Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A LOS 7
MONUMENTOS.
1
INTRODUCCION
El jueves por la Noche Nuestro Señor sufrió en el huerto de los olivos todo
el peso de nuestros pecados, luego fue traicionado y hecho prisionero,
sometido a un juicio injusto, para ser condenado en la mañana por Poncio
Pilato.
Jesucristo esta noche no tubo reposo, y nosotros nos predisponemos a
acompañarlo cuando ya es llegada su hora.
La segunda persona de la Santísima Trinidad va a ser crucificada, por el
mundo, por mí. Pero no en vano, sino abriendo las puertas del cielo a
quienes lo crucificamos.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor,
Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Jaculatoria inicial.
V:¡Alabado y ensalzado sea en cada Monumento, el Santísimo y Divino
Sacramento!
R: Sea por siempre Bendito y Alabado
EXAMEN DE CONCIENCIA
ACTO DE CONTRICCION.
V: Señor Peque.
R: ¡Ten piedad y Misericordia de mi!
Oración introductoria
"Te suplicamos, Señor, que seas nuestra ayuda y nuestro refugio.
Ven en auxilio de los que se encuentran afligidos por las necesidades de
la vida. Levanta a los que han caído. Escucha los que te suplican. Da
remedio a los débiles. Endereza los caminos de los que andan errantes.
Sacia a los hambrientos. Libera a los cautivos. Reconforta a los que se
encuentran en el trance de la muerte: para que todos sepan que tú eres
el único y verdadero Dios, que Jesucristo lo es en ti, y que nosotros
somos tu pueblo y tu rebaño. R. Amén.
2
PRIMER MONUMENTO
PROCESION
I. Salmo 6
Ant: Señor, no me corrijas con ira.
Señor, no me corrijas con ira,
no me castigues con cólera.
Misericordia, Señor, que desfallezco;
cura, Señor, mis huesos dislocados.
Tengo el alma en delirio,
y tú, Señor, ¿hasta cuando?
Kyrie, eleison
Christe, eleison
3
Kyrie, eleison
Padre nuestro...
Súplicas
V. Vuélvete, Señor, liberta mi alma
R. Sálvame por tu misericordia
V. Atiéndeme y respóndeme, Señor Dios mío
R. Da luz a mis ojos, para que no me duerma en la muerte; para que no
diga mi enemigo: “Le he podido”
V. Absuélveme de lo que se me oculta
R. Preserva a tu siervo de la arrogancia
Oración
Tú, que a todos escuchas, oh Dios, escucha nuestro llanto, ^ escucha la
voz de nuestras súplicas, concede una constante protección a nuestras
flaquezas y, al mismo tiempo que aceptas de buen grado el gemido de
nuestro esfuerzo, danos siempre el consuelo de tu misericordia. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
4
8 Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si
no te lavo, no tienes parte conmigo».
9 Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y
la cabeza».
10 Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo
limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos».
11 Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios
todos».
12 Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y
les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?
13 Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo
soy.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros
también debéis lavaros los pies unos a otros.
15 Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como
yo he hecho con vosotros.
16 «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el
enviado más que el que le envía.
17 «Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís.
18 No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero
tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra
mí su talón.
19 «Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando
suceda, creáis que Yo Soy.
20 En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a
mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado».
21 Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró:
«En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará».
22 Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba.
23 Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado
de Jesús.
24 Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está
hablando».
5
25 El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?»
26 Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar».
Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón
Iscariote.
27 Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que
vas a hacer, hazlo pronto».
28 Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía.
29 Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería
decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a
los pobres.
30 En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
31 Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del
hombre y Dios ha sido glorificado en él.
32 Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí
mismo y le glorificará pronto».
33 «Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me
buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy,
vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.
34 Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros.
Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los
otros.
35 En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los
unos a los otros».
36 Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió:
«Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde».
37 Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida
por ti».
38 Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en
verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres
veces».
6
MEDITACION
PRIMERA VISITA
FORMA 1
Se hace en recuerdo del camino que recorrió Jesús desde el lugar de la Ultima Cena
hasta el Monte de los Olivos.
Huerto
Jesús se dirige confiadamente al Padre. Muestra en su oración el deseo de hacer su
voluntad y lo mucho que le cuesta aceptarla. Padre mío, si no es posible que ésto
pase sin que yo lo beba, hágase tu voluntad (Mt.). Se enfrenta a la muerte, al
desprecio, a la traición, al dolor físico. Pero, sobre todo, se encuentra solo ante
todos los pecados del mundo: engaños, delitos, impurezas, robos, abandono, olvido,
blasfemias, imprudencias, vicios, traiciones, falsedades, desatinos, complicidades...
Esto es lo que realmente le pesa y lo abruma.
Se podría pensar que Jesús sufre y expía la pena de los pecados pero
permaneciendo intacto, alejado de esa escoria; por el contrario, la relación entre el
Señor y el pecado es cercana y real. Los pecados, en cierto modo, estaban sobre El,
los llevaba sobre sus espaldas: subió al madero, llevando él mismo nuestros pecados
en su cuerpo (1 Pe. 2, 24) ¡Qué carga de miseria – de nuestra miseria- hechó sobre
sí!
