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OBESIDAD Y SÍNDROME METABÓLICO

J Bel Comós, M Murillo Valles


Unitat d’Endocrinologia Pediátrica. Servei de Pediatria.
Hospital Universitari Germans Trias i Pujol. Badalona (Barcelona).

Bel Comós J, Murillo Valles M. Obesidad y síndrome metabólico.


Protoc diagn ter pediatr. 2011:1:228-35

La epidemia mundial de obesidad en la infancia do principalmente en sujetos obesos, que con-


y adolescencia observada en las últimas déca- siste en la presencia de resistencia a la acción
das ha supuesto la aparición en Pediatría de al- de la insulina en el metabolismo de hidratos
teraciones hasta ahora más propias de la edad de carbono y lípidos. La RI parece ser una va-
adulta, como el síndrome metabólico (SM). riable necesaria pero no suficiente para el des-
arrollo de SM.
El SM en el adulto se ha definido como la agru-
pación de factores como resistencia a insulina, En la literatura pediátrica se han realizado di-
hipertensión, dislipemia, intolerancia a gluco- versos intentos de caracterización del SM pe-
sa y otras alteraciones metabólicas, que se diátrico con un significado similar al SM del
asocian a un aumento del riesgo de enferme- adulto. Las dificultades para concretar una de-
dad arterioesclerótica cardiovascular. finición ampliamente aceptada de SM en la
infancia y adolescencia incluyen, en algunos
El objetivo de este protocolo es no tanto la de- componentes del SM (colesterol HDL, triglicé-
finición de SM en la infancia y adolescencia, ridos, cintura abdominal y presión arterial), la
como el planteamiento de una serie de cues- falta de valores normativos que puedan apli-
tiones acerca del significado e importancia clí- carse en todo el mundo, diferencias étnicas, el
nicos del SM en estas edades. La gran variabili- uso de valores normativos únicos para las dife-
dad observada en el concepto y en la defini- rentes edades pediátricas, el hecho de que las
ción de SM pediátrico plantea interrogantes alteraciones en los indicadores metabólicos en
acerca de su utilidad real en el contexto clíni- la mayoría de los niños son cuantitativamente
co, y es por ello que algunos autores, más que moderadas, la ausencia de un rango de nor-
referirse a SM, prefieren expresar el riesgo en malidad para la insulina en la infancia y la RI
términos de factores de riesgo cardiometabó- fisiológica de la pubertad. Estudios realizados
lico. Por otro lado, la escasa información de en niños y adolescentes obesos han mostrado
que se dispone no permite conocer bien hasta claramente cómo los cambios introducidos en
qué punto el SM pediátrico predice la enfer- las definiciones de SM determinan de forma
medad adulta. importante la prevalencia de la enfermedad,
que oscilaría entre el 15 y el 50% en función de
Un factor clave en la patogénesis del SM es la los criterios utilizados. Además, dado que el
resistencia a insulina (RI), fenómeno observa- SM está directamente relacionado con la obe-

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sidad, la prevalencia de aquel aumenta a me- SÍNDROME METABÓLICO Y RESISTENCIA


dida que aumentan la prevalencia y la intensi- A INSULINA
dad de la obesidad.
Los precursores de la enfermedad arterioes-
Recientemente, con la idea de intentar supe- clerótica cardiovascular del adulto están ya
rar los conflictos generados por las diferentes presentes en la adolescencia. Estudios en au-
definiciones, el grupo de consenso de la Inter- topsias han demostrado que la presencia de
national Diabetes Federation (IDF) ha pro- arterioesclerosis precoz en aorta y arterias co-
puesto una definición de SM en la infancia y ronarias está directamente asociada a los ni-
adolescencia, de fácil aplicación en la práctica veles de lípidos, presión arterial y obesidad en
clínica (tabla 1). los adolescentes y adultos jóvenes.

