad marginal
Marx revolucionó la teoría clásica de la economía (Smith, Ricardo) aportando (Marshall1890) - a mayor cantidad de un producto la utilidad y la satisfacción dis-
nuevos conceptos; tales como, los valores de uso - valor de utilidad al satisfacer minuye - hasta teorías más actuales como la 'Teoría de la preferencia Revelada'
una necesidad - y valor de cambio - valor del producto en el mercado -. Pero para (Samuelson 1938) y la 'Teoría de Juegos' propuesta por Van Newman y Morgens-
Marx el consumo siguió estando supeditado a la producción ya que es ésta quien ten (1947).
crea el objeto, la mercancía y la plusvalía. Por tanto para Marx, la producción crea Pasó a analizar más detalladamente cuales son los principios básicos en los que
aL<:~r, puesto que la producción no sólo crea un material para consu~ir se apoya está perspectiva:
sino que también crea una necesid~~_9.~~_satlsfiiCer, mclyso tarnoién la forma de
consumir el bien o rriérciilleÍa....Marx.considera_que el consumo no posee una indi- 1. El consumo está en función del sistema precios, que viene determinado por
vidualidad y por tanto no constituye una categoría de análisis. la leyes de la oferta y la demanda. y el consumidor, tal y como señala Keynes, con-
La teoría clásica económica, entre otros aspectos, se ha caracterizado, también, sume en función de su renta y establece su preferencia en función de los precios.
por la exclusión del consumidor en su ámbito, convirtiendo el consumo en una Por tanto los productos de consumo poseen fundamentalmente valor de cambio,
variable dependiente del nivel de renta y su distribución (Johnson M.B. 1974, dándose una relación directa entre los ingresos y el consumo. Si ello fuera así el
Green 1976). Para esta teoría la variable o factor fundamental es la renta ya que marketing se reduciría a análisis microeconómicos de precios, precisamente todo
todo lo producido se puede comprar, rigiéndose por unas leyes tan importantes lo contrario a lo que hace; y la investigación de mercados se orientaría hacia la
como las leyes naturales, como son la autorregulación del mercado y la ley de la conciencia de la necesidad de incentivar la demanda, ya que su capacidad de
oferta y la demanda, en un marco de libertad de mercado sin ningún tipo de inter- acción sobre los precios es limitada.
vención. 2. Estas teorías se basan en principios inminentes de la personalidad, como el
Otra característica fundamental de estas teorías, las economicistas, es la de pre- principio de maximización de la utilidad y de la satisfacción, que son de carácter
sentar la sociedad de consumo como un momento superior del desarrollo del universal y atemporal. Con ello se dejan de lado los procesos motivacionales y no
capitalismo (Ka tona 1968). Momento en el que la mocjerna sociedad capitalista de racionales en el consumo, pues sólo son capaces de explicar,las conductas raciona-
la abundancia tiende a pensar.en la ~xistencia efe la SOberanÍ¡¡ del consumidor yen les. Para esta teoría la falta de acción racional se ha de atribuir a factores como la

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EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SocIOLÓGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SOCIOLÓGICO

debilidad de voluntad. Pero, precisamente, parece que la mayor parte de las elec- elevándose y los consumidores sigan aspirando a metas más altas después de haber
ciones y las preferencias en el campo del consumo conllevan la debilidad de mejorado su standard de vida"(Katona 1968,344).
voluntad y la precipitación, en la práctica el consumo instrumental es más bien
escaso. 1.1.2. Limitaciones de la teoría económica del consumo
3. Las necesidades son entendidas como ilimitadas e independientes del medio
y contexto social. Tanto la teoría clásica como la Keynesiana parten del supuesto Señalo a continuación, más concretamente, qué tipo de limitaciones presenta esta
de que los gustos y / o las necesidades de los consumidores son un dato que no perspectiva teórica en el análic;is del consumo.
tiene que ser explicado por la ciencia económica (Navarro 1978). Las necesidades Esta teoría no considera los componentes culturales implícitos en la conducta
son creadas por la personalidad del consumidor. La necesidad de alguien es lo que humana como factores explicativos del consumo. Será precisamente Nicosia
este alguien designe como tal necesidad, así la necesidad que el sujeto dice tener (1976) uno de los autores que señala la importancia de introducir los valores cultu-
es la que el sujeto tiene, sin ningtm género de dudas, y no la que cree tener. rales a la hora de estudiar el consumo. El consumo esta dirigido por los valores, si
Desde esta misma perspectiva economicista posteriores análisis demuestran la a éstos los denominamos cultura, el consumo es cultura1.por definición (Osterberg
exigencia de ampliar o tener en cuenta otros aspectos no incluidos en posiciones 1988). Pero también hay que considerar que las intenciones, las acciones y las con-
más clásicas. Katona (1968), demuestra que el milagro del consllIi1o se debe a la ductas están presentes tanto en la producción como en el consumo.
interacción de diversas fuerzas: los cambios en la composición de la población, en Esta perspectiva presta escasa atención a los procesos de socialización, olvida
la educación yen las costumbres, en las nuevas actitudes y aspiraciones. Con ello, como se interiorizan y socializan las culturas y prácticas de consumo y sohe todo
introduce otros factores de carácter más psicológico. Para este autor el consumo no tiene en cuenta, las referencias grupales, la reproducción social, y por tanto las
sigue estando determinado por las fuerzas del mercado (ingresos, precios, habe- desigualdades sociales. Los sujetos no consumen como StÜE?JillLªislados, es la per-
res ... ) pero también por factores psicológicos (motivos y actitudes, experiencias tenencia a una sociedad, a un grupo, a una clase social, lo que marca el contenido y
antpriores, proyectos) que conjuntamente actúan sobre la conducta del consumo. ías formas de consumo.
También es inexacto considerar que el individuo es un ser que evalúa todas las
Otro autor, Duesenberry (1967), introduce aspectos relacionados con la estruc- opciones de compra a fin de aumentar el beneficio. El mismo Marshall dirá que el
tura social, los grupos de pertenencia y los grupos de referencia señalados por fin egoísta o utilitarist~no es el único, 9.?e la necesidad de vari~d~se~ de
Hyman y después desarrollados por Merton. Para Duesenberry el ':0',sw-:-.::: ;:;" di:'tmci~~cl~WJ._º mf~m!ly_conIeSpt:Uu--aJ.u5.-uew.á;:" c,,,@i cr, la i:;a~e Je Id;:' JJ ",,:
convierte en una función de la posición social que ocupan las personas según la vaciones del consumo. Este principio se basa en la consideración de que el consu-
distribución de la riqueza. La influencia entre los grupos es más de tipo horizontal midor es un individuo autónomo, considerando el comportamiento del mismo
ya que uno se compara con las personas con las que está en contacto. como atomístico, independiente y autónomo. Esto no es así, puesto que el tipo de
Pero a pesar de estas ampliaciones conceptuales se siguen manteniendo los bienes y servicios que adquiere y la forma en que cada consumidor gasta sus ren-
mismos postulados. Para Kantona (1968) existe la total creencia de que la base fun- tas, dista mucho de ser independiente o autónoma; muy por el contrario, viene
damental del fenómeno del consumo ha sido posible gracias al incremento del m~diatizada porla.Jorm~ demás individuos realizan sus-12astos ypg! el
ingreso familiar. Así como también, es precisamente el deseo y el ansia de mejorar marco general en el que se desenvuehT_ej~ji!IyIdaéiec~~Ó~i~~ (E;te~~1991).
el r. mdard de vida lo que constituye el sólido fundamento de la prosperidad Esta visIón; por otro lado, también consir"ra a los deseos como intrínsecos a la
americana. naturaleza humana y al individtio - entendido éste como ser abstracto, descontex-
tl.lalizado de todo componente social, histórico y cultural-, pero tal como dice Gal-
"el consumo de masas sólo se sostendrá y seguirá estimulando el crecimiento de la braith, si los deseos son intrínsecos, entonces no hay por qué suscitarlos con la
economía si la buena marcha continiJa haciendo que los niveles de aspiración vayan manipulación de la demanda.

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SooOLÓGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANALlSIS SOCIOLóGICO

"La firma tiene que tomar todas las medidas viables para conseguir que lo que ella Otra de las limitaciones de las teorías clásicas de los economistas, consiste en
desea producir sea deseado por el consunúdor a un precio remunerador" (Galbraith presentar la teoría del consumo como una "teoría subjetiva del valor basada en la
1984,74). utilidad, en su esquema explicativo se evitaba cualquier referencia a la posición de
clase o al lugar ocupado en el proceso de producción social, las relaciones sociales
Para Galbraith (1992), la teoría de la utilidad marginal no es completa ya que colectivas desaparecían y las unidades que se proponían para el análisis eran las
no puede decirse nada verdaderamente útil acerca de los estados comparativos de unidades individuales, no existiendo pues grupos cuyos objetivos o actuaciones
la mentalidad y de la satisfacción del consumidor en los distintos periodos de se encuentran más allá de la racionalidad que caraGteriza las acciones de las uni-
tiempo, ya que no se puede asegurar nunca que disminuya la satisfacción que se dades individuales" (Alonso y Calleja 1992,4).
deriva de esos incrementos posteriores, en el tiempo, de las existencias de bienes A modo de resumen de dichas limitaciones, se puede señalar que quedaría
del individuo. fuera de la investigación sobre las prácticas del consumo, si uno se basa en esta
La teorías economicistas del consumo parten de do~ supuestos en su concep- perspectiva:
ción psicosociológica de la necesidad. Por un lado entienden la necesidad como
origen de la acción mdividual y de la práctica social, realizando así una naturali- - El estudio de las desigualdades sociales. A pesar del poder explicativo que
zación de las necesidades (TerraiI1975). Ypor otro, entienden que la sociedad de pueden tener los ingresos, estos no solucionan, tal como señala Bourdieu (1991), la
consumo esta marcada por la escisión entre necesidades y medios para satisfacer- explicación de Eorque a igyaldad de ingresos ljls formas y hábitos de consumo son
las. Respecto el primer punto lejos de entrar aquí en un análisis exhaustivo sobre diferentes, en definitiva como se comprenden.P!~s:ticas de consumo diferenciadas
el concepto de necesidad 7 existe un acuerdo bastante amplio sobre que éstas para ingresos iguales.
es~án, o vienen condicionadas',social y culturalmente.." según el tipo de sociedad - El peso del proceso cultural en el cQn Sil ID o {la tradición, el pasado., .). Como
que se analice, como también el momento histórico al que se refieran. ND-exi,sten se :~plican diferencias de consumo en sociedades con ul'l~ mismo grado d~&~­
neg;sidades hwnanas que se.pu,=~an ~eparar de~~c:ll~~,e~~~c:Jc:i~'S!,llturql en que rrollo ~C:I1ómico o como se entiende el éxuQQ fracaso de.deU:~~i~:;;dos pr~d~ctos
se inscriben. Respecto al segundo, tal y como señala Galbraith (1992) no se puede en diferentes sociedades.
ábogar por la producción como instrumento de satisfacción de las necesidades si - Aquello qUe viene explicado por la relación con los demás, referencia de
esa mis~~p~~ción es la que crea las necesfdades.,La prod:ucrlónllena un clase o grupo social. Es decir cómo se explican los factores de imitación y mirru;¡-
vacío q\le ella mi.smac:~t:;~,_~IlerandQ mayores necesid~.D'-t!!1~ces~dad de una tisrm) q1J~~uducen en determinados...comportamientos relacionados con las
mayor producción..:.~] al!J.!l~l}tºdeJaproducción,deun producto, hace necesaria prácticas de consumo.
la piod-~'cció;;'d~ otros nuevos - más coches más gasolina, más vacaclones más - No se explicaría el consumo autodes!!'l:!~tiJlO (tabaco, alcohoL .. ). Si los indivi-
hoteles -. duos se mueven por principios de racionalidad y utilidad, como explicar aquellos
El mismo Galbraith (1992) dirá que teniendo en cuenta el efecto demostración- conswnos que perjudicap y no reportan benéfico alguno desde una lógica racional.
dado que las necesidades del consumidor son creadas por el mismo proceso que - Entiende a la publicidad como mera informadorª,.n@~haza .eLUlálisis deja
las satisface - el consumidor está imposibilitado para cualquier elección libre. Se p resen 9-ª-.ik fuerzas compulsivas. Quedaría, por tanto, fuera del análisis todo el
encuentra sujeto a las fuerzas de la publicidad y de la emulación a través de las proceso de socialización que automatiza y naturaliza los comportamientos y las
cuales la producción crea su propia demanda. prácticas. Precisamente la investigación del consumo trata de poner al descubierto
ese sistema de esquemas no conscientes.
- Deja de lado la historia del consumo, lo cual dificulta explicaciones sobre
7. Existe abundante literatura al respecto para una aproximación baste con citar a Alonso, LE.
(1986) "La producción social de la necesidad" en Ecanomistas, 18. También existe un excelente estudio dimensiones como hábitos de consumo o las fidelidades ya sea de marca o de tipo
de Doyan L Gough,l. (1994). TeorÚl de las necesidades humanJls, Barcelona, Icaria, de producto (Alonso y Callejo 1992).

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EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SoctOLÓGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁUSlS SOOOLÓGICO

A partir de los años 60 se va fraguando un cambio.de perspect~va, al mismo dará no sobre una teoría de las necesidades y de su satisfacción, sino sobre un teo-
tiempo que se producen una serie de,cambios en la socIedad, cambIOS en la orga- óa de la prestación social y de la significación. La lógica del consumo es una lógica
nización del trabajo, crecimiento económico ... Se considera ya el gran poder de la del signo y de la diferencia.
empresa en la producción y la programaci~n de la .~e!fianda. ~e crea una ~!tura
de consumo homogénea, unificadora y. desperso!l~.medIante la pubhadad, "El consumo es la totalidad virtual de todos los objetos y mensajes constituidos
lascampiiñas de ventas, créditos a~~?~~gLy-de-estaiormadiciendo lo que qu~­ desde ahora en un discurso más o menos coherente. En cuanto que tiene sentido, el con-
rrá y pagara ef consumIdor, sele despoja de cualquier soberanía (Alonso y CalleJo sumo es una actividad de manipulación sistemática de signos" (Baudrillard 1969,224).
1992). Aparecen nuevas perspectivas teóricas que estudian el fenómeno del con-
sumo, pasaré a ver cuales son los postulados de las mismas. 1.2.1. El consumo como consumO de signos

En las sociedades capitalistas avanzadas la producción es una producción para el


1.2. El enfoque estructural 8 deseo y los bienes están caracterizados mínimamente por su valor de uso. Ortí
dice al respecto que el consumo es una práctiCa homogénea en elque la ne~~.~dad
Al final de los años sesenta y durante los setenta, una serie de teóricos9 (Bar- se ha transformado en un dese010 yel valor de uso en un fantasma. Cada vez más
thes 1980, Baudrillard 1969,1970,1987, Leonini 1982, Marafioti 1988) que algunos l~ que Se co~s~~~símbolo de los bienes más que el propio bien, realmente el
autores los han denominado como sociólogos de la diferenciación, entienden el mercado de hoyes un mercado dominado por lo simbólico. Elv..a,lor signo viene a
consumo como medio_g!!~.sirYe-p_arª_la-<ilienaciónJainte.grru:ióIL)Ls.Qbre todo la , superar y desplazar al valor de us()y é1l_"é1l~~~~c~bi<>.y~ue_ están dominados
domin~~ión s~bólica de las masas. Este medio está manejado por un sistema que por la lógica de significación social. LaJLu12liddaJLcQntrihuye..aelhcoillQagente
utiliza ía-planihcaclünYeI-éontrofdelos mensajes, la apropiación y generación de que crl:!a_ye!lIiq!l~.~~~te val()!.~~o, reafirl!la e~~~~maJJ!lgasubrayando por
unos códigos, junto con la creación de un universo simbólico paralelo al universo !jemplo la salll0, 1~ h=~:r; '-, :~ __ - -,' • :~~ 1;:d sc['";~ 1 ~. _: .'. ~Ho seXUctl que:' IeSUIta ue
social. 4<', t'C~IÓn y el uso de un determinado prod ucto.
Para estos auiures la LOmpr€ílSión del consumo pasa necesariamente por ~1~. El~o~llP!~~ entiende como un p~",_~_d!'!..l>!@!fic'!.c!ón y cOIDUIÚcaJ,:!Óll,
jarse de la pretensión de encontrar un marco naturalista objetivo y.general, a la según las palabras del propio Baudrillard (1970), que reorganiza el nivel primario
hora de definir el concepto de necesidad. La noción básica de necesIdad ha que- de las nece.<¡idades en la forma de una lengua. Los objetos, las mercancías, los bie-
dado rota definitivamente en un mundo lleno de objetos, servicios, mercancías, nes, los servi(:iQ§,j.Il<:Ill_~19~~ismoy_ac.!()~dE!~()JI'lpra se convierten en lenguaje.
símbolos e imágenes, que la moderna sociedad de consumo ha ligado de forrr:a Desde esta perspectiva las prácticas de consumo no tienen sentido si se anali-
indisoluble al mismo acto de consumir. La lógica del consumo no se puede redUCIr zan corno hechos individuales y separados unos de otros. Utilizando el parale-
a una simple lógica de satisfacciones y necesidades, como pensaban los economis- lismo del lenguaje, sería equivalente a tratar de entender el significado que tienen
tas, es ul!a ló~icá de la produc~iÓn y la m~~pulación de los significantes...sociales. los nombres, los verbos, los adjetivos, de forma desligada y separada. El consumo
Par;'Ba\:¡drillard (1974runaverdadera teoría de los objetos y del consumo se fun- no se ha de entender como un afán de posesión de objetos sino como una organi-
zación de la substancia significante que transforma el objeto en un signo, el con-
~I estructuralismo ha sido desarrollado por el antropólogo frances Claude Lévi-5trauss, enf ' sumo pasa a ser una actividad sistemática de manipulación de signos (Marafioti
zando el papel que desempeñan los signos y los símbolos en las estructuras de los mitos y los ntuales
de las sociedades que carecen de una lengua escnta.. " " . _ 10. Respt'cto el deseo, Galbraight dice que no se obliga a comparar un nuevo modelo de automóvil,
9. No consideraré a Bourdieu como estructurahsta porque para ellas dIferenCias econo~lcas, cul ni un nuevo laxante, se llega a creer que se han de comprar. Los deseos han sido vaciados de contenido
turales y sociales no existen solamente en la esfera de lo simbólico si no en estructuras obJehvas del por la abllndancia para desp"és ser manipulados, tratando que los hombres deseen lo que el sistema
mundo real, esto es estructuras de clase, de sexo, de etnia ... (Bocock 1993.) suministra (Galbraith, 1984.)