Es posible que en medio de aquella tristeza pudiera contemplar los frutos de su
sacrificio: la fidelidad de tantos discípulos a través de los tiempos, las
conversaciones, los que recomenzarían después de una caída, los actos heroicos de
tantos hombres y mujeres, la entrega incondicional de muchos que vendrían
después... Y, sobre todo, la alegría de su Padre al ser llamado así, Padre, por tantos
que llegarían a ser hijos en el Hijo, hermanos suyos. Quizá todos estos frutos de su
dolor ayudaron a su Santa Humanidad a repetir una y otra vez: hágase tu voluntad.
FORMA 2
Pasaje Evangélico
Mientras estaba comiendo, tomó Jesús pan y pronunciada la bendición, lo partió, y
dándoselo sus discípulos, dijo: “Tomad y comed, este es mi cuerpo”.
Tomó luego un cáliz y, dadas las gracias, se los dio diciendo: “Bebed de él todos,
porque esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos para
remisión de los pecados”.
7
Y, cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos, a una propiedad
llamada Getsemaní, (Mt. 26, 26-28,30,36).
SEGUNDO MONUMENTO
PROCESION
II. Salmo 31
Ant: Dichoso el que está absuelto de su culpa.
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
8
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison Kyrie, eleison
Padre nuestro...
Súplicas
V. No te acuerdes de los pecados de mi juventud
R. Ni de mi ignorancia
V. Acuérdate de mí con misericordia
R. Por tu bondad, Señor
V. Por el honor de tu nombre, Señor
R. Perdona mis culpas, que son muchas
9
V. Había pecado, lo reconocí
R. No te encubrí mi delito
Oración
Santo Señor, que concedes la felicidad a los que, habiendo pecado, han
confesado ante ti sus culpas, escucha las súplicas de esta familia tuya,
herida por el aguijón del pecado, y derrama sobre ella el gozo del óleo
espiritual. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
10
13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo.
14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.
15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;
16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con
vosotros para siempre,
17 el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque
no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros y en vosotros estará.
18 No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros.
19 Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis,
porque yo vivo y también vosotros viviréis.
20 Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí
y yo en vosotros.
21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y
el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré
a él».
22 Le dice Judas -no el Iscariote-: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a
manifestar a nosotros y no al mundo?»
23 Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.
24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que
escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.
25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros.
26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi
nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.
27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No
se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
28 Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros." Si me
amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más
grande que yo.
29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda
creáis.
11
30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de
este mundo. En mí no tiene ningún poder;
31 pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el
Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí».
MEDITACION
SEGUNDA VISITA
Recuerda que Jesús fue conducido desde el Huerto de los
Olivos a la casa de Anás.
FORMA 1
Judas
Jesús estaba aún hablando con sus discípulos cuando se presentó este
grupo armado, con el traidor a la cabeza.
Nos parece imposible que un hombre que ha mirado tantas veces a
Cristo, que lo ha conocido tan de cerca, pueda ser capaz de entregarlo.
Porque Judas estuvo presente en muchos milagros y había
experimentado la bondad del corazón de Jesús, y se sintió atraído por su
palabra, y, sobre todo, recibió un trato de predilección por parte de
Jesús: ¡había llegado a ser uno de sus doce más íntimos! Quizá él mismo
realizó algún milagro en aquellas horas de lealtad al Maestro.
Ser entregado por uno de los suyos fue especialmente doloroso para
Jesús. Aquel beso fue el primer golpe, durísimo, con el que se iniciaba su
Pasión. Jesús sintió enseguida como una quemadura en el rostro.
En algunos lugares de México existen Cristos de talla, cubiertos de
heridas, que llevan en la mejilla una llaga especialmente honda, llena de
sangre, a la que llaman el beso de Judas. Es el beso traidor del amigo,
las negaciones de quienes debíamos estar más cerca... Entonces le
preguntarán: ¿qué heridas son esas...? Y responderá: Son las que recibí
en la casa de mis amigos (Zac. 13, 6)
12
FORMA 2
Pasaje Evangélico
Se fue, según costumbre, al monte de los Olivos… y dijo a sus
discípulos: “Oren para que no caigan en tentación”. Se apartó de ellos, y
puesto de rodillas oraba diciendo: “Padre, si quieres aparta de Mí este
cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Lleno de angustia oraba con más insistencia, y sudó como gruesas gotas
de sangre, que corrían hasta la tierra, luego se apoderaron de Él y le
ataron.
De allí le condujeron primeramente a la casa de Anás. (Lc. 22,39-54; Jn.
18, 13)
Oración
Señor mío Jesucristo, yo te adoro y te doy gracias por el doloroso viaje
que hiciste por mi salvación, cuando habiendo sido apresado en el
Huerto de los Olivos, después de haber sudado sangre, fuiste conducido
a la casa de Anás.
Te suplico me concedas llevar con amor y paciencia tal adversidades y
saberme siempre hijo tuyo. Amén.
TERCER MONUMENTO
PROCESION
III. Salmo 37
Ant: Señor, no me corrijas con ira.
13
Señor, no me corrijas con ira,
no me castigues con cólera;
tus flechas se me han clavado,
tu mano pesa sobre mí;
ORACION
Concédenos, Señor, tú, que eres el médico poderoso de nuestras heridas
y cicatrices mortales, que nos veamos libres de todas nuestras
enfermedades, a fin de que, a los que venimos a tu presencia para
pedírtelo, nos liberes de cualquier gemido y dolor, y nos sanes de los
vicios que nos acechan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Capítulo 15 De San Juan
1 «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.