De acuerdo con estos criterios no se puede La obesidad abdominal y la RI están relaciona-


diagnosticar síndrome metabólico en los me- das con el desarrollo de SM y riesgo cardiovas-
nores de seis años, pero se sugiere seguimien- cular. La RI es un factor clave en la patogenia
to estricto en función de antecedentes fami- del SM, aunque la relación entre la RI y los
liares. componentes de SM es compleja. Weiss et al.
han demostrado que el aumento de RI es pa-
El análisis de la utilidad de esta reciente defi- ralelo al aumento de SM en niños y adolescen-
nición, basada en percentiles y en grupos de tes obesos.
edad, requiere estudios longitudinales. Más
allá de la definición, la identificación precoz Aunque la obesidad es la causa principal de RI
de los componentes específicos del SM tiene en los obesos, conviene no olvidar que, en la
una importancia fundamental para controlar pubertad, los niños presentan aumento fisio-
correctamente la evolución y el tratamiento lógico y transitorio de RI.
de los niños que desarrollarán alteraciones
metabólicas y cardiovasculares en la vida En los pacientes obesos, el acúmulo de ácidos
adulta. grasos libres en el hígado, las células adiposas,

Tabla 1. Criterios de síndrome metabólico en la infancia y adolescencia de la International Diabetes


Federation. El diagnóstico requiere la presencia de obesidad central y como mínimo dos de los criterios
restantes.

Edad Obesidad Triglicéridos HDL colesterol Presión arterial Glucosa


(cintura abdominal) (mg/dl) (mg/dl) (mm/Hg) (mg/dl)
6 < 10 ≥ P90 – – – –

10 < 16 ≥ P90 o criterio ≥ 150 < 40 Sistólica: > 130 SOG > 100
adulto, si este Diastólica: > 85 o diabetes tipo 2
es menor
> 16 Varones: ≥ 94 cm ≥ 150 Varones: <40 Sistólica: > 130 SOG > 100 o
(criterios del adulto) Mujeres: ≥ 80 cm Mujeres: <50 Diastólica: > 85 diabetes tipo 2
P90: percentil 90; SOG: sobrecarga oral de glucosa.

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el páncreas y, sobre todo, el músculo esquelé- tos de diferentes estudios realizados en niños
tico, interfiere en el normal funcionamiento obesos, definidos como IMC superior al percen-
de la insulina y parece ser el determinante pri- til 95 para edad y sexo, muestran la presencia
mario del aumento de RI. Además, el acúmulo de una clara asociación entre intensidad de la
de ácidos grasos en el hígado induce a RI, dis- obesidad y SM. Sin embargo, la obesidad per
minuyendo la capacidad de la insulina de su- se, es decir, el IMC, no es un marcador suficien-
presión de la producción de glucosa. En estas te para identificar a los niños con riesgo de RI y
condiciones, la hiperinsulinemia promueve SM y, como consecuencia, riesgo cardiometa-
que el hígado aumente la producción de grasa bólico. La distribución de la grasa influye de
y genere hipertrigliceridemia. Por otro lado, la forma significativa en el desarrollo de las com-
RI en las células adiposas da lugar a incremen- plicaciones metabólicas de la obesidad y, de
to de lipolisis con la consiguiente hiperlipide- hecho, el acúmulo de grasa visceral se asocia al
mia. Como consecuencia de la RI, el páncreas desarrollo de SM en la infancia y de enferme-
necesita incrementar la producción de insuli- dad cardiovascular en el adulto. La circunferen-
na para mantener los niveles normales de glu- cia de la cintura abdominal (CC) ha sido reco-
cemia, promoviendo con ello el acúmulo de nocida como el mejor indicador clínico de acú-
ácidos grasos y generando un círculo vicioso mulo de grasa visceral y, por ello, la CC puede
que empeora la RI. ser una medida más adecuada en términos de
SM y riesgo cardiometabólico. Existen valores
Estudios en adultos sugieren que uno de los de referencia de CC en niños procedentes de di-
mecanismos fisiopatológicos básicos en el versos estudios, pero, a pesar de ello, todavía
desarrollo de SM es la RI, pero no el único, da- no es habitual su uso en la práctica clínica.
do que no todos los pacientes con RI desarro-
llan SM. En este proceso están implicados, Estudios realizados en niños con el mismo gra-
además de la obesidad y la RI, factores infla- do de obesidad muestran que los sujetos con
matorios, adipocitocinas, estrés oxidativo, fac- mayor CC es más probable que presenten fac-
tores vasculares y factores hereditarios y étni- tores de riesgo cardiometabólico alterados
cos. De hecho, el rango de influencia genética cuando se comparan con los de menor CC. De
se estima importante en relación a la obesi- hecho, el aumento de CC se asocia a presión
dad, la presión arterial y los niveles de lípidos. arterial elevada, aumento de los niveles plas-
La interacción multifactorial inducirá al des- máticos de colesterol LDL, triglicéridos e insuli-
arrollo de SM y al consiguiente riesgo cardio- na y disminución de colesterol HDL. La asocia-
metabólico. ción entre CC y este grupo de factores de ries-
go cardiovascular no es solo el reflejo de un
cierto grado de obesidad, sino que parece te-
IDENTIFICACIÓN DE NIÑOS Y ADOLESCENTES ner connotaciones fisiopatológicas, aunque
CON SÍNDROME METABÓLICO los mecanismos implicados no sean claramen-
te conocidos.
El índice de masa corporal (IMC) es la medida
más utilizada en la práctica clínica para deter- A pesar de las recomendaciones, el uso de la
minar el grado de obesidad en la infancia. Da- medida de CC en niños y adolescentes para

