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lactancia materna
Muchas de las consultas que recibimos son recurrentes, y a menudo guardan relación directa
con la anatomía y la fisiología del pecho durante la lactancia. A continuación, intentaremos
dar respuesta a las dudas más frecuentes sobre el pecho y la lactancia materna. Esperamos
que os sea útil.
Si tienes los pezones planos o poco prominentes tampoco es necesario que hagas nada
durante el embarazo. Busca un grupo de apoyo para consultar tus dudas.
A veces durante el embarazo se sugiere a las madres que preparen sus pezones con cremas o
frotando los pezones con guantes de crin. Estas recomendaciones obsoletas sólo crean
angustia y dolor en las madres. Los masajes para estirar los pezones planos tampoco sirven de
nada.
Tu areola contiene una decena, a veces más, de los llamados corpúsculos de Montgomery,
que son las protuberancias que encontrarás alrededor de la misma, se encargan de limpiar,
desinfectar y lubricar el pecho. No hace falta por tanto sustituir esa preparación natural por
ungüentos ni cremas de farmacia.
Si una madre lactante se queda de nuevo embarazada puede seguir produciendo leche
aunque a partir del segundo trimestre de embarazo la producción disminuye
considerablemente. Para más información sobre estos casos podéis consultar el artículo sobre
amamantar durante el embarazo y en tándem.
Los elementos que pueden variar de una madre a otra son el yodo y los ácidos grasos
esenciales, por lo que las mujeres occidentales que dan el pecho deben tomar un suplemento
de 200 microgramos diarios de yodo y aumentar el consumo de alimentos ricos en ácidos
grasos esenciales: pescado azul, frutos secos, aceite de semillas, etcétera.
Aunque comas mal y tu dieta no sea del todo equilibrada puedes estar tranquila, ya que las
células que se encargan de fabricar la leche se las arreglan para extraer de las reservas
maternas todo lo necesario para que no le falte de nada al bebé.
Las madres con carencias nutricionales siguen fabricando leche de calidad para su bebés, por
esa razón es muy importante que aún y no teniendo la dieta más equilibrada del mundo sigan
amamantando a sus bebés que van a recibir así la leche más adecuada para garantizar su salud
y su crecimiento.
Las rutinas hospitalarias que suelen ir unidas a la cesárea pueden retrasar el primer contacto
entre la madre y el bebé, por lo que son las verdaderas causantes de la demora de la subida de
la leche, además de la incomodidad que puede sentir la madre para colocar al bebé al pecho a
causa de los puntos de sutura, lo que puede interferir en algunas tomas o reducir su número.
Sí es cierto que las madres insulinodependientes o con obesidad (con un índice de masa
corporal igual o superior a 30) pueden sufrir un retraso en el inicio de la producción de leche,
que puede demorarse más de 72 h., pero acaba normalizándose en ambos casos.
También hay mujeres que poseen pezones supranumerarios. Si hay una inflamación de este
tejido es mejor no manipularlo, aplicar frío y presión y esperar a que desaparezca.
Entre las 42 y las 72 horas posparto se produce la primera subida de leche, y muchas mujeres
notan que los pechos se les ponen tensos y a veces inflamados.
Posteriormente van notando las subidas de leche (en algunos países hispanohablantes se
llaman “bajadas de leche”) cuando el bebé mama o cuando piensan en él o lo oyen llorar. Este
fenómeno se debe a la acción de la oxitocina y suele ir acompañado de una sensación de
hormigueo en el pecho, que durante las primeras semanas puede incluso resultar doloroso, y
que indica que la leche empieza a fluir hacia el pezón. Hay un 75% de mujeres que perciben
más de una subida de la leche en una misma toma, mientras que un 30% no nota jamás la
subida de leche. Ambas situaciones son perfectamente normales y no revisten mayor
importancia, puesto que no afectan en absoluto el transcurso de la lactancia.
La oxitocina provoca la subida de la leche. Hay fibras musculares que rodean los alveolos y
que, al contraerse, “exprimen” la leche. La oxitocina no sólo responde a los estímulos táctiles,
sino que a veces basta con oír llorar al bebé, pensar en él u oler su ropita para desencadenar un
flujo de oxitocina en sangre. Cuando esto ocurre, la madre siente que el pecho se llena de
leche y gotea.