2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto,
lo limpia, para que dé más fruto.
3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado.
4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento
no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco
vosotros si no permanecéis en mí.
15
5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo
en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y
se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo
que queráis y lo conseguiréis.
8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis
discípulos.
9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros;
permaneced en mi amor.
10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo
he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo
sea colmado.
12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como
yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a
vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os
lo he dado a conocer.
16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a
vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro
fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi
nombre os lo conceda.
17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».
18 «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a
vosotros.
19 Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois
del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia
el mundo.
16
20 Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su
señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si
han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán.
21 Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no
conocen al que me ha enviado.
22 Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían
pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado.
23 El que me odia, odia también a mi Padre.
24 Si no hubiera hecho entre ellos obras que no ha hecho ningún otro,
no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y nos odian a mí y a mi
Padre.
25 Pero es para que se cumpla lo que está escrito en su Ley: Me han
odiado sin motivo.
26 Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el
Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí.
27 Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo
desde el principio.
MEDITACION
TERCER VISITA
Con ella se recuerda que Jesús fue llevado de la casa del Anás
a la de Caifás.
FORMA 1
Anás pudo darse cuenta enseguida de que estaba ante un hombre sereno y sin
miedo. No sería nada fácil condenarlo en un juicio improvisado. El anciano lo
interrogó brevemente acerca de su doctrina y de sus discípulos. ¿Qué enseñaba?
¿Qué pretendía?
Yo he hablado abiertamente al mundo... ¿Por qué me preguntas? Interroga a los que
me oyeron..., contestó Jesús.
Entonces, un celoso servidor le dio una bofetada, mientras le advertía: ¿Así
respondes al pontífice? No era el pontífice pero, como lo había sido, lo llamaban aun
así. Era la primera vez que la mano de un hombre golpeaba el rostro de Jesús. Los
17
presentes no lo vieron, pero el Cielo entero se conmovió. El Señor recibió con paz
esa violencia física inesperada. Era realmente algo bajo e indigno pegar a un hombre
maniatado.
En la sábana santa ha quedado el testimonio de un golpe grande en el pómulo
derecho, como el producido por una estaca o un puñetazo muy fuerte; la mejilla se
halla tan inflamada que el ojo casi desaparece bajo la hinchazón.
¿Por qué me pegas?
No olvidemos que nuestras faltas y pecados fueron como los instrumentos de la
Pasión (CIC N° 548): las espinas, los clavos, la mano que lo hiere... ¿Cuántas espinas,
cuántos clavos han sido los nuestros... ?
FORMA 2
Pasaje Evangélico
Los que aprendieron a Jesús le llevaron ante el sumo sacerdote Caifás. A
pesar que se presentaron varios testigos, no se pusieron de acuerdo,
Jesús permaneció callado ante las falsas acusaciones. Caifás entonces le
dijo: “Yo te conjuro por el Dios vivo que nos digas si Tú eres el Cristo, el
hijo de Dios”. Respondió Jesús: “Si, tú lo has dicho. Y yo os declaro que
a partir de ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder
y venir sobre las nubes del cielo”. Dijo Caifás: “Ha blasfemado ¿qué
necesidad tenemos ya de castigos? Reo es de muerte.”
Algunos se pusieron a escupirle, le cubrían la cara y le daban bofetadas,
mientras le decían: “¿Adivina quién te ha pegado?” ( Mt. 26, 57-68).
18
CUARTO MONUMENTO
PROCESION
IV. Salmo 50
Ant: Ten piedad de mí, oh Dios mío, por tu gran misericordia.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
20
R. Sáname, porque he pecado contra ti
V. Misericordia, Dios mío, misericordia
R. Que mi alma se refugia en ti
V. Aparta de mi pecado tu vista, Señor
R. Borra en mí toda culpa
V. No recuerdes contra nosotros
R. Las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados
Oración
Eleva hasta el final tu compasión para con nosotros Señor, por m tu
inefable nombre oh Dios Trinidad, que limpias de vicios lo más
recóndito del corazón humano y haces que llegue a ser más blanco que
la nieve. Te pedimos que renueves con tu Espíritu Santo nuestro
interior para que podamos proclamar tu gloria, para que, fortalecidos
con el mayor espíritu de rectitud, merezcamos tener un puesto en las
estancias eternas de la Jerusalén celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Capítulo 16 De San Juan
1 Os he dicho esto para que no os escandalicéis.
2 Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo
el que os mate piense que da culto a Dios.
3 Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
4 Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya
os lo había dicho. «No os dije esto desde el principio porque estaba yo
con vosotros.
5 Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros
me pregunta: "¿Dónde vas?"
21
6 Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de
tristeza.
7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no
me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré:
8 y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en
lo referente a la justicia y en lo referente al juicio;
9 en lo referente al pecado, porque no creen en mí;
10 en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me
veréis;
11 en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está
juzgado.
12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.
13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad
completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y
os anunciará lo que ha de venir.
14 El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a
vosotros.
15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo
mío y os lo anunciará a vosotros.
16 «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis
a ver».