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DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁUSIS SOCIOLóGICO
EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SoaOLóGICO

1988). De hecho al consumir se juega y se manipula los signos, se acumula, se cam- sis~ón. A partir del cual el valor signo pasa a tener este lugar
bia y se distribuyen los objetos; se utiliza un servicio u otro, se prescinde de unas hegemónico.
mercancías e invierte en otras según el mensaje que se quiera dar. La lógica del
consumo es una lógica de manipulación de signos y no puede ser reducida a la 1.2.2. Los bienes como comunicadores culturales
funcionalidad de los objetos. Consumir significa, entre otras cosas, intercambiar
significados sociales y culturales y los bienes son el medio de intercambio (Leonini La gran mayoría de las investigaciones - históricas, antropológicas ... - que tratan
1982). Sólo en un sistema que se organiza sobre la significación social, apoyado en de estudiar al hombre y sus formas de vida a lo largo de la historia han utilizado
los objetos, se puede entender la muerte moral de un objeto, antes de su muerte los bienes, los objetos y sus obras (construcciones arquitectónicas, pinturas, vesti-
dos, cerámicas etc.) como materiales que informan sobre sus costumbres, su orga-
material.
Para estos autores el consumo es un fenómeno social gue comprend~~os l~gi- nización, su forma de vivir e inc::luso sus valores, símbolos y creencias.
cas que van unidas y qu~ la incomprensiÓ~ de una supone la incomprensión de la Dentro de la sociología no es tan común utilizar los bienes y los objetos como
otra. Por un lado la lógica de la comunicaciQ.n, que está ligada inseparablemente al fuente de información. Sin embargo, algunos autores tal es el caso de Elias 12 que
valor signo que presentan o tienen todos los objetos, bienes, servicios YJlCtos de ha hecho un excelente estudio sobre la vida de la sociedad cortesana a través de la
c~nsumo; en definitiva, las prácticas de consumo que se inscriben eI1~~_~ódigo distribución y formas de las viviendas de la aristocracia y la nobleza; llegando a
que las dota de sentido. Por el otro, la lógica de la diferenciación que viene ligada descubrir cual era la forma de vida de estos estamentos, su función, desde el estu-
al valor signo que !i~~~<::ªº~_()1>ie!o, bien y~mercancía~(que son diferentes entre sí dio de como eran sus viviendas - como estaban distribuidas las diferentes estan-
por su misma f~ción comunicadora). Pero la diferenciación viene dada por el cias - vehículos comunicadores y al mismo tiempo legitimadores del papel social
hecho de que las m~rcancIi:1l)ÍJ!lp}ic:~Junc!amentalmente valo!"~s de status jerár- de sus propietarios. Los bienes son utilizados por las diferentes ciencias humanas
quico. El valor signo, no sólo actúa como rejilla de clasificación social, lógica de la como la parte visible deTa cultura que quieren estudiªr. Este hech()-cmnporta reco-
diferencia y diferenciación social; sino que actúa, fundamentalmente, como motor nocer una doble vertiente de los objetos o bienes, el ser al mismo tiempo resultado
del propio desarrollo del consumo. Necesita justamente afianzarse en la diferencia y factor de contribución a la cultura. Por tanto los bienes son sobre todas las cosas
para cobrar sentido. signos culturales.
1 Esta lógica de la diferenciación es la que ayuda a entender que hoy no hay con- En las investigaciones y estudios de carácter eh10grafico se aSUillé que LUUd:
Isumo porque se de una necesidad objetiva y naturalista de consumir. Lo que hay posesión natural conlleva significados sociale_s~ JL_CQm:entra en gran parte su uso
I es producción social de un material de diferencias, de un código de significaciones co~~unicaQó.nJDouglas y Isherwood 1979). Los bienes son la parte visible\
i y de valores de status, sobre el cual se sitúan los bienes, los objetos y las prácticas
de la cultura, ya que toda elección de bienes es el resultado y la contribución de la \
Ide consumo. u Es la capacidad comunicadora que tienen los bienes, la que ayuda a misma. Los individuos necesitan bienes para comunicarse con los otros y para dar \
\ver esta diferenciación social. sentido a lo que ocurre alrededor de ellos.
Es el valor ~lgno el que permite más claramente comprender la estructura sisté-
mica que tiene el consumo, porque permite la integración dentro jel ámbito de la 1.2.3. Los bienes como soporte de la identidad individual y colectiva
c~J~ permite tener IIT~se.nte lID código de interacción, de ierarguiza~ y un
Sin los bienes de consumo, ciertos actos de definic"; "n de uno mismo, así como de
definición colectiva en esta cultura serían imposibles. Se ha llegado a una sofistica-
11. Es suficiente con tener presente que los bienes se convierten en signos distintivos -que pueden
ser unos signos de distinción, pero también de vulgaridad, desde el momento en que son percibidos ción tal, en la que no son, tan sólo, los productos (por su diferencia sustantiva de
relacionalmente- para ver qu~ 11\ ¡-eprl'se~Wl(;ión que los in~t"iduos y Jos grupos ponen mevttable-
mente de manifiesto, medianie sus prácti(!as y sus propiedades, forma parte integrante de la reahd~d
12. Ver Elias, N. [¡¡ sociedad cortesana. México, Fondo de cultura económica, 1982.
social. (Bourdieu, 1991.) . .

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DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SocIOLÓGICO
EL CONSUMO, UN ANÁLISIS Scx:IOLóGICO

uso O cambio) sino los signos de los que son portadores los que sirven como ele- _ No hay evidencia de una lectura lineal discursiva sobre la ropa o que sobre
mentos identificativos. La marca de un
producto no marc~~oducto, marca la ropa hacen los individuos.
también al consumido;- como miembro del gOlpO-.deJos....co~ de la - Los signilicados de la ropa están sujetos a un léxico limitado.
13 - Las diferentes combinaciones de ropa a veces convierten el mensaje en un
marca. La identidad social viene dada por o está en función de los productos y
marcas que se ~~en~~ua~mpraJamen::andª..s.tt~QIDl?.!"-ª_bás.~~ente rompecabezas, en el que se han de extraer algunas· piezas para poder resolverlo.
los sigIlOS que dan lªJJlentidad (lbanez 1994).
Los objetos constituyen \.ffi elemento fundamental en la creación y el manteni- El propio McCracken propone una serie de soluciones al problema; apunta que
miento de la identidad, al ser elementos esenciales en el proceso de interacción el mundo de la ropa puede responder a un sistema especial de código, considerán-
entre los individuos. Por su apropiación y uso se construye el personaje que se dolo así un código y no~ len~aje, laque puede implicar \.ID menor éxito como
quiere ser y/o parecer y por la inter~cción se transmite información sobre nues- sistema com~i~ativo. Afmn~_~u~ sfS"eentiende así, los códigos y en su caso los
tros valores y sobre nuestra posición social (Leonini 1982). vestidos son mensajes en sí mismos pero no partes de un mensaje. Mcgraken con-
Una vez apropiados los objetos configuran un elemento de integración social. tinwi afirmando que la culturt1..~aterial tan solo permite la representación de un
No se compra para satisfacer necesidades básicas, se compra y se consume para número limitado de cosas en un número limitado de posibilidades. Otra de la;
decir a los otros lo que cada uno es o lé gustaría ser (McMall1990). grandes limitaciones es que el significado de los objetos de consumo como len-
Hablar de identidad individual a través del consumo no significa que la cons- guaje se encuentra en constante tránsito, es un constante flujo, hacia y desde el
trucción y definición de los individuos y sus intenciones manifestadas expliquen mundo soci~ ayugado. por .eLesfuerzo individual y colectivo de productores,
el comportamiento del consumo. Las identidades de las que hablo son identida- puv%:~~ ronsumidores. Pero aquí más que una limitación se puede decir que

des de grupo, se desea ser del grupo!y para el grupo. Se ha de pensar como dice se trata de una riqueza, yil. ~.'~ _1 •• ~ 1__ -:b!!~ -:1 1~-
0 _l.:_.
~-:: ::~t~ ::~~~ovh2"l;-~':¡" "

Ibañez (1994) que la estructura de la sociedad de consumo es grupal, todo deseo es al igual que la lengua, lo que en el siglo pasado significaba una cosa hoy puede
grupal, el grupo es el objeto de todo deseo, desear ser del grupo y para el grupo. o;~ificar oh-" -:l.~:::.. ::.14!..:;. doble vertiente que tienen los bienes,servicios, mer-
! cancía~ de consumo en tanto que representan valores simbólicos y de coinuñica-
L
1.2.4. Críticas y limitaciones a esta perspectiva
¡
ción, h~_c-=5ue éstos pasen de moda y lleguDln.....UlQme.DJo en el que ya no sirvan
para a ~~QTesar lo que_ª..P.!...es_a..banJ~_s...Q~cir que .<:"'3!l1..Ei~su valor signo(l,eonini
No todos los autores o estudiosos del consumo están totalmente de acuerdo con 1982).
esta perspectiva teórica que considera al consumo como una práctica fundamen- El enfoque f'stnlrtural de la sociología trata los procesos sociales como proce-
talmente comunicadora. McCracken(1988) piensa que la metáfora por la que los sos de producción de signos. Descodifica sistemáticamente los mensajes en sus
niveles y fases sucesivas de estructuración simbólica, insertándolos dentro del

~
objetos inanimados son un lenguaje o funcionan como un lenguaje es engañosa.
Realiza un estudio en el que trata de ver las semejanzas y diferencias entre la len- universo de representaciones y valores de los gnlpOS sociales de referencia. Ello
gua y el mundo de la moda. El mundo de la indumentaria presenta una serie de implica que, en este enfoque, cualquier hecho social se trate como un texto sobre el
limitaciones si se considera como lenguaje: que pueden aplicarse las herramientas metodológicas extraídas, fundamental-
mente, del formalismo lingüístico o semiótico, cuya finalidad radica en encontrar
las estructuras significativas subyacentes al mensaje (Alonso 1995). Puede, pe
13. Basta hacer referencia al mundo de la ropa, se puede afirmar que mucho antes que uno se
aproxime a otro por la calle, suficientemente para que pu~dan hablar''ya se están comunicando su
sexo, su edad y la clase social a la que pertenecen por medIO de su veshmenta (Lune, 1994). La ropa
sirve para comunicarse, como siervE' de elemento integrador y separador de grupos. La ropa se con- 14. Contrario a esta idea y sobre el mismo tema, la ropa o más concretamente el mundo de la moda,
vierte en un lenguaje social en el que se divjde a pobres y a ricos o poseedores yana poseedores. A. Lurie realiza un interesante ensayo sobre la indumentaria como un lenguaje que sirve para identifi-
carse e identificar a los otros. Ver Lurie, A E/lenguaje de La moda. Barcelona, Paidos, Contextos, 1994.
(Ewen y Ewen, 1992). .

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SocIOLóGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CUNSUMO EN EL ANÁLISIS SOCIOLÚGICO

tanto, darse un ruperanálisis lingüístico de cualquier fenómeno social, hasta el Otra de las limitaciones que presenta esta perspectiva es la inexistente cone-
pwl10 de acabar explicando cualquier hecho social por sus efectos simbólicos y de xión entre el mundo del consumo y el mund<¡, de la producción. En cambio, a mi
concluir identificando lo social con lo semiológico. Se trata, tal y como dice entender, el consumo esta ahora más que nunca ligado a los procesos productivos .~
Alonso, de un pansemiologismo por el que cualquier proceso social es visto única- por dos razones. Por un lado, se tiene la demanda que condiciona a la I2Iº-c!ucción ~
mente como un proceso comunicativo y significativo en cuanto que funciona en el sentido de que se produce aquello que ~e cree que se va a vender, haciendo <-I
como signo lingüístico. que los procesos de producción y objetos de consumo estén ligados. Las investiga- :~
Ni el consumidor es una página en blanco sobre la que se pueda inscribir cual- ciones de mercado no sólo condicio..lli!IL}'_tratandernestrarevidencias-sobre-c6mo . ~
quier designio o capricho empresarial, ni la publicidad puede imponer cualquier vend~~~.!lue form~ se puede incitar a! ~()!1suQ!Q, sinQ-$Le tienen un
hábito de consumo sin tener en OIenta-UDaprá..xlisocial que la decodifi~a y remo- efecto bisagra ya que condicionan y determinan la producción de aquello que se
dela, ni se puede encontrar una metodología abstracta que venza poLSisola las podrá vender. Por otro lado los individuos consumen desde su~i'ió_~~ §
barreras que establecen las condiciones históricas soci .cas ... (Ortí, soci~dad, detennina~ en graniOririapm:laesú:w;;tur-a:50cialy-eruiefinitivaP.9J la .iS
cita o por ansa 1995). Cuando en realidad, no sólo el hecho físico del consumo, llamada clase ocupacional, ,.gue en~ltiIlNIDstanciallareferida_al mllf1dQdeJª-Qro-
sino que incluso su misma dimensión simbólica tiene que entenderse como una du..fcióIl. Habría que ¡Ü\adir, además, que ahora el estar dentro o fuera del mund~ ,-.:-5
dinámica ligada indisolublemente al proceso de reproducción de las relaciones productivo, el poder disfrutar de un empleo o estar sujeto a la inestabilidad labo-_~:;¡
sociales en su conjunto y por lo tanto, al proceso de acumulación de capital econó- ralo, incluso, pertenecer al núcleo duro del paro, determina en gran manera Wlas S'
mico, social y cultural (Bourdieu 1991). prácticas de consumo u otras.
- El habla tiene referentes extradiscursivos, el discursa no se explica por el dis- Estos autores, los estructuralistas, tratan de_mostrar que la necesidad ha sido
curso mismo. Entre los referentes están las prácticas sociales parcialmente consti- absolutamente desterrada de la sociedad contemporánea, pues ha sido sustituida c~.~
tutivas del discurso, que van referidas a aspectos culturales e históricos, y la por el dominio de los signos, como si la moderna sociedad de la opulencia simbó- '
misma estructura social- Esta perspectiva puede ser llamada materialista y contex- lica estuviera constru~da ~~~~ialmente sin _~~~~~~~:''2'C;hi]idad de :-b:o:"pntidn
tualista peró, a mi entender, es básica para el análisis del consumo. real al termino escasez. Contrariamente se puede decir que en esta sociedad no se
El análisis sociológico y pragmático del discurso ha de referirse, en último tér- destie~~~- el tema de la necesidad, la escasez o la desigualdad, hay que resituarlas
mino, a los procesos y conflictos sociales reales de la situación rustórica que lo en un ámbito de necesidades determinadas socialmente así corno sus medios para
engendra y configura (Ortí 1986), ya que se habla siempre desde lU1a identidad que satisfacerlas. Esto es, los ~~l~!~UOS valoran su bi~estar ma~!ialllQ_~ térI!!inos
es cultural, histórica y material y no simplemente activando un código abstracto. de la cantid~l~~~.de bienes que tienen sino enrdacióu a Ioshieues que debe-
Eso es así porque el sistema lingüístico proporciona las condiciones formales de rííi!!pose~;r (Alonso 1995). Por tanto entender las necesidades y su construcción
posibilidad del habla, pero no tiene jurisdicción sobre sus verdaderas causas. Hay social ayuda a entender los consumos.
lUla realidad marcada por una desigualdad de acceso al consumo que se sitúa por
encima del proceso mismo de significación. Es decir, una desigualdad que es
patente, en el propio mensaje que dan los objetos y bienes. Los objetos no se fabrican 1.3. La cultura del consumo
y se distribuyen para satisfacer las necesidades mayoritarias si no que responden a
su capacidad de generar un fuerte efecto demostración de status (Alonso y Conde Losc~bios acontecidos en las últimas décadas, qll~ van desde las formas de or~
1994), al que inevitablemente contribuye el valor signo del que son portadores. nizacibn de la producción (la gran industria es sustituida cada vez más por formas
Parece ser que en estos tipos de análisis semiológicos se pasa del poder de las flexibles de producción) hasta cambios en la formas de consumo (la cultura uni-
estructuras al poder de las narraciones (Alonso 1995). Esta perspectiva sirve para forme del consumo de masases sustituida por ladera:-h-éte~ogeneidad de estilos),
aspectos parciales pero se han de evitar excesos absolutiza<iores. pasando por cambios en la estructura social, la estructura social jerárquica de un