Factores como el miedo, la falta de confianza en el propio cuerpo o el alcohol pueden
bloquear momentáneamente este flujo de oxitocina y dificultar un poco la toma, por lo que es
de vital importancia que la madre esté tranquila y confiada para que todo fluya, literalmente.
La prolactina hace que la glándula mamaria fabrique leche. Cada vez que el niño mama, un
torrente de prolactina es liberado en la sangre materna. Esta hormona es la que se encarga de
dar la orden de fabricar leche a las células de los alveolos. Si el niño tiene poco apetito, si se le
hace esperar o no se le da de comer siempre que lo pide, mama poco y se produce menos
leche. Cuando hay partos múltiples, se produce una estimulación doble o triple, la necesaria
para atender a la demanda de producción de dos o más bebés.
Hacia los 6 meses posparto, los niveles basales de prolactina disminuyen, puesto que para
entonces la glándula mamaria ya funciona por sí sola, es una unidad independiente de
fabricación. Esta glándula autocrina funciona de otra manera: si el bebé saca mucha leche, la
madre fabrica mucha leche; si por el contrario mama poco, el FIL o Factor Inhibidor de la
Lactancia mantiene a raya la producción de leche.
El FIL o Factor Inhibidor de la Lactancia es una proteína que está presente en la leche.
Cuando el niño mama mucho, al sacar la leche saca también el inhibidor, y en las próximas
horas la leche se fabricará a toda velocidad. Si el niño mama poco, el inhibidor se queda
dentro, y el pecho fabrica poca leche. A los 6 meses posparto, los niveles basales de prolactina
vuelven a alcanzar los valores anteriores al embarazo, y tiene más importancia el FIL que dicha
hormona para el mantenimiento de la producción láctea.
Desde hace algún tiempo me noto los pechos blandos, ¿me estoy quedando sin leche?
Como hemos dicho ya, la glándula mamaria es un mecanismo que se autorregula. Durante las
primeras semanas de vida de tu hijo, el pecho está en prácticas, por así decirlo. Para que no
falte leche, se fabrica más de la necesaria. De este modo se asegura de que el bebé no pasará
hambre. Cuando la glándula empieza a adaptarse a la demanda del bebé, ajusta la oferta y,
por pura logística, fabrica la leche sólo cuando el bebé la pide. Desde que un bebé se pone al
pecho hasta que se produce el reflejo de eyección pasan 2,2 minutos de media. A partir de los
3 meses, las madres sienten los pechos blandos y pueden creer que no tienen leche. Si a esto
se le une la crisis de los tres meses, la madre puede interpretarla como una sensación de
rechazo por parte del niño a causa de la falta de leche. Nada más lejos de la realidad. Lo único
que ocurre es que la glándula mamaria se ha regulado perfectamente.
Hipotiroidismo no controlado
Hipoplasia mamaria
SOP (Síndrome de Ovarios Poliquísticos)
Síndrome de Sheehan
Reducción mamaria reciente
Tanto las mujeres con hipotiroidismo como las que sufren de SOP pueden tomar medicación
específica para su enfermedad sin riesgo alguno para el bebé. Al normalizar los niveles
hormonales, la medicación regula la producción de leche.
La hipoplasia mamaria es el desarrollo incompleto o detenido de la glándula mamaria durante
la pubertad. A menudo con hiperestimulación se puede amamantar de forma mixta y, en
algunos casos, incluso completa.
En el caso de las mujeres que se han sometido a operaciones de reducción mamaria, hay que
valorar cada caso de manera individual. Todo va a depender del tipo de incisión realizada para
hacer la reducción y del tiempo transcurrido desde que se realizó la misma, pues los
conductos seccionados durante la operación pueden haberse recanalizado de forma
espontánea. Las mujeres que se hallan en esta situación y desean dar el pecho a sus bebés
deben acudir a un grupo de apoyo a la lactancia ya durante el embarazo.
Entonces, si la leche materna siempre es buena y casi todas las madres producen leche
suficiente, ¿por qué hay tantas mujeres que aseguran que no pudieron amamantar porque sus
hijos pasaban hambre?