17 Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: «¿Qué es eso
que nos dice: "Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me
volveréis a ver" y "Me voy al Padre"?»
18 Y decían: «¿Qué es ese "poco"? No sabemos lo que quiere decir».
19 Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «¿Andáis
preguntándoos acerca de lo que he dicho: "Dentro de poco no me veréis
y dentro de otro poco me volveréis a ver?"
20 «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el
mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá
en gozo.
22
21 La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su
hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto
por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.
22 También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se
alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar.
23 Aquel día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: lo
que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre.
24 Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis,
para que vuestro gozo sea colmado.
25 Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la hora en que ya no os
hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del
Padre.
26 Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre
por vosotros,
27 pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que
salí de Dios.
28 Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y
voy al Padre».
29 Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro, y no dices
ninguna parábola.
30 Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te
pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios».
31 Jesús les respondió: «¿Ahora creéis?
32 Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada
uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el
Padre está conmigo.
33 Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo
tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo».
Capítulo 17 De San Juan
1 Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la
hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti.
2 Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también
vida eterna a todos los que tú le has dado.
23
3 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y
al que tú has enviado, Jesucristo.
4 Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me
encomendaste realizar.
5 Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu
lado antes que el mundo fuese.
6 He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado
tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han
guardado tu Palabra.
7 Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti;
8 porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las
han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han
creído que tú me has enviado.
9 Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has
dado, porque son tuyos;
10 y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado
en ellos.
11 Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy
a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que
sean uno como nosotros.
12 Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me
habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo
de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
13 Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan
en sí mismos mi alegría colmada.
14 Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son
del mundo, como yo no soy del mundo.
15 No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del
Maligno.
16 Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.
17 Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
18 Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al
mundo.
24
19 Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean
santificados en la verdad.
20 No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de
su palabra, creerán en mí,
21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has
enviado.
22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como
nosotros somos uno:
23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo
conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has
amado a mí.
24 Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén
también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que me has dado,
porque me has amado antes de la creación del mundo.
25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y
éstos han conocido que tú me has enviado.
26 Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer,
para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».
MEDITACION
CUARTA VISITA
Se conmemora el recorrido que hizo Jesús de la casa de Caifás al
pretorio de Pilato.
Traición de pedro:
FORMA 1
Pedro
El Señor convirtió a Pedro -que lo había negado tres veces- sin dirigirle ni
siquiera un reproche: con una mirada de Amor.
25
Con esos mismo ojos nos mira Jesús, después de nuestras caídas. Ojalá
podamos decirle, como Pedro: “¡Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te
amo!”, y cambiemos de vida.
¡Cómo recordaría entonces la parábola del buen pastor, del hijo pródigo,
de la oveja perdida! Pedro salió fuera. Para evitar posibles recaídas, se
separó de aquella situación en la que imprudentemente se había metido.
Comprendió que aquel no era su sitio. Se acordó de su Maestro y lloró
lleno de dolor.
El Señor no tendrá inconveniente en edificar su Iglesia sobre un hombre
que lo negó en un momento de flaqueza, porque Él cuenta también con
los instrumentos débiles para realizar sus empresas grandes: la salvación
de los hombres.
Este suceso es narrado por los cuatro evangelistas, cosa que ocurre pocas
veces. No quisieron omitir este pasaje en el que la roca de la Iglesia se
presentaba con tantas grietas. Desde un punto de vista exclusivamente
humano, hubieran tenido muchas razones para excluirlo, pero su ejemplo
de contrición y de humildad fue mucho más provechoso para los primeros
cristianos y para todos
FORMA 1 BIBLICO
Habiéndole arrestado, se lo llevaron y le condujeron a la casa del sumo
sacerdote; mas Pedro le seguía de lejos.
55 Después de encender ellos una hoguera en medio del patio, y de
Pero Pedro dijo: ¡Hombre, no es cierto! 59 Pasada como una hora, otro
insistía, diciendo: Ciertamente éste también estaba con Él, pues él
también es galileo. 60 Pero Pedro dijo: Hombre, yo no sé de qué hablas. Y
al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo. 61 Entonces el
26
Señor se volvió y miró a Pedro. Y recordó Pedro la palabra del Señor,
cómo le había dicho: Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces.
62 Y saliendo fuera, lloró amargamente.
63 Los hombres que tenían a Jesús bajo custodia, se burlaban de Él y le
golpeaban;
64 y vendándole los ojos, le preguntaban, diciendo: Adivina, ¿quién es el
FORMA 2
Pasaje Evangélico
Llevaron después a Jesús desde la casa de Caifás al pretorio. Era
temprano, y ellos no entraron en el pretorio, por no contaminarse, a fin
de poder comer las víctimas de la pascua.
Por eso Pilatos salió y les dijo: “¿Qué acusación traes contra este
hombre?”. Respondieron y le dijeron: “Si éste no fuera malhechor, no le
hubiéramos puesto en tus manos”.
Les replicó Pilato:”Pues tómenlo ustedes y juzgándolo según su ley”. Los
judíos le dijeron: “A nosotros no nos es permitido matar a nadie”.
Con lo que vino a cumplirse lo que Jesús dijo, indicando el género de
muerte de que había de morir(Jn.18,28-32).