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EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SocIOLóGICO DEsARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁUSIS SOCIOLóGICO

pequeño número de clases, la sustituye una estructura más fluida (la nebulosa de la económica, la necesidad material ha terminado, llega el deseo y una infinidad de
clase media, la fragmentación de la clase obrera, el aburguesamiento de los obreros objetos se esfuerzan por responder a 1ma infinidad de deseos. Se trata de una
cualificados, mayor movilidad social) (Herpin 1993), hacen que se hable de un etapa de pluralismo y de polivalencias, en la que se disipa la objetividad que tenía
nuevo tipo de sociedad, denominada, para algunos autores, posmoderna. la modernidad y en la que se mercantilizan hasta los modos de vida y los estilos de
En este nuevo tipo de sociedad se pasa, tal y corno dijo Baudrillard (1970), de vida (Scardigli 1983, Bauman 1992).
un~J.9gi~ª-<;:-ª-Ri!~ljg-ªSentrada ~n :la .P~9ducción y basad~ enl~alores -º~_tlso y Pasaré, a continuación a entrar más concretamente en que se basa este nuevo
de cambio, a una lógica centrada en el consumo, fundamentalmente basac!,! en el modelo de sociedad de consumo, visto desde esta perspectiva.
valor signo. En palabras del propio Ibañez (1994), se pasa de un capitalismo de
pr~d~ccióna un capitalismo de conSUI:rlO~ 1.3.1. El consumo como papel central
Para-una serie de teóricos, denominados sociólogos de la posmodemidad (Feat-
herstone 1991, ]ameson 1984, entr~ otros), el ~umo pasa a ser el principal ele- Desde esta perspectiva el consumo se convierte en el proceso social y cultural fun-
mento definid.Ord~_~gª-~~kQ.ª4tdár1dol~.ll!LRa.p~UIJJJ.!:l¡!tnenlaLe~aJ]ªIISls y damental. Se vive en una cultura del consumo que acapara todos los ~Q!tos de
convirtién~()!~~ el fenómeno e~erg_e~te y frontal deJ.~ soci~dad actual. El consumo nuestr~-"Jdi!Li!l~lus()_erOcioseI1atransIOrmado en c~nsiixno _y~~l mis~o_hecho de
y / o la conducta del consumidor se desplaza hacia la posición que en el pasado comE.rar se convierte en una pQSihilidacLde--ocio. Las ciudades presentan unos
moderno, de la sociedad capitalist~, estaba ocupado por el trabajo bajo la fOTIna de centros de diversión de fácil acceso tanto económico corno de comunicación e
salario. El consumo pasa a ocupar, por tanto, en las sociedades posmodemas el papel información, de cultura de masas (Featherstone 1991). La variación del comprar
[ que ocupaba el trabajo en la mode~idad. El ixl.div~duo es visto más corno com;l.Jmi- en ir de compras ha convertido a estas últimas en un placer y en una actividad de
I d(x que co II1 () P!"QductorL~~do sU~l.de CDnsl!rnid'5-_el4-~cuiefllle. E incluso ocio, donde los grandes almacenes l'arecen_SQl"!Y~Itirse en..grandes-templos de·la
I alg~~~~~;~~to~ ~p~ a queen~ta nueva sociedad la conducta del consumidor diversión, donde c~alquier ii~~p~~de hacers..e..Iealidad.{Lagrman 1993).
llega a ser el motor de las mutaciones socioeconórnicas futuras (Herpin 1993). La lógica del consumo invade todos los ámbitos, una lógica que se basa, entre
otros aspectos, en la seducción. Lipovetsky (1986) dice que la seducción ~e na CUI ,-
"La entrada en la sociedad d~ consumo significa, más que cualquier otro campo vertido en el proceso general que tiende a regular el consumo, la organización, la
social, la salida de la sociedad moderna, puesto que lo que mejor define a ésta es que las información, la educación y las costumbres. Se da un cambio de centralidad de las
conductas están determinadas en ella por el lugar de los actores en el proceso de moder- relaciones de pro<!ucció~.:".~E~é!lé!§ relacioQes cL~gg~ción. L.?-.5ulttlra_posmo-
nización, delante o detrás, arriba o abajo ... , el actor se sitúa en relación consigo mismo y derna es la de~~~t:I.Í!lgy_kºeJa...emancipaciónindi.Yi.dJillLextensiva a todas.las
con los mensajes emitidos por un vasto público o por su pertenencia a gmpos restringi- categorías.de eª-a(;t}'_gém~ro:
dos primarios" (Touraine 1993,189). El consumo se convierte en elemento Ílmdamental de la vida de los indivi-
duos, en él confluyen los aspectos reproductivos del sistema, tanto los de índole
Este nuevo tipo de sociedad, en la que el consumo ocupa el papel central, pre- económico, como los índole social, hasta tal punto que en las elecciones en el con-
senta un serie de características, que son, bajo esta perspectiva teórica, las que sumo confluyen este cúmulo de aspectos.
definen el actual modelo de sociedad de consumo. Se trata de una sociedad pro-
iu<2.ct~por el consUlllQLITlaLcada..p. m:J.a_abilll<!ancia Y_~E..r~abun~.~_signos "Una elección de consumo esta interr·,.lectada en el punto en el cual la reproduc-
y significados que se encuentr~~~ll!! const~_cªmbiQJJl.d_qlli' lo efímero ción sistémica, la integración social y la vida individual están coordinadas y armoniza-
rnar¿~ todo el proceso. El goce inmediato, el vivir el presente, el h~donismo y el das"15 (Bauman 1992,52).
narcisÍsmo sonlos vaiores triunfahtes, establ~cidos en ~~-~uJt~lra del exceSo, de
la sobreproducción y del gasto. El hombre es el principio y el fin de la actividad 15. He optado por una traducción de las citas al castellano para una lectura más fluida del libro.

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DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS Soc¡OLCx:;ICO
EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SocIOLÓGICO

Se da un proceso en el que la sociedad de consumo se vuelve fundamental- posibles alterativas. Esta época se caracteriza por la profusión de diferentes
mente cultural, por la carga simbólica que llevan los bienes y servicios que se con- modos de identidad y ámbitos de formación y deformación emergentes que hacen
a
sumen. Todo en la vida social se puede decir que tiende ha hacerse cultural ame- más difuso y/o confuso el significado de los gustos y la elección de los estiios de
son 1984). En cambio, las relaciones sociales se vuelven más desreguladas, más vida (Featherstone 1991). Se produce así una indiferencia que proviene por el
variables menos estructuradas por normas estables (Featherstone 1990), en un exceso, no por el defecto, por hipersolicitación y no por la privación (Lipovetsky
mundo difuso en el que incluso los límites de la cultura superior y la cultura 1986).
popular se vuelven cada vez más borrosos como si se tratase de una nebulosa Este nuevo modelo de consumo está marcado por un cambio constante en el
Oameson 1986). que l!-~fímero invaden todos los dbminios.deLcouSill]1o (Herpín 1993).
Los nuevos tipos de consumo se caracterizan por..11U..desuso~do de los
1.3.2. Sobreproducción imágenes y cambios constantes o~, por_un ritmo cada vez más rápido de cambio en las modas y enlos-estilos,
apoyado o reforzado por la penetración de 1a-publieidad,la--telev.isión y los demás
Se trata de un mundo de sobreproducción de signos, imágenes y simlllacioríes que medios..--
de comunicación
. - de masas.---Para estos autores se da un nuevo sistema
conducen a la pérdida de significados estables, en el cual las masas.fstán fascina- social, en el que se ha empezado a vivir en un 'presente perpetuo y en lID perpetuo.
das por un flujo sin fin de misteriosas yuxtaposiciones sin sentido estable (Feat- cambio que arrastra, incluso, las tradiciones de clase que todas las anteriores for-
herstone 1990). Se da una fluidez de patrones y formas de consumo que puede maciones sociales han tenido que preservar dé un modo u otro (Iameson 1986.)....La
producir la pérdida de las raíces sociales y de la cultura común heredada (Lee norma de 10 efflllero es lo que rige la producción y el consumo de los objetos y lo
1993). La publicidad contribuye a elhhaciendo viajar Jos valores signo de un nu!-,vo aparece como imperativo categórico.
objeto a otro, de un servicio a otro. Se vive en un mundo en que lo imaginario y lo
virtual sUstituyen a lo real. Se puede viajar sin moverte de casa a través de la tele- 1.3.3. Los nuevos valores
visión y si a ello se une un ordenador multimedia se tiene acceso además a una
serie de imágenes e informacion-es;lillpensable enépocas anteriores. Los cambios descritos por estos teóricos afectan también a los valores. La S0~:::::::'.:!.
Se entra en una dinámica que en apariencia hace que todo sea posible y alcan- posmodema aparece como la sociedad de la ~emocratización d~l he<:l..~~mo que
zable, enfatizando así lo inmediato, lo intensivo, que produce una sobrecarga sen- alcanza,~JºEo su conjunto. El individuo se mueve por el principio del pl~cer, den-
sorial que conlleva a la desorientación y / o a la liquefacción de signos e imágenes, tro de una gran opcionalidad y~a gran libeli'tad de elección entre una div~
la mezcla de códigos y la estetización alucinada de lo real (Featherstone 1990). api1I'lmtemente ilimitada oferta. L~cionalidad, de la que hablaban los clásicos,
A esta sobreproducción de imágenes se añade el hecho de queca9.a vez más se queda reducida a procesos de decisión en lo !que verdaderamente importa es la
tiende a una,~éQn·Omia(letitW~al, en la que ya no es necesario viajar a otro país disquisición entre elegir lo primero o lo segundo. Hasta tal punto esto es así que,
para obtener los productos allí producidos. L.ª globalización de los mercados, trae como dice Bauman (1992) gastar se convierte en una duda quizá la más impOr-(
consigo una globalización de las culturas que hace difícil establecer que bienes y tanteo Estas elecci~nes se han ~onvertido, e~ la base de identificación social. Pero se (
mercancías son propias y aU!..~!.9.D~llidandQ el valor y existencia de las cos- trata de un hedomsmo ilusono caractenshco de un deseo de provocar en la reali-;
tumbres y tradiciones, produciendo una cultura nacional y de hecho internacio- dad los deseos creados por la imaginación.
nal, una homogeneización cultural en base a la solicitación le necesidades e infor- Esta cultura del consumo descalifica la vieja ética protestante en la que se valo-
maciones (Lipovetsky 1986). raba el trabajo como definidor del ser, de la identidad personal y social, entrando
Por otro lado la cultura contemporánea del consumo parece establecer una en una fase en la que se mide a cada uno por 10 que tiene y no por lo que hace, los
amplitud flexible de contextos y ~ituaciones en los cuales se estiman apropiadqs y ídolos de la producción h¡m sido sustituidos por los ídolos del consumo (Feathers-
aceptables toda serie de conductas, en las que más que elegir se trate de aceptar las tone 1992).

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SociOLÓGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN F.L ANÁLISIS SOCIOLÓG1CO

Además esta cultura hedonista insta a cada cual a conveldrse en el dueño y " ... ha llegado el momento de rescatar los análisis de la moda de la artillería pesada
poseedor de su propia vida, a autodeterminarse en sus relaciones con los de las clases sociales, de la dialéctica de la distinción y de las pretensiones clasistas. A
demás y a vivir más para sí mismo, un hiperindividualismo. Se trata de vivir en contrapie del imperialismo de los esquemas de la lucha simbólica de clases, hemos
el presente, sólo en el presente y no en función del pasado y del futuro. Es la mostrado que, en la historia de la moda, los valores y las significaciones culturales
época de los sistemas a la carta, la personalidad ya no puede ser de tipo grega- modernas, dignificando en particular lo nuevo y la expresión de la individualidad
rio o mimético, debe profundizarien su diferencia, su singularidad. El narci- humana, han desempeñado un papel preponderante" (Lipovetsky 1990(11).
sismo representa esa liberación de la influencia del otro~ esa ruptura con el
orden de la estandarización de los prim~ros tiempos de la sociedad de con~umo ~.'.' Para este autor la sociología de la distinción no sirve para comprender los
(Lipovetsky 1986). F movimientos de larga duración y no puede explicar los hilos que unen lo viejo con
La tendencia al individualismo corre paralela a una aspiración sin precedentes k lo nuevo. L~_da mod~m.<!..obede~e, a largo plazo, a un orden ya una firme t~.lJ.­
por el dinero, el bienestar, la propiedad y la seguridad. La riqueza se percibe como de~ia, guesólo _h.alla slLinteligihi1ida~n re!ación a finalidades sociales y esté ti-
virtud espiritual, y al mismo tiempo se da un culto al poder y al status, al éxito y a cas,9ue tra~cienden.las riyaligades de clase. La moda valora más la juventud que
la falta de escrúpulos (Taylor 1990). la r~petabllidad soaa!. Hoy no se quiere tanto suscitar la admiración social como
sedu<;iry estar cómodos; no tanto expresar unéU20sición social como manifestar
1.3.4. La invalidez del concepto de clase un gus~estético; y no !.antº~signifícar una posición de clase cOllliLp..ru:ecer jóve~
y des~ltos CYFOY.etsky 1990). La ley de la imitación vertical, propia de la dis-
Bajo las condiciones de la modernidad la labor desempeñada por los procesos de tinción, ha sido sustituida por una imitación horizontal en conformidad con una
producción era definida como algo central para la identidad del individuo, en sociedad de individuos reconocidos como iguales.
cambio son los patrones de acción del consumo los que han sido definidos como Con el auge de los deseos se ha desencadenado un proceso intencional de
fundamentales para la formación de la identidad posmoderna (Kellner 1992). Los desocialización del consumo y del vaivI das':':':: ,.lo lr)s nhietnc: en nrmrpr'h" ,.lol
individuos que supuestamente eran conscientes del puesto que ocupaban en la valor dominante del placer individual y del objeto-u~o. Lo q~e se refr~nda a través
jerarquía social bajo la modernidad dejan de pensar en términos de categoría de los objetos no es tanto un~ legitimidad y una diferenciación social como una
social en la posmodemidad. El estilo, la diversión, la emoción, la huida del aburri- sat!§.fu.<;",Q9n ,privada_cada vez más indiferente a los juicios ajenos, que busca
miento en el trabajo o en el juego, resultar atractivo a uno mismo y a los demás, se menos el reconocÍllÚento social y más el placer, el bienestar y la funcionalidad. La
convierten en asuntos vitales básicos, y ocupan el lugar que anteriormente ocu- demanda social esta.á..vida.lliLd..e_diferenciación social, sino de novedades innova-
paba la imitación de la forma de vida y de los patrones de consumo de grupos de W ciones, ~_autonomía y ~!~ulos . quiere que los aparatos funcion~n'y ase-
.se
status social superior (Bocock 1993). Se está moviendo hacia una sociedad en la f guren Wla óptima calidad en cuanto a confort, duración y operatividad. Se quiere
que la adopción de determinados 'estilos de vida asociados a determinados gru- ~ a las cosas por el servicio que prestan, por el placer que procuran y por una funcio-
p os de status está siendo superado. Featherstone (1991) se cuestiona si existe 6 nalidad intercambiable.
correlación entre estilos de vida - prácticas de consumo - respecto estructura de ¡ ~n mismo individuo, según postula el modelo posmoderno descrito, puede
clase. vestirse y comer de forma tradicional por las mañanas y asistir a un concierto de
r~ Lipovestky (1990) va más lejos. A partir de un estudio sobre el mundo de la pOl" ..1or la. tarde, oír música clásica en el coche o en su casa e ir a una mezquita o
l' ropa, centrado en el fenómeno de la moda, este autor no ve posible explicar los templo o smagoga otro día (Bocock 1993).
• cambios que en ella acontecen a partir de la estructura de clases ni tampoco a par- Se asiste, según está perspectiva:..a una homogene,ización dE;J.9~gtJ.stos y de los
tir de las lógicas de distinción y diferenciación asociadas a ellas, postuladas por m.odos. de vida q:~~e~~~cabandg~on las ~tjculariº¡l..9.gs~Y_<;;"QstllJ:.!!!J.res locales,
autores como Veblen y Bourdieu. d lÍtmd / d ' / . ------
.JE;1} - 9§eunQS_estándarf!s._.umYersales._de1üE:2n~s.t¡:!!::, __c:l,~_Q<=.ÍQ, 9.~.Sgx.o~y_d~Jo

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EL CONSUMO, UN ANALl~1S SociOLÓGICO D&;ARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SeX::loLÓGICO

relacional; pero por otro lado se desencadena lID proceso ~in igyal de fragmenta- 1.3.5. Limitaciones y críticas a esta perspectiva
ción de los estilos de vida (Lipovetsky 1990). Se está frente a un fenómeno con
dobl;~ara, po; un lado se universalizan unos estándares de vida y de consumo a La centralidad que establece esta perspectiva con el consumo como eje y motor
la vez que por otro, se permite un máximo de singularización. Un ejemplo de ello hmdamental de los procesos sociales es excesiva, peca de reduccionismo, Los pro-
es lo que se esta tratando de realizar desde la Unión Europea, se promueve el cesoS y avances tecnológicos, las nuevas formas de organización del trabajo así
intento de crear una identidad de ciudadano europeo, al mismo tiempo que se como, ahora más que nunca, las incertidumbres políticas y los miedos que atacan
pretende respetar todas las singularidades nacionales. a nuestra sociedad son elementos a tener en cuenta:
Para estos teóricos el modelo de sociedad de consumo se caracteriza por una Se establece J.lJla sustituciórLde los elementos de la estructura social, como eje
promiscuidad generalizada entre los estilos y la mezcla de códigos. En ellos y por explicativQde los comportamientos del consllIDOrpor:..el.ementQS de índole cultu-
ellos se difumina yconfunde el arte y l~ vida diaria,J':~a distinción ~Dtre la alta cul- ral, cuando más bien se trataría de una complementariedad de ambos. La culturi-
tura y la cultura popular ilo de masas, lo que hace difícil aplicar los sistemas de zació!l excesiva del consumo, basada en la existencia de los estilos de vida sirve
clase para explicar los comportamientos en el consumo. Los modos de identidad y mas~93__em resarios, - ara sus cam añasde-;;-~~ketin, ue para expli~;;; las
los hábitos pcgecen s~r_ más difusos sobre todo para ciertos sectores o grupos desigualdades en el ~()nsumo. El consumidor no está desorientado por laprofu-
sociales como los i9Y~11t:!?Y las nuevas clases medias. Incluso puede que haya cier- sión de l.ID mercado y la renovación acelerada de los productos. Cada nuevo pro-
tas reglas en_~!_ desor~en, c~yosactos-permitan control~ los moVUñientos entre el ducto que se adquiere tiene referentes inmediatos en los anteriores que se adqui-
orden y el desorden, entre la conciencia de status y eljllego de la fantasía y del rieron en un pasado, van ligados unos de otr¡;¡s. El consumidor no necesita de un
deseo, entre el control emocional y el descontrol y entre el cálculo instrumental y estilo de vida para disponer de l.IDa línea de conducta (Herpin 1993)_
el hedonismo (Featherstone 1990,1991). El estilo de vida para los sociólogos de la posmodemidad confiere una identidad
El proceso dela producción, para estos autores, presenta dificultades para apli- colectiva, pero que no proviene de una situación dada, no es el resultado de relaciones
carse, no sirve para explicar el proc.~so actual de consumo, que es complejo y dife- interpersonales, el estilo de vida no tiene otra e~tencia que la de un simulacro en la
renciado respecto al uso de los bienes. En consecuencia, tampoco sirve para expli- imaginación de l.ID coles.t.:iy.E de individuos, que solamente tienen en común el haber
car las posiciones de los sujetos en las relaciones de producción. La nueva estado expuestos a la influencia de los mismos plas-media. La realidad de los estilos
identidad social parece ser que viene dada más por la cantidad y utilización del de vida.:.s aquella gue le confieren los mas-media y el marketing(Herpín 1993).
tiempo libre y los consumos que por la ocupación o la cualificación en el trabajo Posmodernismo, hedonismo, moda e hiperestetización de la vida cotidiana son
(Valadez y Clingnet 1987). fenómenos paralelos a la lógica que tiende a igualar cultura uel consumo con la LUí-1
~~ Desde esta perspectiva, se trata de dar cuenta, más que de las correspondencias ; tura misma, a la socie~ad con el mercado, a la vida con el gasto (Alonso y Conde
¡entre las prácticas de cons,llffi.o y Ifl.S d,iferentes pos.icion._~¡>.e.n". la estructura social, ave- ~
\ riguar qué grupos particulares, qU,é estratos o facciones de clase están más cerca de la
\ producción simbólica, en particular produciendo imágenes, información y estilos
1994). Se plantea la SOCiedad baJO un culto a los objetos que parece ser que lo contro- \
lan todo, ya qu~ el v~rdádero sujeto esta .ligado al deseo. Por tanto, parece que exista
una sooedad ~m sUJetos, en la que se vIve en un mundo de apariencias, fragmen-
I
(Featherstone 1991). Tal Y como dice Baudrillard (1984) la..c~ deiade ser un con- tado, en un abIsmo permanente y en el que la única esperanza es vivir del consumo.
cepto derivado de la producción para convertirse en una categoría de diferenciación
simb~tuaaa; W11C<'l~luSivamente, en efámbito de la reprod~cción cult~lfal.
Un simbolismo que no sólo es la evidencia de 1-ma inl.agen y un diseño para los proce- 1.4. Producción y consumo
sos de producción, sino qlle presenta una asociación con los diferentes estilos de vida
los cuales determinan unaS
relaciones sociales. Presentándose, éstos más que las cla- Hasta aquí he visto tres perspectivas teóricas que han influido en la forma de
ses sociales como los explicativos de los diferentes hábitos y formas de consumo. entender el consumo hasta la actualidad. Pero todas ellas han estudiado el con-

