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2013 12 18VisionGeneralHumanista
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LAS RUPTURAS
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comprensivo de los significados, valores, objetivos y
propósitos de las acciones humanas: "no existe un mundo
único y objetivo, sino una pluralidad de mundos, tantos
como actitudes e intenciones del hombre" (GARCÍA RAMÓN,
1985, p. 220). Frente a la ciencia cuantitativa y
analítica, que exalta la técnica, glorifica los números y
divide los problemas, propone un enfoque globalizador,
holístico y subjetivo, basado en la aproximación empática a
través de la experiencia vital concreta, en el que la
intuición vuelva a tener una función cognitiva.
En su vertiente fenomenológico-existencialista, la
Geografía humanística rechaza toda división rígida entre el
mundo objetivo y el mundo subjetivo, porque:
"el mundo encuentra su coherencia en nuestros conceptos
organizadores y constituye una extensión de nuestra
conciencia; el sujeto está implicado en el proceso de
conocimiento, no puede existir separación entre hechos y
valores" (BAYLLY y POCCOCK, 1995, p. 166)
LAS CONTINUIDADES
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Sin embargo, esta indudable ruptura se produce en el
marco de un proceso más complejo de evoluciones internas,
autocríticas y, también, de recuperación de tradiciones
que, en realidad nunca habían dejado de manifestarse. En
primer lugar, el regreso a la preocupación por los factores
subjetivos se produjo desde el interior del paradigma
positivista, al calor del renovado interés por el
comportamiento humano, dentro de las versiones iniciales de
la Geografía del comportamiento y de la percepción, como
hemos visto en el tema anterior (ver CRITICA Y PERVIVENCIA
DE LA GEOGRAFIA TEÓRICA-CUANTITATIVA. LA CIENCIA ESPACIAL
EN LA ACTUALIDAD). A esto hay que añadir, que los enfoques
cuantitativos, nunca desbancados y frecuentemente
escépticos frente a muchos de los planteamientos
humanísticos, han sabido incorporar una parte de las
críticas dirigidas a deficiencias realmente existentes en
las concepciones neopositivistas. De esta manera, algunos
autores han intentado desarrollar vías intermedias,
generalmente sesgadas hacia los enfoques positivistas o
humanistas.
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la evolución de los fenómenos para poder entender realmente
el mundo. El enfoque histórico de los problemas y la
formación histórica del investigador se consideran
esenciales.
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en ellos. Según el geógrafo humanista Edward RELPH, estos
sentimientos pueden ser de atracción positiva (topofilia),
de rechazo (topofobia) o de carácter mítico-religioso
(geopiedad). Además, la ausencia de sentido de lugar o
deslocalización (absense de sens du lieu, placelessness),
antítesis de la identidad humana, constituiría un
obstáculo, insuperable a largo plazo, para el bienestar de
los seres humanos (RELPH, 1976, cit. por García Ramón,
1985, p. 221).
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recuerdo el tacto de la hierba bajo los pies desnudos, los
olores y sonidos de las distintas estaciones ..." (BUTTIMER,
1980, recopilado en García Ramón, 1985, p. 233).
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sobre esto también podría haber un acuerdo generalizado-,
la Geografía de los fenomenólogos no intenta resolver los
problemas de justicia social que motivan a los radicales.
La Geografía humanista se interroga sobre lo que da sentido
a su existencia más que sobre las condiciones materiales de
su actividad. Los geógrafos marxistas y humanistas se
plantean cuestiones muy diferentes sobre la vida social:
los primeros tienden a indagar sobre la desigualdad social
y los últimos sobre las significaciones.
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medio de comprensión de la sensibilidad sobre el entorno,
además de ayudar a la elaboración o confirmación de las
hipótesis de trabajo (BAILLY y POCOCOCK, 1995, p. 167). Las
novelas y las obras literarias en general se convierten en
una importante fuente geográfica, lo que ha influido en la
renovación del gusto por los libros de viaje, por su gran
interés para la comprensión de la génesis de las categorías
sobre los valores de los lugares y del paisaje.
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sin duda la Geografía humanística ha potenciado una
dimensión genuinamente cultural del punto de vista
geográfico:
"No se trata sólo ... de insistir, según se ha venido
haciendo con bastante frecuencia, en la consideración de la
terminología, los conceptos o las ideas generales que
aparecen en cada caso, sino de atender al propio plano
discursivo del lenguaje, a las formas de expresión, que
constituyen el estilo... Son precisamente las formas de
expresión, las figuras del discurso, el estilo del lenguaje
de los geógrafos lo que mejor denota el signo cultural de su
punto de vista" (ORTEGA CANTERO, 1987, p. 110).