Oración
Jesús, te adoro y doy mil gracias por el penoso viaje que hiciste de la casa
de Caifás a la de Pilatos por mi salvación, y por la Preciosa Sangre que
derramaste en la coronación de espinas. Te pido para todos los que
sufren, el consuelo y que me concedas la virtud de la generosidad y del
don de ser acertado en mi vida. Amén
27
QUINTO MONUMENTO
PROCESION
V. Salmo 101
Ant: Escucha, Señor, mi oración que mi grito llegue hasta ti.
29
tus años no se acabarán.
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison
Padre nuestro.
Súplicas
V. Dios mío, tú conoces mi ignorancia R. No se te ocultan
mis delitos
V. Que me escuche tu gran bondad R. Que tu fidelidad me
ayude
V. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia R. Por tu gran
compasión vuélvete hacia mí
V. No escondas tu rostro a tu siervo R. Estoy en peligro, respóndeme
en seguida
V. Acércate a mí, rescátame R. Líbrame de mis enemigos
Oración:
Indulgente Señor, escucha la oración de los que te suplican, a fin de que
aquellos que somos como la paja seca, porque ® vivimos atados al
pecado podamos por tu misericordia, elevar al cielo nuestra mirada. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
30
Capítulo 17 De San Juan
1 Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la
hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti.
2 Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también
vida eterna a todos los que tú le has dado.
3 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y
al que tú has enviado, Jesucristo.
4 Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me
encomendaste realizar.
5 Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu
lado antes que el mundo fuese.
6 He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado
tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han
guardado tu Palabra.
7 Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti;
8 porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las
han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han
creído que tú me has enviado.
9 Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has
dado, porque son tuyos;
10 y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado
en ellos.
11 Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy
a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que
sean uno como nosotros.
12 Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me
habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo
de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
13 Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan
en sí mismos mi alegría colmada.
14 Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son
del mundo, como yo no soy del mundo.
31
15 No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del
Maligno.
16 Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.
17 Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
18 Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al
mundo.
19 Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean
santificados en la verdad.
20 No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de
su palabra, creerán en mí,
21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has
enviado.
22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como
nosotros somos uno:
23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo
conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has
amado a mí.
24 Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén
también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que me has dado,
porque me has amado antes de la creación del mundo.
25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y
éstos han conocido que tú me has enviado.
26 Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer,
para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».
33
19 El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su
doctrina.
20 Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo;
he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen
todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas.
21 ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído lo que les he
hablado; ellos saben lo que he dicho».
22 Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba, dio una
bofetada a Jesús, diciendo: «¿Así contestas al Sumo Sacerdote?»
23 Jesús le respondió: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero
si he hablado bien, ¿por qué me pegas?»
24 Anás entonces le envió atado al Sumo Sacerdote Caifás.
25 Estaba allí Simón Pedro calentándose y le dijeron: «¿No eres tú
también de sus discípulos?» El lo negó diciendo: «No lo soy».
26 Uno de los siervos del Sumo Sacerdote, pariente de aquel a quien
Pedro había cortado la oreja, le dice: «¿No te vi yo en el huerto con él?»
27 Pedro volvió a negar, y al instante cantó un gallo.
28 De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada.
Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder así comer
la Pascua.
29 Salió entonces Pilato fuera donde ellos y dijo: «¿Qué acusación traéis
contra este hombre?»
30 Ellos le respondieron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo
habríamos entregado».
31 Pilato replicó: «Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra Ley».
Los judíos replicaron: «Nosotros no podemos dar muerte a nadie».
32 Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué
muerte iba a morir.
33 Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo:
«¿Eres tú el Rey de los judíos?»
34 Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han
dicho de mí?»
34
35 Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos
sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?»
36 Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese
de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado
a los judíos: pero mi Reino no es de aquí».
37 Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí,
como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al
mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad,
escucha mi voz».
38 Le dice Pilato: «¿Qué es la verdad?» Y, dicho esto, volvió a salir
donde los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún delito en él.
39 Pero es costumbre entre vosotros que os ponga en libertad a uno por
la Pascua. ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los
judíos?»
40 Ellos volvieron a gritar diciendo: «¡A ése, no; a Barrabás!» Barrabás
era un salteador.
MEDITACION
QUINTA VISITA
Se hace en recuerdo de cuando Jesús fue llevado de la casa de
Pilato ante el rey Herodes.
FORMA 1
Mofas y burlas
Entonces los mismos miembros del Sanedrín, como escribe San Mateo, o al menos
alguno de ellos, como insinúa San Marcos, se dedicaron a maltratar al Señor:
comenzaron a escupirlo en la cara y a darle bofetadas. Cae la saliva sobre aquel
rostro que, como escribirá San Pedro, deseaban mirar los mismos ángeles (cf. 1 Pe.
1, 12). Lo había anunciado Isaías: “Ofrecí mi cuerpo a los que me herían... y no
aparté mi cara de los que me escupían y me insultaban” (Is. 50, 6).
35
Hemos leído y meditado en muchas ocasiones esta escena, pero realmente siempre
es difícil imaginarla: lo escupían en la cara, le daban patadas, bofetones,
empujones... La degradación de aquellos hombres, los guías del pueblo, era muy
grande en esos momentos. El ejemplo de los maestros lo siguieron con facilidad los
servidores del Templo, a quienes encomendaron su custodia durante lo que restaba
de la noche. Para burlarse de su fama de profeta, le vendaron los ojos y lo
golpeaban, mientras le preguntaban: Adivina, Cristo, ¿quién te ha pegado? San
Lucas añade que proferían contra él otras muchas injurias.