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diagnosticar obesidad abdominal es dificulto- tarán en la adolescencia. El perfil más caracte-


so por la falta de guías específicas normativas rístico es hipertensión arterial sistólica en una
de uso clínico. primera fase, acompañada en una fase poste-
rior de hipertensión arterial diastólica.
Aunque el examen físico con las medidas de
IMC y CC es básico, la historia familiar debe ser El perfil lipídico alterado más frecuente que
bien investigada, dada la influencia demostra- presentan los pacientes con RI y SM se carac-
da de factores hereditarios en el desarrollo de teriza básicamente por aumento de triglicéri-
los diversos componentes del SM. Además, es- dos y disminución de colesterol HDL.
tudios recientes demuestran que los niños
que no desarrollan SM de forma precoz son El acúmulo intrahepático de grasa es el res-
menos propensos a desarrollarlo más tardía- ponsable del desarrollo del “hígado graso no
mente. alcohólico”, entidad de importancia emergen-
te en la obesidad infantil. El hígado graso no
alcohólico es una entidad clínico-patológica
FENOTIPO METABÓLICO DE NIÑOS que engloba un espectro amplio de alteracio-
Y ADOLESCENTES CON SÍNDROME nes hepáticas, que incluyen desde la esteato-
METABÓLICO sis hepática simple a esteatohepatitis, fibrosis
y cirrosis hepática. La prevalencia en Pediatría
Estudios recientes sugieren que existe un fe- es difícil de determinar, dado que la confirma-
notipo específico de obesidad, que se asocia a ción diagnóstica requiere biopsia hepática. La
alteraciones en la sensibilidad a la insulina y a mayoría de niños con hígado graso no alcohó-
complicaciones cardiometabólicas. Este feno- lico son asintomáticos. El aumento de alanino
tipo se caracteriza por una alta proporción de aminotransferasa (ALT), aunque no siempre
grasa visceral y relativamente poca grasa sub- presente, y la ecografía hepática pueden ser
cutánea, además de aumento de grasa in- útiles para su diagnóstico.
trahepática e intramiocelular. Este fenotipo no
coincide necesariamente con los adolescentes La historia natural del hígado graso no es bien
más obesos. conocida. Su patogenia es multifactorial, y pa-
rece que la RI y el estrés oxidativo estarían im-
La RI constituye uno de los mecanismos fisio- plicados en su desarrollo. El acúmulo de grasa
patológicos básicos en el desarrollo de SM y, abdominal se asocia a acúmulo de grasa visce-
por ello, se recomienda su investigación en to- ral, esteatosis muscular y hepática, RI, triglicé-
dos los pacientes de riesgo. ridos elevados, colesterol HDL disminuido y
adiponectina disminuida. En niños y adoles-
La hipertensión arterial es uno de los compo- centes obesos, el acúmulo de grasa intrahepá-
nentes básicos del SM. Diversos estudios tica se relaciona con la presencia de compo-
muestran una relación significativa entre los nentes de SM como RI, dislipemia y alteración
niveles de insulina y la presión arterial de los del metabolismo de glucosa. Aunque tradicio-
niños y, además, la insulinemia se correlaciona nalmente el hígado graso en el joven obeso no
bien con la presión arterial futura que presen- se ha incluido en la definición de SM, parece