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SocIOLóGICO DF.5ARROIJ.OS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SocIOLÓGICO

sumo como un fenómeno social separado de dos factores, a mi entender, funda- consumir, sin pretender con ello una relación causalllnidireccional entre produc-
mentales para poder dar cuenta de,las prácticas de consumo y su evolución. El ción y consumo sino más bien se trata de una interacción mutua, en la que ambos
primero de ellos es el referido al mUndo de la producción, aunque desde la pers- procesos están interconectados. Es precisamente por ello que hay que analizarlos
pectiva económica, autores como Katona y Duesemberry, se plantearon la impor- interactivamente parar poder entenderlos. Tal y como señalan Preteceílle y Terrail
tancia de introducir variables de tipb psicosociológico a la hora de comprender el (1985), las transformaciones en los modos de consumo se corresponden a desarro-
comportamiento del consumidor, no establecieron o evitaron cualquier tipo de llos de los procesos de producción, ya que la especificidad de ciertos modos de
relación entre grupos sociales por ~llos definidos y las relaciones de producción consumo depende en concreto de ciertos modos de producción.
(Preteceille y Terrail 1985). Desde las posiciones estructuralistas, no se,hace refe- Por tant~ un.I!l()~t::!o._ de ...c:onsumQ sólo puede responder.....a las necesidades
rencia alguna al mundo productivo; incluso el mismo Baudrillard, como he seña- generi!~~_d~__~n l~.:!elo ~ocial de d~QeConómico,.en.eb4udas ~!19iciones
lado anteriormente, desvincula el c~mcepto de clase de las relaciones de produc-

I
particulª-tes de ,creacióE.y. distribución del valor, es de,c!r, los procesos productiv--';;-
ción para convertirlo en tm concepto exclusivamente de índole cultural. y las relaciones sociales que a través de ellos se generan, coincidan con sus condi-
_'-.. ' El otro aspecto fundamental es el de necesidad, ya en las teorías clásicas econó- ciones de realizaclOn en el mercado, o más bien en el consumo ~Alons0l989). Las
, micas, el concepto de necesidad quedaba desvinculado del consumo, tomándose pautas de consumo vienen determinadas estructuralmente por las mismas rela-
I éstas, las necesidades, como inherentes a la condición humana. En cambio para los ciones de producción, que ayudan a mantener la absorción de la prodt¡cción,
sociólogos de la diferenciación el concepto de necesidad queda sustituido por el siendo las relaciQnes sociales de producf12n lªs_q,lJe determinan la posición que
. de deseo, abordan esta temática sin utilizar para sus análisis las relac~ones de clase cada jndividuo OCt~E~.ri~~~tema rroductivo y, por ende, su participación en
\en la esfera de la producción. la distribuciQ!1A~:I,!!~~a, 1.tS!-nt~.s:ty la forma de conm.un.o..(Rebollo 1978)-.-
Ahora voy a explicar una nueva perspectiva teórica (Terrail1975, Preteceille y Esta concepclOn que relaCIOna el mundo productivo con los modos de con-
Terrail 1985, Alonso 1989) en la que' se intenta relacionar estos conceptos -J1~_C;~S!­ sume, ;:::; :::c corresponde a una cOnCepClOn restringida del mismo y limitada
dad, produc(;!Qn_yS::Dnsurno_-=, entendiendo ~ela reproducción de la fuerza de exclusivamente a las posiciones de los individuos en la" relaciones de producción.
t;';-¡;;j;:¡;s cambios en la producción (~~~ii~clº1}LconC;~l}Jración mano de obra, Se trata de una ~.:!~~ :::-.::'::: ~'''l'::_' -i-- --:l,glv;:,u LalHUleTI aspectos cultuldlt·~ ut'l
ocio, sanlLhd~-edt~cación)sonen:defiI~itiva modos de vidélJ'~ºJ1_e!lQ~l de.sarrollo mismo, así las relaciones o aspectos de la cultura de los trabajadores que se revelan
y
de unas necesidades ;;;~;;f;;~;'~c~ Las necesidades existen, tienen en el mundo de la producción explican relaciones entre grupos sociales fuera de
un c~ntenícIoobjetivo y se.1!1_anji~~lfl!l téllljo eIlJ_q~Jll'OCE~§º§~~oducción como este ámbito. Por ejemplo el fordismo y el taylorismo, dentro de esta concepción,
en los procesos de consumo, no teniendo sentido desligar una de las otras (Terrail son entendidos más que como meras formas de organización de los proceso~ p;o-
riS-declr:no'
1975). sepuede separar las prácticas de consumo de las relaciones de ductivos como aspectos que implicaban el control y eidiseño de las pautas de con-
producción. La mayor parte de teotías sobre el consumo, no tienen en cuenta el
trabajo, almque si los ingresos, pero olvidan como se ganan estos, en que condicio-
--
sumo así mismo COll10 de las formas de vida.
._--""-
- --"- .---~---._--_._-"--------~---~

Es pues capital, en esta perspectiva, analizar cómo se desarrollan unos proce-


nes ... Si los ingr~_~Qs_se...vinculan.,aLc(,msUHIG--es--impr€sc-indible.teneI'-en. cuenta sos determinadoscl~J:Jrºclu.~dón_y,cÓmJLestQ§_v~Jj_gados a tm tipo determinado
cómo. !agent~-5e-ganaJa.vida.para: PQder._entendeLcómor~q~lé.1?e con- de consumo. ASÍ, si se estudia los cambios en los pr~~~~~~ p~oductivosque han
Sl,ll.11e{Ahme 1988) supuesto el taylorismo y el fordismo se observa que existe una correspondencia
con los objetos de consumo que se producen e incluso, si cabe con el modelo de
1.4.1. Proceso de producción y prácticas de consumo consumo.
El taylorismo y el fordismo han supuesto la normalización y estandarización
Desde estél posición teórica se trilta de explicar cómo las distintas evoluciones que de la herramienta de trabajo, jw1to con una normalización y racionalización del
hiln sufrido los rrocesos de productivos han influido en las diferentes formas de proceso productivo, que conlleva una división de funciones y por tanto una des-

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS Scx::IOLOGICO
DESARROLl.OS TEORlCOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SOCIOLOGICO

cualificación, al mismo tiempo que aumenta el control patronal del proceso de tra- lación, utilización intensiva de la mano de obra) y una flexibilidad en la línea de
bajo. Ello ha ido unido a una producción de la demanda, a una producción en producción, que sigue siendo producción en masa pero flexible (Alonso 1989).
grandes series de objetos geométricos e impersonales, en los que se prescinde de Este tipo de producción se adapta a un modelo de fragmentación y diversificación
cualquier aspecto ornamental y / o individualizado. La línea de artículos de una en el consumo, cada vez más segmentado, tendente a la indiv idualización y perso-
determinada firma se reduce hasta el punto de un modelo único por marca. Pero nalización.
este proceso no sólo tendrá estas dimensiones sino que alcanzará dimensiones
más generales, tal y como dice Alonso (1989), se apela a la ciencia y a la técnica,
dándose un movimiento de racionalización general y lo que parecía ser única- Relación Proceso de producción postfordista y Modelo de consumo
mente las condiciones particulares para asentar un modelo de acumi.¡}ación, se
postfordismo
convierte artificialmente en las bases necesarias para la modernización y el bienes-
tar universal. Producción Consumo
Producción en masa flexible Diversificación
Relación Proceso de producción fordista y Modelo de consu.mo y fragmentación del consumo
Organización descentralizada Acomodación del consumo,
Fordismo individualización
Intensificación de la producción Adaptación fluctuaciones de la
Producción Consumo
demanda
Masificación Producción Masificación Consumo Innovación continuada Novedad formal constante
Organización centralizada Incremento producción vía
Incremento de la eficiencia vía taylorismo compu terizaciÓn
Producción de la demanda Grandes Series
Normalización y estandarización Objetos geométricos e impersonales,
de la herramienta austeros y tipificados La correspondencia entre un tipo determinado de proceso productivo y un
Modelo único por marca tipo determinado de consumo es tal que se puede señalar cuál es el tipo ideal de
consumo para cada proceso de producción. Es decir, se puede establecer cuales
son las categorizaciones conceptuales para cada modelo de consumo a partir del
proceso productivo a él ligado.
El fordismo entra en crisis como modelo productivq,mcapaz de adaptarse a
las fluctuaciones de la demanda. El rapidísimo cambio de las modas y el rápido
"La mercancía representa la preeminencia material y la forma simbólica por la cual
desgaste de las formas de los objetos, hace que la serie ya no pueda adaptarse por
la fuerza de trabajo es reprad ucida a través del consumo"(Lee 1993,119).
simples procesos de restylings sino que la serie tiene que ser acortada o modificada
substancialmente, debe ser flexibilizada. Los factores mecánicos son desplazados
por fadores simbólicos en la configuración estético-publicitaria. La función sim-
bólica del diseño va cambiando la línea física del objeto e incluso sus prestaciones
técnicas. La salida de la crisis pasa por una mayor inte·gración de los elementos y
factores productivos (mayor tasa de utilización de la maquinaria, optimizar circu-

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SocIOLóGICO DESARROLLOS TEÓRICOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SOCIOLÓGICO

Tipos ideales de consumo para cada proceso productivo "La instrurnentalización de la econOllÚa y de lo social, corolario obligado de la ocul-
Tipo ideal de consumo tación de las relaciones de producción, hacen de la necesidad el momento originario de
la acción humana y funda así la figura de la sociedad de consumo" (Terrail1975,165)
Fordismo Postfordismo
Durabilidad No durahilidad Para los sociólogo~ diferencialistas, como Baudrillard, que abordan, sin
Electromecánico Microeléctrico embargo, las relaciones entre consumo y la clase social, dan a esta última un valor
Solidez Fluidez de inconsciente simbólico, a través del cual las diferencias de clase se manifiestan
Estructura Flexibilidad en el C~S?IDO, sin teIJ.cr~~u~nta o vincuª[ª-.~~t~_~jªs~iL~cias en las relacio-
ne~ .,le -PJ.QducciÓD.-
Colectivo Individual
Homogéneo Heterogéneo Desde esta nueva perspectiva se trata de introducir el concepto de necesidad e
Estandarizado Singularizado incorporar el ámbito de la producción dentro de la explicación del consumo. Las
Fijo Portátil prácticas individuales de consumo y la concien~iLindividual de necesidad se
Función Forma organizan en función d:.}!:~5ondiciones sociales de_~eproducción de la fuerza de
Utilidad Estilo trabajo (Preteceille 1975). Por tanto se ha de contemplar conjuntamente las necesi-
dades y los me~~~!~facerla. Superand;;-asTiasepa:r~ción entre lo econó-
Elaboración propia a partir de la tabla de (Lee 1993,128)
mico, más centrado en la esfera de la producción y el mundo de las necesidades
más vinculadas a lo social, es decir romper con la oposición de lo económico lo y
A modo de conclusión, para los autores de esta línea teórica, dos lógicas social.
gobieman el consumo: el trabajo r!.'l.~ co~di~i?nes~e vid<1:.51tl~_~S!e impone y las El concepto de necesidad pc:t;Í J;~~iu al concepto de producción, pues ésta
relaciones simbólic,lS de.d~tm~iónLg~_jrlen!if!<::agólLe~.clases. Es necesario llama a la producción para satisfacerse, necesidad y satisfacción son una misma
tener eñC:{I~~t~ia posición de los individuos en el mercado de producción para cosa ~n un mismo proceso de prod ucdón social. Pero es necesario precisar.queJas_
poder entender o estudiar el modo de consumo. Las clases, su posición y sus rela- neces!cfilQes 9!!~_1lJ~roducción sati~ce son necesidades de la producción misma,
ciones en~!ó'1111unclocie_lª.prº.cil!c:~ióZl tienen. incidenclayevTg~D~iéLqjrecta en las demand~ par.a s~i!.~_roqlJc:~dºIL(Preteceille y Terrail 198~Tal y como
prácticas de consumo (Preteceille y TerreU 1985), a~U~Ic:()nst1_Il1()_ay_uda y repro- apunta Galbrruth (1992), no se puede abogar por la producción como instrumento
duce l~s:lesigualdade.:> d_~51ase. para satisfacer las necesidades s~esa rnis2!l~od uc<::ió~_~-S-l!e.JJea-las-necesi­
dade~. Sirviéndose de la publicidad como el enlace directo entre la p~d-;cción y
1.4.2. Necesidad, producción, consumo necesLqad~. Se concede así al productor tantólafw1ClOnCleTalJricar bienes..CDillo
la de elaborar deseos !¡1J.e segxperimentaru;Q,n dichos bienes .
Como se ha visto anteriormente, la perspectiva economicista separa el ámhito del . En ~ excelente estudio Ewen (1983) expone cóm~-l~s empresarios, a princi- (
consumo del de la producción y no tiene en cuenta el concepto de necesidad para plOS de Siglo en Estados Unidos, fomentaron desde su planificación y sirviéndose I
las explicaciones ,le las prácticas del consumo. El establecimiento o existencia de de la pubJi~Lclªcl,la?_-ºases del desarrol1odeuna~sociedaaaeconsumcicle masas. f
dos mercados, pdra esta perspectiva' economicista, - uno de la producción y otro Para ellos, la publicidad y el consumo presentaban el pre "lcto~emedio a I
del consumo - hace que la sociedad no reconozca que las demandas de los produc- las miseria~ de la producción industrial, se trataba de poder librar a los individuos I
tos están subordinadas a las satisfacciones de los consumidores (Preteceille y de todo aquello que limitaba sus existencias personales, en definitiva alejarlos de
Tem'li11985). La figura de la sociedad de consumo aparece marcada por la escisión la prod~cción. Un publicista de la época diría que para vender un producto había
entre necesidades y medios para sati~facerlas. que alejarlo del ambiente en el que había sido producido. Se trataba de vender la

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I1 57
EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SociOLÓGICO DESARROLLOS TEÓRlCOS DEL CONSUMO EN EL ANÁLISIS SOC¡OU'lGICO

idea de consumo como replica al pensamiento de clase, haciendo gue el consumo en la estructura de traºª-i~ los medios de producción_ tienden a .!!:!!~ cam-
s~ificara democracia, ciudadanía, igualdad de derechos e igualdad de bienes. bios 'e~!as mercancías y cambios en la composición de las necesidades y en la
No hay que olvidar que en una sociedad como la americana, pluriétnica y multi- eStI'~deJ consumo (1 ee 1993).
cultural esta concepción tocaba muy directamente a la integración del inmigrante. Por tanto entre las clases sociales y en el interior de las mismas existen diferen- 1
Se hacía a través de un procedimiento consistente en hacer desaparecer sus cías notables respecto del consumo y respectq de las necesidades, estas diferencias
memorias colectivas y sustituirlas por una percepción basada en un deseo desme- están ligadas a posiciones sociales diferentes en la producción (TerraiI1975). j
surado de adquirir productos fabricados en serie.
De ahí el papel fundamental de las empresas, cuyo ProRósito ha estado el de "Tratar la satisfacción de necesidades, del bienestar en la escala social, supone la
controlar el comportamiento aelconsumidor como una exigencia de la planifica- toma de conciencia de la repartición de ingresos y el reconocimiento de esta distribu-
ción de los obj~tivos a alcanzar (Galbraith 1984). A.!!!~~i~~9.ue la soci~dad s~hace ción por la producción, directamente por los tipos diferentes de trabajo e indirecta-
más opulenta, las necesidades van siendo creadas cada vez más por el mismo pro- mente por la estructura de precios" (Terrail1975,170)
ceso productivo que las satisface. La producción al crear mayores necesidades, crea
tambi~a necesidad de una mayorproducción. La mayoria de mercancías actua- En este sentido el concepto de necesidad Qla explicitación de las mismas será
les satisfacen necesidades que el individ~ descubre porque sienta palpable- relativo yeXpresará las contradiccíonesJLlos..conflicto.s.enlos intereses de clase en
mente la Íl1Coxno.c:li.c:lfl.c:l ~qHFªQª.pºr la privación de aquellos bienes de consumo la definiciÓn uso y posible desarrollo de los tipos de cualificación, tanto indivi-
correspondientes, sino que la necesid<l.c! ~.~ªhsiace, más bien, gracias a cierta res- duales como colectivas (Preteceille y TerraiI1985). Diferentes posiciones en ermer-
puesta psíquica a la nueva posesión de los mismos. Estos bienes apDrtan sensación cado laboral, difurentes necesidad€S.JLmodos de vida y-por tanto diferentes for-
y / o ilusión de éxito o logro social, sensación de igualdad con su vecino, le facilitan mas de consumo. -~------_ ...-'-'-
~~

evasión y satisfacen aspiraciones sexuales. Se t~~.!~_~e un sistema que facilita nece-


sidades psi~19gicªs..YE1cialesuyp.orJ:anÍQJácilment;n::¡añlpulá5res interviniendo "Cada proceso de consumo está enlazado a las relaciones de clase y cada proceso de
en la psiqll~~~!.público yaS]ue cuando más lejos de la ~ecesidad física está una consumo social está enlazado a las relaciones de clase que determinan las formas de
persona~tanto má~ sensible ~~ª-~persyasión eI1.~~t::~en!~l,!s compras. Las socialización. La socialización del consumo y de la producción no son un producto de
sociedades productoras avanzan en el control de sus mercados, y más allá todavía, antemano e inevitable del desarrollo de las fuerzas de producción y de las necesidades
hacia la manipulación del comportamiento de los individuos en el mercado y hacia que resultan de las mismas, ni puramente un producto de una estrategia de domina-
la configuración de actitudes sociales de aquellas a las que aparentemente sirven ción. Son la repuesta contradictoria, continuamente desplazada y rematizada por la
(Galbraith 1984). El ol"ligtivo consiste no en obligar a}os individu_~~.c:<:lmprar un relaciones de políticas que esto produce y de las contradicciones de la reproducción
nuevo.i!.tllQmóvilnLillLuue:wJaxante. sÍl~!:tacer~reer que hay qu~omprarlo. social tal y cama se expresa en las luchas sociales" (Preteceille y TerraiI1985,143-144).
Los deseos han siclºvªc:iilcl()~ cl~QQÚtenid0..l2g!:lW-º!lQanciª~o..sorLmanipu­
lados, tr:ru.anclliqlJeJl?~:~oIIJ?rg§."ª,e~Jg-fl1le_el sist;~;-~-;;~is·t~a.----
Por tanto se puede decir" que la conciencia y percepción individual de las nece-
sidades tiene sus raíces en la combinación de las prácticas de producción y las
prácticas de consumo y se construye a través de la biografía individual y' través
de las demandas contradictorias y las relaciones sociales. 16 Así pues ~bios

16. Biografía individual y relaciones personales que tienen sus referentes en la historia, las costum-
bres y valores de la sociedad en la que está imnerso el individuo.