Hacemos el propósito de no quejarnos y de ofrecer las pequeñas humillaciones de la
convivencia ordinaria. También ahí, en esos detalles que parecen de poca
importancia, imitamos al Señor.
Comenzaron a escupirlo... Señor, ¿cómo es posible? ¡A Ti
FORMA 2
Pasaje Evangélico
“Pilato, al enterarse de que pertenecía Jesús a la jurisdicción de
Herodes, se lo remitió a éste, que precisamente estaba en Jerusalén por
aquellos días. Herodes al ver a Jesús, se puso muy contento; hacía ya
tiempo que estaba deseoso de verlo por lo que oía de El, y esperaba
verlo hacer algún milagro. Le hizo numerosas preguntas, pero Jesús no
le contestó palabra. Estaban allí los sumos sacerdotes y los letrados
acusándolo con vehemencia. Herodes, con su escolta, lo trató con
desprecio, y por burla le vistió una vestidura blanca y se lo devolvió a
Pilato” (Lc.23, 6-11).
36
SEXTO MONUMENTO
PROCESION
VI. Salmo 129
37
Ant: Desde lo hondo a ti grito, Señor.
(Sal
25,12)
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison
Padre nuestro...
Súplicas
V. Mira mis trabajos y mis penas
R. Y perdona todos mis pecados
V. No arrebates mi alma con los pecadores
R. Ni mi vida con los sanguinarios
V. Sálvame
R. Ten misericordia de mí
V. Mi pie se mantiene en el camino llano R. En la asamblea bendeciré al
Señor
Oración
Te pedimos, Señor, que lleguen a tus piadosos oídos las súplicas que
elevamos hacia ti. Te rogamos, puesto que tú te muestras propicio con
los pecadores, que no te fijes en nuestras culpas, sino que nos concedas
tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Capítulo 19 de San Juan
1 Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.
2 Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la
cabeza y le vistieron un manto de púrpura;
3 y, acercándose a él, le decían: «Salve, Rey de los judíos». Y le daban
bofetadas.
4 Volvió a salir Pilato y les dijo: «Mirad, os lo traigo fuera para que
sepáis que no encuentro ningún delito en él».
38
5 Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de
púrpura. Díceles Pilato: «Aquí tenéis al hombre».
6 Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
«¡Crucifícalo, crucifícalo!» Les dice Pilato: «Tomadlo vosotros y
crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en él».
7 Los judíos le replicaron: «Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley
debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios».
8 Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más.
9 Volvió a entrar en el pretorio y dijo a Jesús: «¿De dónde eres tú?»
Pero Jesús no le dio respuesta.
10 Dícele Pilato: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo poder para
soltarte y poder para crucificarte?»
11 Respondió Jesús: «No tendrías contra mí ningún poder, si no se te
hubiera dado de arriba; por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor
pecado».
12 Desde entonces Pilato trataba de librarle. Pero los judíos gritaron:
«Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se
enfrenta al César».
13 Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el
tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá.
14 Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice
Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey».
15 Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!» Les dice Pilato: «¿A
vuestro Rey voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No
tenemos más rey que el César».
16 Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a
Jesús,
17 y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que
en hebreo se llama Gólgota,
18 y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en
medio.
19 Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo
escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos».
39
20 Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde
había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita
en hebreo, latín y griego.
21 Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El
Rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos"».
22 Pilato respondió: «Lo que he escrito, lo he escrito».
23 Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos,
con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica.
La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo.
24 Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a
quién le toca». Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis
vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los
soldados.
25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre,
María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba,
dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».
27 Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella
hora el discípulo la acogió en su casa.
28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para
que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed».
29 Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de
hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca.
30 Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido». E
inclinando la cabeza entregó el espíritu.
31 Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen
los cuerpos en la cruz el sábado -porque aquel sábado era muy solemne-
rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran.
32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del
otro crucificado con él.
33 Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las
piernas,
40
34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al
instante salió sangre y agua.
35 El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice
la verdad, para que también vosotros creáis.
36 Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le
quebrará hueso alguno.
37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
38 Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús,
aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización
para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y
retiraron su cuerpo.
39 Fue también Nicodemo -aquel que anteriormente había ido a verle de
noche- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.
40 Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los
aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar.
41 En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el
huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido
depositado.
42 Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el
sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
CAPITULO 53 DE ISAIAS
MEDITACION
SEXTA VISITA
Se hace en recuerdo e cuando Jesús fue llevado por segunda
vez ante Pilato.
FORMA 1
Flagelación
Pilato mandó flagelar a Jesús con el fin de mover a compasión a las turbas en un
último intento de librarlo de la muerte.
41
Era tan brutal este castigo que estaba prohibido por ley aplicarlo a los ciudadanos
romanos. Los judíos no daban más de cuarenta golpes, pero Jesús fue azotado por
romanos o mercenarios y éstos no tenían límite.
A veces la flagelación causaba la muerte del desgraciado.
En la sábana santa se puede apreciar que las huellas de la flagelación de Jesús se
hallan distribuidas por todo el cuerpo y no solamente por la espalda.