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obvio que no solo se trata de un marcador de fermedad cardiovascular. Diversos estudios


enfermedad hepática, sino que puede ser con- demuestran que la arteriosclerosis y la en-
siderado la manifestación hepática del SM y, fermedad cardiovascular del adulto comien-
como tal, se asocia a factores de riesgo cardio- zan y progresan lentamente en la infancia y
vascular. La relación entre la esteatosis hepáti- adolescencia. La PCR es un indicador sensi-
ca y las alteraciones asociadas a RI es comple- ble y precoz de proceso arteriosclerótico y
ja, pero parece evidente que representa una enfermedad cardiovascular. La disfunción
alteración metabólica destacable en los obe- del endotelio y el aumento del tamaño de la
sos y por ello debe identificarse precozmente. íntima y la media de la pared arterial se con-
sideran los cambios más precoces de arte-
La obesidad se asocia a inflamación sistémica riosclerosis.
crónica de bajo grado, caracterizada básica-
mente por la presencia de niveles plasmáticos Intolerancia a glucosa y diabetes tipo 2
elevados de proteína C reactiva (PCR). El au-
mento de la PCR se asocia a RI y presencia de La RI presente en niños y adolescentes obesos
componentes del SM en niños y adolescentes induce hiperinsulinemia compensadora se-
obesos. No se conoce bien si el estado proinfla- cundaria, con el objetivo de mantener la glu-
matorio sería causa o consecuencia de SM y RI. cosa en niveles normales; en una fase más
Otras adipocitocinas proinflamatorias como avanzada, la secreción de la célula β pancreáti-
IL-6 están aumentadas, y los resultados con re- ca puede deteriorarse y ser insuficiente para
lación al TNF-α son menos claros, aunque sí se mantener la glucosa dentro del rango de nor-
ha demostrado claramente su relación con RI. malidad.
Por el contrario, los niveles de adiponectina, ci-
tocina antiaterogénica, antidiabetogénica y La American Diabetes Association (tabla 2)
antiinflamatoria, están disminuidos en los ni- establece los criterios para diagnosticar los di-
ños obesos. versos estadios de intolerancia a glucosa y dia-
betes tipo 2. La glucosa basal alterada, la into-
La obesidad en la infancia se asocia a morta- lerancia a glucosa y la diabetes tipo 2 son
lidad aumentada en el adulto debida a en- componentes del SM.

Tabla 2. Criterios de la American Diabetes Association para el diagnóstico de tolerancia a glucosa alterada
y de diabetes.

Glucosa Normal Alterada Diabetes


Ayunas < 100 mg/dl 100-125 mg/dl* ≥ 126 mg/dl
SOG (2 horas) < 140 mg/dl 140-199 mg/dl** ≥ 200 mg/dl
Casual – – ≥ 200 mg/dl + clínica***
SOG: sobrecarga oral de glucosa.
*Glucosa en ayunas alterada.
**Intolerancia a glucosa.
***Poliuria, polidipsia.

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Estudios epidemiológicos demuestran que la nos. La prevalencia de intolerancia a la glu-


glucosa en ayunas alterada y la intolerancia a cosa en niños obesos en Estados Unidos se
la glucosa son dos categorías de individuos estima en un 15%, y la prevalencia de diabe-
distintas y solo unos pocos presentan ambas. tes tipo 2 en un 5%; en Europa, la prevalen-
cia es menor.
La incidencia de diabetes tipo 2 es mayor en
niños y adolescentes pertenecientes a mino- La progresión de RI y metabolismo de glucosa
rías étnicas, como afroamericanos o hispa- alterado a diabetes tipo 2 ha sido bien docu-

Tabla 3. Tratamiento: recomendaciones.