58 59
CAPíTULO 2

LAS CLASES SOCIALES Y EL CONSUMO

61
2. Introducción

Desde los inicios de la sociología del consumo, no han sido pocos los autores que
han tratado de vincúiar el fenómeno del consumo con los aspectos relevantes de la
estructura social. ASÍ, Veblen (1944) fue el primero en introducir analíticamente
este aspecto, pero con anterióridad a él se h~bían realizado diversos estudios o
investigaciones que establecían paralelismos entre las diferentes formas de consu-
mir y los indicadores referentes a las clases sociales (frecuentemente basados en la
ocupación). Autores como Le Play en 1829 o Engel en 1857, evidenciaron empíri-
camente la relación existente entre la distribución del gasto familiar y las diferen-
tes categorías ocupacionales. En esta misma línea y, posteriormente, Halbwachs
en 1912 realiza un excelente estudio sobre los modos de vida de las clases trabaja-
doras.
También, desde otras disciplinas que se han dedicado al estudio del consumo,
se ha relacionado el consumo con la estructura social, así por ejemplo los análisis
económicos se han visto forzados cada vez má¡; a introducir en sus modelos expli-
cativos de la función conswno, aspectos referentes a la estructura social y a la posi-
ción que los individuos ocupan en el interior de la misma. Duesenberry (1967) fue
quien realmente introdujo en los modelos económicos de la función consumo la
estructura social y la posición del consumidor en la misma. Et cons~ con-
viert~ así en una función de la posición del sujeto en la distribuciÓn de la riqueza
en.lasociedad (Ragone 1968). ---------
En los países occidentales después de la Segunda Guerra Mlmdial se proc1 jo
tm aumento de los niveles de vida, que junto con la instauración del estado de bie-
nestar y el desarrollo del mal denominado consumo de masas comienzan a adqui-
rir importancia las cuestiones relacionadas con el consumo. Cada vez más, el con-
sumo adquiere especial importancia entre las preocupaciones cotidianas de los

63
EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SooOLÓGICO LAS CLASES SOCIALES y EL CONSUMO

individuos y de las fnmilias. Todo ello se ve favorecido por dos factores relevantes: En este capítulo trato de analizar estos aspectos y cuáles han sido las aportacio-
Por un lado el trabi!j9 en la esferaproductiva ocupa menos hora~~nJa vida de los nes teóricas en las que se basan. Señalo también cuáles han sido los estudios que
individuos;lo que en teo~e c¡J.ue se disponga de más tiemEo p~a el con- han relacionado el consumo con el sistema de clases y cómo las han caracterizado.
sum017 y Eor otro se asistUlJ.lll-cainbi.o-eulas.ionnas de prodUcQQ~~nlas que,
ahor~~ que nunca, proQ.l!cción y cQIlSUffiO-'lparecen fuetlement~ vÚ1.~ulados.
HastataTpunto es así que, como algunos autores han señalado, se ha pasado de un 2.1. Nuevas formas de estructuración social
capitalismo de producción a un capitalismo de consumo (Ibáñez 1979). Pero cabe
señalar que, así como los estudios referidos a la producción han sido no sólo abun- 2.1.1. Los consumos colectivos
dantes, sino de gran riqueza teórica, no se puede decir lo mismo del consumo. La
esfera del consumo se encuentra conceQ!~lm.enl:e-Sblbdesarrollada. Lamentable- Los cambio~ acon!E'cido~e_r:t..I~_~~md~I?it~i~e~s_te siglo a partir de la implanta-
meI~e-los·a·r~lmentos concerrlie~-;l consumo han solido reflejar la confusión ción d~I~~rl.uevas.!~!l0logí~~~nl~s.c~~bic:s en Gs formas de organización del
que cada vez más ha caracterizado los debates sobre el análisis de clase y la estrati- trabajo y la democúitliación de algunos sectores del consumo (educación,
ficación. vivienda, sanidad, transpOr¡é~:Tllanafiaa;:ao nuevos élemen.tosque han hecho
Se pueden identificar, dos aspectos diferentes aunque interrelacionados, en los más comE!E:'@s_laE..él!ltigu...flll..diYisiones d~ los g!!lJ2os ~ºciªle~Jj.QY...en dla el con-
que situar los debates sobre el consumo y su relación con la estructura social sumo E:.0porciona, para algunos autores, los fundamentos para la aparición de
(entendida está como un sistema de clases). En primer lugar, el debate en tomo a nuevas divisio~s s<2ciales. Se crea la necesidad de analizar los diferentes compor-
la sociología urbana, iniciado en Gran Bretaña, se basa en los denominacl()sc()nsu- tamientos ~1lJif_l!l2ºS socLales frenJ~ª-e.stos n~s f~.!1ómenos y de révalidar el
mos cole.ctjy.os, que estableciendo divisiones asociadas a los diferentes sectores de efecto explicativo de los análisis más tradicionales de clase. - - - - - - -..- - - -
consumo (vivienda, sanidad.._educaciónlexpliCruLunaseriede.iactores que atañen Es desde Gran Bretaña, uno de los países en los que se instaura el Estado de
nI comporta~ie-nto y las ac:!itllci~1l,Í1lclui.c!º~compo~t<l.~~:r'to de voto (Saunders Bienestar, donde se comienza a plantear esta temática y problemática, esto es, que
1990). 5etrátade--u; int~nto de suplantar la hegemonía teórica que hasta entonces las nuevas divisiones sociales originadas por el consumo pueden llegar a configu-
ha tenido la producción y las clasbs como elementos o conceptos centrales a la rar grupos sociales diferenciados, argumeJllctl"~v .;:.::.:: ~::.;:. ,:L-.-i::cJ.".::::: '::';:';::2~-:-:- "'''r)-
hora de analizar la realidad social. ciadas al consumo están reemplazando a las clases sociales como dimensiones
En seglmdo lugar, el creciente énfasis sobre el signifi~~do cultu~~l del c~nsumo clave de la estratificación social. Desde la socio~ía urbana y, concretamente
en la construcción.delasidentidad€sLolecJ:llras.o.de.dª_s.~.así como en el manteni- desde el campo de los consumos c'olectivos esdesded-~;d;·~~-d~-¡;-evidenci~
mi;rlt¿;--d~·i~·~~siciones de ventaj'a y desventaja tanto material como simbólica. empírica a est()s llllevos planteamientos. Salmders (J 990) establece dos grandes
Ligado a la importancia que se l~ concede a~onsumism(),~~cultura del gusto y
al propi¿-c~n;~~¡clQL.Pªr~~gun~~ill.lt~resestos_elemenj.Qs_s_OJJ.másirnportantes
que l~~~spectos económicos,J)."IL~.1a construcci(l!LCllHlolral Y.soci.aLcie las clases..
I grupos sociales, por un lado, aquellos que satisfacen sus necesidades de consumo
por sL.rp.isill()~lcQJ~r!;'taJ11ente la v~Tiffid.~)-i por ;;-h-o,~q~~ii~~q,;~·depeI1aen del
Estado 2~r.'! J'llº-L\Í\TÍ.enda.s..p¡ovistas..po.r:eLEstadoJ.Estos dos gmpos pueden ser
Junto ·con ell6 se ha prod~cido, también, un aumento de la importancia de las trat:~os como grupos homogéneos pudiendo tener, por tanto, iguales intereses
cuestiones referidas a los estilos de vida en contraposición a los estudios más clási- ~ polí~cos y económicos. Así como la propiedad de los medios de producción ha
~
cos referidos a clase sociar.- ¡ serVIdo, desde los análisis clásicos de las clases sociales, como dimensión funda-
mental para diferenciar a los grupos sociales, este autor utiliza el tipo de propie-
dad de la casa como una expresión de la división entre la utilización de medios de
17. Si ~ finales del siglo XIX fue la f~hrica y sus chimeneas humeantes el símbolo de las sodedades
occidentales, a finales del siglo XX nada hay más emblemático para representar a nuestras sociedades consumo privados o medios de consumo públicos. Se trata de una expresión dife-
que un centro cOInerc1rtJ o unos grandes ahnacenes.
rente a los ana'l··JSIS d e el ase y, por tanto, no menos importante para entender la

(,4 65
EL CONSUMO, UN ANÁuSIS SooOLóGICO LAS CLASES SOCIALES y EL CONSUMO

estructura social actual. El mismo autor afirmará que el comportamiento del voto 2.1.2. Críticas a esta perspectiva. La pervivencia de las diferencias de clase
se explica más por este tipo de división social que por las divisiones utilizadas en
los diferentes análisis de clase. Se propone un alejamiento del mundo de la pro- A raíz de estos nuevos planteamientos ha aparecido abundante literatura y se han
ducción y de uno de los indicadores fundamentales del concepto de clase, como es realizado eshldios diversos en la línea de mostrar la pervivencia del concepto de
laocupac~. clase y las relaciones entre las divisiones de clase y los comportamientos frente a
-- El consumo está evidentemente, limitado o constreñido por la producción esta serie de consumos colectivos.
pero no determinado por ésta ya que posee una especificidad propia. Las rela- Para Somerville y Knowles (1992), la posesión- de vivienda acentúa la previa
ciones de consumo tienen efectos sociales que son independientes de las rela- división de clase social; cuanto rnás elevada es la clase social de pertenencia más
ciones de producción y de las relaciones de clase. En suma, la ide_n~dad de las posibilidades se dan de vivir en casa propia. La falta de una clara concepción de
personas tiende, cada vez más, a expresarse y a manifestarse por medio del las relaciones de consumo hace fallar la naturaleza de relaciones entre consumo y
consumo,-~~ lugar de p;;-;i¡~r~d~cción. POrtado ello, desde est~ perspectiva producción y falsifica la relación entre propiedad de casa y clase sociaL Estas
aque
se --;;'firm deben abandonarse las obsoletas teorías decimonónicas de las investigaciones tienen éxito al demostrar que la propiedad no es red ucible a otras
clases obsesionadas por el productivismo, rechazando la utilidad del concepto. formas de división social, p~ro la propiedad tiende a reforzar las relaciones de
de clase, tanto el utilizado por :,ociólogos weberianos como por sociólogos mar- c1a~a existentes. Así pues la introducción del consumo de la vivie;;-da cor~~-~le­
xistas. mento estructurador de la realidad social no sirve mas que para matizar o aportar
En una posición casi similar se encuentran autores como Dunleavy y Hus- riqueza a las divisiones de clase. Para Sullivan (1989), en esta misma línea, el con-
bands (1985), aunque con todo se dan algunas diferencias. Ambos consideran que sumo de vivienda no se puede tomar como un factor explicativo de la realidad
Saunders construye un modelo en el que cada esfera del consumo genera sus pro- social sino que se encuentra más bien ligado a las clases, a la ocupación y a la posi-
pias divisi~:rI"~L~_}'.Juchasrestablecieodo un modelo fragmentado de con- ción en el mercado laboral; pero también la propiedad de la vivienda encuentra
sumo: En este modelo, estas divisiones no son ni secundarias ni derivadas del sis- clara vinculación con el tipo de políticas tanto locales como estatales, así como
tema o estructura de clases, sino que son independientes de la misma. En cambio explicaciones histórÍ(:as ayudíill-ªmt~-º~!"_~t.E' tipo de~onsumo.
para Dunleavy y Husbands, se da en realidad un modelo acumulativo más que En la misma linea argumental se encuentran Duke y Edgell (1984) al señalar
fragmentado. Afirmangue.l~_c!!versas esferas de consumo, con su asociación que las diferencias de clase se mantienen en los diferentes sectores de consumo
compleja de intereses, n!? conducen a la fragmentación sino al desarrolJo de políti- colectivo (vivienda, transporte, educación y sanidad) pero que las polarizaciones
cas ideológicas q!-!~~lill:izau la división entreP.!lblico y privado. Esta división
entre lopúhli~;'y lo privado produce fragmentacio~~s co:U;portamientos de
: las clases según el tipo de \=onsum9. Así unos cQns~mos predominantemente pri-
vados como lo son la vivienda y éf transporte ffagment q a la clase obrera, en dos
I que produce dicho consumo son intraclase. Para otros autores C01110 Burrows y
Butler (1989), la división basada entre consumo privado y consumo público no
clarifica la existencia o formación de nuevos ,grupos sociales basados en el con-
sU,mo, h~y facciones de clase media que se bettefician más de las formas de provi-
grupos: uno, usuario de lo público en estos dos campos y, otro, usuario de lo pri- SIOn SOCIal que los pobres y no se puede pensar que forman una facción de la clase
vado (casa de propiedad y coche propio para desplazarse). Por contra, estos mis- me~ia y los pobres un mismo grupo social con intereses similares. Respecto a la
mos consumos mantienen unida a la clase media (utilizan el consumo privado en sanidad será Busfield (1990) quien llega a las mismas conclusiones demostrando
: ambos casos). En 'cambio, los consumos predominantemente públicos como son la un importante grado de asociación entr!:' la s~idad pública o privada y las divi-
) educación y la sanidad mantienen unidas a las clases trabajadoras (consumidoras SIOnes de clase. Otros autores como Savage, Watt y Arber (1990) lo hacen desde la
I mayoritarias de estos servicios públicos) y fragmenta a las clases medias, que en movilidad social y los diferentes sectores de consumo y comprueban que las rela-
\ algunas de sus facciones de clase llevan a sus hijos a colegios privados y utilizan la Ciones de clase explican más que las divisionep de consumo. Pratt (1986) señalará
l sanidad privada. numerosos ejernplos sobre la interdependencia de producción y consumo. Otros

66 67
EL CONSUMO, UN ANÁUSIS S<x:IOLÓGICO LAS CLASES SoaALES y EL CONSUMO

como Mullins (1991), dirán que el concepto de consumo colectivo explica más 2.2.1. Las relaciones de clase y consumo
sobre el Estado que sobre el consumo en sí mismo y las relaciones que mantiene
con el mundo de la producción. En todas las áreas de educación, transporte, Desde perspectivas marxistas, se ha seguido relacionando el concepto de clase,
vivienda y sanidad, la clase ocupacional constituye, en el nivel colectivo, el princi- referido fundamentalmente al mundo de la producción, con los aspectos del con-
pal determinante para establecer y seguir pautas de consumo (Harnmett 1990). sumo. Para Godard (1972) los <:<?~portamientos de clase en el proceso concreto de
Todo este debate parece evidenciar que la clase basada en el empleo o la ocupa- consumo~~~_~etermin~dos"por los ..Eroces.9Ji..d~tm.bajo~·Los procesos de produc-
ción (en todas sus variedades) sigu~ constituyendo un indicador muy poderoso y
ción reproducción de la fuerza de trabajo determinan una serie de aspectos rela-
de los comportamientos y actitudes de los individuos por lo que respecta a sus cionados directamente con el consumo. Estos van desde la utilización del tiempo,
diferentes prácticas de consumo. que condiciona las prácticas de consumo, según los horarios de trabajo, hasta el
reparto ciesigttal de los medios de consumo (referido a consumo colectivo) en un
"Parece que no existe evidencia sólida alguna de que las categorlas de consumo - identi· territorio nacional y en la misma ciudad, pasando .l2QLla estructuración del presu-
ficadas por la fuente dominante (estatal o privada) de provisión de bienes de consumo- se puesto familiar (Godard 1975). Warde (1990) llega a afirmar que en las desigualda-
encuentra en proceso de convertirse en comunidades de conciencia" (Crompton 1994,210). des frente a la producción está el origen de las desigualdades en el consumo.
Hay dos obras fundamentales sobre la cuestión de la relación del consumo con
las clases sociales. La primera de ellas, sobre la cual se ha dicho que configura el
2.2. La utilización de las clases para el estudio del consumo inició de la sociología del consumo, es la obra de '/eblen Ll1..~EIfEclf'JrulªKociQsa,·
cuya primera edición es de 1899. La segunda, de más reciente actualidad, es la
El concepto de clase social va ligado, en la mayoría de las casos, al estudio de las obra de Bourdieu, lE distinción editada en 1974.
desigualdades sociales y sirve para identificar a gnlpos cuyo privilegio o poster- Veblen realiza un brillante análisis de la estructura social de Estados Unidos al
gación procede del papel y situación que desempeñan en el proceso de produc- final del siglo pasado. Para él, la principal fuente de desigualdad social viene dada
ción, distribución y adquisición de bienes y servicios; y que se caracterizan por por las diferencias en la ocupación o más bien la abstinencia del trabajo, ligada a
intereses y rasgos culturales comunes. En otras palabras, ~l concep!()_.d~ clase un determinado grado de prestigio social o de reconocimiento. Veblen ::;itúa a la
identifica a grupos con diferentes IÚveles de2~ntaj~J:'.d~ventaja material y sim- llamada clase ociosa (ausente de trabajo) en la cabeza de la estructura ~-oci~l~;
bólica como consecuerlcíade~~ difeiffitep~~ticipac::~ó~Lil<='C~.SO a La propiedad, la cuanto ~ reputilc:.~()I!JI:_con~ide.E.él_q':l!:_ su II1~do de vi~a y S~.iF~t~-; de valor pro-
prod~~ccTÓny ~íme~C:~doq~I~·-;e!!ei~la~'ye~taj9..~y_Q~sventajas que se deben a porcionan lél.J1()~~~~~~a toda la cOI!llIDidadYero todo ello es utilizado
estas sih¡adones (CromptoTI 19(4). Por tanto hablar ele una ocupación o una cate- para relacionar esta posición de clase con respecto a las pautas y formas de con-
goría social ubicada en una clase determinada implica incorporar ciertos supues- sumo, que tiene su base en la propiedad o posesión de bienes.l B Para este autor el
tos, implícita o explícitamente, sobre las razones de desigualdad y sobre situacio- consumo tiene..ll.~Ii:!ad corno demostració~c:!~ riqueza, pero ha de clasificarse
nes de ventaja o desventaja material y simbólica. como un proceso derivado, de lo que él denomin~~á ~a-dGtinCiilil'--'
En este apartado se realiza W1 análisis de diferentes aportaciones teóricas que
han relacionado la clases sociales con el consumo. También se apunta la 11tiliza- i "La utilidad del consumo como demostración de rigueza ha de clasificarse COl1l0
ción de estas relaciones en los ·'!Udios de mercado, así como las implicaciones proceso derivado. Es una adaptación a 'un nuevo fin, por un proceso selectivr le una
que existen entre consumo, clase so~ial y estilos de vida. Por último se profundiza
en el tipo de relación entre consumo y clase social, en particular i\ tra.vés de la
necesaria introducción de la percepción subjetiva de clase y de la ampliación de 18. Tal y como señala el mismo Veblen (1974), con el desarrollo de la industria la posesión de riqueza
gana en Importancia y efectividad relativa, como base consuetudinaria de la reputación y la estima
este concepto a otros campos además del de la producción. SOCIal, consecuentemente la propiedad se convierte en base nlatprinJ parrJ el reconocimiento social.