Si alguna vez estamos tristes o padecemos una gran contrariedad, miremos a Jesús
en estas escenas de la Pasión, “lleno de dolores, todas sus carnes hechas pedazos
por lo mucho que os ama: tanto padecer, perseguido de unos, escupido de otros,
negado de sus amigos, desamparado de ellos, sin nadie que vuelva por El, helado de
frío, puesto en tanta soledad, que el uno con el otro os podéis consolar” (Santa
Teresa de Jesús, Camino de perfección, 26, 5). No es mala compañía.
FORMA 2
Pasaje Evangélico
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo y
les dijo: ” me habéis traído a este hombre como perturbador el pueblo, y
ves que yo, después de haberlo examinado delante de vosotros, no he
encontrado en El ninguna culpa de las que le acusas. Ni tampoco
Herodes, pues nos lo ha remitido.
Por lo tanto, nada hecho digno de muerte”. Pero ellos gritaban
diciendo: crucifícale,…y sus gritos se imponían.
Viendo Pilato que no adelantaba nada, tomó agua y se lavó las manos
delante del pueblo, diciendo: ” Soy inocente e la sangre de este justo.
Vosotros veréis (Lc.23,13-23; Mt. 27,34)
42
SEPTIMO MONUMENTO
PROCESION
VII. Salmo 142
43
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison
Kyrie, eleison
Padre nuestro.
Súplicas
V. A ti grito, Señor R. Te digo: “Tú eres mi refugio y mi lote en el país
de la vida”
V. Atiende a mis clamores R. Que estoy agotado
V. Líbrame de mis perseguidores R. Que son más fuertes que yo
V. Sácame de la prisión R. Y daré gracias a tu nombre: me rodearán los
justos, cuando me devuelvas tu favor
Oración
Oh Dios, que hiciste que se escuchara el gozo matutino de tu santa
resurrección cuando, al volver del infierno, llenaste de gozo la tierra, que
habías dejado en plenas tinieblas; rogamos a la majestad inefable de tu
poder que así como entonces, con gran piedad, llenaste de gozo a los
apóstoles, te pedimos que quieras dignarte iluminar con el resplandor
44
celestial esta Iglesia tuya que alza sus manos pidiéndote insistentemente
el don de tu misericordia. Tú, que, con el Padre y el Espíritu Santo,
vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Capítulo 53 Del Profeta Isaías
1 ¿Quién dio crédito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh ¿a quién se
le reveló?
2 Creció como un retoño delante de él, como raíz de tierra árida. No
tenía apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenía aspecto que
pudiésemos estimar.
3 Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de
dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le
tuvimos en cuenta.
4 ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros
dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de
Dios y humillado.
5 El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas.
El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos
sido curados.
6 Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino,
y Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
7 Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al
degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está
muda, tampoco él abrió la boca.
8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién
se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de
su pueblo ha sido herido;
9 y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por
más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
10 Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo
en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a
Yahveh se cumplirá por su mano.
45
11 Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento
justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará.
12 Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue
contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los
rebeldes.
MEDITACION
SEPTIMA VISITA
Conmemora el viaje de Jesús hacia el calvario con la Cruz a cuestas
FORMA 1
Abandono
Jesús se queda solo. “ El Señor fue flagelado, y nadie le ayudó; fue afeado con salivas
y nadie le amparó; fue coronado de espinas y nadie le protegió; fue crucificado y
nadie le desclavó; clama diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado? y nadie le socorre” (San Agustín, Comentario al Salmo 21, 2-8). Se
encuentra solo ante los pecados y bajezas de todos los hombres de todos los
tiempos.
Sólo Pedro lo sigue de lejos. Y de lejos, como comprendería enseguida, no se puede
seguir a Jesús, pues de una forma u otra se acaba negándolo. O se lo sigue de cerca
o se lo abandona. Es la experiencia de todos los días.
Lo dejaron y huyeron. Soledad de Jesús. También ahora en nuestros días, en
nuestras ciudades.
No lo dejemos abandonado en nuestros sagrarios. ¡Qué solo estás a veces, Señor!
¡Qué pocos te visitan y te agradecen que te hayas quedado en nuestras iglesias!
¡Qué prisas tenemos a veces para tantas cosas de tan poco valor! ¡Qué prisas para
nada!
Jesús está allí, en el sagrario cercano. Quizá a pocos kilómetros, o a pocos metros de
distancia. ¿Cómo no vamos a ir a verlo, a amarlo? Allí el Maestro nos espera desde
hace veinte siglos.
Bendita y alabada sea la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
la soledad de la Santísima Virgen. Así sea.
FORMA 2
Pasaje Evangélico
Después de que se burlaron de El, lo llevaron a crucificar. Le seguía una gran
46
multitud del pueblo y de las mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban
por El.
Jesús se volvió a ellas y les dijo: “Hijas e Jerusalén, no lloren por Mí; lloren más bien,
por ustedes y sus hijos. Porque si esto hacen al leño verde ¿qué serán al seco?”.
Conducían también a dos malhechores con El para ejecutarlos. Cuando llegaron al
lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús. Jesús decía: ” Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen”.
Y se repartieron sus vestiduras a suerte, el pueblo estaba mirando. Los mismos
príncipes se burlaban diciendo: ” Ha salvado a otros, que se salve a sí mismo, si es el
Cristo de Dios, el elegido”.