Es complicado encontrar una sola razón, pues pueden haber pasado muchas cosas.
Como se ha dicho ya, la hipogalactia verdadera es una condición muy rara. En la mayoría de
los casos, lo que la madre percibe como una producción insuficiente es en realidad una
cascada de problemas que tuvo su origen en una mala técnica, un frenillo lingual corto, la
imposición de horarios para dar el pecho o las recomendaciones contradictorias o erróneas.
Hay toda una generación de mujeres, hoy abuelas, que no dieron el pecho a sus hijos, lo que
significa que se rompió la cadena de transmisión familiar de la cultura de la lactancia.
Los grupos de apoyo a la lactancia intentamos suplir, en la medida de lo posible, esa labor
ancestral que realizaban las mujeres mayores de la familia, arropando con su sabiduría y
experiencia a las que se convertían en madres por primera vez. Para ello, ofrecemos
información veraz y actualizada, así como un espacio en el que compartir nuestras vivencias
con otras madres que dan el pecho.
Me han dicho que si dejo mamar al bebé todo el tiempo que quiera, al final sólo va a tragar
aire, ¿es verdad? ¿No es mejor dar el pecho con horarios?
Los bebés utilizan dos tipos de succión: succión nutritiva y succión no nutritiva. Las dos son
necesarias, y mientras realizan la succión no nutritiva los niños se alimentan y se relajan. Si
están bien colocados, con la succión no nutritiva no van a tragar aire, sólo leche.
El pecho no se puede dar con horarios, pues eso impide que los bebés regulen la cantidad de
leche que toman y la composición de la misma. En condiciones normales, lo consiguen
haciendo tomas más cortas o más largas y espaciándolas más o menos. Así, habrá momentos
en los que sólo necesiten un poco de leche para calmar la sed (o el miedo, o conciliar el sueño)
y otros en los que hagan una toma larga y completa. Hay que confiar en la capacidad del niño
para regular la cantidad de leche y el tiempo que necesita para comer.
La lactancia siempre debe respetar la demanda del bebé, pero hay momentos en los que la
demanda de la madre también cuenta. Si ésta necesita dar el pecho (por tener una
ingurgitación u obstrucción, para poder salir a trabajar, etcétera), puede ofrecer el pecho al
bebé en cualquier momento.
Sólo se recomienda que los padres marquen la demanda del niño en casos excepcionales:
bebés enfermos, prematuros, niños que no aumentan de peso, recién nacidos
extremadamente soñolientos, etcétera.
Mi hijo usa el pecho como si fuera un chupete ¿Qué puedo hacer para que no lo haga?
Como hemos dicho los bebés utilizan dos tipos de succión: nutritiva y no nutritiva.
La succión no nutritiva (SNN) se ha ganado muy mala fama y muchas veces se recomienda a
las madres evitar que sus hijos la practiquen. La SNN forma parte de un ciclo de succión
completo y pese a lo que indica su nombre los bebés que la realizan sí se están alimentando.
Se trata de una succión acumulativa, los bebés succionan el pecho con un ritmo lento, en cada
succión acumulan leche en la boca, es la leche más densa y con más contenido graso, y
cuando tienen la boca llena después de 4-6 succiones la tragan.
La SNN no debería ser reprimida pues entre sus funciones, dejando a parte la nutricional,
destaca por ser un entrenamiento para la succión nutritiva. Además permite al bebé relajarse
y satisfacer su necesidad de succión.
En la cultura china se da a las madres una sopa caliente de jengibre y pollo. En Sudamérica se
les prepara un caldo a base de pollo y verduras. En otras latitudes se recomiendan: las
sardinas, el bacalao, los guisantes, la alfalfa, el cardo santo o el cardo mariano, la levadura de
cerveza, la leche de vaca, las larvas de mosca azul….
Lo único que aumenta la producción de leche de una mujer es la succión eficaz y el vaciado de
la glándula mamaria, algo que el bebé consigue si mama a demanda y de manera correcta (o,
en su defecto, si la madre utiliza un sacaleches).
La succión y el vaciado inducen al cuerpo a producir más leche, ya que aumentan los niveles
de prolactina en sangre y eliminan del interior de la glándula el factor inhibidor de la lactancia
(FIL).