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69
LAS CLASES SOCIALES y EL CONSUMO
EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO

distinción ya existente y bien cimentada en los hábitos mentales humanos" (Veblen una ampliación de las nociones más clásicas, de clase social referidas solamente al
áInbito productivo. Para ello introduce el concepto de habitus definiéndolo como
1974,76)
"un sistelI1_~d~~~sposiciones durables y transferibles, que integran todas las expe-
Para Veblen el patrón de gasto que generalmente guía los esfuerzos de los indi- riencias-pasadas
-,----
Y que funciona en cada momento como matriz estructurante de
----
viduos y las familias, responde a un ideal de consumo que está ligeramente por las percepciones..!J~ apariencias y las acciones de los agentes cara ~oyuntura
encima de sus p~sibilidades y.q~e exige algún tipo de esfuerzo para conseguirlo, o acontecimi~~!<?_y que él contribuye a producir" (Bourdieu 1991,54). Este con-
\ dicho ideal está ligado a la poslclon de clase. cepto tiene una doble capacidad; la primera como productor de unasgráclicas y
unas ?bras_<:.~clasables y la segunda referida a hu:apacidad de apre~iar y diferen-
"En cualquier comunidad donde los bienes se poseen por separado, el individuo ciar estas'p.!á~ticas y esas obras. Esta segund¡;t capacidad es la que Bourdieu deno-
necesita para su tranquilidad mental poseer una parte de bienes tan grande como la mina como ~020 y es donde se constituye el mundo social representativo, esto
porción que tienen otros con los cuales está acostumbrado a clasificarse; y es en extremo es,el~sp'~_~io de los estilos de vida y del consumo como indicador del mismo. Este

agradable poseer algo más que ellos" (Veblen 1974,37). gusto une y separa; al ser el producto de unos condicionamientos asociados a una
clase-partbilar de condiciones de existencia; une-;-tod¿;¡~-;-q~;~~; producto de
Pero detrás de este ideal de consumo se encuentra la emulación, entendida condifiQnes semejantes. ~_distinguiéndolos de todos los.demás en Jo quelie-
como el estímulo proveniente de una comparació~tiva_que emp.uja a las nen ci~J:li~ esencial.
personas a superar a aquéllos con los cuales tienen rostumhre de clasificarse.
Estas pautas que marcan la formas de consumo van más allá que el propio con- "El gusto es el principio de todo lo que se tiene, personas y cosas, y de todo lo que es !
sumo de bienes, iDcluso lkgª-U-ªJQsªspectos~!!1fuféiles,_~as formas y modos de para los otros, de aquello por lo que uno se clasifica y por lo que lo clasifican"(Bllucdieu !
vida, así como los valores a ellQlLª~ Se trata de un deseo de conformarse 1991,53). I

según los usos establecidos, de evitar observaciones y comentarios desfavorables,


de vivir de acuerdo con los cánones de decoro aceptadosen!:elación con la clase, Así ayudado de estos dos nuevos conceptos, habitus y gusto, para Bourdieu, la
cantidad Y'Ji~~~·de,bienes consumidQ5;.a5í cOO\\5 en<IJlateria de empleo decoroso cla~ se define también por su consumo tanto como ;,or su posici:r-- é: .. ~_. ~_~L.::'~

de su tiempo y esfuerzo (Veblen 1974). Éstos varían de acuerdo con el grupo social n~_Qe FmQucQón. Los calificativos para describir la decoración de una vivienda o
de los muebles que se poseen están más relacionados con la clase social que con
al que se pertenece.
Si para Veblen conceptos como la emulación pecuniaria o el afán de prestigio y otros aspectos como pueda ser el nivel escolar adquirido. Esto es así, porque sin
de distinción son esenciales para explicar el comportanúento del consumo de las duda nada d~~de más directamente de los aprendizajes p-recoces, y m.!:lY.~e­
clases sociales, para Bourdieu son fundameptales lo~-,=-~~ceptos de gusto y de cialmente d~aquellos que se realizan al margen de cualquier acciónp~Q~Qglc_a
habitus e inclusOjfUnl:Üé.n~Jg~ distiridón.19 ... - . . reglada,gll~las disposiciones y los conocim!e~tºs que se emplean en la denomi-

-i~~rdie~-;~tablece en su est~dio una correspondencia entre un mapa de los nación, uso e intercambio del vestido, el mobiliario y la cocina o con mayor preci-
consumos y la clase ocupacional. Para poder explicar, las relaciones entre el con- sión, la manera de comprar los vestidos, los muebles y los alimentos (Bourdieu
cepto de clase y su mapa de consumos dirá que la clase social no.sedefine g'.>!? por 1991).
una p 0 1:i!ciórt en las relaciones de producción, sino también--EQr el habitus de clase
que ~ormal~~~E!cuentra asociado a esta posieién (Bourdieu 1991). Realiza
_ .20. Veblen también habló de este concepto ligado a una especie de habitus: "El contenido de los
canones de gusto, y más parti01larmente de los cánones de honor, es, por la naturaleza de las cosas,
19. En toda la obra de Bourdieu La Distincián (1988) no existe ninguna referencia a Veblen a pesar de ~ resulta~te de la vida anterior y de las circunstancias pasadas de la raza, transmitidas a la genera-
C10n postenor por herencia o por tradición". (Veblen, 1974,398_)
que ambas obras traten sobre un mismo tema, aunque desde perspectivas y marcos teóricos diferentes.

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70
LAS CLASES SocIALES y El. CONSUMO
EL CONS1 JMO, UN ANÁUSIS Scx:IOLÓGICO

También Halbwachs (1970), anteriormente a Bourdieu, consideró filie las dis- aumento de salarios de la clase obrera, la época del fordismo y del cons~mo de
tinciones u oposiciones de clase se fvnrlamentan sobre la consideración de la acti- masas. Colemam, Levy y Martineau fueron los principales defensores en pensar
tud tomada por estas clases, sea en la producción, sea en el reparto, sea, en fin, en que la clase es la principal causa de segmentación del mercado, siendo ésta capaz
a
el consumo. Es siempre en relación los bienes considerados como los más impor- de englobar los estilos de vida diferentes, ignorando en cambio a los ingresos.
tantes en cada sociedad desde donde las clases se definen. Dicho de otro modo, no Otros autores, Engel, Blackwel, Kollat, Myers, Stanton, (Slocum y Mathews 1970) ..
taJ1S~I()~l~ !il~ zonas de t~il~_é1jº2!'Qc!1:1c!ivo es donde hay que buscar el verdade~; (Myers, Stanton y Haug 1971) (Myers y Mount 1973) opinan, en cambio, que los
principio de sep~aCi.6nde las clases) sino también-el éo~~~~o~------- --- ingresos van ganando camino a la hora de explicar la segmentación del mercado.
Por l~-qüe se ha de afirmar que-l;-aa;;eoéUpaci~~~¡~igue siendo la variable Schaninger (1981), en cambio, prefiere una combinación de ambos, concediendo
más importante asociada a las paut.as de consumo y a las actitudes relacionadas mayor importancia a uno u otro dependiendo de qué tipo de consumo se trate. Así
con él. En las sociedades capitalistas desarrolladas está perfectamente regulada la da ~~~.Eeso a la clase social en temas como comida, bebida, bienes nQ..duraderos
correlación entre niveles de status socioeconómico y los niveles de consumo. y, e~ C~jJiQ~1Ü!lgn;_1;i.Qs~i.eJ1.erun~rJmp.mianci.iLen los...g.astos..qll.e-.c¡e..requiere
un fuert~_ct~semb..clsQ.(los.q~n símbolº-S de st-ª.tus).
"Uno no sabe a que barrio, qué automóvil, qué ropa debe mudar cuando asciende Este debate se mantuvo hasta los años 60, luego empezaron a ver que había
de puesto" (Ibañez 1994,180). d~~rencias dentro deJas c1-ª~.s.ílSÍ.ClllI1Oiambifudife..re.nci-ªsMg@ la raza, la edad
y el ciclo fami!iar22 y que empezaban a condicionar, incluso, las diferencias políti-
2.2.2. Desde el marketing y los estudios de mercado cas respecto a la guerra del Vietnam creando diferencias en cuanto a consumos
(Coleman 1983). Ya no skven los esquemas reauccionistas en los que solamente se
Martineau trabajando para el Chicagn Trilnme en los años 50 advirtió a los publicis- tiene en cuenta la clase, los ingresos, la ocupación, la edad y el género es necesario
tas y al personal de marketing que hicieran diferentes anuncios según la clase a la consinerar otros aspectos para comprender los actuales comportamientos de los
que se dirigieran. Este autor fue uno de los primeros en descubrir que los compor- consumidores (Rich y Jain 1968, Felson 1975).
tamientos en el consumo son diferentes entre las clases y que, sobre todo, tales Es a finales de los setenta y sobre todo durante los años ochenta que, con las
~::>I!~e_I~~~l~~~ll!:~~~ son w~1.C1:1~:,,-tiPE_~e l"-,=~!~r1"cl din p !0 ",Íj,o eleYillores
elp
nuevas formas de organización del trabajo, la flexibilizaCÍón de los procesos pro-
s~~l~ól~~{).?_. Los-l2ªtrpne.~<!e_c:ol1S!lmO funciol!~_l!5)'peran como símbolo~de pres- ductivos y la complejizaClon ae ios proáucl:us se nace necesario introducir otras
tigio que definen la pertenenc~~1:1!!a cla~~L~i~E~éstos má~dcter~inantes que variables en los estudios de mercado para explicar las prácticas de consumo. Asi-
los ingresos económicos. Para Martineau (1958) exist~'~I~~¡Ó;:;~re elección de mismo se plantea la ampliación d",l concepto de clase a aspectos referidos a cul-
lIna~rete-nnIñadatie~a, los patrones de gasto y la clase social. Las clases no pien- tura y educación que se transmiten de generación en generación. Se propone, tam-
san ni tienen la misma visión de la realidad, sus comportamientos respecto al bién, complejizar los análisis de clase referidos al consumo, teniendo en cuenta
gasto y al ahorro son diferentes. tanto la clase social del marido como la de la esposa así como también la clase de
Se iniciaba así un debate centrado en el diferente poder explicativo de las clases los orígenes sociales y utilizar cada una de ellas dependiendo del proceso o prác-
sociales o de los ingresos sobre las' distintas prácticas, formas y hábitos de con- tica de consumo a la que se refieren (Shimp y Yokum 1980). En la misma línea exis-
sumo, realizándose una multiplicidad de estudios al respecto. 21 El origen de este ten otros au tares que denuncian la utilización indiscriminada de diferen tes indica-
debate hay que datarlo en Loó> momentos_de.!a_~~I!l-º-cr.ati,;,;ª-(:ió.Dg~tcoIl~)llmO, el dores de clase, así por ejemp" la utilización de clase del hogar por clase del

21. Son numerosos los eshJdios de marketing referidos a aspectos detallados de las prácticas de 22 Coyner (1977) realiza un estudio en el que trata de demostrar como influye el ciclo familiar en pI
consumo y sus posibles relaciones con las clases sociales, pueden ir desde la lealtad a la marca hasta la consumo, y como se complejiza el comportamiento de clase si se tiene en cuenta las diferentes faccio-
ne. de las mismas.
calidad del producto. (Kanwar y Pagiavlas, 1992).

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EL CONSUMO, UN ANÁUSlS &x:!OLóGICO LAS CLASES SoCIALES y EL CONSUMO

marido etc. (Domínquez y Page 1981). Todo ello es un fiel reflejo, no tan sólo de los conswno es el campo en el que mejor se puede definir y analizar el significado de
debates que se establecen desde la estructura social sino también de los referidos a los diferentes estilos de vida.
la unidad de análisis individuo o familia, o también del referido a la introducción Pero la relación entre consumo y estilos de vida no reduce a estos últimos a un
del género como un elemento más a tener en cuenta en la estructura social. concepto que sirva solamente para explicar o agrupar las prácticas de consumo en
nuevas clasificaciones, sino que existe un intento de amplificación del campo de
2.2.3. Consumo, estilos de vida y clase social acción de los mismos. Así Cathelat entiende por estilos de vida una combinación
de características referidas a las condiciones de vida y al sistema de valores, de
Weber estableció la primera relación entre consumo, estilos de vida y estratifica- prioridades, de normas y de ideas a las que los individuos se adhieren y que se
ción social, ya que utilizó este concepto como uno de los aspectos que constituyen hacen físicamente observables en las actitudes, los comportamientos y las conduc-
su noción de status. 23 Para Weber el estilo de vida está determinado por la cualifi- tas (Neveu 1990). Turner (1988), a su vez, los considera corno la totalidad de prácti-
cación, el poder y los ingresos en el sistema económico. Pero este concepto se cas culturales tales como formas de vestir y hablar, opiniones y actitudes y dispo-
extiende más allá de lo relacionado con la esfera productiva; los estilos de vida se siciones corporales. Estos últimos aspectos hacen referencia a las clasificaciones
refieren a los modos de conducta, vestimenta, habla y pensamiento; definiendo así utilizadas a menudo por investigadores de mercado siendo descritas como escalas
las actitudes de los grupos y sirviendo como modelo de conducta a aquellos que de prestigio o status. Con todo hay que decir, que estos autores han utilizado esca-
aspiran a ser miembros de dichos grupos (SobeI1981). las ocupacionales que han sido deliberadamente constmidas de acuerdo con el
El concepto de estilo de vida ha sido utilizado desde las más diversas discipli- supuesto prestigio o la deseabilidad ocupacional.
nas, desde la economía hasta las investigaciones de mercado, llegando incluso a A partir de los años 80, con la complejización y la proliferación de bienes y ser-
formar parte del vocabulario coloquial y familiar, con dicho concepto se suele vicios, aparecen nuevas formas de consumo relacionadas con la edad, la composi-
designar desde pautas culturales, hasta disposiciones corporales, modos de vestir ción familiar y el ciclo familiar. Aparecen nuevas construcciones sociales de la
y formas de ocio. Pero la amplitud eJel tratamiento que ha tenido el concepto ha identidad de los g!'11pOS y nuevas categorías en las aue hav quP incluir. el género.
llevado a aceptar por la mayoría de sociólogos que estilo de vida es un modo de la edad, la raza ... , relacionadas con estas nuevas formas de consumir sin grupos
vivir que se distingue y se reconoce, y que conlleva actitudes, valores y orientacio- de estratos fijos. Ligado a ello, desde el punto de vista de las posiciones de los teó-
nes de conducta (SobeI 1981). ricos de la llamada posmodernidad, se ha tratado de enfatizar el peso del con-
El consumo ha sido el campo por excelencia en el que las diferentes investiga- sumo como definidor no solamente de los estilos de vida sino también de la
ciones han tratado de analizar los distintos estilos de vida, hasta tal punto esto es misma cultura, (como ya he señalado en el capítulo anterior) en un intento de
así que se han utilizado las distintas formas y prácticas de consumo como indica- suplantar el posible peso explicativo de éstos como elementos definidores de las
dores de los diferentes estilos de vida, siendo el consumo el representante del prácticas de consumo. Se da un movimiento, s~gún ellos, hacia una sociedad en la
estilo de vida (Foxal1974). Levy ~l,11963 dijo qP~ ehota! de productos y servicios que no hay grupos fijos y en la que la adopción de estilps de vida por grupos espe-
que consumimos configuran un espejo de nuestro estilo de vida (Cosmas 1982). cíficos ha sido superada, cada uno puede ser cualquiera. La cultura posmodema
Los investigadores de mercado prefieren hoy en día las medidas del estilo de vida se basa en la producción de información y la proliferación de imágenes las cuales
a las de clase (Pahl citado por Crompton 1994), debido precisamente porque el no pueden ser en última instancia establecidas o jerarquizadas en un sistema fijo
de correlaciones sociales. Se preguntan si existe actualmente correspondencia
entre los estilos de vida/prácticas de consumq y la estructura de clases (Feathers-
23. Como seilala Crompton (1994), el concepto de estatus weberiano tiene tres dimensiones: al la tone 1987)991).
que hace referencia a grupos de prestigio o comunidades conscientes; b) a las nociones más vagas de
estilo de vida o nivel social (es obvio que estos dos aspectos se solapan en un grado considerable); y e) a Hasta aquí se tienen dos formulaciones que parten de la relación entre con-
demandas de derechos u oportunidades de vida materiales no basadas en el mercado. sumo y estilos de vida. La primera establece la relación entre consumo y estilos de