También los soldados lo escarnecían acercándose a El y dándole vinagre, diciendo:
“Si Tú eres Rey de los Judíos sálvate a ti mismo”(Mt.27,42)
CANTOS
128. IMPROPERIOS
Ten piedad de mi Señor.
1-Que te he hecho, en que te he faltado, dime pueblo mio,
porque yo te saque del Egipto tú me diste una Cruz.
2. Yo tus pasos guié en el desierto sin fin, pueblo mío,
pero tú me pagaste alzándome en una Cruz.
3. ¿Qué más pude yo hacer por tu bien?. Dímelo pueblo mío,
tú me diste vinagre a beber; en mi amarga sed.
4. Yo por ti castigué a los egipcios con plagas mortales,
50
pero tú los azotes descargas; en mi amarga sed.
5. A tu paso sequé yo el Mar Rojo para que pasaras,
pero tú los azotes descargas sin compasión.
6. Yo te di a comer ese rico maná en el desierto,
pero tú me llevaste al pretorio para hacerme morir.
7. Agua pura saqué de una roca cuando ibas sediento,
pero tú me diste a beber amarga hiel.
8. Yo te hice mi pueblo escogido en toda la tierra,
pero tú con espinas e insultos me hiciste tu Rey.
9. Yo te di la victoria en tus luchas con los poderosos,
pero tú me venciste clavándome en una Cruz.
129. GRITO HACIA TI
1.Grito hacia Ti, toda mi angustia,
piedad Señor mi protector,
el enemigo ya acedía mi alma,
toda mi fuerza se desvaneció.
2. Se para mí roca segura,
porque sin Ti perdido voy;
más si tu mano la mía estrecha
por dondequiera a resguardo andaré.
3. Grande bondad Tú me mostraste
cuando nii voz a Ti llegó
pues los que esperan en tus palabras
ciudad armada son en la maldad.
4. Gracias Señor, tu paz me inunda,
mi corazón cobra vigor;
130. ES LACRUZ
1.Es la Cruz de salvación, árbol que nos dio la vida,
precio de la Redencion, de la humanidad caída.
Cruz de Cristo vencedor, te adoramos salvanos.
51
3. Árbol santo, inmortal,
son sus frutos redentores;
gracia, luz, perdón y paz
brindas a los pecadores.
131. CARGAS TÚ
1.Cargas Tú con el mal del mundo,
Tú te inmolas sobre la Cruz.
En tu sangre lávanos, oh Jesús,
en tu sangre lávanos,
danos hoy la paz.
2. El dolor llevas Tú del mundo
nos esperas junto a la Cruz.
La esperanza danos ya, oh Jesús,
la esperanza danos ya, danos hoy la paz.
3. Quieres Tú, la unidad del mundo
Tú nos juntas bajo tu Cruz.
En tus brazos guárdanos, oh Jesús,
en tus brazos guárdanos, danos el amor.
52
133. A TI, CRISTO
1.A Ti Cristo que asumes los dolores del hombre
que fue herido en el pecado,
queremos elevarte nuestros cantos
Compartiendo la Cruz que Tú has llevado. amen
53
que su pecho divino rasgó
de los cielos la puerta cerrada,
con su golpe a la vez nos abrió.
340. SALMO 21
¡Dios mio, no me abandones, líbrame de mis enemigos!
54
2. Pero Tú habitas en el templo.
Tú la esperanza de Israel;
en Ti esperaron nuestros padres;
te esperaron y Tú los libraste;
te invocaron y Tú los salvaste,
en Ti confiaron, y no fueron defraudados.
342. SALMO 24
¡A Ti elevo mi alma, a TI mi Dios y Señor!
1.confío en Ti, que no quede avergonzado,
ni se burlen de mí mis enemigos;
porque todos los que esperan en Ti
no quedarán defraudados.
2.El Señor es justo y bondadoso,
y enseña el camino al descamado:
todas sus sendas son amor y verdad.
para el que guarda su alianza y sus preceptos.
3.¡Muéstrame, Señor, tus caminos,
indícame tus sendas!
Enséñame a marchar en tu verdad,
porque Tú eres mi Dios, mi salvador.
346. SALMO 41
Mi alma tiene sed de Dios ¿Cuándo llegare a ver su rostro?
55
¿cuándo llegaré a contemplar el rostro de Dios?
347. SALMO 50
¡Piedad Señor pecamos contra Ti!
56
3. Rogámus, Deus, tuam majestátem áuribus sacris
gémitus exáudi crimina nostra plácidus indulge,
59
Fac ut portem Christi mortem,
passiónis fac me sortem
et plagas recólere.
17
Fac me plagis vulnerári,
cruce hac inebriári
et cruóre Fílii.
18
Flammis urar ne succénsus,
per te, Virgo, sim defénsus
in die iudícii.
19
Fac me cruce custodíri,
morte Christi praemuníri,
confovéri grátia.
20
Christe, cum sit hinc exíre,
da per matrem me veníre
ad palmam victóriae.
21
Quando corpus moriétur,
fac ut ánimae donétur
paradísi gloria.
190. HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
61
pues es refugio del que ha pecado;(bis)
y un mar de gracia encierra en sí.
¡Oh Virgen Santa ruega por mí! (bis)
INDICE
62