Nivel 1 Nivel 2
Estilo de vida
Dieta Aporte de calorías adecuado para crecer. Grasa total 25%-35% –
de calorías, grasa saturada < 7%, grasa trans < 1%, colesterol
< 300 mg/día
IMC: P85-P95 Mantener IMC hasta que, con la edad, se alcance –
un IMC < P85
Niños 2-4 años: reducir IMC con ganancia de peso < 1 kg
por 2 cm de talla
Niños ≥ 4 años: mantener IMC o mantener peso hasta,
con la edad, alcanzar un IMC normal
IMC > P95 Infancia: mantener peso Dietista
Adolescencia: pérdida gradual de peso (1-2 kg/mes)
IMC ≥ P95 y comorbilidad Pérdida gradual de peso (1-2 kg/mes); valorar terapia Dietista ± terapia
adicional para alteraciones asociadas farmacológica
Actividad física Objetivo: ≥ 1 hora/día de actividad física; tiempo TV + –
ordenador ≤ 2 horas/día
Estimular la actividad física
Presión arterial
PA sistólica +/-diastólica = P90-P95 o PA > Pérdida de peso (1-2 kg/mes) hasta alcanzar un IMC normal: Dietista
120/80 mm Hg (tres determinaciones disminuir ingesta calórica y aumentar actividad física
en un mes) y exceso de peso
PA sistólica ± diastólica > P95 Pérdida de peso: disminuir ingesta y aumentar actividad Tratamiento
(confirmado) física farmacológico
Lípidos: triglicéridos
TG = 150-400 mg/dl Disminuir ingesta calórica, grasa saturada y grasa trans, –
y aumentar actividad física
TG > 400 mg/dl y exceso peso Dietista. actividad física Valorar tratamiento
farmacológico
Glucosa
Glucosa ayunas: 100-126 mg/dl Pérdida peso (1-2 kg/mes) hasta IMC normal: –
y exceso peso disminuir ingesta y aumentar actividad física
Glucosa ayunas 100-126 mg/dl repetida Control endocrinólogo pediátrico Valorar tratamiento
farmacológico
Glucosa casual > 200 mg/dl o glucosa Control endocrinólogo pediátrico; –
en ayunas > 126 mg/dl tratamiento farmacológico de diabetes
tipo 2. Mantener HbA1c < 7%
Adaptado de: Daniels SR, Eckel RH, Hayman L, Lustig RH, McCrindle B et al. Circulation. 2009;119:628-47.

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mentada. La identificación de niños con gluco- mientos orientados a los diversos componen-
sa basal alterada es importante, dado que un tes del SM pueden mejorar el perfil de riesgo
tratamiento adecuado puede disminuir su cardiovascular de estos pacientes.
progresión a diabetes tipo 2.

Los pacientes obesos desarrollan diferentes CONSIDERACIONES FINALES


grados de RI, pero no todos presentan el me-
tabolismo de la glucosa alterado ni evolucio- Los conocimientos actuales no permiten de-
nan a diabetes tipo 2. Los factores que deter- terminar claramente la relación entre los
minan que unos individuos sean más pro- factores de riesgo individuales, su agrupa-
pensos a evolucionar a diabetes tipo 2 no ción y la enfermedad arterioesclerótica. Los
son bien conocidos. Se observa una impor- factores de riesgo implicados, en realidad,
tante tendencia familiar, indicativa de una suponen un continuum en cuanto a riesgo, y
significativa predisposición genética. Los no hay duda que el proceso arterioescleróti-
adolescentes obesos con tolerancia normal a co se acelera de forma exponencial con el
la glucosa que posteriormente desarrollan incremento de factores de riesgo cardiovas-
intolerancia a glucosa presentarían un de- cular. La definición dicotómica de SM en la
fecto primario en la función de la célula β infancia, a pesar de diversos intentos, sigue
pancreática. La diabetes tipo 2 en el niño y sin generar amplio consenso. Dado que no
eladolescente es un fenómeno reciente y por disponemos de tratamiento específico basa-
ello se requieren estudios longitudinales pa- do en la fisiopatología del SM, sigue siendo
ra valorar su evolución. aconsejable la reducción de peso y el au-
mento de actividad física, además de la te-
rapia específica de cada factor de riesgo
TRATAMIENTO cuando se requiera. Esta estrategia de trata-
miento no debería cambiar por el hecho de
La combinación de dieta y actividad física es catalogar o no al paciente como portador de
la que aporta mayores beneficios en los niños SM, y no existe evidencia suficiente para in-
y adolescentes obesos con SM. El objetivo dicar un tratamiento más agresivo en caso
principal es reducir la obesidad, aumentar la de SM. Por ello, lo más importante es la
actividad física e iniciar tratamiento específi- identificación y el tratamiento de los diver-
co para los diversos componentes de SM sos factores de riesgo cardiometabólico pe-
cuando esté indicado (tabla 3). La modifica- diátrico, estén o no relacionados con el SM.
ción de hábitos debe permitir perder peso, Estudios metabólicos, genéticos y evolutivos
mejorar la composición corporal y modificar de la infancia al adulto nos van a permitir
positivamente muchos de los componentes conocer mejor los factores de riesgo cardio-
del SM. Incluso sin pérdida de peso significati- metabólico y el síndrome metabólico pediá-
va, los cambios en el estilo de vida y los trata- trico.

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