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75
LAS CLASES SoCIALES y EL CONSUMO
EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SocJOL(X;JCO

vida, considera a estos últimos como los factores que mejor explican los comporta- Se debe reconocer, por tanto, que la creciente atención dedicada al análisis de
mientos frente al consumo. La segm:¡da, dando más relevancia a la cultura del con- Jos estilos de vida ha proporcionado una serie de ideas importantes. Por un lado
sumo, niega o al menos cuestiona,: su relación con elementos que tengan en su ha ayudado a incorporar aspectos culturales en los análisis de estructura social y
por otro, ha proporcionado una serie de contribuciones para comprender los cam-
base la estructura de clases.
Pero para entender la posible re~ación entre consumo y los posibles ejes estruc- .. bios sociales contemporáneos. Se debe considerar seriamente el argumento de que
turadores de la realidad socia\, hay que considerar las posiciones de los indivi- los factores culturales y / o el estilo de vida han ganado importancia en esta estruc-
duos en las relaciones sociales de p~oducción y distribución de bienes y servicios, turación.
es decir la clase social.
2.2.4. Percepción subjetiva de clase
"Un rasgo común de todos los analistas de clase y de estratificación que intentan
explicar, y no simplemente describir, las desigualdades sociales y materiales, es que Un aspecto fundamental en la obra de Marx, que ha sufrido posteriores reformu-
todos ellos consideran que los grupos que se trata de identificar emergen de las relacio- laciones, ha sido la definición de clase social corno clase en sí y clase para sÍ. seg{'l'
nes predominantes de producción, distribución e intercambio en las sociedades indus- Marx las clases no se pueden considerar como tales si los individuos no toman
triales capitalistas" (Crompton 1994,142). conciencia de su posición, es decir, si la clase en sí no se convierte en clase para sÍ.
La dualidad clase en sí y clase para sí ha sido descrita como la diferencia entre u
y es aquí donde entra el consumo, pues indudablemente la adquisición de conjunto de condiciones objetivas que definen la clase y la conciencia subjetiva
estos bienes va ligada a las formas~ prácticas y hábitos de consumo, por tanto no ~ue ia cict~c- t'v.~---~ ;:.a veIlltilll. 1~/4). Weber también pensó que las clases no eXIS-¡

cabe hablar de estilos de vida sin ligarlos directamente a un concepto más básico y han como entidades reales h,asta el momento en que sus miembros no fueran
determinante como son las clases sociales. capaces de pensar sobre sí mismos en términos de clase.
T?_!l.to si se habb de 'l5r'ertn5 tpóricos del concepto de es':ibs de vida como de A partir de la apropiación que hicieron Bendix y Lipset de la distinción de
los aspectos más operativos, de la construcción de categorías de estilos de vida, la Marx entre clase en sí y clase para sí, tal y como señala Crompton (1994), la estruc-
referencia a las categorías ocupacionales es obligada. Hasta tal punto esto ha sido tura de clase y la acción de clase se consideran analíticamente separables. Así apa-
así que algunos autores proclaman que los estilos de vida son la esencia de la cla- recen diferentes perspectivas teóricas que illleIltctll IueI (bÚLdl ii priori la e::>" ~~~_::,
ses sociales (Myers y Gutman 1974). La relación entre estilos de vida y las clases de clases ubicada dentro de la estructura del trabajo y del empleo. Pero también
sociales es evidente, numerosos estudios corroboran que posiciones diferentes en aparecen otros enfoques, sobre el estudio de las clases sociales, que tienden a estar
la producción se corresponden a estilos de vida diferentes en el consumo (Sobel más relacionados con la perspectiva marxista humanista que con la eslructura-
1Yill). La clase siempre ofrece su sentido explicativo, aunque sea a través de lista, y con un enfoque metodológico inspirado fundamentalmente en la historia y
alguna de sus manifestaciones como el gusto, tal y como señala Bourdieu, cuando la antropología. Cabe señalar estudios como los de Bauman (1982) de enfoque
se superpone el espacio de los estilos de vida al de la estructura de clase basado en básicamente histórico.
Cabe también señalar otros estudios culturales que han desarrollado explica-
las ocupaciones.
ciones etnográficas sobre el modo en que los individuos, pertenecientes a diferen-
i tes clases se enfrentan a sus situaciones de clase al tiempo que las reproducen
I "El gusto, la propensión y aptitud para la apropiación (material y simbólicél) de un~
clase determinada de objetos o prácticas enclasadas y enclasantes, es la formn generalizada (Willis 1977). Las aportaciones de Thompson (1968) van en la dirección de consi-
:\
qUE' se encuentra en la base dE'l estilo de vida, conjunto unitario de preferencias distintivas, derar que ésta separación analítica no debe producirse, pues para él la conciencia
que expresan, en la lógica especific~ de cada uno de los subespacios simbólicos - mobilia- de clase es la manifestación de la clase en términos culturales y está encamada en
rio, vestido, Jengunje o hexis corporal-la mismn intención expresiva" (Bourdieu 1991,172). tradiciones, en sistemas de valores y en formas institucionales. Por tanto, un rasgo

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76
LAS CLASES SoCIALES y EL CONSUMO
EL CONSUMO, UN ANÁUSIS SocIOLóGICO

de este enfoque cultural consiste en la no separación y en la no diferenciación colectiva Y por tanto los individuos cada vez más se perciben y son percibidos a
entre estructura de clase y acción de clase, puesto que se basa en una concepción través de sus conSUInos.
de la cultura como algo que incluye los significados y los valores que surgen entre Así los modos de vida y las identidades a ellos asociadas aparecen hoy mayori-
grupos y clases sociales distintas, así como también incluye las tradiciones y las tariamente estructurados por una oposición entre el campo de prácticas y de
prácticas vividas a través de las cuales estos significados se expresan y se encar- representaciones relativas a la producción y el campo de prácticas y representacio-
nan (Hall 1981). nes relativas a la vida fuera del trabajo (Lefacheur 1983), fundamentalmente las
Por lo que se acaba de expresar existe un debate entre la separación de la referidas al consumo. La nueva lógica de la economía sustituye la moral ascética
estructura de clase y la acción de clase como elementos analíticamente separables de la producción y de la acumulación, fundada en la abstinencia, la sobriedad, el
o de otro lado como elementos unidos. Es en este punto, como señala Godard ahorro y el cálculo, por UI1a moral hedonista del consumo, fundada en el crédito,
(1975), donde la dialéctica entre la posición de la clase y la conciencia de clase per- el gasto, el disfrute. Esta lógica económica quiere un mundo social que juzgue a
mite comprender los procesos de consumo, constituyendo el consumo un lugar de las personas por sus capacidades de consumo, por su standing, por su estilo de
oposición parcial pero irreductible de las clases. vida, tanto como por sus capacidades de producción (Bourdieu 1991).
Incluso ya desde los inicios de la sociología del consllll10 se señaló, también, la Se ha intentado realizar acercamientos que relacionen las estructuras de clase y
importancia de la conciencia que posee el individuo como perteneciente a un los desarrollos culturales, no restringiendo el concepto de clase al ámbito econÓ-
grupo que lo clasifica y lo distingue del resto, es decir como elemento configura- mico y productivo exclusivamente. Así para Bourdieu (1991) la clase social no se
dar de sus prácticas de consllll1O: define sólo por una posición en las relaciones de producción, si no también por el
habitus de clase que nonnalmente se encuentra asociada a esta posición.
I
"El tipo de gastos aceptados en la comunidad o en la clase a que pertenece una per-
sona determina en gran parte su nivel de vida" (Veblen 1974,117). "Una clase se define por su ser percibido tanto como por su ser; por su consumo -
que no tiene necesidad de ser ostentoso para ser simbólico - tanto como por su posición
También los trabajos realizados por Halbwachs, aunque de manera intuitiva, en las relaciones de producción (incluso si fuera cierto que esta rige a aquel)" (Bourdieu
establecen la relación entre la conciencia de clase y su representación en el campo 1991,494).
del consumo, así como también la relación entre consumo y la identidau ue cld!>e:
Las prácticas de consumo y las aspiraciones a ellas asociadas se han convertido
"En la representación de clase encontramos la idea de una profesión y la idea de un en centrales para la construcción social de la identidad, ya que dicha identidad se
conjunto de gastos, puesto que ambos términos se manifiestan uno en el otro ... "(Halb- construye más en términos de conSllll1O que en ténninüs de ocupación (Bocock
wachs 1970,X). 1993).
Por tanto las identid¡ldes sociales vienen configuradas en gran manera por el
Pero esto conduce a otro problema, que ha tenido tanto implicaciones teóricas conSllll1O y las nuevas concepciones o análisis de clase han de dar o tratar de dar
como empíricas, es el de los elementos que sustentan la conciencia de clase, es razón de ello, ya que la conciencia de clase como concepto se fundamenta en la
decir, a través de que aspectos se fundamenta la noción de clase. Esta conciencia identidad de individuo como perteneciente a un grupo. Si cada vez más el con-
de clase se ha sustentado, desde los estudiosos de la estructura social, sobre la base sumo constituye un elemento configurador de identidades y la conciencia de clase
de la idea que los individuos tienen de si como grupo a partir de sus posiciones en esta estrechamente vinculada a la identidad, hay que incluir el consumo como ele-
las relaciones de producción y/o de mercado. Por contra, autores de la llamada mento configurador de la conciencia de clase.
posmodemidad, como Bauman (1992), han señalado que la clase está perdiendo, o Pero, en consecuencia, y visto desde el otro lado desde la explicación del con-
ha perdido, su capacidad de actuar como fuente de identidad y organización sumo, se trata de ir más allá y de hablar de un modelo de consumidor estrecha-

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EL CONSUMO, UN ANÁUSIS Scx:IOLÓGICO LAS CLASES SOCIALES y EL CONSUMO

mente vinculado a la percepción que los individuos y los grupos tienen de la estra- aprende a aplicar ciertas reglas prácticas, penetra en cierto espíritu que se puede
tificación, esto es la conciencia que los individuos tienen del modo en que se distri- denominar corporativo y que es la memoria colectiva del grupo profesional
buye la riqueza dentro de la colectividad (Ragone 1968). Lockwood (1966) ya (Halbwachs 1994). Las situaciones reales de empleo están estructuradas sobre la
señaló que los individuos ven la :;estructura de su sociedad desde el ventajoso base de otros muchos factores además de las relaciones capitalistas de producción.
punto de mira de su propio medio ;particular, y que sus percepciones del conjunto Las situaciones de mercado y de trabajo,-así como los bienes de poder y organiza-
de la sociedad varían de acuerdo con sus experiencias en los grupos y comunida- ción y las cualificaciones y las credenciales se configuran sobre la base de una serie
des donde se desarrolla su vida cotidiana. de factores que incluyen contextos culturales, espaciales y técnicos, procesos polí-
ticos generales, y el género, la raza y la edad del probable ocupante de la posición
2.2.5. Hacia una ampliación del co~ceptode clase en cuestión. La adopción de un miembro por una clase no sólo viene determinada
por su ocupación, sino también por la adopción de una serie de valores y estilos de
Tal y como he señalado antes, se plantea desde la sociología del consumo que con vida (Dimaggio y Useem 1978).
el desarrollo del posmodemismo r el gusto, la cultura y el estilo de vida han En esta línea algunos autores realizan definiciones en las que subrayan más la
cobrado importancia en la estructu!ación de las clases, particulartnente por lo que construcción cultural que la económica del concepto de clase, correspondiéndose
respecta a los elementos de las nuevas clases medias. La hiperinflación de símbo- ésta con la idea del sentido común que el concepto de cIase tiene en el uso habitual
los asociada al crecimiento del capitalismo de consumo ha aumentado relativa- (Wamer citado por Crompton 1994).
mente el peso de la cultura en los procesos de estructuración de clases.

"Los procesos de clase no son los únicos factores que contribuyen al mantenimiento 2.3. Otros ejes de estructuración social
y la reproducción de la desigualdad. Las prácticas culturales están profundamente
implicadas tanto en su reproducción como en su mantenimiento y, en efecto, la visibili- Hay que considerar el sistema de clase en términos relativos. Se ha de entender
dad y el nítido perfil de las prácticas culturales hace que a menudo sean descritas no que toda práctica social no es necesariamente una práctica de cIase en el sentido
como manifestaciones de clase, sino como las clases mismas" (Cro:-:-:?ton 1994,254). estricto (Godard 1975). Aunque aquí y hasta ahora he hecho hincapié en los análi-
~;~ el" "1"",,, Y sus relaciones con el consumo, existen otro tipo de aspectos que pue-
Así el renovado énfasis en el significado del consumo ha concedido gran den estar ligaau" ;:;. ]ns "náli"¡,, de cIrlC:p v q":" -~'-;"::,',,,ce"'''' !'!latlzaIl el estudio del
importancia al papel del status, tal y como se expresa en los modos de vida y las consumo y sus relaciones con la estructura social. Las clases económicamente
prácticas de consumo, en la estructuración de las desigualdades. Autores como determinadas no explican la totalidad de las desigualdades ni de las identidades,
Bourdieu (1988) señalan que el papel que el capital cultural desempeña en la existen otras fuentes de identidad social tales como la nacionalidad, el género y la
reproducción de las desigualdades es similar al del capital económico. Es por etnia.
tanto un intento de introducir tanto los aspectos culturales como los aspectos refe- Aspectos como la nacionalidad y la etnia, no los trataré en este apartado, el pri-
ridos al mundo de la producción en una nueva conceptualización de los análisis mero de ellos y para el caso español existe un excelente libro realizado por Alonso
de clase e incluso del mismo concepto de clase no dejándolo reducido a una sola y Conde (1994) que trata esta temática. Respecto al segundo sería tema de otra
esfera como la productiva y/o económica' ·mo ocurría en los análisis más clási- libro, aunque hay que señalarlo como uno de los ejes. cada vez a tener más en
cos de la estructura social. cuenta, sobre todo debido a que en estos últimos años ha habido un aumento con-
Las implicaciones que tienen lbs individuos en el mundo de la producción siderable de población proveniente de otros paÍ.c;es y otras culturas.
implican una serie de prácticas sociales que traspasan o sobrepasan dicho ámbito, En cuanto al género se reconoce que en las circunstancias cambiantes del indus-
ya que todo individuo que entra en una profesión dada, al mismo tiempo que trialismo cápitalista de finales de~igL()_~Q(Eig~ill'J.:o se presenta como foco poderoso
-_.~--~---~--_.--- -

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SociOLóGICO LAS CLASES SocIALES y EL CONSUMO

de organización social, considerándose como eje fundamental a la hora de explicar miembros de una misma familia, es la familia quien típicamente es la unidad de
las desigualdades. Las teorías clásicas respecto de la estructura social se han caracte- consumo, es quien decide sobre el futuro, sobre la educación de los hijos, la sani-
rizado por despersonalizar al agente o actor social, este suele aparecer sin género. dad etc. En cambio la ocupación se analiza en términos individuales, existiendo
Sin duda alguna motivado por el hecho de basarse sobre todo en la esfera de la pro- una dificultad para relacionar ambos ámbitos (Dale, Gilbert y Arber 1985). Esta
ducción como soporte analítico de carácter teórico o también, basarse en esta esfera, divergencia, por tanto, dificulta la comparación y puede llevar a conclusiones
como punto de partida operativo al fonnalizar la construcción de las clases. Pero en erróneas ya que se relacionan datos individuales con datos de carácter familiar.
la medida en que se ha incrementado la participación femenina en la fuerza de tra- Como solución a estos problemas existen posiciones que señalan a la clase
bajo productivo, empieza a ser excepcional el estudio de clases que no considera la familiar como la más adecuada para los est~dios de consumo. Goldthorpe es el
posición de las mujeres. El género ha entrado a formar parte de los debates actuales que dirá que la unidad fundamental de la estructura de clase, más que el indivi-
sobre los análisis de clase. No vaya entrar aquí en un estudio pormenorizado de duo, es la familia en los estudios de conswn~. Las familias constituyen unidades
cuales han sido las distintas aportaciones teóricas al respecto. 24 Lo que si que quiero de ingreso y consumo mancomunadas. Las diferencias entre los individuos que
resaltar es que desde las perspectivas teóricas más clásicas que consideran a la clase aportan sus ingresos a la familia mediante diferentes mecanismos de clase, se
como factor capaz de explicar mejor las desigualdades entre los individuos, hasta homogeneízan a través del consumo mancomunado de la unidad familiar (Wright
las que consideran el género como principal eje estructurador, tanto el empleo como 1992). Pero esta posición, que utiliza a la familia como un todo puede esconder
la clase están profundamente estructurados por diferencias de género y por tanto, tras de sí desigualdades que se producen en su seno y que pueden ser explicadas
también, otros ámbitos a ellos vinculados como el consumo. por el género.
Para ver las diferencias y las desigualdades que se producen en el consumo por -- Existen estudios, en esta dirección, como los de Charles y Kerr (1987) que
razón de género se entra en un nuevo problema, que aunque no tiene porqué, ha muestran como las diferencias entre familias en cuanto al consumo, esconden
ido unido al debate de género y clase. Se trata de la unidad de análisis, es decir los diferencias en el interior de las mismas, por ejemplo la distribución de la comida
individuos o las familias, problema del que hay abundante literatura 25 si se encua- en el seno familiar depende de la edad y el género independientemente de la
dra dentro de los análisis de clas~-y'éstrUchira-;ocia."l, pero se encuentra práctica- estructura ocupacional. Otro estudio señala que en las frt!l1~lli<" L __1l"lribuclOn de
mente virgen con respecto a los estudios de consumo. los recursos entre los maridos y las esposas es desigual en perjuicio de las segun-
No entraré aquí a analizar cada una de las propuestas que se han realizado das, aunque la mujer trabaje fuera del hogar no se traduce en un mejor nivel de
para los análisis de clase, que van desde la adopción del modelo convencional vida para ella ya que el hogar absorbe ese dinero extra (Taylor-Gooby 1985). Por
(utiliza la posición de clase del cabeza de familia) hasta el modelo combinado otro lado y más cercano a nuestras latitudes, está el estudio realizado por Duran
(combinación de la posición de clase de los miembros del hogar), por no nombrar (1985,1988), en el que apunta las diferencias y desigualdades en razón al género
el de principio de dominación (la posición de mercado más alta de uno de los respecto a la toma de decisiones, a la administración, compra y conswno de según
miembros). Me referiré a que irriplic:aciones tiene en el éampo del consumo y del que bienes. ASÍ, la muj~r ~qmayej~cuta la decisión de comprar los alimentos,el
género como eje explicativo de desigualdades. vestido y el calzado y se toman las decisiones conjuntamente en los bienes dura-
El modelo individual ha sido criticado porque la familia es la unidad básica de deros y servicios de alto coste y significado social.
consumo. Aunque el consumo y el gasto pueden estar diferenciados entre los Para estudiar las desigualdades por razón de género en el consumo habría que
entrar en el mterior de las familias, ya que las desigualdades sociales se manifiestan
24. Debate que se planteó con especial virulencia a partir de un artículo de Goldthorpe J. "W()men en desigualdades en el interior del hogar (pahll990, 1988). Por tanto es necesario
and Class Analysis. In Defense of Conventional View", Sociology, 17 (4), 1983. Una interesante síntesis analizar quién gana el dinero, quién lo controla y quién lo gasta, e incluso quién se
de todas estas perspectivas se puede encontrar en Romero, A. "¿ Trayectorias de clase o trayectorias de
género?", Barcelona: Univ. Autónoma de Barcelona. Departament de SocioJogia, 1996. Tesis Doctoral. identifica con qué aspecto del consumo. Pero en este punto confluyen dos ámbitos
25. Ver, entre otros, a Abbott (1987), Erikson (1984), Crompton (1994), Dukey Edgell (1987l- de la sociología que se encuentran conceptualmente subdesarrollados. Por un lado

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO
LAS CLASES SocIALES y EL CONSUMO

el consumo en el que se da una pobreza a la hora de definir las prácticas, los compor- clase de servicios, etc. Se trata de tID colectivo ql H' ejerce trabajos cuya base teórica
tamientos y las conductas así como las acciones de los individuos sociales. A dife- reside en su capital cultural, esto es la posesión de sus miembros de niveles relati-
rencia del mundo de la producción, que es un mundo pautado, serializado, con defi- vamente altos de educación y formación, y cuyos intereses pueden por tanto dis-
nición de tareas, de horarios, condiciones ... , el mundo del consumo abarca esferas tinguirse de los poseedores del capital económico - pequeña burguesía tradicional
que van desde la necesidad al place,~, aspectos tan diversos como definir consumo - y de los que no tienen otra cosa que ofertar en el mercado más que su trabajo
trabajo o consumo ocio, pasando por la dificultad de definir quien consume real- (Goldthorpe 1992).
mente, el que toma la decisión, el que ejecuta la compra o el que realmente se benefi- Respecto a la relación de estos dos grupos, la vieja pequeña burguesía y las
cia de la misma. Otro tanto ocurre con ei denominado trabajo de la reproducción26 y nuevas clases medias, son diferentes en comportamientos y actitudes pero se
la dificultad de encontrar dimensiones para su acotación y medida, ambos aspectos puede afirmar que se distancian mucho más de las llamadas clases trabajadoras
aYl1darían a ver las desigualdades en el seno del hogar por razón de género. que entre ellas mismas. Bourdieu (1991) sugiere que en su lucha por consolidar su
dominio, la burguesía encuentra en la nueva pequeña burguesía un aliado natu-
ral, tanto económica como políticamente. Este grupo, la nueva clase media, reco-
2.4. Sobre las clases medias noce en la burguesía la encamación de su ideal humano y colabora de forma enh¡-
siasta en la imposición de nuevas normas éticas (especialmente por lo que
Como ya se ha apuntado anteriormente, la sociología del consumo ha enfatizado, respecta al consumo) y de las correspondientes necesidades.
cada vez más, la importancia del consumo como definidor de las identidades Las n~evas clases medias han experimentado un crecimiento espectacular
sociales e incluso, desde algunas perspectivas teóricas se apunta a como éste se desde la segunda mitad de este siglo. En la sociología del consumo se han desarro-
puede considerar un elemento de estructuración social. Dos son los grupos socia- llado argumentos según los cuales el de:;:':..:-.;-::;!!::- :' "".-rop,.,'" clo p<:t;o¡<; catel!nrías
les que han sido mayoritariamente estudiados tanto por los sociólogos de la ocupacionales (y las relacionadas con ellas) no constituye simplemente una res-
estr'Jctura social, como desde el punto de vista de la sociología del consumo; éstos p.uesta a los requisitos cambiantes de la economía; antes bien, su actual importan-
son las denominadas clases medias y las clases trabajadoras. CIa se debe contemplar como un resultado de los cambios culturales generales que
A su vez dos han estado los subgrupos que se pueden distinguir - y son nume- han creado la demanda de satisfacción de nuevas necesidades. Se considera tam-
rosas las obras y autores que así lo hacen - en lo que se ha denominado clases bién que los que tienen ocupaciones relacionadas con la satisfacción de estas nece-
medias, la pequeña burguesía tradicional y la llamada nueva clase media. Pasaré a sidades hal1 !'1~",rln 1m papel activo en la identificación de las necesidades y la
ver cuales son sus características y que diferencias existen entre las mismas en manera en que se satisfacen.
cuanto a las prácticas de consumo.
La pequeña burguesía tradicional está constihüda por aquellos propietarios de "La nueva pequeña burguesía viene representada por ocupaciones que implican
los medios de producción que no Qontratan fuerza de trabajo y que, por tanto, han presentación y representación y por todas las instituciones que proporcionan bienes y
de utIlizar la suya propia y la de Sil propia familia nuclear o la de familiares allega- servidos simbólicos, producción y organización cultural" (Crompton 1994,220).
dos. Se trata de personas que se ganan la vida con la producción y distribución de
bier oS materiales y servicios. Estos mercaderes de necesidades, nuevos intermediarios culturales como los
tI otro gran grupo - dentro de las clases medias - se le ha denominado de varias define Bourdieu, actúan como Correa de transr. 3ión qUll impulsa hacia la carrera
maneras: burguesía cultural, clase de conocimiento, clase profesional-directiva, d~ ~onsumo y la competencia mercantil a individuos que consideran que ello les
~tmgue de los demás. 27 Estas nuevas clases medias están movidas por un quiero
26. Un intento de dirnensionalización de el trabajo de la reproducción se puede encontrar en Toros,
Carrasquer, Romero (1996). {<Z7. Esta idea también fue apuntada por Veblen (1974).

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SOOOLÓGICO LAS CLASES SOCIALES y EL CONSUMO

ser, que en realidad es un parecer, W1a pretensión. Se han convertido en pro~ucto­ de clase y la forma de apropiación son los autores determinantes de la identifica-
res de signos que en cierta medida desplazan a los productores de mercanClas del ción de los bienes culturales como capital cultural y al mismo tiempo como ins-
capitalismo organizado. 28 trumentos de dominación simbólica. El desajuste entre el capital cultural y el
Estos grupos utilizan su capital cultural para consolidar nuevos sistemas de capital económico se ve plasmado en las copias y las sustituciones del mueble de
clasificación. Featherstone (1991) acentúa la rápida inflación que se ha producido anticuario por el encontrado en el rastro y del cuadro por la litografía ... (Bour-
en los gustos del consumidor, ya que los gustos dominantes están al alcance de un dieu 1991)
círculo cada vez más amplio de consumidores. Los productores culturales y los Otros autores también han establecido diferencias en las formas de consumir
especialistas en producción símbólica, que forman parte de esas nuevas clases dentro de la heterogeneidad que presentan las clases medias. Wyrme (1990) refleja
medias, encuentran su justificación en la carrera social de obstáculos para mante- las diferencias de gusto, identificadas también por Bourdieu, entre la burguesía
ner una distinción reconocida, imponiendo lo que parece ser una nueva moral que tradicional y las nuevas clases medias. Describe la pequeií.a burguesía - poseedora
rechaza la ética estética de la producción y la acumulación basada en la abstinen- de capital económico - como bebedores que se caracterizan por unas prácticas de
cia, el ahorro, el cálculo y abraza una moral hedonista del consumo basada en el ocio, marcadas por el consumo regular de bel?idas alcohólicas, por las vacaciones
crédito, el gasto y el disfrute. Así, para Galbraith, lo que impera, y es el motivo familiares en grupos, por el gusto por la comedia musical y el gran espectáculo y
fundamental de mantenimiento de este sistema, es W1a cultura de la satisfacción una preferencia por la comodidad y la tradición en el mobiliario. En cambio a las
que se ha hecho mayoritaria y que hace que el sistema sea estable. nuevas dases medias - poseedoras de capital cultural- que denomina los deporti-
vos les preocupa más el estilo que la comodidad, pasan sus vacaciones en tilla casa
" .. .los afortunados y los favorecidos no contemplan su propio bienestar a largo compartida u organizan otros tipos de arreglo~ personales, disfrutan de los clubes
plazo y ni son sensibles a el. Reaccionan, más bien, y vigorosamente, a la satisfacción y de aficiones y pertenecen a las asociaciones volw1tarias, y asisten al teatro de van-
comodidad inmediatas. Este es el talante predominante. Y no sólo en el mundo capita· guardia y a los conciertos de música clásica. Así a través de sus diferentes estilos
lista, como se le sigue llamando; se trata de un in~tinto humano más profundo y gene· de vida las pequeñas burguesías cultural y económica construyen y reafirman su
ral" (Galbraith 1992,18). posición social.
Savage (1992) también ha aplicado este mapa de los gustos culturales (o de
Pero estos dos grupos, la vieja pequeña burguesía y las nuevas clases medias, consumo) a los diferentes grupos sociales de las clases medias. Siguiendo los
no son homogéneos. Bourdieu - a partir de su mapa de gustos - los identifica resultados de las investigaciones de mercado, los profesionales del sector público _
como grupos que tienen unos comportamientos diferenciados y que se plasman alto grado de capital cultural y más reducidol de capital económico - pueden ser
en el consumo, y la explicación de dichos comportamientos viene de la posesión caracterizados por la vida sana y el deporte, Ror su interés por la alta cultura, las
de capitales diferentes. Así la vieja clase media poseedora mayoritariamente de obras de teatro, la música clásica y la danza contemporánea. Otro gmpo, los direc-
capital económico se difenineia' Cle las nuevas clases me¡.lias poseedoras mayor~­ tivos,y burócratas del gobie:rno, ti~f:fl pautas indistintas de consumo, por ejem-
tariamente de capital cultural. Las diferencias objetivas de capital tanto econo- plo.un grado medio o bajo de consumo de alta cultura y gimnasia y prefieren una
mico como cultural se reducen en la práctica a formas diferentes de gusto. La ' versión depurada de la tradición del patrímonio o la casa de campo. El tercer
forma de apropiación de los que tienen más capital cultural es simbólica, mien-:, grupo de consumidores de clase media identificado por Savage (1992) son los que
tras que los que tienen más capital económico es material. P sí pues, la posición, dFPmina como posmodernos, se caracterizan por la ausencia de un único princi-
pl~ organizador del consumo, por un alto grado de extravagancia que se acom-
~Un estudio realizado en Francia sobre la difusión de determinados nombres, demuestra quese p~a de una cultura del cuerpo, aprecian formas selectas culturales, la ópera y la
produce un continium de los gustos y un esquema jerárquico, lo~ nombres burgueses son elegIdos por
cuadros profesionales, luego por profesiones internledias y por ultImo los obreros (Begnard y Grange, ; lJ}JÍ$i~~ clásica, al tiempo que se ínteresan por el baile al son de la música disco y
1993.) :' P8~J~ OlIri!ras de coches.

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EL CONSUMO, UN ANÁLISIS SOClOLÓCICO LAS CLASES SOCIALES y EL CONSUMO

2.5. Sohre las clases trabajadoras apetitos y placeres inmediatos a los deseos y las satisfacciones futuras. L~ clase
trabajadora esta muy vinculada al grupo local y ello se manifiesta en la importan-
La clase trabajadora ha recibido diversas denominaciones según la tradición teó- cia conferida a los lazos domésticos y a las relaciones de vecindad, confían en la
rica a la que se haga referencia, proletariado, clase obrera, clase baja, clases popu- familia y los amigos, sólo tienen como referente el entorno más inmediato. Se trata
lares etc. M~rx definió a la clase obrera en oposición a la clase burguesa señalando de vivir el presente -se piensa a corto plazo, se aceptan las co~as conforme vienen-,
que estaba compuesta por los trabajadores que vendían su fuerza de trabajo a las emociones fuertes y simples, así como también la exaltación de la novedad por
cambio de un salario. Las diferentes corrientes teóricas identifican a esta clase pero la novedad, todo lo que pasa de moda queda ridiculizado (Hoggart 1970).
no hay un acuerdo específico en señalar claramente sus fronteras. Los debates van En este grupo social se da una norma explícita de conformidad pero no se per-
desde las fronteras por arriba, qt~e polemizan sobre qué partes del proletariado mite que alguien intente salirse del grupo. Así la llamada al orden por quien se
son absorbidas por las capas medias - tesis sobre el aburguesamiento (Locwood toma, esto no es para nosotros es una llamada a la solidaridad de condición (Bour-
1966) - hasta las ele las fronteras por abajo - debate sobre la lumpenproletarización dieu 1991). Las díferencias entre las clases son aceptadas y justificadas como algo
_ pasando por las que cuestionan~su cohesión - relacionadas con la teoría de seg- natural, las díferencias entre miembros de una misma clase son cruelmente san-
mentilción del mercado de trabajo (Piore 1983) -. No entraré aquí en cada uno de cionadas. Al igual el miedo al que dirán que manifiesta que los miembros de las cla-
estos debates, sino que pasaré a ver qué relaciones se dan entre este grupo social y ses populares, viven en un mundo de horizontes limitados, interesándose de
las prácticas de consumo. manera tendenciosa y a veces obsesiva en la conducta del vecino (Hoggart 1970).
A pesar de no ser abundantes los estudios referidos a los comportamientos, Se da, también en ellos, una mayor tendencia a pertenecer a un grupo, de ser igual
modos y estilos de vida de las clases populares, se puede señalar algunas de las alas demás que a dífen'nciarse. Ello va tmido a un sentimiento de inferioridad por
características globales que definen a estos gmpos y sus prácticas. Así, estudios el que las clases bajas tienden a deslegitimarse cuando confiesan que lo que les
realizados en diferentes países coino el de Bourdieu (1991) en Francia - a pesar de gusta no es bueno o importante. Contarme se sube de escalafón SOCIal la percep-
ser más rico en sus aportaciones respecto a las clases medias - y el de Hoggart ción que se tiene de los propios gustos viene cargada de un mayor prestigio y/o
(1970) sobre las clases populares de la Inglaterra urbana, apuntan una serie de autoprestigio. Así un pobre con mucho dinero no se siente legitimado para hacer
ir; aspectos comunes. según qué cosas (Bourdieu 1971).
.1

:l El llamado gusto de la necesidad caracteriza a estos grupos. Este gusto se Este tipo estudios han sido criticados por su dominocentrismo y su domino-
separa del de la libertad y las facilidades propias de las clases dominantes y mani- morfismo - si se utilizan las palabras de Grignon y Pase ron (1992) -. Es decir la cul-
fiesta o expresa las necesidades de las que son objeto esta clase. Estos se asocian tura dominante ejerce un poder de tipo simbólico sobre la dominada, basada en
con lo grueso, rojo fuerte, toscos zuecos, trabajos pesados, risotadas ... producidos un elnocentrismo clase. A.,í mismo los términos utilizados, los conceptos emplea-
por unas condiciones de existencia que, excluyendo cualquier fantasía, no dejan dos para sus análisis están determinados en gran manera por la cultura domi-
."!
otra opción que el gusto de lo necesario. El gusto de la necesidad sólo puede nante estableciéndose falsos paralelismos entre ambas culturas.
:1: engendrar un estilo de vida en sí, definido por la relación de privación que man-
tiene con los otros estilos de vida. Para la clase obrera se trata de a menor costo "Definida exclusivamente por referencia al gusto dominante, es decir, negativa-
mayor efecto, por ejemplo el gusto por lo ostentoso, lo barroco e incluso por 10 mente, en términos de handicaps, de limitaciones, de exclusión, de privaciones, de
ji1i ' rococo (Hoggart 1970), cosa que p ··,la burguesa es síntoma de vulgaridad (Bour- ausencia de opciones, de ausencia de consumos o prácticas, la cultura popular apaTY_ -e
l.: necesariamente, en esta perspectiva, como un conjunto indiferenciado de ausencias,
:¡i'·'·1.
dieu 1991). Para la clase popular el buen vivir puede consistir en permitirse una
1 fantasía de tanto en cuanto. desprovista de referencias propias en cuyo interior poco más se puede hacer que inten-
Las clases populares prefieren lo concreto, lo material y lo espontáneo, en con- tar distinguir estratos de densidad simbólica decreciente que van desde la 'quasi-simili-
traposición a las clases dominantes, de un gusto modesto, que sabe sacrificar los cultura' de las capas limítrofes de la pequeña burguesía (élite obrera, familias mixtas de

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'''.,;.
EL CONSUMO, UN ANÁI J. .", ¡OLóGICO

obreros y empleados, extrabajadores establecidos por su cuenta, etc) a la no-cultura del


subproletariado y de los excluidos" (Grignon y Paseron 1992,142).
CAPíTULO 3

Este tipo de análisis suele perder en densidad y en precisión a medida que des-
cienden en la jerarquía social, hablando o tomando a las clases trabajadoras como LA PERSPECTIVA DE ANÁLISIS,
/ .

un todo, en este sentido se ha avanzado poco, pues ya desde los estudios que rea- CARACTERISTICAS DE LA POBLACIÓN
lizó Halbwachs consideraba o tornaba a ésta como la más homogénea, precisa-
y LAS HIPÓTESIS
mente porque en ella la vida social es más reducida, menos complicada, y también
porque la distancia que la separa de otros grupos es, en este sentido, muy mar-
cada.

"No hay otro grupo social con vida social tan reducida, menos complicada y por
que el intervalo que lo separa de los otros grupos está tan marcado, que la clase obrera"
(Halbwachs 1970,XII).

Otra de las críticas que reciben este tipo de estudios es la gradación implícita
de la que parten, en la que la cultura alta, la cultura dominante o de las élites es
mejor o superior a la cultura popular, cuando en realidad lo que procede decir es
que ambas formas de cultura son o están sociallnente construidas. Pues la alta cul-
tura esta asociada a contextos específicos, los cuales son inaccesibles para las per-
sonas medias, ya que mucho de lo que se considera alta cultura frente a lo que se
considera cultura popular estriba en la dificultad de acceso (Crane 1992).

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